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Puta y señora.....

Siempre fui una mujer absolutamente sexual. Más allá de considerarme una mina atractiva. Soy consciente de que eso es lo que más les gusta a los hombres de mí. Esa mezcla de señora de un metro setenta caminando elegantemente sobre quince centímetros de taco, siempre bien vestida, de amplia sonrisa y ojos claros, que trata dulcemente a todo el mundo y siempre mira intensamente a los ojos, con esa otra mujer caliente y perversa. Puta y atrevida, capaz de dar todo en la cama hasta desvanecerse y aún así seguir. Por eso siempre insisten en volver. A lo largo de mi vida he tenido muchas relaciones. Humanas y sexuales. Siempre elegí con quien coger. He tenido intento de parejas después de ser abandonada por "el progenitor", pero nunca llegaron a durar más de tres o cuatro meses. No soportaba a nadie. No podía amar a nadie. Estaba como revelada contra el amor y contra los hombres. Necesitaba sentir que los estaba utilizando sólo para darme placer. Después de muchos años de idas y vueltas conocí a Ignacio y las cosas cambiaron considerablemente. El me cuidó muchísimo . Me dio una vida digna, y me enseñó a creer que todo lo que venía podía ser mejor. Me enseñó a tener esperanza y cambió mi vida por completo. Aún así, a pesar de quererlo tanto por todo lo que hemos vivido en casi doce años juntos, nunca llegué a amarlo. Terrible injusticia de la vida. Hubiera sido fantástico que eso me pasara. Pero no sucedió. Hice mi vida a sus espaldas pero también trabajé duro a la par suya para crecer. Desde muy chica fui adicta al sexo y he aprovechado cada oportunidad que se me presentó de ser feliz por un rato con los hombres que me despertaban mucho interés. La he pasado muy bien pero también he tenido experiencias de las que volviendo a casa me decía a mí misma "Esto era?" Son los hombres más apasionados y perversos los que despiertan en mí el extremo de entrega. Solo me preocupa darles placer. Hacer y permitirles cosas que otras mujeres no han sabido satisfacer. Se me vienen varios hombres a la mente cuando te digo esto. Tuve la suerte de que en su mayoría, los hombres con los que cogí supieron provocarme orgasmos maravillosos. Hoy que está tan de moda que las minas salgan en televisión o en las redes a denunciar abusos, acoso y otras cosas del estilo, yo creo que jugar a ser abusada, acosada, manoseada y ultrajada es la mejor manera de coger. Yo lo disfruto enormemente y me pongo tan puta que multiplico el placer de mi hombre. Juan es un hombre que me podía. Su morbo. Su mirada tan intensa. Su espalda. Sus brazos. Esa pija perfecta. Su manera de ordenar las cosas y sentir que estaba cogiendo con un desconocido...Con él me sentía violada. Y no te imaginás cuánto lo disfrutaba. Le gustaba cogerme furioso. Muy furioso. Agarrada del pelo, apuntalada contra la pared mientras me "empalaba" una y otra vez. Así lo llamaba él: Te empalo. Pasándome la lengua por la espalda entre los hombros, subiendo por el cuello y mordiéndolo en el instante que descargaba palmadas sobre mis glúteos. Gruñía entre dientes en mis oídos palabras sucias e insultos, pidiendo que fuera bien puta para él. Me dejaba la pija adentro y se movía despacio para que la sienta toda adentro mío. Le gustaba sentir cómo me derretía toda por él. Le gustaba sentir la concha envolviendo esa pija divina que nunca voy a olvidar. Me giraba la cabeza bruscamente y me devoraba la boca mientras la sacaba despacio...casi por completo. Dejaba solo la cabeza de la pija adentro palpitando entre los labios de la concha. Y de golpe volvía a mandarla entera para adentro al mismo tiempo que me mordía los labios y jugaba con mi lengua. Sin soltarme del pelo me llevaba a la cama y me ponía en cuatro bien perra para él. Lo miraba por sobre el hombro y me abría el orto ordenándole sutilmente que me haga sentir toda su pija que todavía goteaba mi excitación. Se acercaba despacio y enmarcaba mi culo, que él decía esculpido, con sus manos. Como si fuera un regalo para él. Lo escupía y lo lamía con tantas ganas que si pienso con los ojos cerrados vuelvo a sentirlo chupándolo. Te voy a chupar todo el orto, puta...lo sabés, no? Abrilo, animal. Abrilo con las manos como si fueras a desgarrarlo y cogeme con la lengua Primero mandaba dos dedos y lo abría a la fuerza. Los sacaba mientras me chupaba la concha y me los ponía en la boca para que los pruebe. Subía con su boca y me violaba el orto con la lengua. Lo chupaba con hambre animal. Te gusta así, putita? Escupime toda. Llename de tu saliva y cogeme bien fuerte con la lengua y los dedos. Haceme pedir a gritos a la pija Te lo voy a tener que abrir bien grande. Con la pija, que la tengo hecha un caño de la calentura. Me la vas a pedir, puta? Rogá por ella... A los gritos y casi llorando le pedía que me metiera la verga. "Quiero tu pija, necesito tu pija, por favor...metemelá de una vez!" Me escupía el culo de nuevo...se escupía la mano y se lubricaba la pija. La apoyaba en el orto y me agarraba del pelo. Me pegaba una palmada y la enterraba entera para hacerme pegar un alarido desesperado. "Que ganas que tenía de volver a romperte el orto, putita ", me decía al oído mientras yo gemía como una gata con los ojos apretados. Amaba que me hablara así. Que usara esas palabras. Potenciaba mi calentura. Mi excitación desbordante. Acababa con solo escucharlo. Me envolvía con sus brazos. Me sostenía de las tetas y sus dedos torturaban los pezones mientras su pija latía fuerte dentro de mí. Me empujó la cara contra la almohada y tomando una de mis manos la llevó entre mis piernas para pajearme juntos. Sus dedos guiaban los míos mientras me rompía el culo sin piedad. Vas a acabar para mí, putita? Te voy a chorrear toda la verga, Juan! Eso es lo que quiero. Y me la vas a limpiar a lamidas después... Te voy a chupar la pija como loca hasta hacerte acabar y tragarme toda tu leche. Voy a chupar hasta que quede limpia, seca y dormida dentro de mi boca... Pero la pija de Juan nunca dormía. No se bajaba con la primer acabada. Quedaba siempre pronta y al palo de nuevo para que la montara un rato más. Se dejó caer sobre la cama de espaldas con la pija como un mástil, lustrada por mi boca, destellando de limpia Trepala y hacela tuya de nuevo. Te cedo las riendas por un rato... Así era Juan. Atrapante. Apasionado. Perverso. Dominante. Un amante exquisito que a todas nos gustaría tener. Tan fanático del sexo y de dar placer como yo. Si hablamos de placeres, el sexo sin límites es el mejor. Amo chupar pija. Chupar culos. Chupar huevos. Chupar pies. Amo que un hombre sea lo suficientemente dominante como para hacerme sentir que le chupo la pija de prepo. De los pelos y atragantada. Amo que me obliguen a tragarme la leche y también que me acaben en la cara. Amo el sexo oral y el anal. Amo la doble penetración convencional y vaginal. Amo el desenfreno sexual y todo lo que sea consensuado en la cama con el único propósito de pasarla bien. Qué lindo cuando encontrás esa persona a la que no hace falta pedirle nada porque tiene los mismos gustos que vos. Qué lindo caer en manos de un tipo dominante cuando te gusta y te calienta mucho ser sumisa y activa a la vez. Qué lindo que llegue a tu cama un tipo que goce mucho cuando dominás la situación. Qué lindo es ser desprejuiciado y libre para coger. Probar de todo lo que no conocés y descubrir con el otro placeres que nunca habías imaginado...

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