Mi hermana milf me usa para satisfacerse. Parte8
En este tiempo que estuve sin subir nada, me invadió una profunda nostalgia generada por la trampa de los recuerdos de la hermosa relación que tenia con mi hermana. Hoy en día solo queda eso, recuerdos, ya que para bien o para mal, lo que alguna vez viví con ella terminó, por razones que mas adelante contaré. Sin embargo, trato de tener siempre en mi cabeza lo mejor de todo lo que vivimos los dos.
Sin dudas lo mejor que vivimos era esa calentura que se generaba entre los dos al mínimo roce que tuviéramos.
Pasados los días, tengo que admitir, en mi creció un sentimiento que no dudaré en llamar amor. Si bien yo ya sentía que quería a mi hermana, el poco tiempo que la conocía no dejaba que ese sentimiento fuera mas fuerte en lo fraternal. Luego vino la pasión y la locura, lo que hizo que ese cariño por mi hermana se deformara totalmente y se transformara en deseo. Pero a medida que pasaba mas tiempo y mas momentos juntos, ya no era solo deseo lo que sentía por ella, era amor. Un amor loco que nunca había sentido. Supongo que era un poco obvio, al fin y al cabo había de por medio una relación de sangre, creo que eso facilitaba el sentido del amor. Pero, además, ocurre que las mujeres maduras saben amar y hacerse amar muy fácil, y mas si tienen hijos (mi hermana podía ser mi madre por la edad). Nunca había estado con una madura, nunca había tenido incesto, y para ser la primera vez de esas cosas, me estaba gustando demasiado.
El amor no apagaba el deseo, al contrario, avivaba ese sentimiento, y casi sin darnos cuenta nos descuidábamos terriblemente en publico, sin importar el riesgo que representaba. Apenas nos veíamos nos abrazábamos y, lo mas disimulado posible, apretaba el culo de mi hermana.
Gozaba esos momentos como no se imaginan. Ocurría que a veces estaba mi vieja y nuestro papá en la misma sala que nosotros, pero cualquier descuido era motivo para besarnos y acariciarnos, o si ella estaba de espalda le pegaba una linda apoyada.
Un día mi sobrina tenia una fiesta de 15 y me pidió que la acompañara, pero no quería que nadie vaya a pensar mal de mi y mi querida sobrinita, por ella no sentía nada fuera de lo fraternal, como si por su mamá. Entonces le conté que pensaba, y le plantee que era mejor que vaya con su mamá.
-Pero mi mamá no va a querer que me quede.
-¿Por que? -le pregunté.
-No le gusta que tome, yo sé que vos me vas a bancar a la salida.
-Bueno, entonces yo voy con vos y tu mamá, te dejamos en la puerta y yo la llevo por ahí, te dejamos sola. Cuando salgas te paso a buscar. -me pareció una muy buena idea.
-Bueno! -dijo mi sobrina al instante- Confió en vos.
Por la noche las pasé a buscar y nos fuimos al salón donde era la fiesta, el cual quedaba en el centro de la ciudad. Ellas no vivian tan lejos entonces decidimos caminar. Mi sobrina llevaba sus zapatos para la fiesta en la mano y tenia puestas su zapatillas, mi hermana llevaba puesta una remerita finita y suelta color azul oscuro, muy bonita, y unos jeans ajustaditos que levantaban bien ese culito que tanto me encantaba. En el camino me encargué de convencer a mi hermana de dejarla a mi sobrina e ir por ahí a estar solos, no fue tarea difícil, si bien al principio no le parecía, cada que mi sobrina se descuidaba le susurraba cositas a mi hermana y le acariciaba la espalda, lo cual la terminó por convencer.
Dejamos a mi sobrina en la puerta del salón y nosotros nos fuimos a andar por ahí. Me hubiese gustado decirle a mi hermana "vamos a un hotel", pero no tenia dinero, y ella tampoco. Entonces, solo caminamos por el parque que estaba cerca, tratando de encontrar el banco ideal para besarnos y de paso manosearnos sin que nadie nos viera. Es un parque muy grande, por lo que no había tanto riesgo, además estaba casi vacío, la mayoría de las personas estaban en bares o en los boliches. Mientras toda la ciudad bailaba, tomaba y se reía en compañía de amigos, dos locos unidos por la sangre se olvidaban de todo y daban paso al amor y la pasión.
De un momento a otro, ya estaba metiéndole mano en la concha como loco. Ella estaba encantada, no le preocupaba absolutamente nada, eso me excitaba mas y no me dejaba parar de toquetearla.
Sus gemidos de placer endulzaban mis oídos y me hacían desearla locamente. Para colmo me empezó a tocar la pija con encima del pantalón, era una locura, sentía que iba a venirme en ese mismo momento. Por suerte (o no tanta), se detuvo, y me miró para decirme que vayamos a algún lugar a hacer el amor. Tiré un par de ideas, pero al ser lugares públicos, nada la convenció, para colmo aparecieron unos policías que estaban dando vueltas por el parque y a los dos nos entró el temor. Decidimos irnos cada uno a su casa.
Sin embargo, nada ni nadie nos detenía, cada vez que encontrábamos algún hueco para darnos un poquito de amor, lo aprovechábamos al máximo. No importaba el lugar, la hora, ni quien estuviera cerca. Por momentos era bastante peligroso, un par de beses me intentó besar en la boca en frente de sus propios hijos, después se daba cuenta y se reía pícaramente mientras mi miraba. Nos dábamos cuenta que estábamos jugando con fuego, pero me sorprendía bastante que nadie parecía sospechar y, en efecto, nadie sospechaba.
Otro día mi sobrina quiso hacerse un tatuaje, pero sus padres se opusieron. Mi sobrina me pidió que convenza a su mamá par que la deje tatuarse, y lo hice pegándole una cogida que la dejó tirada en la cama (y que otro día relataré). Mi hermana se puso del lado de su hija, pero mi cuñado no estaba de acuerdo, no entendía como mi hermana había pasado del "no" al "si" tan fácil. Luego de mucho insistir de mi sobrina, su papá acepto con la condición de que mi hermana se tatuara también. Obviamente ella se opuso rotundamente, por lo que mi sobrina recurrió otra vez a su tío para convencer a mami. Su tío recurrió a hacerle el amor a su mamá, otra vez. Finalmente accedió. Como yo ya tenia tatuajes, les recomendé el tatuador al que iba. Les saqué el turno y me comprometí con ella de acompañarlas.
El día de la sesión llegué tarde por que en ese momento ya estaba trabajando y salía justo a la hora que era el turno. Pasé al tatuador, que tenia las camillas donde atendía a sus clientes y la sala de espera separadas por una pared de durlok. Pero la música sonaba a todo dar. Encontré a mi hermana leyendo una revista y con cara de que lo que estaba por hacer no le convencía nada. La saludé rápidamente y pasé a saludar al tatuador y a ver como iba con mi sobrina. Su tatú no era la gran cosa y era en el brazo, no suponía mucho tiempo, pero cuando llegue, recién estaba por empezar a trabajar, ya que modificó un par de cosas por que el diseño no la convencía a mi sobrina.
-Te dejo trabajar tranquilo -le dije al tatuador después de saludarlo a el y a mi sobrina.
Volví a la sala de espera y mi hermana estaba cruzada de piernas y brazos mirando al horizonte. Me quedé mirandola un rato hasta que me devolvió la mirada. Le sonreí y me dijo: "¿que pasa amor?" sin decir nada me le abalancé y entramos a comernos la boca como dos desesperados.
Esta vez, ayudados por la música y el apenas perceptible ruido de la maquina tatuadora, no tuvimos miedo alguno de empezar a subir la temperatura de los besos y caricias.
El local quedaba en el piso de arriba de otro local, el cual tenia unas escaleras al estudio del tatuador, esas escaleras eran bastante ruidosas, por lo que si alguien subía, nos dábamos cuenta al instante y el ruido de la maquina del tatuador nos advertía si paraba, lo cual era una señal de alarma. No tardé en descubrir las tetas de mi hermana para chuparlas como tanto me encantaban y ella tanto la excitaban.
Ninguno de los dos podía detenerse. Para colmo ella empezó a gemir bastante, aunque no fuerte, y al escuchar esos susurrados alaridos de placer, sentí que no podía resistir mas. Me senté al lado de ella y saque la verga para que ella la tomara y me diera placer con su boca.
Estaba disfrutando de lo mejor aquel rico pete de mi querida hermana. Mientras me la chupaba empezó a masajearme las bolas.
Y en cuestión de unos minutos terminó recibiendo mi leche calientita en su boca.
Ahora era momento de ella de disfrutar, y si había algo que la excitara mas que mis caricias o la chupada de tetas que le daba, era que le tocara la concha.
Desabroche su pantalón y metí mi mano en su concha rasurada. Primero mis dedos jugaron con su clítoris y después se metieron en su vagina para hacerle el famoso "vení", que hacia siempre que se retorciera de placer y, al cabo de unos minutos, acabar.
Cuando estuvo cerca de acabar, sacó mi mano y me pidió que parara. Puse cara de decepcionado, pero ella paso directamente a desnudar su torso para mí. Era muy arriesgado lo que estaba haciendo, pero no la detuve, dejé que me entregara esas tetas para mí.
Como siempre manosee sus pechos, pero no me dejó chuparlos.
Se dio la vuelta, poniéndose de espaldas a mí. Le acaricie la espalda desde abajo hasta la nuca.
Se bajó el pantalón y me dijo suavemente: "no hagas mucho ruido, amor". Saqué mi verga y se la mandé hasta el fondo muy lentamente.
No sé como fue el momento mas loco donde hayan tenido sexo ustedes, pero el mío fue en el estudio de un tatuador mientras mi sobrina se estaba tatuando del otro lado de una débil pared... Ahhhh!... Y con mi hermana mayor...
Le acabé adentro justo en el momento que la música se detuvo y pudimos escuchar al tatuador decirle a mi sobrina: "ya casi terminamos". En ese momento volvimos a la realidad. Saque mi verga del interior de mi hermana y la limpié un poco con unas toallitas húmedas que ella me dio. Me subí el pantalón y fui a ver como iba el trabajo, dejando que mi hermana se vistiera. Cuando estaba lista, pasó del lado donde estábamos esperándola por que era su turno, actuando como si nada hubiera pasado, pero ahora, mas segura de tatuarse. Hacer el amor con su hermanito la hacia sentirse segura y muy feliz.
Parte 6:
http://www.poringa.net/posts/relatos/5208535/Mi-hermana-milf-me-usa-para-satisfacerse-Parte6.html
Parte 7:
http://www.poringa.net/posts/relatos/5209690/Mi-hermana-y-yo-cogiendo-mientras-mis-sobrinos-jugaban.html
Parte 9 (NUEVO):
http://www.poringa.net/posts/relatos/5416831/Mis-viejos-duermen-mi-hermana-me-coge.html
En este tiempo que estuve sin subir nada, me invadió una profunda nostalgia generada por la trampa de los recuerdos de la hermosa relación que tenia con mi hermana. Hoy en día solo queda eso, recuerdos, ya que para bien o para mal, lo que alguna vez viví con ella terminó, por razones que mas adelante contaré. Sin embargo, trato de tener siempre en mi cabeza lo mejor de todo lo que vivimos los dos.
Sin dudas lo mejor que vivimos era esa calentura que se generaba entre los dos al mínimo roce que tuviéramos.
Pasados los días, tengo que admitir, en mi creció un sentimiento que no dudaré en llamar amor. Si bien yo ya sentía que quería a mi hermana, el poco tiempo que la conocía no dejaba que ese sentimiento fuera mas fuerte en lo fraternal. Luego vino la pasión y la locura, lo que hizo que ese cariño por mi hermana se deformara totalmente y se transformara en deseo. Pero a medida que pasaba mas tiempo y mas momentos juntos, ya no era solo deseo lo que sentía por ella, era amor. Un amor loco que nunca había sentido. Supongo que era un poco obvio, al fin y al cabo había de por medio una relación de sangre, creo que eso facilitaba el sentido del amor. Pero, además, ocurre que las mujeres maduras saben amar y hacerse amar muy fácil, y mas si tienen hijos (mi hermana podía ser mi madre por la edad). Nunca había estado con una madura, nunca había tenido incesto, y para ser la primera vez de esas cosas, me estaba gustando demasiado.
El amor no apagaba el deseo, al contrario, avivaba ese sentimiento, y casi sin darnos cuenta nos descuidábamos terriblemente en publico, sin importar el riesgo que representaba. Apenas nos veíamos nos abrazábamos y, lo mas disimulado posible, apretaba el culo de mi hermana.
Gozaba esos momentos como no se imaginan. Ocurría que a veces estaba mi vieja y nuestro papá en la misma sala que nosotros, pero cualquier descuido era motivo para besarnos y acariciarnos, o si ella estaba de espalda le pegaba una linda apoyada.
Un día mi sobrina tenia una fiesta de 15 y me pidió que la acompañara, pero no quería que nadie vaya a pensar mal de mi y mi querida sobrinita, por ella no sentía nada fuera de lo fraternal, como si por su mamá. Entonces le conté que pensaba, y le plantee que era mejor que vaya con su mamá.
-Pero mi mamá no va a querer que me quede.
-¿Por que? -le pregunté.
-No le gusta que tome, yo sé que vos me vas a bancar a la salida.
-Bueno, entonces yo voy con vos y tu mamá, te dejamos en la puerta y yo la llevo por ahí, te dejamos sola. Cuando salgas te paso a buscar. -me pareció una muy buena idea.
-Bueno! -dijo mi sobrina al instante- Confió en vos.
Por la noche las pasé a buscar y nos fuimos al salón donde era la fiesta, el cual quedaba en el centro de la ciudad. Ellas no vivian tan lejos entonces decidimos caminar. Mi sobrina llevaba sus zapatos para la fiesta en la mano y tenia puestas su zapatillas, mi hermana llevaba puesta una remerita finita y suelta color azul oscuro, muy bonita, y unos jeans ajustaditos que levantaban bien ese culito que tanto me encantaba. En el camino me encargué de convencer a mi hermana de dejarla a mi sobrina e ir por ahí a estar solos, no fue tarea difícil, si bien al principio no le parecía, cada que mi sobrina se descuidaba le susurraba cositas a mi hermana y le acariciaba la espalda, lo cual la terminó por convencer.
Dejamos a mi sobrina en la puerta del salón y nosotros nos fuimos a andar por ahí. Me hubiese gustado decirle a mi hermana "vamos a un hotel", pero no tenia dinero, y ella tampoco. Entonces, solo caminamos por el parque que estaba cerca, tratando de encontrar el banco ideal para besarnos y de paso manosearnos sin que nadie nos viera. Es un parque muy grande, por lo que no había tanto riesgo, además estaba casi vacío, la mayoría de las personas estaban en bares o en los boliches. Mientras toda la ciudad bailaba, tomaba y se reía en compañía de amigos, dos locos unidos por la sangre se olvidaban de todo y daban paso al amor y la pasión.
De un momento a otro, ya estaba metiéndole mano en la concha como loco. Ella estaba encantada, no le preocupaba absolutamente nada, eso me excitaba mas y no me dejaba parar de toquetearla.
Sus gemidos de placer endulzaban mis oídos y me hacían desearla locamente. Para colmo me empezó a tocar la pija con encima del pantalón, era una locura, sentía que iba a venirme en ese mismo momento. Por suerte (o no tanta), se detuvo, y me miró para decirme que vayamos a algún lugar a hacer el amor. Tiré un par de ideas, pero al ser lugares públicos, nada la convenció, para colmo aparecieron unos policías que estaban dando vueltas por el parque y a los dos nos entró el temor. Decidimos irnos cada uno a su casa.
Sin embargo, nada ni nadie nos detenía, cada vez que encontrábamos algún hueco para darnos un poquito de amor, lo aprovechábamos al máximo. No importaba el lugar, la hora, ni quien estuviera cerca. Por momentos era bastante peligroso, un par de beses me intentó besar en la boca en frente de sus propios hijos, después se daba cuenta y se reía pícaramente mientras mi miraba. Nos dábamos cuenta que estábamos jugando con fuego, pero me sorprendía bastante que nadie parecía sospechar y, en efecto, nadie sospechaba.
Otro día mi sobrina quiso hacerse un tatuaje, pero sus padres se opusieron. Mi sobrina me pidió que convenza a su mamá par que la deje tatuarse, y lo hice pegándole una cogida que la dejó tirada en la cama (y que otro día relataré). Mi hermana se puso del lado de su hija, pero mi cuñado no estaba de acuerdo, no entendía como mi hermana había pasado del "no" al "si" tan fácil. Luego de mucho insistir de mi sobrina, su papá acepto con la condición de que mi hermana se tatuara también. Obviamente ella se opuso rotundamente, por lo que mi sobrina recurrió otra vez a su tío para convencer a mami. Su tío recurrió a hacerle el amor a su mamá, otra vez. Finalmente accedió. Como yo ya tenia tatuajes, les recomendé el tatuador al que iba. Les saqué el turno y me comprometí con ella de acompañarlas.
El día de la sesión llegué tarde por que en ese momento ya estaba trabajando y salía justo a la hora que era el turno. Pasé al tatuador, que tenia las camillas donde atendía a sus clientes y la sala de espera separadas por una pared de durlok. Pero la música sonaba a todo dar. Encontré a mi hermana leyendo una revista y con cara de que lo que estaba por hacer no le convencía nada. La saludé rápidamente y pasé a saludar al tatuador y a ver como iba con mi sobrina. Su tatú no era la gran cosa y era en el brazo, no suponía mucho tiempo, pero cuando llegue, recién estaba por empezar a trabajar, ya que modificó un par de cosas por que el diseño no la convencía a mi sobrina.
-Te dejo trabajar tranquilo -le dije al tatuador después de saludarlo a el y a mi sobrina.
Volví a la sala de espera y mi hermana estaba cruzada de piernas y brazos mirando al horizonte. Me quedé mirandola un rato hasta que me devolvió la mirada. Le sonreí y me dijo: "¿que pasa amor?" sin decir nada me le abalancé y entramos a comernos la boca como dos desesperados.
Esta vez, ayudados por la música y el apenas perceptible ruido de la maquina tatuadora, no tuvimos miedo alguno de empezar a subir la temperatura de los besos y caricias.
El local quedaba en el piso de arriba de otro local, el cual tenia unas escaleras al estudio del tatuador, esas escaleras eran bastante ruidosas, por lo que si alguien subía, nos dábamos cuenta al instante y el ruido de la maquina del tatuador nos advertía si paraba, lo cual era una señal de alarma. No tardé en descubrir las tetas de mi hermana para chuparlas como tanto me encantaban y ella tanto la excitaban.
Ninguno de los dos podía detenerse. Para colmo ella empezó a gemir bastante, aunque no fuerte, y al escuchar esos susurrados alaridos de placer, sentí que no podía resistir mas. Me senté al lado de ella y saque la verga para que ella la tomara y me diera placer con su boca.
Estaba disfrutando de lo mejor aquel rico pete de mi querida hermana. Mientras me la chupaba empezó a masajearme las bolas.
Y en cuestión de unos minutos terminó recibiendo mi leche calientita en su boca.
Ahora era momento de ella de disfrutar, y si había algo que la excitara mas que mis caricias o la chupada de tetas que le daba, era que le tocara la concha.
Desabroche su pantalón y metí mi mano en su concha rasurada. Primero mis dedos jugaron con su clítoris y después se metieron en su vagina para hacerle el famoso "vení", que hacia siempre que se retorciera de placer y, al cabo de unos minutos, acabar.
Cuando estuvo cerca de acabar, sacó mi mano y me pidió que parara. Puse cara de decepcionado, pero ella paso directamente a desnudar su torso para mí. Era muy arriesgado lo que estaba haciendo, pero no la detuve, dejé que me entregara esas tetas para mí.
Como siempre manosee sus pechos, pero no me dejó chuparlos.
Se dio la vuelta, poniéndose de espaldas a mí. Le acaricie la espalda desde abajo hasta la nuca.
Se bajó el pantalón y me dijo suavemente: "no hagas mucho ruido, amor". Saqué mi verga y se la mandé hasta el fondo muy lentamente.
No sé como fue el momento mas loco donde hayan tenido sexo ustedes, pero el mío fue en el estudio de un tatuador mientras mi sobrina se estaba tatuando del otro lado de una débil pared... Ahhhh!... Y con mi hermana mayor...
Le acabé adentro justo en el momento que la música se detuvo y pudimos escuchar al tatuador decirle a mi sobrina: "ya casi terminamos". En ese momento volvimos a la realidad. Saque mi verga del interior de mi hermana y la limpié un poco con unas toallitas húmedas que ella me dio. Me subí el pantalón y fui a ver como iba el trabajo, dejando que mi hermana se vistiera. Cuando estaba lista, pasó del lado donde estábamos esperándola por que era su turno, actuando como si nada hubiera pasado, pero ahora, mas segura de tatuarse. Hacer el amor con su hermanito la hacia sentirse segura y muy feliz.
Parte 6:
http://www.poringa.net/posts/relatos/5208535/Mi-hermana-milf-me-usa-para-satisfacerse-Parte6.html
Parte 7:
http://www.poringa.net/posts/relatos/5209690/Mi-hermana-y-yo-cogiendo-mientras-mis-sobrinos-jugaban.html
Parte 9 (NUEVO):
http://www.poringa.net/posts/relatos/5416831/Mis-viejos-duermen-mi-hermana-me-coge.html
3 comentarios - Mi hermana y yo gozamos en cualquier lugar y momento