Boca vs River; humillado por el rival mas odiado

En plena Ciudad de Buenos Aires, iba viajando en subte y de bastante mal humor. Mi amado River Plate había pedido contra su asqueroso y eterno rival, Boca Juniors. Y encima por penales. Venia de ver el partido en un bar, con mi clásica camiseta de River y con ganas de nada, lo único que quería era llegar a mi casa y olvidarme del tema

Para mi desagradable sorpresa, en el mismo vagón veo a dos tipos con esa camiseta azul y oro que tanto odio hablando y comentando entre ellos. Para mayor consternación, venían hablando del partido y como no, haciendo comentarios despectivos de mi equipo. Obviamente no soy idiota, eran dos contra uno, así que me la tuve que aguantar calladito pero cada comentario y risa que soltaban me enardecía cada vez mas. Era claro que ya habían notado mi presencia y hacían comentarios en voz alta a propósito.

Cuando llegamos a la terminal, con mi cara ya roja de la humillación y rabia, veo que estos tipos se dirigen a los molinetes, se saludan y mientras uno de ellos encara hacia la salida, el otro va a los baños. Yo ya tenia planeado pasar por el baño para lavarme un poco la cara y pensé que finalmente mi suerte estaba mejorando. Ahora tenia a un bostero solo y encima regalado, así que decidí matar dos pájaros de un tiro y encararlo en el baño, a ver si tantas ganas tenia de hacerse el vivo. Y encima tenia una pinta de cabeza bárbara, cosa que me daba mas asco.

Cuando entro al baño veo que está en uno de los mingitorios, solo, lo cual no es raro ya que a estos baños de estaciones no suele ir casi nadie. Me acerco a los lavatorios y lo miro disimuladamente pero con intención, que se note que quería empezar una discusión. El tipo se dio cuenta en seguida.

- Se te perdió algo gallina ?
- Y a vos se te perdió tu amigo parece, no bostero ? te dejaron solo

El tipo abandonó el mingitorio mientras se abrochaba el pantalón y fugazmente le pude ver la verga, que me dejó idiota por un momento, porque era bastante grande pero sobre todo cabezona. El tipo se dio cuenta y se empezó a reír, cosa que me devolvió a la realidad. Rojo de mas rabia y vergüenza, le seguí la discusión dispuesto a pelear si era necesario pero sin darme cuenta que su amigo, el que se había ido, estaba detrás mío. Evidentemente había vuelto al baño por necesidad o quizá porque olvidó decirle o darle algo al otro, nunca lo sabré.

Cuestión que ahora tenia a estos dos bosteros mugrientos, uno detrás y uno delante, cosa que me estaba empezando a asustar un poco. Quise amagar para irme manteniendo el orgullo diciéndoles que no valían la pena o algo así, no recuerdo exactamente que salió de mi boca, pero lo siguiente que supe es que me tenían de rodillas y uno de ellos, el primero al que había encarado, me empujaba del cuello contra su verga pero por arriba del pantalón. Yo estaba que los quería cagar a piñas ahí mismo, pero al mismo tiempo no me podía resistir a olerle la entrepierna como si fuera su puto obediente.

- Callate la boca puto! - me dijo el otro mientras me tiraba de los pelos y me daba una patada desde atras, cuando quise gritar
- Ahora te la vas a comer como buena gallina puta que sos - agregó el primero y esta vez se sacó la verga del pantalón, dejándola a cm de mi boca.

No se si fue la sorpresa, el dolor que sentía o un deseo inconsciente de obedecer al macho bostero, pero mi boca se abrió instantáneamente y su verga morocha y olorosa me entró violentamente provocándome arcadas. Tenia un sabor agrio y bastante fuerte, cosa que me daba asco pero no podía evitar chuparsela de manera compulsiva, como si fuera una puta reventada hambrienta de verga.


- Eso puto! dale chupá gallina trola, cometela toda - me decía el tipo mientras me empujaba de la nuca.
Al mismo tiempo, el segundo bostero me empujaba desde atrás y por la velocidad de los movimientos, se notaba que se estaba calentando y entrando en adrenalina

- Lo voy a hacer mierda al puto de River este - dijo el segundo, con la voz claramente denotando mucha excitación y por los ruidos que se escuchaban, se estaba bajando el pantalón
- Quedate de campana mejor boludo - le dijo al que le estaba chupando la pija, con voz ronca y entrecortada

Pero el otro no le hizo caso y entonces supe lo que se venia. No sé si por instinto de supervivencia; por salvaguardar mi honor de hincha o por rechazo a mis rivales de toda la vida, pero ahí recobré la consciencia y me moví violentamente como para zafar; pero bastaron un par de golpes y patadas para que me tuviera completamente dominado y, con movimientos violentos, con mis pantalones semi bajos y mi culo expuesto

Mpppppphhh! - quise protestar pero tenia la boca tapada de verga bostera, lo que hizo que mi humillación e impotencia se tornaran insoportables y empecé a llorar mientras el segundo bostero, con mucha fiereza, me enterraba su poronga en el orto

Me estaban cojiendo por boca y culo como dos animales, gimiendo como cerdos mientras se me caían las lagrimas y lo único que podía hacer era chupar y chupar, recordando la derrota en el campo de juego y ahora resignándome a una humillación mucho mas extrema; nuevamente por parte de esos colores que tanto odiaba. Ellos simbolizaban a Boca y a su escudo, cosa que acrecentaba mas mi vergüenza y rabia y el dolor se hacia cada vez mas intenso hasta que de pronto y sin poder evitarlo, empezaron a llenarme de leche. coronando una victoria inolvidable para ellos. El calor y la pegajosidad de la leche, que percibía tanto en la garganta como en el culo, me hizo poner los ojos en blanco, completamente derrotado y entregado, con la baba cayéndome por los costados de la boca.

Con los ojos llorosos y la visión nublada, caí al piso boca arriba, mientras veía de forma neblinosa como estos dos tipos intercambiaban miradas de lujuria y diversión a la vez que se acomodaban los pantalones. Creí que todo había terminado, pero me tenían reservado un ultimo gol. El segundo bostero, el que me la había dado por atrás, sacó una vez mas la verga y me empezó mear, apuntando al escudo de River en mi camiseta. Ya no tenia fuerza para resistirme, me quedé ahí, derrotado, humillado. con la boca y el culo llenos de leche y encima, meado, algo que no habría esperado ni en mis peores pesadillas.


Fue una derrota completa y categórica, extremadamente degradante y lo único que podía esperar con todo mi ser, es que haya sido la ultima...