Estoy casado con una hermosa mujer de 24 años, ella mide 1,60 y lleva unas muy buenas tetas que pueden ver en los post. La historia que voy a contar nos pasó en la costa, en diciembre del año pasado. Nosotros somos una pareja Cuckold establecida, hace años que soy cornudo y me encanta, siempre buscamos llevar nuestro placer al máximo, pero no sabíamos a dónde nos iba a llevar todo esto hasta que ya fue muy tarde.
Estando en Villa Gesell de vacaciones, después de un día de playa decidimos ir a pasear por el centro, cómo aún hacía calor mi mujer paseaba por las calles con la parte de arriba de su bikini y un pareo que le tapaba la cola, la dejé caminar delante mío solo para poder ver a los hombres que la miraba de arriba abajo. Recorrimos los locales y cerca de una rotonda ella se encuentra a dos muchachos senegaleses que estaban con un perchero vendiendo ropa de playa, ella se quedó un largo rato mirando qué cositas tenía y mientras yo me quedé a unos metros mirando como el negro no dejaba de verle las tetas. En un momento empiezo a escuchar risas y veo que ni mujer trata de comunicarse con ellos, señalando un bikini y mostrando que el que tenía puesto era mucho más grande, supuse que ella quería decirle que eso no le entraba, pero el negro insistía, hasta que me llega un mensaje de ella y me dice
-Amor, encontré un bikini que me encanta, pero los chicos no tiene de mi talla acá pero en su depósito tienen uno más grande para mí, me dejas ir?
Yo siendo todo un cornudo sumiso y calentón le dije que obviamente podía ir, pero que yo los iba a seguir para ver qué pasaba. Así arranco la travesía, mi mujer y uno de los negros caminaban delante mío y yo los seguía hasta que un momento veo que entran a un galponcito medio alejada del centro, ese era su “deposito”, el negro entro a la casa y después de un minuto hizo entrar a mi mujer, yo espere afuera unos 5 minutos pensando si debía entrar o no, al final tome coraje y me metí con mucho sigilo por un costado del galpón y por una ventana ví lo que yo ya sabía que iba a ver.
Ahí estaba mi mujer, parada en medio de un montón de bolsas de ropa, sin su bikini de arriba y el negro estaba “probandole” los distintos bikinis, mientras aprovechaba y le mandaba mano a sus tetas blancas. Yo estaba encantado, ya que era la primera vez que veía a mi mujer con un hombre negro, y conociéndola a ella estaba super caliente con la situación. Después de unos minutos el negro encontró el bikini perfecto para ella, se lo puso y le quedaba divino, ella se notaba feliz y de la emoción empezó a saltar haciendo rebotar sus tetas a lo que el empezó a abrazarla para calmarla, la abrazo y la agarro de la cintura, ella lo miro y lo beso, cuando ví eso sabía que todo se iba a descontrolar.
Mi mujer se colgó del cuello del Senegalés y lo besaba con pasión, bajo por su cuello y fue sacándole la remera, bajo por su pecho y llegó hasta su abdomen dónde sin titubear empezó a rosar su entrepierna con su boca, la calentura se palabra en el aire y yo no daba más, quería que todo explote de una vez y eso paso cuando mi mujer bajo su pantalón y encontró lo que estaba esperando, una hermosa pija negra de unos 22cm que estaba totalmente dura, ella empezó a chuparla como si no hubiera un mañana, yo ya la había visto chupar pija pero nunca con esas ganas e intensidad. Ahí estaba, mi mujer, el amor de mi vida, arrodillada en un galpón sucio y lleno de ropa, chupándole la pija a un negro, yo estaba en el cielo. Quedé embobado con toda la situación hasta que un ruido me saco de mi trance, mira para la puerta y pude ver cómo el compañero del negro entraba al galpón, mi mujer se asustó y e intento levantarse pero el negro no la dejo, intercambio unas palabras con su compañero y este se fue, mi mujer confundida lo miro irse y cuando ya no estaba continuo con su labor, salvó que está vez su compañero tomo un rol más dominante, la hacía tragarse su pija hasta el fondo y ella solo lo miraba con los ojos llorosos, cuando ya tenía la pija bien lubricada tiro unas colchonetas en el piso y le ordenó a mi mujer que se acueste ahí, boca arriba ella quedo con las tetas al aire y esperando la pija de su nuevo amante, ella saco un forro de su cartera y el se lo puso, y la empezó a coger de una forma muy rítmica y enérgica, después de un largo rato recibiendo pija acabo de una forma brutal, desde mi lugar privilegiado podía ver cómo su cuerpo temblaba completo y sus piernas se contraían sobre el cuerpo de su hombre.
El estaba muy concentrado haciéndola gozar hasta que la puso en cuatro patas, ahí en esa posición, ella consiguió el segundo orgasmo y se desvaneció sobre el suelo, cuando se levantó se llevó la sorpresa de que ya no estaban solos, sino que el amigo del negro estaba observándolos y no solo eso sino que también estaba masturbándose mientras miraba, en ese momento me asusté porque no sabía si yo podía controlar la situación, decidí esperar y ver qué sucedía, mi mujer después de haber acabado dos veces y todavía tener el pedazo de car e negra dentro suyo hizo un gesto y el segundo amante entro en acción, ella empezó a chuparle la pija mientras le reventaban la concha, está Argentina blanquita y de buena familia ahora estaba siendo cogida por dos vergas negras, los muchachos se pusieron de acuerdo y cambiaron de posición, así estuvieron un largo rato, ya habían pasado más de 40 minutos desde que mi mujer quedo a merced de la carne negra, cuando veo que uno de los negros se acuesta y mi mujer lo empieza a montar dejando su culito libre para el uso del otro, y así lo hizo sin perder la oportunidad mi mujer estaba siendo culeada por dos negros, una doble penetración que la estaba dejando completamente llena, no paso mucho tiempo hasta que ella acabo de una manera muy escandalosa, gritando y retorciéndose, mientras sus amantes no dejaban de cogerla, no fue hasta que ella sintió que se rompía que no dejaron de cogerla, ella había sido derrotada, estaba completamente exhausta, más de una hora cogiendo con dos sementales y estaba rota, cómo ofrenda de paz ella se arrodilló y empezó a chuparles la pija otra vez, ver el contraste de la piel negra sobresaliendo de la hermosa piel blanca de ella era algo hermoso, pero más hermoso fue cuando los dos empezaron a acabar sobre sus tetas, las mismas tetas que tantas veces yo había chupado, ahora cubiertas complementa mente de leche Senegalés. Ellos se empezaron a vestir y a ella la dejaron recuperarse un poco, cuando ya estuvo bien empezó a cambiarse y ponerse su ropa, yo dejé mi lugar y me cruce a la vereda de en frente y la espere ahí, ella salió toda despeinada, con una sonrisa en la cara y muy transpirada, sin dudas la había pasado bien, me beso y pude sentir el sabor de las pijas negras, me dio la mano y la ayude a caminar hasta el hotel, cuando llegamos se baño y se acostó en la cama y exclamó
-Que boluda! Me olvidé la bikini que me regalaron. Bueno, voy a tener que volver a buscarla.
Estando en Villa Gesell de vacaciones, después de un día de playa decidimos ir a pasear por el centro, cómo aún hacía calor mi mujer paseaba por las calles con la parte de arriba de su bikini y un pareo que le tapaba la cola, la dejé caminar delante mío solo para poder ver a los hombres que la miraba de arriba abajo. Recorrimos los locales y cerca de una rotonda ella se encuentra a dos muchachos senegaleses que estaban con un perchero vendiendo ropa de playa, ella se quedó un largo rato mirando qué cositas tenía y mientras yo me quedé a unos metros mirando como el negro no dejaba de verle las tetas. En un momento empiezo a escuchar risas y veo que ni mujer trata de comunicarse con ellos, señalando un bikini y mostrando que el que tenía puesto era mucho más grande, supuse que ella quería decirle que eso no le entraba, pero el negro insistía, hasta que me llega un mensaje de ella y me dice
-Amor, encontré un bikini que me encanta, pero los chicos no tiene de mi talla acá pero en su depósito tienen uno más grande para mí, me dejas ir?
Yo siendo todo un cornudo sumiso y calentón le dije que obviamente podía ir, pero que yo los iba a seguir para ver qué pasaba. Así arranco la travesía, mi mujer y uno de los negros caminaban delante mío y yo los seguía hasta que un momento veo que entran a un galponcito medio alejada del centro, ese era su “deposito”, el negro entro a la casa y después de un minuto hizo entrar a mi mujer, yo espere afuera unos 5 minutos pensando si debía entrar o no, al final tome coraje y me metí con mucho sigilo por un costado del galpón y por una ventana ví lo que yo ya sabía que iba a ver.
Ahí estaba mi mujer, parada en medio de un montón de bolsas de ropa, sin su bikini de arriba y el negro estaba “probandole” los distintos bikinis, mientras aprovechaba y le mandaba mano a sus tetas blancas. Yo estaba encantado, ya que era la primera vez que veía a mi mujer con un hombre negro, y conociéndola a ella estaba super caliente con la situación. Después de unos minutos el negro encontró el bikini perfecto para ella, se lo puso y le quedaba divino, ella se notaba feliz y de la emoción empezó a saltar haciendo rebotar sus tetas a lo que el empezó a abrazarla para calmarla, la abrazo y la agarro de la cintura, ella lo miro y lo beso, cuando ví eso sabía que todo se iba a descontrolar.
Mi mujer se colgó del cuello del Senegalés y lo besaba con pasión, bajo por su cuello y fue sacándole la remera, bajo por su pecho y llegó hasta su abdomen dónde sin titubear empezó a rosar su entrepierna con su boca, la calentura se palabra en el aire y yo no daba más, quería que todo explote de una vez y eso paso cuando mi mujer bajo su pantalón y encontró lo que estaba esperando, una hermosa pija negra de unos 22cm que estaba totalmente dura, ella empezó a chuparla como si no hubiera un mañana, yo ya la había visto chupar pija pero nunca con esas ganas e intensidad. Ahí estaba, mi mujer, el amor de mi vida, arrodillada en un galpón sucio y lleno de ropa, chupándole la pija a un negro, yo estaba en el cielo. Quedé embobado con toda la situación hasta que un ruido me saco de mi trance, mira para la puerta y pude ver cómo el compañero del negro entraba al galpón, mi mujer se asustó y e intento levantarse pero el negro no la dejo, intercambio unas palabras con su compañero y este se fue, mi mujer confundida lo miro irse y cuando ya no estaba continuo con su labor, salvó que está vez su compañero tomo un rol más dominante, la hacía tragarse su pija hasta el fondo y ella solo lo miraba con los ojos llorosos, cuando ya tenía la pija bien lubricada tiro unas colchonetas en el piso y le ordenó a mi mujer que se acueste ahí, boca arriba ella quedo con las tetas al aire y esperando la pija de su nuevo amante, ella saco un forro de su cartera y el se lo puso, y la empezó a coger de una forma muy rítmica y enérgica, después de un largo rato recibiendo pija acabo de una forma brutal, desde mi lugar privilegiado podía ver cómo su cuerpo temblaba completo y sus piernas se contraían sobre el cuerpo de su hombre.
El estaba muy concentrado haciéndola gozar hasta que la puso en cuatro patas, ahí en esa posición, ella consiguió el segundo orgasmo y se desvaneció sobre el suelo, cuando se levantó se llevó la sorpresa de que ya no estaban solos, sino que el amigo del negro estaba observándolos y no solo eso sino que también estaba masturbándose mientras miraba, en ese momento me asusté porque no sabía si yo podía controlar la situación, decidí esperar y ver qué sucedía, mi mujer después de haber acabado dos veces y todavía tener el pedazo de car e negra dentro suyo hizo un gesto y el segundo amante entro en acción, ella empezó a chuparle la pija mientras le reventaban la concha, está Argentina blanquita y de buena familia ahora estaba siendo cogida por dos vergas negras, los muchachos se pusieron de acuerdo y cambiaron de posición, así estuvieron un largo rato, ya habían pasado más de 40 minutos desde que mi mujer quedo a merced de la carne negra, cuando veo que uno de los negros se acuesta y mi mujer lo empieza a montar dejando su culito libre para el uso del otro, y así lo hizo sin perder la oportunidad mi mujer estaba siendo culeada por dos negros, una doble penetración que la estaba dejando completamente llena, no paso mucho tiempo hasta que ella acabo de una manera muy escandalosa, gritando y retorciéndose, mientras sus amantes no dejaban de cogerla, no fue hasta que ella sintió que se rompía que no dejaron de cogerla, ella había sido derrotada, estaba completamente exhausta, más de una hora cogiendo con dos sementales y estaba rota, cómo ofrenda de paz ella se arrodilló y empezó a chuparles la pija otra vez, ver el contraste de la piel negra sobresaliendo de la hermosa piel blanca de ella era algo hermoso, pero más hermoso fue cuando los dos empezaron a acabar sobre sus tetas, las mismas tetas que tantas veces yo había chupado, ahora cubiertas complementa mente de leche Senegalés. Ellos se empezaron a vestir y a ella la dejaron recuperarse un poco, cuando ya estuvo bien empezó a cambiarse y ponerse su ropa, yo dejé mi lugar y me cruce a la vereda de en frente y la espere ahí, ella salió toda despeinada, con una sonrisa en la cara y muy transpirada, sin dudas la había pasado bien, me beso y pude sentir el sabor de las pijas negras, me dio la mano y la ayude a caminar hasta el hotel, cuando llegamos se baño y se acostó en la cama y exclamó
-Que boluda! Me olvidé la bikini que me regalaron. Bueno, voy a tener que volver a buscarla.
6 comentarios - Dos negros se cojan a mi mujer
Lo que debe ser en accion tu mujer