Comenzamos a vacacionar en villa gesell, marzo mes tranquilo, familiar.cabañas en la zona sur. Los primeros dos días reconocímiento del lugar, donde el super, los negocios , playas y donde se pesca, deporte que mi marido práctica con cierta frecuencia.
Las playas hermosas, el balneario semi vacío auguraban unas vacaciones tranquilas,
Los bañeros bronceados, mirones, buscones, uno de ellos para llegar a la madre conquistó al hijo y se ganó la confianza del marido.
Le consiguieron carnada, el lugar donde reponer, y una mañana al amanecer partió hacia el muelle de pesca. Tipo 1030 sombrilla y canasta en mano fuimos a la playa, el bañero acudió rápidamente me ayudó con la sombrilla y me dijo no es necesario que vengas cargada una sombrilla del balneario te va a esperar todos los días.
Charlamos, me tiraba onda, yo estaba cómoda, sonreía no bloqueaba ninguna onda,
Advirtió, que era hora de la llegada del pescador, y con carpa fue a vigilar a los bañistas. Mi marido, apareció con una corvina, se acercó a felicitarlo y a saludarme como si no hubiéramos estado casi dos horas hablando. Esa actitud y la cara de pícaro, lo pusieron en mis pensamientos. Al día siguiente, todos a la playa, bisque a mi bañero preferido, saludo de cortesía, y ordene instalarnos en "un lugar tranquilo y seguro" cerca de los bañeros - un salvavidas tenía que tirarle, no se la podía poner difícil- nos instalamos mi marido fue a analizar el mar como si fuera oceanógrafo, el se acerco y me saludo y me pregunto no hubo pesca hoy? Sonreí entendiendo y lamentando el hecho. Cuando volvió el oceanógrafo, él extendió la conversación a una señoras mayores que estaban en un tour municipal, mi marido saludó y bromeó con las viejas mientras me arrojo la frase "lindo caminar por el sur". Cuando se acercó la hora de la bandera roja fui a caminar hacia el sur. Pareo a la cintura, miraba para atrás y no lo veía, de pronto apareció ante mi.
Los balnearios, quedaron atrás, caminamos unos 500 mts sin planes y con dudas por cómo seguiría esto
Volvimos y nos separamos antes de llegar al balneario, quedó implícito que en algún momento tal vez, cogeriamos.
Los dos días siguientes no fueron de playa, sudestada. Fuimos a la playa ventosa, buzo capucha, la arena golpeaba, el bañero firme en su trabajo se acercó dirigiéndose a mi marido, como corresponde, " la sudestada acerca el pescado," se le iluminaron los ojos a cornudin. Inmediatamente le dijo a mi hijo hoy seguro pescas!.
Con dos frases, me acomodo la tarde. Almorzamos, y los pescadores salieron rumbo al muelle. Yo salí a lo desconocido. Los veía alejarse por la playa, y lo veía a él, acercarse.
Con señas me marcó ir hacia el final de los balnearios. Hacia allí me dirigí, él me alcanzó y me fue arriando hacia los médanos, donde las plantas para fijarlos detienen el viento. Ahí nos detuvimos. Puso dos lonas y me invitó a sentarme. Se sacó el buzo exhibiendo su cuerpo bronceado y bien formado de los nadadores. Se sentó enfrentándome, su cara quedó de manera que casi sentía su aliento. Me sorprendió un instante, por lo rápido que íbamos, pero reaccione enseguida, a que había ido? ¡A cojer! Cerré los ojos y espere su lengua. Mientras nos besabamos me recosto, saco mi buzo. Se paró,me sacó el buzo y casi bruscamente me la hizo chupar. Sus manos apretaban mis tetas, y por momentos sostenía mi cabeza para cogerme la boca. Se fue relajando, fui poniendo resistencia, me ahogaba. Se acostó, saque mi bikini y lo monte. Ufff mis tetas galopaban a otro ritmo, sentía el miembro firme lubricado por mi flujito. Acabe y caí sobre él, que la saco y dándome vuelta me puso en 4 y empezó a bombearme!!! Me inundo el turro, la toalla estaba llena de arena mi cuerpo igual, un pastiche mezcla de lechita, flujo, transpiración arena y bloqueador. En las siguientes dos semanas tuvimos tres encuentros más.
Las playas hermosas, el balneario semi vacío auguraban unas vacaciones tranquilas,
Los bañeros bronceados, mirones, buscones, uno de ellos para llegar a la madre conquistó al hijo y se ganó la confianza del marido.
Le consiguieron carnada, el lugar donde reponer, y una mañana al amanecer partió hacia el muelle de pesca. Tipo 1030 sombrilla y canasta en mano fuimos a la playa, el bañero acudió rápidamente me ayudó con la sombrilla y me dijo no es necesario que vengas cargada una sombrilla del balneario te va a esperar todos los días.
Charlamos, me tiraba onda, yo estaba cómoda, sonreía no bloqueaba ninguna onda,
Advirtió, que era hora de la llegada del pescador, y con carpa fue a vigilar a los bañistas. Mi marido, apareció con una corvina, se acercó a felicitarlo y a saludarme como si no hubiéramos estado casi dos horas hablando. Esa actitud y la cara de pícaro, lo pusieron en mis pensamientos. Al día siguiente, todos a la playa, bisque a mi bañero preferido, saludo de cortesía, y ordene instalarnos en "un lugar tranquilo y seguro" cerca de los bañeros - un salvavidas tenía que tirarle, no se la podía poner difícil- nos instalamos mi marido fue a analizar el mar como si fuera oceanógrafo, el se acerco y me saludo y me pregunto no hubo pesca hoy? Sonreí entendiendo y lamentando el hecho. Cuando volvió el oceanógrafo, él extendió la conversación a una señoras mayores que estaban en un tour municipal, mi marido saludó y bromeó con las viejas mientras me arrojo la frase "lindo caminar por el sur". Cuando se acercó la hora de la bandera roja fui a caminar hacia el sur. Pareo a la cintura, miraba para atrás y no lo veía, de pronto apareció ante mi.
Los balnearios, quedaron atrás, caminamos unos 500 mts sin planes y con dudas por cómo seguiría esto
Volvimos y nos separamos antes de llegar al balneario, quedó implícito que en algún momento tal vez, cogeriamos.
Los dos días siguientes no fueron de playa, sudestada. Fuimos a la playa ventosa, buzo capucha, la arena golpeaba, el bañero firme en su trabajo se acercó dirigiéndose a mi marido, como corresponde, " la sudestada acerca el pescado," se le iluminaron los ojos a cornudin. Inmediatamente le dijo a mi hijo hoy seguro pescas!.
Con dos frases, me acomodo la tarde. Almorzamos, y los pescadores salieron rumbo al muelle. Yo salí a lo desconocido. Los veía alejarse por la playa, y lo veía a él, acercarse.
Con señas me marcó ir hacia el final de los balnearios. Hacia allí me dirigí, él me alcanzó y me fue arriando hacia los médanos, donde las plantas para fijarlos detienen el viento. Ahí nos detuvimos. Puso dos lonas y me invitó a sentarme. Se sacó el buzo exhibiendo su cuerpo bronceado y bien formado de los nadadores. Se sentó enfrentándome, su cara quedó de manera que casi sentía su aliento. Me sorprendió un instante, por lo rápido que íbamos, pero reaccione enseguida, a que había ido? ¡A cojer! Cerré los ojos y espere su lengua. Mientras nos besabamos me recosto, saco mi buzo. Se paró,me sacó el buzo y casi bruscamente me la hizo chupar. Sus manos apretaban mis tetas, y por momentos sostenía mi cabeza para cogerme la boca. Se fue relajando, fui poniendo resistencia, me ahogaba. Se acostó, saque mi bikini y lo monte. Ufff mis tetas galopaban a otro ritmo, sentía el miembro firme lubricado por mi flujito. Acabe y caí sobre él, que la saco y dándome vuelta me puso en 4 y empezó a bombearme!!! Me inundo el turro, la toalla estaba llena de arena mi cuerpo igual, un pastiche mezcla de lechita, flujo, transpiración arena y bloqueador. En las siguientes dos semanas tuvimos tres encuentros más.
4 comentarios - En la playa
gracias!
caliente....