Al llegar al hotel, me dirigí rápidamente a la habitación para primerearle la ducha a los pibes. Luego de bañarme y cambiarme para la fiesta fluo, para la cual me vesti completamente de negro pero con remera y pantalón dibujados con unas pinturas fluo de cotillón, decidí dar una vuelta por el hotel para hacer tiempo hasta la hora de comer. Mientras iba caminando por los pasillos sale de una habitación una chica de golpe y casi nos chocamos. Mi sorpresa fue mayúscula al ver qué la chica en cuestión era Clara, la chica de ojos lindos de la previa del dia anterior. Instantáneamente nos reímos de nuestra torpeza y bromeamos sobre que era la segunda vez que nos veíamos y las dos habían sido por accidente. Seguimos hablando un poco más hasta que de pronto ella vio algo a mis espaldas, abrió la puerta de su habitación y me metió rápido con ella, como si quisiera esconderse de alguien.
- Que pasó?-. Le pregunté extrañado.
- Mi ex, si me ve con vos te va a hinchar las pelotas a vos, no supera el pelotudo.
- Jaja que puntería que tengo-. Refunfuñé por lo bajo.
- Qué?
- Nono nada.
-AMIGA METISTE A UN CHICO ACA Y ESTOY EN PELOTAS TENES QUE AVISAR-. Un grito del fondo de la habitación nos sacó del shock que estábamos, e instintivamente nos hizo girar y mirar en dirección al origen del grito . Efectivamente estaba la amiga, la misma que también había entrado en mi baño, envuelta en una bata mirándose al espejo, a lo que no tuve mejor idea que bromear y decir que estábamos a mano, lo cuál hizo que largaramos la carcajada los tres. Acto seguido, Clara me miró fijo y me dijo "solamente falta que me veas a mi", para luego meterme de un empujón en el baño y arrancar a besarme desesperada contra la pared.
Sin entender mucho cómo había pasado de estar dando vueltas sin rumbo, a esconderme de otro ex celoso para terminar besándome con una chica hermosa, pero sin poner ningún tipo de reparo le correspondí el beso y agarrándola del culo bien firme que tenía la subí a la mesada del baño, para seguir chapando en una posición más cómoda. La situación rápidamente se descontroló y cuando quise acordar estábamos los dos en ropa interior y yo me encontraba bajando por su cuerpo con mi boca hasta alcanzar su concha, a estás alturas ya inundada y tapada solamente por un pequeño tanga negro que le quedaba hermoso.
Sin pensarlo mucho, le retiré la tanga y comencé a chuparsela con desesperación, pues la situación no estaba para sutilezas ni dulzura. Al cabo de un ratito chupandosela ella se bajó de la mesada, se puso de espalda y me suplicó por mi pija, que a esta altura ya estaba afuera del boxer completamente dura y preparada. Sin esperar que me lo tenga que pedir dos veces le metí toda la pija de una, para escuchar su primer gemido que no pudo controlar, puesto que antes se tapaba la boca para que su amiga no la escuche supongo. Justo en ese momento en el cuál empezábamos a cojer la amiga entra al baño y con total naturalidad le dice a Clara "ahora sí estamos a mano", agarra un peine y sale como si nada hubiera pasado, no sin antes guiñarme el ojo de una forma muy sexy.
No se cómo explicarlo pero esa situación me calentó mucho por lo que empecé a darle muy fuerte a Clara mientras veía su cara de placer y sus tetitas con pezones bien parados y chiquitos rebotando a través del espejo.
- Pegame, pegame y cojeme bien fuerte, dale dale dale ah ah, dale que acabo
- Ay si hermoso si, desde que te vi con la toalla ayer que quería estar así con vos ay dios mío.
Yo seguía cogiendomela con todas las fuerzas, estaba totalmente enceguecido con la calentura y no podía ni siquiera emitir palabras. Solamente podía seguir bombeandola de atrás y pegándole en el culo, dejando mis manos marcadas.
Cuando sentí que sus piernas empezaban a fallarle y estaba x acabar hice algo que nunca falla: le metí dos dedos en la boca y luego de que me los deje todos baboseados los bajé a su conchita, para acariciarle el clítoris.
-AAAAAAAAY SI DIOS QUE ME ESTAS HACIENDO-. Gritaba la dulce Clarita mientras se acababa toda y dejaba todas mis piernas llenas de flujo.
- Esto te pasa por putita, por entrar al baño y ficharme el bulto ayer. A las putitas las dejo así todas cogidas. Ahora me toca acabar a mí-.
La agarré de los pelos y le baje la cabeza, a lo que ella comenzó a hacerme un pete fenomenal, se la intentaba meter toda en la boca mientras me miraba con esos ojazos y se atragantaba. Estaba desesperada por mi pija y encima lo hacía muy bien. Se la sacaba de la boca, la escupía y se la volvía a intentar meter toda. Cuando no pude más le dije que iba a acabar y ella simplemente aceleró el ritmo, sacándome toda la leche con la boca, la cuál no llegaba a tragar tan rápido por lo que empezó a chorrearle por la comisura de los labios.
Luego de terminar, abrió la ducha, me ofreció pasar para higienizarme un poco, y luego de unos besos más y unas risas, retomé mi camino hacia el buffet, puesto que se me pasaba el tiempo para comer.
-----------------------------------------------------------------------
Luego de la cena iba caminando tranquilamente hacia mi habitación, dónde ya había empezado la previa, pensando en lo afortunado que había sido de justo cruzarme a esta chica y en la extraña situación con la amiga, cuando unos gritos llamaron mi atención: frente a mi, Julieta y Mateo discutían. Sin prestar mucha atención intenté volver mis pasos hacia atrás y buscar otro camino cuando me percaté de que el muy hijo de puta la tenía agarrada muy fuerte del brazo, y los gritos que escuché antes eran en realidad quejas de ella por la presión que él ejercía. Sin dudarlo ni un segundo me acerqué rápidamente y le dije que la suelte que le estaba haciendo mal. Él se dió vuelta, y con cara de asesino intentó abalanzarse sobre mi, pero evidentemente ya estaba borrachisimo, ya que se cayó de geta contra la pared. Acto seguido, se abrió la puerta de la habitación y salieron sus amigotes a ayudarlo y rápidamente lo metieron adentro. A todo esto Julieta se encontraba arrodillada en el piso llorando, con la muñeca muy marcada, por lo que decidí acompañarla a su habitación, dónde seguramente sus amigas la podrían ayudar mejor que yo. Cuando golpee la puerta y me abrió una de ellas, Julieta me dió un abrazo, se quebró y llorando me pidió perdón por todo lo que me estaba generando y por arruinarme el viaje. "Si supiera de dónde vengo..." pensé yo, pero solamente le dije que se tranquilice y que al otro día habláramos más tranquilos. Luego, hablé con su amiga, la hija de Mariela, para que hicieran algo con el otro chico, puesto que ya se estaba volviendo peligroso y estaba cruzando límites complicados.
Luego del altercado, proseguí con mi camino hasta mi habitación. Entré con mi propia llave y la recibida no podría haber sido mejor: Paula vino corriendo y se abalanzó sobre mi, colgándose como un koala. Recién en este momento pude observar bien el cuerpazo que tenía, pues estaba vestida con un short engomado bien apretado que permitía apreciar unas piernas bien torneadas y un top sin corpiño que cubría unas hermosas tetas con los pezones marcados, lo cual me calienta muchísimo.
- Pensé que me habías dejado colgada y no venías a tu propia previa-. Me dijo beboteando con carita de enojada. Me excusé contándole sin ahondar en detalles la situación de Julieta y Mateo, obviando dónde había estado antes de eso. Rápidamente supo entender y cambió su cara, dándome esa sonrisa que me había vuelto loco a la mañana.
Acto seguido me puse a escabiar como si no hubiera un mañana, pues quedaba solo un ratito de previa y ya debíamos bajar para ir al boliche "Cerebro", dónde iba a ser la ya nombrada fiesta fluo.
Esa noche la pasé casi en su totalidad bailando a morir, a veces con los pibes y otras veces con Pau, aprovechando que también Franquito y Manu estaban con las amigas de ella. Faltando un rato para cerrar el boliche vimos como ellos 4 se iban todos juntos, a lo que con Pau nos miramos y nos reímos, imaginando lo que podía llegar a pasar, además de festejar que íbamos a tener la habitación de ella para nosotros solos.
- Querés que vayamos yendo?-. Le pregunté luego de un ratito más bailando.
- No, quiero bailarte un rato más hasta que nos saquen de acá y después ver el amanecer por la ventana mientras me coges un poquito-. Me respondió con una tierna sonrisa y un pucherito capaz de derretir el alma del hombre más insensible del mundo.
Seguimos bailando muy pegados, pusieron unos temas lentos que aproveché para acercarla a mi y hacerle sentir mi erección y para darle algunos besos. Si bien con Mayra y Clara la había pasado increíble y había garchado bien fuerte como a mí me gusta, con esta chica había una conexión distinta, todo era más cariñoso y en todo momento tenía ganas de darle besos hasta cansarme. Me generaba cosas que en mi corta vida no había sentido.
Al hacerse la hora del cierre nos fuimos al hotel y al entrar a su habitación me llevé una hermosa sorpresa, había acomodado las camas de forma tal que se armara una gran cama en el medio de la habitación enfrente a la ventana. Había además un pequeño parlante que rápidamente ella se encargó de prender y poner un poco de música. Si no recuerdo mal su elección fue Arctic Monkeys y The Neighborhood.
Fuimos para la cama, besándonos muy románticamente aún con la ropa puesta. De un cajón sacó un porro que me puso en la boca y se encargó de prender ella misma y mientras el cigarro se iba consumiendo y el humo nos rodeaba, lentamente fuimos desvistiendonos y comenzamos a tocarnos. Me encargué de que no quede parte de su cuerpo sin tocar, sin besar, sin oler, sin chupar. Lentamente y con cariño le saqué múltiples orgasmos con mis dedos y con mi lengua, y cuando finalmente la penetré mirándola fijo a sus ojos, me di cuenta que efectivamente nunca había sentido algo así en mi vida y que esa chica en solamente un día había arruinado mi psiquis. Ver su sonrisa formarse mientras lentamente me la cogía fue algo mágico, una imagen que difícilmente podría borrarse de mi mente.
Durante dos horas fue como si el tiempo se paralizara y solamente importara el placer que nos estábamos dando. Cuando terminamos pudimos contemplar la salida del sol frente a nosotros, y nos dormimos abrazados como si fuéramos pareja hace muchos años. Yo estaba acostumbrado a cojer como un animal, con golpes, insultos y embestidas muy fuertes, pero esta vez, con Paula, me di cuenta la diferencia abismal que había entre tener sexo y hacer el amor. Sentí como si hubiera perdido la virginidad de nuevo.
Al otro día, cuando desperté y la vi a mi lado no pude evitar sonreír recordando la noche que habíamos pasado. Intenté levantarme para ir al baño sin despertarla, pero cuando ya estaba parado sentí que me agarraba la mano y me tiraba hacia ella. Al darme vuelta, nuevamente esa sonrisa se mostraba ante mí, por lo que no me quedó otra opción que volver a la cama y entregarme de nuevo a esta morocha que me había vuelto loco. Esta vez, fue diferente, descubrí una nueva Paula: al igual que yo, también le gustaba jugar fuerte, y lo descubrí cuando se puso arriba mío y, mientras saltaba sobre mi pija poseída por el placer, juntó ambas manos sobre mi cuello y comenzó a apretar, lo cuál despertó el animalito que hay en mí y arrancó nuevamente una de las faenas a las cuales estaba más acostumbrado. 10 minutos después me encontraba dándole en 4 agarrándola del pelo mientras ella me gritaba que le diera más fuerte.
Esa mañana aprovechamos que no había excursiones y que teníamos la habitación para nosotros solos y no paramos de garchar. De parado, en 4, cucharita, misionero, en la cama, contra la cómoda, en el baño, fuerte, despacio y de cualquier forma que se nos haya podido ocurrir simplemente lo único que importaba era no separar nuestros cuerpos y aprovechar el tiempo, sabiendo que dentro de unos días probablemente no nos fuéramos a ver más.
A eso del mediodía llegaron sus amigas, por lo que nos despedimos con un tierno beso y encaré para mí habitación. Sin embargo, seguimos hablando por mensajitos toda la tarde, incluso en las excursiones, que esta vez nos tocaron separados.
Sin embargo, la noche del tercer día, me esperaría algo totalmente distinto...
Y hasta acá llegó la parte 5 de este relato. Espero que les esté gustando mucho, tanto como me está gustando a mi escribirlo.
Se agradecen puntos, comentarios y follow.
Que arranquen bien el año, con mucha felicidad y con mucho sexo!
Iker
- Que pasó?-. Le pregunté extrañado.
- Mi ex, si me ve con vos te va a hinchar las pelotas a vos, no supera el pelotudo.
- Jaja que puntería que tengo-. Refunfuñé por lo bajo.
- Qué?
- Nono nada.
-AMIGA METISTE A UN CHICO ACA Y ESTOY EN PELOTAS TENES QUE AVISAR-. Un grito del fondo de la habitación nos sacó del shock que estábamos, e instintivamente nos hizo girar y mirar en dirección al origen del grito . Efectivamente estaba la amiga, la misma que también había entrado en mi baño, envuelta en una bata mirándose al espejo, a lo que no tuve mejor idea que bromear y decir que estábamos a mano, lo cuál hizo que largaramos la carcajada los tres. Acto seguido, Clara me miró fijo y me dijo "solamente falta que me veas a mi", para luego meterme de un empujón en el baño y arrancar a besarme desesperada contra la pared.
Sin entender mucho cómo había pasado de estar dando vueltas sin rumbo, a esconderme de otro ex celoso para terminar besándome con una chica hermosa, pero sin poner ningún tipo de reparo le correspondí el beso y agarrándola del culo bien firme que tenía la subí a la mesada del baño, para seguir chapando en una posición más cómoda. La situación rápidamente se descontroló y cuando quise acordar estábamos los dos en ropa interior y yo me encontraba bajando por su cuerpo con mi boca hasta alcanzar su concha, a estás alturas ya inundada y tapada solamente por un pequeño tanga negro que le quedaba hermoso.
Sin pensarlo mucho, le retiré la tanga y comencé a chuparsela con desesperación, pues la situación no estaba para sutilezas ni dulzura. Al cabo de un ratito chupandosela ella se bajó de la mesada, se puso de espalda y me suplicó por mi pija, que a esta altura ya estaba afuera del boxer completamente dura y preparada. Sin esperar que me lo tenga que pedir dos veces le metí toda la pija de una, para escuchar su primer gemido que no pudo controlar, puesto que antes se tapaba la boca para que su amiga no la escuche supongo. Justo en ese momento en el cuál empezábamos a cojer la amiga entra al baño y con total naturalidad le dice a Clara "ahora sí estamos a mano", agarra un peine y sale como si nada hubiera pasado, no sin antes guiñarme el ojo de una forma muy sexy.
No se cómo explicarlo pero esa situación me calentó mucho por lo que empecé a darle muy fuerte a Clara mientras veía su cara de placer y sus tetitas con pezones bien parados y chiquitos rebotando a través del espejo.
- Pegame, pegame y cojeme bien fuerte, dale dale dale ah ah, dale que acabo
- Ay si hermoso si, desde que te vi con la toalla ayer que quería estar así con vos ay dios mío.
Yo seguía cogiendomela con todas las fuerzas, estaba totalmente enceguecido con la calentura y no podía ni siquiera emitir palabras. Solamente podía seguir bombeandola de atrás y pegándole en el culo, dejando mis manos marcadas.
Cuando sentí que sus piernas empezaban a fallarle y estaba x acabar hice algo que nunca falla: le metí dos dedos en la boca y luego de que me los deje todos baboseados los bajé a su conchita, para acariciarle el clítoris.
-AAAAAAAAY SI DIOS QUE ME ESTAS HACIENDO-. Gritaba la dulce Clarita mientras se acababa toda y dejaba todas mis piernas llenas de flujo.
- Esto te pasa por putita, por entrar al baño y ficharme el bulto ayer. A las putitas las dejo así todas cogidas. Ahora me toca acabar a mí-.
La agarré de los pelos y le baje la cabeza, a lo que ella comenzó a hacerme un pete fenomenal, se la intentaba meter toda en la boca mientras me miraba con esos ojazos y se atragantaba. Estaba desesperada por mi pija y encima lo hacía muy bien. Se la sacaba de la boca, la escupía y se la volvía a intentar meter toda. Cuando no pude más le dije que iba a acabar y ella simplemente aceleró el ritmo, sacándome toda la leche con la boca, la cuál no llegaba a tragar tan rápido por lo que empezó a chorrearle por la comisura de los labios.
Luego de terminar, abrió la ducha, me ofreció pasar para higienizarme un poco, y luego de unos besos más y unas risas, retomé mi camino hacia el buffet, puesto que se me pasaba el tiempo para comer.
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Luego de la cena iba caminando tranquilamente hacia mi habitación, dónde ya había empezado la previa, pensando en lo afortunado que había sido de justo cruzarme a esta chica y en la extraña situación con la amiga, cuando unos gritos llamaron mi atención: frente a mi, Julieta y Mateo discutían. Sin prestar mucha atención intenté volver mis pasos hacia atrás y buscar otro camino cuando me percaté de que el muy hijo de puta la tenía agarrada muy fuerte del brazo, y los gritos que escuché antes eran en realidad quejas de ella por la presión que él ejercía. Sin dudarlo ni un segundo me acerqué rápidamente y le dije que la suelte que le estaba haciendo mal. Él se dió vuelta, y con cara de asesino intentó abalanzarse sobre mi, pero evidentemente ya estaba borrachisimo, ya que se cayó de geta contra la pared. Acto seguido, se abrió la puerta de la habitación y salieron sus amigotes a ayudarlo y rápidamente lo metieron adentro. A todo esto Julieta se encontraba arrodillada en el piso llorando, con la muñeca muy marcada, por lo que decidí acompañarla a su habitación, dónde seguramente sus amigas la podrían ayudar mejor que yo. Cuando golpee la puerta y me abrió una de ellas, Julieta me dió un abrazo, se quebró y llorando me pidió perdón por todo lo que me estaba generando y por arruinarme el viaje. "Si supiera de dónde vengo..." pensé yo, pero solamente le dije que se tranquilice y que al otro día habláramos más tranquilos. Luego, hablé con su amiga, la hija de Mariela, para que hicieran algo con el otro chico, puesto que ya se estaba volviendo peligroso y estaba cruzando límites complicados.
Luego del altercado, proseguí con mi camino hasta mi habitación. Entré con mi propia llave y la recibida no podría haber sido mejor: Paula vino corriendo y se abalanzó sobre mi, colgándose como un koala. Recién en este momento pude observar bien el cuerpazo que tenía, pues estaba vestida con un short engomado bien apretado que permitía apreciar unas piernas bien torneadas y un top sin corpiño que cubría unas hermosas tetas con los pezones marcados, lo cual me calienta muchísimo.
- Pensé que me habías dejado colgada y no venías a tu propia previa-. Me dijo beboteando con carita de enojada. Me excusé contándole sin ahondar en detalles la situación de Julieta y Mateo, obviando dónde había estado antes de eso. Rápidamente supo entender y cambió su cara, dándome esa sonrisa que me había vuelto loco a la mañana.
Acto seguido me puse a escabiar como si no hubiera un mañana, pues quedaba solo un ratito de previa y ya debíamos bajar para ir al boliche "Cerebro", dónde iba a ser la ya nombrada fiesta fluo.
Esa noche la pasé casi en su totalidad bailando a morir, a veces con los pibes y otras veces con Pau, aprovechando que también Franquito y Manu estaban con las amigas de ella. Faltando un rato para cerrar el boliche vimos como ellos 4 se iban todos juntos, a lo que con Pau nos miramos y nos reímos, imaginando lo que podía llegar a pasar, además de festejar que íbamos a tener la habitación de ella para nosotros solos.
- Querés que vayamos yendo?-. Le pregunté luego de un ratito más bailando.
- No, quiero bailarte un rato más hasta que nos saquen de acá y después ver el amanecer por la ventana mientras me coges un poquito-. Me respondió con una tierna sonrisa y un pucherito capaz de derretir el alma del hombre más insensible del mundo.
Seguimos bailando muy pegados, pusieron unos temas lentos que aproveché para acercarla a mi y hacerle sentir mi erección y para darle algunos besos. Si bien con Mayra y Clara la había pasado increíble y había garchado bien fuerte como a mí me gusta, con esta chica había una conexión distinta, todo era más cariñoso y en todo momento tenía ganas de darle besos hasta cansarme. Me generaba cosas que en mi corta vida no había sentido.
Al hacerse la hora del cierre nos fuimos al hotel y al entrar a su habitación me llevé una hermosa sorpresa, había acomodado las camas de forma tal que se armara una gran cama en el medio de la habitación enfrente a la ventana. Había además un pequeño parlante que rápidamente ella se encargó de prender y poner un poco de música. Si no recuerdo mal su elección fue Arctic Monkeys y The Neighborhood.
Fuimos para la cama, besándonos muy románticamente aún con la ropa puesta. De un cajón sacó un porro que me puso en la boca y se encargó de prender ella misma y mientras el cigarro se iba consumiendo y el humo nos rodeaba, lentamente fuimos desvistiendonos y comenzamos a tocarnos. Me encargué de que no quede parte de su cuerpo sin tocar, sin besar, sin oler, sin chupar. Lentamente y con cariño le saqué múltiples orgasmos con mis dedos y con mi lengua, y cuando finalmente la penetré mirándola fijo a sus ojos, me di cuenta que efectivamente nunca había sentido algo así en mi vida y que esa chica en solamente un día había arruinado mi psiquis. Ver su sonrisa formarse mientras lentamente me la cogía fue algo mágico, una imagen que difícilmente podría borrarse de mi mente.
Durante dos horas fue como si el tiempo se paralizara y solamente importara el placer que nos estábamos dando. Cuando terminamos pudimos contemplar la salida del sol frente a nosotros, y nos dormimos abrazados como si fuéramos pareja hace muchos años. Yo estaba acostumbrado a cojer como un animal, con golpes, insultos y embestidas muy fuertes, pero esta vez, con Paula, me di cuenta la diferencia abismal que había entre tener sexo y hacer el amor. Sentí como si hubiera perdido la virginidad de nuevo.
Al otro día, cuando desperté y la vi a mi lado no pude evitar sonreír recordando la noche que habíamos pasado. Intenté levantarme para ir al baño sin despertarla, pero cuando ya estaba parado sentí que me agarraba la mano y me tiraba hacia ella. Al darme vuelta, nuevamente esa sonrisa se mostraba ante mí, por lo que no me quedó otra opción que volver a la cama y entregarme de nuevo a esta morocha que me había vuelto loco. Esta vez, fue diferente, descubrí una nueva Paula: al igual que yo, también le gustaba jugar fuerte, y lo descubrí cuando se puso arriba mío y, mientras saltaba sobre mi pija poseída por el placer, juntó ambas manos sobre mi cuello y comenzó a apretar, lo cuál despertó el animalito que hay en mí y arrancó nuevamente una de las faenas a las cuales estaba más acostumbrado. 10 minutos después me encontraba dándole en 4 agarrándola del pelo mientras ella me gritaba que le diera más fuerte.
Esa mañana aprovechamos que no había excursiones y que teníamos la habitación para nosotros solos y no paramos de garchar. De parado, en 4, cucharita, misionero, en la cama, contra la cómoda, en el baño, fuerte, despacio y de cualquier forma que se nos haya podido ocurrir simplemente lo único que importaba era no separar nuestros cuerpos y aprovechar el tiempo, sabiendo que dentro de unos días probablemente no nos fuéramos a ver más.
A eso del mediodía llegaron sus amigas, por lo que nos despedimos con un tierno beso y encaré para mí habitación. Sin embargo, seguimos hablando por mensajitos toda la tarde, incluso en las excursiones, que esta vez nos tocaron separados.
Sin embargo, la noche del tercer día, me esperaría algo totalmente distinto...
Y hasta acá llegó la parte 5 de este relato. Espero que les esté gustando mucho, tanto como me está gustando a mi escribirlo.
Se agradecen puntos, comentarios y follow.
Que arranquen bien el año, con mucha felicidad y con mucho sexo!
Iker
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