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Convenciendo a Don Armando

Hacía una semana que le había mandado el presupuesto y no habia tenido respuesta, en la administracion me dijeron que el dueño, Don Armando, me queria ver para discutir el precio. No me quedaba otra, si queria facturar iba a tener que ir a verlo. Jean, camisa y sandalias, pero altas, con una buena plataforma, me vesti y fui decidida a cerrar el negocio. Entre a la oficina y luego de presentarnos y hablar un rato del presupesto la charla no iba hacia ninguna lado, estaba firme en su postura y no quería aceptar el precio, en un momento sale de la oficina a buscar una carpeta y dije; esta es mi oportunidad. Cuando volvió a entrar estaba sentada, pero desabrochandome las sandalias, -me voy a poner un poco mas cómoda, le dije, porque la charla viene para un rato mas. En el mismo movimiento y sin perder el tiempo subi ambos pies a su escritorio, como siempre, estan super cuidados y me habia pasado una hora pintadome las uñas con mucho cuidado de un rojo intenso. 
Don Armando cometio un error muy grande, su mirada se perdio en mis pies, por unos segundos largos, no pudo hacer otra cosa que mirarlos fijamente. -Hoy estoy acá, no se si vuelva a venir a su oficina, yo en su lugar dejaria de perder el tiempo y los aprovecharia, le dije.
El viejo no dudo, se agacho despacio pero decidido y empezó a pasarme la lengua por todos y cada uno de los dedos de un pie y luego del otro. Mientras se tocaba la verga y yo, debo confesar, me empezaba a exitar. Pensé que solo iba a ser para conseguir esa bendita venta, pero cuando quise reaccionar sentí como, de a poco, empezaba a mojarme. Despues de recorrer mis dedos y el empeine, comenzo a meterselos en la boca y chuparlos con muchas ganas, en ese punto, yo, ya no pensaba en otra cosa que en acabar, estaba segura que no iba a garchar con él, pero si a disfrutar el momento.ahi y casi poniendonos de acuerdo, me meti la mano por abajo del pantalon, estaba empapada, haciendo pequeños circulos me enfoque en tocarme con mucha suavidad el clítoris, Don Armando se bajo la bragueta y saco la pija afuera, muy dura para sus 72 años. Ahí todo eran gemidos de mi parte y el se hacia la paja muy fuerte, no aguante cuando se puso ambos dedos gordos de mis pies al mismo tiempo en la boca, acabe y me moje todo el pantalon pero no me importaba. Ahora quería que acabara él, asi que me decidi a ayudarlo un poco, me desabroche la camisa y me baje el corpiño mis tetas quedaron afuera y apretadas. A Don Armando le encantaron: -que pezones tan rosados tenes..-si claro, y grandes porque tengo dos hijos y me quedaron las areolas enormes, el viejo ya no aguanto y con un gemido muy fuerte eyaculó en mis pies. -Por favor, dejame los deditos cubiertos de esa leche tibia le dije. por suerte acabo un monton y alcanzo para los dos pies..la desparrame bien, como si fuera crema para el cuerpo, con ambas manos, me puse las sandalias de nuevo y asi como estaba toda enlechada y el presupesto aprobado por Don Armando me volví a casa. 

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