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El placer secreto de Luis

El placer secreto de Luis
Luis y yo fuimos amigos desde aquel día que coincidimos en primer año del secundario en el mismo curso y el mismo banco.
Una amistad increíble. Nos contábamos todo. Estudiamos distintas carreras pero seguimos siendo amigos, nos casamos, integramos a nuestras esposas y a nuestras familias.
Ya teníamos como cincuenta y cinco años. 
Una noche que nos juntamos a cenar las mujeres se habían ido al living a ver una serie, Luis y yo nos quedamos charlando en el patio.
Habíamos tomado cerveza antes de la cena, vino durante y después cerveza de nuevo. Estábamos bastante desinhibidos y más confidentes que de costumbre, sin estar borrachos.
Me preguntó qué me parecía el strapon, pegging o cinturonga y yo no tenía idea. Buscó la notebook, puso una página porno y me mostró cómo era lo del strapon.
-Mi mujer y yo lo hacemos -confesó de una.
-¿Sos puto?
-No porque no me gustan los tipos. Es una actividad sexual que me gusta hacer con la bruja. Lo disfrutamos los dos.
-Para mí es puto, gay.
-Son juegos sexuales en pareja. Me visto de mina, ella me desviste, me coge y después terminamos acabando como siempre pero con más intensidad.
-No me parece.
-Una cosa es ser gay, otra es disfrutar de placer anal. La penetración estimula la próstata, se goza y hace bien. Y no la hace un tipo, la hace tu mujer. Deberías probarlo, no de una, tenés que jugar con los dedos, después con otra cosa, después lo hace ella y recién llegan al strapon. Esto nunca se lo conté a nadie pero nadie, sos mi amigo por eso te cuento, es cómo empecé y cómo llegué a esto.
Y empezó a contar. 
Tenía veintitantos, todavía no había conocido a quien sería su mujer. Salió un tiempo con una mina que no tenía intenciones de formalizar y aprovechó la bolada.
A la mina le gustaba el sexo anal, lo convenció de meterle uno y dos dedos en el culo y él la dejó con tal de seguir con el juego.
La mina se metía algunos juguetes pero ahí Luis no se animó. 
Después de terminar con la mina le quedó el gusto y de vez en cuando se metía un dedo, una birome, el palo de un balero, siempre con preservativo. 
Cuando conoció a su esposa por un tiempo se olvidó del tema, tuvo un buen noviazgo y se casó. Unos años después, cuando ya no había tanto sexo en la pareja volvió a meterse un dedo y otras cosas. Aprovechaba cuando la mujer no estaba en la casa. 
Llegó a meterse un desodorante en aerosol. Decía que le llegó a tomar el gusto y lo disfrutaba.
Tenía sus etapas con más o menos ganas. Hasta que una vez que estaban viendo porno encontró videos de strapon y le dijo a la esposa si se animaba. Ella le dijo si no eran cosas de puto, él dijo que no porque los hombres no le gustaban, le gustaba la penetración y que si no era con ella no lo haría con nadie. 
Y no le dijo que ya se había metido cosas antes.
Para hacerlo divertido y relajado para ella, hicieron todo un juego. Luis se vistió con ropas de la esposa: corpiño, bombacha, musculosa, pollera y no se puso tacos porque no le entraban.
Ella lo agarró para la joda y dijo que  ya que era afeminado que se pintara los ojos y los labios. Después se besaron, te tocaron, se calentaron, hicieron un cambio de roles, cada uno le sacó la ropa al otro.
Ella le sacó lentamente la musculosa, desabrochó el corpiño y se lo sacó despacio, mientras le decía:
-Lindas tetas para chupar -y lo chupó.
Le bajó despacio la bombacha y apenas la liberó de los pies lo hizo dar vueltas y le empezó a acariciar el culo.
Hicieron el 69 y Luis le pidió que le chupara el culo.
-No, eso no.
-Dale, yo te lo hago y no me muero.
Ella le chupó el culo y él se volvió loco de placer.
Después ella se puso lubricante en un dedo y se lo metió en el culo, despacio como él le pedía y que lo hiciera girar para aumentar la dilatación y después fueron dos dedos.
-¿Te gusta? -preguntó ella.
-Me encanta. ¿Y a vos?
-Me causó gracia verte pintado y con mi ropa. Todavía no sé si me gusta, es raro y me calienta.
-Girá el dedo para que se dilate mejor -dijo él.
Unos minutos después estuvo listo. Ella se puso el arnés con la pija de silicona que él había comprado, lubricó bien el pedazo, él se puso en cuatro y ella acercó la cabeza a la entrada. 
Sería de unos 20 x 5. 
Empujó despacio y poco a poco se fue metiendo, en un par de minutos ella dijo:
-Ya entró toda. ¿Qué más hago?
-Movete despacio, hacia afuera un par de centímetros y después para adentro y más rápido a medida que se afloja más, después lo sacás y lo metés, después empujás. Acariciame la pija, los huevos, las tetas. Y decime cosas.
-¿Qué cosas?
-Cosas calientes. Como las que te digo a vos cuando te la pongo.
La esposa comenzó a hacer lo que él le dijo. Luis gemía, jadeaba, resoplaba.
Como le pidió le tocó las tetas, la pija, los huevos pero no salía decir cosas.
-¿Qué me estás haciendo? -preguntó él para que se soltara -dale, decime.
-Te estoy culeando.
-¿Qué me estás metiendo?
-La pinchila, puto.
-¿Hasta donde la metés?
-Hasta los huevos.
-¿Qué le hacés a mi culo?
-Lo culeo.
-¿Qué más? 
-No sé.
-Lo penetrás.
-Lo penetro.
-Me rompés el culo.
-Te rompo el culo.
-Ya tenés libreto. Ahora movete, rompeme el culo.
Ella empezó a moverse y él a gemir y jadear con el moviiento.
-Te culeo, te meto la pinchila, te penetro, te rompo el culo.
Entre los gemidos y jadeos él preguntó:
-¿Qué soy?
-Puto, sos un puto culeado y yo te rompo el culo.
SE lo decía risueña, por los nervios tal vez.
Según él estaba bien. Cuando él se la cogía le decía puta y otras cosas al calor del momento y no estaba mal que se lo dijera ella.
Le tocó la pija, él empezó a acabar y ella también empezó a gemir y gritar y tuvo un orgasmo.  Le sacó el cinto con la poronga y se tumbaron los dos a descansar.
Luis la besó en la boca con mucha pasión.
-Mi mujer es mi macho, qué lindo me culeaste.
-Ahora no vas a buscar tipos.
-Claro que no. Todo mi sexo es solo con vos.
-Cuando acabás no se te queda parada pero ahora que te la metí sí, sos goloso, eh. ¿No querés aprovechar esa erección y metérmela un ratito?
Se ubicó boca arriba, abrió y levantó las piernas y él la penetró. Se estuvieron moviendo unos minutos hasta que él le dijo:
-¿Si te la meto en el culo?
-No sé. 
-Es lindo. 
-Vos estabas decidido, yo no.
-Probemos de a poco, un dedo, después otro, vamos viendo.
-Probemos. Si te digo pará vos pará.
-Dale.
No le hizo el culo esa noche pero le metió hasta dos dedos, jugó en círculos y después ella se la chupó hasta acabar. Y en la siguiente oportunidad la penetró y le llenó el culo de leche.
Cuando Luis terminó de contar los dos estábamos con la pija parada.
-Tenés que probarlo, es divino.
-No creo que me guste.
-Probar no cuesta nada.
-Aunque quisiera probar no sé si la bruja va a querer.
-Preguntale.
-¿Para qué si no me interesa?
-No sabés lo que te perdés.
Esa noche cuando nos íbamos a casa, mi mujer me dijo en el auto:
-Analía me contó una cosa increíble. Que se pone un cinturón con una pija y se lo coge por el culo a Luis. Creo que se llama strapon o alto así. 
-He visto algo en el porno.
-Ella dice que fue idea de él y que le encanta a los dos. Al principio le pidió él y ella le dio el gusto pero después le terminó gustando a ella también. 
y después de un silencio agregó:
-¿Te gustaría probar?
Y así estoy hace un tiempo, mi mujer que quiere que probemos y yo que me resisto. No sé hasta cuanto insistirá ella, yo pienso seguir resistiendo.
Roberto

2 comentarios - El placer secreto de Luis

martinfcd
Jajaja, buena historia. Habrá que resistir o dejarse? Saludo
Elefante1978
Excelente!! Muy bueno. Un nuevo punto de vista para contar