Estaba exhausto. Decidimos con Pau faltar a todas las actividades del otro día, puesto que no eran muy interesantes y preferimos quedarnos juntos durmiendo, aprovechando que los pibes estaban en algún lado (más tarde me enteraría que estaban con las dos chicas que ya habían estado, esa relación de 4 estaba raaaaara). Sin embargo, a media mañana una sensación inconfundible me sacó del sueño. Sentí humedad en mi entrepierna y acto seguido toda mi temperatura corporal aumentó.
Al abrir los ojos, me encontré con una imagen digna de retratar: Paula se encontraba con su cabeza en mi entrepierna, con su lengua pasando a lo largo de toda mi pija, dándole besos y mirándola con mucho amor. Era como si yo no existiera, era algo entre mi pija, ella y nadie más, por lo que decidí cerrar los ojos y dedicarme a disfrutar esa hermosa mamada. Simplemente le acaricié el pelo un poco para que ella supiera que ya estaba despierto, pero solo me dedicó una mirada y, luego de sonreírme de esa forma que hace que me derrita y que solo ella sabe hacer, dejó de mirarme y toda su atención fue nuevamente para mí erecta verga.
Estuvo un buen rato peteandome, hasta que lentamente vino hacia mi y, con una inocente sonrisa dijo:
- Buen día, ahora quiero que me cojas un ratito-. Acto seguido se ubicó encima de mi pija y se la metió toda, llenandome la pija de flujo y regalandome un hermoso gemido que rápidamente le borró la sonrisa. Comenzó a moverse lentamente sobre mi, con mi pija en su interior. En su cara se notaba que realmente lo estaba disfrutando, lo cuál pude comprobar fehacientemente cuando con un simple movimiento hice que mi pija se metiera completamente dentro de suyo, generando en ella un potente orgasmo que mojó todas mis piernas y las sábanas.
En ese momento todo lo que venía siendo cariño, amor y suavidad cambió. Ella comenzó a saltar como una poseída encima de mi, mientras con una mano masajeaba sus tetas y con la otra se tocaba el clítoris. Los gritos y los insultos se apoderaron de la habitación. De esta forma logró alcanzar un nuevo orgasmo, que puso todo su cuerpo a temblar encima del mío. Acto seguido se sacó mi pija, se puso en 4 y mirándome con una sonrisa por encima de un hombro dijo:
-Quiero que me llenes la cola de leche-.
Rápidamente le pasé mis dedos por su concha para lubricarlos y fui metiendoselos uno a uno en su agujero más apretado. Cuando el tercero entró, decidí que ya era tiempo y, luego de darle algunos besos en la espalda, se la comencé a metérsela por el culo.
Venía aguantando como un campeón pero esto fue demasiado, le di dos o tres bombeadas y no pude más, todo su interior quedó inundado de mi caliente leche.
Al mirar la hora luego de terminar, ella se dió cuenta que todavía estaba a tiempo de irse a su excursión, por lo que decidió aprovechar y rápidamente irse, dejándome solo y sin planes. Esto me enojó un poco, pues habíamos decidido juntos no hacer nada, pero la verdad que con la noche y la mañana que habíamos pasado, no le di demasiada atención, me armé un porro y escribí en el grupo de WhatsApp de la división a ver si alguien más había faltado y estaba al pedo.
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"Venite a mi habitación que estoy acá, ya la conoces ;)"
El mensaje era de mi amiga Mayra, que evidentemente había tomado la misma decisión que yo. Obviamente me dirigí hacía ahí.
La puerta estaba abierta, por lo que, luego de esperar una confirmación, pasé de una. Me encontré con Mayra acostada en su cama, tapada hasta la nariz.
- Venite a acostar conmigo, no quiero dormir solita-. Me dijo con una inocente sonrisa.
Cuando me metí en la cama, me encontré con que ella llevaba solamente una pequeña tanga. Nada cubría sus hermosas tetas y toda su suave piel estaba a disposición de mis manos. Sin embargo, ambos estábamos muy cansados, por lo que simplemente estuvimos un rato dándonos tiernos besos y acariciando nuestros cuerpos, sin dejar que la situación pasara a mayores.
Si bien con Paula sentía cosas que nunca en mi vida había sentido, con Mayra encontraba una comodidad y una complicidad única. Había pasado años fantaseando con situaciones así con ella, y luego de cojer por primera vez en este viaje nuestra relación no había hecho más que mejorar, ambos disfrutábamos mucho del cariño que nos dábamos y era algo más que sexo. Mi relación con ella siempre había sido muy física y de muchos mimos y caricias, y ahora eso lo habíamos llevado a otro nivel. Además, sus besos eran realmente muy buenos, y su compañía se sentía realmente agradable.
Luego de estar un buen rato mimandonos y dándonos besos en la boca y en el cuello, ambos cedimos al sueño y nos quedamos dormidos abrazados.
Me desperté en la oscuridad, evidentemente ya se había hecho de noche. May seguía atrapada en mis brazos y su respiración se sentía profunda, por lo que asumí que seguía dormida. Sin embargo, su respiración no fue lo único que se escuchaba. Un traqueteo incesante y rítmico fue lo que me había sacado del sueño y se hacía cada vez más fuerte.
Muy lentamente, con cuidado de no despertar a mi amiga, me levanté de la cama y me acerque al baño, de dónde provenían los sonidos. Cuando estaba x golpear la puerta, un gemido me hizo dar cuenta de la boludez que estaba por hacer. Era obvio que había alguien cogiendo, no podía ser tan cortamambo de interrumpir. Por este motivo, me volví a acostar, pero esta vez me propuse a despertar a May con unos besos, decidido a esperar para ver a quien nos encontrábamos en el baño de la habitación.
Al despertarse May se abrazó a mi cuello y comenzó a besarme suavemente, pero esta vez la situación fue distinta a la de más temprano. Ayudados por los gemidos que cada tanto se escuchaban, y con lo excitante de la situación, rápidamente la situación se calentó y terminamos masturbandonos mutuamente, mientras nos mirábamos a los ojos. Sin embargo, fuimos interrumpidos por la puerta.
La sorpresa que me llevé fue mayúscula: Franquito y Manu salieron del baño escoltados de la amiga con la que May compartía habitación. Nosotros decidimos hacernos los boludos como si siguieramos durmiendo, para evitarles el momento incómodo. Ya habría rato para interrogar a aquellos dos sobre que estaban haciendo estos días.
Al ratito, los chicos abandonaron la habitación, y a los 5 minutos me llegó un mensaje de ellos diciendo que había que hacer previa todos los de la división. "Ja, que hijos de puta" pensé, pero obviamente les dije que si y que en un rato estaría allá.
Aproveché que la chica se fue a bañar, me despedí de May y salí para mí habitación, dónde los pibes me esperaban con una jarra de fernet y un porrito.
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-BOLUDO, no sabes lo que nos pasó hoy...-Empezaba el relato de Manu. Me hice el boludo, evidentemente no se habían dado cuenta que May no estaba durmiendo sola y que el que la acompañaba era yo.
-Primero que nada cuéntenme que carajo pasó ayer en la previa y dónde durmieron hijos de puta.- Lo frené yo.
Al abrir los ojos, me encontré con una imagen digna de retratar: Paula se encontraba con su cabeza en mi entrepierna, con su lengua pasando a lo largo de toda mi pija, dándole besos y mirándola con mucho amor. Era como si yo no existiera, era algo entre mi pija, ella y nadie más, por lo que decidí cerrar los ojos y dedicarme a disfrutar esa hermosa mamada. Simplemente le acaricié el pelo un poco para que ella supiera que ya estaba despierto, pero solo me dedicó una mirada y, luego de sonreírme de esa forma que hace que me derrita y que solo ella sabe hacer, dejó de mirarme y toda su atención fue nuevamente para mí erecta verga.
Estuvo un buen rato peteandome, hasta que lentamente vino hacia mi y, con una inocente sonrisa dijo:
- Buen día, ahora quiero que me cojas un ratito-. Acto seguido se ubicó encima de mi pija y se la metió toda, llenandome la pija de flujo y regalandome un hermoso gemido que rápidamente le borró la sonrisa. Comenzó a moverse lentamente sobre mi, con mi pija en su interior. En su cara se notaba que realmente lo estaba disfrutando, lo cuál pude comprobar fehacientemente cuando con un simple movimiento hice que mi pija se metiera completamente dentro de suyo, generando en ella un potente orgasmo que mojó todas mis piernas y las sábanas.
En ese momento todo lo que venía siendo cariño, amor y suavidad cambió. Ella comenzó a saltar como una poseída encima de mi, mientras con una mano masajeaba sus tetas y con la otra se tocaba el clítoris. Los gritos y los insultos se apoderaron de la habitación. De esta forma logró alcanzar un nuevo orgasmo, que puso todo su cuerpo a temblar encima del mío. Acto seguido se sacó mi pija, se puso en 4 y mirándome con una sonrisa por encima de un hombro dijo:
-Quiero que me llenes la cola de leche-.
Rápidamente le pasé mis dedos por su concha para lubricarlos y fui metiendoselos uno a uno en su agujero más apretado. Cuando el tercero entró, decidí que ya era tiempo y, luego de darle algunos besos en la espalda, se la comencé a metérsela por el culo.
Venía aguantando como un campeón pero esto fue demasiado, le di dos o tres bombeadas y no pude más, todo su interior quedó inundado de mi caliente leche.
Al mirar la hora luego de terminar, ella se dió cuenta que todavía estaba a tiempo de irse a su excursión, por lo que decidió aprovechar y rápidamente irse, dejándome solo y sin planes. Esto me enojó un poco, pues habíamos decidido juntos no hacer nada, pero la verdad que con la noche y la mañana que habíamos pasado, no le di demasiada atención, me armé un porro y escribí en el grupo de WhatsApp de la división a ver si alguien más había faltado y estaba al pedo.
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"Venite a mi habitación que estoy acá, ya la conoces ;)"
El mensaje era de mi amiga Mayra, que evidentemente había tomado la misma decisión que yo. Obviamente me dirigí hacía ahí.
La puerta estaba abierta, por lo que, luego de esperar una confirmación, pasé de una. Me encontré con Mayra acostada en su cama, tapada hasta la nariz.
- Venite a acostar conmigo, no quiero dormir solita-. Me dijo con una inocente sonrisa.
Cuando me metí en la cama, me encontré con que ella llevaba solamente una pequeña tanga. Nada cubría sus hermosas tetas y toda su suave piel estaba a disposición de mis manos. Sin embargo, ambos estábamos muy cansados, por lo que simplemente estuvimos un rato dándonos tiernos besos y acariciando nuestros cuerpos, sin dejar que la situación pasara a mayores.
Si bien con Paula sentía cosas que nunca en mi vida había sentido, con Mayra encontraba una comodidad y una complicidad única. Había pasado años fantaseando con situaciones así con ella, y luego de cojer por primera vez en este viaje nuestra relación no había hecho más que mejorar, ambos disfrutábamos mucho del cariño que nos dábamos y era algo más que sexo. Mi relación con ella siempre había sido muy física y de muchos mimos y caricias, y ahora eso lo habíamos llevado a otro nivel. Además, sus besos eran realmente muy buenos, y su compañía se sentía realmente agradable.
Luego de estar un buen rato mimandonos y dándonos besos en la boca y en el cuello, ambos cedimos al sueño y nos quedamos dormidos abrazados.
Me desperté en la oscuridad, evidentemente ya se había hecho de noche. May seguía atrapada en mis brazos y su respiración se sentía profunda, por lo que asumí que seguía dormida. Sin embargo, su respiración no fue lo único que se escuchaba. Un traqueteo incesante y rítmico fue lo que me había sacado del sueño y se hacía cada vez más fuerte.
Muy lentamente, con cuidado de no despertar a mi amiga, me levanté de la cama y me acerque al baño, de dónde provenían los sonidos. Cuando estaba x golpear la puerta, un gemido me hizo dar cuenta de la boludez que estaba por hacer. Era obvio que había alguien cogiendo, no podía ser tan cortamambo de interrumpir. Por este motivo, me volví a acostar, pero esta vez me propuse a despertar a May con unos besos, decidido a esperar para ver a quien nos encontrábamos en el baño de la habitación.
Al despertarse May se abrazó a mi cuello y comenzó a besarme suavemente, pero esta vez la situación fue distinta a la de más temprano. Ayudados por los gemidos que cada tanto se escuchaban, y con lo excitante de la situación, rápidamente la situación se calentó y terminamos masturbandonos mutuamente, mientras nos mirábamos a los ojos. Sin embargo, fuimos interrumpidos por la puerta.
La sorpresa que me llevé fue mayúscula: Franquito y Manu salieron del baño escoltados de la amiga con la que May compartía habitación. Nosotros decidimos hacernos los boludos como si siguieramos durmiendo, para evitarles el momento incómodo. Ya habría rato para interrogar a aquellos dos sobre que estaban haciendo estos días.
Al ratito, los chicos abandonaron la habitación, y a los 5 minutos me llegó un mensaje de ellos diciendo que había que hacer previa todos los de la división. "Ja, que hijos de puta" pensé, pero obviamente les dije que si y que en un rato estaría allá.
Aproveché que la chica se fue a bañar, me despedí de May y salí para mí habitación, dónde los pibes me esperaban con una jarra de fernet y un porrito.
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-BOLUDO, no sabes lo que nos pasó hoy...-Empezaba el relato de Manu. Me hice el boludo, evidentemente no se habían dado cuenta que May no estaba durmiendo sola y que el que la acompañaba era yo.
-Primero que nada cuéntenme que carajo pasó ayer en la previa y dónde durmieron hijos de puta.- Lo frené yo.
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