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Esposa infiel con los muchachos del gimnasio

Acudía al mismo gimnasio que mi hijo y mi esposo, allí conocí a 2 amigos de mi hijo y acabo pasando algo...

Me llamo Sheila y tengo 40 años, estoy casada con mi esposo Rafael desde hace 20 años y tenemos un hijo llamado Lucas y una hija de llamada Laura, soy veterinaria y a mi edad podía decirse que era una mujer normal, ni gorda, ni flaca, ni fea, ni guapa, bastante era teniendo en cuenta que a mi nunca me había gustado el ejercicio físico, bastante trabajo tenia en casa con mi esposo y mi hijo como para hacer mas esfuerzos después de venir de trabajar de la clínica.

Faltaban 3 meses para que llegara el verano y ante la insistencia de mi esposo que decía que me vería mas bonita y mejoraría mi salud decidí aceptar su propuesta de apuntarme a un gimnasio, al mismo en que estaban apuntados el y mi hijo, a decir verdad aunque los 2 llevaban mas de 2 años apuntados no se notaba mucho porque mi esposo tenia una prominente barriga desde hacia bastantes años motivada en parte por su trabajo como camionero y a pesar de la juventud de mi hijo, este iba por el mismo camino de ponerse bastante ceporro antes de cumplir la mayoría de edad.

Aunque como ya dije, al principio no estaba muy motivada, la verdad es que no me desagrado la experiencia, resultaba entretenido y entable una curiosa relación con 2 amigos de mi hijo a los que conocía desde hacia años del colegio y en los que nunca me había fijado especialmente hasta que mi primer día de gimnasio pude ver que si los efectos del ejercicio no parecían notarse en mi esposo ni en mi hijo, si que lo hacían en estos 2 chicos, un año mayores que mi hijo y los cuales tenían unos cuerpos bastante musculados.
 
Mi ejercicio favorito era el spinning y para mi sorpresa no me resulto complicado ni excesivamente cansado porque como ya dije a pesar de todo mi estado físico era bastante bueno.

En estas clases me ponía con Hector y Manuel, los 2 amigos de mi hijo dado que ni mi esposo ni mi hijo duraban mas de 15 minutos en la clase ya que no podían aguantar el ritmo de exigencia.
 
Después de 1 mes de clases me encontraba espectacular y había perdido 5 kilos de peso, los 2 amigos de mi hijo me piropeaban en cada sesión y me felicitaban por los resultados conseguidos, aunque en ocasiones estos piropos eran algo mas que "amigables" yo no daba ninguna importancia especial a aquella situación ya que me llevaba muy bien con ellos y a pesar de nuestras diferencias de edad podía decir que casi los tenia por amigos, además ni siquiera se me paso por la cabeza que aquellos muchachos fuertes, jóvenes y atléticos pudieran sentirse atraídos por la madre de su amigo la cual les doblaba la edad.
 
Aquel día en el gimnasio fue diferente, yo solía irme tras la clase de spining mientras mi esposo, mi hijo y sus 2 amigos solían quedarse 45 minutos mas, justo el tiempo que tardaba en cerrar el gimnasio después de la clase de spinning, a esas horas casi nunca había mas de 10 personas en el gimnasio y aquel día no fue diferente exceptuando el que Hector y Manuel me invitaron a tomar una sauna con ellos, algo que siempre hacían después de la clase y a lo que yo nunca me apuntaba por vergüenza mas que nada, ya que como he dicho, a esas horas apenas quedaba gente en el gimnasio y no me parecía muy apropiado meterme en la sauna medio desnuda con aquellos 2 jóvenes amigos de mi hijo.

Ese día fue diferente, me encontraba bastante cansada y ya tenía la confianza suficiente con aquellos muchachos como para tenerlos por unos amigos míos y no solo como "los amigos de mi hijo", pensé que me vendría bien la sesión de sauna y me metí con ellos en la sala.

Yo iba con una bata y Hector y Manuel tapados por una toalla, lo cual resaltaba sus estupendos cuerpos, sobre todo sus sudorosos torsos bien marcados.

En la sauna había 2 jóvenes mas que se fueron casi al momento de entrar nosotros, así que al cerrar la puerta me quede sola con Hector y Manuel. En la puerta había una ventana pequeña desde la que podía ver la sala de musculación en la cual estaban mi esposo y mi hijo.

Llevábamos 5 minutos charlando en la sauna cuando pude ver como en la toalla de Hector se marcaba un buen bulto, yo me sonroje y no le di importancia, a mi edad ya no me asustaba de aquellas cosas pero no tarde en darme cuenta de que mientras hablábamos, aquel bulto seguía creciendo y Hector no dejaba de mirarme el canalillo, entonces me di cuenta de que la bata estaba mucho mas abierta de lo que yo pensaba y mis tetas habían quedado parcialmente descubiertas y la abertura de la bata me llegaba al ombligo. No se porque lo hice, pero decidí no taparme y hacer como si siguiera sin darme cuenta. Supongo que me sentí halagada de que aquel enorme bulto en la toalla de Hector fuera provocado por mis tetas.
 
Pero la situación se me fue de las manos. Hector debió darse cuenta de que yo no hacia nada por taparme así que se levanto y con toda la cara del mundo y dijo:

- Bueno Sheila, supongo que ya tenemos confianza suficiente y no te importara que tomemos la sauna como cuando estamos Manuel y yo solos

Inocentemente y sin saber muy bien a que se refería, les dije que si. Ante mi sorpresa tanto Hector como Manuel se quitaron las toallas de la cintura y las dejaron a un lado, luego se sentaron otra vez en los bancos completamente desnudos.

Yo me quede alucinada, me puse roja como un tomate y no dije nada, es mas, ni siquiera pude bajar la vista porque aquellas 2 vergas que tenia ante mis ojos me dejaron anonadada.

Si bien ya había comentado que aquellos 2 chicos tenían un aspecto estupendo, unos cuerpos bien moldeados y además eran bastante guapos, no podía imaginar que aun guardaban mas "virtudes" bajo la ropa, porque aquellas 2 vergas sin duda lo eran.

La de Hector debía medir sus 20 centímetros y aunque la de Manuel era bastante mucho más normalita en cuanto a longitud, lo sorprendente era que parecía un salchichón de lo gorda que era.
Debí de mirarlas demasiado porque aquello fue como una invitación para los muchachos que no dudaron en levantarse y decirme:

- Sheila, si quieres también puedes probarlas

Aquellas palabras me sacaron de mi ensimismamiento, me levante pensando en mi esposo y mi hijo a los cuales podía ver desde la ventanita de la sauna, Hector y Manuel estaban delante mío, con sus vergas erectas apuntando directamente hacia mi, pensé en salir de la sauna inmediatamente pero un hormigueo en mi coño me hizo saber que deseaba aquellos miembros, sin decir nada me quite el albornoz dejando mis tetas y mi depilada concha libres ante los ojos de los 2 amigos de mi hijo y sin decir nada me arrodille ante aquellos 2 ídolos de carne en barra a los que debía adorar.

Me quedé anonadada, con la boca abierta ante la verga de Hector, el cual me miraba sonriendo. Despacio, le agarré la verga y fui descendiendo hasta que mis labios se posaron en su vergon, comencé a besar su verga como una loca, primero despacio y luego deprisa, sacaba mi lengua y me empleaba a fondo sobre esa verga, después de haberla ensalivado bien, me la metí en la boca o eso traté de hacer, porque apenas me entraba, tenia un sabor diferente a la de mi esposo, nada desagradable. Manuel no se quedo quieto, deslizó su mano por mi culo y luego un dedo por mi concha y mientras yo trabajaba el aparatote de Hector, Manuel me masajeaba el culo con su dedo. Mientras le comía la enorme tranca de Hector, me hicieron acabar por primera vez, casi de una manera dolorosa, pasado un rato, Hector comenzó a jadear más fuerte, me agarro con fuerza del pelo justo cuando Manuel enterró su dedo hasta el nudillo en el culo.
 
Un chorro cálido y cremoso como el yogur comenzó a llenar mi boca y aquello no paraba ni un momento, mi boca tragaba y tragaba pero aquello no me daba respiro. La leche me rebasaba la boca y al final me tuve que quitar, con la boca llena y aun tuvo fuerza para lanzarme un chorro que me cayo en la cara y el pelo.
 
Me levante y comencé a tragarme lentamente la leche que falto, saboreándola lentamente, jamás lo había hecho con mi esposo ni con ninguno de los 3 novios que he tenido pero estaba más caliente que una yegua en celo así que la degusté como si fuera un vino. Tenía un sabor entre dulce y salado y parte se me escapó por las comisuras de los labios y me cayó en las tetas.
 
Aquello me saco de mi estupor, volví a pensar en mi hijo y en mi esposo al que jamás había engañado hasta aquel día, también pensé que cualquiera podía entrar en el sauna y pillarnos en aquella situación así que decidí levantarme y salir de allí antes de que aquello pasara a mayores o nos pillaran en plena faena, pero antes de que pudiera levantarme y coger mi bata, Manuel me tiró de las piernas, quedando tumbada sobre el suelo de madera de la sauna.

Me separó las piernas y hundió su cara en mi concha y me volvió loca, comenzó con mi clítoris y fue como si una explosión hubiese sucedido en mi vientre y en mi cabeza. Iba a gritar como una loca pero Hector se dio cuenta y me metió la verga ya flácida en la boca.

Solo se oía el chapoteo de la lengua de Manuel en mi conchita y mis jadeos, mmmmm. La lengua de él se deslizaba una y otra vez dentro de mi inundada vagina y con una mano pajeaba mi clítoris, ni siquiera me di cuenta cuando Manuel dejo de lamerme y puso su dura polla en mi boca justo cuando era Hector el que ocupaba su lugar en mi concha, abrí los ojos y allí tenia yo ese salchichón dentro de la boca así que comencé a mamar como si me fuera la vida en ello, Manuel emitió un gemido, se inclinó sobre mi y agarrándome los pechos, comenzó a cogerme la boca, entraba y salía como si fuera mi concha y ante su rapidez no tardo mucho en acabar en mi boca.

La leche de Manuel era mucho mas cremosa y grumosa que la de Hector y como se movía mucho, parte se me derramó sobre mi cara, mientras yo también me corría.

Hector comenzó a cogerme como un martillo pilón, mientras Manuel me extendía con su polla la leche por la cara y yo me recuperaba de los coletazos de mi orgasmo, noté como la bestia se apoyaba en mi conchita y comenzaba a abrirse camino.
 
Comencé a gemir y a jadear, notaba como se iba abriendo camino a través de mi cosita. Hector empujaba y empujaba pero era tan grande que le costaba mucho meterla, finalmente, Hector se salió un poco y de un violento empujón me la metió entera, los 20 cm me entraron de golpe y la punta de su verga golpeó con violencia en el fondo de mi vagina.

Manuel se rió y dijo algo como:

- Coño, que vas a romper a la madre de Alvaro, jajajaja

Pero Hector le dijo:

- Por mis cojones que se la traga hasta los huevos - y comenzó a moverse lenta pero profundamente.

Cada vez que me la metía me golpeaba el fondo, pero ya no me dolía, todo lo contrario, empezaba a gustarme demasiado.

Manuel se puso de pie y miraba por la ventanita

- No te preocupes, los pendejos de tu esposo y tu hijo no se dan cuenta de nada, allí siguen levantado pesas

Me sentía tan llena con la verga de Hector que aquel insulto hacia mi esposo y mi hijo no me importo nada. Hector me estuvo cogiendo un buen rato mientras Manuel vigilaba que nadie nos interrumpiera. Yo estaba tumbada en el suelo, con la cara llena de la leche de Manuel, desnuda con las pierna bien abiertas, con Hector que me tenia los tobillos en alto y cada vez que entraba o salía su verga, sonaba el chapoteo de mis jugos, que se me salían de mi concha y me resbalaban por la raja del culo.

Finalmente, Hector me la empujo hasta el fondo, hasta que sus cojones empezaron a golpear en mis nalgas y sin sacarla, comenzó a moverla en círculos, se apretó aun más y de un golpe, comenzó a acabar y a llenarme la conchita de leche.

Yo estaba allí acostada como la puta más puta, notaba como mi concha se iba llenando de leche, como el chorro golpeaba las paredes de mi vagina y gozando como nunca antes.

Y cuando por fin terminó, saco con un ruido de succión su verga ya fláccida y se sentó en el suelo jadeando. Yo me quedé un rato con los ojos cerrados, relamiéndome los labios los restos de la leche de Manuel y mas feliz que nunca con esa rica cogida que me dio Hector.

Abrí los ojos y vi a Manuel haciéndose una paja y le dije:

- ¿Manuel, que pasa? ¿Es que no me quieres coger tu también?

Manuel sonrió y se acosto con su verga erecta hacia arriba, yo me levante y colocándome a horcajadas sobre su morcilla, me deje caer con todo mi peso sobre ella. Ufff que rico fue sentir como me entro esa verga tan rica.

Oí el chapoteo que hizo al entrar e inmediatamente comencé a cabalgarlo sobre el como una posesa, cada vez que me metía su verga, salpicaba su pubis con mis jugos y la leche de Hector.

Manuel me agarraba las tetas y me las amasaba y pellizcaba los pezones, yo no quería parar, quería verme llena por dentro de leche, quería que me reventaran a vergasos. Manuel estaba cerca de acabar, así que cambie de posicion. Me puse de rodillas y abrazando su cuello, comenzó a llevar el control de la follada, llevábamos un rato así cuando me giré y vi a Hector pajeandose también. "Bendita juventud, menudo vigor" Pense.

Lo llamé entre jadeos:

- Hector… cariño… mmmm... ven… metemela si... que todavía tengo espacio para ti… Ahhhh...

Y le señalé mi culo, no se como se me ocurrió con la taladradora que tenia dandome duro y teniendo en cuenta que jamás me habían usado la entrada trasera, mi esposo era bastante convencional y nunca tuvo esa ocurrencia así que no pude evitar desear que Hector me enculara después de la gran follada que me había dado por la concha.
 
Hector se acerco y apunto como si culo tuviera una diana dibujada, de un solo golpe me la metió hasta las entrañas, no se como lo hizo pero me puso sus huevos hasta el culo y no me dolió nada.
 
Yo había visto en las películas hacia algunos años como dos tíos se cogian analmente y vaginalmente a una chica, pues bien, ya lo estaba experimentando. Me cogieron por turnos, Manuel me penetraba y Hector se quedaba quieto en mis intestinos y después de un rato, Manuel me cogia duro el culo y Hector dejaba descansar su tranca en mi caverna, esta sensación si que era nueva, dos vergas dentro de mi cuerpo cogiendome a la vez, el colmo del placer, sentía las dos vergas a través de la delgada pared que separa culo y vagina.

Luego Hector me puso a 4 patas y mientras martilleaba mi culo como un ariete que trata de derribar la puerta de un castillo, Manuel me metió la verga por la boca, estaba empalada por aquellas 2 pollas y me moría de placer.

- ¿Te gusta la leche, verdad zorrita? - me decian

- ¡¡¡Siii... me encanta... mmmm!!! - conteste yo

- ¡¡Entonces tendrás que ganártela zorra!! ¡¡Pideme lo que quieres!! - dijo Manuel

- ¡¡¡Quiero leche... Ahhhh!!! ¡¡¡Quiero que acabes en mi boca cabrón!!! ¡¡¡Quiero que me llenes de leche y sentirla bajando por mi garganta!!! ¡¡¡Ver como tu verga escupe sobre mi cara la carga de tus cojones... Ahhhh!!! ¡¡¡Ricooo!!!

- ¡¡Así me gusta puta, prepárate!!

Expectante comencé a mamarle la verga mas rápidamente mientras con mis manos masajeaba sus cojones, la enculada a la que me estaba sometiendo Hector hacia que a cada una de sus embestidas la polla de Manuel me llegara hasta la campanilla así que aquello no se demoro mucho mas y entre jadeos Manuel acabo en mi boca, vaciando por completo sus cojones en mi estomago.

En esa ocasión nada quedo en mi cara y me la trague con mucho gusto.

Aprovechando que Manuel había terminado, Hector me levanto, me obligo a apoyar las manos en la puerta de la sauna y me siguió taladrando el culo con rabia, sabia lo que pretendía el muy cerdo, quería que viera a mi familia mientras me enculaban, pero no pude verles por la ventana hasta que por sorpresa pude ver como mi hijo y mi marido salían vestidos con sus mochilas a la espalda del vestuario masculino y se dirigían a la sauna.

- ¡¡¡Mierda, mi hijo y mi esposo vienen hacia aquí!!! - dije yo

- ¡¡¡Coño, Manuel entretenlos que quiero terminar y darle un nuevo vaso de leche a esta putona!!!

Manuel se puso la toalla y salio rápidamente del sauna y cerro justo antes de que mi hijo y mi esposo pudieran verme arodillada con la verga de Hector metida en mi boca.

Pude escuchar lo que Manuel conversaba con mi familia:

- Hey que mas Manuel, ¿Esta mi madre con Hector y contigo verdad?

- Que va, se fue hace unos 20 minutos.

- Es muy raro que no nos haya esperado - dijo mi esposo

- Dijo que estaba muy cansada, que se iba a tomar un buen vaso de leche y se iba a acostar

El muy cabrón dijo eso justo al instante en que la tranca de Hector empezó a disparar sus chorros de leche dentro de mi boca y yo de golosa nuevamente me la trague toda sin dejar ni una sola gota.

- Pues nada entonces, ya nos veremos mañana Manuel y me alegra que te lleves tan bien con mi mujer, ella no quería venir al gimnasio pero creo que gracias a ustedes esto le empieza a gustar.

- No se preocupe, para Hector y para mi es un placer ayudar a la madre de Álvaro, es nuestro amigo.

Mientras me limpiaba los restos de semen pude ver como mi hijo y mi marido salían del gimnasio. Luego nos duchamos los tres juntos y cada cual se fue para su casa.

Llevo 2 semanas sin ir al gimnasio con la excusa de que tengo mucho trabajo. Y aunque me gusto bastante la rica cogidota que me dieron esos dos muchachos estoy bastante arrepentida de lo que hice; y algo me dice que si vuelvo al gimnasio acabare nuevamente en la sauna engañando a mi esposo con los amigos de mi hijo.

Pero por otro lado no puedo dejar de pensar en aquellas vergas y en su deliciosa leche.

Dios mio ¿Que hago ahora?

2 comentarios - Esposa infiel con los muchachos del gimnasio

Lenguatraviesa +2
Andá al gimnasio y cogetelos de nuevo!! Pero ésta vez filmá y sacá fotos para mostrarnos!! 😋🔥😈
Miguelaangel18
Esta historia es espectacular latima que no sabemos quién lo escribió felicito a la autora seguro sigue en anonimato