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Mi primer cliente y mi primera vez

Esta es una historia prestada.

Mi nombre es Alejandra. Tengo 24 años. Fui prostituta durante 3 años de mi vida y esta es la historia de mi primer cliente y de mi primera vez.

Cuando estaba en la prepa mi vida amorosa y sexual se basaba en fantasías y sueños. Yo siempre fui la más chaparrita de mi grupo de amigas, digamos que me desarrollé tarde, a los 17 años tenía unas tetas pequeñas, apenas copa A, ya tenía un trasero bien definido con caderas marcadas, cuando usaba leggings para ir a entrenar me miraba al espejo y sentía que me veía muy bien a pesar de que el bra deportivo prácticamente me hacía ver completamente plana del pecho porque me pegaba mucho los senos. Aún así yo me sentía decente, eso claro hasta que llegaba al cole y veía a mis amigas, era el grupito popular, las altas, las chichonas, las más asediadas de la prepa. Todos los chicos iban tras de ellas, y hasta ahí es donde llegaba mi autoestima, porque todos las buscaban a ellas pero no a mi.

Conforme íbamos creciendo y saliendo más a fiestas y reuniones, los acercamientos a mis amigas iban en aumento, siempre después de clases nos quedábamos platicando sobre quién se veía más guapo, a quién se le marcaba más el paquete, a quién habían cachado viéndole las tetas o el culo a quien, quién le había dicho algo al oído o hasta atreverse a rozarle el culo a alguna, pasaban por detrás de ellas y les arrimaban el paquete al culo, las que tenían ya novio oficial platicaban de como se besaban y como las manoseaban, en las fiestas empezaron a meterse a los cuartos y cada historia que contaban iba subiendo de tono, a alguna ya le quitaron el bra, a otra le metieron la mano entre las panties y la dedearon, un día sin más empezaron a hablar de mamadas, de que tamaño era el pene de uno o del otro, de como se sentía tenerlo en su boca y como sabía el esperma espeso en su boca, hablaban de como rozaban sus penes en sus vaginas y un día ya estaban hablando de como las desvirgaron, sus primeras veces, las sensaciones, el dolor, cuánto duraron y hasta en donde se habían venido, en sus tetas, en su boca, dentro de su vagina.

A pesar de ser parte de su grupo yo pasaba desapercibida, pero todas esas historias a mi me excitaban demasiado, tanto que llegando a casa siempre iba directo a masturbarme, vivía solo a unas cuadras del cole, me iba caminando y como mis papás trabajaban yo me quedaba sola en mi casa 3 o 4 horas en la tarde, libre para meterme a bañar, quedarme desnuda en mi cama y recordar las historias de mis amigas, imaginarme siendo yo la que recibía una descarga de semen en mi boca y siendo penetrada por una verga dura y húmeda en mi vagina, me pasaba toda la tarde así buscando nuevas formas de tocarme, apretando mis pezones o usando mis almohadas a manera de hombre montándolas, disfrutaba mucho de eso y cuando me venía me quedaba tumbada un rato mientras chupaba mis dedos empapados en mis propios jugos vaginales. No me gustaba dedearme mucho porque tenía la fantasía de que lo primero que tuviera dentro de mi vagina fuera un pene erecto, caliente y mojado, cogiéndome por primera vez y recibiendo su esperma dentro de mi, así que solo me metía un dedo para sentir rico hasta venirme acariciando mi clítoris.

Así fue durante un tiempo, mientras yo solo fantaseaba, mis amigas pasaban por todos los chicos de la clase y hasta de otros salones y años, se habían vuelto todas unas putas, quien diría que el destino me daría una sorpresa.

Un día venía de regreso a casa y una cuadra antes había alguien estacionado en la esquina, no le di importancia hasta que salió un tipo y me habló por mi nombre. De inmediato lo reconocí, era Carlos, un amigo de mi papá, de su trabajo, lo conocía de años porque iba a reuniones en mi casa y creo hasta alguna vez fuimos a la suya a alguna fiesta. Me dijo que si me podía preguntar algo. Pensé que sería algún mensaje para mi papá o algo así pero me sorprendió que me invitó por un café, me dijo que en el camino me diría lo que quería preguntar.

Como le tenía confianza accedí incluso cuando se me hizo muy raro eso del café, pero como fuera no tenía ninguna razón para desconfiar de él. Me subí al coche y en el camino solo me preguntó cosas x, de la escuela de los chicos, de las vacaciones, cualquier cosa, llegamos al starbucks y pedimos en el auto, pensándolo después creo que se hubiera metido en un gran problema si hubiéramos entrado al local, arriesgándose a que alguien nos reconociera o peor, que adivinaran sus reales intenciones con una menor de edad.

Salimos y nos estacionamos por un parque, cuando nos quedamos sin tema de conversación terminé preguntando yo, qué es lo que me quería decir. Sentí mucho nerviosismo de su parte y después de una pausa empezó a soltarlo.

- Ale, la verdad es que me gustas mucho, desde hace un par de años te veo en las reuniones y me encantas, tu rostro, tu voz, tu cuerpo, he visto como te has desarrollado y me vuelvo loco pensando en ti, yo sé que está mal lo que voy a decir pero me encantaría estar contigo.

Escuchar sus palabras me sacaron de onda, no sabía donde meterme, me sonrojé y me puse muy nerviosa, nadie había dicho cosas así de mi, no sabía que decir y me quedé callada.

- A veces que estamos en tu casa hasta noche, tú bajas a la cocina por algo de tomar y pasas sin saludar, pero vas ya en tu piyama, tus shortcitos pequeños y una blusa delgada que se nota que no llevas nada debajo, eso me excita mucho siempre.

Si ya estaba nerviosa, esa frase me hizo sentir un calor recorrer todo mi cuerpo, en esas ocasiones que bajaba por agua con los amigos de mi papá en la sala, en efecto no llevaba nada abajo porque acababa de masturbarme y necesitaba rehidratarme. Bajaba sin panties con el short medio mojado y no saludaba para evitar que me vieran así. No sabía que me observaban y menos de esa manera.

- No te estoy invitando a salir conmigo, no sería posible, no te estoy pidiendo que seas mi novia, eso estaría mal, pero necesito que sepas como me siento, lo único que puedo ofrecerte es un trato, un convenio entre los dos.

Mi mente estaba por todos lados y mi cuerpo empezaba a reaccionar, el calor se sentía cada vez más y lo empezaba a sentir entre mis piernas, por primera vez alguien me decía que le gustaba, no solo eso, que me deseaba, que me le antojaba, me estaba empezando a sentir cachonda y al mismo consternada por lo que estaba a punto de decirme.

+ Qué clase de trato? No entiendo que me quieres decir.

- Bueno a mi me gustaría estar contigo, pero simplemente no podemos pasar por todo el proceso de salir, conocernos, ser novios y después ver que pasa, si lo quieres ver de cierta manera me gustaría brincarme todo eso y tal vez compensarte de alguna forma, darte algo para que no sientas que solo te quiero atacar y que no obtengas nada a cambio.

Yo ya estaba entendiendo, pero aún no lo podía creer, no solo era un tipo que me estaba diciendo que me desea sino que valdría lo suficiente como para compensarme, pero cómo? En tono juguetón y haciéndole entender que ya sabía de qué estaba hablando le dije

+ Estar conmigo cómo? Y qué me podrías ofrecer a cambio?

- Estar contigo es tenerte, que nos veamos una tarde como esta y que nos encerremos en algún lugar para estar juntos, para disfrutarnos y hacer cositas tú y yo, solos, desnudos, como amantes.

Sentía mi corazón latir cada vez más fuerte y mi vagina mojarse poco a poco, me estaba ofreciendo sexo, mi primera vez aunque seguro él no tenía idea de eso y además darme algo extra, a mi en realidad no me importaba el dinero, aún vivía con mis padres así que para mi el dinero era solo algo que pedía y me lo daban, pero en este caso se convirtió en morbo.

+ Pero cómo sería? Me pagarías? O me regalarías algo? - le dije ya más directo

- Pues si te regalara algo creo que sería más complicado, cómo ves si mejor te doy algo de dinero y así tú puedes usarlo para lo que quieras?

+ Y cuánto crees que valgo?

- Uff por lo que he visto ni siquiera podría ponerle precio, pero si te animas podríamos hablar de unos 2 mil pesos, y si nos acomodamos tal vez podamos vernos después igual. A mi me encantaría que no solo fuera una vez.

Igual para mi el dinero no importaba, pero para seguirle el juego y hacerla más difícil me aventé

+ Jajajaja cómo crees que 2 mil? Si vas tener esto no crees que vale más?

Mi cachondez se elevó al cielo, las imágenes de mis amigas empezaron a aparecer y recordé algunas técnicas que ellas usan, levanté un poco mi pierna y alcé mi falda para que viera mis piernas, abriéndolas un poco para que se le antojaran más, yo ya estaba muy mojada y para ser honestos hubiera estado increíble que me tomara justo ahí en su auto, pero quería seguir el juego.

- Wow! Bueno por supuesto que vale más, pero mira que te parece si acordamos 3 mil para nuestra primera vez y después podríamos llegar a algún otro acuerdo. Se me hace agua la boca de pensar en tenerte.

Un conflicto de intereses estaba en mi mente, por un lado quería bajarme las panties ahí mismo y decirle que me cogiera en su auto, por otro el morbo de que me pagara por sexo y hacerlo sufrir para obtenerme.

+ No lo sé, me siento mal, y si se entera mi papá? Y si pasa algo?

- Mira, para que te sientas más tranquila te voy a pasar mi número, ya sabes lo que quiero y lo que te ofrezco, el próximo jueves puedo salir igual a esta hora y pasar por ti igual, ya sé que tus padres llegan hasta la noche, podemos irnos a mi casa donde nadie nos molestará y estar ahí toda la tarde. Al final te llevo a tu casa y listo.

El hecho de planearlo me hizo pasar de cachondeo a nerviosismo porque se estaba convirtiendo ya en realidad, estaba por decirle que sí.

- Tú me mandas msj, si es un sí te veo en la misma esquina a la misma hora, si no me mandas mensaje de aquí al jueves ya sabré que fue un no.

Me pareció sensato y me estaba dando el poder de decisión a mi, así que accedí y sin decir mucho más me llevó a mi casa, justo antes de salir del auto me dijo

- Te podría dar un beso de despedida?

Hasta ese momento todo era hipotético, seguía siendo el amigo de mi papá, claro ahora ya sabía que era un morboso que me miraba el culo pero igual, solo el amigo, pero ahora al dejar que se acercara a mi y besarme de pronto en mi mente se convirtió en quien tomaría mi virginidad, en mi primera vez, en mi primer amante y sin saberlo aún, en mi primer cliente.

Entré a mi casa y fui al baño, tenía unas ganas enormes de orinar, mis panties estaban completamente empapadas, hasta la falda tenía una mancha, me asusté al pensar que tal vez había dejado una mancha de mis jugos en el asiento de su auto, pero de inmediato me excitó más de imaginarme si la vio.

Me puse el short y la blusa que usaba esos días cuando bajaba por agua y comencé a tocarme, nunca me había sentido tan mojada y estaba sumamente sensible, sentía como se me contraía el culo y sentía jalones dentro de mi como no había sentido antes, terminé viniéndome dos veces y con el short y la sábana todas mojadas, nunca me había venido así, me imaginaba a Carlos penetrándome, apretando y lamiendo mis pequeñas tetas, su pene hasta el fondo de mi garganta y me imaginaba su esperma escurriendo de mi vagina al final. Es una escena que aún uso cuando tengo tiempo y me quiero venir como se debe.

La semana pasó normal, mis amigas con sus historias y yo solo escuchado, solo que ahora en vez de masturbarme pensando en lo que les hacían a ellas, lo hacía pensando en lo que me iban a hacer a mi.

No le mandé mensaje sino hasta el día previo, con mucho nervio solo le puse

=+ Ok, te veo ahí mañana?

Después de unos minutos respondió

=- Genial, ahí te veo a la misma hora.


Creo que dejaré el relato de ese día para una segunda parte, si quieres escucharla dame unos días y la publicaremos aquí también. Por ahora solo quiero recordar mientras termino de tocarme en mi cama....

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