Como ya saben, me encanta hablar con amigas y conocidas sobre temas de sexo, sobre todo compartir historias, eso es lo que mas me gusta.
En este caso les voy a contar lo que me conto una chica que conocí hace unos años en un gimnasio, si bien fuimos 2 meses las dos juntas (ella dejo de ir a los dos meses y yo seguí), pero seguimos en contacto y cada tanto nos juntamos a hablar de nuestras experiencias. En este caso ella me conto lo siguiente.
Su nombre es Mariana y tiene 22 años, tiene 4 meses de casada.
“Tengo un amante al que le encanta que le diga que es mi papito, y así le voy a decir.
En los primeros 2 meses de casada todo marchaba bien, tenía buen sexo con mi esposo… bueno eso es lo que yo creía, pero todo cambia a partir de que el empezó a traer a sus amigos a tomar a nuestra casa.
Mi esposo había sido el primer y único hombre con el que yo había tenido relaciones sexuales.
Un fin de semana vino acompañado de su jefe del trabajo, venían medios tomados a seguir la fiesta aquí en la casa, desde que mi esposo me lo presento hubo algo muy raro con él, no se si fue su forma morbosa de mirarme o su desfachatez al hablar, pero a mí me encantó, me hizo sentir cosas que nunca había sentido.
Entre una cosa y otra, mientras hablábamos supe que era soltero y que era un macho en todo el sentido de la palabra, yo hice un comentario en la charla, dije que, si a mi esposo lo veía con otra mujer, le tiraria las cosas a la calle y él me dijo que, si una mujer se lo hacía, le daría una paliza y la sacaría desnuda a recoger una a una sus cosas y luego la castigaría dejándola desnuda en un rincón.
No se porque, pero esas palabras de aquel hombre me llenaron de excitación. Me imaginaba que yo era la mujer que le tiraba las cosas y el me hacia lo que dijo.
La reunión seguia y yo ya me había tomado algunas copas de más. Me pareció observar que aquel hombre se hacía el tonto, como que bebía mucho, pero en realidad no era así, pero mi esposo estaba cada vez más tomado y yo cada vez más coqueta.
Disimuladamente le abría las piernas para que me viera mi ropa interior.
Mi esposo termino por quedarse completamente dormido y yo me quede sola con su jefe, me levante un momento para ir al baño, momento que él aprovecho para esperarme en el pasillo.
Cuando salí lo vi parado esperándome, sin mediar palabra alguna, me dio un beso en la boca que me hizo temblar de pies a cabeza, el cual le correspondí de manera ardiente.
El me volteo de espaldas y me abrazo por atrás, besando mi cuello mientras me decía palabras subidas de tono en mi oído, me decia que se me notaba que me encantaba la verga y que me iba a dar la mejor de las cogidas delante de mi marido.
Yo temblaba de una emoción que nunca creí que existiera en mi… metió sus manos bajo la blusa y me empezó a acariciar las tetas, me pellizcaba mis pezones mientras yo lanzaba gemidos de placer, entonces levantó mi falda de atrás y me lo empezó a refregar, me quitó la blusa y la falda, dejándome solo en tanga y tacones.
Despacito me fue llevando hasta donde mi esposo dormía, y me paro frente a él, al oído me dijo agachate y chupámela, mientras sacaba su pija, yo me arrodillé y quedé a un metro de mi marido, le empecé a dar sexo oral mientras mi marido dormía su borrachera, luego se sentó en el sillón frente a mi esposo y me hizo montarme con las piernas bien abiertas, y me la empezó a meter.
Yo sentía placer, miedo y morbo, era algo difícil de explicar, me estaba volviendo loca de placer, ni en mis más locos sueños eróticos hubiera pensado hacerlo.
Después de un rato, me llevó a la habitación y me dijo que quería cogerme ahi donde yo dormía con mi marido, presa de la más loca excitación, deje que hiciera lo que quisiera conmigo.
Me penetraba una y otra vez mientras me decía que yo era una basura que no valía nada, que era peor que una puta, y que después de cogerme, me iba a llevar a un puterío para ponerme a trabajar.
Se que estoy loca porque en vez de ofenderme, sus palabras me calentaban más.
El momento más ardiente y más doloroso, fue cuando me lo metió por el culo, antes de metérmelo le dije que nunca nadie (ni mi esposo) me lo había hecho por ahí, él con una sonrisa burlona me dijo: no te preocupes putita, ese defecto ahora te lo quito, solo aprieta los dientes y afloja el culo.
Pero antes ensalivame la verga para que te entre bien. Otra vez me vi chupándosela, cuando me empinó para metérmela por el culo, mi cuerpo temblaba de placer, mi conchita chorreaba jugos vaginales en gran cantidad.
Cuando senti el primer empujón, sentí que me partía en dos, pero el placer y el dolor los sentía en una misma forma y de la misma manera, todo mezclado y al mismo tiempo
Empecé a gritar como loca, olvidándome que mi marido estaba abajo, sentí de pronto como todo mi hoyito se llenaba de leche ardiente, mientras yo desfallecida quedaba abierta en le cama.
El todavía tuvo la desfachatez de bañarse e irse tranquilo, dejándome toda adolorida.
El siguiente día, mi esposo recibió la noticia de que se tendría que ir a trabajar a una ruta lejana, lo que lo mantendría fuera toda la semana, pero con buenos viáticos.
El lunes temprano, mi marido se fue y al rato su jefe ya estaba aquí conmigo, diciéndome que a partir de ese momento el iba a reemplazar a mi marido en la cama, y que el día que me dejara toda abierta, me iba a mandar a la mierda, y a buscar otro culo mejor que el mío, asi que si no quería que fuera pronto, me tendría que prestar a hacer lo que a él se le antojara. Por supuesto que acepte, y ahora me trae vestida como si fuera una verdadera puta, y me trata como tal.
Incluso me ha prohibido tener relaciones sin condón con mi marido, la verdad estoy feliz de haberlo encontrado, por eso quiero compartir con vos esta experiencia.”
Fin
En este caso les voy a contar lo que me conto una chica que conocí hace unos años en un gimnasio, si bien fuimos 2 meses las dos juntas (ella dejo de ir a los dos meses y yo seguí), pero seguimos en contacto y cada tanto nos juntamos a hablar de nuestras experiencias. En este caso ella me conto lo siguiente.
Su nombre es Mariana y tiene 22 años, tiene 4 meses de casada.
“Tengo un amante al que le encanta que le diga que es mi papito, y así le voy a decir.
En los primeros 2 meses de casada todo marchaba bien, tenía buen sexo con mi esposo… bueno eso es lo que yo creía, pero todo cambia a partir de que el empezó a traer a sus amigos a tomar a nuestra casa.
Mi esposo había sido el primer y único hombre con el que yo había tenido relaciones sexuales.
Un fin de semana vino acompañado de su jefe del trabajo, venían medios tomados a seguir la fiesta aquí en la casa, desde que mi esposo me lo presento hubo algo muy raro con él, no se si fue su forma morbosa de mirarme o su desfachatez al hablar, pero a mí me encantó, me hizo sentir cosas que nunca había sentido.
Entre una cosa y otra, mientras hablábamos supe que era soltero y que era un macho en todo el sentido de la palabra, yo hice un comentario en la charla, dije que, si a mi esposo lo veía con otra mujer, le tiraria las cosas a la calle y él me dijo que, si una mujer se lo hacía, le daría una paliza y la sacaría desnuda a recoger una a una sus cosas y luego la castigaría dejándola desnuda en un rincón.
No se porque, pero esas palabras de aquel hombre me llenaron de excitación. Me imaginaba que yo era la mujer que le tiraba las cosas y el me hacia lo que dijo.
La reunión seguia y yo ya me había tomado algunas copas de más. Me pareció observar que aquel hombre se hacía el tonto, como que bebía mucho, pero en realidad no era así, pero mi esposo estaba cada vez más tomado y yo cada vez más coqueta.
Disimuladamente le abría las piernas para que me viera mi ropa interior.
Mi esposo termino por quedarse completamente dormido y yo me quede sola con su jefe, me levante un momento para ir al baño, momento que él aprovecho para esperarme en el pasillo.
Cuando salí lo vi parado esperándome, sin mediar palabra alguna, me dio un beso en la boca que me hizo temblar de pies a cabeza, el cual le correspondí de manera ardiente.
El me volteo de espaldas y me abrazo por atrás, besando mi cuello mientras me decía palabras subidas de tono en mi oído, me decia que se me notaba que me encantaba la verga y que me iba a dar la mejor de las cogidas delante de mi marido.
Yo temblaba de una emoción que nunca creí que existiera en mi… metió sus manos bajo la blusa y me empezó a acariciar las tetas, me pellizcaba mis pezones mientras yo lanzaba gemidos de placer, entonces levantó mi falda de atrás y me lo empezó a refregar, me quitó la blusa y la falda, dejándome solo en tanga y tacones.
Despacito me fue llevando hasta donde mi esposo dormía, y me paro frente a él, al oído me dijo agachate y chupámela, mientras sacaba su pija, yo me arrodillé y quedé a un metro de mi marido, le empecé a dar sexo oral mientras mi marido dormía su borrachera, luego se sentó en el sillón frente a mi esposo y me hizo montarme con las piernas bien abiertas, y me la empezó a meter.
Yo sentía placer, miedo y morbo, era algo difícil de explicar, me estaba volviendo loca de placer, ni en mis más locos sueños eróticos hubiera pensado hacerlo.
Después de un rato, me llevó a la habitación y me dijo que quería cogerme ahi donde yo dormía con mi marido, presa de la más loca excitación, deje que hiciera lo que quisiera conmigo.
Me penetraba una y otra vez mientras me decía que yo era una basura que no valía nada, que era peor que una puta, y que después de cogerme, me iba a llevar a un puterío para ponerme a trabajar.
Se que estoy loca porque en vez de ofenderme, sus palabras me calentaban más.
El momento más ardiente y más doloroso, fue cuando me lo metió por el culo, antes de metérmelo le dije que nunca nadie (ni mi esposo) me lo había hecho por ahí, él con una sonrisa burlona me dijo: no te preocupes putita, ese defecto ahora te lo quito, solo aprieta los dientes y afloja el culo.
Pero antes ensalivame la verga para que te entre bien. Otra vez me vi chupándosela, cuando me empinó para metérmela por el culo, mi cuerpo temblaba de placer, mi conchita chorreaba jugos vaginales en gran cantidad.
Cuando senti el primer empujón, sentí que me partía en dos, pero el placer y el dolor los sentía en una misma forma y de la misma manera, todo mezclado y al mismo tiempo
Empecé a gritar como loca, olvidándome que mi marido estaba abajo, sentí de pronto como todo mi hoyito se llenaba de leche ardiente, mientras yo desfallecida quedaba abierta en le cama.
El todavía tuvo la desfachatez de bañarse e irse tranquilo, dejándome toda adolorida.
El siguiente día, mi esposo recibió la noticia de que se tendría que ir a trabajar a una ruta lejana, lo que lo mantendría fuera toda la semana, pero con buenos viáticos.
El lunes temprano, mi marido se fue y al rato su jefe ya estaba aquí conmigo, diciéndome que a partir de ese momento el iba a reemplazar a mi marido en la cama, y que el día que me dejara toda abierta, me iba a mandar a la mierda, y a buscar otro culo mejor que el mío, asi que si no quería que fuera pronto, me tendría que prestar a hacer lo que a él se le antojara. Por supuesto que acepte, y ahora me trae vestida como si fuera una verdadera puta, y me trata como tal.
Incluso me ha prohibido tener relaciones sin condón con mi marido, la verdad estoy feliz de haberlo encontrado, por eso quiero compartir con vos esta experiencia.”
Fin
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