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Mi sobrina y su prima del pueblo 7

Mi sobrina y su prima del pueblo 7
Aclaración: El relato no es mío, pero me encanto y me pareció muy buena la historia.



De pensar en castigar a una, acabe sometiendo a una, y castigando a otra. Ahora me faltaba Claudia. Tenía trabajo hasta que se calmaran las aguas.
    Llegue a casa y Esther comía con Claudia, las dos más juntas de lo habitual. Las salude y me saludaron sonrientes. Me habían dejado comida y me senté con ellas, pero algo alejado.
Ellas se sorprendieron, y me veían cansado. Claudia me pregunto:
-¿Estas bien? te veo cansado.
-Si, lo estoy, y eso que anoche dormí bien.- le contesté.
-¿Y vosotras que tal? ¿Vais bien con los estudios? Os puedo ayudar si os hace falta. No solo estoy para follar -les solté mirando mi comida.
Se quedaron a cuadros, y Esther me dijo:
-Luego te enseño un trabajo y me dices, no lo veo claro.
-Claro cariño, déjamelo en mi mesa- le dije comiendo.
Claudia ya no podía más, se había olvidado de mi desde el día anterior, con la ayuda de Esther y los rotuladores, pero fue verme entrar por la puerta y volver a acordarse de nuestro “jueguecito”. Y me soltó de golpe:
-Ya que has sacado el tema, a mi no me has follado, y no soy lesbiana, soy bisexual- añadió muy digna ella.
Seguí comiendo, pensando mi respuesta, me hacía gracia lo enfadada que estaba, por nuestro “juego”. Acabé de masticar, bebi agua y le dije:
-¿ Ahora quieres que te folle? ¿Has cambiado de idea?, ¿o es porque no quieres ser la única? Explícamelo, porque ocasiones has tenido.
Claudia y Esther, mientras no decía nada, se imaginaron ya folladas encima de la comida. Esther se puso cachonda al imaginarlo, pero Claudia, como siempre no lo veía claro, no le puso cachonda la idea. Pero al escucharme contestar, se relajó y escucho.
-No quiero ser como Esther, a mi no me gusta eso. Me gusta el sexo normal.- me contesto algo apenada.
-Bueno, no te preocupes, no serás como Esther, pero te follare cuando me de la gana, y no por mucho que me zorrees o me lo pidas con los ojos.
Recogió su plato y se fue a la cocina enfadada, pero aliviada, por lo menos no la sometería.
-Pobrecilla, dale lo que quiere y asi se le pasan los celos- me pidió Esther cachonda.
La miré, le sonreí y le dije:
-Paso, prefiero dártelo a ti y que te escuche gritar y gozar.
Se le ilumino la cara, y asintió cómplice.
Recogí mi plato y mi baso, y fui a la cocina a dejarlos. Claudia llenaba el lavavajillas, y dejando lo que llevaba le plante mi paquete en el culo. Se quedo paralizada. Lo coloqué, me separé, y me fui a por mi café. Y ella siguio a lo suyo.
Ahora entendía lo que pasaría, la iba a poner cachonda, hasta que un día me decidiera, y al fin me la follara. No le pareció mala idea, e incluso se le mojo el coñito al pensar que le metería mano y le arrimaría la polla cada vez que pudiera, hasta que un día le follara por sorpresa.
Fumaba y tomaba café descafeinado, y la miraba descarado. Cada vez que se agachaba y veía su gran culo, mi polla tiraba de mí. Al rato estaba roja, pero tenia media sonrisa en la cara. Ella también podía jugar, y jugaría.
Abrió un armario de arriba y fue a coger algo, que no le hacía falta. Se estiraba y botaba mostrándome como le botaban las grandes tetas, libres bajo su camiseta. Seguía intentándolo, sabiendo que la miraba, y al final, me plante detrás, esta vez con la polla ya morcillona, se la empuje en su culo y le cogí lo que quería.
Lo miro y lo dejo en el mármol. Y abrió otro armario repitiendo la operación. Y le volví a ayudar esta vez chafando mi polla contra ella, aplastándola contra la encimera. Rio, pero no decía nada.
Me senté y la tercera vez no la ayude, la miraba haciendo botar sus tetas y su culo. Me acabé el cigarro y le dije:
-No hagas ruido, voy a dormir un rato.
-Vale, me dijo cachonda perdida.
Había pensado que, si la dejaba cachonda, se iría a follar con Esther, para desahogarse y no había problema. Siguio recogiendo y limpiando, imaginándose que me la follaba apoyada al mármol, estaba muy cachonda. Se seco las manos y fue a por Esther.
Tenía los pezones durísimos y el coño empapado. Paso al salón, y no estaba, fue a los baños y tampoco, y sonrió al pensar que la esperaba ya en la cama. Siguio por el pasillo y la oyó.
No la esperaba en la cama.
Después de dejar cachonda a Claudia y ponerme yo también cachondo, me felicitaba a mi mismo por no haberla follado y acabar con el juego. Pero Esther, esa mañana, me había ordeñado como hacía mucho tiempo, y le había prometido follarle el culo.
Me pare a su lado, le tendí la mano y se vino contenta a la cama. Me tumbe y me bajo los pantalones y los calzoncillos mirando mi polla crecer. Se puso de lado, dejándome su cuerpo a mano y empezó a mamar con calma.
Le acaricie desde su nuca hasta su culo, bajando por sus rajitas, y pase a sus tetas colgando libres. Se las sobé y volví a empezar. Le cogía la nuca y le marcaba el ritmo. Bajaba por la espalda a su culo, se lo pellizcaba y pasaba por su coñito empapado, subiendo a sus pechos otra vez.
Ella gozaba con mis manos por todo su cuerpo y hacia hueco en su garganta tragando cada vez más polla. Ya no le dolía, y le daba placer sentir como le follaba la boca.
Le empecé a follar los dos agujeros a la vez y empezó a gemir. Esta vez no tenia que aguantarse, y pensaba en Claudia cuando la oyera, y cuando nos viera. Estaba a mil Esther “la sumisa masoca”.
-¡Mmmmh! ¡Aaaaagg! ¡Aaaaagg! ¡Mmmmh! – gemía ya con dos dedos en cada agujero y un pezón estirado con rabia por mi otra mano.
-¡Mmmh! Si, asi perra, un poco más y te dejare clavártela a tu gusto ¡Aaaaaj! ¡Joder que mamadas haces puta! ¡Aaaaajj! ¡si, asi joder toda! ¡Mmmmh! ¡Oooojj! -le decía gozando.
Mi palma ya chocaba con su coñito y sonaban palmas rápidas, mientras mis cuatro dedos le entraban y salían con suavidad. Esther gemía como una loca y ya se había corrido una vez, sin pedirme que parara, ni dejar de mamármela.
Le cogí de los pelos y la atraje de espaldas, me ofreció su culo ansiosa. Me tumbé y le dije:
-Follátelo tu sola perra, haber como te botan esas tetas tan bonitas que tienes.
Y se la llevo a su culito plano bajando y metiéndosela mientras gritaba y gozaba.
-¡Aaaaajj! ¡Mmmmmh! ¡Aaaaajj! ¡Aj! ¡aj! ¡Aj! ¡Aj! ¡Mmmmh! Me llenas mi amo ¡Aaaaajj! -decía mientras botaba y se la iba clavando más.
Claudia ardía viéndonos, se apretaba el coñito con rabia metiendo su pantaloncito y sus braguitas en su entrada. Veía claramente como Esther se metía mi polla por el culo, gozando y gritando mientras se follaba a su gusto. Se acordó del rotulador, y de como al final le dio placer follarse su culo con él, y empezó a pensar que no era tan malo ser sometida. Pero no se atrevía, siempre indecisa, Claudia se quedaba a un paso de la gloria.
-¡Mmmh! ¡Asi, asi, métetela toda puta! ¡Aaajj! Culo plano tragón ¡Mmmmh! ¡sigue, sigue perra! ¡Aaajj! Ya casi la tienes toda ¡Mmmmh! -le decía abriéndole los cachetes del culo mientras me cabalgaba y gritaba.
- ¡Aj! ¡Aj! ¡Aj! ¡Aaajj! ¡Mmmmh! ¡Aaaaajj! Si, mi amo, la tengo ¡Aaajj! ¡Mmmh! ¡Ya está, ya está! ¡Aaajj! ¡Me parte, me parte! ¡Aaajj! ¡Mmmmmh! ¡Aj! ¡Aj! ¡Aaaaaaajj! ¡Aaaaaaajj! – me gritaba Esther volviéndose a correr, esta vez más intensamente.
Se apretaba los pechos con rabia y seguía botando sin parar mientras le recorría un rayo desde su coñito hasta la nuca, gozaba y no quería parar, aunque su coñito protestaba, y su culo luchaban por expulsarme.
-¡Aguanta, aguanta, que ya estoy! ¡Mmmmh! ¡Aaaaah! No te escaparas perra ¡Aaaaajj! ¡Asi, asi, ya viene! ¡Aaaaaah! ¡Toma, toma mi lefa perra! ¡Aaaaj! ¡Siii, joder que gustazo puta! ¡Mmmmh! ¡Oooooj! – le decía agarrado a sus caderas al notar que temblaba y se corría, y su culito me intentaba expulsar la polla.
Esther ya no controlaba nada, se corría mirando al techo agarrada a sus tetas y me decía:
-¡Aaaajj! ¡Si, la noto mi amo! ¡Aaaajj! ¡me quema! ¡Mmmmmh! ¡Siiii! ¡Gracias mi amo! ¡Aaaaajj! Que placer ¡Mmmmh! ¡Asi, toda, suéltala toda! ¡Aaaaajj! ¡me encanta! ¡Mmmmh!- me respondió Esther, dejándose caer con la cabeza entre mis piernas, y con mis manos agarrándola, follandola bien cogida con fuerza, y manejándola a mi gusto, mientras se lo soltaba todo en el fondo.
Claudia estaba apoyada en la puerta mirándonos, corriéndose también con tres dedos en su coñito y un pezón pellizcado en la otra. Le daba igual que la estuviéramos viendo e ignorando. Ella se corría imaginando que era Esther.
Le fui sacando la polla, con algo de sangre y me lo agradeció gimiendo, acurrucada entre mis rodillas y saltando por los espasmos. Salió toda y se dejo caer de espaldas a mi lado resoplando.
Estuvimos un rato tomando aliento y me apiade de ella, vale que le ponía mucho el dolor, pero se merecía que le ayudara a que se le pasara un poco.
Me Levante, subí por sus largas y delgadas piernas, y llegue a su coñito empapado. Le abrí los labios y se lo lamí con cariño, poco a poco. Empezó a reír y gemir, dando saltitos y a olvidar un poco su dolor en el culo. Se dio cuenta de mi detalle y me empezó a acariciar la cabeza, dejándome hacer.
Claudia acabo, y se fue a la ducha. Había sido un espectáculo y se calentaba otra vez al recordarlo. Giro el mando y le salió el agua fría. Resoplo por el golpe de frio y se aguanto bajo el agua a que su coñito dejara de pedir guerra.
Después de dejar el coñito de Esther bien seco y ella dormida, mire la hora y salte de la cama. Cogí unos calzoncillos y fui a la ducha. Claudia se sorprendió, y antes de que pensara que iba por ella, le dije:
-Las chicas, llego tarde joder. Y pase a su lado abriendo el grifo y lavándome básicamente los sobacos, la cara y la polla.
Claudia me miraba bajo el agua y admiraba mi cuerpo mojado. Acabé enseguida, y la vi sentada con la toalla abierta mirándome. Me pare delante suya y le dije:
-Hasta, luego- dándole un golpe con mi polla morcillona a cada teta.
Reímos los dos y me acabe de vestir con mi móvil sonando.
-Ya voy, perdona cariño, Esther que tenia un problema- le dije sonriendo a mi reflejo en el espejo del ascensor.
Llegue y estaban abrazadas muy cariñosas como cualquier pareja de lesbianas. Saltaron y me besaron una tras otra.
-¿Quién es? ¿es del bloque? Creo que en el segundo hay una que se le parece.- pregunto mi sobrina ansiosa.
-Que no tía, que es de la universidad, alguna nueva amiga de tu prima- le dijo Sonia.
-Frio, frio -les dije.
-¡Va, danos una pista! – suplico Sonia.
-Mejor veis el video completo en casa y salís de dudas- les respondí
-Joder si, no veas la caña que le dabas, ¡Buff! -resoplo mi sobrina volviendo a buscar los trozos de video que les mande.
Sonia puso la cabeza en su hombro, le paso una pierna encima y los volvieron a ver. Se calentaban, y más sabiendo que lo verían entero. Y yo las veía por el retrovisor con mi polla dolorida resucitando.
-¡Joder, la conocemos! ¡Por eso no tiene audio! – soltó la inteligente Sonia mirándome por el retrovisor
- Punto para ti cariño- le dije sonriéndole por el retrovisor.
-Pues será la que dices del segundo, pero yo no caigo- dijo Sonia a mi sobrina.
-Es que solo la he visto un par de veces, pero podría ser- me dijo mi sobrina buscando mi afirmación.
Pero les volví a decir que no.
Iban intrigadas y volvían a mirar el video, pausándolo y buscando reflejos y pistas. No podía creer que no se plantearan que fuese Jenny. Y reía al verlas “Investigando”
Entrabamos al parking y cuchicheaban algo. Tenía la polla dolorida, pero espere a ver con que me sorprendían.
Aparque, heche el freno de mano y apague el motor. Y al soltarme el cinturón de seguridad, Mi sobrina más fuerte, me agarro el brazo con fuerza y Sonia paso delante rápida. Me reía y las dejaba hacer. Mi sobrina, agarrada a mi brazo con las dos manos, se acercó, me lamio el cuello, y me dijo al oído:
-Vas a confesar. – Y me gire besándola.
Sonia ya me había sacado la polla y me la comia con rabia.
-¡Mmmmh! Cuidado, cariño que la tengo dolorida- le dije.
Y chupo con más fuerza.
Mi sobrina mordiéndome ahora la oreja, al oírme quejarme, me dijo al oído con voz de violadora cachonda:
-Pues confiesa, y seremos cariñosas.
-¡Mmmh! Sonia no seas mala ¡Aaaaj! -le dije algo dolorido.
Mi sobrina me besaba y lamia el cuello, mientras me pellizcaba los pezones con fuerza.
-¿Quién es? Habla mi amo- me dijo mi sobrina.
-¡Mmmh! ¡Aaaah! Pues ¡Aaaah! Joder Sonia que bien ¡Aaaah! Pues ahora os quedáis sin video ¡Aaaah! -les dije, ya sin notar dolor y gozando de la boquita de Sonia.
-¡Para! ¡Para Sonia que lo dice de verdad! – le advirtió mi sobrina empujándole.
Sonia reía con mi polla en la boca y decía que no con la cabeza. Estaba entregada a su labor y no hacía caso.
-¡Mmmh! Si, asi sigue ¡Aaaah! Joder como aprende mi canija ¡Aaaaah! ¡Mmmmh! Sigue, sigue -le decía agradecido.
Mi sobrina le dijo un par de veces más que me soltara la polla, pero ya vio que estaba desbocada, y no pararía hasta tener mi lefa en su boquita. Se metió entre los asientos y me empezó a comer un pezón y a acariciarme el otro.
-¡Mmmh! ¡Ooojj! Asi, asi muy bien cariño ¡Mmmmh! Trágatela más ¡Mmmmh! Ya casi estoy ¡Aaaah! – le decía a Sonia.
Mi sobrina me cogió la mano y se la llevo a su coñito, pero le pellizque en el muslo y me la aparto. Se puso más cachonda al saberse castigada y me mordía el pezón con rabia, para luego lamerlo con cariño.
Sonia también me busco una mano para llevarla a su cabeza y que le follara la boca a mi gusto, pero vio que no la dejaba cogérmela y sonrió al saberse también castigada y aumento el ritmo de la mamada más cachonda también.
-¡Aaaajj! Ya vine, ya ¡Mmmmh! ¡Asi, joder! ¡Mmmmh! Traga, traga cariño ¡Aaaajj! ¡Mmmmh! ¡Buuuf! Que gustazo ¡Mmmmh! Como sabe mi canija ¡Ooooj! – le decía agradecido mientras tragaba y aflojaba el ritmo.
Mi sobrina, muy caliente, me ofrecía un pecho y yo le apartaba la cara sonriéndole. Se enfurecía, y frotaba su pezón contra el mío notando gustito y sonriéndome picara.
Sonia acabo, vio que ya no salía nada, y se sentó limpiándose las babas con una servilleta.
Mi sobrina enfadada me dejo y se sentó poniéndose bien la camiseta.
Se quedaron calladas, pero Sonia sonreía.
-Yo se quién puede ser- dijo.
La mire y le indique que no con los ojos. Me devolvió la sonrisa y dijo:
-Es Jenny, ya lleva días con la puta de Luci en el mismo sitio cuando llegamos. Y por el cuerpo del video es ella.
Mi sobrina tenia los ojos abiertos mirándome por el retrovisor y dijo:
-¡¿Ella?! ¡¿Esa puta pija?! Esto no es lo que planeamos joder- dijo enfadada.
Ya no lo podía negar, y me sorprendió Sonia y lo lista que es.
-Primero veis el video, y luego me pegas bronca si quieres. Pero estáis castigadas, eso también os digo.
Y sin decir nada subimos a casa.
Claudia y Esther estudiaban tranquilamente y nos saludaron sin levantar la vista de sus tareas.
-Muy bien, asi, aplicadas- les dije pasando a mi habitación a ponerme más cómodo.
Las chicas no tenían problema, se quitaban los pantalones y el calzado y se sentaban en sus sitios sacando sus portátiles. Deseaban ver el video, por mi comentario sabían que Jenny no lo paso tan bien como parecía. Por lo menos al principio.
Pase junto a ellas. Claudia y mi sobrina eran las que estaban más cerca de mi paso, y les pellizque los culos a las dos diciéndoles a todas:
-A estudiar, no vengáis a distraeros que se acaba el trimestre.
Y no dijeron nada, siguieron a lo suyo.
Me tome una cerveza tranquilo, atusando mi polla otra vez dolorida y sonriendo con lo diferentes que son mis chicas y lo bien que se complementan.
-Por lo menos pide la cena, que tenemos que “estudiar”- me grito mi sobrina con sorna.
-¿pizza o chino? – les dije
Sonaron más voces de pizza, que de chino, y dije:
-Pues ensaladas y pescado a la plancha.- les dije riendo todas.
No se comen esas guarrerias entre semana y lo sabían.
Vino mi sobrina a por algo de beber y se hacia la enfadada, pero no me podía engañar. Su sonrisa oculta la delataba. Bebió agua y se dejo caer un poco en su camiseta. Se limpio la barbilla mirándome, y volvía al salón. Pero sabía que la atraparía.
Se dejo hacer y se quedo entre mis piernas con mis manos en su barriga de acero.
-Cálmate ya, es la segunda vez que te digo que te estas desbocando. ¿hay algo que no sepa? ¿dime?- le pregunte como su tío, no como su amo.
Se quedo callada unos segundos, y acariciando mis piernas me dijo:
-Me jode que algún día esto se acabe, o que cambie y no sea lo mismo.
-¡Aiiins mi niña! No pienses en eso, es como estar pensando que algún día te morirás joder- le explique.
-Ya, si es qué sé que es inevitable, pero se me pasa, y me vuelven esos pensamientos. -me explico apenada.
-Sera la regla, no se. Pero si quieres vamos a un especialista. La mía me ayudo mucho en su día.- le ofrecí.
-No estoy tan mal, pero Sonia si podría ir- y reímos los dos.
-Anda ve, y no te guardes nada que me pone triste que me apartes- le dije
Me agarro las piernas, las apretó contra ella y me dijo:
-Si, si, me aparto- y se fue, riendo los dos, y moviendo su culo para mi sonriéndome.
Si hubiéramos estado solos, como ya hacia más de un mes, le habría comido el coñito, y se le hubiera pasado la depresión de golpe, pero ahora éramos muchos. Pensé resignado.
Llego la cena y la recogió Claudia, al repartidor le llegaba la mandíbula hasta el suelo y sonreía como un tonto. Claudia se sintió muy alagada, no le solía pasar eso con los chicos, y llego a la cocina con las bolsas sonriente.
-Qué sonrisa, ¿te has ligado al repartidor? -le pregunte extrañado.
-¡Jajaja! ¡no, que va! Pero hubiera podido -me dijo cómplice.
-Pues lígatelo, y le das caña joder, que la vida pasa volando- le anime.
Dejo las bolsas en la mesa, muy cerca de mí, y me sonrió picara diciéndome:
-Estoy esperando que me den caña, luego ya me lo ligare.
-Muy bien, asi se habla. Ya veo que te vas soltando.- le felicite.
Siguio sonriendo contenta.
Deshacía los paquetes, y repartía la cena en los platos. Y yo le miraba su perfil, admirando su cuerpo de chica “Curbi”, como las llaman ahora. Y ella se empezó a sonrojar, recordando nuestro nuevo juego.
Me levanté y me puse detrás, pegándole mi polla dolorida al culo, y cogiéndole de los pechos. Soltó lo que estaba haciendo y se quedó quieta.
-Sigue, las chicas tienen hambre -le dije metiendo mis manos bajo su camiseta y acariciando sus grandes pezones, que me recibieron duros y contentos.
Siguio repartiendo, y respiraba agitada. Notaba mi polla en su culo y recordó a Esther recibiéndola toda, gozando como una perra. Quería acabar y llevar un par de platos, pero también quería que le bajara el pantaloncito y las braguitas y le follara el culo ya de una vez.
Su culo le hizo caso, y lo empezó a mover arriba y abajo notando mi polla ya morcillona recorrer su raja. Yo le sobaba los enormes pechos y le besaba el cuello dejándola que se frotara y se calentara más.
Claudia se puso a mil, nunca le habían sobado las tetas unas manos tan grandes y calientes, y gozaba como yo se lo hacía. Se froto con más fuerza y Sonia la fastidio.
-¡Tito mírame esto que ya estoy, creo! – me grito sabiendo que estaría atacando a Claudia.
Agarre los pezones de Claudia, los estire con fuerza, soltó un gemido agradecida, le mordí el cuello y me separe diciendo:
-¡Voy cariño! -y fui al salón con mi polla bamboleante medio morcillona.
Claudia suspiro agradecida, estaba a punto de suplicarme que me la follara, ya no aguantaba más. Se quedo apoyada a la mesa, se felicitó por aguantar y no suplicarme. Se recompuso, bebió agua y siguio con el reparto.
Sonia me miraba el rabo danzar y rio picara. Me esperaba al lado de mi sillón mirándome cómplice. Me senté sonriéndole, y se sentó en mi pierna.
-Vamos a ver que has hecho- le dije.
Esther ya hacia rato que tenia dos dedos de mi sobrina maltratándole el coñito y disimulaban. Pero cuando la mire y le vi la cara, mire a mi sobrina y vi que su brazo bajo la mesa estaba muy bajo. Ella seguía con sus tareas como si nada.
Supongo que, al ser mujer, podía hacer las dos cosas sin despistarse.
Pero estaba castigada.
-Vero, a ver cómo vas- le dije reclamándola.
Suspiro, al saberse descubierta, y saco con rabia los dedos de dentro de Esther, esta dio un saltito y vino a mi lado limpiándoselos en la espalda de Esther.
Me giro el sillón, y se apoyó en Sonia, que la recibió abrazándola. No se quería bajar, mi mano en su culo era una droga, ya a estas alturas para las dos.
-Mírate esto, y ya estas -le dije a Sonia.
Cogió la libreta, pero no se fue. Mi sobrina me dio la suya y acaricio los brazos de Sonia esperándome.
-Bueno, esta bien. Parece que estar enfadada te va bien -le dije pellizcándole un pecho.
Rieron las dos y se fueron a acabar la tarea.
Cenemos charlando tranquilos y sosegadas. Algunas se quedaron en la mesa y otras fueron al sofá. Yo Sali a la terraza y ya notaba como se iba el verano. Se acabarían las prendas cortas, transparentes y me fastidiaba. Suerte que calefacción si tengo, pensé aliviado.
Salió Esther con su coñito empapado, diciendo que hacía más fresco. Se apoyo a mi lado y no dijo nada.
-Si te toca alguna de las dos, la apartas y les dices que están castigadas -le ordene.
-Si, mi amo- me dijo obediente.
La abrace y la acerque para darle calor, la pobre tenia los pezones como escarpias por el fresco.
-Se va el verano- le dije apenado.
-Si, ya no iremos tan frescas- me dijo riendo.
-Por casa si, ya os pondré la calefacción a tope- le respondo riendo los dos otra vez.
-Que pillo eres, jajaja -me dijo.
-Vamos dentro que nos vamos a resfriar – le dije ya notando más frio.
Se dio la vuelta y le pegue en el culo diciéndole:
-Este culo plano sabe más que muchos- y se giró mirándome viciosa.
Estaban en el sofá de charla, parece que mis chicas se resignaron y optaron por pasar la velada tranquilas. Pero Esther y Claudia cada vez estaban más acarameladas, con Esther entre los brazos de Claudia, cada vez ocultaban menos lo suyo. Pero a mis chicas no les sorprendió.
Ellas follaron en su habitación, jugando con los rotuladores, y se las oía en el silencio. Mis chicas desprendían fuego por sus pechos y sus coñitos, abrazadas a mi en la cama. Soltaron algún suspiro y Sonia me frotaba su coñito contra la cadera reclamándome, pero le pellizque el culo, refunfuño y se acomodó para dormir.
Mi polla esperaba que cambiara de opinión, pero también me agradeció un descanso. Estaban castigadas y además se habían quedado sin ver el video.


Continuará.


Autor: CacharroLoco 


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