Llevaba una semana sin saber nada de Carla. No contestaba a mis mensajes, no me atrevía a llamarla, pero me estaba preocupando. El fin de semana anterior, al llegar a su piso, estaba con otro chico (Ángel) y me empezaba a preocupar que me hubiera cambiado por él, la idea de no ser más su juguete rondaba mi mente y comenzaba a atormentarme. ¿Qué tal si le gusta más follarse a Ángel? No le veía sentido, siempre había cumplido sus órdenes, siempre había complacido sus deseos, no entendía que de pronto no quisiera saber de mi. Así que le escribí a Luiza, a ella le hizo gracia mi preocupación y me dijo, bueno no te preocupes, si Carla ya no te quiere, entonces serás mi putita y de nadie más. Aunque parezca estúpido eso me relajó un poco, porque ella me dijo que Carla no estaba enfadada, al menos que ella supiera, que estaría ocupada con “algo” y me dijo que si me apetecía siempre podía tomar un tren e ir a visitarla a ella a Barcelona. Sonreí a leerlo, no negaré que me encantó aquella idea de ir a pasar el fin de semana Barcelona con Luiza, pero rápidamente pensé… ¿y si se enfada Carla por hacerlo sin contar con ella? Asi que le dije a Luiza que gracias por su invitación, que me gustaba mucho la idea, pero que primero tenia que hablar con Carla. Luiza me dijo que “Como quieras putita, si te animas a venir solo dime”. Nos despedimos y me quedé pensando en aquella tentadora oferta, lo cierto es que me apetecía mucho ver a Luiza de nuevo y que me follase, una parte de mi la deseaba pero antes debía hablar con Carla.
Pasó otro día hasta que al fin Carla me escribió, “Hola putita, puedes hablar ahora?”. Yo estaba en el trabajo, pero rápidamente me fui al baño y le escribí “Claro que sí mami”. Un gran nerviosismo me invadía, por una parte de excitación de recibir su mensaje y por otra la preocupación de si tal vez iba a decirme que ya no quería saber más de mi. Asi que me pudo el nerviosismo y le pregunté si estaba todo bien, si ella estaba bien, que llevaba días sin saber de ella y no contestaba mis mensajes. Rápidamente me dijo “Ay cállate puta, he estado muy liada con un proyecto”, bueno su respuesta me dejó claro que todo seguía igual y me quede a la espera de que fuera ella quien llevase la conversación. Esperé un par de minutos hasta que recibí el deseado mensaje… “Esta noche quiero que vengas a mi casa, ok puta?” A lo cual yo contesté con un SI en mayúsculas. Me dijo que había estado muy ocupada con un proyecto y yo le dije que no se preocupase, que haría todo lo posible por relajarla. Ella me felicitó por mi respuesta, me dijo que tenia algo preparado y que debía ser esta noche, que no podia esperar más. Yo obviamente le dije que no se preocupase, que esta noche allí estaría.
Salí del baño y me fui directo a mi mesa, el corazón me latía a mil por hora, como siempre Carla no me había dado más detalles, pero yo sabía que fuera lo que fuera lo que tenia preparado, me iba a gustar, pero mi mente no paraba de darle vueltas. El día se me hizo eterno en la oficina, el tiempo no pasaba y no podía dejar de pensar en Carla y en lo que podría tener preparado. Estaba tan excitado que ya llevaba mi ropa interior empapada y un bulto constante en el pantalón, escondido bajo la mesa de mi escritorio. Al fin se hizo la hora y me marche corriendo a mi casa, me di una ducha rápida y me fui a por el metro. Sabía que a a esas horas Carla ya estaría en casa, ya hacia como una hora que habría salido de su trabajo, así que le envié un mensaje diciendo que tenía tantas ganas de verla y ya estaba preparado, que si podía ir un poco antes. Me dijo “Si puta, genial! Vente ya, te espero”. Creo que nunca hice tan rápido el camino desde la estación de metro a su casa como aquel día, subí a su piso y encontré la puerta del portal entre abierta y alli estaba Carla, como de costumbre, recostada en su sofá con lencería negra y su polla dura fuera. Aquella visión me encantó, pero de pronto me di cuenta que tenia una correa en su mano y en el suelo había una persona con una máscara de perro. Me quedé parado y me dijo “Vamos puta, ven aquí, ¿que no tenias tantas ganas de verme?” Me aproximé sin dejar de mirar a la persona enmascarada que estaba en el suelo, era Ángel, lo reconocí cuando me acerqué a besar a Carla, el muy imbécil me ladró y actuó como si fuera a morderme. Rápidamente Carla le reprimió y le dio un azote en el culo “Perra mala! Es un poco celosa pero no te preocupes, no te hará nada. ¿Te gusta mi nuevo juguete? He estado trabajando en esta perra los últimos días” Yo estaba atónito, para ser sinceros no me esperaba esto y le dije, “Pero es Ángel, no?” Y Carla me agarró de la mandíbula con su mano libre y me dijo “No vuelvas a pronuncia ese nombre puta, esta es mi perra y tu eres mi puta, está claro?” Asentí con la cabeza y ella me dijo, “Ok, ahora que todos tenéis claro quienes sois, vamos a comenzar a jugar”.
Carla me ordenó que me desnudase, mientras le ordenaba a su perra que le comiera la polla, a lo cual ambas obedecimos rápidamente. Cuando y estaba desnudo, me acerqué a Carla, sin saber por qué me puse también a 4 patas junto a su perra y comencé a comerle las tetas. Carla me dijo, “Ven, vamos al dormitorio, el juego de hoy te va a gustar” y la seguí a ella a la habitación mientras miraba como le colgaba entre las pierna la polla flácida pero gorda a Ángel. Carla me indicó que me tumbase en la cama y de un salto su perra subió a la cama, y comenzó a chuparme la polla. “Ves, mi perra es buena y está bien entrenada”. Mientras Ángel me chupaba la polla tenia una visión de Carla, de sus tetas y su sonrisa maliciosa clavada en mi. De pronto estiró de la correa de su perra y la separó de mi polla. Pude ver en su mirada lo que iba a hacer, aquello que tanto le gusta y que otras veces me había hecho a mi, le clavo la polla a su perra, pude sentir el espasmo, esa mezcla de dolor y de placer que experimentó Ángel al recibirla toda de golpe, apretó los dientes, pero no gritó y Carla le premió con un sonoro azote en su culo acompañado de un “Eso es perra, gozada, te gusta sentirla asi toda verdad que sí? Vamos sigue chupándola” y aflojó un poco la cuerda para dejar de nuevo que continuase comiéndome la polla. Así seguimos durante un rato, Carla empujando la cabeza de su perra para obligarla a tragar toda mi polla, hasta que al final se detuvo y dijo… “Bueno, ya parece que sois amigas, así que voy a soltarte perra”. Lo cierto es que la estaba gozando, Ángel la chupaba muy bien, había atendido muy bien mi glande hasta ese momento. Pero Carla tenia pensando algo más que aquello, así que me dijo “Vamos puta, hazte un lado y tu perra ya sabes lo que tienes que hacer”. Sin pensarlo me salí de la cama y miré atónito, Ángel se plegó en la cama, boca abajo, con las piernas recogidas como si fuera una perra de verdad, ofreciendo su culo y me dijo “Esto es lo que hoy te tengo preparado putita, un sandwich. Ahora quiero que te folles a mi perra, ya te he dejado su culo bien abierto y prepárate, ahora vas a ser mi putita”. Aquello me excitó, tenia el culo de Ángel frente a mi, su polla flácida pero empapada entre sus piernas y la perspectiva de recibir la polla de Carla que tanto llevaba deseando. Me subí a la cama y busqué la postura para poder hundir mi polla en aquel culo, poco a poco Ángel se curvó más y me facilitó el acceso, comencé a follarme aquel culo despacio, poco a poco fui subiendo el ritmo y de pronto noté las manos de Carla sobre mi cintura, con la indudable certeza que iba a recibir ya su polla. Y así fue, pude sentir como lubricaba mi culo y sin mucho más que esperar, recibí su clásica embestida, me clavó su polla y puso su boca junto a mi oreja, “¿Era esto lo que tanto estabas deseando putita? Ya me dijo Luiza que hablaste con ella, que estabas preocupada, no putita no, no te preocupes, eres mia y esto no se va a acabar (de nuevo me la volvió a clavar) pero no me gusta que hables con Luiza sin mi permiso, ¿me oyes putita? Así que voy a tener que darte una lección” Carla no paraba de follarme duro, yo me había quedado con la polla dentro de Ángel, de su perra, y ya no me movía, simplemente resistía las embestidas de Carla y le transmitía el empuje a su perra. Carla me estaba dando azotes mientras me follaba y me decía que habia echado de menos follar mi culo apretado. Se detuvo un momento con su polla dentro y me dijo, ahora quiero que te muevas tu, que folles a mi perra y te falles esta polla en tu culo y eso hice, comencé a mover mi culo y a sentir como aquella polla entraba y salía de mi mientras yo me follaba a su perra. Una sensación placentera, liberó la puta que llevo dentro e incluso desee el poder tener otra polla más para poder sentirla en mi boca. Era evidente que la estaba gozando como nunca y no tardé en correrme, le dí mi leche a esa perra y Carla me felicitó.
“Vaya vaya putita, la has gozado como nunca eh”, yo esta en esos momentos apoyado sobre la espalda de Ángel y Carla me ordenó salirme y ponerme en 4, se acercó por detrás y me dijo al oído, “Ya te dije que tenia que castigarte y esto te ha gustado puta, así que ponte en 4 ahora, porque te va a follar mi perra. La pobrecita lleva una semana sin correrse y te va a llenar el culo de leche. Así aprenderás que no debes hablar con Luiza sin mi permiso.” Y de pronto la sentí, Ángel se puso sobre mi y sentí ese glande gordo empujando mi culo. Tengo que decir que la polla de Ángel no es que sea tan gruesa ni larga como la de Carla, pero el glande es gordo y aquello lo noté y Carla lo sabía, por eso se puso a mi lado para mi reacción, para ver como se me abrían los ojos al recibir aquella polla. “Vamos perra! Fóllatela rápido, quiero que la llenes de leche” y eso hizo Ángel, comenzó a darme unas duras embestidas, aquel glande me estaba destrozando, me estaba follando como un animal y de pronto Carla me puso su polla en la boca, “Toma putita, quiero que me saques la leche” y comencé a chupar aquella polla mientras me follaba Ángel, estaba saboreando la polla de Carla en mi boca cuando de pronto lo pude sentir, Ángel se estaba corriendo, se detuvo con toda su polla dentro y soltó su leche. Carla comenzó a pajearse más duro con su polla en mi boca y me acabó dando la leche en la boca. Me besó y me dijo “Espero hayas aprendido la lección puta.”
Debo reconocer que aprendí la lección, pero no me desagradó el castigo, por algo soy una puta.
Os presento a Carla y su polla que sabe sacar la puta que llevo dentro.
Pasó otro día hasta que al fin Carla me escribió, “Hola putita, puedes hablar ahora?”. Yo estaba en el trabajo, pero rápidamente me fui al baño y le escribí “Claro que sí mami”. Un gran nerviosismo me invadía, por una parte de excitación de recibir su mensaje y por otra la preocupación de si tal vez iba a decirme que ya no quería saber más de mi. Asi que me pudo el nerviosismo y le pregunté si estaba todo bien, si ella estaba bien, que llevaba días sin saber de ella y no contestaba mis mensajes. Rápidamente me dijo “Ay cállate puta, he estado muy liada con un proyecto”, bueno su respuesta me dejó claro que todo seguía igual y me quede a la espera de que fuera ella quien llevase la conversación. Esperé un par de minutos hasta que recibí el deseado mensaje… “Esta noche quiero que vengas a mi casa, ok puta?” A lo cual yo contesté con un SI en mayúsculas. Me dijo que había estado muy ocupada con un proyecto y yo le dije que no se preocupase, que haría todo lo posible por relajarla. Ella me felicitó por mi respuesta, me dijo que tenia algo preparado y que debía ser esta noche, que no podia esperar más. Yo obviamente le dije que no se preocupase, que esta noche allí estaría.
Salí del baño y me fui directo a mi mesa, el corazón me latía a mil por hora, como siempre Carla no me había dado más detalles, pero yo sabía que fuera lo que fuera lo que tenia preparado, me iba a gustar, pero mi mente no paraba de darle vueltas. El día se me hizo eterno en la oficina, el tiempo no pasaba y no podía dejar de pensar en Carla y en lo que podría tener preparado. Estaba tan excitado que ya llevaba mi ropa interior empapada y un bulto constante en el pantalón, escondido bajo la mesa de mi escritorio. Al fin se hizo la hora y me marche corriendo a mi casa, me di una ducha rápida y me fui a por el metro. Sabía que a a esas horas Carla ya estaría en casa, ya hacia como una hora que habría salido de su trabajo, así que le envié un mensaje diciendo que tenía tantas ganas de verla y ya estaba preparado, que si podía ir un poco antes. Me dijo “Si puta, genial! Vente ya, te espero”. Creo que nunca hice tan rápido el camino desde la estación de metro a su casa como aquel día, subí a su piso y encontré la puerta del portal entre abierta y alli estaba Carla, como de costumbre, recostada en su sofá con lencería negra y su polla dura fuera. Aquella visión me encantó, pero de pronto me di cuenta que tenia una correa en su mano y en el suelo había una persona con una máscara de perro. Me quedé parado y me dijo “Vamos puta, ven aquí, ¿que no tenias tantas ganas de verme?” Me aproximé sin dejar de mirar a la persona enmascarada que estaba en el suelo, era Ángel, lo reconocí cuando me acerqué a besar a Carla, el muy imbécil me ladró y actuó como si fuera a morderme. Rápidamente Carla le reprimió y le dio un azote en el culo “Perra mala! Es un poco celosa pero no te preocupes, no te hará nada. ¿Te gusta mi nuevo juguete? He estado trabajando en esta perra los últimos días” Yo estaba atónito, para ser sinceros no me esperaba esto y le dije, “Pero es Ángel, no?” Y Carla me agarró de la mandíbula con su mano libre y me dijo “No vuelvas a pronuncia ese nombre puta, esta es mi perra y tu eres mi puta, está claro?” Asentí con la cabeza y ella me dijo, “Ok, ahora que todos tenéis claro quienes sois, vamos a comenzar a jugar”.
Carla me ordenó que me desnudase, mientras le ordenaba a su perra que le comiera la polla, a lo cual ambas obedecimos rápidamente. Cuando y estaba desnudo, me acerqué a Carla, sin saber por qué me puse también a 4 patas junto a su perra y comencé a comerle las tetas. Carla me dijo, “Ven, vamos al dormitorio, el juego de hoy te va a gustar” y la seguí a ella a la habitación mientras miraba como le colgaba entre las pierna la polla flácida pero gorda a Ángel. Carla me indicó que me tumbase en la cama y de un salto su perra subió a la cama, y comenzó a chuparme la polla. “Ves, mi perra es buena y está bien entrenada”. Mientras Ángel me chupaba la polla tenia una visión de Carla, de sus tetas y su sonrisa maliciosa clavada en mi. De pronto estiró de la correa de su perra y la separó de mi polla. Pude ver en su mirada lo que iba a hacer, aquello que tanto le gusta y que otras veces me había hecho a mi, le clavo la polla a su perra, pude sentir el espasmo, esa mezcla de dolor y de placer que experimentó Ángel al recibirla toda de golpe, apretó los dientes, pero no gritó y Carla le premió con un sonoro azote en su culo acompañado de un “Eso es perra, gozada, te gusta sentirla asi toda verdad que sí? Vamos sigue chupándola” y aflojó un poco la cuerda para dejar de nuevo que continuase comiéndome la polla. Así seguimos durante un rato, Carla empujando la cabeza de su perra para obligarla a tragar toda mi polla, hasta que al final se detuvo y dijo… “Bueno, ya parece que sois amigas, así que voy a soltarte perra”. Lo cierto es que la estaba gozando, Ángel la chupaba muy bien, había atendido muy bien mi glande hasta ese momento. Pero Carla tenia pensando algo más que aquello, así que me dijo “Vamos puta, hazte un lado y tu perra ya sabes lo que tienes que hacer”. Sin pensarlo me salí de la cama y miré atónito, Ángel se plegó en la cama, boca abajo, con las piernas recogidas como si fuera una perra de verdad, ofreciendo su culo y me dijo “Esto es lo que hoy te tengo preparado putita, un sandwich. Ahora quiero que te folles a mi perra, ya te he dejado su culo bien abierto y prepárate, ahora vas a ser mi putita”. Aquello me excitó, tenia el culo de Ángel frente a mi, su polla flácida pero empapada entre sus piernas y la perspectiva de recibir la polla de Carla que tanto llevaba deseando. Me subí a la cama y busqué la postura para poder hundir mi polla en aquel culo, poco a poco Ángel se curvó más y me facilitó el acceso, comencé a follarme aquel culo despacio, poco a poco fui subiendo el ritmo y de pronto noté las manos de Carla sobre mi cintura, con la indudable certeza que iba a recibir ya su polla. Y así fue, pude sentir como lubricaba mi culo y sin mucho más que esperar, recibí su clásica embestida, me clavó su polla y puso su boca junto a mi oreja, “¿Era esto lo que tanto estabas deseando putita? Ya me dijo Luiza que hablaste con ella, que estabas preocupada, no putita no, no te preocupes, eres mia y esto no se va a acabar (de nuevo me la volvió a clavar) pero no me gusta que hables con Luiza sin mi permiso, ¿me oyes putita? Así que voy a tener que darte una lección” Carla no paraba de follarme duro, yo me había quedado con la polla dentro de Ángel, de su perra, y ya no me movía, simplemente resistía las embestidas de Carla y le transmitía el empuje a su perra. Carla me estaba dando azotes mientras me follaba y me decía que habia echado de menos follar mi culo apretado. Se detuvo un momento con su polla dentro y me dijo, ahora quiero que te muevas tu, que folles a mi perra y te falles esta polla en tu culo y eso hice, comencé a mover mi culo y a sentir como aquella polla entraba y salía de mi mientras yo me follaba a su perra. Una sensación placentera, liberó la puta que llevo dentro e incluso desee el poder tener otra polla más para poder sentirla en mi boca. Era evidente que la estaba gozando como nunca y no tardé en correrme, le dí mi leche a esa perra y Carla me felicitó.
“Vaya vaya putita, la has gozado como nunca eh”, yo esta en esos momentos apoyado sobre la espalda de Ángel y Carla me ordenó salirme y ponerme en 4, se acercó por detrás y me dijo al oído, “Ya te dije que tenia que castigarte y esto te ha gustado puta, así que ponte en 4 ahora, porque te va a follar mi perra. La pobrecita lleva una semana sin correrse y te va a llenar el culo de leche. Así aprenderás que no debes hablar con Luiza sin mi permiso.” Y de pronto la sentí, Ángel se puso sobre mi y sentí ese glande gordo empujando mi culo. Tengo que decir que la polla de Ángel no es que sea tan gruesa ni larga como la de Carla, pero el glande es gordo y aquello lo noté y Carla lo sabía, por eso se puso a mi lado para mi reacción, para ver como se me abrían los ojos al recibir aquella polla. “Vamos perra! Fóllatela rápido, quiero que la llenes de leche” y eso hizo Ángel, comenzó a darme unas duras embestidas, aquel glande me estaba destrozando, me estaba follando como un animal y de pronto Carla me puso su polla en la boca, “Toma putita, quiero que me saques la leche” y comencé a chupar aquella polla mientras me follaba Ángel, estaba saboreando la polla de Carla en mi boca cuando de pronto lo pude sentir, Ángel se estaba corriendo, se detuvo con toda su polla dentro y soltó su leche. Carla comenzó a pajearse más duro con su polla en mi boca y me acabó dando la leche en la boca. Me besó y me dijo “Espero hayas aprendido la lección puta.”
Debo reconocer que aprendí la lección, pero no me desagradó el castigo, por algo soy una puta.
Os presento a Carla y su polla que sabe sacar la puta que llevo dentro.
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