Capítulo III: Mi esposa Karen "Como me convertí en cornudo"

Las cosas no pintaban bien. Perdí mi trabajo hace unos meses debido a la economía, y estaba pasando por un momento difícil para encontrar un nuevo empleo. Mi esposa Karen no trabaja, es ama de casa con nuestros dos hijos, un niño de 6 años y una niña de 2 años, habíamos estado viviendo de nuestros ahorros. Pero esos estaban a punto de desaparecer.

Continuación…

—Oh, Dios —jadeó Karen cuando Karen la penetró —Está bien, iré despacio —le aseguró Hakim, besando sus labios y mejillas y acariciando su cabello.

—Solo un poco, ahora un poco más —Karen apretó los dientes cuando él empujó más dentro de ella, pero no le dijo que se detuviera.

—Está todo adentro —dijo finalmente Hakim, —¿Estás bien?

—Sí, estoy bien — aseguró Karen —Se siente…bien.

Hakim sonrió, reconfortado por el cumplido, y luego comenzó a moverse hacia adentro y hacia afuera, lentamente al principio y luego más rápido. Le tomó un tiempo a Karen acostumbrarse a su tamaño, pero eventualmente su cuerpo se movió con el de él. Sus piernas largas y bien formadas se flexionaban con cada embestida, los tirantes de las ligas presionaban contra sus muslos firmes, sus pies se arqueaban desde los talones para empujarse de puntillas para encontrarse con sus embestidas.

—Oh, Dios, me estoy corriendo —gritó Karen, sus dedos agarrando las sábanas y luego envolviéndose alrededor del cuello de Hakim.

Hakim bajó la cabeza y plantó sus labios sobre los de Karen, besándola a través de su orgasmo.

—Oh dios, oh dios —jadeó Karen mientras su orgasmo disminuía.

Hakim, con su polla dura todavía completamente dentro de ella, la besó suavemente en los labios y la mejilla
—¿Estás bien? —preguntó.

—¿Estoy bien? —Karen se rió.

—Estoy más que bien, ¡eso fue increíble! —Pasó sus uñas cuidadas sobre el musculoso pecho de Hakim.

—Eso fue maravilloso. Pero aún no te has corrido. ¿Quieres quedarte así, o yo arriba? ¿O algo más?

Me alarmé. ¿Mi esposa acababa de ofrecer su trasero a este hombre? ¡Su gran polla la destrozaría! Pero luego Karen tomó la mano de Hakim y sensualmente chupó dos dedos en su boca —¿Es esto lo que te gustaría? —Karen respiró sensualmente mirando a Hakim a los ojos.

—Eso es increíblemente tentador —dijo Hakim respirando con dificultad mientras observaba a mi esposa chuparse los dedos en la boca y sentir su suave lengua enrollarse entre sus dedos.

—Pero de esta manera es bueno, te sientes increíble. Sin embargo, desearía no tener que usar un condón. Los odio. ¿Estás seguro de que necesito usarlo? Te prometo que estoy limpio.

—Lo siento, no puedo —dijo Karen, pasando la mano por la mejilla de Hakim para suavizar su negativa —No es que no confíe en ti, lo hago. Pero no estoy tomando la píldora. Nunca he podido usarla, soy alérgica a ella.

—Oh, está bien, entiendo entonces —dijo, con la decepción aún clara en su rostro.

Karen vaciló y luego pareció tomar una decisión —Bueno, supongo que puedes quitártelo, si prometes retirarte.

—¿Enserio? —dijo con entusiasmo.

—De verdad —dijo Karen besándolo suavemente en los labios.

—Gracias —dijo mientras lo sacaba, metió la mano entre sus cuerpos para sacar el condón y luego empujó su pene de nuevo —Dios, gracias, esto se siente mucho mejor.

—También se siente mejor para mí —estuvo de acuerdo Karen.

Hakim comenzó a follar con Karen de nuevo, comenzando lento y luego moviéndose más rápido. Tomó trazos largos y profundos. Puso las piernas de ella sobre sus hombros para poder profundizar aún más, aplastando sus piernas contra sus tetas. Karen gruñó e hizo una mueca en esta posición, ya que no estaba acostumbrada a que la penetraran tan profundamente, pero luego se acostumbró y nuevamente comenzó a recibir sus embestidas.

Hakim tenía una resistencia increíble. Después de follar con el misionero durante unos 10 minutos, la volteó boca abajo y luego la tomó al estilo perrito.

Cuando se posicionó para penetrar a mi esposa de nuevo, tuve mi primer buen vistazo a la polla de Hakim. Era realmente una vista impresionante, realmente larga y muy gruesa, con venas anchas corriendo por ambos lados. Era mucho más grande que yo, pero la diferencia de tamaño solo aumentaba mi excitación, ya que mis fantasías siempre involucraban a Karen siendo cogida por hombres bien dotados.

Ella agarró el colchón con todas sus fuerzas mientras los duros empujones de Hakim prácticamente golpeaban su cabeza contra la pared —¡Oh Dios, fóllame fuerte! —Karen jadeó. Hakim agarró el cabello de ella y tiró de su cabeza hacia atrás con fuerza.

—¿Te gusta ponerlo duro? —gruñó. Tenía una lengua larga y la deslizó dentro de la oreja de Karen.

—Oh, Dios, oh, Dios —gimió.

Vi el cuerpo de mi esposa tensarse y supe que estaba a punto de correrse de nuevo, lo que me sorprendió ya que nunca había sido multiorgásmica. Hakim también lo sintió. Golpeó aún más fuerte (si eso era posible). Volvió a echarle la cabeza hacia atrás y le dio un beso francés, mientras que con la otra mano le apretaba los pezones con fuerza. Los gemidos de ella se perdieron en la boca de él mientras su cuerpo se estremecía en un orgasmo.

Hakim lo calculó perfectamente, porque su cuerpo se tensó. A través de un asombroso autocontrol, en el último momento, Se retiró y disparó gotas y gotas de semen espeso y cremoso por toda su espalda. Fue bueno que se retirara, ya que habría pocas posibilidades de que Karen no hubiera quedado embarazada por el esperma, dado que era su momento más fértil del mes.

Se derrumbaron en la cama, Hakim rodó hacia un lado para que se acurrucaran cara a cara. Jadearon en la cara del otro, sin aliento, y luego sus jadeos se convirtieron en ligeros besos.

Pensé que podrían volver a intentarlo, pero luego Karen dijo en voz baja —Será mejor que regresemos —Entró al baño para limpiarse, y cuando regresó unos minutos más tarde, volvió a ponerse su vestido negro.

—¿Puedes cerrarme? —dijo ella dándole la espalda. Él la besó en el cuello mientras la abrochaba —¿Puedo verte de nuevo? —preguntó.

Ella se rió —Me ves todos los días en el trabajo —dijo.

—Sabes lo que quiero decir —dijo sonriendo.

Hakim también se había vestido. Con una mirada juguetona, Karen metió la mano en su bolsillo y fue recompensada con una sonrisa lujuriosa de Hakim.

—Abajo, vaquero, te dije que tenemos que regresar —dijo en broma, dándole un codazo en las costillas. Ella sacó su teléfono celular de su bolsillo —Toma, programaré mi número en tu teléfono.

Luego se movieron para irse, pero Karen se contuvo.

—Olvidé mi bolso —dijo.

Dio un paso atrás en el dormitorio y agarró su bolso. Justo antes de salir de la habitación, miró el armario y dijo sonriendo con un brillo en los ojos

—¡Espero que te haya gustado!

Más tarde esa noche, me acosté encima de mi esposa, sus piernas a mi alrededor, mi polla dura pero aún no dentro de ella —¿Quieres decir que también te follaste a Dorian sin condón? —Karen asintió sonriendo —No le gustó eso, tener que conformarse con una elástico entre él y yo.

—¿Qué dijo de dejarlo tener intimidad al natural contigo? ¿Le gustó? —pregunté sorprendido. Pasó sus dedos por mi mejilla —por supuesto que le gusto, sabes que es solo una cosa física con él.

—¿Con él y los demás? —pregunté. Ella rozó suavemente mi mejilla otra vez —Por supuesto cariño, con todos menos contigo —dijo tranquilizadora.

—Esta noche fue increíble verte tener sexo con otro hombre. Fue tan excitante. Pero... también me sorprendió. A veces parecía que estabas haciendo el amor, no solo follando. Parecía tan…

Dudé, tratando de pensar en la palabra correcta —tan tierno —finalmente continué —Tan tierno, y casi amoroso.

Karen levantó la mano y tiró de mi cara hacia abajo, y me besó suavemente en los labios —No te preocupes, cariño. A veces es así. La mayoría de las veces es joder, pero somos personas, así que a veces es así. Pero tú eres el único hombre al que amo.

—¿Siempre? —Pregunté, sabiendo que sonaba como un idiota inseguro, pero necesitaba que me tranquilizara.

—Para siempre— dijo definitivamente. Me atrajo hacia ella. —Hazme el amor ahora. No, no uses condón, quiero sentirte dentro de mi.

No necesité que me lo pidieran dos veces. Entré con entusiasmo en su espalda, disfrutando la sensación de piel contra piel —Supongo que me lo debes después de esta noche —bromeó, refiriéndose a su anterior coqueteo con Hakim.

—Eso no es todo. Solo quiero sentirte dentro de mí. Y no quiero que te salgas, quiero que te corras dentro de mí.

Eso me sorprendió, dado que este era su momento más fértil del mes. —Cariño, eso es jugar con fuego —le advertí.

Envolvió sus piernas alrededor de mí, instándome a correrme dentro de ella —Tal vez es hora de que tengamos otro bebé. Dejaremos que Dios decida —Pero yo no quería tener otro bebé. Parte de ello era cuánto esfuerzo sería tener otro hijo. Pero admito que una parte de mí no quería que Karen quedara embarazada porque eso seguramente acabaría con la diversión que teníamos con ella saliendo y follando. Así que en el último momento me retiré, eyaculando sobre su barriga. Parecía decepcionada y herida, pero el momento pasó.

Después de corrernos, nos acurrucamos uno frente al otro —¿Quién es él, Hakim? No creo haberlo visto antes.

—Él no es parte de nuestro grupo. ¿Cómo nos llaman, los populares? —Karen se rio —Bueno, él no es parte de los populares. Es un socio, así que es lo que estamos tratando de ser.

—Parece joven para ser socio. Esa casa era increíble.

—Sí, dicen que tiene un lugar más grande en Barcelona. Es la persona más joven en ser socio —Pensé en eso, y luego escuché la respiración pesada de Karen. Agotada, se había quedado dormida. Cepillé suavemente el sedoso cabello rubio de mi esposa mientras observaba su inocente y hermoso rostro dormido.

Al día siguiente encontré a Karen y Sandy riéndose en nuestra cocina. Sandy me miró —No puedo creer que Karen haya enganchado al deseable #1—.

Sonreí ante la referencia a Harry Potter —¿Te refieres a Hakim? —A estas alturas, Sandy se había adaptado al hecho de que yo estaba de acuerdo con que Karen saliera y tuviera sexo con otros hombres.

De hecho, se había entusiasmado con lo afortunada que era Karen de tener un esposo tan comprensivo, y tal vez algún día se casaría si pudiera encontrar a un chico tan abierto de mente como yo.

—¡Sí, estoy hablando de Hakim! ¡Había estado tratando de llamar su atención desde siempre! Guapo y rico, ¡qué combinación! ¡Todos hablan de eso! Dios, Karen, no puedo creer que hayas hecho con Hakin después de Dorian, ¡Eres una puta!—.

Karen pateó a su amiga debajo de la mesa —Shush —advirtió mirando a su alrededor —Los niños podrían escuchar.

Sandy se tapó la boca con una mirada de "ups", y luego la conversación pasó a otras cosas.

Unas semanas más tarde, Karen se dejó caer en el sofá a mi lado, pensativa —Estoy pensando en salir con Hakim. Me ha estado invitando a salir. Pero quería asegurarme de que estarías de acuerdo con eso. No lo haré si no quieres.

Luego sonrió con picardía —Honestamente, la principal razón por la que quiero salir con él es para poner celosos a Sandy y a los otros populares.

Sentí que mi polla se agitaba —Por mí está bien —me escuché decir, luego me reí —Después de todo, él es el Deseable #1. ¿Qué significa eso, de todos modos?

Ella se rio.

—Significa que es un tipo por el que dejarías a tus amigos —Karen se sentó a horcajadas sobre mi regazo y envolvió sus brazos alrededor de mi cuello, pasando sus dedos por mi cabello.

—Por supuesto, eres tan pervertido que puedo casarme contigo Y tener mis amigos.

Pasé mis manos por la camisa de mi esposa y tomé sus tetas sin sostén (a menudo no usaba sostén en casa) —¿Es eso lo que vas a hacer, añadir a Hakim a tu harén de amigos?

—Mi harén, me gusta eso. Mmmm, sí, me gusta eso —susurró mientras frotaba sus pezones entre mis dedos —Sí, creo que lo agregaré a mi harén. Tiene uno realmente grande, ya sabes.

—¿Es eso lo que eres, una esposa caliente para las pollas grandes? —Pregunté mientras sacaba mi polla y le subía la falda alrededor de la cintura (¡gracias a Dios que los niños ya estaban dormidos!).

—Sí, soy una esposa muy caliente —susurró Karen acaloradamente en mi oído cuando la penetré —Pero eso te gusta, ¿no es cierto, vaquero? Quieres que tu esposa sea una puta…

Mi polla se contrajo cuando me llamó vaquero, recordando cómo había llamado a Hakim de la misma manera. Ella notó mi emoción y también recordó cuando llamó así a Hakim —Lo llamé así porque usó un tonto disfraz de vaquero en la fiesta de Halloween del año pasado — respondiendo a mi pregunta silenciosa. Luego me miró con una sonrisa inquisitiva —Te gusta la idea de que salga con él, ¿no?.

—Sí, lo hago, no estoy seguro de por qué —admití —Parece... peligroso.

—Peligroso — ella, como si contemplara la palabra. Luego se inclinó más cerca de mí y susurró acaloradamente en mi oído —Eso es bueno, porque, ya sabes, a las chicas cachondas les gustan los chicos peligrosos.

En el año que Karen había estado saliendo y teniendo sexo con otros hombres, por lo general tenía sus clientes habituales (como los llamé), un grupo de chicos con los que salía y se follaba regularmente. Algunos como Dorian siempre estaban en la lista, pero otros iban y venían. Era así con todos los populares, todos tenían sus compañeros de sexo regulares.

Fin Capítulo III



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