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Le preste mi novia a mi primito virgen PARTE 2

PARTE 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/5332414/Le-preste-mi-novia-a-mi-primito-virgen-PARTE-1.html

Avance rápido a ese sábado en cuestión.
 

 

Mientras iba conduciendo hacia el apartamento de Sara, puse música en el carro, para que Daniel se sintiera más tranquilo, como casi todos los hombres de esa edad estamos nerviosos si sabemos que vamos de camino al matadero. La excusa para sacarlo de casa fue que lo llevaría a comer y a comprar ropa, aunque bueno, sabrán ustedes que solo una de esas dos cosas si iba a pasar, iba a comer, pero no precisamente pollito asado. 
 
Al llegar, deje parqueado el spark sobre la vía (en ese entonces manejaba uno de esos), salimos y subimos al 3er piso del edificio de apartamentos (los que sean de cali y conozcan los XXXXX, sabrán masomenos como son estos edificios), al llegar al apartamento y antes de tocar a la puerta le di una palmada en la espalda y una revolcada de cabello a Daniel, como dándole un poco de tranquilidad. 

 
- ¿Listo, pri?
 
- … Pues listo, listo, no, jajaja, tengo mucha pena. (Dijo bastante apenado, pero sonriente) 

 

Toqué la puerta y pude escuchar desde adentro los tacones de sara acercándose desde el sofá de su sala, estaba lista y esperándonos. 



Al abrir la puerta, ambos pudimos ver a Sara, vistiendo una bata de baño blanca cubriendo su cuerpo, como dije antes, vistiendo unos tacones altos, estaba altísima, se podían ver los tacones y sus pies un poco por bajo la bata, estaba muy producida, su cabello corto (estilo niña bonita) estaba planchadito, brillaba rojo de lo bien cuidado que estaba esa mañana, (ya que le había dado para el salón de belleza con antelación, quería que estuviera supremamente bella y sexy ese día) estaba usando un colorete Vinotinto que me encantaba y una sombra de ojos espectacular, era un monumento de hembra esa mañana.  

 
- Hola amor, los estaba esperando – Dijo Sara, posándose con ambas manos sobre el marco de la puerta, pude notar que también estaba algo apenada, porque tartamudeo un poco.


- Esta preciosa ricura, mira a quien te traje aquí… Saluda ome guevon – Mientras empujaba un poco a Daniel hacía en frente mientras me reía un poco.


- Bu… buenas doña sara… - Dijo mi primo, cagado de la pena, estaba rojísimo. 


- ¿Doña sara? Tan bobo, ni que no nos conociéramos jajaja. - invitándolo a pasar 

 

Entramos ambos al apartamento y cerramos la puerta tras de nosotros. El apartamento constaba de una sala amplia equipada con un juego de muebles en L sobre el extremo opuesto a la entrada, un comedor, el acceso a la cocina y al baño desde la misma sala y un pasillo con 3 cuartos, el de invitados, el principal y un estudio pequeño. 



Al momento de entrar, seguí derecho hacia el sofá y me senté, invitando a Daniel a sentarse también. 



Sara se quedó de pie frente a los dos. 


- Bien Dani, todos sabemos a qué vinimos acá, pero antes de proceder, vamos a dejar claras algunas reglas, ¿vale?.


- S… Si, dale, escucho – Dijo Dani sin saber dónde poner sus ojos, si en mí, la decoración del apartamento, o la hembra de casi metro ochenta vistiendo una bata y tacones frente a él, que solo lo miraba sonriente, posando una de sus manos en su cadera y la otra jugueteando con su cabello, eso si, sin dejar de mirarlo a el Cabe resaltar, que todas las acciones de Sara estaban “Libreteadas” por ambos, desde días antes, este juego era nuestra complicidad de novios, de amantes.


- Ok, bueno, la primera regla es, No puedes besarla en sus labios, la segunda, no puedes quitarle nada de su ropa, la tercera, no puedes tocar bajo su ropa hasta que yo te lo permita, y por último, debes recordar que Sara es mi hembra, mi mujer y que solo te la estoy prestando, así como prestaría un juguete, ¿verdad Sarita? 


- Si amo – Dijo sara mientras me miraba y me guiñaba el ojo sonriendo, No lo mencione antes, pero ya habíamos practicado juego de roles anteriormente, por lo que la dominación amo/sumisa ya era algo común en nuestros encuentros. 


- Que rico que este claro para ti Sarita, y para ti ¿Danny? ¿Está claro? 


- Si, está muy claro – Dijo Danny, un poco más tranquilo ya. 


- Bien, ¿qué les parece si empezamos con la primera parte de este “juego”? – Dije sonriendo y dando un aplauso con mis manos, mirándolos a ambos. 

 

Sara asintió con la cabeza, acercándose un poco más a donde estaba sentado Daniel, mirándolo, sonriendo y desabrochando la bata, dejándola caer al piso, dejando ver el conjunto de lencería de Maid que mencione anteriormente, ya lo había visto cuando lo compramos, pero en esa tarde, pude tener una vista muchísimo mejor, ya que como mencione, sara estaba muy arreglada, maquillada, super producida, lo que no hizo más que acentuar su belleza y sensualidad. 





Daniel solo pudo observar sonriente el bombom que tenía en frente, claramente se sentía pequeño frente a esa hembra de casi 1.80, vistiendo ese esos tacones negros altos, las medias de malla negra adornadas con un encaje blanco en sus muslos, el diminuto delantal, que solo le dejaba ver los resortes de su tanguita a cada costado de sus caderas, al subir más su mirada, encontrándose con el top transparente negro, que dejaba ver sus pequeños pechos, pero jugosos pezones rosados.



Le preste mi novia a mi primito virgen PARTE 2

 


- ¿Qué tal si nos presentamos de nuevo? – Dijo sara mirándolo y mordiéndose el labio sexymente para provocarlo, aunque genuinamente, se, que estaba empezando a calentarse al igual que yo por esta situación tan inusual y degenerada. 

 

Me empecé a calentar muchísimo, sentía como la sangre empezaba a llenarme la verga, apretándose en mis boxers, ¿y como no calentarme? La idea de que mi mujer se había maquillado, vestido, ido al salón de belleza y ahora vistiendo semejante conjunto tan lujurioso para mi primito de 18 años, simplemente me hacia sentir como me sentí en mi primera vez (fue con una mujer muchísimo mayor que yo, a mis 16), quizá esa experiencia se estaba proyectando ante mi de nuevo, pero ahora en el cuerpo de mi primo 


- Soy Sara y hoy me voy a quedarme con tu virginidad, voy a tratar muy bien tu polla primito, así que, quítate la ropa para mí y déjame ver que tienes ahí… - Dijo Sara apoyando su rodilla sobre el sofá, entre las piernas de Daniel 

 

Daniel, sin decir nada, solo atino a quitarse su camiseta torpemente, a lo que sara, para ayudarlo lo tomo de las manos y lo ayudo a levantarse, para dejarlo frente a ella. 



Esa imagen hizo que terminara de calentarme al 100%, la diferencia de tamaño y contextura entre ambos era evidente, el, le daba masomenos a la altura de sus hombros, siendo además mucho más delgado que ella. No pude evitar llevar mi mano y apretar mi verga sobre el pantalón. 



Sara empezó a besar su mejilla y su cuello, aunque tenía que inclinarse un poco para quedar a esa altura, mientras que Daniel solo atino a mirarme y preguntarme 


- ¿Puedo tocarla también pri?


- Si, solo sigue las reglas anteriores por el momento… 



Daniel empezó a sonreír y a tocarla, casi sin creérselo, se le veía en la cara, aunque cerraba los ojos al sentir los labios, lengua y respiración agitada de Sara en su cuello y orejas, estaba experimentando por primera vez lo que era la lujuria de una mujer adulta. 



Sus manos se deslizaban por sus caderas, sus muslos, casi como tratando de abarcar las abundantes curvas con sus pequeñas manos, simplemente, no podía ni sabia como. 

Afortunadamente, tenía una profesora esta tarde. 


- Primito, porque no empiezas besando mi cuello, así como lo estoy haciendo yo. – Sugirió sara en su oído. 



A lo que mi primo reaccionó positivamente, quizá guiado por ese instinto natural que tenemos los hombres, se acercó a su cuello y empezó a besar y lamerla, lo que evidentemente género en sara el placer necesario para dejar salir su primer gemido. 

Gemido, que tanto mi primo, como yo, disfrutamos enormemente, yo por ver a mi mujer sintiendo un placer tan vulgar y hasta prohibido por la diferencia de edad, y mi primo, por ser quien generó ese sonido tan delicioso. 


- Si… Hmhp!... así primito – Exclamo sara dejándose llevar por el placer del momento también, mientras dirigía las manos de Daniel hacia sus nalgas, enseñándole a mover ambas nalgas al mismo tiempo, cosa que le prendía enormemente, ella sabía que su culo era su mejor arma, por lo que disfrutaba que yo (y en esta ocasión mi primito), agarraran de esa forma. 



Yo solo disfrutaba del espectáculo, ver esas nalgas que durante tanto tiempo me había comido yo, ahora siendo manoseadas de manera tan erótica y desesperada me tenía muy caliente, a lo que quise darle un empujón más a la situación.


- Bueno, Sarita, ¿por qué no jugamos a algo más?, que tal si le quitas los pantalones y la camisilla, déjalo solo en los boxers y lo torturamos un poquito con aquel jueguito. 



Por “aquel jueguito”, me refería a algo que ella y yo solíamos jugar a la hora de culiar, básicamente consistía en ver cuánto tiempo era capaz de aguantar caricias, besos, mordidas y básicamente “teasing” antes de no aguantar más y querer coger, quien perdía, debía pagar la salchipapa de la noche, solo que esta vez, el objetivo era otro.
 

Sara empezó a quitarle el pantalón a Daniel, mientras este le besaba el cuello y seguía manoseando sus nalgas, yo solo podía ver con morbo, como sus pequeñas manos se perdían debajo de lo que se supone, era una faldita. 



Luego de perderme un momento en las manos de mi primo agarrando las nalgas de mi novia, volví en mí y ya él estaba solo con sus boxers, podía verse su erección apretando el boxer, se veía un tamaño de polla normal, ni muy grande, ni pequeña. Sara lo empujo de nuevo al sofá, dejándolo sentado, posterior a eso solo se dio la vuelta y levanto su pequeña falda, dejándole ver el pequeño triangulito partiendo sus nalgas. 


- ¿Te parece bonito mi culo primito? – Dijo sara sonriendo pícaramente mientras lo miraba desde su hombro.


- Si! Uff este culo este riquísimo, estas mucho más rica que mi novia- - Dijo Daniel, ya completamente caliente, la pena que sentía hace apenas un rato, ya no existía. 


- Sara, amor, ahora siéntate sobre su boxer y mueve tu culo un poco sobre él, si aguanta más de 3 minutos, sin tocarte o explotarse, seguimos a la 2da parte del juego, ¿ok? – Dije desde mi puesto, sacando mi celular para cronometrar la primer parte de este juego.  


- Como ordenes papí. – Respondió sara sonriéndome, y dejando caer su enorme culo sobre la entrepierna de mi primo, quien tenía sus piernas abiertas y los brazos recostados sobre el espaldar, completamente entregado a sara. 

 

Y así, empezaba esta nueva parte del show, Daniel debía aguantar 3 minutos de un perreo, sentones y fajeo del culo de mi novia. 

 

Sara empezó a mover sus nalgas apoyándose de las rodillas de mi primo, de lado a lado, en círculos, de arriba hacia abajo, un espectáculo, que sumado a los gemidos de hembra en celo conteniéndose, calentaban mucho más la escena, cosa que mi primo estaba disfrutando enormemente, la expresión de su rostro lo delataba, tanto que pasado un minuto, tomo algo más de confianza y empezó a mover sus caderas también para que su polla chocara más cómodamente con el culo de mi novia. 


- Eso que tienes entre las piernas se quiere como salir, ¿verdad primito? – Dijo Sara pícaramente mientras se inclinaba hacia atrás, recostando su peso sobre el cuerpo de mi primo, rodeo su cuello con su brazo y empezó de nuevo a moverse rítmicamente sobre su polla. 


- ¿Tú crees? Es que está haciendo algo de calor… - Dijo Danielito mientras sonreía de placer. 



Pasaron los tres minutos de la primera ronda del juego, que sinceramente se sintieron como más, por lo que anuncie la siguiente parte. 


- Bueno muchachos, ya pasaron los 3 minutos, por lo que veo, Danielito aguanto como un hombre esta tortura, así que voy a anunciar la segunda parte del juego. 


- Si! ¡Qué bueno! – Exclamo Sara contenta y agitada por los movimientos y calor del momento - Es que Danielsito es un niño muy fuerte! ¿verdad? - Dijo sara de nuevo, esta vez moviéndose más despacio y acariciando el cabello de mi primo. 


- Hahaha, un niño fuerte? ¿Será verdad pri? – Dije mientras me reía y miraba el rostro de ambos. 


- ¡Si! Danielito es un niño muy muy fuerte, dilo para que pueda escucharlo papi. – Dijo sara muy sexymente y casi caprichosa, esperando una respuesta morbosa del niño sobre el cual tenía sus enormes caderas en ese momento. 


- … soy, un niño… muy fuerte. – Dijo Daniel muy morbosamente al oído de sara, luego de usar su lengua ahí mismo. 


- Uff pero están que arden no? Continuemos entonces. La siguiente prueba consiste en que aguantes 3 minutos más, mientras Sara pone su cara sobre tu boxer y juega con sus manos en tu cuerpo. De nuevo, no puedes usar tus manos, solo aguantar sin venirte. ¿Sale? – Dije mientras los miraba a ambos.
 

Sara se puso de pie rápidamente, se dio la vuelta, puso su bata que estaba tirada cerca, sobre los pies de Daniel, rápidamente se puso de rodillas como preparándose para dar una mamada, puso su rostro sobre el boxer y la polla dura y caliente de mi primo, mirándolo a los ojos, regalándole su primer “mirada del amor” en la vida.


- ¿Estas listo mi niño? – Dijo Sara mirándolo tierna y morbosamente desde su entrepierna. – Quiero que aguantes esto, por que quiero sentirte adentro mío… 

Daniel, solo pudo sonreír y tragar, como preparándose para la estimulación que venía hacia él. 



Sara empezó a mover su rostro sobre el boxer y la polla de mi primo, cerrando sus ojos y dejando salir gemidos suaves, pero muy eróticos, estoy seguro que podía sentir el calor atravesando la tela, junto a los olores de un niño apunto de volverse un hombre, hasta que sintió la pequeña humedad en la punta, era su preseminal mojando el boxer. 


- ¿Parece que tu amiguito esta por explotar primito?... Por favor aguanta un poco más para ti mi niño fuerte… - Dijo Sara justo antes de estirar sus piernas hacia atrás y quedar en 4 frente al bóxer de mi primo. 



Procedió a empezar a darle besitos en sus piernas, subiendo por sus muslos, de pierna a pierna, repitió esto unas cuantas veces, como una depredadora sazonando su presa. Habían pasado casi 2 minutos ya, a lo que lo anuncie, en cuanto sara escucho que quedaba solo un minuto, maliciosamente, miro a Daniel a los ojos con una sonrisa malvada y metió sus manos bajo el boxer de mi primo, por las aberturas de las piernas, sin mediar una palabra, solo una sonrisa malvada.  



Como una gata en celo, empezó a aruñar los muslos de mi primo, sensualmente, mientras acerco sus labios a donde estaba la cabeza de la polla de mi primo y como si de una cruel carcelera se tratara, empezó a besarla sobre la tela mientras dejo de salir una serie de gemidos fuertes y morbosos. 

 

Estoy seguro que mi primo tuvo que haber sentido la leche en la punta de la cabeza por como arqueo su espalda, se veía que estaba esforzándose. Afortunadamente, aguanto ese último minuto como un campeón. 


- ¡Ya! Suéltalo que lo vas a matar jajaja, pasaron los 3 minutos. -Dije mientras me reía. 


Sara se puso de pie de nuevo y limpio un poco de saliva que le quedo goteando de la mejilla mientras sonreía. 

 
- Uff, que niño tan fuerte, sabía que podías aguantarlo bebe. – Dijo Sara mientras nos sonreía y le guiñaba el ojo. 


- ¿Bien, como te sientes pri? ¿Te están gustando los jueguitos de sara? ¿Listo para tu premio? – Dije mientras los miraba a ambos.


- Estoy muy arrecho pri jaja, esto es muy rico y sara me estuvo torturando, jaja. – Dijo Daniel mientras se reía y respiraba agitadamente, estaba sudando un poco, ya que efectivamente estaba haciendo demasiado “calor”. 

 

Mire a Sara como anunciándole lo que venía, ambos nos sonreímos y luego miramos a mi primo en su puesto. 

 
- Listo pri, tu premio es el siguiente, vas a entrar con sara al cuarto del fondo, y una vez la puerta se cierre, tienes 10 minutos para hacerle lo que quieras, sin reglas, solo ustedes dos. ¿Listo? 


- ¿Sin reglas? ¿Y puedo tocarla y lo que quiera? – Pregunto mi primo sorprendido. 


- Si, sin reglas, pero solo 10 minutos. Así que párate y deja que sara te lleve. 

 

Sara se acercó, lo tomo de la mano y lo llevo caminando hacia el cuarto del fondo. 

 
- Vamos primito, te llevo al cuarto. – Dijo sara mientras lo llevaba de la mano. 

Verlos caminar tomados de la mano, mientras veía las nalgas de mi esposa novia moviéndose de esa manera, se quedaron grabadas en mi mente esas imágenes, la diferencia de tamaño y contextura era muy evidente, lo que termino de desatar en mis las ganas de agarrar mi polla y empezar a masturbarme también, no podía aguantarlo más. 



No fue hasta que escuche el sonido de la puerta cerrándose, que Sali de mis pensamientos. Rápidamente me puse de pie, me quité los zapatos y pantalón y me dirigí hacia la puerta, para escuchar el show, ya que previamente le había dado instrucciones a sara de que debían hacer ruido. 



Y fue tal cual, como lo imaginé, al llegar a la puerta, pude escuchar los gemidos ahogados de ambos, lo que evidentemente era prueba de que se estaban besando, pude escuchar esos gemidos por unos momentos hasta que empecé a tocarme sobre el boxer de nuevo, esta nueva experiencia me tenía a mil. 

 

A partir de este punto, narrare la historia con base a lo que Sara me conto que paso luego de cerrar la puerta, ya que como mencione, solo pude escuchar atrás de la puerta. 

 

Al momento de cerrar la puerta, sara se abalanzo sobre mi primo, llevándolo contra la pared mas cercana a la puerta y empezaron a besarse mientras dejaba salir esos gemidos ahogados por sus lenguas. Le había instruido para que le hiciera algo que a mi, en lo personal, me gusta mucho y es que me besen, muerdan y aruñen las tetillas, se podría decir que es mi punto G.


Así que fue lo que hizo momentos después de empezar a besarse, sin mediar palabra con el, solo camino un poco hacia atrás, dejando una línea de saliva desde ambas bocas, para inclinarse y quedar a la altura de las tetillas de mi primo, ella menciona que debió inclinarse bastante por la diferencia de altura. 



Dijo, que mi primo estaba extasiado por la nueva sensación que estaba experimentando, quizá no lo disfrutara tanto aun como yo, pero estoy seguro que debió de sentir muy rico al sentir los labios, lengua y dientes de mi novia, acariciando sus tetillas.







Lo que no esperaba era que mientras estaba absorto en la sensación de sus tetillas, sin esperarlo, sara bajo sus boxers bruscamente, dejando su erección y polla a la vista. Como era de esperarse de una polla joven y virgen, se veía tierna, pero jugosa (menciono Sara). 


- Pero mira nada mas lo que tienes aquí para mí, primito. ¿Quieres que te la chupe? ¿podrías aguantar una mamada de esta señora? – Dijo Sara sexymente mientras lamia suavemente una de sus tetillas, mientras que, con la otra mano, acariciaba la otra. 


- No se si aguante, pero quiero que me la chupes Sara… - Dijo mi primo completamente en un estado de placer y degenero. 



Yo solo pude apretar mas mi polla afuera de la puerta, por que pude escuchar parcialmente lo que decían. 

 
- No me digas sara primito, en estos momentos soy toda tuya, soy tu amante, tu hembra… Dime algo mas creativo… -Dijo Sara poniéndose de cuclillas ante él, mirándolo desde abajo, como pidiéndole algo con sus ojos. 


- ¿Pues… mi hembra? – Dijo medianamente apenado mi primo 



No había terminado de decir la frase, cuando sin aviso, Sara introdujo su polla en la boca mientras dejaba salir un gemido muy sexy y hambriento, como degustando por fin el plato que había estado sazonando todo este rato. 

 

Mi primo solo pudo apretar sus manos contra la pared, curvar su espalda y levantar el mentón, dejando salir un gemido bastante fuerte, era inevitable, pues estaba recibiendo una mamada de una mujer casi 14 años mayor que sabia perfectamente complacer el pene de su hombre. 



Daniel, estrujándose de placer, aguantando la inminente leche que estaba por salir, solo pudo apretar la cabeza de Sara, para moverla a su gusto, estaba empezando a comportarse como un hombre de la familia. 



Sara, al notar esto, simplemente se dejo dominar en ese momento por ese hombrecito, mas delgado, bajito y joven que ella, la idea de ser dominada por alguien de esas características, estaba despertando en ella un fetiche muy morboso, sus jugos mojando su tanguita eran prueba de ello. 



No pudo soportarlo más y dirigió una de sus manos bajo su tanga para empezar a disfrutar de si misma, mientras que, con la otra mano, agarraba y apretaba firmemente la verga de mi primo, impidiendo así, lastimarlo con sus dientes. 



De nuevo, afuera de la puerta solo podía escuchar gemidos ahogados de ambos y los lascivos sonidos del sexo oral. Me encantaba. 



Daniel no pudo contenerlo más, la lengua y succión de verga de sara lo habían llevado al límite, dejando salir su primera carga dentro de la boca de sara, ella se sorprendió (como casi todas las mujeres al recibir el jugo de amor de sus hombres), cuando sienten la leche caliente en sus bocas, pero al sentir esa leche tierna y virgen, solo pudo mirarlo mientras se venía, los gemidos de mi primo, lo delataron, sara, por su cuenta, siguió chupando despacio, sin quitarle la mirada de los ojos. 



Posterior a eso, Sara retiro sus labios de su polla, y sin quitarle la mirada, trago su leche virgen, gustosa, para luego dejarle ver su lengua limpia. 

 
- Aun no hemos acabado primito, así que no cantes victoria todavía. – Dijo sara poniéndose de pie. 

 

Lo tomo de su verga y lo guio hacia la cama, indicándole que se pusiera boca arriba, que ahora le tocaba a él.
 

Una vez acostado, aun respirando agitado, solo pudo sentir como sara se ponía sobre él, dejando su cuquita húmeda y caliente sobre su cara. 


- Dale primito, corre la tanguita y hazme sentir rico a mi también, mientras se te pone duro de nuevo. – Dijo sara moviendo sus caderas sobre su cara.
 

Yo, que estaba afuera con la verga afuera, mire el reloj, ya quedaban unos pocos minutos, así que abrí la puerta y entre, encontrándome con las enormes nalgas de mi novia, apenas tapadas por la faldita y su tanga, moviéndose de atrás hacia adelante sobre la cara de mi primo, que, dedicado completamente a lamerle la vagina intentaba satisfacerla también.


- Uff, pero les rindió no? ¿Qué tal estuvo esa lechita virgen amor? -Dije mientras reía y caminaba adentro. 


- Ahh! Estuvo muy sabrosa, sabe dulcecita, igual que la verguita, casi parece un bom bom bun – Dijo Sara sobre su hombro, mientras me dirigía una mirada de lujuria y complicidad, sin dejar de mover las caderas sobre la cara de mi primo. 


- Bueno, mientras se la pones dura de nuevo a él, porque no me la sacas a mí también? – Dije mientras me acercaba a la cama, sosteniendo mi verga con una mano. 


- Dale mi amor, subite acá y me dejas chupártela.  



Procedí a subirme a la cama y me puse frente a ella, quien, sin mucha demora, la tomo con su mano y la dirigió a su boca, empezando a chupármela a mí también, mientras seguía brincando sobre la cara de mi primo.  



Sin esperarlo y en medio de tan lujuriosa situación, terminamos los 3 en la misma cama. 



Estuvimos unos 5 minutos en esa posición, entre saliva, gemidos y sudor, hasta que descargue mi leche en la boca de sara también, que gustosa, la acepto, saboreo y trago hasta la última gota. 


- Sabrosa… Me encanta tu leche de hombre también mi amor, espesa y olorosa… - Dijo sara mientras me agradecía la carga. 



Me baje de la cama y sara se quito de encima de mi primo, acostándose a un lado, para dejarlo respirar un poco, estaba algo sofocado por la pose anterior, sin embargo, su verga ya estaba casi lista de nuevo, ventajas de ser tan joven jaja. 


- Primito, ¿qué tal mis jugos? ¿Te gustaron? ¿Que tal sabe la vagina de tu amante hoy? – Dijo sara acomodándose al lado de mi primo, mientras se llevaba su verga de nuevo a la boca. 


- Sabe rarito, pero con lo caliente que estoy, se me pasa jajaja. 



Me acerque de nuevo y le pase a sara un condón, como anunciándole lo que seguía. Era hora de que se lo follara.  


- ¿Sabes que sigue pri? – Dije mientras lo miraba, el permanecía acostado, a merced de la lengua de mi novia. 


- Uhmm… ¿Ya me la voy a coger? -Dijo Daniel mirándome sonrientemente. 


- ¿Que me vas a coger? Mas bien, te voy a coger yo a ti y me voy a quedar con tu virginidad primito. – Dijo Sara aprentando con fuerza la verga de Daniel, maliciosamente, por lo que acababa de decir. 

 

Ella tomo el condón de mi mano, lo destapo y ayudo a ponérselo. Sin decir mas nada, solo se puso sobre el, se acomodó la tanguita y procedió a dejarlo entrar de un sentón muy bruscamente. 



Dejo salir un gemido fuerte de placer seguido de un “ufff, que rico se siente esta verga virgen”, a lo que mi primo también apretó sus piernas, su verga seguía muy sensible probablemente. 



Yo, solo me senté en un sofá a pequeño que había en la habitación, para ver el espectáculo. 



Sara empezó a mover sus caderas de atrás hacia adelante, dejando caer su peso hacia atrás, se bajo el top nuevamente, dejando sus pequeños pechos y pezones al aire para poder acariciárselos a si misma mientras gemía.  


- Ahh! Papi, agárrame las tetas mientras tiramos, ¡las tengo muy sensibles! – Gemía sara mientras lo cabalgaba. 


- ¡Si… si! – Daniel obedeció mientras experimentaba por primera vez lo que era el sexo. 



Y no cualquier sexo, Sara era una experta cabalgando, solo podía ver como esas nalgas gigantes se movían de atrás hacia adelante, dejándome ver como esa verga se perdía entre ellas. 


- Agárrale las nalgas y guíale el cuerpo guevon, hace que le brinquen, nalgeala, dómala, ¡hacela tuya! ¡Que no te folle ella a ti, vos Tenes que follartela a ella! – Le ordene a mi primo, para que agarrara más confianza. 



Sara me volteo a mirar como diciéndome “maldito degenerado”, con la mirada, para luego seguir gimiendo. Daniel, por su parte, obedeció, llevo sus manos a sus nalgas, y como pudo, empezó a moverla hacia arriba, moviendo el también su cadera hacia arriba, con mucho esfuerzo, eso si, estoy seguro que sara pesaba mucho más que el, pero como pudo, volteo las tornas, ahora era el quien empujaba su cadera contra ella. 


- Hijueputa! ¡Que rico se siente esto! – Dejo salir mi primo mientras gemía. 



Sara solo correspondió eso, con gemidos mas bruscos, pero no se dejaría doblegar tan fácil, así que llevo sus dedos a sus tetillas (técnica que me encantaba a mi), para aruñar y apretarlas, lo que solo intensifico los gemidos de Daniel y la fuerza de sus embestidas. 



Llevaban ya unos 5 minutos cabalgando, hasta que, en un nuevo impulso de mi primo, para intentar doblegarla, le metió un par de buenas nalgadas provocando que sara dejara salir un gemido de sorpresa, pero antes de darse cuenta, Daniel agarro su nuca y cabello y la inclino hacia abajo, hacia su boca, ya se le había olvidado la regla de no besarla, pero a mi tampoco me importo ya, quería ver si podía domar a mi potra. 

 

Pude escuchar esos gemidos ahogados, ya que tenían sus lenguas entrelazadas, mientras que, con la otra mano, desesperadamente movía una de las nalgas de sara, intentando coordinar sus embestidas, con los brincos de su culo. 

Poco a poco, Daniel la hacia suya, sin experiencia, más allá del porno, estaba intentando dominarla como buenamente podía. 

Esa vista desde atrás, de semejantes nalgas brincando sobre el pequeño cuerpo de mi primo, la faldita solo brincaba dejándome ver su tanguita por momentos, estaba absorto, hasta que la voz de mi primo me hizo volver en mi. 


- Ponete en 4 ya! – Dijo autoritariamente mi primo mientras se ponía de pie y posicionaba para cambiar de pose. 



Sara solo le dedico una sonrisa, para proceder a acomodarse en 4 en la mitad de la cama, dejando sus nalgas levantadas, corrio su tanguita y se masturbo esperando a que Daniel la follara de nuevo. 


- ¡Dale bebe, métemela pues! – Dijo sara apurada. 



Daniel se posiciono atrás de ella, pero como todo virgen, no podía encontrar bien el lugar, sara algo burlona, le ayudo a meterlo, reanudando la faena. 

La habitación empezó a resonar con el rebotar de las nalgas de sara con la pelvis de mi primo, sus pieles sudadas sonaban muy sabroso, acompañados de los gemidos de ambos, Sara principalmente, ya que mientras era follada por ese chico de casi la mitad de su edad y tamaño, se tocaba para disfrutar al máximo. 


- ¿Qué tal la vista pri? ¿Como se sienten esas nalgas? – Dije mientras empezaba a tocarme de nuevo 


- Uff parce, muchas gracias por dejarme experimentar esto, este culo es demasiado grande para mí, pero uff! ¡Está muy rico! – Dijo agitadamente y sin dejar de moverse Daniel. 


Te voy a enseñar un truquito, deja de moverte, ¡quédate quieto y métele una nalgada DURO! Y veras un truquito. – Dije mirando a sara, ella claro, sabía que significaba. 



Mi primo me regreso una sonrisa, dejo de embestirla, tomo un respiro profundo, y le metió una nalgada fuerte en una de sus nalgas, ni siquiera se cuestiono esa sugerencia, lo que ocasiono que Sara dejara salir un gemido muy lascivo y empezara a mover sus nalgas de arriba hacia abajo, como si de un twerking se tratara, habilidad que solo poseen las mujeres muy nalgonas, de que sus nalgas tengan movimiento propio. 


- ¡Dale más, hay que darle cuerda para que se siga moviendo así guevon! – Le dije mientras disfrutaba del show. 


- Uff mk esto se siente muy rico! – Medio gritando dijo Daniel, procediendo a azotar ambas nalgas con cierto ritmo. 



Los movimientos y gemidos fuertes de sara retumbaban por toda la habitación, ella estaba completamente entregada al placer, la habitación también olía a sudor, sexo y lujuria. 


- ¡Papi voy a venirme! – Grito ahogadamente Sara mientras movía sus nalgas sobre la verga de mi primo. 


- ¡Dale guevon, nalguéala duro que te va a regalar una corrida! – le dije. 

Mi primo sin entenderlo del todo, solo obedeció, empezó a nalguearla mas duro, sara le respondía con gemidos de lujuria…
 

Fue cuestión de tiempo para que sara explotara, sus contracciones y gemidos ahogados dejaban entenderlo.


- Parce, felicidades, la hiciste explotar jajaja. – Lo dije mirándolos ambos. 


- Eso estuvo muy rico primito… - Dijo sara muy agitada, con la cara sobre la cama. 


- Ósea… un orgasmo? – pregunto entre sonrisas Daniel. 



Sin dejarlo hablar más, sara se recostó en la cama, dándose la vuelta y abriendo sus piernas. 


- Si papi, un orgasmo… ahora veni y metemelo así, quiero sentirte otra vez. – Dijo lascivamente sara. 



Mi primo obedeció, se puso en posición y justo antes de meterla, sara le quito el condón bruscamente, empujándolo con sus piernas, haciendo así, que entrara a piel limpia. 


- Ahhh! ¡Que rico hijueputa! – Grito sara. 


- Hmmmhp! – Daniel dejo salir un gemido ahogado. 


- ¡Que rica verga virgen! ¡Esta verga de niño está hirviendo! – Gemía sara mientras mi primo la empujaba. 



Yo no tuve problema, de hecho, disfruté que se la metiera así, quería que tuviera la experiencia completa. 


- Me vengo! ¡Me vengo! – Grito Daniel apretando lo más que podía su orgasmo. 


- ¡Si bebe! ¡Dame tu lechita de bebe! – Le correspondía sara. 



Un par de embestidas bruscas mas y mi primo dejaba salir toda su segunda carga dentro de mi novia. 



Daniel se dejo caer sobre el pecho de sara, exhaustos, solo respiraban profundamente y dejaban salir risas de complicidad y lujuria. 

 

Luego de un rato, sara y yo fuimos al baño, ella se encargo de mi 2da carga en la ducha y lo demás es una historia que les contare después. 


 


 

 
La razón por la que quiero compartir esta experiencia 100% real, es porque quiero que muchas más personas que han tenido pensamientos similares, puedan llevarlo a cabo, con consentimiento y respeto, obviamente, compartan a sus esposas y novias maduras, con un colagenito. 

1 comentarios - Le preste mi novia a mi primito virgen PARTE 2

JessAle93210836 +1
Como se llama la minita de la foto?
Belmontxx
Es Sara, del mismo relato amigo