Ya por la noche, en mi cama no podía dejar de pensar en lo que había ocurrido en la ducha, cerraba los ojos y veía la cara de mi madre como nunca antes la había visto, sus pechos regados con mi semen, su cuerpo perfecto al alcance de mi mano.
Aún más si cabe, deseaba hacerla mía, tocarla besarla y descubrir cada milímetro de su piel, que nuestros dos cuerpos se fundiesen en un solo cuerpo.
Los días transcurrieron sin que hablásemos de lo ocurrido. Lo que sí continuamos haciendo era el ritual de ir echando la piel del prepucio hacia tras para así evitar una fimosis cuando fuera más grande, yo la llamaba y ella me ayudaba hasta dejar mi glande fuera.
Y evidentemente tras quedarme solo procedía a hacerme una paja que dejaba vacíos mis huevos.
Una noche después de cenar vino a mi cuarto, yo estaba ya acostado, ella se sentó en el borde de la cama...
Ella me dijo:
-Tenemos que hablar.
-Mamá dime, ¿pasa algo?
-Ay, mi niño, eres lo que más quiero en esta vida. Sé que me miras mucho, aprovechas cuando me inclino para mirarme el escote o cuando me agacho para mirar bajo mi falda...
-Mamá lo siento mucho, no volverá a pasar.
-Tranquilo no te preocupes es normal, estás en la edad de descubrir y experimentar con tu sexualidad.
Yo agaché la cabeza avergonzado, y ella siguió hablando.
-Supongo que dentro de poco te echarás novia, y... Te perderé
Acto seguido me dio una cosa que llevaba en la mano.
-Te traigo este preservativo, cuando vayas a tener relaciones sexuales, utilízalo, no solo para evitar embarazos no deseados, además para prevenir que te contagien una enfermedad. Soy tu madre y como te digo siempre, eres lo que más quiero en este mundo, cualquier duda que tengas, cualquier curiosidad que te surja, prefiero que lo hables conmigo antes que con algúna amiga, siempre voy a estar aquí para ayudarte en TODO lo que necesites.Te quiero mucho mi niño.
Me dio el preservativo y salió del cuarto.
Yo me quedé atónito, ¿qué era lo que me había querido decir?, ¿se me estaba insinuando? No puede ser, es mi madre. Sentía miedo y culpa, pues aunque deseara a mi madre precisamente eso era lo que me asustaba, que era mi madre.
Mil ideas se me cruzaron por la cabeza, guardé el condón en la mesilla y me dormí.
A la mañana siguiente mi madre me dio los buenos días y entró a la ducha, a lo que yo aproveche para coger la braga que se iba a poner, era azul celeste clarito y como siempre me masturbe y me corrí cerca de la zona que pegaba a su coño, me imaginaba que me la estaba follando y que mi leche le regaba su vagina.
Justo cuando estaba terminando escuché como mi madre salía del baño y no me dio tiempo a limpiar bien mi corrida, dejando las bragas que se iba a poner empapadas por mi semen.
Pensaba que cuando se diera cuenta me iba a matar, pero para mi sorpresa no fue así. Salió de su cuarto con un camisón corto, me quedé embobado mirándola, se le notaba perfectamente sus pechos redondos turgentes con un pezón duro. Nos miramos, me pareció que estaba ruborizada y nerviosa.
Se agachó justo delante de mí para coger una cosa del suelo, en ese momento me quedé sin aliento, ¡llevaba puesta la braga celeste en la cual había eyaculado!, además al ser claras se notaba perfectamente cómo estaban mojadas por mi corrida.
Mi madre se estaba poniendo las bragas bañadas con mi semen a conciencia...
Durante todo el día le dí vueltas a lo ocurrido, al condón que me dio y al hecho de que ella sabía que me habíacorrido su braga y a pesar de eso se la ponía.
CONTINUARA....
Estas fotos son de mi madre, las hicimos recreando lo que nos pasó y cuento en este relato. NO quiero explicar más, porque voy a seguir escribiendo mi vida con ella.
Me gustaría que me dejarais escrito en la sección de comentarios que os ha parecido el relato, si debo de seguir contando mi historia.
Y si también dejáis un comentario sobre las fotos, mi madre os lo va a agradecer cuando lo lea.
Un saludo y GRACIAS.
Aún más si cabe, deseaba hacerla mía, tocarla besarla y descubrir cada milímetro de su piel, que nuestros dos cuerpos se fundiesen en un solo cuerpo.
Los días transcurrieron sin que hablásemos de lo ocurrido. Lo que sí continuamos haciendo era el ritual de ir echando la piel del prepucio hacia tras para así evitar una fimosis cuando fuera más grande, yo la llamaba y ella me ayudaba hasta dejar mi glande fuera.
Y evidentemente tras quedarme solo procedía a hacerme una paja que dejaba vacíos mis huevos.
Una noche después de cenar vino a mi cuarto, yo estaba ya acostado, ella se sentó en el borde de la cama...
Ella me dijo:
-Tenemos que hablar.
-Mamá dime, ¿pasa algo?
-Ay, mi niño, eres lo que más quiero en esta vida. Sé que me miras mucho, aprovechas cuando me inclino para mirarme el escote o cuando me agacho para mirar bajo mi falda...
-Mamá lo siento mucho, no volverá a pasar.
-Tranquilo no te preocupes es normal, estás en la edad de descubrir y experimentar con tu sexualidad.
Yo agaché la cabeza avergonzado, y ella siguió hablando.
-Supongo que dentro de poco te echarás novia, y... Te perderé
Acto seguido me dio una cosa que llevaba en la mano.
-Te traigo este preservativo, cuando vayas a tener relaciones sexuales, utilízalo, no solo para evitar embarazos no deseados, además para prevenir que te contagien una enfermedad. Soy tu madre y como te digo siempre, eres lo que más quiero en este mundo, cualquier duda que tengas, cualquier curiosidad que te surja, prefiero que lo hables conmigo antes que con algúna amiga, siempre voy a estar aquí para ayudarte en TODO lo que necesites.Te quiero mucho mi niño.
Me dio el preservativo y salió del cuarto.
Yo me quedé atónito, ¿qué era lo que me había querido decir?, ¿se me estaba insinuando? No puede ser, es mi madre. Sentía miedo y culpa, pues aunque deseara a mi madre precisamente eso era lo que me asustaba, que era mi madre.
Mil ideas se me cruzaron por la cabeza, guardé el condón en la mesilla y me dormí.
A la mañana siguiente mi madre me dio los buenos días y entró a la ducha, a lo que yo aproveche para coger la braga que se iba a poner, era azul celeste clarito y como siempre me masturbe y me corrí cerca de la zona que pegaba a su coño, me imaginaba que me la estaba follando y que mi leche le regaba su vagina.
Justo cuando estaba terminando escuché como mi madre salía del baño y no me dio tiempo a limpiar bien mi corrida, dejando las bragas que se iba a poner empapadas por mi semen.
Pensaba que cuando se diera cuenta me iba a matar, pero para mi sorpresa no fue así. Salió de su cuarto con un camisón corto, me quedé embobado mirándola, se le notaba perfectamente sus pechos redondos turgentes con un pezón duro. Nos miramos, me pareció que estaba ruborizada y nerviosa.
Se agachó justo delante de mí para coger una cosa del suelo, en ese momento me quedé sin aliento, ¡llevaba puesta la braga celeste en la cual había eyaculado!, además al ser claras se notaba perfectamente cómo estaban mojadas por mi corrida.
Mi madre se estaba poniendo las bragas bañadas con mi semen a conciencia...
Durante todo el día le dí vueltas a lo ocurrido, al condón que me dio y al hecho de que ella sabía que me habíacorrido su braga y a pesar de eso se la ponía.
CONTINUARA....
Estas fotos son de mi madre, las hicimos recreando lo que nos pasó y cuento en este relato. NO quiero explicar más, porque voy a seguir escribiendo mi vida con ella.
Me gustaría que me dejarais escrito en la sección de comentarios que os ha parecido el relato, si debo de seguir contando mi historia.
Y si también dejáis un comentario sobre las fotos, mi madre os lo va a agradecer cuando lo lea.
Un saludo y GRACIAS.
13 comentarios - Mi historia con mi madre 4 (Con las fotos)
Buenísimo el relato