Introducción: Mi esposa Sofía y yo nos conocimos en la misma empresa, ella con 26 años y yo casi llegando a los 30, como todo cuento de amor, nos enamoramos perdidamente y decidimos casarnos sin revelar nuestro secreto en nuestro trabajo, pues como en muchos lugares no estaban permitidas las relaciones dentro de la empresa. Sofía me había confesado lo que había vivido aquel día con Emanuel, Genaro y Felipe, las aventuras solo estaban comenzando.
Continuación…
La luz entraba por la ventana, un rayo de luz iluminaba el buró a un costado de la cama.
Una caja rosa fue la primera cosa que vi, “PostDay” se leía con letras grandes.
Gire sobre mi para encontrarme con Sofia en su lado de la cama. Parecía todo un sueño lo vivido la noche anterior, pero no fue así, hace unas horas mi esposa me había confesado las vejaciones que aquellos tres hombres le habían hecho vivir.
Mire a su lado de la cama pero ella no estaba. Un post-it en su buró solo eso. Lo alcancé y lo leí.
“Vuelvo iré a la lavandería , te traeré el desayuno 💋”
No tardo mucho antes de que la puerta de la casa rechinará para indicar que ella había regresado.
No dijimos mucho, desayunamos en silencio y convivimos aquel día tranquilamente.
La semana transcurrió tranquilamente poco a poco nuestra relación se acomodaba y parecía incluso aburrida como lo era antes.
El trabajo parecía normal, las miradas morbosas hacia a ella comenzaron a darme placer y menos celos, empecé a disfrutar los días en el trabajo.
*Genaro* se encontraba en otro estado junto con *Emanuel* visitando a un nuevo cliente. Por lo que el trabajo no presentó problemas debido a la ausencia de ellos y a lo vivido el fin de semana en aquel hotel.
Al menos las tres semanas que ellos estuvieran fuera servirían para calmar un poco las cosas.
El día viernes mi esposa recibió una llamada. Al parecer una de las tías de ella había fallecido y su madre quería que fuéramos al funeral.
Después de consolar un poco a mi esposa acordamos organizarnos para que ella pudiera irse esa misma noche a su ciudad natal. Yo por el contrario tenía que esperar al sábado por la noche para irme. En el trabajo no sabían que éramos pareja por lo que faltar los dos el mismo día no era algo posible.
Acompañé a mi esposa a la central de la ciudad, su unidad partía a media noche y decidimos cenar antes de que ella subiera a su autobús.
Con un cálido beso y abrazo fue la despedida.
— Te veré el sábado — dijo mientras tomaba la pequeña maleta y subía a su autobús.
El cuarto capitulo de esta saga llego. Disfrutalo através de mi Patreon
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5 comentarios - Mi esposa Sofía: Demasiado Hermosa Para Un Solo Hombre 4