Dió un par de embestidas lentas y profundas para después salirse, juntó mis piernas y me puso de lado, se acomodó y me la volvió a meter, mis labios vaginales apretaban su ancho tronco, wow, sentí más rico y en esa posición volvió a penetrarme a la misma velocidad que antes, subió una de sus piernas a la cama y pude sentir como su pene llegó aún más al fondo, sentía como mi interior era empujado más al fondo, en eso me llegó el primer orgasmo que me llevó al cielo, sentí como mi cabeza daba vueltas, mi cuerpo como entumido, era muy placentero, ningún orgasmo en la vida lo había sentido como este, perdí la noción de mi, solo sentía placer, olas de placer electrizante que iban desde mi vagina, recorrían todo mi cuerpo y llegaban a mi cabeza, una y otra vez, el placer no paraba, tenía los ojos cerrados, solo escuchaba mis gemidos. Después de unos momentos así, no se si fue poco o mucho tiempo, ese placer fue disminuyendo y pude sentir que una de mis manos tenía las uñas enterradas en la pantorrilla del negro, abrí los ojos y el estaba separando mis piernas, continuaba de lado pero estaba abriendo mis piernas y dando una embestida muy violenta otra vez caí presa de un tremendo orgasmo que me nublo la mente de nuevo.
Puso mis piernas sobre sus hombros, sin sacarme su pene subió a la cama poniéndose en cuclillas al borde, se recargó hacia enfrente arqueando mi espalda quedando nuestros cuerpos más cerca y su pene hasta al fondo de mi vagina, era muy doloroso, lo tenía completamente dentro de mi, aún así sentía muy rico, muy llena y eso me encantaba, sus embestidas eran profundas y violentas cada que me la metía me faltaba el aire para gemir y al salir sentía tan rico que solo podía cerrar los ojos de tanto placer que sentía, creo que me llegó otro orgasmo en ese momento, la verdad no sé, yo estaba perdida en el placer que ya ni sentía otra cosa, sólo placer y dolor cuando la metía porque chocaba en el fondo de mi vagina.
Después de un rato de tenerme en esa posición se salió nuevamente y se puso de pie en el piso, poniendo su mano en mi pierna me empujó indicando que me diera la vuelta y así lo hice, me gire y me puse en cuatro, puso una mano en mi cadera y me metió su pene de golpe, otro orgasmo me llegó al sentirlo dentro y no me dió tiempo de terminar de disfrútalo cuando empezó con sus duras embestidas, mis brazos comenzaron a flaquear y se me doblaban los codos, yo gemía cada ves más duro, casi gritando de placer y de dolor cada que sentía su pene golpear mi extaciada vagina, aaahhh aaaahhh aaaahhhh era lo único que escuchaba juto con el sonido de su pelvis golpear mis nalgas, puso una mano en mi espalda y otra en mi nuca para empujarme hacia abajo, dejando caer todo su peso sobre mí caí recostada boca abajo en la cama, levantaba lo más que podía el culo, su pene golpeaba sin parar el fondo de mi vagina mientras yo seguía gimiendo me llegó otro orgasmo más, este maldito negro no solo tenía una verga enorme sino que sabía follar de lo lindo, duro como a mi me gusta y tenía un aguante tremendo pues la mayoría de los hombres ya hubieran terminado. Me sujetó del cabello y se apoyo en mi espalda, con su otra mano se apoyó en la cama y me metía hondo su tremendo fierrote, aún no me recuperaba del orgasmo cuando tuve otro ola de placer orgásmica, me retorcía, eran puros movimientos involuntarios, estaba tan perdida en el placer que no sabía cómo reaccionaba mi cuerpo.
En la misma posición colocó sus manos sobre mi espalda baja y apoyo todo su peso, su pene seguia taladrandome con una fuerza descomunal, una y otra vez tenía orgasmos, me llegaba uno tras otro, no quiero exagerar pero supongo que estaba tan sensible que las corrientes de placer me hacían temblar sin control, no sabría decir si era un orgasmo tras otro, o uno muy muy largo que parecía no tener fin, solo se que ya no tenía control de mi cuerpo y la mente la sentía nublada, la cama crujía y la cabecera golpeaba insensantemente la pared, recuerdo que como pude coloqué mis manos a la altura de mi cabeza y me aferré fuerte a la colcha, por momentos cerraba los ojos y cuando los abría todo me daba vueltas, mi garganta la sentía seca por tanto jadeo y gritos y el maldito negro seguía cogiendome como todo un macho semental, hasta que dando una última embestida profunda se detuvo.
lentamente saco su tremendo pene de mi interior y se recostó poniendo su cabeza en las almohadas, yo me tomé unos segundos para recuperarme, me acosté en la cama intentando recuperar aire, estaba muy sudada de tanto esfuerzo que estaba haciendo, mi vagina escurría chorros de lo excitada, levanté la cabeza y me gire para buscarlo, ahí estaba ese espléndido macho negro, con su cuerpo desnudo y brilloso por el sudor, frotando su aún más brillante verga con su mano de arriba a abajo haciendo énfasis en su cabeza.
- Que esperas mami? ahora te toca montar.
Sonreí al escuchar sus palabras y sin dudarlo ni un poquito me puse en 4 y camine hacia el como gata asechando a su presa y me lance sobre ese negro vergudo.
Abrí mis piernas y me sujeté de sus hombros, y me senté sobre sus piernas con su pene al frente, lo tomé con mis manos y lo pegué a mi vientre, midiendo hasta donde me llegaba, de tan grande que era, me llegaba un poco más arriba del ombligo, imagínense tremendo tronco adentro de mí, eso me hizo volverme loca pues ya sabía porque me dolía tanto cuando la metía hasta el fondo.
Después de medir su pene por fuera, el con su mano dirigió su pene a la entrada de mi vagina y en un instante me dejé caer con todo el peso en su pito, tragandome todo ese tremendo pedazo de carne, solté un gemido, junto con un grito por la fuerza con la que me dejé caer. Comencé a cabalgarlo, me enderece un poco y pase mis manos hacia atrás, el aprovechó para tomar mis pechos masajearlos, baje mis manos por mis nalgas hasta su pene, podía sentir con mis dedos como su grueso pito estaba dentro de mi, toque mis labios vaginales que abrazaban tan delicioso instrumento, acelere un poco el ritmo, subía y bajaba me apoye poniendo las manos en su pecho mientras veía como sus negras manos jugueteaban con mis pechos, mis rozados pesones eran prisioneros de sus dedos y como su carne empujaba todo mi interior hacia arriba, siendo sincera me molestaba un poco, era incómodo cuando chocaba con el fondo de mi vagina pero el placer hacia que el dolorcito se me olvidará.
Me deje ir para adelante, colocando mis manos sobre la cama y los brazos estirados poniéndome casi en 4, el negro puso mis manos en mis nalgas, las apretó fuerte y levanto su pelvis y comenzó un frenético mete y saca, nuevamente el placer inundó mi mente, yo solo gemía y mencionaba a dios a pesar de no creer en él, de pronto me daba palmadas en las nalgas que me hacían soltar un quejido agudo, las volvía a tomar y continuaba con su frenético movimiento.
Seguía cabalgando con todas mis fuerzas, gimiendo y gritando como loca con todo ese pedazo de verga enorme dentro de mí, cuando de pronto la puerta de mí habitación se abre.....
Parte 4?
Puso mis piernas sobre sus hombros, sin sacarme su pene subió a la cama poniéndose en cuclillas al borde, se recargó hacia enfrente arqueando mi espalda quedando nuestros cuerpos más cerca y su pene hasta al fondo de mi vagina, era muy doloroso, lo tenía completamente dentro de mi, aún así sentía muy rico, muy llena y eso me encantaba, sus embestidas eran profundas y violentas cada que me la metía me faltaba el aire para gemir y al salir sentía tan rico que solo podía cerrar los ojos de tanto placer que sentía, creo que me llegó otro orgasmo en ese momento, la verdad no sé, yo estaba perdida en el placer que ya ni sentía otra cosa, sólo placer y dolor cuando la metía porque chocaba en el fondo de mi vagina.
Después de un rato de tenerme en esa posición se salió nuevamente y se puso de pie en el piso, poniendo su mano en mi pierna me empujó indicando que me diera la vuelta y así lo hice, me gire y me puse en cuatro, puso una mano en mi cadera y me metió su pene de golpe, otro orgasmo me llegó al sentirlo dentro y no me dió tiempo de terminar de disfrútalo cuando empezó con sus duras embestidas, mis brazos comenzaron a flaquear y se me doblaban los codos, yo gemía cada ves más duro, casi gritando de placer y de dolor cada que sentía su pene golpear mi extaciada vagina, aaahhh aaaahhh aaaahhhh era lo único que escuchaba juto con el sonido de su pelvis golpear mis nalgas, puso una mano en mi espalda y otra en mi nuca para empujarme hacia abajo, dejando caer todo su peso sobre mí caí recostada boca abajo en la cama, levantaba lo más que podía el culo, su pene golpeaba sin parar el fondo de mi vagina mientras yo seguía gimiendo me llegó otro orgasmo más, este maldito negro no solo tenía una verga enorme sino que sabía follar de lo lindo, duro como a mi me gusta y tenía un aguante tremendo pues la mayoría de los hombres ya hubieran terminado. Me sujetó del cabello y se apoyo en mi espalda, con su otra mano se apoyó en la cama y me metía hondo su tremendo fierrote, aún no me recuperaba del orgasmo cuando tuve otro ola de placer orgásmica, me retorcía, eran puros movimientos involuntarios, estaba tan perdida en el placer que no sabía cómo reaccionaba mi cuerpo.
En la misma posición colocó sus manos sobre mi espalda baja y apoyo todo su peso, su pene seguia taladrandome con una fuerza descomunal, una y otra vez tenía orgasmos, me llegaba uno tras otro, no quiero exagerar pero supongo que estaba tan sensible que las corrientes de placer me hacían temblar sin control, no sabría decir si era un orgasmo tras otro, o uno muy muy largo que parecía no tener fin, solo se que ya no tenía control de mi cuerpo y la mente la sentía nublada, la cama crujía y la cabecera golpeaba insensantemente la pared, recuerdo que como pude coloqué mis manos a la altura de mi cabeza y me aferré fuerte a la colcha, por momentos cerraba los ojos y cuando los abría todo me daba vueltas, mi garganta la sentía seca por tanto jadeo y gritos y el maldito negro seguía cogiendome como todo un macho semental, hasta que dando una última embestida profunda se detuvo.
lentamente saco su tremendo pene de mi interior y se recostó poniendo su cabeza en las almohadas, yo me tomé unos segundos para recuperarme, me acosté en la cama intentando recuperar aire, estaba muy sudada de tanto esfuerzo que estaba haciendo, mi vagina escurría chorros de lo excitada, levanté la cabeza y me gire para buscarlo, ahí estaba ese espléndido macho negro, con su cuerpo desnudo y brilloso por el sudor, frotando su aún más brillante verga con su mano de arriba a abajo haciendo énfasis en su cabeza.
- Que esperas mami? ahora te toca montar.
Sonreí al escuchar sus palabras y sin dudarlo ni un poquito me puse en 4 y camine hacia el como gata asechando a su presa y me lance sobre ese negro vergudo.
Abrí mis piernas y me sujeté de sus hombros, y me senté sobre sus piernas con su pene al frente, lo tomé con mis manos y lo pegué a mi vientre, midiendo hasta donde me llegaba, de tan grande que era, me llegaba un poco más arriba del ombligo, imagínense tremendo tronco adentro de mí, eso me hizo volverme loca pues ya sabía porque me dolía tanto cuando la metía hasta el fondo.
Después de medir su pene por fuera, el con su mano dirigió su pene a la entrada de mi vagina y en un instante me dejé caer con todo el peso en su pito, tragandome todo ese tremendo pedazo de carne, solté un gemido, junto con un grito por la fuerza con la que me dejé caer. Comencé a cabalgarlo, me enderece un poco y pase mis manos hacia atrás, el aprovechó para tomar mis pechos masajearlos, baje mis manos por mis nalgas hasta su pene, podía sentir con mis dedos como su grueso pito estaba dentro de mi, toque mis labios vaginales que abrazaban tan delicioso instrumento, acelere un poco el ritmo, subía y bajaba me apoye poniendo las manos en su pecho mientras veía como sus negras manos jugueteaban con mis pechos, mis rozados pesones eran prisioneros de sus dedos y como su carne empujaba todo mi interior hacia arriba, siendo sincera me molestaba un poco, era incómodo cuando chocaba con el fondo de mi vagina pero el placer hacia que el dolorcito se me olvidará.
Me deje ir para adelante, colocando mis manos sobre la cama y los brazos estirados poniéndome casi en 4, el negro puso mis manos en mis nalgas, las apretó fuerte y levanto su pelvis y comenzó un frenético mete y saca, nuevamente el placer inundó mi mente, yo solo gemía y mencionaba a dios a pesar de no creer en él, de pronto me daba palmadas en las nalgas que me hacían soltar un quejido agudo, las volvía a tomar y continuaba con su frenético movimiento.
Seguía cabalgando con todas mis fuerzas, gimiendo y gritando como loca con todo ese pedazo de verga enorme dentro de mí, cuando de pronto la puerta de mí habitación se abre.....
Parte 4?
4 comentarios - Puta, infiel y sumisa parte 3