Con mi novio Juan estamos de novios hace más de dos años. Estamos planeando buscar un departamento más grande e irnos a vivir juntos pronto.
El tema es que están muy caros los alquileres y para ingresar se requiere de bastante dinero, por lo que ambos estamos haciendo horas extras en nuestros trabajos.
Él trabaja en el área de sistema en una empresa multinacional. Yo estoy trabajando en una textil, haciendo diseño de indumentaria y realmente me está yendo bastante bien pero de todas formas hago horas extras para incrementar mi ingreso.
Nuestros horarios de trabajo no se superponen, así que nos vemos muy seguido.
A veces lo paso a buscar por su trabajo y vamos a merendar o hacemos otros planes.
La empresa donde trabaja Juan acababa de absorber a otra más pequeña y se renovó el personal.
Las últimas veces que fui, no conocía a nadie, ya que los antiguos empleados fueron asignados a otros sectores u otras sedes.
Una vez fui y me quedé esperando en el hall a que saliera mi novio, cuando de repente salió de una de las oficinas un chico alto, castaño claro, buena presencia (bastante lindo, dicho en otros términos) que me dijo:
Él: La sesión de fotos para la publicidad es en el piso de arriba
Yo: Nono, estoy esperando a mi novio que está por salir
Él: Ah, bueno, igual no hacemos fotos aquí, solo lo dije para hablarte...dijo sonriendo algo nervioso.
Yo: Yo te creí, porque cambió bastante esta empresa en este último tiempo..
Él: Si, hace poco me ubicaron en esta sede, en el área de sistema.
Yo: Ah, mi novio trabaja en sistema también
Él: Ah, si? Quién es?
Yo: Juan ****, trabaja hace bastante aquí.
Él: Sisi, lo conozco! Trabaja muy bien..
Yo: Si, se está esforzando para juntar más dinero y así poder mudarnos juntos en poco tiempo.
Él: Ah, que bien.. dijo con poco interés. Bueno, tengo que seguir trabajando. Encantado de conocerte, sos bienvenida cuando quieras, mi nombre es Aldo.
Yo: Encantada! Nos estaremos viendo por aquí entonces! Mi nombre es Mili...
Él me dió un beso en la mejilla y se metió rápidamente a su oficina.
A los pocos minutos salió Juan y nos fuimos a merendar.
En la semana se me pasaba por la cabeza este chico. Me había caído bien, pero sólo eso..
Fui un par de veces más pero casi nunca lo cruzaba. Salvo vagas excepciones en donde pasaba y me saludaba con una sonrisa. Pero nada más.
Le había quedado claro que estaba de novia y que no tenía chances.
Con el correr de las semanas me empezó a llamar la atención cada vez más. Las pocas veces que lo veía notaba que se vestía muy bien. Su físico lo favorecía y su actitud "ganadora" aún más.
Un día, habíamos quedado con Juan para ir al cine después de su trabajo y lo fui a buscar allí, como muchas otras veces. Ya se había cumplido su horario pero él no salía.
Después de unos 15 minutos salió malhumorado de la oficina y me dijo que tenía que quedarse una hora más porque le habían agregado más trabajo.
Yo le dije que no se preocupara, que lo esperaba en el hall y que me fijaba si conseguía entradas para la siguiente función.
Me quedé sentada allí, concentrada con el teléfono, cuando de repente la voz de Aldo rompe el silencio:
Aldo: Ey Mili, todavía aquí?
Yo: Si, a Juan le agregaron más trabajo y se tiene que quedar un rato más.
Aldo: Uy, qué mal! Bueno, querés tomar un café mientras esperas?
Yo: Si, dale! Tengo más o menos una hora..
Aldo me guió hasta la cocina y me preparó el café. También se hizo uno para él y se quedó acompañándome.
Nos quedamos charlando un buen rato. Él me hacía reír bastante y la verdad que la hora se me hizo muy corta. Aproveché para elogiar su vestimenta y le comenté que era diseñadora de indumentaria. Él me pidió algunos consejos y todo fue así.. muy ameno.
Ya habíamos terminado el café y él me ofreció otro. Yo lo acepté pero antes tenía que ir al baño.
Aldo me indicó dónde estaba y fui rápidamente.
Cuando volví a la cocina él ya no estaba, pero había dejado el café servido. Lo tomé con algo de apuro y bajé al hall para esperarlo a Juan. Finalmente salió y nos fuimos al cine.
Después de ese día no volví por un tiempo a la empresa. Me había enganchado con unos trabajos particulares que me sumaban algo de dinero y me llevaban bastante tiempo.
Esos días estuvo muy presente Aldo. Evidentemente me caía más que bien después de ese café.
A las pocas semanas Juan me comentó que Aldo estaba organizando una cena el viernes en su casa y que todo el área de sistema estaba invitado y podían ir con compañía. Yo acepté de inmediato.
Llegó ese viernes..la verdad que estaba algo entusiasmada y algo nerviosa ¿por qué habría de estarlo?
Nos saludamos como si recién nos hubiéramos conocido, ya que Juan nos presentó formalmente.
La cena estuvo increíble, la pasamos muy bien. De vez en cuando cruzábamos miradas y nos sonreíamos disimuladamente entre chiste y chiste.
Ya se había hecho tarde y los comensales empezaron a retirarse.
Los últimos fuimos nosotros. Juan lo saludó rápidamente y se fue a abrir el auto. Yo me despedí con un beso y el dije al oído "que rico que cocinas", él se sonrojó y trató de aplacar el cumplido diciendo "era todo comprado". Yo me reí y le dije "se que no" y mi mano recorrió rápidamente desde su hombro hasta su mano. Me alejé mirándolo fijamente por unos segundos.
Juan me había dicho anteriormente que al otro día iba a hacer horas extras en el trabajo y que se iba a levantar temprano. Así que me dejó en casa y él se fue a la suya.
Me quedé en el hall de entrada de mi edificio hasta que él se fue e inmediatamente me tomé un taxi para volver a la casa de Aldo.
Aquí es donde me la jugué toda. Dejé "olvidada" mi cartera en un hueco del sofá de Aldo e iba a buscarla.
Toqué el timbre con mucho nervio. Él me atendió sorprendido y me hizo entrar de inmediato.
Aldo: Y Juan?
Yo: Me dejó en casa, él trabaja mañana temprano. Pero me di cuenta que me había olvidado la cartera aquí y tenía que volver porque sino no puedo entrar a mi casa.
Fui hasta el hueco del sofá y saqué mi cartera. Noté que aún estaba levantando la mesa y le ofrecí ayuda.
Él me dijo que no me preocupara, pero yo insistí mirándolo fijamente y finalmente aceptó.
Nos coordinamos en la cocina para lavar y secar. Yo iba lavando y Aldo iba secando y guardando las cosas.
Mientras lo hacíamos charlamos muy a gusto, como aquella vez en la cocina de la empresa.
Él pasaba detrás mío para agarrar las cosas que yo iba dejando y aprovechaba para rozarme o agarrarme sutilmente la cintura. Yo estaba encantada con que lo haga. Cada vez era más alevoso. Yo hacía la cola para atrás buscando frotarme en él, que se estaba pegando más y más.
Cuando terminamos de lavar y acomodar todo, él se quedó atrás mío. Me agarró la cintura con las dos manos y me agradeció por haberlo ayudado:
Aldo: Gracias por quedarte. Estos dejaron un desastre!
Yo: Viste? Cuando se trabaja en equipo, todo es más rápido.
Aldo: Si, iba terminar re tarde y mañana tengo que levantarme temprano. Pero gracias a vos, voy a dormir más tiempo... o "vamos" a dormir más tiempo?
Yo: "Vamos" a dormir..
Él comenzó a besarme el cuello suavemente mientras yo acariciaba su pelo. Sus manos comenzaron a moverse lentamente por todo mi cuerpo. Yo movía de forma circular la cadera frotandome con su bulto prominente.
Me di vuelta y nos empezamos a besar apasionadamente. Nuestras manos buscaban acariciar hasta el último rincón del cuerpo del otro y nuestras lenguas se entrelazaban con desesperación. Había mucha calentura entre los dos.
Comencé a acariciarle el pene por arriba del pantalón y le dije de forma picaresca "¿Vamos a dormir?". Él asintió con la cabeza y me fue llevando a los besos hasta su cuarto.
Ni bien entramos me sacó la remera y quedé en tetas (no uso corpiño). Me recostó en la cama y comenzó a saborearlas con mucho deseo. Una vez que me dejó los pezones bien duros, comenzó a bajar con besos hasta mi entrepierna. Me sacó el pantalón y la tanga y me empezó a chupar la concha con prisa. Yo estaba prendida fuego. Estaba empapada. En pocos minutos me hizo acabar de una forma increíble. Saqué su cabeza de mi vulva y lo desvestí rápidamente. Le comí la boca una vez más y le pedí que me la meta.
Aldo agarró de su mesa de luz una cajita de preservativos y se puso uno inmediatamente. Suavemente me empezó a penetrarme.
No sé si era la calentura que tenía o qué, pero todo se sentía rico. Su pene era hermoso, ni muy grande ni muy chico. Sentía que su pene estaba diseñado para estar adentro mío. Entraba justito.
Se movía suavemente, me rozaba el clitoris y me volvía loca. Me hizo llegar una vez más en muy poco tiempo.
De a poco empezó a acelerar la penetración. Yo gemía suavemente mientras lo abrazaba y oía cómo seguían saliendo mis flujos.
Nos besábamos con un deseo inmensurable, el chupaba mi cuello suavemente para no dejar marcas y yo le clavaba ligeramente las uñas en la espalda.
Finalmente Aldo empezó a gemir más fuerte y a meterla más profundo y con más fuerza. Hasta que finalmente acabó.
Nos abrazamos agotados y nos besamos un rato más hasta que nos dormimos.
Cuando desperté, ya había salido el sol. No podía creer lo que había pasado. Ni bien abrí los ojos, lo primero que vi, fue el preservativo usado en la mesa luz. Me di vuelta y lo vi a él destapado. Era todo real. Allí estaba, durmiendo completamente desnudo. Sus abdominales tímidamente marcados, algunos tatuajes en su pecho y su pene descansando, después de haberme hecho pasar una noche increíble...
Comencé a recordar todo lo que pasó esa noche y me empecé a calentar nuevamente.
Empecé a darle besitos en el abdomen e iba bajando suavemente hasta llegar a su aún flácido miembro. Me lo metí en la boca y se lo chupé con delicadeza. Tenía gusto a látex mezclado con semen, naturalmente..
De a poco empezó a ponerse más duro y yo estaba muy deseosa de tenerlo dentro mío. Luego sumé al recorrido sus depilados huevos mientras lo masturbaba. Luego Aldo me acarició la cabeza. "Buen día hermosa, que linda forma de amanecer" me dijo sonriente. Yo no me distraje de mi tarea. Una vez que estaba completamente duro, le di unos besos, agarré otro preservativo de la cajita y se lo puse. Inmediatamente me senté en su verga y recién le dije "buenos días". Lo cabalgué con fuerza un buen rato y él me agarraba las tetas y las nalgas. Frotaba mi clitoris contra él y en unos minutos acabé.
Bajé un poco la intensidad pero no me detuve. Me lo saqué un ratito y me di vuelta para quedar de espaldas a él. Aprovechó para acariciarme la cola con toda libertad mientras yo seguía moviéndome arriba de él.
Luego me levanté y quedé en cuatro. Aldo se puso detrás mío sin dudar y me la metió hasta adentro. Me agarró de la cintura y comenzó a moverse bien rico.
Sentí que su verga estaba bien dura, más que a la noche. Estábamos muy calientes ambos. "Si me lo hacés despacito, podés metermela en la cola también" dije entre gemidos. Él no dudó ni un segundo, sacó un gel de la cajita y me lo empezó a pasar por el ano metiéndome un dedo muy suavemente mientras me cogía lento. "Eso bombón, suavecito" lo alentaba mientras gemía bajito. Luego me metió otro dedo con cuidado y movía lentamente ambos. Sentí que se me había dilatado lo suficiente y le pedí que me la meta..
Cuando me empezó a meter la punta de la cabeza, sonó el despertador. Aldo dijo "no puede ser" y yo lo consolaba diciéndole que lo dejemos para otro día. Pero él se resistió. Apagó el despertador y dijo "llegaré tarde, pero esto lo vale".
Toda esta interrupción hizo que su pene se bajara. Pero yo también quería seguir con eso. Así que le saqué el preservativo y le empecé a chupar la verga de nuevo. Una vez que se puso firme otra vez, le dije que no se ponga otro preservativo, así disfrutábamos mejor.
Aldo lubricó su pene, me puso más gel en ano y lentamente me empezó a penetrar.
Se sentía bien rico su miembro entrando suavemente por mi culo. Cuando lo metió completo, me empecé a mover para marcarle el ritmo. Él me acariciaba las tetas y me besaba el cuello mientras seguía estirando mi esfinter. Luego de un buen rato, dejé que él marque el ritmo. Al principio lo hacía lento, disfrutando del momento. Pero paulatinamente fue acelerando hasta que empezó a jadear fuerte. Comenzó a darme nalgadas mientras me penetraba haciendo chocar sus huevos en mí, hasta que eyaculó y quedó agitado sonriendo de placer.
"Que rico desayuno, me encantó" le dije mientras lo besaba
Luego nos bañamos juntos mientras seguíamos besándonos, pero ya no iba a pasar nada más, era muy tarde. Yo me fui a casa y él fue para el trabajo, a encontrarse cara a cara con Juan, luego de haberme cogido entera. No sé cómo habrá sido esa situación..
La culpa que me agarró después era tortuosa. Lo que hizo que no vaya por un buen tiempo a buscar a Juan a la empresa.
Después de varias semanas cumplíamos tres años de noviazgo y decidimos ir a a celebrar después de su trabajo.
Ese día me puse bien guapa. Estaba llegando el verano, así que me puse minifalda y una remera cortita bastante ajustada.
Así fui a la empresa. Estaba esperando en el hall, rogando que no aparezca Aldo por ese pasillo. Pero la puerta de su oficina se abrió y él se quedó contemplándome desde ahí. Me hizo seña para que entre. Yo tímidamente me acerqué y él me abrazó de la cintura y me dio un beso en la boca diciéndome "Hola hermosa, hace mucho que no venías"
Yo: Pará, que en cualquier momento sale Juan.
Aldo: Ah, no te preocupes por eso. A continuación agarró su teléfono y lo llamó para asignarle más tareas.
Yo: Ah, vos sos el que le agregas las tareas?
Aldo: Si, soy el supervisor del área.
Yo: Y esa vez que me invitaste el café?
Aldo: También, te vi esperando ahí y quería estar un rato a solas con vos, así que lo demoré a Juan.
Me calentó bastante esa posición jerárquica y el uso deshonesto. Cerré la puerta y lo besé con deseo. Él le puso llave mientras me manoseaba entera y me llevó hasta el borde de su escritorio.
No había tanto tiempo, así que le bajé el pantalón y su ropa interior y comencé a comerle la verga con desesperación. Pero de repente vibró mi teléfono. Era Juan...
Lo tuve que atender porque me avisaba que iba a salir más tarde. Mientras hablaba con él, seguía masturbando la verga de Aldo.
Una vez que cortó, seguí chupándole la verga. Luego me sentó sobre el escritorio e inmediatamente me levantó la pollera y me sacó la tanga. Se agachó y empezó a chuparme la vagina con intensidad hasta que me hizo acabar. Luego de eso, necesitaba tenerlo adentro. Le pedí que se ponga un preservativo de inmediato, pero él me dijo que no tenía. Ahí se me cayó el mundo. Él se hizo para atrás con resignación y comenzó a subirse el pantalón. Pero lo traje hacia mi y le dije "ya fue". Agarré su pene, me lo puse en la entrada de la vagina e hice que me penetre.
Nos abrazamos y lo hicimos en esa posición por un buen rato. Siempre tratando de no hacer ruido, aunque algún gemido se me escapaba. Luego me puse de espaldas a él y lo arengaba diciéndole que me dé duro, hasta que finalmente acabó.
Salí rápidamente de la oficina y me metí en el baño para arreglarme.
De esto pasó un mes. Estoy con un atraso de mi periodo y Aldo fue el único que me acabo adentro. Si salgo de esta, voy a empezar a llevar yo los preservativos. Fin..
El tema es que están muy caros los alquileres y para ingresar se requiere de bastante dinero, por lo que ambos estamos haciendo horas extras en nuestros trabajos.
Él trabaja en el área de sistema en una empresa multinacional. Yo estoy trabajando en una textil, haciendo diseño de indumentaria y realmente me está yendo bastante bien pero de todas formas hago horas extras para incrementar mi ingreso.
Nuestros horarios de trabajo no se superponen, así que nos vemos muy seguido.
A veces lo paso a buscar por su trabajo y vamos a merendar o hacemos otros planes.
La empresa donde trabaja Juan acababa de absorber a otra más pequeña y se renovó el personal.
Las últimas veces que fui, no conocía a nadie, ya que los antiguos empleados fueron asignados a otros sectores u otras sedes.
Una vez fui y me quedé esperando en el hall a que saliera mi novio, cuando de repente salió de una de las oficinas un chico alto, castaño claro, buena presencia (bastante lindo, dicho en otros términos) que me dijo:
Él: La sesión de fotos para la publicidad es en el piso de arriba
Yo: Nono, estoy esperando a mi novio que está por salir
Él: Ah, bueno, igual no hacemos fotos aquí, solo lo dije para hablarte...dijo sonriendo algo nervioso.
Yo: Yo te creí, porque cambió bastante esta empresa en este último tiempo..
Él: Si, hace poco me ubicaron en esta sede, en el área de sistema.
Yo: Ah, mi novio trabaja en sistema también
Él: Ah, si? Quién es?
Yo: Juan ****, trabaja hace bastante aquí.
Él: Sisi, lo conozco! Trabaja muy bien..
Yo: Si, se está esforzando para juntar más dinero y así poder mudarnos juntos en poco tiempo.
Él: Ah, que bien.. dijo con poco interés. Bueno, tengo que seguir trabajando. Encantado de conocerte, sos bienvenida cuando quieras, mi nombre es Aldo.
Yo: Encantada! Nos estaremos viendo por aquí entonces! Mi nombre es Mili...
Él me dió un beso en la mejilla y se metió rápidamente a su oficina.
A los pocos minutos salió Juan y nos fuimos a merendar.
En la semana se me pasaba por la cabeza este chico. Me había caído bien, pero sólo eso..
Fui un par de veces más pero casi nunca lo cruzaba. Salvo vagas excepciones en donde pasaba y me saludaba con una sonrisa. Pero nada más.
Le había quedado claro que estaba de novia y que no tenía chances.
Con el correr de las semanas me empezó a llamar la atención cada vez más. Las pocas veces que lo veía notaba que se vestía muy bien. Su físico lo favorecía y su actitud "ganadora" aún más.
Un día, habíamos quedado con Juan para ir al cine después de su trabajo y lo fui a buscar allí, como muchas otras veces. Ya se había cumplido su horario pero él no salía.
Después de unos 15 minutos salió malhumorado de la oficina y me dijo que tenía que quedarse una hora más porque le habían agregado más trabajo.
Yo le dije que no se preocupara, que lo esperaba en el hall y que me fijaba si conseguía entradas para la siguiente función.
Me quedé sentada allí, concentrada con el teléfono, cuando de repente la voz de Aldo rompe el silencio:
Aldo: Ey Mili, todavía aquí?
Yo: Si, a Juan le agregaron más trabajo y se tiene que quedar un rato más.
Aldo: Uy, qué mal! Bueno, querés tomar un café mientras esperas?
Yo: Si, dale! Tengo más o menos una hora..
Aldo me guió hasta la cocina y me preparó el café. También se hizo uno para él y se quedó acompañándome.
Nos quedamos charlando un buen rato. Él me hacía reír bastante y la verdad que la hora se me hizo muy corta. Aproveché para elogiar su vestimenta y le comenté que era diseñadora de indumentaria. Él me pidió algunos consejos y todo fue así.. muy ameno.
Ya habíamos terminado el café y él me ofreció otro. Yo lo acepté pero antes tenía que ir al baño.
Aldo me indicó dónde estaba y fui rápidamente.
Cuando volví a la cocina él ya no estaba, pero había dejado el café servido. Lo tomé con algo de apuro y bajé al hall para esperarlo a Juan. Finalmente salió y nos fuimos al cine.
Después de ese día no volví por un tiempo a la empresa. Me había enganchado con unos trabajos particulares que me sumaban algo de dinero y me llevaban bastante tiempo.
Esos días estuvo muy presente Aldo. Evidentemente me caía más que bien después de ese café.
A las pocas semanas Juan me comentó que Aldo estaba organizando una cena el viernes en su casa y que todo el área de sistema estaba invitado y podían ir con compañía. Yo acepté de inmediato.
Llegó ese viernes..la verdad que estaba algo entusiasmada y algo nerviosa ¿por qué habría de estarlo?
Nos saludamos como si recién nos hubiéramos conocido, ya que Juan nos presentó formalmente.
La cena estuvo increíble, la pasamos muy bien. De vez en cuando cruzábamos miradas y nos sonreíamos disimuladamente entre chiste y chiste.
Ya se había hecho tarde y los comensales empezaron a retirarse.
Los últimos fuimos nosotros. Juan lo saludó rápidamente y se fue a abrir el auto. Yo me despedí con un beso y el dije al oído "que rico que cocinas", él se sonrojó y trató de aplacar el cumplido diciendo "era todo comprado". Yo me reí y le dije "se que no" y mi mano recorrió rápidamente desde su hombro hasta su mano. Me alejé mirándolo fijamente por unos segundos.
Juan me había dicho anteriormente que al otro día iba a hacer horas extras en el trabajo y que se iba a levantar temprano. Así que me dejó en casa y él se fue a la suya.
Me quedé en el hall de entrada de mi edificio hasta que él se fue e inmediatamente me tomé un taxi para volver a la casa de Aldo.
Aquí es donde me la jugué toda. Dejé "olvidada" mi cartera en un hueco del sofá de Aldo e iba a buscarla.
Toqué el timbre con mucho nervio. Él me atendió sorprendido y me hizo entrar de inmediato.
Aldo: Y Juan?
Yo: Me dejó en casa, él trabaja mañana temprano. Pero me di cuenta que me había olvidado la cartera aquí y tenía que volver porque sino no puedo entrar a mi casa.
Fui hasta el hueco del sofá y saqué mi cartera. Noté que aún estaba levantando la mesa y le ofrecí ayuda.
Él me dijo que no me preocupara, pero yo insistí mirándolo fijamente y finalmente aceptó.
Nos coordinamos en la cocina para lavar y secar. Yo iba lavando y Aldo iba secando y guardando las cosas.
Mientras lo hacíamos charlamos muy a gusto, como aquella vez en la cocina de la empresa.
Él pasaba detrás mío para agarrar las cosas que yo iba dejando y aprovechaba para rozarme o agarrarme sutilmente la cintura. Yo estaba encantada con que lo haga. Cada vez era más alevoso. Yo hacía la cola para atrás buscando frotarme en él, que se estaba pegando más y más.
Cuando terminamos de lavar y acomodar todo, él se quedó atrás mío. Me agarró la cintura con las dos manos y me agradeció por haberlo ayudado:
Aldo: Gracias por quedarte. Estos dejaron un desastre!
Yo: Viste? Cuando se trabaja en equipo, todo es más rápido.
Aldo: Si, iba terminar re tarde y mañana tengo que levantarme temprano. Pero gracias a vos, voy a dormir más tiempo... o "vamos" a dormir más tiempo?
Yo: "Vamos" a dormir..
Él comenzó a besarme el cuello suavemente mientras yo acariciaba su pelo. Sus manos comenzaron a moverse lentamente por todo mi cuerpo. Yo movía de forma circular la cadera frotandome con su bulto prominente.
Me di vuelta y nos empezamos a besar apasionadamente. Nuestras manos buscaban acariciar hasta el último rincón del cuerpo del otro y nuestras lenguas se entrelazaban con desesperación. Había mucha calentura entre los dos.
Comencé a acariciarle el pene por arriba del pantalón y le dije de forma picaresca "¿Vamos a dormir?". Él asintió con la cabeza y me fue llevando a los besos hasta su cuarto.
Ni bien entramos me sacó la remera y quedé en tetas (no uso corpiño). Me recostó en la cama y comenzó a saborearlas con mucho deseo. Una vez que me dejó los pezones bien duros, comenzó a bajar con besos hasta mi entrepierna. Me sacó el pantalón y la tanga y me empezó a chupar la concha con prisa. Yo estaba prendida fuego. Estaba empapada. En pocos minutos me hizo acabar de una forma increíble. Saqué su cabeza de mi vulva y lo desvestí rápidamente. Le comí la boca una vez más y le pedí que me la meta.
Aldo agarró de su mesa de luz una cajita de preservativos y se puso uno inmediatamente. Suavemente me empezó a penetrarme.
No sé si era la calentura que tenía o qué, pero todo se sentía rico. Su pene era hermoso, ni muy grande ni muy chico. Sentía que su pene estaba diseñado para estar adentro mío. Entraba justito.
Se movía suavemente, me rozaba el clitoris y me volvía loca. Me hizo llegar una vez más en muy poco tiempo.
De a poco empezó a acelerar la penetración. Yo gemía suavemente mientras lo abrazaba y oía cómo seguían saliendo mis flujos.
Nos besábamos con un deseo inmensurable, el chupaba mi cuello suavemente para no dejar marcas y yo le clavaba ligeramente las uñas en la espalda.
Finalmente Aldo empezó a gemir más fuerte y a meterla más profundo y con más fuerza. Hasta que finalmente acabó.
Nos abrazamos agotados y nos besamos un rato más hasta que nos dormimos.
Cuando desperté, ya había salido el sol. No podía creer lo que había pasado. Ni bien abrí los ojos, lo primero que vi, fue el preservativo usado en la mesa luz. Me di vuelta y lo vi a él destapado. Era todo real. Allí estaba, durmiendo completamente desnudo. Sus abdominales tímidamente marcados, algunos tatuajes en su pecho y su pene descansando, después de haberme hecho pasar una noche increíble...
Comencé a recordar todo lo que pasó esa noche y me empecé a calentar nuevamente.
Empecé a darle besitos en el abdomen e iba bajando suavemente hasta llegar a su aún flácido miembro. Me lo metí en la boca y se lo chupé con delicadeza. Tenía gusto a látex mezclado con semen, naturalmente..
De a poco empezó a ponerse más duro y yo estaba muy deseosa de tenerlo dentro mío. Luego sumé al recorrido sus depilados huevos mientras lo masturbaba. Luego Aldo me acarició la cabeza. "Buen día hermosa, que linda forma de amanecer" me dijo sonriente. Yo no me distraje de mi tarea. Una vez que estaba completamente duro, le di unos besos, agarré otro preservativo de la cajita y se lo puse. Inmediatamente me senté en su verga y recién le dije "buenos días". Lo cabalgué con fuerza un buen rato y él me agarraba las tetas y las nalgas. Frotaba mi clitoris contra él y en unos minutos acabé.
Bajé un poco la intensidad pero no me detuve. Me lo saqué un ratito y me di vuelta para quedar de espaldas a él. Aprovechó para acariciarme la cola con toda libertad mientras yo seguía moviéndome arriba de él.
Luego me levanté y quedé en cuatro. Aldo se puso detrás mío sin dudar y me la metió hasta adentro. Me agarró de la cintura y comenzó a moverse bien rico.
Sentí que su verga estaba bien dura, más que a la noche. Estábamos muy calientes ambos. "Si me lo hacés despacito, podés metermela en la cola también" dije entre gemidos. Él no dudó ni un segundo, sacó un gel de la cajita y me lo empezó a pasar por el ano metiéndome un dedo muy suavemente mientras me cogía lento. "Eso bombón, suavecito" lo alentaba mientras gemía bajito. Luego me metió otro dedo con cuidado y movía lentamente ambos. Sentí que se me había dilatado lo suficiente y le pedí que me la meta..
Cuando me empezó a meter la punta de la cabeza, sonó el despertador. Aldo dijo "no puede ser" y yo lo consolaba diciéndole que lo dejemos para otro día. Pero él se resistió. Apagó el despertador y dijo "llegaré tarde, pero esto lo vale".
Toda esta interrupción hizo que su pene se bajara. Pero yo también quería seguir con eso. Así que le saqué el preservativo y le empecé a chupar la verga de nuevo. Una vez que se puso firme otra vez, le dije que no se ponga otro preservativo, así disfrutábamos mejor.
Aldo lubricó su pene, me puso más gel en ano y lentamente me empezó a penetrar.
Se sentía bien rico su miembro entrando suavemente por mi culo. Cuando lo metió completo, me empecé a mover para marcarle el ritmo. Él me acariciaba las tetas y me besaba el cuello mientras seguía estirando mi esfinter. Luego de un buen rato, dejé que él marque el ritmo. Al principio lo hacía lento, disfrutando del momento. Pero paulatinamente fue acelerando hasta que empezó a jadear fuerte. Comenzó a darme nalgadas mientras me penetraba haciendo chocar sus huevos en mí, hasta que eyaculó y quedó agitado sonriendo de placer.
"Que rico desayuno, me encantó" le dije mientras lo besaba
Luego nos bañamos juntos mientras seguíamos besándonos, pero ya no iba a pasar nada más, era muy tarde. Yo me fui a casa y él fue para el trabajo, a encontrarse cara a cara con Juan, luego de haberme cogido entera. No sé cómo habrá sido esa situación..
La culpa que me agarró después era tortuosa. Lo que hizo que no vaya por un buen tiempo a buscar a Juan a la empresa.
Después de varias semanas cumplíamos tres años de noviazgo y decidimos ir a a celebrar después de su trabajo.
Ese día me puse bien guapa. Estaba llegando el verano, así que me puse minifalda y una remera cortita bastante ajustada.
Así fui a la empresa. Estaba esperando en el hall, rogando que no aparezca Aldo por ese pasillo. Pero la puerta de su oficina se abrió y él se quedó contemplándome desde ahí. Me hizo seña para que entre. Yo tímidamente me acerqué y él me abrazó de la cintura y me dio un beso en la boca diciéndome "Hola hermosa, hace mucho que no venías"
Yo: Pará, que en cualquier momento sale Juan.
Aldo: Ah, no te preocupes por eso. A continuación agarró su teléfono y lo llamó para asignarle más tareas.
Yo: Ah, vos sos el que le agregas las tareas?
Aldo: Si, soy el supervisor del área.
Yo: Y esa vez que me invitaste el café?
Aldo: También, te vi esperando ahí y quería estar un rato a solas con vos, así que lo demoré a Juan.
Me calentó bastante esa posición jerárquica y el uso deshonesto. Cerré la puerta y lo besé con deseo. Él le puso llave mientras me manoseaba entera y me llevó hasta el borde de su escritorio.
No había tanto tiempo, así que le bajé el pantalón y su ropa interior y comencé a comerle la verga con desesperación. Pero de repente vibró mi teléfono. Era Juan...
Lo tuve que atender porque me avisaba que iba a salir más tarde. Mientras hablaba con él, seguía masturbando la verga de Aldo.
Una vez que cortó, seguí chupándole la verga. Luego me sentó sobre el escritorio e inmediatamente me levantó la pollera y me sacó la tanga. Se agachó y empezó a chuparme la vagina con intensidad hasta que me hizo acabar. Luego de eso, necesitaba tenerlo adentro. Le pedí que se ponga un preservativo de inmediato, pero él me dijo que no tenía. Ahí se me cayó el mundo. Él se hizo para atrás con resignación y comenzó a subirse el pantalón. Pero lo traje hacia mi y le dije "ya fue". Agarré su pene, me lo puse en la entrada de la vagina e hice que me penetre.
Nos abrazamos y lo hicimos en esa posición por un buen rato. Siempre tratando de no hacer ruido, aunque algún gemido se me escapaba. Luego me puse de espaldas a él y lo arengaba diciéndole que me dé duro, hasta que finalmente acabó.
Salí rápidamente de la oficina y me metí en el baño para arreglarme.
De esto pasó un mes. Estoy con un atraso de mi periodo y Aldo fue el único que me acabo adentro. Si salgo de esta, voy a empezar a llevar yo los preservativos. Fin..
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