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Una tanga con historia

Hace unos meses me encontré con mi ex, por casualidad. Ella trabaja en un teatro y fuí a buscar mi auto en un garaje cercano ella, sin saberlo, obviamente. La muy puta andaba con un vestido negro muy corto y se cubría el enorme culo con las dos manos, cada vez que daba dos pasos. con uñas largas pintadas de amarillo, en armonía con su piel pálida y blanca. En fin, se me paró la verga al acto. Conversamos un rato y la convencí de acompañarme. Mientras que caminabamos rumbo al auto me comentó que estaba de novia con un exitoso productor de televisión. Yo solo le miraba el culo, no existía otra cosa para mí. 

Una vez dentro del vehículo el vestido se le subió a tal punto que miré el triangulo delantero de su tanga; blanca y de encaje. Parecía que el tiempo se había paralizado porque yo conocía esa tanga, e inmediatamente recordé las multiples veces que ni la corrí de lado. Simplemente la tomé con el dedo indice y metí la verga entera en al concha. Eso se mojaba rápido, ni siquiera necesitaba lubricante y ya estaba bombeando, sin condón. Ella se hacía la boluda, pero se movía para que la verga entrara entera, no le importaba el riesgo de que le acabara adentro, ni lo pensaba, simplemente parecía hecha para estar cogiendo. 

Cuando volví en mí, ya estaba conduciendo en dirección a su casa y se lo pedí. Que me chupara la verga. Primero se enojó y luego se resignó, me dijo que estaba bien, que estacionara. Lo hice y me fumé un porro mientras ella arqueaba una y otra vez. Yo solo veía el triangulo y el hilo de su tanga blanca. Ella chupaba y se ahogaba, me pedía disculpa. La leche tardaba, pero ella ni hablaba, solo continuaba chupando. Hasta que descargué, largo y tendido, una y otra vez. Ella lloraba. Mi pija crecía y crecía dentro de su boca. Las arqueadas le hacían temblar las nalgas. Se la tragó. Le dí una cacheteada. Me sonrío y luego me dijo que seguía siendo el pajero de siempre.

 La dejé en su casa. Cuando estacioné el auto en la mía, encontré la tanga blanca en la alfombra del auto; un recuerdo de una buena mamada.


Una tanga con historia

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