Mí suegra María 4

Lucia acababa de llegar a casa, para su sorpresa, la recibí yo en pelotas, con la pija ya dura.
—Y a vos que te pasó?— me preguntó con una sonrisa.
Pero no le dije nada, ahí nomas me le acerque y la hice arrodillar a chuparme la pija. En la casa se escuchaba el sonido de mi verga chocando contra la garganta de mi novia, ella habia bajado los brazos y cerro los ojos, mientras dejaba que yo controle todo, literalmente le estaba cogiendo la boca a Lucia.
Estuvimos unos minutos así hasta que le tire el primer lechazo, el cual se trago todo.
Ella se desprendió de mi verga, yo no le di tiempo e hice que se pusiera de pie, desabrochándole la camisa que llevaba y dejándola en tetas.
—Que estas tan caliente?— preguntó.
—Que no queres que te coja putita?— le dije.
—Mm no me hables así.
—Te hablo como quiero trola, y ahora te voy a llenar de leche.
A Lucia le encantaba ser dominada, se ponia bien puta.
—Para si esta mamá.
—Tranqui putita que estamos solos ¿y si estuviera ella que? Si ya se acostumbro a tus gritos cuando te doy pija.
Le baje el jean que llevaba y la deje solo con la tanga.
Entonces la cargue cual pedazo de carne y la lleve por el pasillo, ella se pensaba que íbamos a la cama, pero no fue así.
Justo en la puerta del cuarto de María, la cual estaba cerrada, paramos ahí.
—Que pasa?
Pero no dijo nada mas cuando sintió como le enterré la verga de una, apretándola contra la pared y casi dejándole los pies en el aire por las embestidas salvajes que le daba.
—Aaaay aaaay Luis la puta madre— gemía Lucia.
—Aaah dale grita putita, grita así la puta de tu madre escucha.
—Aaaah aaaah pero si no esta.
—Que no, si esta del otro lado escuchando como te abro la concha.
Ahí note como se puso a gemir mas y apretó la concha.
—¿Qué pasa putita? Te calienta que tu madre nos escuche? Mira si abre la puerta ahora y te ve clavada.
—Aaah seguí hijo de putaaaa.
—Si nos ve que hacemos? Seguimos garchando y que nos vea?
Lucia no daba mas, estaba como loca ante esa situación.
—Si nos ve María sabes que voy a hacer? Me las voy a coger a las dos putas de la casa, la madre y la hija!— le gritaba, mientras la agarraba fuerte del culo y le separaba bien las nalgas.
—AAAAY HIJO DE PUTA DALE SEGUI QUE ACABO!— gritaba como loca.
Aumente la velocidad, el cuerpo de mi novia embestía la pared como loco, al final, acabé, apretándola por completo y ahí si su cuerpo se levanto un poco en el aire mientras le llenaba la concha de leche.
Lucia dio un grito en seco y finalmente nos desprendimos, ella quedo con las piernas temblando recostada contra la pared, la leche le brotaba de la concha y caía al suelo en un hilo.
Ante la vista de ese orto le di una buena nalgada, ella sonrió y se fue como pudo a darse un baño, creyendo que todo lo que le dije era solo un juego morboso del momento.
Cuando escuche el sonido del agua, rápidamente me fui en pelotas al cuarto de mi suegra, ahí, la vi, de patas abiertas recostada en la cama, se había hecho terrible paja escuchando las cosas que decíamos con su hija.


—Mira lo que sos hija de puta…—le dije en voz baja, mientras acariciaba sus enormes nalgas.
Una vez mas me puse a chuparle esas carnosas nalgas, mientras cada vez mas me acercaba a su concha, la cual estaba bien mojada.
Pero ella me detuvo cuando le pase los dedos, sabia que si continuaba iba a terminar cogiéndola ahí mismo, al parecer aún no quería llegar a eso, pero tampoco es como si no estuviera entregada hasta cierto punto ya. Con la pija aún mojada por los jugos de su hija, me puse a nivel de su cabeza, que estaba recostada en la cama, y comencé a pasarle la pija por los labios.
—Hay Luis que haces— me dijo ella, mientras llevaba una mano a su concha una vez mas.
—Como te calienta esto eh, que te estas pajeando otra vez.
Yo seguía pasándole la cabeza por los labios de mi suegra.
—Dale un besito dale.
Entonces María lo hizo, literalmente me beso la cabeza de la pija y de paso la engullo un poco, sentí como su lengua la recorrió rápidamente como desquiciada.
—Imagínate como la sentirías en la concha— le dije, tratando de que entregara.
—Mm me imagino, pero no podemos Luis— me dijo, ahora colocándose boca arriba y viéndome con una sonrisa bastante sexy.
—Bueno, te gusto?
—La verdad si nene, me re calentó.
—Bueno, ya te dije antes, si te gustaba me ibas a deber algo.
—Y que te debo?
—Ah ya vas a ver— le dije, restregándole la pija por la cara, literalmente limpiándomela.
—Jaja salí sucio.
Entonces me fui del cuarto, todavía caliente, rumbo a la ducha, obviamente a seguir cogiéndome a Lucia.
María aprovecho y salió de la casa, para volver media hora después y que Lucia no sospechara nada.
Esa misma noche, luego de que Lucia se durmiera, le escribí a mi suegra.
—¿Qué queres a esta hora?
—Ah vos Mari, pero ya que no te da, quiero otra cosa.
—Que cosa nene.
—A partir de ahora me quiero pajear con vos.
—Jaja como??? Y cómo seria eso?
—Cuando tenga ganas, te digo y me pajeo con vos, con tu cuerpo y no podes negarte.
—Jajaj ay Luis, pero yo que gano con eso?
—Podes pajearte conmigo también, de hecho estaría mejor si te sumas.
—Jajaj se llega a enterar Lucia nos mata.
—Tranqui, no se va a enterar, es entre nosotros el juego, aparte no vamos a coger.
—Mmm bueno, si eso queres no tengo problema.
—Dale, ahora pasame una fotito.
—Jaja de que?
—Te quiero ver en tanga frente al espejo.
Tras el pedido, tardo un minuto.


—Ahí tenes nene, ojo no la vaya a ver la otra.
—Fua María mira lo que sos, me dejas la pija como fierro.
Y le mande una foto de mi pija bien dura.
—Ay nene…
—Bueno, voy a pajearme viéndote, vos hace lo que quieras con esa foto.
—Jaja bueno dale.