Mi amiga Flor cumplía año pronto y la idea era festejar en un boliche. Ella consiguió reservar en el VIP de Mágnum, un boliche que quedaba lejos del centro de la ciudad.
No solía ir para esos lados. Prefería salir con mis amigas y amigos a los boliches que estaban más cerca, ya que para regresar era mucho más fácil conseguir taxi o colectivos.
De todas maneras, hacía tiempo que no salía a bailar. Luego de la ruptura con mi novio no me sentía con ánimos para salir de casa. Pero Flor me convenció de ir, además había invitado a un chico que me gustaba. Ella me dijo "si no te convence Fabio, al menos cogetelo, que hace rato que no tenés una alegría". Y tenía razón, desde que terminé mi relación, no tuve más sexo, pese a las reiteradas invitaciones de distintos chicos.
Mi amiga me dió ánimos para asistir a su celebración y accedí. Solo que iba a llegar un poco más tarde, ya que ese día tenía que ir al gimnasio y luego tenía que volver a casa para bañarme, depilarme bien y vestirme para la ocasión. Me había puesto un vestido no muy corto y obviamente una tanguita negra que hacía juego con mi corpiño.
Llegué contenta al lugar y me dirigí hacia el VIP, que estaba subiendo las escaleras. En el acceso a esa escalera había un tipo de seguridad, bastante grande y con cara de malo. Le dije que venía invitada al cumpleaños que se festejaba allí arriba y le pregunté si ya habían llegado. Él patovica me miró de arriba a abajo y me contestó que ya estaban todos, pero que no podía entrar nadie más ya que estaba excedida la capacidad del VIP.
Yo: No puede ser, mi amiga me puso en la lista de invitados, fijate...
El tipo: Si, pero ya hay más de diez personas y no puedo dejarte subir, lo siento.
Yo: Debe haber un error, no puede ser.
Él: Yo tengo la orden de no dejar pasar a nadie más.
En ese momento llamé a Flor para avisarle lo que estaba sucediendo e inmediatamente bajó para tratar de solucionarlo.
Flor: Dejala pasar, ella está en la lista.
Él: Si, pero se excedió la capacidad, no puedo dejarla pasar. Hasta diez personas pueden estar en el VIP.
Flor: Pero podés hacer una excepción, es sólo una persona más...
Él: Imposible.. tengo ordenes del gerente..
Flor: Bueno, que venga el gerente
Él patovica la miró mal y le dijo que no iba a venir.
Flor: Bueno, voy yo! A dónde es?
Yo no quería que se preocupe en su día. Así que me ofrecí para ir y arreglar todo.
Él tipo llamó a un colega para pedirle que se quede cuidando la escalera un rato. A continuación, empezó a caminar hacia donde estaba la oficina, yo lo seguía por detrás. Atravesamos dos puertas y se detuvo en un lugar un poco oscuro. Se dió vuelta y me dijo:
Él: Así que querés hablar con el gerente?
Yo: Si, por dónde es?
Él: "Acá está el gerente!!" Dijo y se bajó el pantalón dejándome ver su pene aún flácido.
Yo me asusté e intenté volverme, pero el tipo me agarró del brazo y me trajo hacia él.
"Le das unos besitos y listo" - me dijo haciéndome arrodillar en frente de él.
Estaba muda, no sabía cómo reaccionar.
El tipo acercaba su pene a mi boca y me agarraba la cabeza para que no lo esquive. "Dale! Un ratito y te vas con tus amigos"
Tímidamente abrí mi boca y él empezó a meter su pene. Aún estaba flácido pero era bastante grueso. "Eso! Se obediente" dijo con un tono perverso.
Le estaba chupando la verga suavemente y de a poco fue aumentando su tamaño. Cada vez me costaba más metérmela en la boca. Llegó un momento en que me cansé la mandíbula y solamente lamía su glande mientras lo masturbaba. Pero él insistía en que me la trague.
Continué un rato más hasta que le dije "bueno, ya está" - me paré y me volteé para irme, pero él nuevamente me agarró del brazo y me dijo "a dónde crees que vas? Mira cómo me dejaste". "Era un ratito y listo" le respondí tratando de librarme de él sin éxito. "Nada de un ratito" dijo y me puso de espalda contra una pared.
"Soltame, hijo de puta! Dije y amenacé con gritar, pero él me dijo que ahí no me iba a escuchar nadie. Luego me bajó rápidamente la tanga mientras sostenía mis brazos con un solo brazo y luego separó mis piernas. El tipo era muy fuerte, me tenía inmovilizada por completo y era inevitable lo que iba a ocurrir. Trataba de penetrarme pero con el forcejeo y el grosor de su miembro no lo lograba. Pero en un movimiento ágil, ensalivó su glande y pudo insertarlo en mi vagina.
Ahora su otra mano estaba libre para agarrarme con más fuerza y así comenzó a empujar su grueso pene hacia mi interior.
Obviamente me dolía mucho y todavía no tenía ni la mitad de su tronco adentro. Se me caían algunas gotas de lágrimas pero él no cedía ni un poco. Es más, se movía con más fuerza.
Pasó un rato y el tipo ya me la había metido toda. De a poco dejé de resistirme. Comencé a relajarme y esperar a que termine. Pero todo se puso raro cuando me empezó a calentar la situación... Ese tipo grandote tenía control completo sobre mí, me estaba sometiendo para su placer. Sentía toda su hombría poseyéndome y me estaba gustando.
Mientras pensaba esas cosas, mi vagina se empezó a lubricar mucho. Él se dió cuenta y dijo "ah, te está gustando putita!!" Y comenzó a moverse con más intensidad. Yo empecé a gemir más y más. Como vio que ya no forcejeaba, me soltó los brazos pero me agarró del cuello y pegó mi cara contra la pared mientras bombeaba con más fuerza.
Yo sacaba cola para que entre más profundo mientras gemía a toda voz. De repente pasó de ser un abuso a ser el mejor polvo de mí vida.
Después, me soltó del cuello y colocó sus manos en mi cintura y se empezó a mover violentamente. Podía sentir cómo chocaban sus huevos al meterme toda la verga y también notaba que se le había puesto más dura.
Me estaba dando duro y me gustaba mucho. Empezó a pegarme nalgadas fuertes mientras me decía lo puta que era. Esto me volvió loca y en unos segundos me hizo tener un orgasmo tan intenso que me aflojó las piernas. Él tipo no paraba, me sostuvo contra la pared casi alzada y me daba fuerte hasta que en un momento me clavó la verga hasta el fondo y comenzó a eyacular.
Una vez que terminó, retiró su pene, lo secó en una de mis nalgas y se fue abrochándose el pantalón.
Yo quedé ahí, con las piernas temblando y con la concha toda chorreada.
Me fui al baño para secarme y para arreglarme un poco.
Decidí ir al VIP y cuando llegué a la escalera él estaba allí nuevamente. Pero esta vez me sonrió y se hizo a un lado para que subiera.
Cuando entré, Flor me preguntó si estaba todo bien y porqué había tardado tanto. Le contesté que me había quedado hablando con una amiga que justo estaba ahí y se pasó el tiempo.
Lo que quedaba de la noche transcurrió relativamente normal, por momentos se me cruzaban imágenes de lo que había pasado, ya que me seguía bajando su semen hacia mi tanga.
Terminó la noche. Con Fabio nos dimos unos besos y luego ofreció llevarme. Yo acepté pero obviamente no íbamos a coger. Cuando llegamos a mi casa, le dije que estaba indispuesta y le ofrecí sexo oral, cosa que aceptó con gusto.
Otro día sí nos vimos con Fabio y cogimos, pero no era lo mismo. Este tipo había marcado un antes y un después en mi vida sexual y ni siquiera sabía cómo se llamaba.
Como ese boliche quedaba bastante lejos, ninguna de mis amigas quería ir y no me animaba a ir sola.
Pasaron varios meses y en una reunión con otras amigas surgió la idea de salir un viernes. Yo automáticamente propuse ir a Mágnum. Algunas de las chicas protestaron pero ganó el Si en la votación.
Yo estaba más que contenta. Cuando llegó el día me vestí más provocativa que aquella vez. Usé una minifalda cortita y un top con la espalda descubierta.
Llegamos al lugar y nos pusimos cerca de la barra. Yo inmediatamente dije que iba al baño. Pasé por la escalera del VIP y no había nadie. Miré para todos lados y ahí lo vi. Estaba con su compañero en la zona donde estaba la supuesta oficina a la que nunca llegué.
Desafortunadamente la barra no estaba cerca de dicha zona, pero de alguna manera lo iba a arreglar.
Comenzamos a beber tragos con las chicas mientras bailábamos. Muchos chicos se acercaban pero todos eran rechazados.
De a poco se fue llenando el lugar y lentamente nos fuimos alejando de la barra. De manera disimulada las fui trayendo cada vez más cerca de los patovicas.
Esperaba que su compañero se fuera en algún momento, pero no pasó.
Me puse en un lugar en donde me pudiera ver y comencé a bailar de manera sensual. De vez en cuando miraba hacia esa zona para ver qué hacía. Hasta que finalmente lo pesqué mirándome. Él sonrió de manera picaresca y le habló a su compañero al oído. Luego ambos me miraban. Se ve que le contó lo que me hizo esa noche. Luego dejé de mirar para ahí, ya sabía que tenía su atención.
Transcurrió la noche y no se daba la oportunidad de acercarme. Ya casi era hora de irnos y las chicas querían pedir un taxi. Estaban distraídas con sus teléfonos y yo aproveché para pasar al lado de ellos.
En ese momento sentí una mano en el cuello que me jaló hacia una parte oscura. Mi corazón latía a mil. Sentía manos por todas partes y oía sus respiraciones agitadas. Eran los dos patovicas manoseándome sin reparo.
Sus manos se metían por debajo de la mini y me tocaban toda.
"Mirá quien vino! ¿Ya me estabas extrañando?" - Yo asentí con la cabeza mientras gemía.
"No sabés la cogida que le pegué a esta pendeja, le temblaban las piernas" - le decía a su compañero
Me agarró del cuello nuevamente y dijo "Vení, te vamos a dar un poquito de amor". Me llevó adentro de una oficina y me hizo arrodillar. "Saludalo a Dany". El otro tipo sacó su verga que ya estaba dura y automáticamente me la llevé a la boca. Esta no era tan gruesa y me la podía meter bastante adentro. El otro me agarraba de la cabeza y me hacía tragarla cada vez más. Me tuvo así un buen rato. Luego dijo "Te la querés coger Dany?"- Y Dany contestó que sí con desesperación. El otro me acostó en un sofá grande que había ahí, me levantó la mini y me bajó la tanguita. "Mirá que rica conchita, toda depiladita y apretadita" dijo acercándose para apreciarla de cerca. Me metió un dedo y le dijo a su compañero "y está toda mojada ya".
Dany se apresuró y se subió encima mío para metérmela. Me cogió un buen rato hasta que empezó a jadear cada vez más fuerte y el otro, que estaba detrás mirando, le dice "llenale la conchita de leche, que le gusta". Y unos cuantos segundos después, Dany acabó. Se quedó un rato dentro mío y luego me la sacó y
salió de la oficina.
Yo me quedé abierta de piernas esperando que me penetre mi macho. Éste se acercó y me metió dos dedos adentro de la vagina. Sacó restos de semen de Dany e hizo que me los tragara. Lo hizo varias veces hasta que no había más. Luego sacó su verga, que estaba muy dura y la metió en mi boca mientras me ahorcaba. Obviamente no entraba toda pero él insistía. Finalmente desistió y puso su pene en la entrada de mi vagina para empezar a penetrarme. "Uy, qué apretadita que estás pendeja" dijo mientras la iba metiendo. Yo sentía cómo me abría y empecé a exitarme. "Cómo te gusta la pija! Mirá lo mojada que estás" dijo mientras aceleraba el ritmo y apretaba mi cuello. Yo gemía sin reparo mientras él seguía diciéndome puta. Estuvo mucho tiempo así, luego me agarró de los pelos y me puso en cuatro. Me la metió entera y comenzó a moverse frenéticamente mientras me agarraba del pelo. Ahí fue cuando me provocó un orgasmo divino que me movió el vientre. El tipo no paraba por nada, seguía dándome duro. Era impresionante cómo aguantaba. Luego me agarró del cuello nuevamente y presionaba con fuerza. Me estaba faltando la respiración pero me encantaba. Tanto que me hizo tener otro orgasmo, muy intenso. Ahí me soltó el cuello y comenzó a moverse muy fuerte hasta que acabó.
Me sacó la verga y me metió un dedo en el culo. "La próxima vez que te vea por aquí te lo voy a romper todo" dijo y salió de la oficina con mi tanga en la mano.
Yo salí toda despeinada. Ya no había nadie, era de día. Me tuve que tomar un taxi sola.
Llegué a casa y me recosté así como estaba. Abrí las piernas y me metí un dedo dentro de la vagina. Aún tenía restos de semen de mi macho. Comencé a tocarme pensando en todo lo que había pasado, me metí los dedos en el culo también. Me imaginaba cómo sería..
Saqué mi plug anal y me puse a jugar con él. Me exité tanto que decidí ir ese sábado también. Obviamente nadie me iba a acompañar, así que fui sola.
Antes de salir, me dilaté bien el ano y me dejé puesto el plug.
Cuando llegué, empecé a buscarlo pero no estaba por ningún lado. Me desanimé bastante. Me quedé en la escalera esperando ver si aparecía.
De repente sentí un apretón de nalga y era él.
Él: "Qué hacés otra vez aquí, putita?" Preguntó,
Yo: "vine a qué me devuelvas la tanga" "esta mañana me fui chorreando tu leche a mi casa"
Él: "Esa tanguita es mi trofeo, no se devuelve". "Hoy, esa cola hermosa va a ser mi trofeo" dijo. Me agarró de la cintura y subimos al VIP
Me desnudó con desesperación y se dio cuenta que tenía insertado el plug y dijo "Ah, sabés muy bien lo que querés!"
Me agarró de los pelos y me puso en cuatro.
Sin mediar palabra me la metió y me hizo ver las estrellas. El dolor que sentía no tenía nombre. Aunque estaba lubricada, no era suficiente. Pese a mis gritos, el tipo no se detuvo. Sentía que me lo iba a desgarrar. Se me salían las lágrimas.
Trataba de relajarme un poco mientras sentía cómo me estaba rompiendo el orto.
Comencé a tocarme el clitoris y el dolor de a poco iba pasando. El tipo me decía "Te dije que te lo iba a romper todo, bancatela". "Ahora lloras, pero viniste solita hasta acá sabiendo lo que te iba a pasar!
De a poco me empecé a calentar y mi ano cedió..
Comencé a gemir fuerte mientras el patovica se apoderaba de mi esfinter a su antojo.
En un momento se escucha que se abre la puerta y miro para ahí... era mi ex novio, congelado mirando fijamente la escena. El patovica le gritó "salí de acá o te reviento". Él obedeció y se fue.
El tipo nunca había frenado. Luego de eso, comenzó a embestirme con mucha más fuerza y gemía con intensidad hasta que finalmente acabó.
Me sacó el pene del culo y me dió una nalgada. Se dió vuelta y se fue sin decir nada.
Cuando bajé del VIP, mi ex me miraba fijamente mudo. Me fui a casa de inmediato.
Al otro día me dolía mucho el culo y me acordé de él cada vez que me sentaba. Hasta el momento no volví a Mágnum. Tampoco supe de él. Pero me quedará el recuerdo por siempre y a mi ex viendo cómo me hacían el orto en el boliche también.
No solía ir para esos lados. Prefería salir con mis amigas y amigos a los boliches que estaban más cerca, ya que para regresar era mucho más fácil conseguir taxi o colectivos.
De todas maneras, hacía tiempo que no salía a bailar. Luego de la ruptura con mi novio no me sentía con ánimos para salir de casa. Pero Flor me convenció de ir, además había invitado a un chico que me gustaba. Ella me dijo "si no te convence Fabio, al menos cogetelo, que hace rato que no tenés una alegría". Y tenía razón, desde que terminé mi relación, no tuve más sexo, pese a las reiteradas invitaciones de distintos chicos.
Mi amiga me dió ánimos para asistir a su celebración y accedí. Solo que iba a llegar un poco más tarde, ya que ese día tenía que ir al gimnasio y luego tenía que volver a casa para bañarme, depilarme bien y vestirme para la ocasión. Me había puesto un vestido no muy corto y obviamente una tanguita negra que hacía juego con mi corpiño.
Llegué contenta al lugar y me dirigí hacia el VIP, que estaba subiendo las escaleras. En el acceso a esa escalera había un tipo de seguridad, bastante grande y con cara de malo. Le dije que venía invitada al cumpleaños que se festejaba allí arriba y le pregunté si ya habían llegado. Él patovica me miró de arriba a abajo y me contestó que ya estaban todos, pero que no podía entrar nadie más ya que estaba excedida la capacidad del VIP.
Yo: No puede ser, mi amiga me puso en la lista de invitados, fijate...
El tipo: Si, pero ya hay más de diez personas y no puedo dejarte subir, lo siento.
Yo: Debe haber un error, no puede ser.
Él: Yo tengo la orden de no dejar pasar a nadie más.
En ese momento llamé a Flor para avisarle lo que estaba sucediendo e inmediatamente bajó para tratar de solucionarlo.
Flor: Dejala pasar, ella está en la lista.
Él: Si, pero se excedió la capacidad, no puedo dejarla pasar. Hasta diez personas pueden estar en el VIP.
Flor: Pero podés hacer una excepción, es sólo una persona más...
Él: Imposible.. tengo ordenes del gerente..
Flor: Bueno, que venga el gerente
Él patovica la miró mal y le dijo que no iba a venir.
Flor: Bueno, voy yo! A dónde es?
Yo no quería que se preocupe en su día. Así que me ofrecí para ir y arreglar todo.
Él tipo llamó a un colega para pedirle que se quede cuidando la escalera un rato. A continuación, empezó a caminar hacia donde estaba la oficina, yo lo seguía por detrás. Atravesamos dos puertas y se detuvo en un lugar un poco oscuro. Se dió vuelta y me dijo:
Él: Así que querés hablar con el gerente?
Yo: Si, por dónde es?
Él: "Acá está el gerente!!" Dijo y se bajó el pantalón dejándome ver su pene aún flácido.
Yo me asusté e intenté volverme, pero el tipo me agarró del brazo y me trajo hacia él.
"Le das unos besitos y listo" - me dijo haciéndome arrodillar en frente de él.
Estaba muda, no sabía cómo reaccionar.
El tipo acercaba su pene a mi boca y me agarraba la cabeza para que no lo esquive. "Dale! Un ratito y te vas con tus amigos"
Tímidamente abrí mi boca y él empezó a meter su pene. Aún estaba flácido pero era bastante grueso. "Eso! Se obediente" dijo con un tono perverso.
Le estaba chupando la verga suavemente y de a poco fue aumentando su tamaño. Cada vez me costaba más metérmela en la boca. Llegó un momento en que me cansé la mandíbula y solamente lamía su glande mientras lo masturbaba. Pero él insistía en que me la trague.
Continué un rato más hasta que le dije "bueno, ya está" - me paré y me volteé para irme, pero él nuevamente me agarró del brazo y me dijo "a dónde crees que vas? Mira cómo me dejaste". "Era un ratito y listo" le respondí tratando de librarme de él sin éxito. "Nada de un ratito" dijo y me puso de espalda contra una pared.
"Soltame, hijo de puta! Dije y amenacé con gritar, pero él me dijo que ahí no me iba a escuchar nadie. Luego me bajó rápidamente la tanga mientras sostenía mis brazos con un solo brazo y luego separó mis piernas. El tipo era muy fuerte, me tenía inmovilizada por completo y era inevitable lo que iba a ocurrir. Trataba de penetrarme pero con el forcejeo y el grosor de su miembro no lo lograba. Pero en un movimiento ágil, ensalivó su glande y pudo insertarlo en mi vagina.
Ahora su otra mano estaba libre para agarrarme con más fuerza y así comenzó a empujar su grueso pene hacia mi interior.
Obviamente me dolía mucho y todavía no tenía ni la mitad de su tronco adentro. Se me caían algunas gotas de lágrimas pero él no cedía ni un poco. Es más, se movía con más fuerza.
Pasó un rato y el tipo ya me la había metido toda. De a poco dejé de resistirme. Comencé a relajarme y esperar a que termine. Pero todo se puso raro cuando me empezó a calentar la situación... Ese tipo grandote tenía control completo sobre mí, me estaba sometiendo para su placer. Sentía toda su hombría poseyéndome y me estaba gustando.
Mientras pensaba esas cosas, mi vagina se empezó a lubricar mucho. Él se dió cuenta y dijo "ah, te está gustando putita!!" Y comenzó a moverse con más intensidad. Yo empecé a gemir más y más. Como vio que ya no forcejeaba, me soltó los brazos pero me agarró del cuello y pegó mi cara contra la pared mientras bombeaba con más fuerza.
Yo sacaba cola para que entre más profundo mientras gemía a toda voz. De repente pasó de ser un abuso a ser el mejor polvo de mí vida.
Después, me soltó del cuello y colocó sus manos en mi cintura y se empezó a mover violentamente. Podía sentir cómo chocaban sus huevos al meterme toda la verga y también notaba que se le había puesto más dura.
Me estaba dando duro y me gustaba mucho. Empezó a pegarme nalgadas fuertes mientras me decía lo puta que era. Esto me volvió loca y en unos segundos me hizo tener un orgasmo tan intenso que me aflojó las piernas. Él tipo no paraba, me sostuvo contra la pared casi alzada y me daba fuerte hasta que en un momento me clavó la verga hasta el fondo y comenzó a eyacular.
Una vez que terminó, retiró su pene, lo secó en una de mis nalgas y se fue abrochándose el pantalón.
Yo quedé ahí, con las piernas temblando y con la concha toda chorreada.
Me fui al baño para secarme y para arreglarme un poco.
Decidí ir al VIP y cuando llegué a la escalera él estaba allí nuevamente. Pero esta vez me sonrió y se hizo a un lado para que subiera.
Cuando entré, Flor me preguntó si estaba todo bien y porqué había tardado tanto. Le contesté que me había quedado hablando con una amiga que justo estaba ahí y se pasó el tiempo.
Lo que quedaba de la noche transcurrió relativamente normal, por momentos se me cruzaban imágenes de lo que había pasado, ya que me seguía bajando su semen hacia mi tanga.
Terminó la noche. Con Fabio nos dimos unos besos y luego ofreció llevarme. Yo acepté pero obviamente no íbamos a coger. Cuando llegamos a mi casa, le dije que estaba indispuesta y le ofrecí sexo oral, cosa que aceptó con gusto.
Otro día sí nos vimos con Fabio y cogimos, pero no era lo mismo. Este tipo había marcado un antes y un después en mi vida sexual y ni siquiera sabía cómo se llamaba.
Como ese boliche quedaba bastante lejos, ninguna de mis amigas quería ir y no me animaba a ir sola.
Pasaron varios meses y en una reunión con otras amigas surgió la idea de salir un viernes. Yo automáticamente propuse ir a Mágnum. Algunas de las chicas protestaron pero ganó el Si en la votación.
Yo estaba más que contenta. Cuando llegó el día me vestí más provocativa que aquella vez. Usé una minifalda cortita y un top con la espalda descubierta.
Llegamos al lugar y nos pusimos cerca de la barra. Yo inmediatamente dije que iba al baño. Pasé por la escalera del VIP y no había nadie. Miré para todos lados y ahí lo vi. Estaba con su compañero en la zona donde estaba la supuesta oficina a la que nunca llegué.
Desafortunadamente la barra no estaba cerca de dicha zona, pero de alguna manera lo iba a arreglar.
Comenzamos a beber tragos con las chicas mientras bailábamos. Muchos chicos se acercaban pero todos eran rechazados.
De a poco se fue llenando el lugar y lentamente nos fuimos alejando de la barra. De manera disimulada las fui trayendo cada vez más cerca de los patovicas.
Esperaba que su compañero se fuera en algún momento, pero no pasó.
Me puse en un lugar en donde me pudiera ver y comencé a bailar de manera sensual. De vez en cuando miraba hacia esa zona para ver qué hacía. Hasta que finalmente lo pesqué mirándome. Él sonrió de manera picaresca y le habló a su compañero al oído. Luego ambos me miraban. Se ve que le contó lo que me hizo esa noche. Luego dejé de mirar para ahí, ya sabía que tenía su atención.
Transcurrió la noche y no se daba la oportunidad de acercarme. Ya casi era hora de irnos y las chicas querían pedir un taxi. Estaban distraídas con sus teléfonos y yo aproveché para pasar al lado de ellos.
En ese momento sentí una mano en el cuello que me jaló hacia una parte oscura. Mi corazón latía a mil. Sentía manos por todas partes y oía sus respiraciones agitadas. Eran los dos patovicas manoseándome sin reparo.
Sus manos se metían por debajo de la mini y me tocaban toda.
"Mirá quien vino! ¿Ya me estabas extrañando?" - Yo asentí con la cabeza mientras gemía.
"No sabés la cogida que le pegué a esta pendeja, le temblaban las piernas" - le decía a su compañero
Me agarró del cuello nuevamente y dijo "Vení, te vamos a dar un poquito de amor". Me llevó adentro de una oficina y me hizo arrodillar. "Saludalo a Dany". El otro tipo sacó su verga que ya estaba dura y automáticamente me la llevé a la boca. Esta no era tan gruesa y me la podía meter bastante adentro. El otro me agarraba de la cabeza y me hacía tragarla cada vez más. Me tuvo así un buen rato. Luego dijo "Te la querés coger Dany?"- Y Dany contestó que sí con desesperación. El otro me acostó en un sofá grande que había ahí, me levantó la mini y me bajó la tanguita. "Mirá que rica conchita, toda depiladita y apretadita" dijo acercándose para apreciarla de cerca. Me metió un dedo y le dijo a su compañero "y está toda mojada ya".
Dany se apresuró y se subió encima mío para metérmela. Me cogió un buen rato hasta que empezó a jadear cada vez más fuerte y el otro, que estaba detrás mirando, le dice "llenale la conchita de leche, que le gusta". Y unos cuantos segundos después, Dany acabó. Se quedó un rato dentro mío y luego me la sacó y
salió de la oficina.
Yo me quedé abierta de piernas esperando que me penetre mi macho. Éste se acercó y me metió dos dedos adentro de la vagina. Sacó restos de semen de Dany e hizo que me los tragara. Lo hizo varias veces hasta que no había más. Luego sacó su verga, que estaba muy dura y la metió en mi boca mientras me ahorcaba. Obviamente no entraba toda pero él insistía. Finalmente desistió y puso su pene en la entrada de mi vagina para empezar a penetrarme. "Uy, qué apretadita que estás pendeja" dijo mientras la iba metiendo. Yo sentía cómo me abría y empecé a exitarme. "Cómo te gusta la pija! Mirá lo mojada que estás" dijo mientras aceleraba el ritmo y apretaba mi cuello. Yo gemía sin reparo mientras él seguía diciéndome puta. Estuvo mucho tiempo así, luego me agarró de los pelos y me puso en cuatro. Me la metió entera y comenzó a moverse frenéticamente mientras me agarraba del pelo. Ahí fue cuando me provocó un orgasmo divino que me movió el vientre. El tipo no paraba por nada, seguía dándome duro. Era impresionante cómo aguantaba. Luego me agarró del cuello nuevamente y presionaba con fuerza. Me estaba faltando la respiración pero me encantaba. Tanto que me hizo tener otro orgasmo, muy intenso. Ahí me soltó el cuello y comenzó a moverse muy fuerte hasta que acabó.
Me sacó la verga y me metió un dedo en el culo. "La próxima vez que te vea por aquí te lo voy a romper todo" dijo y salió de la oficina con mi tanga en la mano.
Yo salí toda despeinada. Ya no había nadie, era de día. Me tuve que tomar un taxi sola.
Llegué a casa y me recosté así como estaba. Abrí las piernas y me metí un dedo dentro de la vagina. Aún tenía restos de semen de mi macho. Comencé a tocarme pensando en todo lo que había pasado, me metí los dedos en el culo también. Me imaginaba cómo sería..
Saqué mi plug anal y me puse a jugar con él. Me exité tanto que decidí ir ese sábado también. Obviamente nadie me iba a acompañar, así que fui sola.
Antes de salir, me dilaté bien el ano y me dejé puesto el plug.
Cuando llegué, empecé a buscarlo pero no estaba por ningún lado. Me desanimé bastante. Me quedé en la escalera esperando ver si aparecía.
De repente sentí un apretón de nalga y era él.
Él: "Qué hacés otra vez aquí, putita?" Preguntó,
Yo: "vine a qué me devuelvas la tanga" "esta mañana me fui chorreando tu leche a mi casa"
Él: "Esa tanguita es mi trofeo, no se devuelve". "Hoy, esa cola hermosa va a ser mi trofeo" dijo. Me agarró de la cintura y subimos al VIP
Me desnudó con desesperación y se dio cuenta que tenía insertado el plug y dijo "Ah, sabés muy bien lo que querés!"
Me agarró de los pelos y me puso en cuatro.
Sin mediar palabra me la metió y me hizo ver las estrellas. El dolor que sentía no tenía nombre. Aunque estaba lubricada, no era suficiente. Pese a mis gritos, el tipo no se detuvo. Sentía que me lo iba a desgarrar. Se me salían las lágrimas.
Trataba de relajarme un poco mientras sentía cómo me estaba rompiendo el orto.
Comencé a tocarme el clitoris y el dolor de a poco iba pasando. El tipo me decía "Te dije que te lo iba a romper todo, bancatela". "Ahora lloras, pero viniste solita hasta acá sabiendo lo que te iba a pasar!
De a poco me empecé a calentar y mi ano cedió..
Comencé a gemir fuerte mientras el patovica se apoderaba de mi esfinter a su antojo.
En un momento se escucha que se abre la puerta y miro para ahí... era mi ex novio, congelado mirando fijamente la escena. El patovica le gritó "salí de acá o te reviento". Él obedeció y se fue.
El tipo nunca había frenado. Luego de eso, comenzó a embestirme con mucha más fuerza y gemía con intensidad hasta que finalmente acabó.
Me sacó el pene del culo y me dió una nalgada. Se dió vuelta y se fue sin decir nada.
Cuando bajé del VIP, mi ex me miraba fijamente mudo. Me fui a casa de inmediato.
Al otro día me dolía mucho el culo y me acordé de él cada vez que me sentaba. Hasta el momento no volví a Mágnum. Tampoco supe de él. Pero me quedará el recuerdo por siempre y a mi ex viendo cómo me hacían el orto en el boliche también.
2 comentarios - Sometida por el de seguridad
Supongo que ese tipo jamás se va a sacar de la cabeza como te estaban abriendo el orto
Pero eso le pasa por haberte dejado