hiphop911ok
Bueno, finalmente llegó el episodio final de esta saga tan querida.
Espero que les guste y no se olviden de seguir el INSTA. Allí hay novedades sobre las cosas que pueden o no salir.
Saludos!!
No descarto, eventualmente, relanzarla en formato completo.
Aguardo comentarios...
Mi mejor amiga
Capítulo 22
Final
Esa mañana fue diferente a todas.
El sol entraba por la ventana pero ni así podía compararse con el brillo en los ojos de Eliana.
Estaba contenta, motivada, con muchas fuerzas…
Claro, era el gran día que venía esperando desde hacía meses. La gran final provincial del campeonato femenino de fútbol amateur.
Desde luego que no iba a ser titular. De hecho, sólo llegó a tener un entrenamiento con el equipo. Por ello y si bien se preparó en forma independiente, tenía que esperar su chance desde el banco.
A nivel físico, llegaba bastante bien.
Aún tenía molestias en la zona costal, que fue la más afectada. No era un dolor intenso pero sí, que aún no se desvanecía por completo.
En cuanto a las magulladuras y moretones. Ya casi no se le notaban.
Si me preguntaran a mí, la pondría sólo en los últimos cinco minutos y con el partido ganado. De esa manera, se evitaría la exigencia corporal que conlleva el encuentro o algún tipo de golpe o topetazo que pueda herirla nuevamente.
Pero también, era cómo ella decía. Eliana era muy ágil y, por lo tanto, muy difícil de agarrar, je.
Antes de salir para la cancha, hizo una breve entrada en calor en casa.
Quería llegar lo más suelta posible.
Se calzó la camiseta, el short y se ató el pelo arriba, tipo cola de caballo.
Yo, por mi parte, la observaba con admiración.
Hermosa y fuerte…
Toda una guerrera…
Por algo le decía la “la vikinga” je. Y después de lo que tuvo que vivir, el apodo le quedaba perfecto.
Respecto a lo que teníamos planeado con Martín y los chicos, no le comenté nada. Ni a ella ni a sus amigas.
Primero, porque no quería desconcentrarla o sacarla de eje. Y segundo, porque tampoco servía que esté todo el mundo al pendiente. Podría ser evidente que lo estamos esperando y echarse a perder la oportunidad.
Mientras íbamos en el auto, la miraba…
Me tenía completamente idiotizado.
Ella se reía. En parte, por los nervios.
YO: ¿Cómo estamos?
ELI: Mmmm… ¿Del uno al diez?
YO: See…
ELI: Siete puntos… Sí…
YO: ¿Cómo siete? ¿Nada más?.- Le respondí en broma.
ELI: Y sí… Hace meses que no juego un partido… Llego con un sólo entrenamiento y casi diferenciado…
YO: Bueno, pero estuvimos entrenando…
ELI: Pero no es lo mismo…
YO: ¿Sabes qué?
ELI: ¿Qué?
YO: Mejor volvamos a casa… No juegues si estás siete puntos…- Le dije simulando un enfado.
ELI: Ay, no, tonto… Mirá si no voy a ir…
YO: ¿Queres pensar nuevamente el puntaje?
Se rió, tentada.
ELI: Ocho punto cinco… ¿Te gustó ahí?
YO: Mejor… Con eso te sobra…
ELI: Si juego…
YO: Vas a jugar… Tranqui…
ELI: No sé, no sé… Juegan bien estas minas… Tres veces seguidas salieron campeonas…
YO: ¿Y?
ELI: Y que si el partido está peleado… Mariela no va a quemar un cambio conmigo…
YO: Sos su mejor jugadora… Mirá si no te va a poner…
ELI: Ay, no sé… Dios…
YO: Amor…- Le dijo mirándola.
ELI: ¿Qué?
YO: Acumulá toda esa carga que tenes… Y explotala ni bien pises el pasto… ¿Está bien?
ELI: Es que me costó mucho ponerme a tono… Y ni te digo lo que nos costó llegar a la final…
YO: Lo sé… Y si no te hubiera pasado lo que te pasó… Vos serías la titular… ¿Ese número no es el diez?.- Le pregunté señalando su espalda.
ELI: Sí…
YO: Y bueno… Vas a tener tu momento hoy… No te preocupes…
ELI: ¿Y si me gambeteo a nadie? ¿Si no marco ni la hora?
YO: Tus primeros tres minutos, te van a costar… Quizá… Después, vas a jugar con naturalidad… No vayas al roce… Eso sí… Tratá de no desgastarte de esa manera… Desmarcate todo el tiempo… Hacé lo que sabes hacer…
Eliana lo miraba, sonriente.
ELI: Sos el mejor…
YO: Jaja ¿ah sí?
ELI: Sí, de todos los novios que tengo, sin dudas que sí…
Me hizo reír.
YO: Así me gusta…
ELI: ¿Y si perdemos?
YO: Nada… Pero tenete fé…
ELI: Estamos re ilusionadas todas encima…
YO: Por eso, no me cabe duda que van a dejar todo…
ELI: Sí… Eso sí…
YO: ¿Y la que juega en tu lugar es buena?
ELI: Sí, qué sé yo… Es más metedora jaja
YO: ¿Más de marca?
ELI: Claro… Pero da buenos pases… Tiene más fuerza que yo jaja
YO: Jaja alentala… Debe ser difícil suplir a la diez…
Se empezó a reír.
ELI: ¿Tan dulce ibas a ser?
YO: Jaja
ELI: La nueve de ellas, te caga a goles…
YO: ¿Sí?
ELI: Sí, es la goleadora del torneo… Pero por afano jaja
YO: Mierda…
ELI: Por suerte, Layla defiende como los dioses…
YO: Jaja es la que mide como 1,80 ¿no?
ELI: Sí, es re alta… Todas confiamos en ella hoy
YO: Les va a ir bien…
ELI: Esperemos…
Ya se sentía mejor. Más liberada.
Cuando llegamos al complejo deportivo, ya era otra.
Se la veía alegre, con mucha luz y buena vibra.
Su equipo la recibió gritando y con mucho afecto. Y no era para menos, después de lo que había vivido. Era un gran ejemplo…
Yo me fui al lugar de la tribuna que había elegido para encontrarme con los chicos.
Casi en la línea de mitad de cancha y en la parte más alta.
Allí, me junté con Martín y cinco amigos más.
Sólo en ese lateral había gradas, que estaban casi colmadas entre seguidores de los equipos e integrantes de los mismos.
Por ello, nos separamos prudencialmente para cubrir toda la zona.
Acordamos en enviarnos fotos al grupo de whatsapp, de alguna persona similar a la del identikit que confeccioné.
Y otra cosa muy importante. Si alguno veía un sospechoso, estaba descartado actuar sólo.
Se debía identificar, señalar y atacar en conjunto…
Para colmo, era la final y había más de cien personas presentes, sin contar a la gente del club, claro.
Yo estaba convencido de que lo iba a ver ahí a la basura esa. Me la jugaba…
Aunque el partido iba a arrancar en cualquier momento y parecía no haber rastro de él.
Yo me repetía “¿dónde estás? Aparecé…”
Pero no lo veía por ningún lado…
Luego, salieron los equipos a la cancha y las suplentes, entre ellas, Eliana, se acomodaron en los bancos.
Me resultó muy tierno cómo Eliana me veía, moviendo las piernitas para atrás y para adelante, con los brazos a los costados sobre la tabla.
Seguro iba a tener su chance…
El encuentro comenzó.
Si bien yo estaba mirando para todos lados, cada vez que podía, miraba el partido.
Me pareció muy parejo.
Al menos, los primeros veinte minutos. Muy disputado en la mitad de cancha.
A la vez, miraba el grupo de whatsapp en busca de novedades.
Pero nada…
No había ni siquiera una sola pista de la presencia del tipo este.
Dios…
Qué nervioso estaba.
¿Se habrá avivado? pensé.
Quizá se dio cuenta de que lo teníamos fichado.
Pero ¿cómo?
Si la policía no hizo absolutamente nada.
No pegó carteles ni nada por el estilo. ¿Será que fue casualidad lo del panfleto?
No, no…
Si yo lo vi acá…
Tiene que ser él…
¡Es él!
¡Aparecé, dale!
El partido parecía inclinarse de a poco hacia el arco del equipo de Eliana.
Layla, la torre rubia que tenían en defensa, ya había cerrado varios cruces y comenzaba a sentir el desgaste.
Se peleaba no sólo la “9” del equipo contrario, sino que además, había una pequeñita y muy rápida que la hacía correr y mucho.
Eliana me miraba con gestos de preocupación. Sabía que la tarde se estaba complicando y se moría de ganas de entrar.
Yo me preguntaba si era conveniente que así fuera, ya que el partido se presentaba muy pero muy físico.
Para mi no era una buena idea…
Aún así, no me iba a oponer si Eliana en verdad quería entrar…
Justo antes de que termine el primer tiempo, se escapa por izquierda la centrodelantera contraria.
Fue cosa de un segundo que picó al vacío.
Layla no llegó a cortarla a tiempo y pateó cruzado al segundo palo, con mucha jerarquía debo decir.
La pelota dio en el palo y entró.
Uhh…
¡Qué mala leche!
Ya se terminaba…
Aunque fue un muy buen gol que disfrutaron los presentes, Eliana se quería morir.
Se mordía de bronca e impotencia.
De todas maneras, intentaba mantener el temple, porque sus compañeras y, sobre todo, su relevo, jugaban con mucha concentración y esfuerzo.
La primera parte finalizó y las chicas se fueron para el vestuario.
Yo me quedé en la grada y mandé mensajes al grupo para que todos permanecieran en las mismas posiciones.
Encima, llegaron más personas y la visión se dificultaba más.
Ningún indicio denotaba su presencia…
Estudié todas las probabilidades. Hasta, incluso, pensé ¿lo habrán agarrado ya?
Pero después pensé que no era posible, porque nos hubieran avisado.
Aunque si me tenía que guiar por el criterio de la policía local…
Yo entiendo que pueden no tener mucho presupuesto o que sus sueldos no sean tan importantes como para hacer su trabajo con voluntad y dedicación. Pero no se trata sólo de eso. Si lo que quieren es llenarse de plata, dedíquense a componer música de trap o de RKT que tanto vende hoy en día. El puesto que ocupa un funcionario público debería ser sólamente atendible para aquellos que sueñan con un cargo honorífico, más que rentable…
Las chicas volvieron.
Tenían toda la segunda etapa para intentar dar vuelta el asunto.
Por lo que pude ver, entraron las mismas once, sin cambios.
Eliana ya no se sentó en el banco, sino que, permaneció parada junto al alambrado alentando a sus pares.
Me generaba mucha admiración verla allí. Parecía que había dejado su ansiedad de lado en pos de su equipo.
El complemento comenzó de manera similar a la finalización de la primera etapa. Mucho ataque de las “Vascas”, evidenciaba hacia dónde se jugaba el partido. Las “Chitas” por su parte, defendían cómo podían.
A los 17 minutos cambió todo.
La “9” adversaria dejó en el camino a su marcadora de punta y se encontró mano a mano con la arquera.
Se hizo un silencio tremendo…
Jamás había sentido algo igual.
Sacó un remate corto pero potente que iba direccionado nuevamente al segundo palo.
Pero en el último momento, Layla se arrojó al piso y logró tocar el balón apenas. Lo rozó.
De esta manera, con el pequeño desvío, la pelota pegó en el palo y salió.
“Uuuhhh…” se oyó.
Era el dos a cero…
Y fue ahí que la directora técnica la llamó.
“¡Eli, vamos!¡Dale!” le dijo.
Ella se volteó hacia mí, con una cara digna de revista.
Cerré el puño y le grité “Vamos”.
Se sacó la pechera.
Su momento había llegado…
Pidieron el cambio, aunque primero se pateó el córner, que por suerte, no terminó en ninguna jugada de peligro.
Eliana lucía muy emocionada, parada junto a la línea de cal.
Las chicas le gritaban y brindaban su aliento.
Qué linda estaba…
Esas piernas…
Me babeaba todo.
Le ordenaron entrar justo cuando tenían un saque de esquina a favor.
Se posicionó cerca de la medialuna. Unos metros atrás.
Y yo no sé si es el destino o qué otra cosa.
Pero cuando la defensa contraria despeja el centro, le queda a ella.
Casi sin mirar, se perfiló para sacar un derechazo.
Yo me quedé cómo “¿desde ahí?”. Era algo lejos y más si entraba fría.
Para mi sorpresa. Mi pensamiento no fueron más que prejuicios.
Sacó un remate al primer palo que atravesó todo el rejunte de jugadoras presente y que observaron cómo se metía junto a él.
¡Golazo!
¡Go!
¡Lazo!
No lo podía creer…
La primera pelota que tocaba…
La primera…
¡Y la manda adentro!
Ja…
No dejaba de sorprenderme.
Era el uno a uno.
Encima se gritó de una manera…
Claro, muchos de los presentes sabían cómo llegaba Eliana al partido…
Regresó a la mitad del campo con el brazo en alto.
Admiración y más admiración.
Ahora estaban más aliviadas.
Incluso, me atrevería a decir que más de una de las Vascas estaba con cara de miedo…
Increíble…
Ahora que entraba Eli, me iba a costar mucho más prestar atención a los alrededores, je.
Para colmo hace el gol a la primera.
Esto se iba a poner interesante…
Y no estaba equivocado.
El partido cambió totalmente.
Ahora, era el equipo de Eliana el que atacaba, con su conducción.
Qué buen partido…
Una de las chicas casi convierte.
Pasó muy cerca un zurdazo a la carrera.
La jueza cobró córner. Se ve que hubo un sutil desvío.
Ahí sí, fue Eliana a patearlo.
Mientras miraba hacia mi derecha, noté que una persona se acercó al alambrado en ese momento.
Justo detrás de ella.
Me llamó la atención, aunque era normal que muchos se acerquen para alentar.
Como la gente me tapaba, bajé de la grada para ver mejor.
Era un flaco que recorrió un par de metros para llegar ahí.
Lo primero que miré fue si era colorado, pero no me pareció. Además tenía una gorra y carecía de barba.
Estaba por volver a mi sitio, cuando se giró parcialmente hacia mí, luego de que Eliana terminara de ejecutar el tiro de esquina y volviera hacia el centro.
Sentí cómo si un rayo me atravesara el cuerpo.
Fue tremendo…
¡Era él!
Sí, estaba seguro…
Era él…
Se había afeitado esa barba que tenía pero era él.
La misma mirada de degenerado la seguía para todos los sitios donde se movía.
Tragué saliva y el cuerpo me empezó a temblar.
No por miedo, pero si por incertidumbre.
¡Lo tenía enfrente!
Saqué mi celular del bolsillo para avisar a los chicos, pero no quería bajar la vista y perderlo.
No podía…
Con los dedos cómo locos, llegué a tocar para enviar un audio, buscando alguna referencia.
Justo estaba debajo de un cartel blanco de una bebida que sponsorea el predio.
YO: Muchachos, lo encontré… Está debajo del cartel de “Granas”. Por favor… Por favor, les pido… Con calma y cuidado… No lo podemos perder… Tiene una gorra negra con el frente blanco y una remera roja, desgastada… Es él… Acérquense con carpa, juntos…
Tenía la mirada fija sobre él. Por nada del mundo lo iba a dejar ir esta vez.
Quince metros y decenas de personas nos separaban…
Yo sabía…
Yo sabía que lo iba a encontrar acá…
Comencé a caminar, muy despacio, mientras veía como los chicos hacían lo propio desde sus lugares.
El problema es que había demasiada gente…
¡Dios!
Estaba ahí…
Justo enfrente mío…
Y esta vez no se me iba a ir…
Disimulando como un campeón, me fui acercando muy lentamente.
Miraba para todos lados, haciendo el boludo.
De repente se escucha un “Uhhhhh” generalizado.
Miré hacia la cancha y estaba Eliana en el suelo, cerca del vértice derecho del área.
Se tomaba la zona costal.
“No…” pensé.
¡Que no se haya lastimado!
Tenía signos de dolor en su rostro.
Eso era lo que tenía que evitar. El roce.
Pero se levantó…
Qué alivio…
Miré al degenerado.
Se había movido…
¿Dónde estaba?
No, no… No lo puedo perder ahora…
Me moví unos metros hacia dónde estuvo por última vez.
Me encontré a Martín.
YO: Boludo, estaba acá…
MAR: Sí, sí… Lo vi… Traté de llegar pero me taparon… No puede estar lejos…
YO: Andá para la entrada… Este pajero seguro está por acá…
MAR: Dale…
YO: ¿Y Lau?
MAR: Allá arriba… Tranqui…
YO: Bien…
Martín se apuró y fue a la zona de la entrada.
Yo miré con atención para ver si alguna persona se retiraba del recinto.
Pero no…
Caminé unos metros más…
Al partido le quedaban menos de 10 minutos todavía.
Justo Eliana me ve desde adentro.
Se extrañó…
Yo le guiñé el ojo y le sonreí con el puño cerrado.
Ella también pero le pareció rara mi actitud. De todas formas, siguió con la presión del equipo.
¿Dónde estás, la concha de tu hermana? grité para adentro mío.
Miro hacia el alambrado y me apoyo.
¡Lo tenía ahí!
¿Cómo se me pudo ir?
No podía ser posible esto…
Miro hacia mi costado derecho y abro los ojos como un sapo.
El tipo estaba a mi lado.
Se me erizó la piel…
Seguí mirando hacia el frente, nervioso.
Lo tenía al lado…
Miraba a Eliana como un lobo a su presa, con determinación.
¿Qué tan siniestro se puede ser?
Miré para los costados.
Los pibes no estaban…
La puta madre…
Encima lo había mandado a Martín a la puerta…
El tipo era más grandote que yo…
Con carpa me hacía el nervioso por el partido y lo fichaba de arriba a abajo para comprobar si tenía algo.
No me parecía…
¿Qué hago?
¿Me le tiro encima?
Agarré el celular.
Con todo el cuidado posible les escribí al grupo que estaba acá a mi lado, cerca de dónde lo vi antes, sobre el alambrado.
Tragué saliva y decidí esperar un poco.
Eli pasó cerca nuestro con la pelota.
No pude mirarla con atención por obvias razones pero, qué bien la llevaba.
Tiró un centro que terminó en saque de arco.
Se volteó hacia mí y le hice el gesto con la mano sobre la costilla para saber cómo estaba.
Me levantó el pulgar.
Pero se quedó.
Permaneció estática en el lugar y mirando hacia mí.
Le hice la mímica de “¿qué pasa?”.
No tenía su vista en mí.
La tenía en él…
Se me puso la piel de pollo.
¡Lo reconoció!
Con la cabeza le dije que no, que no lo mirara. Pero fue tarde.
El tipo se dio cuenta y se separó del alambre.
La DT le gritaba a Eliana para que volviera al partido, pero ya iba a ser complicado.
Se iba a escapar otra vez…
Encima los pibes no llegaban.
La miré a Eli y lo miré a él.
Me reconoció.
Jamás olvidaré esa mirada en su rostro y cómo se le hincharon los ojos.
La manera en que se le dilataron las pupilas…
No sé por qué lo hice. Ni cómo me salió hacerlo. Pero me abalancé sobre él, tomándolo de ambas manos.
Aún escucho el sonido de su cuerpo cayendo pesadamente contra el suelo…
Hice fuerza cómo nunca…
El chabón me insultaba, pataleaba me tiraba cabezazos. Pero yo no iba a ceder.
Lo único que atiné a decir es “llamen a la policía”, “es él, es él”.
¡Lo tenía!
¡Sí!
Al fin lo tenía.
Fue tal el quilombo que armé, que se hizo una ronda enorme de personas mirando.
Ver a Martín corriendo como una topadora hacia nosotros fue el alivio más grande de mi vida.
Seee…
Ahora no se iba a escapar ni por asomo.
Recordé cómo había dejado a Eliana…
Maldita basura…
La maldad con la que la golpeó.
Apreté mis manos y mi cuerpo contra el suyo, para que sienta bien el suelo sobre su espalda y cabeza…
¡Hasta el partido se detuvo!
Eliana miraba todo desde el otro lado del alambrado.
¡No lo podía creer!
Fue motivo de orgullo para mí. Creo que el más grande de mi vida. Ese gesto de aprobación de su parte.
Fue hermoso…
Nunca me lo voy a sacar de la cabeza…
También percibía su alivio, su paz.
Como si terminara de una vez ese martirio.
¡Y no era para menos!
Más allá de que la gente ayudó, no me moví del lugar hasta que llegó la policía.
Me quedé allí, sobre él, reteniéndolo.
Ya no iba a lastimar más a nadie.
Obvio que el partido se detuvo hasta que se lo llevaron.
El oficial que lo esposó vino a darme la mano. Era el mismo que estuvo aquel día en el hospital.
Fue un buen gesto de su parte…
Qué reconfortante.
¡La pesadilla terminó! pensé.
Mientras miraba cómo se iba la patrulla, sentí que alguien me saltó de atrás.
Se me colgó.
Era Eliana, que me besaba todo.
ELI: Te amo, te amo, te amo…- Repetía contenta, mientras la gente aplaudía.
Recién ahí bajé un poco a la tierra.
Sonreí, todo colorado.
YO: Hermosa… Te dije que lo íbamos a agarrar…
ELI: Sos el mejor… El mejor… Mmmm…- Hacía cómo si no pudiera contenerse.
YO: Te amo, hermosa… ¡Qué golazo, eh!
ELI: Gracias…
YO: No, no pasa…- Me interrumpió
ELI: De verdad, gracias…- Expresó con una sonrisa.
Por supuesto que me partió la boca con otro beso.
Qué delicia, pensaba…
Martín estaba ahí y me pegaba en la espalda.
Qué bueno es tener un amigo morrudo, je…
Le devoré la boca con mucho amor. No demasiado, en realidad, porque enseguida la llamaron para reanudar el partido.
Quedaban algo más de cinco minutos, más el descuento.
Yo todavía no lo podía creer.
¿En verdad pasó?
Fueron los cuarenta minutos más cortos de la historia.
¡Volando pasaron!
Estuve cómo alienado todo ese tiempo, con un sólo objetivo. Que el degenerado ese no se moviera un milímetro. Ninguna otra cosa me importaba.
Pero ya estaba hecho…
Ahora se iba a pudrir adentro…
Volví al alambrado.
Ahora sí, podía sólo alentar.
La cosa venía pareja. Producto del cansancio, se tiraban pelotazos y se despejaba mucho.
Parecía que apuntaban a los penales…
Eliana seguía corriendo, muy suelta.
¡Cómo me gustaba verla jugar!
Dios…
Ya en tiempo suplementario Eliana patea desde afuera y la arquera la saca por arriba.
Fue un tiro algo recto que le salió al centro.
Se lamentó.
Claro…
La inactividad le pasaba factura, je.
Antes de patear el córner, Eliana la llamó a Layla para que se meta en el área.
Ella la miró como diciendo “¿estás segura? ya termina”. No quería tomar riesgos.
Eliana ratificó su pedido y esperó a que se colocara cerca del punto del penal.
La DT no le dijo nada…
Hizo unos pasos hacia atrás para ejecutarlo.
La miré con atención.
Levantó su mano izquierda en señal de jugada preparada.
¿Qué jugada? Je…
El silbato sonó.
No me quería perder ningún detalle.
Eli pateó y la pelota viajó hasta el área.
Juro que lo vi todo en cámara lenta.
La muy hija de… La muy talentosa le puso la pelota justo en la cabeza a Layla, que saltó por encima de todas y cabeceó.
El sonido de asombro fue espectacular. De película.
La bocha dio en el travesaño y se metió.
No puede ser…
¡Gol!
Jaja
Gol…
Me agarré la cabeza, mientras las chicas gritaban desde afuera.
No lo podía creer.
¡Se la puso en la cabeza!
El novio de la torre rubia gritaba cómo loco desde afuera.
Bueno, todos en realidad.
Mucha gente se había juntado. Sobre todo, teniendo en cuenta que jugaba Eliana y en el barrio muchos sabían lo que padeció.
La miré desde afuera como diciendo “¿tenías que romperla toda, no? ¿Lo tenías que hacer?”.
Para ver una y mil veces ese gol.
Obvio que abrazaron a la goleadora, pero también a Eliana, que fue decisiva desde que entró.
Lo más terrible es que el partido terminó después de esa jugada.
¡Eran campeonas!
El día no podía ser mejor…
¿O sí?
Todas festejaban.
No sólo habían ganado el campeonato, sino que además, se ganaron el derecho de jugar la final nacional, que a fin de año se iba a jugar en Córdoba.
Allí, iban a estar los mejores 4 equipos del país, enfrentados en dos instancias. Córdoba, Buenos Aires, Mendoza y Neuquén.
Pero eso es para otra historia…
La admiraba…
Desde afuera de la cancha veía cómo la levantaban en el aire y con el trofeo en la mano.
Obvio que después entré y fui hacia ella para abrazarla toda.
Qué grande…
El hijo de puta ese iba a pasar al olvido…
Todo era felicidad.
YO: Te felicito… La rompieron…
ELI: Gracias, hermoso ¡Sí!.- Festejaba.
Nos sacamos unas fotos.
YO: Qué equipazo tienen, eh… Posta…
ELI: ¿Viste lo que juega Layla? ¡Es una bestia!
YO: Mal… Sacó todo jaja
Le estaban dando el premio a la jugadora del partido. Y sí, tenía su lógica…
ELI: Quién iba a decir que esa rubia con cara de modelo era tan ruda ¿no?
YO: ¿Quién iba a decir que a pocas semanas de estar internada ibas a entrar a dar vuelta el partido y ganar la copa?
Se rió, mordiéndose y agarrándome de la cintura.
YO: ¡Genia!
ELI: Gracias por acompañarme
YO: No me tenes que agradecer… ¿Cómo te sentís? ¿Te duele?
ELI: Un poquito, casi nada…
YO: ¿Queres que vayamos a una guardia? Porlas…
ELI: Naaa… Ahora nos vamos a festejar…
Me reí.
Algunas rivales pasaban y la felicitaban.
El fair play sobre todo…
YO: ¿Donde se juntan?
ELI: Nos juntamos… Vos venís conmigo, chiquito…
YO: Jaja
ELI: Obvio… Ahora vemos… Seguro en la casa de la DT… ¡Ay, qué felicidad!
YO: ¡Increíble!
ELI: Siiiiiiii
La miré.
YO: Qué linda te queda la indumentaria…- Le dije en tono pícaro.
ELI: ¿Sí?
YO: Mmm… Sí… Esas piernas… Unas ganas de morderlas…
ELI: Jaja… Para nuestro festejo privado…
Abrí los ojos.
YO: ¿Cómo es eso?
ELI: Claro… ¿Pensaste que no iba a haber?
Apreté los dientes y la agarré entre mis brazos.
Uff…
Qué hermosa…
YO: Me tenes estupidizado…
ELI: Vos me tenes loca… Hermoso…
YO: ¿Dónde estuviste todo este tiempo?
ELI: Al lado tuyo, tarado…- Me respondió, en broma. Bueno, creo, je.
YO: Sí, lo sé… Soy un idiota…
ELI: No, nada que ver… Me encanta cómo se dio todo…
YO: ¿Sí?
ELI: Sí… Muchísimo…
YO: Te amo…
ELI: Yo más…
Las chicas le gritaban
Estaban por sacar una foto grupal.
YO: Tu equipo te necesita jaja
ELI: Jeje
Con el trofeo aún en la mano, se fue con su grupo para la foto del campeonato.
Yo me quedé pensando.
Era el mejor final posible para la historia.
Tómense un segundo para diagramarlo.
Amor, campeonato, arresto…
Una combinación letal.
Aunque, bueno, que sea un final no quiere decir que sea el fin. No, claro que no. Siempre hay más historias por contar. Más caminos por recorrer.
Pero sin dudas es el final de esta etapa.
Etapa en que me di cuenta de la calidad de persona que tuve siempre a mi lado y que, por una cuestión o por otra, nunca miré como debí.
O sí miré, pero no ví. Creo que la diferencia es obvia…
El amor que sentía por Eliana, sin dudas, era el más grande que había sentido en toda mi vida.
Porque no se trataba sólo de un interés físico o sexual. No. Era mucho más que eso. Estaba admirado por su calidad de ser humano. Por su compañerismo, por su autenticidad. Era un amor genuino. De ambos. Más allá de cualquier pretensión.
La acompañé al festejo.
Desde ya que fue una tarde-noche espectacular.
Todas las jugadoras y algunos de sus allegados en un sólo sitio.
No había mucho espacio pero sí mucha buena onda.
No sé cuánto nos quedamos. Pero fue muy divertido.
Nos volvimos porque Eliana no aguantaba más las ganas de bañarse, je.
Había chivado lindo y necesitaba un buen aseo.
Cuando llegamos a casa, creí que iba a caer desplomada. Porque a decir verdad, fue un día repleto de emociones. Pero no. No fue así.
ELI: No te duermas, eh… Ya vuelvo…- Dijo con determinación.
YO: ¿Te vas a bañar?
ELI: Sí, lo necesito…
YO: Jaja
ELI: Pero vos y yo tenemos algo pendiente…- Exclamó con mirada juguetona.
YO: ¿Ah sí? ¿Qué era?
ELI: Mmm… No te puedo decir…
Uff…
Sí que sabía desquiciarme.
YO: Estoy ansioso por descubrirlo…
ELI: Me parece que tenes mucha ropa, vos…- Exclamó mordiéndose y yendo en dirección al baño.
Ja…
Ya comenzaba a sentir cómo en cierta zona de mi cuerpo comenzaba a juntarse algo…
Me senté en el sillón y me descalcé.
Si bien no estaba sucio, tenía que darme una ducha también…
Vi que me sonó el teléfono.
Era Martín, que me llamaba.
“Qué raro” pensé.
Oí que Eliana abrió la ducha.
YO: ¡Hola! ¿Todo bien?
MAR: Poné TN
YO: ¿Eh?
MAR: Poné TN…
YO: ¿Qué pasa?
Tomé el control remoto y prendí el televisor.
MAR: ¿Y?
YO: Dame un segundo que recién entro, pancho..
Puse el canal y casi me caigo de culo.
¿Qué?
MAR: ¿Viste?
No lo podía creer. Ja.
“Cae violador de zona sur” decía el graf.
Pero eso no era lo más increíble. No.
Era que estaba yo en la tele.
Se me veía sosteniendo en el suelo al tipo.
Me empecé a reír.
“Se busca héroe” aparecía también escrito.
Ahora que lo recordaba, muchos estaban con sus teléfonos.
¡Claro!
Lo habían filmado, ja.
MAR: Sos famoso, guacho…
YO: Jaja
MAR: Eso sí, si te llaman, delegalos conmigo, que soy tu representante ¿estamos?
Me hizo cagar de risa.
YO: Obvio… Qué locura…
MAR: Aparezco yo también.- Se reía.
YO: No lo puedo creer…
MAR: Qué bien la hicimos ¿no?
YO: No pudo salir mejor… Un alivio cuando te vi llegar jaja
MAR: ¿Posta?
YO: Sí… A este no se le escapa ni en pedo, me dije.
MAR: Jaja
YO: Posta… Me dio esa sensación de que terminaba ahí
MAR: Bueno… Me alegro… ¿Estás con Eli, no?
YO: Sí…
MAR: Bueno, después hablamos entonces… Los dejo festejar…- Exclamó
YO: Dale, dale…
MAR: Te dejo amigazo… Nos vemos…
YO: Dale… Hablamos…
Me senté totalmente anonadado.
No me importaba salir como estrella o figurar. La verdad que no.
De hecho, rogaba porque nadie me llamara.
Pero sí me reconfortaba y mucho, que todo haya terminado y bien.
¡Al olvido!
Tomé el control remoto y apagué la tele, con una sonrisa.
Fue justo en ese instante en que Eliana volvió a hacer acto de presencia.
Casi me trago mi propia lengua cuando la vi.
¡Estaba completamente desnuda!
Se apoyaba contra el marco de manera muy sensual.
El cabello, negro mate, le caía sobre sus pechos, pero eso o era óbice para que pudiera distinguir el claro color rosadito que se veía por detrás de ellos.
Su entrepierna…
Uff…
Sí que me hizo hervir…
Se había depilado toda y la hermosa rayita de su vagina estaba toda a la vista.
Para colmo, estaba toda marcada en sus piernas a causa del partido.
¡Me iba a volver loco!
Bueno, ya lo había hecho hace rato…
Hice el gesto de levantarme.
ELI: A am… Te quedas ahí…
Me reí, colorado.
ELI: Sacate todo…
¿Ah sí?
Encantando de su jugar su juego.
Es más…
Me estaba motivando demasiado su manera de actuar conmigo. Cada vez más íntima, más fogosa…
Ufff…
Ojalá siguiéramos así…
Como loco, me quedé en bóxer.
Claramente se notaba la terrible carpa que tenía entre las piernas.
Carpa que notó enseguida y la hizo sonreír.
YO: ¿Qué miramos?
ELI: Shhh…- Hizo con su dedo en la boca.
Cuando me iba a sacar el calzoncillo, me detuvo.
ELI: Nope… De eso me encargo yo…- Exclamó con voz de seductora.
Solté el elástico de mi prenda negra y abrí mis brazos, como diciendo “¡Encargate!”.
Caminó hacia mí, aún con algo de vergüenza, je.
Moría por verla así…
Se agachó entre medio de mis piernas y sin mirarme, tomó mi bóxer de los costados.
Sentí una punzada…
Dios…
Sin mediar palabra me lo bajó.
La manera en que mi verga rebotó ante sus ojos, fue salvaje. Tanto, que la impresionó.
Uumm…
Yo me reía como un nene…
ELI: No me mires jeje…- Dijo avergonzada…
YO: Es lo que más me gusta hacer…- Le respondí acariciando su rojiza piel.
Ella me observó un segundo.
Lo comprendió…
Bajó su mirada a mi miembro y, lentamente, se lo metió en la boca.
YO: Oooohhh…- Gemí.
El calor de su boca me mató.
YO: Haa…
Sin mirarme cabeceó unas veces, provocandome un delirio descomunal.
ELI: Ummm… Ooomm…
La sostenía con su mano derecha a la vez que se la devoraba.
YO: Hermosa… Por favor… Mirame…
Con mucha vergüenza, levantó su vista.
No puedo explicar lo que me hizo sentir, ver cómo me miraba de esa manera, mientras sus labios sujetaba mi pene.
No existía nada más…
El placer fue tremendo.
Me agarré de los pelos, gozando como nunca.
Ella enseguida se percató de eso y soltó mi rabo.
Sentí cómo se subía al sillón, sobre mí.
Abrí los ojos y la vi, toda roja.
En verdad se ponía muy tímida…
Acomodó sus piernas a mis costados, tomándome del rostro con ambas manos.
ELI: Te amo mucho… Oohh…- Exclamó y se sentó de una.
YO: Yo tam… Aaaarrgg…- Casi que grité.
ELI: Aaawwww…
Toda su vulva se comió mi carne.
¡Dios, qué apretada!
Sentí cómo se abría con sus movimientos. Porque sí, empezó a cabalgar.
La miré embobado y con el corazón a mil.
Ella me sonreía…
Si se trataba de un sueño no quería despertar nunca. Nunca…
La tomé de cola.
Se sentía grande y firme entre mis dedos.
ELI: Awww… Aww… Oooohh…- Jadeó saltando.
Yo ataqué directo sus tetas.
Se veían tan apetitosas…
Leamm…
A veces le soltaba la cola para juntar ambos pechos en mi cara.
Toda rica… Toda…
YO: Me gustas tanto, hermosa… Oohh…
La piel de su cavidad vaginal se había vuelto una adicción para mí. Era divino penetrarla y sentir cómo rozaba mi glande dentro de ella.
Aahhh…
ELI: Vos me gustas a mí… Mi héroe… Haaa…
YO: ¿De verdad?
ELI: Ay, sí… Umm… Hoy cuando te vi ahí, haciéndote cargo de ese… Me encantó…
YO: Nadie se mete con mi chica…
Gimió.
ELI: Ooooww… Todas te miraban y yo por dentro decía “es mío, es mío”
YO: Uuuff… Yo solo quiero que vos me mires…
ELI: ¿Sí, amor?
YO: Sí… Oohh… Y hacerte el amor todos los días…
Sonrió abrazándome.
ELI: Qué bueno porque se me… Aayy.. Ocurren muchas cosas para hacer…
El calor de mi cuerpo viajaba hacia mi pija y la hinchaba más y más.
YO: ¿Qué cosas? Muero por saber…
Se rió en mi boca.
Morí…
ELI: Hay algo que quiero que probemos… Ummm…
YO: ¿Sí?
ELI: Oooh… Sí… Ya te voy a contar…
YO: No me dejes así…
ELI: Jmm jeje…
La tomé de la cintura y le devoré una goma, pero más fuerte.
ELI: Ay… Sí, sí, sí… Así…
YO: Unas ganas de hacer esto en la ducha… De espaldas…
ELI: Uffff…- Expresó cerrando sus ojos y frunciendo el seño.
YO: O sobre la mesa… Vos tirada hacia adelante…
ELI: Ay… Ay…
YO: Aunque también me gustaría que estés boca arriba…
ELI: ¿Sí? ¿Para? Oohh…
YO: Para degustarte toda esta conchita tan rica que tenes, hermosa…
ELI: Aaaahhhhhh…- Gritó como loca.
Eso también me hizo casi doblegarme, je.
Esas reacciones eran la gloria.
ELI: Decime más, decime más… Oooh…
YO: Sos tan hermosa, Eliana… Muero por hacerte el amor de todas las formas posibles y en todos los lugares posibles… Oohhh…
Ella gemía cada vez más.
ELI: ¿De verdad? ¿Te gusto, amor?
YO: ¿Que si me gustas?
ELI: Haaa.. Haa…
YO: Cada vez que te veo, me derrito vivo… Hoy te veía jugar… Oooh… Y pensaba en este momento… Dándote tu premio…
ELI: Ooohhh… Noo… ¿Sos mi premio? Aaaahh…
YO: Ajam…
Cabalgaba cada vez más fuerte.
Ella lo disfrutaba como nunca, pero lo que yo sentía al estar dentro de ella, era indescriptible.
ELI: Entonces vamos a tener sexo todo el fin de semana… Ooohh…-
Era tremendo oírla hablar guarro.
Moría cada vez que decía algo así.
YO: Todos los días… Oohhh…
ELI: ¿De verdad?
YO: Sí… Tengo tantas cosas para hacerte… Tantas cosas para lamer… Ummm…- Le dije apretando un pezón con mis labios.
Eso la hizo pegar otro alarido tremendo.
ELI: Dios, amor… Aaahh… Me encanta…
La tocaba por todos lados. Su piel…
Estaba fascinado con ella.
YO: Eso espero…
ELI: Sí… Ummm… ¿Y hasta dónde pensas llegar, eh? Ooouu…
Sonreí.
ELI: ¿De qué te reís, nene? Haaa…
YO: No voy a parar hasta ésta…- Le dije junto al oído y dándole una muy buena nalgada.
“Plaf” sonó.
El efecto que causó en Eliana fue único.
Inspiró cómo si le hubiera dicho algo que la espantó.
Pero nada más alejado de eso.
Se agachó y mordió mi hombro izquierdo mientras se retorcía sobre mí.
Con su otra mano me estiró el cabello fuertemente.
ELI: Aaaaaaawwww…- Gritó moviéndose a causa de la sensibilidad.
Eso hizo que yo tampoco pudiera contenerlo más.
YO: Aaargghghh…
Hice el movimiento para sacarla, pero ella se clavó sobre mí.
Ufff…
ELI: La quiero…- Dijo con voz orgásmica y refregando su cara contra mi pecho.
Creo que casi muero en ese instante.
Lejos habían quedado sus lesiones, je…
Sentí que mi verga la escupía toda…
Y ella también, ya que se le formaba una mueca con cada expulsión de esperma que le daba.
Acabar juntos era lo mejor del mundo…
Sin dudas que sí…
Sentía cómo todos los fluidos corrían.
ELI: ¿Sos adivino… Vos?
YO: Ehh… ¿Por qué?
Se mordió, apoyada de costado sobre mi hombro.
ELI: Con lo que tocaste antes…
Volví a tocar su cola y le hice un gesto con los ojos.
YO: ¿Qué?
ELI: Nada… Eso…
YO: ¿Vos también te referías a…?
ELI: Sshh…
Ufff…
¿Posta?
YO: ¿Sí?
ELI: Así que… ¿Cuándo empezamos con las pruebas?
Me mordí todo.
¿Cómo no hacerlo?
¿Su…?
Dios… De solo pensarlo…
YO: Cuando quieras…
ELI: Pero yo nunca… Por ahí… No…- Dijo acariciando mi pecho.
YO: Hermosa… Te como toda…
ELI: Vamos a tener mucho tiempo ¿no?
YO: Sí… Obvio…
ELI: Aunque, mientras tanto…- Hizo mirando hacia la cocina y con una cara que me dieron ganas de masticar.
YO: ¿Qué? jaja
ELI: ¿Cómo era eso que dijiste de la mesa?.- Manifestó mirándome a los ojos.
Me reí cómo un idiota.
¿Eso quería?
¿Ahora?
Por supuesto que lo iba a conceder…
Como muchas otras tantas cosas que iban a pasar durante los siguientes días y semanas.
Estábamos juntos y nada era más importante que eso, pero las cosas que teníamos por delante iban a ser asombrosas. De eso no había dudas.
Fue un fin de semana mágico. Verdaderamente.
Las cosas que ocurrieron… Dignas de un libreto de hollywood.
Bueno, las que ocurrieron puertas adentro, también eran de allí, pero de otro subgénero, más privado, digamos.
Y sí, no voy a mentir…
Esos días nos la pasamos encerrados teniendo sexo.
Fue mucho, posta…
En la cama, en el living, en la cocina, en la ducha.
Eliana se sentía completamente libre, en todos los sentidos. Y yo con ella, también lo era.
¿Que qué pasó en detalle en esa oportunidad? ¿O en las siguientes?
No, por el momento, no las contaré.
Tal vez, haya otra oportunidad.
¿Quién sabe?
Pero de algo sí estoy seguro. Y eso es que si en algún momento lo hago, no me van a alcanzar los adjetivos para describirlas…
Bueno, finalmente llegó el episodio final de esta saga tan querida.
Espero que les guste y no se olviden de seguir el INSTA. Allí hay novedades sobre las cosas que pueden o no salir.
Saludos!!
No descarto, eventualmente, relanzarla en formato completo.
Aguardo comentarios...
Mi mejor amiga
Capítulo 22
Final
Esa mañana fue diferente a todas.
El sol entraba por la ventana pero ni así podía compararse con el brillo en los ojos de Eliana.
Estaba contenta, motivada, con muchas fuerzas…
Claro, era el gran día que venía esperando desde hacía meses. La gran final provincial del campeonato femenino de fútbol amateur.
Desde luego que no iba a ser titular. De hecho, sólo llegó a tener un entrenamiento con el equipo. Por ello y si bien se preparó en forma independiente, tenía que esperar su chance desde el banco.
A nivel físico, llegaba bastante bien.
Aún tenía molestias en la zona costal, que fue la más afectada. No era un dolor intenso pero sí, que aún no se desvanecía por completo.
En cuanto a las magulladuras y moretones. Ya casi no se le notaban.
Si me preguntaran a mí, la pondría sólo en los últimos cinco minutos y con el partido ganado. De esa manera, se evitaría la exigencia corporal que conlleva el encuentro o algún tipo de golpe o topetazo que pueda herirla nuevamente.
Pero también, era cómo ella decía. Eliana era muy ágil y, por lo tanto, muy difícil de agarrar, je.
Antes de salir para la cancha, hizo una breve entrada en calor en casa.
Quería llegar lo más suelta posible.
Se calzó la camiseta, el short y se ató el pelo arriba, tipo cola de caballo.
Yo, por mi parte, la observaba con admiración.
Hermosa y fuerte…
Toda una guerrera…
Por algo le decía la “la vikinga” je. Y después de lo que tuvo que vivir, el apodo le quedaba perfecto.
Respecto a lo que teníamos planeado con Martín y los chicos, no le comenté nada. Ni a ella ni a sus amigas.
Primero, porque no quería desconcentrarla o sacarla de eje. Y segundo, porque tampoco servía que esté todo el mundo al pendiente. Podría ser evidente que lo estamos esperando y echarse a perder la oportunidad.
Mientras íbamos en el auto, la miraba…
Me tenía completamente idiotizado.
Ella se reía. En parte, por los nervios.
YO: ¿Cómo estamos?
ELI: Mmmm… ¿Del uno al diez?
YO: See…
ELI: Siete puntos… Sí…
YO: ¿Cómo siete? ¿Nada más?.- Le respondí en broma.
ELI: Y sí… Hace meses que no juego un partido… Llego con un sólo entrenamiento y casi diferenciado…
YO: Bueno, pero estuvimos entrenando…
ELI: Pero no es lo mismo…
YO: ¿Sabes qué?
ELI: ¿Qué?
YO: Mejor volvamos a casa… No juegues si estás siete puntos…- Le dije simulando un enfado.
ELI: Ay, no, tonto… Mirá si no voy a ir…
YO: ¿Queres pensar nuevamente el puntaje?
Se rió, tentada.
ELI: Ocho punto cinco… ¿Te gustó ahí?
YO: Mejor… Con eso te sobra…
ELI: Si juego…
YO: Vas a jugar… Tranqui…
ELI: No sé, no sé… Juegan bien estas minas… Tres veces seguidas salieron campeonas…
YO: ¿Y?
ELI: Y que si el partido está peleado… Mariela no va a quemar un cambio conmigo…
YO: Sos su mejor jugadora… Mirá si no te va a poner…
ELI: Ay, no sé… Dios…
YO: Amor…- Le dijo mirándola.
ELI: ¿Qué?
YO: Acumulá toda esa carga que tenes… Y explotala ni bien pises el pasto… ¿Está bien?
ELI: Es que me costó mucho ponerme a tono… Y ni te digo lo que nos costó llegar a la final…
YO: Lo sé… Y si no te hubiera pasado lo que te pasó… Vos serías la titular… ¿Ese número no es el diez?.- Le pregunté señalando su espalda.
ELI: Sí…
YO: Y bueno… Vas a tener tu momento hoy… No te preocupes…
ELI: ¿Y si me gambeteo a nadie? ¿Si no marco ni la hora?
YO: Tus primeros tres minutos, te van a costar… Quizá… Después, vas a jugar con naturalidad… No vayas al roce… Eso sí… Tratá de no desgastarte de esa manera… Desmarcate todo el tiempo… Hacé lo que sabes hacer…
Eliana lo miraba, sonriente.
ELI: Sos el mejor…
YO: Jaja ¿ah sí?
ELI: Sí, de todos los novios que tengo, sin dudas que sí…
Me hizo reír.
YO: Así me gusta…
ELI: ¿Y si perdemos?
YO: Nada… Pero tenete fé…
ELI: Estamos re ilusionadas todas encima…
YO: Por eso, no me cabe duda que van a dejar todo…
ELI: Sí… Eso sí…
YO: ¿Y la que juega en tu lugar es buena?
ELI: Sí, qué sé yo… Es más metedora jaja
YO: ¿Más de marca?
ELI: Claro… Pero da buenos pases… Tiene más fuerza que yo jaja
YO: Jaja alentala… Debe ser difícil suplir a la diez…
Se empezó a reír.
ELI: ¿Tan dulce ibas a ser?
YO: Jaja
ELI: La nueve de ellas, te caga a goles…
YO: ¿Sí?
ELI: Sí, es la goleadora del torneo… Pero por afano jaja
YO: Mierda…
ELI: Por suerte, Layla defiende como los dioses…
YO: Jaja es la que mide como 1,80 ¿no?
ELI: Sí, es re alta… Todas confiamos en ella hoy
YO: Les va a ir bien…
ELI: Esperemos…
Ya se sentía mejor. Más liberada.
Cuando llegamos al complejo deportivo, ya era otra.
Se la veía alegre, con mucha luz y buena vibra.
Su equipo la recibió gritando y con mucho afecto. Y no era para menos, después de lo que había vivido. Era un gran ejemplo…
Yo me fui al lugar de la tribuna que había elegido para encontrarme con los chicos.
Casi en la línea de mitad de cancha y en la parte más alta.
Allí, me junté con Martín y cinco amigos más.
Sólo en ese lateral había gradas, que estaban casi colmadas entre seguidores de los equipos e integrantes de los mismos.
Por ello, nos separamos prudencialmente para cubrir toda la zona.
Acordamos en enviarnos fotos al grupo de whatsapp, de alguna persona similar a la del identikit que confeccioné.
Y otra cosa muy importante. Si alguno veía un sospechoso, estaba descartado actuar sólo.
Se debía identificar, señalar y atacar en conjunto…
Para colmo, era la final y había más de cien personas presentes, sin contar a la gente del club, claro.
Yo estaba convencido de que lo iba a ver ahí a la basura esa. Me la jugaba…
Aunque el partido iba a arrancar en cualquier momento y parecía no haber rastro de él.
Yo me repetía “¿dónde estás? Aparecé…”
Pero no lo veía por ningún lado…
Luego, salieron los equipos a la cancha y las suplentes, entre ellas, Eliana, se acomodaron en los bancos.
Me resultó muy tierno cómo Eliana me veía, moviendo las piernitas para atrás y para adelante, con los brazos a los costados sobre la tabla.
Seguro iba a tener su chance…
El encuentro comenzó.
Si bien yo estaba mirando para todos lados, cada vez que podía, miraba el partido.
Me pareció muy parejo.
Al menos, los primeros veinte minutos. Muy disputado en la mitad de cancha.
A la vez, miraba el grupo de whatsapp en busca de novedades.
Pero nada…
No había ni siquiera una sola pista de la presencia del tipo este.
Dios…
Qué nervioso estaba.
¿Se habrá avivado? pensé.
Quizá se dio cuenta de que lo teníamos fichado.
Pero ¿cómo?
Si la policía no hizo absolutamente nada.
No pegó carteles ni nada por el estilo. ¿Será que fue casualidad lo del panfleto?
No, no…
Si yo lo vi acá…
Tiene que ser él…
¡Es él!
¡Aparecé, dale!
El partido parecía inclinarse de a poco hacia el arco del equipo de Eliana.
Layla, la torre rubia que tenían en defensa, ya había cerrado varios cruces y comenzaba a sentir el desgaste.
Se peleaba no sólo la “9” del equipo contrario, sino que además, había una pequeñita y muy rápida que la hacía correr y mucho.
Eliana me miraba con gestos de preocupación. Sabía que la tarde se estaba complicando y se moría de ganas de entrar.
Yo me preguntaba si era conveniente que así fuera, ya que el partido se presentaba muy pero muy físico.
Para mi no era una buena idea…
Aún así, no me iba a oponer si Eliana en verdad quería entrar…
Justo antes de que termine el primer tiempo, se escapa por izquierda la centrodelantera contraria.
Fue cosa de un segundo que picó al vacío.
Layla no llegó a cortarla a tiempo y pateó cruzado al segundo palo, con mucha jerarquía debo decir.
La pelota dio en el palo y entró.
Uhh…
¡Qué mala leche!
Ya se terminaba…
Aunque fue un muy buen gol que disfrutaron los presentes, Eliana se quería morir.
Se mordía de bronca e impotencia.
De todas maneras, intentaba mantener el temple, porque sus compañeras y, sobre todo, su relevo, jugaban con mucha concentración y esfuerzo.
La primera parte finalizó y las chicas se fueron para el vestuario.
Yo me quedé en la grada y mandé mensajes al grupo para que todos permanecieran en las mismas posiciones.
Encima, llegaron más personas y la visión se dificultaba más.
Ningún indicio denotaba su presencia…
Estudié todas las probabilidades. Hasta, incluso, pensé ¿lo habrán agarrado ya?
Pero después pensé que no era posible, porque nos hubieran avisado.
Aunque si me tenía que guiar por el criterio de la policía local…
Yo entiendo que pueden no tener mucho presupuesto o que sus sueldos no sean tan importantes como para hacer su trabajo con voluntad y dedicación. Pero no se trata sólo de eso. Si lo que quieren es llenarse de plata, dedíquense a componer música de trap o de RKT que tanto vende hoy en día. El puesto que ocupa un funcionario público debería ser sólamente atendible para aquellos que sueñan con un cargo honorífico, más que rentable…
Las chicas volvieron.
Tenían toda la segunda etapa para intentar dar vuelta el asunto.
Por lo que pude ver, entraron las mismas once, sin cambios.
Eliana ya no se sentó en el banco, sino que, permaneció parada junto al alambrado alentando a sus pares.
Me generaba mucha admiración verla allí. Parecía que había dejado su ansiedad de lado en pos de su equipo.
El complemento comenzó de manera similar a la finalización de la primera etapa. Mucho ataque de las “Vascas”, evidenciaba hacia dónde se jugaba el partido. Las “Chitas” por su parte, defendían cómo podían.
A los 17 minutos cambió todo.
La “9” adversaria dejó en el camino a su marcadora de punta y se encontró mano a mano con la arquera.
Se hizo un silencio tremendo…
Jamás había sentido algo igual.
Sacó un remate corto pero potente que iba direccionado nuevamente al segundo palo.
Pero en el último momento, Layla se arrojó al piso y logró tocar el balón apenas. Lo rozó.
De esta manera, con el pequeño desvío, la pelota pegó en el palo y salió.
“Uuuhhh…” se oyó.
Era el dos a cero…
Y fue ahí que la directora técnica la llamó.
“¡Eli, vamos!¡Dale!” le dijo.
Ella se volteó hacia mí, con una cara digna de revista.
Cerré el puño y le grité “Vamos”.
Se sacó la pechera.
Su momento había llegado…
Pidieron el cambio, aunque primero se pateó el córner, que por suerte, no terminó en ninguna jugada de peligro.
Eliana lucía muy emocionada, parada junto a la línea de cal.
Las chicas le gritaban y brindaban su aliento.
Qué linda estaba…
Esas piernas…
Me babeaba todo.
Le ordenaron entrar justo cuando tenían un saque de esquina a favor.
Se posicionó cerca de la medialuna. Unos metros atrás.
Y yo no sé si es el destino o qué otra cosa.
Pero cuando la defensa contraria despeja el centro, le queda a ella.
Casi sin mirar, se perfiló para sacar un derechazo.
Yo me quedé cómo “¿desde ahí?”. Era algo lejos y más si entraba fría.
Para mi sorpresa. Mi pensamiento no fueron más que prejuicios.
Sacó un remate al primer palo que atravesó todo el rejunte de jugadoras presente y que observaron cómo se metía junto a él.
¡Golazo!
¡Go!
¡Lazo!
No lo podía creer…
La primera pelota que tocaba…
La primera…
¡Y la manda adentro!
Ja…
No dejaba de sorprenderme.
Era el uno a uno.
Encima se gritó de una manera…
Claro, muchos de los presentes sabían cómo llegaba Eliana al partido…
Regresó a la mitad del campo con el brazo en alto.
Admiración y más admiración.
Ahora estaban más aliviadas.
Incluso, me atrevería a decir que más de una de las Vascas estaba con cara de miedo…
Increíble…
Ahora que entraba Eli, me iba a costar mucho más prestar atención a los alrededores, je.
Para colmo hace el gol a la primera.
Esto se iba a poner interesante…
Y no estaba equivocado.
El partido cambió totalmente.
Ahora, era el equipo de Eliana el que atacaba, con su conducción.
Qué buen partido…
Una de las chicas casi convierte.
Pasó muy cerca un zurdazo a la carrera.
La jueza cobró córner. Se ve que hubo un sutil desvío.
Ahí sí, fue Eliana a patearlo.
Mientras miraba hacia mi derecha, noté que una persona se acercó al alambrado en ese momento.
Justo detrás de ella.
Me llamó la atención, aunque era normal que muchos se acerquen para alentar.
Como la gente me tapaba, bajé de la grada para ver mejor.
Era un flaco que recorrió un par de metros para llegar ahí.
Lo primero que miré fue si era colorado, pero no me pareció. Además tenía una gorra y carecía de barba.
Estaba por volver a mi sitio, cuando se giró parcialmente hacia mí, luego de que Eliana terminara de ejecutar el tiro de esquina y volviera hacia el centro.
Sentí cómo si un rayo me atravesara el cuerpo.
Fue tremendo…
¡Era él!
Sí, estaba seguro…
Era él…
Se había afeitado esa barba que tenía pero era él.
La misma mirada de degenerado la seguía para todos los sitios donde se movía.
Tragué saliva y el cuerpo me empezó a temblar.
No por miedo, pero si por incertidumbre.
¡Lo tenía enfrente!
Saqué mi celular del bolsillo para avisar a los chicos, pero no quería bajar la vista y perderlo.
No podía…
Con los dedos cómo locos, llegué a tocar para enviar un audio, buscando alguna referencia.
Justo estaba debajo de un cartel blanco de una bebida que sponsorea el predio.
YO: Muchachos, lo encontré… Está debajo del cartel de “Granas”. Por favor… Por favor, les pido… Con calma y cuidado… No lo podemos perder… Tiene una gorra negra con el frente blanco y una remera roja, desgastada… Es él… Acérquense con carpa, juntos…
Tenía la mirada fija sobre él. Por nada del mundo lo iba a dejar ir esta vez.
Quince metros y decenas de personas nos separaban…
Yo sabía…
Yo sabía que lo iba a encontrar acá…
Comencé a caminar, muy despacio, mientras veía como los chicos hacían lo propio desde sus lugares.
El problema es que había demasiada gente…
¡Dios!
Estaba ahí…
Justo enfrente mío…
Y esta vez no se me iba a ir…
Disimulando como un campeón, me fui acercando muy lentamente.
Miraba para todos lados, haciendo el boludo.
De repente se escucha un “Uhhhhh” generalizado.
Miré hacia la cancha y estaba Eliana en el suelo, cerca del vértice derecho del área.
Se tomaba la zona costal.
“No…” pensé.
¡Que no se haya lastimado!
Tenía signos de dolor en su rostro.
Eso era lo que tenía que evitar. El roce.
Pero se levantó…
Qué alivio…
Miré al degenerado.
Se había movido…
¿Dónde estaba?
No, no… No lo puedo perder ahora…
Me moví unos metros hacia dónde estuvo por última vez.
Me encontré a Martín.
YO: Boludo, estaba acá…
MAR: Sí, sí… Lo vi… Traté de llegar pero me taparon… No puede estar lejos…
YO: Andá para la entrada… Este pajero seguro está por acá…
MAR: Dale…
YO: ¿Y Lau?
MAR: Allá arriba… Tranqui…
YO: Bien…
Martín se apuró y fue a la zona de la entrada.
Yo miré con atención para ver si alguna persona se retiraba del recinto.
Pero no…
Caminé unos metros más…
Al partido le quedaban menos de 10 minutos todavía.
Justo Eliana me ve desde adentro.
Se extrañó…
Yo le guiñé el ojo y le sonreí con el puño cerrado.
Ella también pero le pareció rara mi actitud. De todas formas, siguió con la presión del equipo.
¿Dónde estás, la concha de tu hermana? grité para adentro mío.
Miro hacia el alambrado y me apoyo.
¡Lo tenía ahí!
¿Cómo se me pudo ir?
No podía ser posible esto…
Miro hacia mi costado derecho y abro los ojos como un sapo.
El tipo estaba a mi lado.
Se me erizó la piel…
Seguí mirando hacia el frente, nervioso.
Lo tenía al lado…
Miraba a Eliana como un lobo a su presa, con determinación.
¿Qué tan siniestro se puede ser?
Miré para los costados.
Los pibes no estaban…
La puta madre…
Encima lo había mandado a Martín a la puerta…
El tipo era más grandote que yo…
Con carpa me hacía el nervioso por el partido y lo fichaba de arriba a abajo para comprobar si tenía algo.
No me parecía…
¿Qué hago?
¿Me le tiro encima?
Agarré el celular.
Con todo el cuidado posible les escribí al grupo que estaba acá a mi lado, cerca de dónde lo vi antes, sobre el alambrado.
Tragué saliva y decidí esperar un poco.
Eli pasó cerca nuestro con la pelota.
No pude mirarla con atención por obvias razones pero, qué bien la llevaba.
Tiró un centro que terminó en saque de arco.
Se volteó hacia mí y le hice el gesto con la mano sobre la costilla para saber cómo estaba.
Me levantó el pulgar.
Pero se quedó.
Permaneció estática en el lugar y mirando hacia mí.
Le hice la mímica de “¿qué pasa?”.
No tenía su vista en mí.
La tenía en él…
Se me puso la piel de pollo.
¡Lo reconoció!
Con la cabeza le dije que no, que no lo mirara. Pero fue tarde.
El tipo se dio cuenta y se separó del alambre.
La DT le gritaba a Eliana para que volviera al partido, pero ya iba a ser complicado.
Se iba a escapar otra vez…
Encima los pibes no llegaban.
La miré a Eli y lo miré a él.
Me reconoció.
Jamás olvidaré esa mirada en su rostro y cómo se le hincharon los ojos.
La manera en que se le dilataron las pupilas…
No sé por qué lo hice. Ni cómo me salió hacerlo. Pero me abalancé sobre él, tomándolo de ambas manos.
Aún escucho el sonido de su cuerpo cayendo pesadamente contra el suelo…
Hice fuerza cómo nunca…
El chabón me insultaba, pataleaba me tiraba cabezazos. Pero yo no iba a ceder.
Lo único que atiné a decir es “llamen a la policía”, “es él, es él”.
¡Lo tenía!
¡Sí!
Al fin lo tenía.
Fue tal el quilombo que armé, que se hizo una ronda enorme de personas mirando.
Ver a Martín corriendo como una topadora hacia nosotros fue el alivio más grande de mi vida.
Seee…
Ahora no se iba a escapar ni por asomo.
Recordé cómo había dejado a Eliana…
Maldita basura…
La maldad con la que la golpeó.
Apreté mis manos y mi cuerpo contra el suyo, para que sienta bien el suelo sobre su espalda y cabeza…
¡Hasta el partido se detuvo!
Eliana miraba todo desde el otro lado del alambrado.
¡No lo podía creer!
Fue motivo de orgullo para mí. Creo que el más grande de mi vida. Ese gesto de aprobación de su parte.
Fue hermoso…
Nunca me lo voy a sacar de la cabeza…
También percibía su alivio, su paz.
Como si terminara de una vez ese martirio.
¡Y no era para menos!
Más allá de que la gente ayudó, no me moví del lugar hasta que llegó la policía.
Me quedé allí, sobre él, reteniéndolo.
Ya no iba a lastimar más a nadie.
Obvio que el partido se detuvo hasta que se lo llevaron.
El oficial que lo esposó vino a darme la mano. Era el mismo que estuvo aquel día en el hospital.
Fue un buen gesto de su parte…
Qué reconfortante.
¡La pesadilla terminó! pensé.
Mientras miraba cómo se iba la patrulla, sentí que alguien me saltó de atrás.
Se me colgó.
Era Eliana, que me besaba todo.
ELI: Te amo, te amo, te amo…- Repetía contenta, mientras la gente aplaudía.
Recién ahí bajé un poco a la tierra.
Sonreí, todo colorado.
YO: Hermosa… Te dije que lo íbamos a agarrar…
ELI: Sos el mejor… El mejor… Mmmm…- Hacía cómo si no pudiera contenerse.
YO: Te amo, hermosa… ¡Qué golazo, eh!
ELI: Gracias…
YO: No, no pasa…- Me interrumpió
ELI: De verdad, gracias…- Expresó con una sonrisa.
Por supuesto que me partió la boca con otro beso.
Qué delicia, pensaba…
Martín estaba ahí y me pegaba en la espalda.
Qué bueno es tener un amigo morrudo, je…
Le devoré la boca con mucho amor. No demasiado, en realidad, porque enseguida la llamaron para reanudar el partido.
Quedaban algo más de cinco minutos, más el descuento.
Yo todavía no lo podía creer.
¿En verdad pasó?
Fueron los cuarenta minutos más cortos de la historia.
¡Volando pasaron!
Estuve cómo alienado todo ese tiempo, con un sólo objetivo. Que el degenerado ese no se moviera un milímetro. Ninguna otra cosa me importaba.
Pero ya estaba hecho…
Ahora se iba a pudrir adentro…
Volví al alambrado.
Ahora sí, podía sólo alentar.
La cosa venía pareja. Producto del cansancio, se tiraban pelotazos y se despejaba mucho.
Parecía que apuntaban a los penales…
Eliana seguía corriendo, muy suelta.
¡Cómo me gustaba verla jugar!
Dios…
Ya en tiempo suplementario Eliana patea desde afuera y la arquera la saca por arriba.
Fue un tiro algo recto que le salió al centro.
Se lamentó.
Claro…
La inactividad le pasaba factura, je.
Antes de patear el córner, Eliana la llamó a Layla para que se meta en el área.
Ella la miró como diciendo “¿estás segura? ya termina”. No quería tomar riesgos.
Eliana ratificó su pedido y esperó a que se colocara cerca del punto del penal.
La DT no le dijo nada…
Hizo unos pasos hacia atrás para ejecutarlo.
La miré con atención.
Levantó su mano izquierda en señal de jugada preparada.
¿Qué jugada? Je…
El silbato sonó.
No me quería perder ningún detalle.
Eli pateó y la pelota viajó hasta el área.
Juro que lo vi todo en cámara lenta.
La muy hija de… La muy talentosa le puso la pelota justo en la cabeza a Layla, que saltó por encima de todas y cabeceó.
El sonido de asombro fue espectacular. De película.
La bocha dio en el travesaño y se metió.
No puede ser…
¡Gol!
Jaja
Gol…
Me agarré la cabeza, mientras las chicas gritaban desde afuera.
No lo podía creer.
¡Se la puso en la cabeza!
El novio de la torre rubia gritaba cómo loco desde afuera.
Bueno, todos en realidad.
Mucha gente se había juntado. Sobre todo, teniendo en cuenta que jugaba Eliana y en el barrio muchos sabían lo que padeció.
La miré desde afuera como diciendo “¿tenías que romperla toda, no? ¿Lo tenías que hacer?”.
Para ver una y mil veces ese gol.
Obvio que abrazaron a la goleadora, pero también a Eliana, que fue decisiva desde que entró.
Lo más terrible es que el partido terminó después de esa jugada.
¡Eran campeonas!
El día no podía ser mejor…
¿O sí?
Todas festejaban.
No sólo habían ganado el campeonato, sino que además, se ganaron el derecho de jugar la final nacional, que a fin de año se iba a jugar en Córdoba.
Allí, iban a estar los mejores 4 equipos del país, enfrentados en dos instancias. Córdoba, Buenos Aires, Mendoza y Neuquén.
Pero eso es para otra historia…
La admiraba…
Desde afuera de la cancha veía cómo la levantaban en el aire y con el trofeo en la mano.
Obvio que después entré y fui hacia ella para abrazarla toda.
Qué grande…
El hijo de puta ese iba a pasar al olvido…
Todo era felicidad.
YO: Te felicito… La rompieron…
ELI: Gracias, hermoso ¡Sí!.- Festejaba.
Nos sacamos unas fotos.
YO: Qué equipazo tienen, eh… Posta…
ELI: ¿Viste lo que juega Layla? ¡Es una bestia!
YO: Mal… Sacó todo jaja
Le estaban dando el premio a la jugadora del partido. Y sí, tenía su lógica…
ELI: Quién iba a decir que esa rubia con cara de modelo era tan ruda ¿no?
YO: ¿Quién iba a decir que a pocas semanas de estar internada ibas a entrar a dar vuelta el partido y ganar la copa?
Se rió, mordiéndose y agarrándome de la cintura.
YO: ¡Genia!
ELI: Gracias por acompañarme
YO: No me tenes que agradecer… ¿Cómo te sentís? ¿Te duele?
ELI: Un poquito, casi nada…
YO: ¿Queres que vayamos a una guardia? Porlas…
ELI: Naaa… Ahora nos vamos a festejar…
Me reí.
Algunas rivales pasaban y la felicitaban.
El fair play sobre todo…
YO: ¿Donde se juntan?
ELI: Nos juntamos… Vos venís conmigo, chiquito…
YO: Jaja
ELI: Obvio… Ahora vemos… Seguro en la casa de la DT… ¡Ay, qué felicidad!
YO: ¡Increíble!
ELI: Siiiiiiii
La miré.
YO: Qué linda te queda la indumentaria…- Le dije en tono pícaro.
ELI: ¿Sí?
YO: Mmm… Sí… Esas piernas… Unas ganas de morderlas…
ELI: Jaja… Para nuestro festejo privado…
Abrí los ojos.
YO: ¿Cómo es eso?
ELI: Claro… ¿Pensaste que no iba a haber?
Apreté los dientes y la agarré entre mis brazos.
Uff…
Qué hermosa…
YO: Me tenes estupidizado…
ELI: Vos me tenes loca… Hermoso…
YO: ¿Dónde estuviste todo este tiempo?
ELI: Al lado tuyo, tarado…- Me respondió, en broma. Bueno, creo, je.
YO: Sí, lo sé… Soy un idiota…
ELI: No, nada que ver… Me encanta cómo se dio todo…
YO: ¿Sí?
ELI: Sí… Muchísimo…
YO: Te amo…
ELI: Yo más…
Las chicas le gritaban
Estaban por sacar una foto grupal.
YO: Tu equipo te necesita jaja
ELI: Jeje
Con el trofeo aún en la mano, se fue con su grupo para la foto del campeonato.
Yo me quedé pensando.
Era el mejor final posible para la historia.
Tómense un segundo para diagramarlo.
Amor, campeonato, arresto…
Una combinación letal.
Aunque, bueno, que sea un final no quiere decir que sea el fin. No, claro que no. Siempre hay más historias por contar. Más caminos por recorrer.
Pero sin dudas es el final de esta etapa.
Etapa en que me di cuenta de la calidad de persona que tuve siempre a mi lado y que, por una cuestión o por otra, nunca miré como debí.
O sí miré, pero no ví. Creo que la diferencia es obvia…
El amor que sentía por Eliana, sin dudas, era el más grande que había sentido en toda mi vida.
Porque no se trataba sólo de un interés físico o sexual. No. Era mucho más que eso. Estaba admirado por su calidad de ser humano. Por su compañerismo, por su autenticidad. Era un amor genuino. De ambos. Más allá de cualquier pretensión.
La acompañé al festejo.
Desde ya que fue una tarde-noche espectacular.
Todas las jugadoras y algunos de sus allegados en un sólo sitio.
No había mucho espacio pero sí mucha buena onda.
No sé cuánto nos quedamos. Pero fue muy divertido.
Nos volvimos porque Eliana no aguantaba más las ganas de bañarse, je.
Había chivado lindo y necesitaba un buen aseo.
Cuando llegamos a casa, creí que iba a caer desplomada. Porque a decir verdad, fue un día repleto de emociones. Pero no. No fue así.
ELI: No te duermas, eh… Ya vuelvo…- Dijo con determinación.
YO: ¿Te vas a bañar?
ELI: Sí, lo necesito…
YO: Jaja
ELI: Pero vos y yo tenemos algo pendiente…- Exclamó con mirada juguetona.
YO: ¿Ah sí? ¿Qué era?
ELI: Mmm… No te puedo decir…
Uff…
Sí que sabía desquiciarme.
YO: Estoy ansioso por descubrirlo…
ELI: Me parece que tenes mucha ropa, vos…- Exclamó mordiéndose y yendo en dirección al baño.
Ja…
Ya comenzaba a sentir cómo en cierta zona de mi cuerpo comenzaba a juntarse algo…
Me senté en el sillón y me descalcé.
Si bien no estaba sucio, tenía que darme una ducha también…
Vi que me sonó el teléfono.
Era Martín, que me llamaba.
“Qué raro” pensé.
Oí que Eliana abrió la ducha.
YO: ¡Hola! ¿Todo bien?
MAR: Poné TN
YO: ¿Eh?
MAR: Poné TN…
YO: ¿Qué pasa?
Tomé el control remoto y prendí el televisor.
MAR: ¿Y?
YO: Dame un segundo que recién entro, pancho..
Puse el canal y casi me caigo de culo.
¿Qué?
MAR: ¿Viste?
No lo podía creer. Ja.
“Cae violador de zona sur” decía el graf.
Pero eso no era lo más increíble. No.
Era que estaba yo en la tele.
Se me veía sosteniendo en el suelo al tipo.
Me empecé a reír.
“Se busca héroe” aparecía también escrito.
Ahora que lo recordaba, muchos estaban con sus teléfonos.
¡Claro!
Lo habían filmado, ja.
MAR: Sos famoso, guacho…
YO: Jaja
MAR: Eso sí, si te llaman, delegalos conmigo, que soy tu representante ¿estamos?
Me hizo cagar de risa.
YO: Obvio… Qué locura…
MAR: Aparezco yo también.- Se reía.
YO: No lo puedo creer…
MAR: Qué bien la hicimos ¿no?
YO: No pudo salir mejor… Un alivio cuando te vi llegar jaja
MAR: ¿Posta?
YO: Sí… A este no se le escapa ni en pedo, me dije.
MAR: Jaja
YO: Posta… Me dio esa sensación de que terminaba ahí
MAR: Bueno… Me alegro… ¿Estás con Eli, no?
YO: Sí…
MAR: Bueno, después hablamos entonces… Los dejo festejar…- Exclamó
YO: Dale, dale…
MAR: Te dejo amigazo… Nos vemos…
YO: Dale… Hablamos…
Me senté totalmente anonadado.
No me importaba salir como estrella o figurar. La verdad que no.
De hecho, rogaba porque nadie me llamara.
Pero sí me reconfortaba y mucho, que todo haya terminado y bien.
¡Al olvido!
Tomé el control remoto y apagué la tele, con una sonrisa.
Fue justo en ese instante en que Eliana volvió a hacer acto de presencia.
Casi me trago mi propia lengua cuando la vi.
¡Estaba completamente desnuda!
Se apoyaba contra el marco de manera muy sensual.
El cabello, negro mate, le caía sobre sus pechos, pero eso o era óbice para que pudiera distinguir el claro color rosadito que se veía por detrás de ellos.
Su entrepierna…
Uff…
Sí que me hizo hervir…
Se había depilado toda y la hermosa rayita de su vagina estaba toda a la vista.
Para colmo, estaba toda marcada en sus piernas a causa del partido.
¡Me iba a volver loco!
Bueno, ya lo había hecho hace rato…
Hice el gesto de levantarme.
ELI: A am… Te quedas ahí…
Me reí, colorado.
ELI: Sacate todo…
¿Ah sí?
Encantando de su jugar su juego.
Es más…
Me estaba motivando demasiado su manera de actuar conmigo. Cada vez más íntima, más fogosa…
Ufff…
Ojalá siguiéramos así…
Como loco, me quedé en bóxer.
Claramente se notaba la terrible carpa que tenía entre las piernas.
Carpa que notó enseguida y la hizo sonreír.
YO: ¿Qué miramos?
ELI: Shhh…- Hizo con su dedo en la boca.
Cuando me iba a sacar el calzoncillo, me detuvo.
ELI: Nope… De eso me encargo yo…- Exclamó con voz de seductora.
Solté el elástico de mi prenda negra y abrí mis brazos, como diciendo “¡Encargate!”.
Caminó hacia mí, aún con algo de vergüenza, je.
Moría por verla así…
Se agachó entre medio de mis piernas y sin mirarme, tomó mi bóxer de los costados.
Sentí una punzada…
Dios…
Sin mediar palabra me lo bajó.
La manera en que mi verga rebotó ante sus ojos, fue salvaje. Tanto, que la impresionó.
Uumm…
Yo me reía como un nene…
ELI: No me mires jeje…- Dijo avergonzada…
YO: Es lo que más me gusta hacer…- Le respondí acariciando su rojiza piel.
Ella me observó un segundo.
Lo comprendió…
Bajó su mirada a mi miembro y, lentamente, se lo metió en la boca.
YO: Oooohhh…- Gemí.
El calor de su boca me mató.
YO: Haa…
Sin mirarme cabeceó unas veces, provocandome un delirio descomunal.
ELI: Ummm… Ooomm…
La sostenía con su mano derecha a la vez que se la devoraba.
YO: Hermosa… Por favor… Mirame…
Con mucha vergüenza, levantó su vista.
No puedo explicar lo que me hizo sentir, ver cómo me miraba de esa manera, mientras sus labios sujetaba mi pene.
No existía nada más…
El placer fue tremendo.
Me agarré de los pelos, gozando como nunca.
Ella enseguida se percató de eso y soltó mi rabo.
Sentí cómo se subía al sillón, sobre mí.
Abrí los ojos y la vi, toda roja.
En verdad se ponía muy tímida…
Acomodó sus piernas a mis costados, tomándome del rostro con ambas manos.
ELI: Te amo mucho… Oohh…- Exclamó y se sentó de una.
YO: Yo tam… Aaaarrgg…- Casi que grité.
ELI: Aaawwww…
Toda su vulva se comió mi carne.
¡Dios, qué apretada!
Sentí cómo se abría con sus movimientos. Porque sí, empezó a cabalgar.
La miré embobado y con el corazón a mil.
Ella me sonreía…
Si se trataba de un sueño no quería despertar nunca. Nunca…
La tomé de cola.
Se sentía grande y firme entre mis dedos.
ELI: Awww… Aww… Oooohh…- Jadeó saltando.
Yo ataqué directo sus tetas.
Se veían tan apetitosas…
Leamm…
A veces le soltaba la cola para juntar ambos pechos en mi cara.
Toda rica… Toda…
YO: Me gustas tanto, hermosa… Oohh…
La piel de su cavidad vaginal se había vuelto una adicción para mí. Era divino penetrarla y sentir cómo rozaba mi glande dentro de ella.
Aahhh…
ELI: Vos me gustas a mí… Mi héroe… Haaa…
YO: ¿De verdad?
ELI: Ay, sí… Umm… Hoy cuando te vi ahí, haciéndote cargo de ese… Me encantó…
YO: Nadie se mete con mi chica…
Gimió.
ELI: Ooooww… Todas te miraban y yo por dentro decía “es mío, es mío”
YO: Uuuff… Yo solo quiero que vos me mires…
ELI: ¿Sí, amor?
YO: Sí… Oohh… Y hacerte el amor todos los días…
Sonrió abrazándome.
ELI: Qué bueno porque se me… Aayy.. Ocurren muchas cosas para hacer…
El calor de mi cuerpo viajaba hacia mi pija y la hinchaba más y más.
YO: ¿Qué cosas? Muero por saber…
Se rió en mi boca.
Morí…
ELI: Hay algo que quiero que probemos… Ummm…
YO: ¿Sí?
ELI: Oooh… Sí… Ya te voy a contar…
YO: No me dejes así…
ELI: Jmm jeje…
La tomé de la cintura y le devoré una goma, pero más fuerte.
ELI: Ay… Sí, sí, sí… Así…
YO: Unas ganas de hacer esto en la ducha… De espaldas…
ELI: Uffff…- Expresó cerrando sus ojos y frunciendo el seño.
YO: O sobre la mesa… Vos tirada hacia adelante…
ELI: Ay… Ay…
YO: Aunque también me gustaría que estés boca arriba…
ELI: ¿Sí? ¿Para? Oohh…
YO: Para degustarte toda esta conchita tan rica que tenes, hermosa…
ELI: Aaaahhhhhh…- Gritó como loca.
Eso también me hizo casi doblegarme, je.
Esas reacciones eran la gloria.
ELI: Decime más, decime más… Oooh…
YO: Sos tan hermosa, Eliana… Muero por hacerte el amor de todas las formas posibles y en todos los lugares posibles… Oohhh…
Ella gemía cada vez más.
ELI: ¿De verdad? ¿Te gusto, amor?
YO: ¿Que si me gustas?
ELI: Haaa.. Haa…
YO: Cada vez que te veo, me derrito vivo… Hoy te veía jugar… Oooh… Y pensaba en este momento… Dándote tu premio…
ELI: Ooohhh… Noo… ¿Sos mi premio? Aaaahh…
YO: Ajam…
Cabalgaba cada vez más fuerte.
Ella lo disfrutaba como nunca, pero lo que yo sentía al estar dentro de ella, era indescriptible.
ELI: Entonces vamos a tener sexo todo el fin de semana… Ooohh…-
Era tremendo oírla hablar guarro.
Moría cada vez que decía algo así.
YO: Todos los días… Oohhh…
ELI: ¿De verdad?
YO: Sí… Tengo tantas cosas para hacerte… Tantas cosas para lamer… Ummm…- Le dije apretando un pezón con mis labios.
Eso la hizo pegar otro alarido tremendo.
ELI: Dios, amor… Aaahh… Me encanta…
La tocaba por todos lados. Su piel…
Estaba fascinado con ella.
YO: Eso espero…
ELI: Sí… Ummm… ¿Y hasta dónde pensas llegar, eh? Ooouu…
Sonreí.
ELI: ¿De qué te reís, nene? Haaa…
YO: No voy a parar hasta ésta…- Le dije junto al oído y dándole una muy buena nalgada.
“Plaf” sonó.
El efecto que causó en Eliana fue único.
Inspiró cómo si le hubiera dicho algo que la espantó.
Pero nada más alejado de eso.
Se agachó y mordió mi hombro izquierdo mientras se retorcía sobre mí.
Con su otra mano me estiró el cabello fuertemente.
ELI: Aaaaaaawwww…- Gritó moviéndose a causa de la sensibilidad.
Eso hizo que yo tampoco pudiera contenerlo más.
YO: Aaargghghh…
Hice el movimiento para sacarla, pero ella se clavó sobre mí.
Ufff…
ELI: La quiero…- Dijo con voz orgásmica y refregando su cara contra mi pecho.
Creo que casi muero en ese instante.
Lejos habían quedado sus lesiones, je…
Sentí que mi verga la escupía toda…
Y ella también, ya que se le formaba una mueca con cada expulsión de esperma que le daba.
Acabar juntos era lo mejor del mundo…
Sin dudas que sí…
Sentía cómo todos los fluidos corrían.
ELI: ¿Sos adivino… Vos?
YO: Ehh… ¿Por qué?
Se mordió, apoyada de costado sobre mi hombro.
ELI: Con lo que tocaste antes…
Volví a tocar su cola y le hice un gesto con los ojos.
YO: ¿Qué?
ELI: Nada… Eso…
YO: ¿Vos también te referías a…?
ELI: Sshh…
Ufff…
¿Posta?
YO: ¿Sí?
ELI: Así que… ¿Cuándo empezamos con las pruebas?
Me mordí todo.
¿Cómo no hacerlo?
¿Su…?
Dios… De solo pensarlo…
YO: Cuando quieras…
ELI: Pero yo nunca… Por ahí… No…- Dijo acariciando mi pecho.
YO: Hermosa… Te como toda…
ELI: Vamos a tener mucho tiempo ¿no?
YO: Sí… Obvio…
ELI: Aunque, mientras tanto…- Hizo mirando hacia la cocina y con una cara que me dieron ganas de masticar.
YO: ¿Qué? jaja
ELI: ¿Cómo era eso que dijiste de la mesa?.- Manifestó mirándome a los ojos.
Me reí cómo un idiota.
¿Eso quería?
¿Ahora?
Por supuesto que lo iba a conceder…
Como muchas otras tantas cosas que iban a pasar durante los siguientes días y semanas.
Estábamos juntos y nada era más importante que eso, pero las cosas que teníamos por delante iban a ser asombrosas. De eso no había dudas.
Fue un fin de semana mágico. Verdaderamente.
Las cosas que ocurrieron… Dignas de un libreto de hollywood.
Bueno, las que ocurrieron puertas adentro, también eran de allí, pero de otro subgénero, más privado, digamos.
Y sí, no voy a mentir…
Esos días nos la pasamos encerrados teniendo sexo.
Fue mucho, posta…
En la cama, en el living, en la cocina, en la ducha.
Eliana se sentía completamente libre, en todos los sentidos. Y yo con ella, también lo era.
¿Que qué pasó en detalle en esa oportunidad? ¿O en las siguientes?
No, por el momento, no las contaré.
Tal vez, haya otra oportunidad.
¿Quién sabe?
Pero de algo sí estoy seguro. Y eso es que si en algún momento lo hago, no me van a alcanzar los adjetivos para describirlas…
4 comentarios - Mi mejor amiga XXII Final
Este capítulo debió llamarse "el secreto de sus ojos"
Ojalá haya segunda parte, por el bien de la comunidad!
Después del gol de Yamila Rodríguez a Colombia por Copa América, el gol de Eliana es el segundo en mi lista de favoritos, lo viví lo sentí lo festejé y simbólicamente lo abrace al novio, cómo seguramente todo la fanaticada hiphopera, aguante la hiphopneta guachoooo.