Recomiendo leer la primera parte:http://www.poringa.net/posts/relatos/5359877/Mi-companera-culona.html
Nunca algo me había puesto de esta manera, me resulto irreconocible la calentura que portaba al estar cerca de Paula, porque no podía dejar de pensar en su cuerpo, en lo vil que me parecía aprovecharme de su culo cada vez que podía, a espaldas de su novio que brillaba por su ausencia, pero supongo que mis instintos se apoderaban de mi, les juro que parecía hacerme a propósito como usaba ropa tan provocadora, caminaba recta arqueando la espalda siempre, con la colita bien parada, me hacia berrinches por tonteras, que me daban ganas de callarla con un pijazo en la boca, sumado a eso, ella era muy cariñosa con todos, me incluía, ya que éramos amigos desde el primer día de facultad prácticamente, cuando aprobábamos parciales complicados me abrazaba de alegría y yo la levantaba en el abrazo suspendida brevemente en el aire, siempre asegurándome de alzarla desde las piernas y al bajarla le pasaba las dos manos por cada nalga con una breve apretada, seguido de un beso amistoso en el cachete .
Yo vivía el paraíso. Incluso creo que mi rendimiento académico empeoraba porque solo pensaba en la curvatura de su trabajada figura, imposible concentrarse con tremendo minon a tu disposición.
Un día de mucho calor asistí a la facultad con un pantalón deportivo corto, ya que es una pública cada quien se viste como quiere, más en un día tan caluroso. Era un día bastante largo, con muchas clases y debía quedarme hasta la tarde. Ya cuando estaba yendo a la salida hacia la parada del colectivo, totalmente cansado, veo a la distancia una figura saludándome y dirigiéndose a mi, de pronto, todo cansancio se esfumó de mi, al ver a Paula vistiendo una musculosa blanca, dejando a la vista sus dos hombros, con el pelo recogido en una colita, y con unos leggins azules cortos que se usan para entrenar. Me quiso dar un abrazo al cual esquivé un poco porque se me estaba parando y el pantalón corto que yo usaba apenas lo iba a disimular, pero por dentro pensé, por favor, que el colectivo esté lleno.
Gracias al cielo, así fue, el colectivo atascado de gente que esperaba por subir, por dentro grite de alegría, por fuera, acompañaba a Paula con las quejas de tener que viajar con tanta multitud. Ya en la fila para subir, iba hipnotizado viéndola caminar, como sus nalgas se formaban y deformaban con cada paso, a la luz del sol que hacia traslucir las líneas de la tanga que llevaba por debajo, separando las dos burbujas redondas que tenía por nalgas.
Creo que ahí mi cerebro se desconectó, iba en piloto automático hablando con ella, mientras imaginaba qué le haría una vez subamos. Incluso un chabón, cuando íbamos subiendo, parece que avistó las nalgas de Paula porque intento meterse entre nosotros y subir antes que yo, lo cual obviamente impedí, lo empuje del hombro y subí mi pierna a los escalones del bondi, evitando su paso, dejando a Paula adelante mío, a mi merced para el viaje.
Una vez subidos en el colectivo, avanzamos hasta la mitad quedando en el medio del pasillo, rodeados de personas, llenísimo, yo iba acomodándome de a poco la pija por debajo del pantalón, hasta quedar quietos, cuando el bondi arranca y sin esperar mucho, comienzo a rozarle las nalgas redondas un poco, logrando mayor erección, a las 4 cuadras ya era un animal, con la mano derecha me agarraba de la baranda del bondi, con la izquierda me agarraba la poronga por debajo y la movía de arriba a abajo, en donde comienza una nalga y termina la otra, entre las dos montañas de placer que formaba su culo, me mantenía pegado a mi amiga, manteniendo conversación y gozando de ella, lo que se sentía era inexplicable, solo una fina tela separaba mi miembro y su orto, eran unos almohadones en los que se apoyaba la punta de mi pene, ya algo húmedo, liquido preseminal que traspasaba mi pantalón corto.
En un momento una señora quiere bajar, por lo que todos empezamos a movernos para darle paso, aquí casi acabo, porque Paula tuvo la gran idea de moverse, pero hacia atrás, estrujándose hacia mi, y como un acordeón mi bulto se doblaba y enterraba en sus nalgas, el colectivo tambalea y pierdo el equilibrio, por lo que me sostengo de su hombro, totalmente extasiado, le doy 3 enviones en su cola, empujándola con la pelvis, ayudado por el movimiento de la gente y el bondi, bombeándola sin soltarme de su hombro, ahí toqué el cielo con las manos. De milagro no acabé. Estuve un rato más con la palma abierta sosteniendo su nalga izquierda, el colectivo fue vaciándose y me despedí de mi compañera culona, esperando repetir estos encuentros una vez más. Incluso sentí ansiedad porque, una vez bajada la calentura, pensé en lo osado que fui, temía una represalia, así que le hable por WhatsApp para comprobar que esté todo bien, y si, ella hablaba conmigo como si nada. Alivio.
Comenten y opinen si quieren más relatos de mis experiencias con mi compañera. Les dejo fotos de ella. Una en la que sale con el pantalón short de este relato.
Nunca algo me había puesto de esta manera, me resulto irreconocible la calentura que portaba al estar cerca de Paula, porque no podía dejar de pensar en su cuerpo, en lo vil que me parecía aprovecharme de su culo cada vez que podía, a espaldas de su novio que brillaba por su ausencia, pero supongo que mis instintos se apoderaban de mi, les juro que parecía hacerme a propósito como usaba ropa tan provocadora, caminaba recta arqueando la espalda siempre, con la colita bien parada, me hacia berrinches por tonteras, que me daban ganas de callarla con un pijazo en la boca, sumado a eso, ella era muy cariñosa con todos, me incluía, ya que éramos amigos desde el primer día de facultad prácticamente, cuando aprobábamos parciales complicados me abrazaba de alegría y yo la levantaba en el abrazo suspendida brevemente en el aire, siempre asegurándome de alzarla desde las piernas y al bajarla le pasaba las dos manos por cada nalga con una breve apretada, seguido de un beso amistoso en el cachete .
Yo vivía el paraíso. Incluso creo que mi rendimiento académico empeoraba porque solo pensaba en la curvatura de su trabajada figura, imposible concentrarse con tremendo minon a tu disposición.
Un día de mucho calor asistí a la facultad con un pantalón deportivo corto, ya que es una pública cada quien se viste como quiere, más en un día tan caluroso. Era un día bastante largo, con muchas clases y debía quedarme hasta la tarde. Ya cuando estaba yendo a la salida hacia la parada del colectivo, totalmente cansado, veo a la distancia una figura saludándome y dirigiéndose a mi, de pronto, todo cansancio se esfumó de mi, al ver a Paula vistiendo una musculosa blanca, dejando a la vista sus dos hombros, con el pelo recogido en una colita, y con unos leggins azules cortos que se usan para entrenar. Me quiso dar un abrazo al cual esquivé un poco porque se me estaba parando y el pantalón corto que yo usaba apenas lo iba a disimular, pero por dentro pensé, por favor, que el colectivo esté lleno.
Gracias al cielo, así fue, el colectivo atascado de gente que esperaba por subir, por dentro grite de alegría, por fuera, acompañaba a Paula con las quejas de tener que viajar con tanta multitud. Ya en la fila para subir, iba hipnotizado viéndola caminar, como sus nalgas se formaban y deformaban con cada paso, a la luz del sol que hacia traslucir las líneas de la tanga que llevaba por debajo, separando las dos burbujas redondas que tenía por nalgas.
Creo que ahí mi cerebro se desconectó, iba en piloto automático hablando con ella, mientras imaginaba qué le haría una vez subamos. Incluso un chabón, cuando íbamos subiendo, parece que avistó las nalgas de Paula porque intento meterse entre nosotros y subir antes que yo, lo cual obviamente impedí, lo empuje del hombro y subí mi pierna a los escalones del bondi, evitando su paso, dejando a Paula adelante mío, a mi merced para el viaje.
Una vez subidos en el colectivo, avanzamos hasta la mitad quedando en el medio del pasillo, rodeados de personas, llenísimo, yo iba acomodándome de a poco la pija por debajo del pantalón, hasta quedar quietos, cuando el bondi arranca y sin esperar mucho, comienzo a rozarle las nalgas redondas un poco, logrando mayor erección, a las 4 cuadras ya era un animal, con la mano derecha me agarraba de la baranda del bondi, con la izquierda me agarraba la poronga por debajo y la movía de arriba a abajo, en donde comienza una nalga y termina la otra, entre las dos montañas de placer que formaba su culo, me mantenía pegado a mi amiga, manteniendo conversación y gozando de ella, lo que se sentía era inexplicable, solo una fina tela separaba mi miembro y su orto, eran unos almohadones en los que se apoyaba la punta de mi pene, ya algo húmedo, liquido preseminal que traspasaba mi pantalón corto.
En un momento una señora quiere bajar, por lo que todos empezamos a movernos para darle paso, aquí casi acabo, porque Paula tuvo la gran idea de moverse, pero hacia atrás, estrujándose hacia mi, y como un acordeón mi bulto se doblaba y enterraba en sus nalgas, el colectivo tambalea y pierdo el equilibrio, por lo que me sostengo de su hombro, totalmente extasiado, le doy 3 enviones en su cola, empujándola con la pelvis, ayudado por el movimiento de la gente y el bondi, bombeándola sin soltarme de su hombro, ahí toqué el cielo con las manos. De milagro no acabé. Estuve un rato más con la palma abierta sosteniendo su nalga izquierda, el colectivo fue vaciándose y me despedí de mi compañera culona, esperando repetir estos encuentros una vez más. Incluso sentí ansiedad porque, una vez bajada la calentura, pensé en lo osado que fui, temía una represalia, así que le hable por WhatsApp para comprobar que esté todo bien, y si, ella hablaba conmigo como si nada. Alivio.
Comenten y opinen si quieren más relatos de mis experiencias con mi compañera. Les dejo fotos de ella. Una en la que sale con el pantalón short de este relato.
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