Les cuento en este relato lo que es tener de jefa a una zorra cachonda, gordibuena y con un uso diario de leggins.
No tiene mucho que deje de trabajar para ella, pero me llevo muy buenos recuerdos, su aroma fuerte por no ducharse en varios días, el olor de sus bragas, el como fajamos en el baño con clientes dentro del local.
La apariencia de mi jefa es bastante normal, gordita, algo chaparra, buen culo, no mucha cadera, pechos grandes y lunar muy sexy en su boca.
Les cuento que no tenía deseo por ella los primeros días, todo comenzó depues del primer mes, y fue inevitable, soy muy pervertido con el olor, me gusta ese olor fuerte, que esté ahí por días, bien concentrado, pues ella lo conseguía cada que llegaba del gimnasio.
Siempre llegaba sudando y con un olor fuerte, no podía evitar ver cómo la panocha se le remarcaban en esos apretados leggins llenos de sudor, me comenzó a entrar la duda, ¿A qué olera?
Varias veces comenzó a irse del local, y me dejaba solo, solo con su ropa de gimnasio, era obvio que no se la llevaría por el olor, pero yo la tenía conmigo, siempre entraba al baño a oler sus bragas, sudadas a más no poder con un toque de orina, era lo máximo, me la tenía que jalar siempre que ese olor fuerte entraba en mi nariz, de tan solo pensar que mi cara podía estar enterrada en su colota me mataba, quería lamerle el ano y chuparle la panocha, estoy seguro que sus jugos sabrían muy fuerte y muy deliciosos.
No tardó mucho para que ella cambiara ese hábito y empezó a llevarse la ropa del local, eso me enojo mucho, mi dosis diaria de su aroma se iba a ir, pero... ¿Que pasaba si comenzaba a darle señales? Señales de que le quería romper el ano, de tener sus jugos corriendo por mi garganta, y así fue.
Un día comenzó todo, la gente se está a llendo del local y estabas solo ella y yo, me acerque por detrás y comencé a rosar mi verga con su colota, su novio estaba distraído, sabía que si quería ser excitante para ella debería estar el riesgo de ser descubiertos, ya nada me importaba, quería ese culo para mí.
Los días continuarían así, siempre que podía re restregaba la verga en las nalgas, llegó un punto en que ella era la que lo hacía ahora, se comenzó a sentar arriba de mi y yo a tocarla sin importar que hubiera clientes o su novio estuviera cerca, solo necesitaba dar un incentivo más para que me diera la cola.
Y así fue, cerramos temprano un día por las ventas baja, la tome del cabello y la empine en una mesa, le dije que su virginidad anal sería mía, le baje los pantalones y comencé a mamarle el ano y la panocha, tenía razón sus jugos eran de lo mejor y el olor, el olor era excito, después de todo ese día llegaba del gimnasio.
No contuvo sus gemidos, los sacaba gritando, pidiéndome que dejara los juegos de lado y que se la metiera bien fuerte, y eso hice, no hubo preparación de por medio, mi verga se abrió paso por su culo apretado, reclamé la virginidad anal de mi jefa, ella era mía y el cornudo de su novio lo sabía.
Ahí estaba el, viendo cómo su empleado hacia suya a su jefa, con.o su novia se convertirá en mi propiedad, fueron 4 meses en los que la cogía en todas las horas muertas, era excitante ver cómo los clientes notaban lo mojada que quedaba a su panocha y lo chorreada de sus piernas.
Tal vez la llamé otra vez jeje
Foto de referencia parecida a su culo jeje
No tiene mucho que deje de trabajar para ella, pero me llevo muy buenos recuerdos, su aroma fuerte por no ducharse en varios días, el olor de sus bragas, el como fajamos en el baño con clientes dentro del local.
La apariencia de mi jefa es bastante normal, gordita, algo chaparra, buen culo, no mucha cadera, pechos grandes y lunar muy sexy en su boca.
Les cuento que no tenía deseo por ella los primeros días, todo comenzó depues del primer mes, y fue inevitable, soy muy pervertido con el olor, me gusta ese olor fuerte, que esté ahí por días, bien concentrado, pues ella lo conseguía cada que llegaba del gimnasio.
Siempre llegaba sudando y con un olor fuerte, no podía evitar ver cómo la panocha se le remarcaban en esos apretados leggins llenos de sudor, me comenzó a entrar la duda, ¿A qué olera?
Varias veces comenzó a irse del local, y me dejaba solo, solo con su ropa de gimnasio, era obvio que no se la llevaría por el olor, pero yo la tenía conmigo, siempre entraba al baño a oler sus bragas, sudadas a más no poder con un toque de orina, era lo máximo, me la tenía que jalar siempre que ese olor fuerte entraba en mi nariz, de tan solo pensar que mi cara podía estar enterrada en su colota me mataba, quería lamerle el ano y chuparle la panocha, estoy seguro que sus jugos sabrían muy fuerte y muy deliciosos.
No tardó mucho para que ella cambiara ese hábito y empezó a llevarse la ropa del local, eso me enojo mucho, mi dosis diaria de su aroma se iba a ir, pero... ¿Que pasaba si comenzaba a darle señales? Señales de que le quería romper el ano, de tener sus jugos corriendo por mi garganta, y así fue.
Un día comenzó todo, la gente se está a llendo del local y estabas solo ella y yo, me acerque por detrás y comencé a rosar mi verga con su colota, su novio estaba distraído, sabía que si quería ser excitante para ella debería estar el riesgo de ser descubiertos, ya nada me importaba, quería ese culo para mí.
Los días continuarían así, siempre que podía re restregaba la verga en las nalgas, llegó un punto en que ella era la que lo hacía ahora, se comenzó a sentar arriba de mi y yo a tocarla sin importar que hubiera clientes o su novio estuviera cerca, solo necesitaba dar un incentivo más para que me diera la cola.
Y así fue, cerramos temprano un día por las ventas baja, la tome del cabello y la empine en una mesa, le dije que su virginidad anal sería mía, le baje los pantalones y comencé a mamarle el ano y la panocha, tenía razón sus jugos eran de lo mejor y el olor, el olor era excito, después de todo ese día llegaba del gimnasio.
No contuvo sus gemidos, los sacaba gritando, pidiéndome que dejara los juegos de lado y que se la metiera bien fuerte, y eso hice, no hubo preparación de por medio, mi verga se abrió paso por su culo apretado, reclamé la virginidad anal de mi jefa, ella era mía y el cornudo de su novio lo sabía.
Ahí estaba el, viendo cómo su empleado hacia suya a su jefa, con.o su novia se convertirá en mi propiedad, fueron 4 meses en los que la cogía en todas las horas muertas, era excitante ver cómo los clientes notaban lo mojada que quedaba a su panocha y lo chorreada de sus piernas.
Tal vez la llamé otra vez jeje
Foto de referencia parecida a su culo jeje
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