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Todo Queda En Familia (parte 1)

Todo Queda En Familia (parte 1)
Capitulo 1

- Que hermosa concha que tenes!!!
Esa frase retumbó en la cabeza de Corina, no por el hecho de que alguien admirara su concha, sino por el hecho que esa frase provenía de su hija Delfina. Allí, acostada en la cama y desnuda recibía ese elogio de entre sus piernas, mientras su hija se disponía a saborear los jugos que emanaba de su ya muy mojada vagina.
Trataba en su cabeza de recordar como había llegado al punto en el que su hija, también desnuda, admiraba ese lugar del cual hace 19 años había salido, no comprendía como aquella joven pasaba suavemente su lengua desde el inicio de su vaina hasta su clitoris generando en su cuerpo una corriente que recorría su espalda mientras dejaba escapar un gemido ahogado por sus manos mientras desde la penumbra del cuarto una figura masculina sentada, se estaba tocando viendo aquel prohibido y a la vez lujurioso espectáculo lesbico…

Todo empezó hace ya un año. Corina, de 40 años, de estatura petisa y con unas tetas que cualquier joven de 20 años envidiaría, volvía de hacer mandados cuando, desde la pieza de su hija sintió algunos murmullos. Supuso que su hija Delfina de 19 años había vuelto de la facultad y se estaba cambiando, ya que su marido Hernan no volvía del trabajo hasta pasada las 19 hs.
Mientras se disponía a guardar los víveres sintió un gemido ahogado que salía de la pieza de su hija. Preocupada se dirigió hacia donde se encontraba ella. Al llegar a la puerta noto que la misma está entreabierta y decido espiar en la oscuridad del cuarto.
La imagen que vio la paralizó en seco. Vio a su pequeña hija Delfina acostada, con los pies colgando de su cama, entre medio de ellos a su joven novio Anibal, de 21 años, quien le estaba dando una sesión de sexy oral digna de una película porno. Pasaba su lengua por su botoncito mientras introducía 2 dedos dentro de su vagina.
Corina admiraba el espectáculo mientras su hija disfrutaba de los dedos hábiles de su novio dentro de su vagina. Instintivamente dirigió su mano a su entrepierna y empezó a tocarse por encima de su calza negra, la cual le marcaba mucho su cola (la debilidad de su marido). No entendía porque se tocaba viendo a su hija recibir esa monumental chupada, pero tampoco podía detenerse. Mientras dentro de la habitación Anibal dejó de lamer la concha rosada y humeda de Delfina y se incorporaba bajando su short y dejando salir una verga dura y de tamaño respetable. Acto seguido procedió a meter su miembro dentro de la vagina de su novia, quien por acto reflejo lanzó un fuerte gemido que fue ahogado por la mano de su novio.
Corina no salía de su asombro cuando se percato que sus dedos se habían introducido, como si tuvieran vida propia, dentro de su calza y hacían un círculo en su ya hinchado clitoris. Se percato de que su vagina estaba muy húmeda, debido al espectáculo que los jóvenes le estaban regalando sin darse cuenta que ella los observaba. Se dijo a sí misma que no podía estar haciendo eso, que era algo inmoral y que debía retirarse de ahí, o detener ese acto dentro de su casa, pero algo, fuera de su comprensión, le impedía retirarse.
Mientras Corina no podia (o no queria) detener su masturbacion, creyó ver como su hija, a quien estaban penetrante a un ritmo constante, levantó su cabeza y vio a su madre a los ojos. Por reflejo, Corina intento ocultarse, pero algo le decía que debía seguir viendo, un instinto animal la llevaba o no querer perderse detalle de aquel acto sexual, y al volver a mirar sus sospechas se confirmaron, Delfina estaba mirando hacia el hueco de la puerta desde donde su madre estaba viendo todo, y no sólo no detuvo a su novio, sino que (sin dejar de mirar a su madre le pedía que fuera más profundo, que la partiera al medio.
- Damela toda!! No pares mi amor!!! Quiero sentir cada centimetro de tu pija en mi interior!!! Si, así!!!!
Corina no salia de su asombro al sentir el lenguaje de su hija, no creía que su pequeña fuera capaz de semejante lenguaje, pero lejos de espantarla, cada palabra que salía de la boca de su hija sólo conseguía exitarla más y más. Al punto de sentir que su orgasmo era casi inminente. Y mientras Delfina no dejaba de ver a su madre a los ojos, también sentía que su propio orgasmo se acercaba.
Como si estuvieran sincronizadas ambas llegaron junto al clímax, con una sola diferencia, Corina tapo sus gritos con sus manos, mientras Delfina lo hacia a viva voz, lanzando todo tipo de improperios al aire, mientras sentía como su cuerpo se retorcía y temblaba debajo de la figura atlética de su novio. Cuando ella acabó, su novio, quien también estaba llegando a su propio clímax, le advirtió a Delfina que estaba cerca.
Ni lerda ni perezosa, Delfina se saco de encima a su novio y se arrodilló a sus pies, mientras con una mano sostenía su venga mientras se la metía en la boca, con la otra se tocaba su muy mojada concha. Chupaba desde la cabeza hasta la base del miembro de su novio sin dejar de mirar a su madre, los primero chorros de semen fueron a dar a su garganta, mientras que los restantes dieron en su cara y sus tetas (atributos que heredó de au madre)
Corina no podía creer que su pequeña hoja fuera capaz de semejante acto, nunca la vio como una joven que fuera tan liberal en el tema del sexo, y por fin pudo tomar fuerzas para irse de nuevo hacia la cocina a terminar de ordenar. En su cabeza daban vueltas las imágenes de su hija ordeñando la verga de su novio, y su cara de satisfacción al sentir el primer chorro impactar en su garganta.
Una voz detrás suyo la sacó de ese pensamiento, y al darse vuelta vio a Anibal (quien salía del cuarto de su hija) y saludaba con un beso en la mejilla a sus suegra. Esta trato de recomponerse y tratar de disimular, cuando detrás del joven vio aparecer a su hija quien la miraba con lujuria y saludando también. Ambos jóvenes le propusieron tomar unos mates mientras veían el partido de Rosario Central Vs Argentinos Jr.
Mientras la ronda de mates avanzaba y la hora de llegada de Hernan (su esposo ) se acercaba, en la cabeza de Corina rondaban mil ideas: ¿Debía contarle a su marido? ¿Hablarlo con su hija? O simplemente esperar a la noche para saciar la calentura que el espectáculo que ambos jóvenes le habían regalado?. De algo estaba segura: que esto era el inicio de algo extraño dentro de su familia.

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