Al día siguiente, me desperté a eso de las 9:30, Lucia se levanto una hora antes y se fue al laburo, yo quede acostado, como ya era costumbre esas veces. Lo primero que pensé al despertar fue en que seguramente mi suegra se encontraba abajo, y estábamos a solas, un montón de ideas se vinieron a mi mente, desde aquel día que la vi entangada, algo en mí que nunca se atrevió a dar el siguiente paso, ahora quería ver hasta donde podía llegar con mi suegra culona, obvio, aun tenia cierto cuidado, no quería cagar todo y que le contara a mi novia.
Agarre el celu como hago siempre y lo primero que veo es un mensaje de mi novia.
—Boludo que verguenzaaaa, mamá me jodio antes de ir al laburo con los ruidos de anoche.
Como quería, María nos había escuchado, le envié unos mensajes a Lucia y me dispuse a ir a la sala, con la pija dura, como todas las mañanas, ni espere a que bajara, quería que mi suegra me viera.
—Buen día— le dije a mi suegra, cuando la vi en la cocina, llevaba una de sus calzas que remarcaban su enorme orto.
—Buenas Luis— me respondió María, tras observar rápidamente la carpa en mis pantalones e ignorándola.
—Y como te fue anoche?— le pregunte, al sentarme en uno de los sillones con el celu.
—Bien, tranqui con las chicas.
—Pero llegaste tarde igual.
—Ay como sabes?
—Me levante al baño y vi que estabas adentro jajaj— le dije, para que se diera cuenta de que yo sabia que ella estaba ahí al momento de coger a su hija.
—Si, y me dormí mas tarde todavía.
—¿No podías dormir?
—Y, con los ruidos de ustedes no— dijo riéndose un poco.
—Jaja ¿Qué nos escuchaste?
—Y no nene, menos con los gritos de la otra.
—Pero que ¿se escuchó mucho?
—Si, todo— me dijo, mirándome.
—Ah mira.
Ambos nos quedamos en silencio un poco, ella siguió mirando la tv y yo con el celu, regularmente le tiraba una ojeada para ver sus piernas bien torneadas.
—Ay que lindas— dijo María, al ver en la tele una publicidad de unos de esos pantalones engomados y unas chicas caminando por la calle con ellos.
—Y comprate unos.
—Hay sos loco vos, mira si me voy a poner eso.
—¿Por qué no? Te quedarían re bien Mari, a Lucia le quedan.
—Obvio nene, si no tiene 45 arriba.
—Jaja nada que ver, la edad no importa ahí.
—¿Entonces que?
—Y…
—Dale decime.
—Y el culo— le dije.
—Jajaj ¿Qué tiene que ver el culo?
—Que teniendo buen culo te quedan bien esos cosos.
—Ah entonces tengo buen culo?— preguntó ella, medio en joda medio enserio.
—Tenes alto culo— le dije de una, algo nervioso, pero emocionado por la situación.
—Jajaj ay Luis que decís.
—Posta te digo tenes mejor culo que Lucia.
—Jajaj ta Luis, te llega a escuchar la otra— dijo riendo y algo nerviosa, mientras volvía a mirar la tv.
—Que tiene, si es verdad.
—A ver ¿Qué tiene mi culo?— preguntó María.
Yo ya había agarrado impulso, no podía parar ahora.
—Y es tremendo culo, bien redondo y grande— le dije, bajando la mirada a sus piernas —no tenes nada que envidiarle a las pendejas vos Mari.
—Ay que vergüenza me haces dar jajaj.
—¿Si te probas unos?
—El queee, ni loca nene.
—Jajaj daleee, probate los de Lucia ahora.
—No Luis que vergüenza eso, cualquier cosa seria.
—Apa ¿tenes miedo acaso?
—Miedo a nada nene, pero igual no.
—Dale, yo te hago de juez de moda.
—Jajaj se llega a enterar Lu y me mata.
—¿Qué tiene que me modeles?
—Por eso no, por estirárselos mal pensado.
—Aaah jajaj, pero si lo usas poco no se lo vas a estirar.
—Mmm no se no se.
Tras insistirle un poco mas, finalmente María acepto, se levantó y fue al cuarto a buscar entre las cosas de Lucia.
Yo quede impaciente en la sala, imaginando como se vería el tremendo orto de mi suegra con esos pantalones.
Luego de unos minutos, ella salió.
Le quedaban bien pegados, era hipnótico verla caminar con eso, se paro a unos metros mío.
—Y? Me quedan muy mal?— pregunto, mientras permanecía de pie frente a mí.
—Nada que ver, sos una bomba con eso, pero necesito verte bien, a ver una vueltita.
Ella obedeció y rápidamente se coloco de espalda.
—Ah bue— dije sin ocultar mi asombro.
—¿Qué?
—Que orto—le dije en seco, elogiando vulgarmente el culo de mi suegra.
—¡Luis!— dijo riendo.
—Jajaj que queres que diga Mari, si vas a estallarlos con terrible culo ¿Qué le metes al gimnasio?— pregunte, se que a ella antes le gustaba ir.
—Mas o menos, igual casi ni hago pierna cuando voy.
—Y no, llegas a hacer mas y las otras mujeres te matan— seguía halagándola.
—Que exagerado nene.
—No, cualquier hombre te diría lo mismo.
Ahí ambos quedamos una vez mas en silencio, creo que María sabia que la situación estaba escalando.
—Bueno ya se termino la pasarela— dijo ella, amagando con irse.
—Paraaa, que rápido che, necesito emitir un juicio todavía— dije, para que no se fuera.
María se dio media vuelta.
—Jaja que mas queres si ya viste como me quedan.
—Y no se, sentirlos capaz, la textura es importante.
—JaJaja ahí si Lucia nos mata nene.
—¿Por? Si es por un veredicto— respondía yo a sus bromas, queriendo remarla.
El hecho de que María la siguiera y no hubiera cortado hace rato era solo una muestra de que no le desagradaba la situación.
Nos miramos un segundo, la expresión de María me calentaba mucho, esa sonrisa picara pero con cierto grado de perversión.
—Mmmm, bueno, pero un poquito— dijo, y se acerco a mi, dándose vuelta.
Tenia el culo de mi suegra a pocos centímetros de mi cara, fue poco lo que lo contemple, ya que sin perder tiempo puse mis palmas en sus nalgas.
Era increíble, mis manos no terminaban de abarcar semejante culo, recorría sus nalgas, María no decía nada, estábamos ambos en silencio.
—Ojala Lucia herede estas— dije, mientras apretaba sus nalgas.
—Jaja, bueno ya tenes veredicto?— respondió María.
—Que tenes terrible ojete María— le dije, ya con la pija bien dura, ella miro sobre su hombro y notó como estaba.
—Bueno, entonces ya me voy a cambiar— dijo ella, con un tono mas bajo que el usual, y su rostro blanco estaba algo rojo, mi suegra la había calentado mi manoseo, no la culpo, era muy morboso lo que hacíamos.
Ella dio un paso y sus nalgas se alejaron de mis manos, ella volteo un poco otra vez, viendo mi pija totalmente dura en mis pantalones y sonriendo un poco sin decir nada mas.
—Yo ya tengo que salir sabes— avise, antes de que entrara al cuarto de Lucia.
—Dale, nos vemos luego.
Mi suegra entro y cerro la puerta.
No mentía, ya tenia que salir a hacer unos mandados, espere unos segundos y fui al cuarto también, al entrar, una vez mas vi el terrible culo blanco de María, recontra entangada, no hice silencio al entrar, pero ella ni volteo, aunque sabia que estaba ahí, solo siguió simulando que buscaba algo.
Me le acerque por atrás y pose una de mis manos en sus nalgas, note que su cuerpo dio un pequeño sobre salto, pero enseguida se calmó.
—Que orto tenes María— dije en voz mas baja, y rápidamente le di una fuerte nalgada.
—Aah— gritó cortamente María, aunque fue una mezcla entre grito y gemido.
—Ya me voy— dije, dando media vuelta y saliendo del cuarto.
—Mm dale— respondió mi suegra, con un tono muy sensual.
Me encantó esa situación, ese morbo que teníamos, solo fue el inicio de mi nueva relación con mi suegra.
Agarre el celu como hago siempre y lo primero que veo es un mensaje de mi novia.
—Boludo que verguenzaaaa, mamá me jodio antes de ir al laburo con los ruidos de anoche.
Como quería, María nos había escuchado, le envié unos mensajes a Lucia y me dispuse a ir a la sala, con la pija dura, como todas las mañanas, ni espere a que bajara, quería que mi suegra me viera.
—Buen día— le dije a mi suegra, cuando la vi en la cocina, llevaba una de sus calzas que remarcaban su enorme orto.
—Buenas Luis— me respondió María, tras observar rápidamente la carpa en mis pantalones e ignorándola.
—Y como te fue anoche?— le pregunte, al sentarme en uno de los sillones con el celu.
—Bien, tranqui con las chicas.
—Pero llegaste tarde igual.
—Ay como sabes?
—Me levante al baño y vi que estabas adentro jajaj— le dije, para que se diera cuenta de que yo sabia que ella estaba ahí al momento de coger a su hija.
—Si, y me dormí mas tarde todavía.
—¿No podías dormir?
—Y, con los ruidos de ustedes no— dijo riéndose un poco.
—Jaja ¿Qué nos escuchaste?
—Y no nene, menos con los gritos de la otra.
—Pero que ¿se escuchó mucho?
—Si, todo— me dijo, mirándome.
—Ah mira.
Ambos nos quedamos en silencio un poco, ella siguió mirando la tv y yo con el celu, regularmente le tiraba una ojeada para ver sus piernas bien torneadas.
—Ay que lindas— dijo María, al ver en la tele una publicidad de unos de esos pantalones engomados y unas chicas caminando por la calle con ellos.
—Y comprate unos.
—Hay sos loco vos, mira si me voy a poner eso.
—¿Por qué no? Te quedarían re bien Mari, a Lucia le quedan.
—Obvio nene, si no tiene 45 arriba.
—Jaja nada que ver, la edad no importa ahí.
—¿Entonces que?
—Y…
—Dale decime.
—Y el culo— le dije.
—Jajaj ¿Qué tiene que ver el culo?
—Que teniendo buen culo te quedan bien esos cosos.
—Ah entonces tengo buen culo?— preguntó ella, medio en joda medio enserio.
—Tenes alto culo— le dije de una, algo nervioso, pero emocionado por la situación.
—Jajaj ay Luis que decís.
—Posta te digo tenes mejor culo que Lucia.
—Jajaj ta Luis, te llega a escuchar la otra— dijo riendo y algo nerviosa, mientras volvía a mirar la tv.
—Que tiene, si es verdad.
—A ver ¿Qué tiene mi culo?— preguntó María.
Yo ya había agarrado impulso, no podía parar ahora.
—Y es tremendo culo, bien redondo y grande— le dije, bajando la mirada a sus piernas —no tenes nada que envidiarle a las pendejas vos Mari.
—Ay que vergüenza me haces dar jajaj.
—¿Si te probas unos?
—El queee, ni loca nene.
—Jajaj daleee, probate los de Lucia ahora.
—No Luis que vergüenza eso, cualquier cosa seria.
—Apa ¿tenes miedo acaso?
—Miedo a nada nene, pero igual no.
—Dale, yo te hago de juez de moda.
—Jajaj se llega a enterar Lu y me mata.
—¿Qué tiene que me modeles?
—Por eso no, por estirárselos mal pensado.
—Aaah jajaj, pero si lo usas poco no se lo vas a estirar.
—Mmm no se no se.
Tras insistirle un poco mas, finalmente María acepto, se levantó y fue al cuarto a buscar entre las cosas de Lucia.
Yo quede impaciente en la sala, imaginando como se vería el tremendo orto de mi suegra con esos pantalones.
Luego de unos minutos, ella salió.
Le quedaban bien pegados, era hipnótico verla caminar con eso, se paro a unos metros mío.
—Y? Me quedan muy mal?— pregunto, mientras permanecía de pie frente a mí.
—Nada que ver, sos una bomba con eso, pero necesito verte bien, a ver una vueltita.
Ella obedeció y rápidamente se coloco de espalda.
—Ah bue— dije sin ocultar mi asombro.
—¿Qué?
—Que orto—le dije en seco, elogiando vulgarmente el culo de mi suegra.
—¡Luis!— dijo riendo.
—Jajaj que queres que diga Mari, si vas a estallarlos con terrible culo ¿Qué le metes al gimnasio?— pregunte, se que a ella antes le gustaba ir.
—Mas o menos, igual casi ni hago pierna cuando voy.
—Y no, llegas a hacer mas y las otras mujeres te matan— seguía halagándola.
—Que exagerado nene.
—No, cualquier hombre te diría lo mismo.
Ahí ambos quedamos una vez mas en silencio, creo que María sabia que la situación estaba escalando.
—Bueno ya se termino la pasarela— dijo ella, amagando con irse.
—Paraaa, que rápido che, necesito emitir un juicio todavía— dije, para que no se fuera.
María se dio media vuelta.
—Jaja que mas queres si ya viste como me quedan.
—Y no se, sentirlos capaz, la textura es importante.
—JaJaja ahí si Lucia nos mata nene.
—¿Por? Si es por un veredicto— respondía yo a sus bromas, queriendo remarla.
El hecho de que María la siguiera y no hubiera cortado hace rato era solo una muestra de que no le desagradaba la situación.
Nos miramos un segundo, la expresión de María me calentaba mucho, esa sonrisa picara pero con cierto grado de perversión.
—Mmmm, bueno, pero un poquito— dijo, y se acerco a mi, dándose vuelta.
Tenia el culo de mi suegra a pocos centímetros de mi cara, fue poco lo que lo contemple, ya que sin perder tiempo puse mis palmas en sus nalgas.
Era increíble, mis manos no terminaban de abarcar semejante culo, recorría sus nalgas, María no decía nada, estábamos ambos en silencio.
—Ojala Lucia herede estas— dije, mientras apretaba sus nalgas.
—Jaja, bueno ya tenes veredicto?— respondió María.
—Que tenes terrible ojete María— le dije, ya con la pija bien dura, ella miro sobre su hombro y notó como estaba.
—Bueno, entonces ya me voy a cambiar— dijo ella, con un tono mas bajo que el usual, y su rostro blanco estaba algo rojo, mi suegra la había calentado mi manoseo, no la culpo, era muy morboso lo que hacíamos.
Ella dio un paso y sus nalgas se alejaron de mis manos, ella volteo un poco otra vez, viendo mi pija totalmente dura en mis pantalones y sonriendo un poco sin decir nada mas.
—Yo ya tengo que salir sabes— avise, antes de que entrara al cuarto de Lucia.
—Dale, nos vemos luego.
Mi suegra entro y cerro la puerta.
No mentía, ya tenia que salir a hacer unos mandados, espere unos segundos y fui al cuarto también, al entrar, una vez mas vi el terrible culo blanco de María, recontra entangada, no hice silencio al entrar, pero ella ni volteo, aunque sabia que estaba ahí, solo siguió simulando que buscaba algo.
Me le acerque por atrás y pose una de mis manos en sus nalgas, note que su cuerpo dio un pequeño sobre salto, pero enseguida se calmó.
—Que orto tenes María— dije en voz mas baja, y rápidamente le di una fuerte nalgada.
—Aah— gritó cortamente María, aunque fue una mezcla entre grito y gemido.
—Ya me voy— dije, dando media vuelta y saliendo del cuarto.
—Mm dale— respondió mi suegra, con un tono muy sensual.
Me encantó esa situación, ese morbo que teníamos, solo fue el inicio de mi nueva relación con mi suegra.
13 comentarios - Mí suegra María 2