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Mi esposa Kenya, enfermera por accidente

Mi esposa Kenya, enfermera por accidente
- ¡AYUDAME FERNANDO!, por favor, tengo mucho miedo- escuche gritar a mi esposa por la
bocina de mi celular mientras salía de una importante junta para tomar su llamada. Sus gritos
y su tono nervioso me alteraron bastante, no entendía la situación.
-Tranquila Kenya, ¿qué paso?, ¡respira!, cálmate y explícame para poder ayudarte-
-Atropelle a un señor… te juro que no lo vi, salió de la nada, no sé cómo paso, tengo miedo,
ayúdame por favor- me dijo muy alterada mientras comenzaba a llorar.
- ¿Dónde estás?, ¿Cómo está ese señor, está muerto? -
-Él está bien, lo intenté ayudar, pero me tuve que meter al auto porque no dejaba de
insultarme, tengo miedo, creo que le quebré una pierna- me dijo asustada.
Me compartió su ubicación y rápidamente tomé un taxi y me dirigí al lugar. Afortunadamente
estaba cerca de mi trabajo así que no demore mucho en llegar. Vaya suerte, uno de los pocos
días en que le presto el auto para que vaya a la escuela y pasa esto.

Al llegar al lugar, vi el auto estacionado en la orilla y mi esposa adentro de él. A unos pocos
metros se encontraba un viejo vagabundo sentado en la banqueta quejándose del dolor,
presionando su tobillo con ambas manos mientras no apartaba la vista del auto.

Me acerque primero con mi esposa para tranquilizarla, estaba aterrada, como una niña
asustada, se veía tan indefensa que me conmovió… me conto que tenía miedo de que el viejo
le hablaran a la policía y a pesar de estar en una situación difícil y en medio de todos los
insultos que le decía aquel hombre, logro convencerlo de que no la llamará y en su lugar
esperara a que yo llegase para arreglar la situación.
La abrace y se tranquilizó un poco, le pedí que me esperara en el auto mientras llegaba a un
acuerdo.

Al acercarme a él, un fuerte olor me hizo instintivamente taparme la nariz, su ropa, además de
vieja y rota, estaba muy sucia, su cabello largo y lleno de canas acompañado de una
abundante barba, casi le cubrían todo el rostro, aunque estaba sentado, pude ver que era un
hombre alto, y aunque parecía viejo, debo decir que estaba en buena forma física, le calcule
unos 60 años.

-Buenas tardes señor, mi nombre es Fernando, soy el esposo de la chica que manejaba el auto,
vine para arreglar las cosas- le dije con un tono firme pero amable.
-¡Me importa una mierda quién eres!, solo quiero que esta puta que no sabe manejar pague lo
que me hizo, seguramente venia usando el celular o distraída con alguna pendejada- me
contesto de forma grosera.
-Vamos a calmarnos primero, vine aquí para llegar a un arreglo, pero no quiero insultos hacia
mi esposa- le dije firme.
-Yo soy un militar retirado, si piensan que me van a ver la cara están muy equivocados, su p…
su esposa me atropello y me quebró el pie- me dijo el viejo mostrándome el daño en su
tobillo.

Tenía muy inflamada el área por el fuerte golpe, <<quizá tenga alguna fractura>> pensé
mientras lo escuchaba. Durante algunos minutos hablamos y finalmente llegamos a un
acuerdo.

Subimos al auto y lo llevamos al hospital, le pedí a mi esposa que se pasara al asiento de atrás
y el viejo se acomodó en el asiento de enfrente conmigo. Durante el trayecto pude ver como
miraba de forma morbosa por el retrovisor a mi esposa y no es para menos, después de todo
por insistencia de sus amigos, Kenya comenzaba a usar ropa más sexy para ir a la escuela.



Mi esposa Kenya, enfermera por accidente


Después de algunas horas de espera en el hospital, finalmente Raúl, el cual era el nombre de
aquel vagabundo, salió del consultorio.
Le enyesaron el pie, recomendaron reposo absoluto y lo llevamos a su casa… vivía en un barrio
a las orillas de la ciudad, bastante aislado e inseguro.

Una vez en su casa, Kenya y yo lo ayudamos a bajar y lo llevamos hasta la puerta, pude ver
como el viejo aprovechaba para manosear la cintura de mi esposa, pasando su mano de vez en
cuando por sus nalgas con el pretexto perder el equilibrio, ella, completamente sumisa y
aterrada por la situación prefirió no decir nada cuando sintió la mano del viejo en el culo.
Dejamos al viejo en su sillón y me quede a platicar con él, le pedí a mi esposa que me esperara
en el auto y después de unos minutos salí.

-Listo, ya quedo resuelto…- le dije a Kenya cuando entre al auto y pude ver como su rostro
paso de estrés y preocupación a un profundo alivio.
-Pero… ¿qué paso?, ¿cómo lo convenciste?, ¡cuéntame!- me dijo ansiosa
-Pues no fue fácil, le ofrecí algo de dinero para que no presentara cargos, además de pagar la
atención medica… ah y otra cosa, tendré que contratar a una enfermera para que lo asista en
sus actividades diarias. Durante las mañanas no hay problema ya que su sobrina vive con él,
pero en las tardes cuando ella sale a trabajar, es cuando necesita la ayuda.
-Pero… ¿pagar una enfermera es muy costoso, no?-
-Si lo es, pero no tenemos opción, era eso o que presentara cargos en tu contra-
-Déjame ayudar… por favor, fui yo quien causo esto, déjame al menos enmendar este errorme dijo mi esposa suplicante.
-Pero, ¿y la escuela?-
-No creo que haya problema, seguiré yendo en las mañanas, además mi amigos me pueden
ayudar con las tareas y será solo temporal, hasta que Don Raúl se recure.
-¿Estas segura?, mira que se ve que el viejo tiene un genio de los mil demonios, ¿segura que
podrás?-
-¡Siii!, te prometo que sí, me siento muy mal y al menos de esa forma sentiré que ayude en
algo-
-Bien, empiezas mañana entonces- le dije no del todo convencido… no me causaba
tranquilidad exponer a Kenya a esas situaciones, pero, por otro lado, era bueno que tuviera
esa iniciativa de hacer bien las cosas, además no la dejaría sola, la estaría vigilando de cerca, al
menos los primeros días. Una vez que estuviera seguro que todo marchara bien, la dejaría sola
ahora sí para que arreglara su error.

Dia 1

Kenya no lo sabía, pero pedí algunos días de vacaciones en el trabajo para estar al pendiente
de ella, durante las mañanas, mientras ella iba a la escuela yo me regresaría a casa en vez de ir
al trabajo.
Aburrido y sin nada que hacer, mientras mi esposa estudiaba decidí hacer algunas cosas en
nuestra computadora de escritorio, pero para mi sorpresa encontré que había dejado su
sesión de WhatsApp web abierta.
Aunque al inicio dude si revisarla o no, la curiosidad me gano y comencé a ver sus mensajes.
Me lleve una gran sorpresa al ver que mis amigos se mensajeaban muy seguido con ella, le
insinuaban cosas, pero mi esposa parecía no entender, no entendía el doble sentido ni los
chistes o bromas que le hacían, aun así, mis “amigos” no perdían oportunidad para pedirle
fotos, invitarla a salir sin que yo me enterara o hacerla confesar algunos actos sexuales.
Afortunadamente Kenya no le seguía el juego a ninguno, ya sea por ingenuidad o por
desinterés.

Seguí revisando y encontré conversaciones normales con familiares, hasta que después
encontré un grupo con sus dos amigos de la universidad. Este chat parecía más interesante y
prometedor, subí un poco para ver el inicio de una conversación, y para mi sorpresa estaban
hablando de la “pijamada” que habían tenido hace apenas unos días, donde mi esposa
termino devorando la verga de su amigo Daniel. Al parecer planeaban otra.

De pronto empezaron a llegar varios mensajes, estaban en una conversación justo en ese
momento.
Mi esposa les estaba relatando el accidente ocurrido y lo aterrada que estaba, les decía
también que no quería decepcionarme y que estaba dispuesta a hacer su mejor esfuerzo para
ayudar a aquel pobre viejo. Sin perder la oportunidad los mocosos aprovecharon para jugar
con la ingenuidad de mi esposa.

Dani: “Pero, si vas a ser enfermera, me imagino que ya tienes tu uniforme…”
Gabo: “Todo mundo sabe que no puedes ser enfermera sin el uniforme Kenya”
Kenya: “mmm no no tengo ninguno, pero tienen razón, supongo que sería más cómodo,
tendré que conseguir uno”
Dani: “No hace falta Keny, nosotros te conseguimos uno para mañana”
Kenya: “oww muchas gracias chicos, no sé qué haría sin ustedes, no sé cómo pagarles esto que
hacen por mi <3”
Gabo: “eso luego lo arreglamos, ntp Keny”
Dani: “jaja si Kenya, tu déjanos todo a nosotros”
Gabo: “pero no se lo enseñes a tu esposo eh”
Kenya: “¿Porque?”
Dani: “Porque sabrá que nos contaste…”
Gabi: “Y se supone que nadie sabe el delito que cometiste”
Kenya: “mmm bueno tiene razón, será nuestro secreto”
<<Malditos mocosos pensé>> mientras imaginaba que clase de uniforme escogerían para mi
esposa… la imagine por un momento vistiendo una sensual lencería de enfermera y no pude
evitar sentir morbo al saber que esos mocosos cada vez tenían más control sobre ella.


culona


La conversación continua sin más temas relevantes, hablaron de sus clases y de cómo se
organizarían para hacer sus próximas tareas.

Mas tarde pase por ella a la escuela y llegamos a casa, después de unos minutos arreglándose
salió de la habitación.

-Ya estoy lista, ¿nos vamos de una vez? - me dijo. Llevaba puestos unos leggins deportivos y
una blusa pegada al cuerpo, bastante cómoda pero también bastante sexy.

Subimos al auto y entre platicas, mi esposa me conto que sus amigos le ayudarían por un
tiempo con sus tareas, me mintió al decirme que no les había contado nada, y además
obviamente me oculto lo del “uniforme” que le conseguirían.

Finalmente llegamos y sin darme oportunidad de nada, me dio un beso y se bajó del auto de
prisa, como si quisiera terminar lo antes posible con eso. La vi caminar hacia la puerta de la
casa, toco un par de veces y vi salir al viejo sosteniéndose de un bastón.

- ¡No te quedes ahí!, pásale- le dijo mal humorado y casi gritándole. –A ver ayúdame- dijo
mientras se recargo en el hombro de mi esposa y vi como aprovecho para tocarle las tetas…
entraron a su casa y ya no pude ver nada.

Estacione el auto unas cuadras adelante y espere algunos minutos, dude, pero finalmente
decidí bajar e intentar espiar aquella casa, pero cuando apenas estaba abriendo la puerta del
auto, vi a mi esposa salir con bolsas de basura, así que la cerré rápidamente y solo pude espiar
por la ventana.
Kenya tomo una escoba y comenzó a barrer, después entro nuevamente y poco después volvió
a salir, esta vez camino hacia una pequeña tienda cercana, compro algunos suministros y
cervezas.
Llamaba la atención de las pocas personas que había en aquel lugar, unos hombres de un
taller mecánico le chiflaban y le comenzaron a gritar, pero acostumbrada a ese tipo de cosas,
los ignoro a todos.

No me amine a salir nuevamente por temor a ser descubierto, así que solo espere en el auto.
Algunas horas más y finalmente recibí un mensaje de WhatsApp:
Kenya: “Amor, ya puedes venir por mí, ya terminé”.

Espere un poco de tiempo y finalmente fingir llegar.

-Nos vemos mañana Don Raúl- le dijo al viejo mientras salía de aquella casa.

Al subirse al auto, suspiro exhausta y comenzó a contarme todo lo que había hecho. El viejo la
puso a hacer el aseo de la casa, tuvo que lavar su poca ropa, los trastes, limpiar la casa y
además hacerle varios mandados como ir a la tienda. Estaba tan cansada que se quedó
dormida mientras íbamos de regreso a casa.

Dia 2

Repitiendo la rutina del día anterior, al llegar a casa después de dejar a Kenya en la escuela,
corrí a revisar la computadora para encontrar que por suerte la sesión de mi esposa aún seguía
abierta, de inmediato me dirigí a la conversación con sus amigos.

Dani: “Kenya ya te conseguimos el uniforme”
Gabo: “Pero nos mandas foto eh”
Kenya: “Muchas gracias chicos, si claro, yo se las mando”
Dani: “Pero cuéntanos, ¿cómo te fue con el viejo?”
Kenya: “Fue todo un infierno chicos, ya no aguanto más, es un viejo pesado, muy mal
humorado, se la pasa insultándome les juro que ya no quiero ir, pero tengo que hacerlo…”
Dani: “¿Qué cosas te dice?”
Kenya: “Pues me dice cosas como: “mueve el culo puta”, “Apúrate a limpiar pendeja”, “mueve
esas pinches nalgas y ve a la tienda”, incluso ¡me dio una nalgada!, ¿pueden creerlo?... Es un
grosero, yo lo voltee a ver muy feo, pero parece que no le importo.”
Gabo: “Kenya, ¡tú lo atropellaste!, tiene razón en estar enojado…”
Kenya: “Pues no sé, se la pasa echándome en cara que le quebré el pie y que gracias a mi
ahora no puede hacer nada por sí solo”
Dani: “Te quiere castigar”
Kenya: “Noooo, por Dios no, no digan eso chicos, solo mi esposo hace eso.”
Dani: “¿Tu esposo? pues de que castigo hablas… ¿porque tanto miedo?.”
Kenya: “¡Pues que más va a ser!, me da por el culito y me duele mucho cuando lo hace, él me
dijo que es la forma de castigar a una culona como yo.-”

Pasaron algunos minutos y no hubo respuesta… me quede congelado al leer ese mensaje, ¿en
verdad es tan ingenua? o es tan tonta para decirle esas cosas a sus amigos.

Gabo: “Tu esposo es inteligente, esa es la forma correcta de aplicar un buen castigo para ti,
eso y unas buenas nalgadas serán suficientes para que el viejo te perdone.”
Kenya: “¡ay no!, eso estaría mal, ¿no?”
Dani: “¿y atropellarlo estuvo bien?”
Kenya: “pues no, pero… eso no es normal, si otro hombre me castiga, sería como ser una infiel,
¿no?”
Gabo: “Kenya, tu misma dices que es doloroso, ósea que no lo disfrutas… ¿cómo puede ser
infidelidad entonces?, además es solo por el culito.”
Dani: “Mi papá castigaba a mi mamá de la misma forma, dándole por el culo, ella está casi tan
nalgona como tú, incluso yo la he castigado en algunas ocasiones, es algo muy común en estos
tiempos.”
Kenya: “¿Si?, mmmm, pero… ¿creen que Don Raúl este buscando eso?, ¿castigarme?…”
Dani: “¡es obvio!, por eso te trata así, quiere reventarte el culo para darte tu merecido y
seamos honestos, te lo mereces, seguramente lo atropellaste por distraída.”
Gabo: “hasta nosotros deberíamos darte una lección jaja, claro, por tu bien…”
Kenya: “¿entonces que debo hacer?”
Dani: “pues es obvio Kenya, ¡dejar que te reviente el culo!”
Kenya: “después hablamos, ya voy a salir de clases”

Mi cabeza estaba a punto de explotar, no podía creer que fácil habían convencido a mi esposa
de dejarse coger por el viejo, definitivamente esos mocosos eran listos y Kenya muy tonta o
muy puta. La imagine por un instante en cuatro, siendo penetrada por el culo por Don Raúl y
no pude evitar desabrochar mis pantalones y comenzar a masturbarme… sé que no es normal
excitarme imaginando como un viejo sucio se coge a mi esposa, pero no podía evitarlo, esa
piel tan blanca y suave siendo ensuciada por ese hombre.

Mas tarde pase por Kenya a la escuela y la lleve a casa. Aproveche un momento en el que
entro al baño para revisar su mochila y encontrarme un disfraz erótico de enfermera… esos
malditos mocosos hicieron un buen trabajo escogiéndolo, me imagine a mi esposa usándolo y
la cara que el viejo pondría al verla.

Rápidamente regrese todo a su lugar cuando escuche que salía del baño, minutos después ya
estaba lista para ir con el viejo…

Llegamos al lugar y se despidió de mí, la note un poco incomoda y nerviosa, pero preferí no
decirle nada.
En cuando la vi entrar a aquella casa, avance un par de cuadras para dejar el auto estacionado
y esta vez me escabullí rápidamente hasta la ventana de esa aislada casa, busque un lugar
seguro para no ser descubierto y logre tener acceso a una pequeña ventada donde
afortunadamente podía ver toda la casa completa. No es que fuera muy grande, de hecho,
constaba de un solo espacio que se dividía entre el baño, un sofá/cama y un pequeño espacio
que se usaban como cocina, podía verlo todo desde mi posición.

-¡Hay Don Raúl!, ahora que se le cayó- dijo mi esposa en un tono amable, incluso bromista
mientras se agachaba con un cepillo y comenzaba a tallar una mancha en la alfombra.
La escena que vi, fue bastante excitante; mi esposa en cuatro completamente empinada,
tallando con fuerza mientras el viejo no le apartaba la vista del culo.


ingenua


-ya casi termino Don Raúl- dijo mi inocente esposa orgullosa de haber podido quitar esa
mancha.
- ¡Cállate perra!, esto no me hubiera pasado si estuviera sano… todo esto es culpa tuya,
¡deberías de fregar todo el piso como castigo! -
- ¿Castigo?… ¿me, me, me quiere castigar Don Raúl? - pregunto nerviosa Kenya.
- ¿Que si te quiero castigar?, si no tuviera mi pie lastimado ya te habría dado tu merecido
perra, además, vienes a mi casa según tu a ayudarme, pero mira como vienes vestida, pareces
una zorra con esa falda, enseñado todo el culo, ¿quieres provocarme puta? -
-Pero… pero… Don Raúl, yo trago un uniforme, está en mi mochila, mis amigos me ayudaron a
conseguirlo… déjeme cambiarme, ¡vera que soy toda una profesional!

Kenya se llevó su mochila al baño, un baño pequeño cubierto por una cortina de plástico en
vez de una pared y puerta. Después de unos minutos escuchamos tanto el viejo como yo a mi
esposa hablar en voz alta, dudando si salir o no.
-Creo que mis amigos se equivocaron… esto ni siquiera me queda, además no creo que las
enfermeras usen estas cosas.-
-¡ya sal de una vez!, deja de perder el tiempo, además recuerda que ayer me dijiste que me
ayudarías a bañarme- le grito el viejo -para que me laves bien la verga…- murmuro en voz baja,
pero yo lo pude escuchar.

Vimos como la cortina de plástico se corrió y mi sensual esposa apareció frente al viejo
luciendo un sensual disfraz de enfermera.


voyer


Los ojos y la boca del viejo se abrieron con incredulidad.
-¡Ay cabron!- fue lo único que pudo decir, mientras tanto yo sentí como algo se endurecía
entre mis pantalones.
-Creo que me queda muy pequeño este uniforme… pero ya estoy lista para darle su baño Don
Raúl, mmm solo una cosa… ¿podría tomarme algunas fotos? Son para unos amigos…- dijo mi
esposa.
El viejo solo pudo asentir con la cabeza mientras tomaba el celular de Kenya y ella a su vez
comenzaba a ponerse en diferentes poses.


esposa puta


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Segunda parte:

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3 comentarios - Mi esposa Kenya, enfermera por accidente

LaGarraAsesina
cuándo la continuación de La Maestra Mariana?