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Hola... estes ahí? II

Continuamos con esta historia con un nuevo llamado telefónico y los protagonistas prosiguen con sus historias y ambos disfrutan de eso.


PD: Aclaración este relato no es mío. Lo leí hace mucho y lo encontré en mi PC y decidí compartirlo con todos ustedes. Espero que sigua siendo de su agrado.  


La primera parte


http://www.poringa.net/posts/relatos/5353293/Hola-estas-ahi.html







–¿eh?, ¿estás ahí?
–siiiiii, aquí estoy… espera un poco a que me recupere… estoy agotadita
–y yo…, me he vaciado completamente… vaya corrida… hacía tiempo que no tenía unaigual
–¿has soltado mucha leche?
–una bestiada, tengo todo el pecho lleno y un chorretón me ha saltado al ojo, meescuece al abrirlo…
–jajajajajajaja… pobrecito, a ver si va a ser verdad lo que dicen los curas deque uno se queda ciego si se hace muchas pajas
–jajajajajajaja… no lo había pensado de esta manera. Oye hacemos un alto, metengo que ir a limpiar un poco al baño
–vale, vete, pero vuelve pronto… yo también aprovecharé para hacer pis
–voy, pero no cuelgues ¿eh?
–no, no cuelgo pero te va a salir un pastón este mes el teléfono
–eso es problema mío, además doy por muy bien gastado este dinerillo, hastaahora
–hasta ahora
 
 
–…
–ya estoy aquí
–y yo
–qué has hecho en el baño
–he hecho pis y me he limpiado un poco lo flujos con una esponja ¿y tú?
–me he sentado al borde de la bañera y con la ducha me he limpiado toda la partedelantera, también me he mojado la cabeza, estoy como nuevo
–¿sigues desnudo?
–sí ¿y tú?
–me he puesto la falda pero sin nada debajo, de cintura para arriba tampocotengo nada, así estoy más tranquila por si tengo que taparme, una camiseta sepone enseguida
–seguro que estás muy sexi
–siiiiii, estoy medio tumbada en el sofá y me he levantado la falda hasta lacintura. Bueno te toca a ti contarme algo
–qué quieres que te cuente
–de sobra sabes lo que quiero que me cuentes, quiero saber más cosas de tuhermana y tú
–eso te excita mucho ¿no?
–no veas cómo
–pues empezamos… lo que te voy a contar sucedió un día de boda, una boda de unaprima
–¡una boda! ¡qué morbazo!
–ese día mi hermana estaba fantástica, yo creo que es el día que más guapa la hevisto. Se puso un vestido cortito tipo Stone en la famosa película del cruce depiernas ¿la habrás visto no?
–claro
–tenía el pelo recogido en la frente pero suelto por detrás, le hacía la carapreciosa. Estaba muy bien pintada y preparada, parecía una muñeca de porcelana.Como era verano las piernas iban libres y se le veían perfectas. Tenía unassandalias de medio tacón totalmente abiertas que dejaban ver sus uñas pintadasde rojo
–te fijaste en todo ¿eh?
–como para no fijarme, era una diosa, era, con diferencia, la más guapa de laboda incluida la novia
–tú también estarías ese día de exposición
–jajajajaja… sí, iba con un traje negro que me debía quedar muy bien pues todoel mundo me decía que parecía el novio
–jajajajaja
–sigo… la boda fue como todas las bodas, primero la ceremonia y después lacomida. Mi hermana se sentó a mi lado y durante la comida no hicimos más quereírnos y decir paridas
–me imagino que os ayudaría la bebida
–se bebió un montón. Primero los aperitivos antes de comer, después un montón devino y al final champang y copas para la sobremesa
–entonadillos ¿no?
–bastante, pero teníamos el punto bueno que no se notaba mucho pero te poneeufórico
–¿la sobremesa fue muy larga?
–casi toda la tarde. Había una orquestilla que amenizaba la ceremonia y todo elmundo salía a bailar de vez en cuando
–tú bailarías con tu hermana…
–bailé con todos y con todas, igual que ella. Casi al final de la fiesta nosfuimos a sentar a la mesa y mientras los demás seguían bailando hablamos entrenosotros
–¿de qué hablasteis?
–lo primero que le dije fue que estaba preciosa, que era la más guapa de laboda, que estaba de infarto y no se cuántas cosas más
–¡hala! ¡halagador!
–se puso un poco coloradilla y me dijo que no le dijera esas cosas que le iba ahacer poner colorada
–normal
–yo me lancé un poco y le pregunté por lo del día del sofá, que si se acordabade ello. Ella me miró como sorprendida y me dijo que claro que se acordaba, quecómo no se iba a acordar. Yo le pregunté qué pensaba de lo que pasó. Ella medijo, se puso más seria, que nos pasamos un poco, que éramos hermanos y loshermanos no deben hacer esas cosas
–se ve que había tenido remordimientos
–sí, pero yo le tranquilicé y le dije que no había pasado nada grave, que yosólo le había hecho cosquillas y a ella le habían gustado, nada más
–¡joder con las cosquillas tuyas!
–jajajajaja… eso mismo dijo ella y añadió que una cosa es hacerse cosquillas enlos brazos y en las piernas y otra muy distinta era hacerlas allí. Al decirallí bajó la mirada y se miró entre las piernas. A mí ese gesto me puso a cien,si ya la tenía medio dura, esa mirada suya hacía la zona baja de su falda me lapuso totalmente tiesa, fue como un calambrazo
–pues sí que eres tú fácil de excitar, seguro que ahora también se te ha puesto
–jajajaja… también… ya la tengo otra vez en estado de guerra
–anda sigue contando que la cosa está muy interesante
–yo quería hacerla hablar, que se soltara y contara sus cosas sin vergüenzas,era el momento apropiado para hacerlo por el alcohol que había bebido. Lepregunté si le habían gustado más las cosquillas "allí" que en otrositio. Ella se rió un poquito y me contestó que claro que le habían gustadomás, mucho más, que en los brazos y las piernas era una sensación como de pazpero que el otro día le había hecho volar
–¡volar! ¿usó esa expresión?
–sí, volar, y mientras lo dijo subió sus dos manos hacía arriba y se volvió areír. Mientras subía las manos y los brazos hacía arriba pude ver por la mangade su vestido su axila izquierda perfectamente depilada… lo que me faltaba paraponerme más excitado
–hijo cómo eres, te fijas en todo
–nos quedamos un momento callados y entonces me lancé y le dije si ella seatrevería a hacerme a mí lo que yo le había hecho a ella, que a mí también megustaría volar
–¡hala!, directo al corazón, ¿qué dijo ella?
–bajó la mirada a la mesa, empezó a jugar con un dedo sobre unas miguitas de panque había allí y me dijo entrecortada, que bueno, que se lo dejara pensar, queno deberíamos hacerlo, pero que ya que yo se lo había hecho a ella le parecíajusto que ella me lo hiciera a mí, pero le tendría que enseñar un poco puesella no lo había hecho nunca a ningún chico
–vaya exitazo, supongo que no te lo podrías creer
–y tanto, estuve a punto de correrme sólo al oír eso. Le cogí la mano de lasmiguitas disimuladamente y la guié hacia debajo de la mesa, subí un poco elmantel que nos tapaba y se la llevé hasta mi bragueta, junto encima de mipolla, que estaba a reventar. Mis pantalones eran muy finos y se podía abarcarperfectamente mi pene. Con mi mano encima de la suya hice que doblara sus dedosen todo el contorno, quería que la sintiera en toda su extensión. Solté mi manoy dejé la suya allí y acercándome a su oído le dije: "mira como me haspuesto"
–¡joder qué caliente me estás poniendo otra vez!… ¿qué hizo ella?
–se le pusieron las orejas coloradas y me dijo "tonto, que nos van a ver,aquí no", pero no soltó la mano de golpe sino que la apretó y subió y bajóun par de veces por todo el tallo, tanteando, después volvió a poner la manoencima de la mesa, me miró y me dijo que por qué se había puesto así, Yo ledije que la conversación me había excitado y que toda ella, desde el pelo hastala punta del pie me excitaba mucho
–la tenías ganada, seguro que ella también estaba a mil
–eso fue lo que le pregunté, si ella no se había excitado un poquito, y ella nodijo nada pero movió dos veces la cabeza afirmándolo. Entonces fui yo el quebajó la mano hasta su pierna izquierda
–no me digas que la acariciaste allí delante de toda la boda, no te atreverías
–nuestra postura no levantaba sospechas, además, la gente no estaba a lo quenosotros hacíamos. Dos hermanos que están hablando de sus cosas en la mesa esde lo más normal
–atrevido, insensato, pero cómo se le puede meter mano a una hermana en público…jajajajajaja… sigue
–ella no hizo además de quitar la mano, sólo me decía que por favor no siguiera,que nos podían ver, que ya tendríamos ocasión de estar más tranquilos. Yo ledije que no había peligro, que los manteles caían mucho por los lados y queademás no le iba a hacer nada, solo acariciarle la pierna un poquito. Ymientras seguíamos hablando le iba subiendo poco a poco la mano por debajo delvestido. Le pregunté por la braga que llevaba, ella me dijo que era un tanga decolor azul turquesa que se había comprado la semana pasada, le dije que megustaría tocarlo, ella me dijo que bueno, pero solo un poquito
–el hermanito que le toca las bragas a su hermanita… me parece que como sigasasí me voy a correr de un momento a otro
–como ella me había dado permiso subí la mano sin disimulo hasta su tanga, lotoqué con las yemas de mis dedos, lo delineé, lo estiré… le dije que qué tactomás suave tenía, ella me dijo que era de raso y le había costado un pastón.Pasé mis dedos por encima de su coñito y noté que la braga estaba algo húmeda.Se lo dije. Y ella me respondió que cómo quería que estuviera con todo lo quele estaba haciendo, le intenté meter un dedo por el elástico pero ella me cogióla mano me la sacó de allí y me dijo: "vamos a bailar"
–y se acabó lo que se daba
–se acabó, de momento, nos pusimos a bailar con los demás… ¡Qué! ¿cómo anda tulíbido?
–pues no veas, me estaba pajeando otra vez, pero pensándolo mejor lo voy a dejarpara más adelante, para cuando me cuentes el resto, porque hay más ¿no?
–claro que hay más, tonta, bastante más
–bueno, me voy a dejar de tocar "allí" para no acabar antes de tiempo,quiero reservar mi excitación para más adelante. Pero tú sigue contando lo dela boda ¿vale?
–vale, tus deseos son órdenes para mí. Sigo contando. Se acabó la fiesta delrestaurante y nos fuimos de bares. No volví a hablar con ella hasta mucho mástarde. Cenamos de picoteo y nos fuimos a una disco. Allí estuvimos bastantetiempo. Tomamos algunas copas y bailamos como locos. El ambiente era de los másabierto y juerguista. Una de las veces que fui a pedir una copa a la barra meencontré con mi hermana, que también estaba pidiendo algo. Le di un beso en lacara y le pregunté qué tal lo estaba pasando. Me dijo que fenomenal y mientrasyo pedía, ella se recostó sobre mí y me tocó el culo
–¡que te tocó el culo!
–como lo oyes, bajó su mano izquierda y empezó a acariciarme el culo de unamanera divina. No nos podían ver porque estábamos en un rincón y estaba todobastante oscuro. Mientras me tocaba el culo bien tocado me dijo al oído:"hermanito, tienes el culo más bonito de toda la discoteca"
–¡joder qué lanzada! ¿no?
–y tanto, yo me quedé sorprendidísimo, que ella tomara la iniciativa era algoque no me podía creer, además, qué bien lo tocaba, con qué dulzura y sensualidadapretaba su manita contra mis papos, hasta intentaba meter su dedito en mediopara llegar al agujero. No me han tocado el culo así en mi vida
–qué caliente… vuelo otra vez a mis toqueteos, lo siento pero no puedo evitarlo
–jajajajajaja… además de tocarme el culo se apretaba contra mi costado y sentíasu tetitas en mi costado. Su boca quedaba muy cerca de mi oreja y me seguíadiciendo cosas…
–qué te decía, cuenta, cuenta
–me dijo que ya lo había pensado y que quería verme hacer una paja para aprendery que a ella también le tenía que enseñar a masturbarse pues no estaba muysegura de cómo hacerlo…
–o sea, que no sabía masturbarse, eso era lo que te estaba diciendo…
–eso mismo. Como le pregunté eso mismo que tú has dicho, ella me dijo que más omenos sabía cómo se hacía por lo que le había oído a sus amigas, pero que nuncase había puesto a hacerlo en serio
–oye, tu hermana era un diamante en bruto
–y tanto, yo no cabía en mí de gozo. Me estaba pidiendo que fuera su maestro entodo el tema sexual. Vamos, que ni en mis mejores fantasías podía pensar unacosa así
–qué gozada, qué excitación, me imagino que se te pondría dura como una piedra
–la verdad es que sí. Nos sirvieron las consumiciones y ella se fue a bailar yyo me senté en una mesa para mirarla. Pero qué buena estaba. Como ella sabíaque la estaba mirando se exhibió ante mí, todos sus movimientos y sus meneosestaban dedicados a mí. Se me caía la baba de lo excitante que hacía susbailes, la estaba desnudando con mi mirada
–a mí se me está cayendo la baba de otro sitio
–jajajajaja, guarrilla, que eres una guarrilla
–es que me la estás poniendo tan bien que lo que deseo en estos momentos esconocerla para comérmela en pedacitos
–jajajajaja… ya veremos, ya veremos
–anda sigue y cuéntame cómo acabó la noche que estoy impaciente por saberlo
–nos fuimos de la disco muy tarde, serían las cinco de la mañana. Todos los dela boda se fueron despidiendo y nos quedamos solos mi hermana y yo. Ella medijo que estaba cansada y se quería ir a casa. Nuestra casa estaba como a mediahora andando. Como los dos estábamos bastante bebidos decidimos ir andando ydejar el coche donde estaba aparcado. Ya volvería al día siguiente a recogerlo
–¡vaya! un paseo romántico con tu hermanita al amanecer: ¡qué tierno!
–fue el paseo mas bonito de toda mi vida. Nos cogimos de la mano y empezamos aandar por las calles desiertas
–¿sólo de la mano? qué recataditos
–de la mano estuvimos cogidos un rato, después ella me pasó la mano por lacintura y yo le puse mi brazo alrededor de su cuello y hombros
–¡ah! eso ya está mejor
–íbamos como una pareja de enamorados, bien cogiditos y bien apretaditos
–¿no hablabais?
–apenas nada, nos dejábamos llevar por el romanticismo del momento. A ella se lenotaba feliz por ir así con su hermano por el centro de la ciudad, y yo no veascómo estaba, no me lo podía creer. Ir haciéndole cariñitos a mi hermana delalma por las orejas, el pelo, los hombros y el cuello: no se puede ser másfeliz
–¿pasó algo antes de llegar a casa?
–cuando llevábamos algo más de quince minutos andando, en una zona que estabaoscura y algo apartada de los edificios, la hice ponerse enfrente de mi y pegarsu cuerpo al mío. Puse mis dos manos alrededor de su cara apartando el pelo yla besé en la boca. Fue el beso más intenso que he dado en mi vida. El primerode verdad a mi hermana
–¿ella correspondió a tu beso?
–siiiii… y de qué manera. Primero se dejó besar, pero después puso sus manos enmi nuca y metiéndome los dedos entre el pelo me besó… me besó… me besó… dioscómo me besó
–qué bonito
–el beso duró como diez minutos, nos dimos lengua, saliva y labios unaeternidad. Cuando acabó el beso, ella recostó su cabeza en mi pecho y dijo laspalabras más bonitas que nunca haya oído
–¿Si? qué te dijo
–Me dijo: "te quiero mucho mucho, hermano, mucho más de lo que te puedesimaginar, te deseo tanto…"
–¡joder, qué excitante! Cómo estaría tu aparatito ¿no?
–pues no veas. Lo tenía súper excitado. Lo tenía totalmente incrustado entre sufalda. Sin ningún tipo de vergüenza lo apretaba contra sus braguitas y ella envez de evitarlo, apretaba su área púbica contra mí.
–¿estuvisteis mucho tiempo así?
–un rato más. No hablábamos ni nos besábamos, sólo nos restregábamos el unocontra el otro. Yo bajé mis manos hasta su culo y las puse por debajo de sufalda, al sentir la piel en mis dedos casi me corro. Ella también puso susmanos en mi culo y lo apretaba con desesperación contra ella
–¿os corristeis?
–yo no llegué a tanto, pero ella sí que lo hizo, pegó un gritito y se pusorígida como un palo, se apretó contra mí como nunca lo había hecho y así estuvodurante unos segundo, después se relajó, se volvió a poner a un lado, se enlazópor mi cintura y empezamos a andar de nuevo. Me dijo: "gracias hermanitopor el placer que me has dado"
–¡joder qué caliente! Estoy empapada de la excitación, como siga así me voy agastar de tanto tocarme
–jajajajaja… me alegro que te lo estés pasando tan bien con mi historia, yotambién lo estoy disfrutando a tope, me he tenido que parar un poco para nocorrerme, quiero retrasarlo un poco todavía
–vale…, sigue. Cuéntame lo que pasó al llegar a casa, pero cuéntamelo todoseguido, no te voy interrumpir. Me he puesto el teléfono apoyado en la oreja,estoy tumbada en el sofá totalmente desnuda y tengo las dos manos libres paralo que me pida el cuerpo. Me voy a hacer la paja del siglo. Procura ser lo masmorboso posible
–lo intentaré. Llegamos a casa y nos encontramos una nota de mis padresdiciéndonos que se habían ido a casa de unos tíos a pasar el domingo, quevolverían el lunes a la hora de comer, que nos portáramos bien. Mi hermana alleer la nota me dijo riéndose: "nos vamos a portar muy bien, ¿verdadhermanito?". Yo le respondí que muy muy bien. Ella me dijo que se iba aponer el pijama, pero yo le dije que todavía no se lo pusiera, que me gustabamás así como estaba. Nos sentamos en el sofá uno frente al otro y nos pusimos ahablar. Le pregunté si estaba excitada y me dijo que sí, que mucho, que lecorrían unas corrientes por todo su cuerpo que casi no podía controlar, que senotaba húmeda allí abajo y que tenía las tetas duras como piedras. Mientrasdecía esto último se las apretó con las dos manos para comprobarlo. Yo le dijeque fuera ella la que llevara la iniciativa en la conversación, que me dijeseclaramente lo que quería hacer y cómo lo quería hacer. Ella estuvo de acuerdoen esto, se sentó a lo indio muy cerca de mí y se subió las faldas hasta elnivel de las braguitas, puso sus manos encima de sus rodillas y me dijo:"venga, enséñamela ya, quiero vértela". A mí me dio un latigazo deexcitación al oír eso, no esperaba que fuera tan directa. Me puse de rodillas ylentamente empecé a desabrocharme el cinturón, me lo quité, no quería estorbos,me saqué la camisa de debajo del pantalón y me hice un nudo pirata para que nocolgara. Me desabroché el primer botón y baje lentamente la bragueta. Ella sólotenía ojos para lo que hacían mis dedos. Me bajé el pantalón todo lo que pude,pero no me gustó cómo quedaba por lo que me eché hacia atrás y le pedí que meayudara a sacármelo. Ella tiró de las dos perneras a la vez y salió limpiamentede mis piernas. Me volví a poner de rodilla, ahora más cerca de ella. Tenía susojos a unos centímetros de mi bulto. Sus ojos eran puro vicio. Nunca he vistouna mirada tan sensual. Me sobé un poquito por encima del slip y le dije que siquería ser ella la que me destapara. Me dijo que no, que lo hiciera yo, queella sólo quería mirar, de momento. Entonces metí mis pulgares por el elástico yme lo bajé. Mi polla salió disparada hacia delante, justo al lado de su boca.Ella se quedó paralizada mirándomela. Estuvo un rato mirándomela sin decirnada. Después dijo: "qué bonita es… y que grande está… jo, hermanito, vayacosa más hermosa". Mi polla se movió un poco como correspondiendo a suspalabras y ella empezó a hablar con ellas como si tuviera vida propia. Adelantósu mano derecha y como si fuera a saludar a una persona, cogiéndola como secoge una mano le dijo: "encantada de conocerla, señorita, usted y yo apartir de ahora vamos a ser muy buenas amigas" Y mientras le decía esto lamovía arriba y abajo como si de un gran apretón de manos se tratara. Después memiró a mí y dirigiéndose a ella le dijo: "qué tal te trata este golfo, seguroque no te da los cariñitos que necesitas… pero no te preocupes que aquí estoyyo para cubrir todas tus necesidades"… Eoooo… la del teléfono, qué haces…qué tal va la paja del siglo…
–Uuuuffffff, estoy aquí escuchándote y trabajando a tope. Estoy cachondísima… yano sé por dónde tocarme… me he tenido que poner la braga debajo para no mancharel sofá, parezco una fuente… todo lo que estás diciendo me lo estoy imaginandotan real que es como si estuviera allí mismo mirándoos y oyéndoos… sigue porfavor
–sigo. Mi hermana soltó mi pene, se puso de codos sobre sus rodillas, abarcó consus manos su carita y mirándome a los ojos me dijo: "venga, menéatela,hazte una paja, quiero ver como se lo hacen los chicos". Yo bajé mi manoizquierda a mi polla y empecé a menearla lentamente de arriba abajo. Como ellase quedó callada mirando los movimientos de la mano, le dije que no quería queestuviera callada, que quería que hablara, que dijera lo que le estaba pasandopor la cabeza, que me excitaba mucho oírla mientras seguía con lo mío. Ella muyobediente siguió hablando mientras yo imprimía mayor velocidad a mi mano. Perono quería acabar pronto. El momento era tan excitante que quería que durara unaeternidad. Tenía que ser y fue la mejor paja de mi vida
–qué te decía ella…
–me hablaba de lo excitante que era ver a su hermano masturbándose, lo rojitoque se veía el capullo cuando salía, me preguntaba cosas sobre mismasturbaciones, sobre mis experiencias con otras chicas… no sé… yo sólo queríaoír su voz mientras seguía con la faena. En un momento dado le dije que sequitara el vestido y jugara con su braguita. Ella lo hizo al instante y cambióde postura. Se puso unos cojines en la espalda para estar medio sentada mediotumbada, pasó sus piernas por encima de las mías y empezó a jugar con sutanguita: lo estiraba hacia arriba, lo ahuecaba y miraba hacia su interior, lomovía para un lado, lo movía para el otro, metía sus deditos para peinarse suspelillos… todo esto mientras no paraba de decirme cosas como "te gusta vera tu hermanita así, ¿verdad?" "te pone a cien verme en braguitas,¿no?" "te haces muchas pajitas pensando en tu hermanita, a quesí" "eres un cabroncete, un salido y un incestuoso"
–que salida estaba ¿no?
–no veas, todas esas cosas que decía le excitaban más a ella que a mí, tenía lasbragas como un trapo de húmedas, pero ahí seguía con sus toqueteos y susobscenidades, cada vez más subidas de tono. Yo ya estaba a punto de correrme yse lo dije: "hermanita, hermanita… joder…, ya me voy a correr… estate atentaa la salida de la leche… ¿dónde quieres que la eche?" Ella se tumbó máshacia mí y me ofreció su barriguita para que lo echara todo allí, paró detocarse y abrió los ojos como platos para ver la primera corrida de un tío ensu vida… Oye, la del otro lado, me voy a correr de verdad, ya no aguanto más
–y yo también, esto es demasiado, te ofrezco también mi ombliguito para que melo inundes, venga so cabrón córrete de una puta vez que yo ya voy…oooooohhhhhhhhhhhhh
–aaaaaaggggggggg, joderrrrrrrrrrrrrrrrrr, que placer, que gusto……..
–me corrrrrrrooooooooooo… pufffffffffffffff, me vas a matar de gusto
–y tú a mí, qué pedazo de paja que me he echado, si no ha sido la del siglo porlo menos ha sido la de la semana… me ha llegado la leche hasta la cara…
–y yo he soltado un litro de jugos, qué exageración, qué orgasmo más increíble,aunque no te lo creas, he sentido tu corrida como si hubieras estado aquí a milado… pufffff… al final a ella ¿dónde se lo echaste?
–parte en la tripa, pero como tuve tantas descargas y tan fuertes, le llegó unchorretón a las tetas, otro a la cara y hasta su pelo quedó inundado de semen,fue una pasada, yo creo que nunca he soltado tanta leche como aquella vez
–ella se quedaría impresionada ¿no?
–se quedó muda mirándome y mirando su cuerpo cubierto de leche. Yo después detal orgasmo me eché hacia atrás y quedé como desmayado durante un ratito, ellano se movió ni dijo nada, esperó en la misma postura a que yo me recuperara.Cuando me volví a incorporar me dijo: "hijo… vaya manguera que tienes,casi me ahogas". Yo me empecé a reír a carcajadas y ella también. Me pusede rodillas en el suelo y la tumbé del todo en el sofá y le dije: "déjameque te limpie". Ella cerró sus ojos y me dijo: "si quieres, usa misbragas, pero no sé si te van a servir de mucho pues están empapadas"
–se las quitaste por fin
–sí, se las saqué y era cierto que estaban muy mojadas. Me las llevé a la narizy las olí, joder como olían, era un olor delicioso. Las puse encima de su bocay su nariz y las dejé allí, quería que ella se embriagara con su olor. Medediqué a extender mi semen por todo su cuerpo con las manos mientras noquitaba el ojo de su mojado coño. Se puede decir que la bañé en semen desde elcuello hasta los pies, en el coñito no hurgué por miedo a que pudiera quedarembarazada. Lo que si dediqué mucho tiempo fue a sus preciosas tetitas, se lapuse duras como nunca las había tenido.
–ella que hacía mientras tanto
–nada, se dejaba hacer, tenía la braga sobre su cara y no me podía ver pero veíacomo respiraba profundamente a través de ella.
–y el semen de la cara…
–cuando ya había embadurnado todo su cuerpo de semen, me situé justo enfrente desu cara y empecé a lamer mi semen en su barbilla. Cuando ya tenía la lenguallena hice una de las cosas más morbosas que he hecho en mi vida
–qué, so guarro, qué hiciste
–la empecé a besar en la boca a través de la braga. Pero no un beso normal, no,un beso profundo y largo… no sé ni lo que duró. En nuestras bocas se mezclaronel olor de su coñito, el olor de mi semen, la aterciopelada finura de susbragas y sus deliciosos labios. Todo junto… qué beso, madre mía, qué beso.
–jo, otra vez me estás poniendo cachonda, eres un sátiro, vas a acabar conmigo
–jajajajajajaja… es que sólo de pensarlo se me pone otra vez dura. Ella estabaque se corría con el beso. Llegó un momento que ya no pudo más y quitándose deun tirón la braga de la boca me dijo casi gritando: "por favor… por favor…mastúrbame… mastúrbame… hazme algo que ya no aguanto más…"
–pobrecita mía…
–sí, me pareció que ya iba siendo hora de que ella tuviera su orgasmo. Bajé mimano rápidamente hasta su coñito y sin ningún preámbulo empecé a masturbarla,ya no podía hacerla esperar más, le metí el dedo corazón hasta la mitad y conmi mano empecé a dar giros sobre su clítoris. A los pocos segundo empezó a darespasmos con todo su cuerpo y gritó como una loca. Qué manera de correrse, diosmío, que salvajada. Sus ojos se llenaron de lágrimas por el placer que sentía.Su cara irradiaba felicidad, nunca la vi tan guapa como aquel día. Estuvoorgasmándose casi un minuto, yo creo que enlazó varios orgasmos seguidos.Parecía que su placer, tantos años guardado, no tenía fin. Sus caderas subíandesesperadamente para encontrarse con mi dedo. Y de su coñito salía cantidad deflujos… me puso perdido… casi tanto como yo le habían puesto a ella. Cuandoacabó todo aquel terremoto se desmayó, pero no figurativamente, sino de verdad.Tuve que darle unas tortitas en la cara para que volviera en sí. Se despertócomo si no supiera dónde estaba y al verme a su lado me besó y me dijo:"gracias, hermanito, esto no lo podré olvidar nunca, te quiero"
–joder hermanito… yo también quiero tener una corrida así
–jajajajaja, algún día, no te quepa la menor duda. No te habrás corrido otravez…
–casi, casi, pero estoy ya tan cansada que no puedo
–si quieres lo dejamos para otro día
–pues igual sí, han sido muchas emociones en una sola jornada
–adiós, tesoro, te llamaré otro día
–pobre de ti como no lo hagas… adiós… oye antes de colgar te tengo que decir unacosa…
–dime
–que ha sido la mejor sesión de sexo que he tenido, ni se las veces que me hecorrido, eres un cabrón incestuoso, pero me encanta que lo seas. Sabes, me hasdado ideas… igual algún día lo intento con mi hermano.
–¡ah! ¿pero tienes un hermano?
–pues claro, ¿no te lo había dicho?
–no, no me has dicho nada, qué calladito te lo tenías
–pues sí, tengo un hermanito un año menor que yo
–vaya vaya, de qué cosas se entera uno…
–qué es lo que está pensando tu mente calenturienta… pues no, no hemos hechonada nunca, él todavía es un crío y en el tema sexual está todavía en mantillas
–¿qué edad tiene?
–es que si te digo su edad vas a saber la mía
–¿y que tiene de malo saberla?
–no tiene nada de malo, pero es que me da corte decírtela. ¿Tú cuántos me echas?
–pues así de golpe te echo… unos 20 años más o menos
–menos
–¿menos?, 19
–18
–¡pero si eres una chica joven!
–y tú un corruptor de menores ¿Cuántos tienes tú?
–yo 24 ¿te parecen muchos?
–no, son los que me imaginabas que tendrías. Tu hermana 22 ¿no?
–claro. O sea que tu hermanito tiene 17 años y sin estrenar ¡vaya morbo!
–bueno, sin estrenar sin estrenar tampoco lo sé. Con chicas no ha estado, eso losé fijo, pero pajas seguro que se las hace a menudo
–lo sabes o estás segura
–estoy segura
–¿le has pillado alguna vez haciéndose una?
–no, pero un día se le olvidó tirar de la cadena del baño y dejó allí su leche,yo entré a continuación y me encontré con el pastel.
–jajajajaja, dejando rastros… qué pensaste tú en aquel momento
–me hizo mucha gracia y me dije: "vaya, vaya mi hermanito ya se pajea, yparecía tonto"
–jajajaja, ¿no te excitó ni un poco ver aquello?
–pues no me acuerdo bien, pero algo me excitaría porque me hice un dedito actoseguido
–entonces sí te excitó, aunque no lo quisieras reconocer
–puede que sí, pero ya te he dicho que no he visto nunca a mi hermano con ojosde deseo, aunque a partir de ahora puede que cambie, quién sabe
–¿quieres que te ponga deberes para la próxima vez que hablemos?
–¿deberes? jajajajaja, qué gracia, a ver qué deberes me vas a poner, profesor
–quiero que seduzcas a tu hermano y que la próxima vez que hablemos me cuentestus avances ¿vale?
–bueno… la idea no es mala, pero no sé cómo hacerlo, además, en casa tambiénestán mis padres
–tendrás que sacar tus armas de mujer, a mí me has excitado un montón, o sea,que a tu hermano lo puedes tener cachondo todo el día si tú quieres, lo que note voy a decir es cómo lo tienes que hacer, eso es cosa tuya y si quieres aprobartendrás que aplicarte mucho
–vale profe, ya te contaré lo que vaya saliendo. ¿Cuándo me llamarás?
–dentro de dos semanas a la misma hora así tendrás tiempo de hacer bien tusdeberes. Adiós y un beso en tu almejita
–adiós y otro beso en tu polla.

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