La vida en el interior del país para algunas personas resulta aburrida, para otros, un placer difícil de describir con palabras. En ese segundo me encontraba yo, quien toda mi vida viví en una pequeña ciudad de alrededor de 18 mil habitantes de la Patagonia Argentina.
Allá la naturaleza te rodea y te transforma, te hace aprender a disfrutar de las experiencias desde el centro de tu cuerpo, desde lugares que los sentidos con los que venimos de fábrica no son capaces de acceder. Esto siempre me ayudó a conectar con las personas, con sus historias, sus aspiraciones, sueños, miedos y hasta sus morbos. No porque siempre haya sido sexualmente muy activa, en verdad, probablemente fuese al revés en mis inicios, pero siempre me gustó conocer a la gente, sin juzgarla y el sexo es algo importante en todos nosotros, la intimidad que tenemos con otros y que sólo pocos pueden ver.
Perdón, no me presenté, digo que me gusta conocer a la gente pero no fui capaz de decirles mi nombre.
Soy Cecilia, tengo actualmente, 26 años. Mido 1.68m, pelo negro lacio con ojos color miel y un cuerpo con mucha suerte genética heredada. Si bien de chica me avergonzaba bastante tener las tetas tan grandes, de grande me amigué mucho con ellas y pude equipararlas con la cola producto de tanto entrenamiento. Nunca fui de mostrar mucho mis atributos, tenía un hermano celoso, un papá al que adoro y me daba calor hacerlo pasar vergüenza y también un favoritismo por la ropa holgada y deportiva/cómoda.
Realmente más allá de que mi abuela siempre me decía que era la más linda de la familia (a quién su abuela no se lo dice?) supongo debería de creerle porque desde chica tuve la suerte de recibir muchas declaraciones de amor de chicos del barrio, colegio, club e incluso algunas ofertas de contratación como modelo para eventos.
Si me preguntaran lo que más me gusta de mí, posiblemente diría mis pecas entre los pómulos y la nariz, son poquitas, apenas se marcan pero siempre me dan ese look tierno que amo despertar en los otros, siempre ayuda a que bajen la guardia y hablen de más.
Como verán, tengo cierto fanatismo por conocer al otro. Me llama muchísimo la atención la gente, me despierta curiosidad e interés saber por qué son como son y qué los lleva a hacer las cosas que hacen. Esto siempre me trajo problemas para tener una relación estable, tuve algún que otro noviecito pero siempre me pasó de "aburrirme" rápido, porque sentía ya conocerlo lo suficiente. No por eso tuve muchos novios, todo lo contrario, siempre fui celosa de yo mostrarme a la mirada de los otros, de poder abrirme realmente.
También por eso, mis experiencias sexuales (sumado a vivir en una ciudad muy pequeña) fueron a cuentagotas. Me gusta el porno, me gusta tocarme, me gusta complacer y me encanta despertar en el otro un deseo único. La verdad que sí disfruto mucho del sexo en todas sus formas. Quizás ahora más que antes desde que me mudé a Buenos Aires, donde gané una privacidad que me permitió liberarme en muchas de mis propias fantasías.
Sin embargo, esta historia la quiero empezar en mi ciudad natal cuando tenía 18 años.
Para esto, les deberé presentar a mi mejor amiga, Bianca. Ella y yo compartimos toda la infancia, desde que tengo memoria ella está conmigo y siempre fuimos muy unidas.
Por suerte para mí, no me da vergüenza decir que ella es una bomba, si bien con mi mayor cuota de egocéntrica posible me animé a decirles que me siento linda, eso siempre fue bien ocultado por lo diosa que era mi amiga. Pelirroja con bucles siempre perfectos hasta cuando jugábamos en la tierra, ojos verdes, dos tetas iguales o apenas más chicas que las mías y un culo enorme natural. Siempre éramos el chiste desde chicas porque ambas teníamos una tez muy pálida y de pecas. Ya de grandes, desde nuestros compañeritos, sus papás y todo el que nos conocía, nos quería coger y cambiaron las burlas por piropos, regalos o favores.
Bian salió mucho tiempo con un mismo novio, un chico super simpático y de una familia con mucho poder adquisitivo en la ciudad. Posiblemente él no era ni de cerca lo suficientemente lindo para ella, pero la hacía feliz que es lo único que a mí me importaba.
Nosotras siempre compartíamos los mates de la tarde, costumbre heredada por tantas chocolatadas que merendabamos de chicas después del colegio. Sabemos todo de la otra, pero también nos gustaba saber del resto (sí, culpenme por chismosa).
Esa tarde fría de invierno, sin nada especial, solo con una lluvia que realmente hacia imposible la idea de salir a ningún lado, me acuerdo estábamos en su casa en dónde el padre la llama para avisarle que no iba a volver, se quedaba en lo de su novia por el clima prefería no agarrar la ruta. Yo si bien vivía cerca de su casa, pensaba aprovechar a que volviera y me tire en mi casa. Mis opciones ahora eran empaparme (hola neumonía) o quedarme a dormir ahí, lógicamente elegí la opción que no me llevaba a estar 5 días en cama y con fiebre.
Yo: Bian, me quedo acá entonces a dormir, total mañana es sábado, no tenemos nada que hacer.
Bian: Ay, es que si mi papá no viene, podría aprovechar de decirle a Fran de que venga, vos me entendés estoy que vuelo de calentura!
Yo: JAJA ahh si obvio, bueno, pero que me tire en casa entonces jajaja si se quiere coger a mi amiga que pague el precio!
Bian: Si claro.
Resulta que lo llamó y Fran se sentía mal del estómago, no podía venir. Así que de vuelta al plan original, me quedaba a dormir en su casa. Cambiamos el mate por unas cervezas, comimos algunas sobras de la heladera y decidimos saquear la alacena del padre, empezamos a tomar unos Gin con Sprite y a comentar de su vida sexual con Fran:
Bian: Te juro que a Fran lo adoro, pero necesito que me coja más!! No puede ser que tengo novio y me siga matando a pajas como un adolescente!!
(Yo la verdad estaba tentada de risa, dejaba que siga su monólogo).
Bian: Aparte, vivimos a 5 min, tiene auto, hay mil descampados acá para irnos como cuando empezamos a salir. Me da igual, no quiero que me lleve a un hotel en otra ciudad! Que me la ponga! Q u e. M e. L a . P o n g a. Jajaja
Hace una semana que le estoy rogando al estúpido para hacerlo, pero siempre tiene que entrenar o alguna cosa parecida, voy a quemar el club si hace falta jajaja
Yo: Te quejas por una semana! Hace más de dos meses de la última vez que cogí jajaja
Bian: Bueno pero no estás de novia! Igual no sé vos cómo hacés.
Yo: A pajas, como bien dijiste jajaja
Bian: Hoy te dejo durmiendo en la habitación de mi papá y yo me encierro a colarme los dedos, así que no entres! Jajajajaja
Yo: Bueno, yo haré lo mismo en su cama entonces forra!
Bian: Hacé lo que quieras nena, qué me importa!!
La noche siguió, las bebidas siguieron y nos fuimos a dormir ya bastante borrachas ambas, cada una en una pieza. No solemos hacer eso, pero lo que había empezado como chiste, era bastante real, ambas estábamos súper calientes por las charlas que tuvimos y queríamos descargar.
Por suerte la calefacción en toda casa de la Patagonia siempre es buena, por lo que podía estar en remeron y tanga sin problema para dormir.
Apenas me acosté, cerré los ojos y empecé a imaginar diferentes fantasías mientras me acariciaba por encima de la tanga, como buscando en un repertorio de mi cabeza, con qué me iba a masturbar ese día.
Recordé algunos encuentros sexuales, algunos vídeos que había visto, incluso hasta en un acto muy pervertido de mi parte, me imaginé qué pasaría si el padre finalmente volviera y me encontraba en la cama de él haciéndome una paja. Algo muy retorcido porque realmente me crió en gran parte.
Ninguna de esas ideas me terminó de convencer, hasta que se me vino a la mente un vídeo que había visto hace poco de dos chicas argentinas a los besos y chupándose las tetas por plata. Esto me calentó mucho, sin darme cuenta y como si mi cuerpo afirmara que era ése el pensamiento ideal esa noche, me corrí la tanguita y empecé con las caricias ya directamente piel con piel.
A los pocos minutos así, no aguanté más, me bajé la tanga y la patee entre las sábanas, me levanté la remera y me empecé a acariciar una teta mientras con el dedo anular bien mojadito, me lo fui metiendo despacio, acompañando el movimiento con otras caricias y sumando un segundo dedo.
Estaba empapada, mi respiración era entrecortada y mis piernas se movían para todas partes, al igual que mi cabeza y las ideas que iba teniendo.
Me encantaba ese ritmo, estaba aumentando la velocidad buscando acabarme pero de golpe escucho un ruido fuerte desde afuera de la casa. Eso me alarmó, me levanté rápido a mirar por la ventana y veía cómo golpeaba una puerta que tenía la casa, como si se hubiera abierto.
Salí al pasillo algo asustada y muy mojada, en remeron y sin tanga porque no me dió ni tiempo de buscarla. Me encontré a Bian con una camperita de algodón que le dejaba medio culo afuera y se la notaba sin tanga también (no por nada somos amigas, ambas estábamos en lo mismo).
Se la veía muy asustada también. Juntas fuimos a ver qué fue el ruido ese, efectivamente era la puerta que se había abierto, quizás por descuido nuestro y ayuda del viento. La cerramos y volvimos a las habitaciones, pero antes ella me frena y me dice...
"Me quedé re asustada, ya fue vení a dormirte acá a la pieza"
Fui con ella, muy frustrada que mi paja iba a quedar inconclusa. Imaginé que ella habría acabado y ya estaba satisfecha o realmente el miedo le venció la calentura.
Ella se sacó la camperita, se tiró en la cama desnuda y se tapó (nada nuevo en ella, no me sorprendió aunque sí siempre admiro el lomazo que tiene). Me metí adentro de la cama y me puse al lado de ella.
Yo: Que sepas que me quedé sin paja porque sos una cagona!
Bian: Jajaja ay si boluda perdón yo también, sigo re caliente la puta madre, pero me dió re cagazo.
Yo: Ya fue, no pasa nada...
Bian: A ver, si tenés el decoro de esperar a que me duerma, hacé lo que quieras jajajajaja
Yo: Cuidado que justo estaba fantaseando con algo muy polémico!!
Bian: Queeeeee, contame ahora!
Yo: Me acordé de un vídeo de dos chicas y me empecé a tocar con eso, pero te juro de a ratos flasheaba que éramos nosotras que nos pagaban por darnos unos besos y boludeces así.
Bian: Bueno a ver, con la calentura que tengo no hace falta que me paguen jajaja
Ése comentario me mató, muchas veces había fantaseado con ella pero era de las pocas cosas que nunca me había animado a decirle, por la calentura del momento y la borrachera que aún teníamos, se me había escapado y ella me contestó con esa indirecta.
La verdad, no quise pensarlo mucho, me fuí encima de ella y le comí la boca. Yo estaba muy mojada todavía, mientras le daba besos me empecé a tocar otra vez.
Ella me giró y quedó encima mío. Me sacó la mano y la llevó a su conchita. Estaba tan mojada como yo, no mediamos más palabras y seguimos a los besos. Tocandonos como dos amantes de toda la vida, amaba sentir sus tetas contra las mías, jugar con su pezón, pellizcarlo, chuparlo y hasta darle pequeños mordiscos. No perdí oportunidad de acariciarle el culazo que tiene, no me daban las manos para todo lo que Bianca tenía para ofrecerme. Me animé a pajearla y sentía cómo gemía en mi boca. Ella hizo lo mismo, nos estábamos tocando la una a la otra mientras teníamos las lenguas enredadas entre el olor a alcohol y respiraciones entrecortadas.
Bianca salió de encima mío "estoy por acabar boluda, nunca me pasó tan rápido". No sé porque, mi respuesta casi inmediata y de acto reflejo fue "te la puedo chupar?".
Con una sonrisita y una mordedura de su labio inferior, me dió el Ok que necesitaba. La tumbé en la cama, fui abajo y me acerqué a su conchita. Sentí la humedad y el calor que emanaba a milímetros de mis labios, fue totalmente excitante y casi que me sentí hipnotizada, empecé a darle besos, pequeñas lamidas y chupones. De verdad estaba fascinada con esta nueva experiencia, la calentura me fue llevando a tocarme mientras se la chupaba, aunque debo confesar que en un momento fue literalmente comérsela, no podía parar con el placer de sentir cómo mis labios se mojaban más y más, la calentura que me daba me hacía tirarme encima de esa conchita y chupar cada vez más rápido y con más "sed".
Me sostenía de la cabeza casi en un ruego indirecto de que no me mueva de ahí, me hacía presión (presión que estaba feliz de recibir) y llegó el punto que empezó a acabar, se contraía de manera increíble. Cambió gemidos por grititos de placer y eso me hizo acabarme en plena paja, mientras sentía cómo mi boca se inundaba de mi amiga.
Caímos ambas rendidas, me dormí en su entrepierna empapada, abrazada a su cola y cintura, ella con unas caricias en mi pelo y tapándome para que no tenga frío.
Así nos despertamos también. Ya con el sol que nos iluminaba los cuerpos desnudos de ambas. Nos sonreímos y después nos empezamos a reír. Nos pareció súper tierno ese momento, hasta el día de hoy lo recordamos. El olor a alcohol de ambas, las caritas de "sexo" y una sonrisa de par en par.
Esta fue la primera historia que les quería contar. Me costó escribirla porque realmente siempre la recuerdo con mucho amor pero también calentura, me toqué varias veces hasta que pude terminarla. Espero hayan disfrutado tanto como yo narrandolo.
Allá la naturaleza te rodea y te transforma, te hace aprender a disfrutar de las experiencias desde el centro de tu cuerpo, desde lugares que los sentidos con los que venimos de fábrica no son capaces de acceder. Esto siempre me ayudó a conectar con las personas, con sus historias, sus aspiraciones, sueños, miedos y hasta sus morbos. No porque siempre haya sido sexualmente muy activa, en verdad, probablemente fuese al revés en mis inicios, pero siempre me gustó conocer a la gente, sin juzgarla y el sexo es algo importante en todos nosotros, la intimidad que tenemos con otros y que sólo pocos pueden ver.
Perdón, no me presenté, digo que me gusta conocer a la gente pero no fui capaz de decirles mi nombre.
Soy Cecilia, tengo actualmente, 26 años. Mido 1.68m, pelo negro lacio con ojos color miel y un cuerpo con mucha suerte genética heredada. Si bien de chica me avergonzaba bastante tener las tetas tan grandes, de grande me amigué mucho con ellas y pude equipararlas con la cola producto de tanto entrenamiento. Nunca fui de mostrar mucho mis atributos, tenía un hermano celoso, un papá al que adoro y me daba calor hacerlo pasar vergüenza y también un favoritismo por la ropa holgada y deportiva/cómoda.
Realmente más allá de que mi abuela siempre me decía que era la más linda de la familia (a quién su abuela no se lo dice?) supongo debería de creerle porque desde chica tuve la suerte de recibir muchas declaraciones de amor de chicos del barrio, colegio, club e incluso algunas ofertas de contratación como modelo para eventos.
Si me preguntaran lo que más me gusta de mí, posiblemente diría mis pecas entre los pómulos y la nariz, son poquitas, apenas se marcan pero siempre me dan ese look tierno que amo despertar en los otros, siempre ayuda a que bajen la guardia y hablen de más.
Como verán, tengo cierto fanatismo por conocer al otro. Me llama muchísimo la atención la gente, me despierta curiosidad e interés saber por qué son como son y qué los lleva a hacer las cosas que hacen. Esto siempre me trajo problemas para tener una relación estable, tuve algún que otro noviecito pero siempre me pasó de "aburrirme" rápido, porque sentía ya conocerlo lo suficiente. No por eso tuve muchos novios, todo lo contrario, siempre fui celosa de yo mostrarme a la mirada de los otros, de poder abrirme realmente.
También por eso, mis experiencias sexuales (sumado a vivir en una ciudad muy pequeña) fueron a cuentagotas. Me gusta el porno, me gusta tocarme, me gusta complacer y me encanta despertar en el otro un deseo único. La verdad que sí disfruto mucho del sexo en todas sus formas. Quizás ahora más que antes desde que me mudé a Buenos Aires, donde gané una privacidad que me permitió liberarme en muchas de mis propias fantasías.
Sin embargo, esta historia la quiero empezar en mi ciudad natal cuando tenía 18 años.
Para esto, les deberé presentar a mi mejor amiga, Bianca. Ella y yo compartimos toda la infancia, desde que tengo memoria ella está conmigo y siempre fuimos muy unidas.
Por suerte para mí, no me da vergüenza decir que ella es una bomba, si bien con mi mayor cuota de egocéntrica posible me animé a decirles que me siento linda, eso siempre fue bien ocultado por lo diosa que era mi amiga. Pelirroja con bucles siempre perfectos hasta cuando jugábamos en la tierra, ojos verdes, dos tetas iguales o apenas más chicas que las mías y un culo enorme natural. Siempre éramos el chiste desde chicas porque ambas teníamos una tez muy pálida y de pecas. Ya de grandes, desde nuestros compañeritos, sus papás y todo el que nos conocía, nos quería coger y cambiaron las burlas por piropos, regalos o favores.
Bian salió mucho tiempo con un mismo novio, un chico super simpático y de una familia con mucho poder adquisitivo en la ciudad. Posiblemente él no era ni de cerca lo suficientemente lindo para ella, pero la hacía feliz que es lo único que a mí me importaba.
Nosotras siempre compartíamos los mates de la tarde, costumbre heredada por tantas chocolatadas que merendabamos de chicas después del colegio. Sabemos todo de la otra, pero también nos gustaba saber del resto (sí, culpenme por chismosa).
Esa tarde fría de invierno, sin nada especial, solo con una lluvia que realmente hacia imposible la idea de salir a ningún lado, me acuerdo estábamos en su casa en dónde el padre la llama para avisarle que no iba a volver, se quedaba en lo de su novia por el clima prefería no agarrar la ruta. Yo si bien vivía cerca de su casa, pensaba aprovechar a que volviera y me tire en mi casa. Mis opciones ahora eran empaparme (hola neumonía) o quedarme a dormir ahí, lógicamente elegí la opción que no me llevaba a estar 5 días en cama y con fiebre.
Yo: Bian, me quedo acá entonces a dormir, total mañana es sábado, no tenemos nada que hacer.
Bian: Ay, es que si mi papá no viene, podría aprovechar de decirle a Fran de que venga, vos me entendés estoy que vuelo de calentura!
Yo: JAJA ahh si obvio, bueno, pero que me tire en casa entonces jajaja si se quiere coger a mi amiga que pague el precio!
Bian: Si claro.
Resulta que lo llamó y Fran se sentía mal del estómago, no podía venir. Así que de vuelta al plan original, me quedaba a dormir en su casa. Cambiamos el mate por unas cervezas, comimos algunas sobras de la heladera y decidimos saquear la alacena del padre, empezamos a tomar unos Gin con Sprite y a comentar de su vida sexual con Fran:
Bian: Te juro que a Fran lo adoro, pero necesito que me coja más!! No puede ser que tengo novio y me siga matando a pajas como un adolescente!!
(Yo la verdad estaba tentada de risa, dejaba que siga su monólogo).
Bian: Aparte, vivimos a 5 min, tiene auto, hay mil descampados acá para irnos como cuando empezamos a salir. Me da igual, no quiero que me lleve a un hotel en otra ciudad! Que me la ponga! Q u e. M e. L a . P o n g a. Jajaja
Hace una semana que le estoy rogando al estúpido para hacerlo, pero siempre tiene que entrenar o alguna cosa parecida, voy a quemar el club si hace falta jajaja
Yo: Te quejas por una semana! Hace más de dos meses de la última vez que cogí jajaja
Bian: Bueno pero no estás de novia! Igual no sé vos cómo hacés.
Yo: A pajas, como bien dijiste jajaja
Bian: Hoy te dejo durmiendo en la habitación de mi papá y yo me encierro a colarme los dedos, así que no entres! Jajajajaja
Yo: Bueno, yo haré lo mismo en su cama entonces forra!
Bian: Hacé lo que quieras nena, qué me importa!!
La noche siguió, las bebidas siguieron y nos fuimos a dormir ya bastante borrachas ambas, cada una en una pieza. No solemos hacer eso, pero lo que había empezado como chiste, era bastante real, ambas estábamos súper calientes por las charlas que tuvimos y queríamos descargar.
Por suerte la calefacción en toda casa de la Patagonia siempre es buena, por lo que podía estar en remeron y tanga sin problema para dormir.
Apenas me acosté, cerré los ojos y empecé a imaginar diferentes fantasías mientras me acariciaba por encima de la tanga, como buscando en un repertorio de mi cabeza, con qué me iba a masturbar ese día.
Recordé algunos encuentros sexuales, algunos vídeos que había visto, incluso hasta en un acto muy pervertido de mi parte, me imaginé qué pasaría si el padre finalmente volviera y me encontraba en la cama de él haciéndome una paja. Algo muy retorcido porque realmente me crió en gran parte.
Ninguna de esas ideas me terminó de convencer, hasta que se me vino a la mente un vídeo que había visto hace poco de dos chicas argentinas a los besos y chupándose las tetas por plata. Esto me calentó mucho, sin darme cuenta y como si mi cuerpo afirmara que era ése el pensamiento ideal esa noche, me corrí la tanguita y empecé con las caricias ya directamente piel con piel.
A los pocos minutos así, no aguanté más, me bajé la tanga y la patee entre las sábanas, me levanté la remera y me empecé a acariciar una teta mientras con el dedo anular bien mojadito, me lo fui metiendo despacio, acompañando el movimiento con otras caricias y sumando un segundo dedo.
Estaba empapada, mi respiración era entrecortada y mis piernas se movían para todas partes, al igual que mi cabeza y las ideas que iba teniendo.
Me encantaba ese ritmo, estaba aumentando la velocidad buscando acabarme pero de golpe escucho un ruido fuerte desde afuera de la casa. Eso me alarmó, me levanté rápido a mirar por la ventana y veía cómo golpeaba una puerta que tenía la casa, como si se hubiera abierto.
Salí al pasillo algo asustada y muy mojada, en remeron y sin tanga porque no me dió ni tiempo de buscarla. Me encontré a Bian con una camperita de algodón que le dejaba medio culo afuera y se la notaba sin tanga también (no por nada somos amigas, ambas estábamos en lo mismo).
Se la veía muy asustada también. Juntas fuimos a ver qué fue el ruido ese, efectivamente era la puerta que se había abierto, quizás por descuido nuestro y ayuda del viento. La cerramos y volvimos a las habitaciones, pero antes ella me frena y me dice...
"Me quedé re asustada, ya fue vení a dormirte acá a la pieza"
Fui con ella, muy frustrada que mi paja iba a quedar inconclusa. Imaginé que ella habría acabado y ya estaba satisfecha o realmente el miedo le venció la calentura.
Ella se sacó la camperita, se tiró en la cama desnuda y se tapó (nada nuevo en ella, no me sorprendió aunque sí siempre admiro el lomazo que tiene). Me metí adentro de la cama y me puse al lado de ella.
Yo: Que sepas que me quedé sin paja porque sos una cagona!
Bian: Jajaja ay si boluda perdón yo también, sigo re caliente la puta madre, pero me dió re cagazo.
Yo: Ya fue, no pasa nada...
Bian: A ver, si tenés el decoro de esperar a que me duerma, hacé lo que quieras jajajajaja
Yo: Cuidado que justo estaba fantaseando con algo muy polémico!!
Bian: Queeeeee, contame ahora!
Yo: Me acordé de un vídeo de dos chicas y me empecé a tocar con eso, pero te juro de a ratos flasheaba que éramos nosotras que nos pagaban por darnos unos besos y boludeces así.
Bian: Bueno a ver, con la calentura que tengo no hace falta que me paguen jajaja
Ése comentario me mató, muchas veces había fantaseado con ella pero era de las pocas cosas que nunca me había animado a decirle, por la calentura del momento y la borrachera que aún teníamos, se me había escapado y ella me contestó con esa indirecta.
La verdad, no quise pensarlo mucho, me fuí encima de ella y le comí la boca. Yo estaba muy mojada todavía, mientras le daba besos me empecé a tocar otra vez.
Ella me giró y quedó encima mío. Me sacó la mano y la llevó a su conchita. Estaba tan mojada como yo, no mediamos más palabras y seguimos a los besos. Tocandonos como dos amantes de toda la vida, amaba sentir sus tetas contra las mías, jugar con su pezón, pellizcarlo, chuparlo y hasta darle pequeños mordiscos. No perdí oportunidad de acariciarle el culazo que tiene, no me daban las manos para todo lo que Bianca tenía para ofrecerme. Me animé a pajearla y sentía cómo gemía en mi boca. Ella hizo lo mismo, nos estábamos tocando la una a la otra mientras teníamos las lenguas enredadas entre el olor a alcohol y respiraciones entrecortadas.
Bianca salió de encima mío "estoy por acabar boluda, nunca me pasó tan rápido". No sé porque, mi respuesta casi inmediata y de acto reflejo fue "te la puedo chupar?".
Con una sonrisita y una mordedura de su labio inferior, me dió el Ok que necesitaba. La tumbé en la cama, fui abajo y me acerqué a su conchita. Sentí la humedad y el calor que emanaba a milímetros de mis labios, fue totalmente excitante y casi que me sentí hipnotizada, empecé a darle besos, pequeñas lamidas y chupones. De verdad estaba fascinada con esta nueva experiencia, la calentura me fue llevando a tocarme mientras se la chupaba, aunque debo confesar que en un momento fue literalmente comérsela, no podía parar con el placer de sentir cómo mis labios se mojaban más y más, la calentura que me daba me hacía tirarme encima de esa conchita y chupar cada vez más rápido y con más "sed".
Me sostenía de la cabeza casi en un ruego indirecto de que no me mueva de ahí, me hacía presión (presión que estaba feliz de recibir) y llegó el punto que empezó a acabar, se contraía de manera increíble. Cambió gemidos por grititos de placer y eso me hizo acabarme en plena paja, mientras sentía cómo mi boca se inundaba de mi amiga.
Caímos ambas rendidas, me dormí en su entrepierna empapada, abrazada a su cola y cintura, ella con unas caricias en mi pelo y tapándome para que no tenga frío.
Así nos despertamos también. Ya con el sol que nos iluminaba los cuerpos desnudos de ambas. Nos sonreímos y después nos empezamos a reír. Nos pareció súper tierno ese momento, hasta el día de hoy lo recordamos. El olor a alcohol de ambas, las caritas de "sexo" y una sonrisa de par en par.
Esta fue la primera historia que les quería contar. Me costó escribirla porque realmente siempre la recuerdo con mucho amor pero también calentura, me toqué varias veces hasta que pude terminarla. Espero hayan disfrutado tanto como yo narrandolo.
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