Cuando Cielo Riveros conClaudia por fin pudieron llegar al sector de las boleterías, la rubia reciéncayó en cuenta que en esta ocasión fue su amiga quien iba adelante y laarrastraba a ella entre medio de toda la muchedumbre agarrada de la mano,parecía muy apurada según lo notaba, además que se suponía que tenían que hacerla fila para entrar, y cuando por fin ya se vio en la misma entrada de accesovio como su por lo general retraída amiga y que debido al bullicio imperante yla fuerte música cumbianchera casi le tuvo que gritar a un viejo que estabaridículamente vestido como los hombres del tiempo de charlestón, con bastón conrayitas blancas y todo, y que ella solamente le dijo que venía de parte de"don Pedro".
El viejo que estabanotoriamente todo traspirado y embutido en aquel ridículo traje que porcontrato debía vestir mientras checaba los ticket de entrada, quedoimpresionado al ver y escuchar el mismo como eran dos potables hembritas lasque venían de parte del jefe de los mecánicos de la feria. Cuando este mismo ledio instrucciones de que vendrían dos putillas a preguntar por él y que debíadejarlas entrar sin necesidad de pagar la entrada él se había imaginado dosmujeres cuarentonas todas pintarrajeadas, pero esto... esto que tenía antes susojos era muy distinto a lo que el erróneamente había imaginado se dijo mientrasmiraba a la nena de cabello oscuro y de unos preciosos ojos de color verdeturquesa,
--Ehhhh...! no teescucho nenita que me dices!!??, le contesto el vejete finalmente mirándolas aambas de pies a cabeza, su intención no era otra que alargar el momento paradeleitarse con la presencia de ambas beldades.
--Que venimos de partede don Pedroooo!!!, volvió a exclamar la chamaca,
--La música está muyfuerte no te escucho...!!, acércate y dímelo al oído...!!!
Mientras esto sucedíaen la misma entrada de la feria, fuertes silbidos venían desde las largas filasde gentes que esperaban por entrar, pero el viejo no se inmutaba ya que queríaretener los más posible a aquellas impresionantes jovencitas que habían llegadopreguntando por uno de sus colegas,
--Que venimos de partede don Pedro!!!!
--Ahhhh...!? Noescuchoooo acércate mas nenitaa, jejejej que es lo que me quieres decir!!?
La colegiala ya unlado de aquel tremendo vejestorio, se empino posando sus labios al lado de unaoreja poblada de pelos canosos y volvió casi a gritarle,
--Señor... venimos departe de don Pedro Venturaaa...!!!
El viejo sintió en susmismas fosas nasales ese inigualable aroma a mujer joven y limpia, que se entremezclaba con la fragancia a jazmín, orquídeas o frutillas, que emanaba de esesedoso cabello oscuro que ella tenía por detrás de la oreja.
El caliente portero sesentía hechizado con el candor que desprendía en forma natural semejantechamaquita, mientras veía como la otra hembrita que la acompañaba y que tambiénera tan atractiva como la primera, pero de distinto sabor se imaginaba elvejete, esta también lo miraba con cara de juguetona y estirándose su rubiocabello en señal de espera enfundada en un soberbio vestido negro.
--Ahhhh... si...si..., dijo finalmente posando su manaza libre en la estrecha cintura de lanena, y rozándole su verga en una de sus caderas, y a sabiendas que ya no podíadilatar mas aquel mágico momento, y preguntándose cómo era que ese viejocascarrabias y mal vividor de Pedro Ventura, conocía a tan angelicales yencamables mamasotas, finalmente dijo, --Pasen...! pasen...!! él dijo que loubicaran en el acceso de la montaña rusa, termino diciendo y apuntando con subastón hacia donde se encontraba la atracción mecánica, mientras los chiflidosy reclamos de las gentes que esperaban para entrar se hicieron más ensordecedoresal ver como a ese par de chamacas las dejaban entrar gratis y sin ni siquierahacer la fila como a todos.
Una vez ya estandoadentro de la feria las atractivas chamacas caminaban en dirección hacia lamontaña rusa, en donde una eufórica Claudia no terminaba de festejar la hazañade su amiga,
--Jijiji... queemocionante amiga, entramos sin hacer la fila y sin pagar... ese chico Pedrodebe ser una persona muy importante aquí en la feria... o no me vas a decir quees el dueño!!??
Cielo Riveros quiencaminaba cadenciosamente mirando de reojo a su amiga, y escuchando que esta nodejaba de transmitir, solo le dijo,
--Ehhh... él esmecánico...
--Mecánico...!?,Claudia se imagino al instante un buen mozo y fuerte muchachón vestido de jeany con camiseta musculosa teniendo este una llave de tuercas en sus manos...
Tras avanzar y cruzarpor la rueda de la fortuna, que esta no era más que un armazón de fierros todosoxidados y que no pasaba mas de los 20 metros de altura, con desvencijadosasientos colgando de unas cadenas que ya estaban que se cortaban, lascolegialas ya estaban casi llegando a destino, se fijaron que la montaña rusaen esos momentos funcionaba a full con su tren de carros oxidados y faltos depintura que estaba en la parte más empinada y que ahora caía cuesta abajo porlos rieles, con las gentes gritando de pánico y con las manos alzadas.
Y justo al frente deeste tradicional juego había también un improvisado escenario adornado conampolletas pintadas con tempera de distintos colores, intentando dar unambiente festivo de lo que ocurría arriba del dicho proscenio en el cual unquinteto de 5 muchachos de pelo largo y ondulado vestidos con unas chaquetasque parecían impermeables, estos doblaban e imitaban a un conocido grupo decumbias que ya estaban pasadas de moda, aun así el lugar estaba atiborrado dehembras de todas las edades que no se cansaban de gritar y alentar a losartistas que quienes mientras simulaban cantar al unísono mandaban elcaracterístico salto estirando un pie para adelante como en su tiempo lohicieron aquellos grupos, y cuando esto ocurría las mujeres más gritaban ychillaban como eufóricas.
Mientras ambasjovencitas miraban muy entretenidas el show que se llevaba a cabo en elescenario pero sí bastante retiradas de la muchedumbre de mujeres, fue la vivazClaudia quien se percató que solo a unos tres metros de donde estaban ellashabían dos borrachos con cara de ser delincuentes que las estaban tasandoabiertamente, ya que ambos se cuchicheaban y se reían burlonamente de ellas, mientrasse bebían cada uno una cerveza en lata.
Los vio viejos ydesalineados, ambos vestidos con unos gastados jeans, uno de ellos con unacamisa negra tenía una risa burlona pero que también era de orgullo por algoque le dijo el otro viejo que vestía una gastada camisa roja a cuadros y quecalzaba unas viejas y llamativas botas vaqueras.
-- Cielo Riveros... ...esos viejos nos están mirando, jijiji... intenta mirar a tu izquierda en formadisimulada, jijiji...
Cuando la colegialamiro como pudo en la dirección que le dijo Claudia sintió unas tremendas ganasde ponerse a vomitar ahí mismo cuando comprobó que su hora había llegado, ahíestaban parados don Pedro con su hermano, dispuestos a cumplir con lo que elvejete le había anticipado a la nena.
Mientras eso lesocurría a las encomiables colegialas una situación muy parecida ocurría solo atres metros de donde estaban ellas,
--Ja...!!! te dije queen persona eran más buenotas que en las fotografías pendejo..., y que me dicesahorita que las vez en directo mi buen,
--Pus yo voy por lachamaquita de pelo oscuro we...!!! que culo que se gasta la desgraciadaaaa!!!,le dijo un ya lujurioso don Cipriano a su hermano, al tener a su vista a lahembra que este tanto le había hablado,
--No hay dramas mizorro...! tal como ya lo hemos hablado tantas veces por whatsapp, jejejeje, yoya le tengo hambre a esa rubita con cara de viciosa que se gasta la muy puta,le dijo don Pedro a su hermano también evocando a la fantástica visión quehabía tenido aquella misma mañana y que lo habían dejado conteniéndose por todo el día, y que ahora estaba dispuesto a desfogar con Claudia que veníasiendo como su premio de consuelo.
--Sale mi buen...!!qué tal si ya vamos y las abordamos,
--Jajajajaj si mi buenCipriano, y recuerda, con la Cielo Riveros tu solo tienes que tomarla como teparezca, o solo asustarla un poco y te aflojará el ojete, pero me deberás darun tiempito, la rubia esa de su amiga que aparte de tener un aspecto deviciosilla también tiene cara de ser mas vivita, jejejeje, así que hay queintentar que entre en confianza, en todo caso si se pone altanera me la piensoviolar igual, ya deje instalado un catre y un colchón en la cabaña que tengo enlas afueras para que nos las culiemos tranquilos y sin que nadie nos moleste, asíque una vez que ya las tengamos un poquitín ebrias nos vamos en mi auto,jejejeje.
--No te preocupespendejo... que así será! además que yo sé tratar con zorritas como esas,jajajaja, pero tu auto apenas anda, que tal si vamos en mi camioneta nueva, esmoderna y en 10 o 15 minutos llegaremos fácilmente a tu casucha abandonada,jajajaja...
--A sí, tu camionetanueva...jejejeje lo había olvidado, últimamente cambias de auto a la misma vezen que lo haces de vieja, jajajaja, vamos!!
--Jijiji... mira ahorase nos vienen acercando..., seguro que intentaran algo con nosotras, jijiji, ledecía la desprevenida y muy sonriente Claudia a su amiga, mientras CieloRiveros que no hallaba donde meterse por lo que a continuación se venía, solose dio a morderse fuertemente su labio inferior y mirar hacia cualquier partepara esperar que se sucediera aquel desastre.
--Jajajajaja!!! comoestas lindura...!? qué bueno que llegaste puntual y junto con tu amiguita,jajajaja!!!!, fue lo primero que dijo don Pedro con su siniestra y babosasonrisa una vez que ya estuvieron frente a las colegialas, al mismo tiempo enque con total propiedad tomo a Cielo Riveros por la cintura y le mando unasqueroso beso en la boca que duro por lo menos unos 10 segundos.
La impactada Claudiaque no supo a como atinar solo se quedo parada como estatua mirando lo que ahíocurría, al mismo tiempo que la risa se le borro en el acto de su cara cuandovio como su amiga recibía el beso con sus ojos verdes espantadamente abiertospor parte de un vejestorio de por lo menos unos 60 años, y que por lo que habíaalcanzado a ver este ni siquiera tenía dientes.
Una vez que el vejetelibero a Cielo Riveros del opresivo besuqueo, Claudia quien por su mentepasaron miles de cosas se la quedo mirando esperando a que su amiga leexplicara lo que ahí estaba sucediendo, pero se dio cuenta que una muyavergonzada Cielo Riveros solo se dio a mirar al suelo negándose a mirarla alos ojos.
--Que te pasa...!?, lerugió don Pedro a la avergonzada colegiala, --Porque te quedas tan calladapendeja... si se supone que ustedes dos vienen a pasarla bien, no nos vas apresentar a tu amiga!?, dijo finalmente el asqueroso mecánico ahora mirando aClaudia de pies a cabeza y ya comenzando a comérsela de manera anticipada.
La acongojada chamacasabiendo que ya no había nada mas esconder ni dilatar, alzo su carita y enforma tímida se dirigió hacia su amiga,
CieloRiveros mis aventuras sexuales con viejos15
--Clau... te presentoa... "don Pe...droooo"..., le dijo a la vez que la miraba de reojo ynuevamente mordiéndose los labios...
Claudia quien hastaese momento no caía en cuenta de lo que ahí estaba pasando con esos dos viejoshorribles, y que ese tal don Pedro era de lo mas pelado a pesar de estarintentando hacerse el simpático con ellas, al escuchar el nombre de ese salidoy ordinario sujeto, su expresión de asombro fue cambiando a risa ya que ahorasi estaba entendiendo lo que ahí estaba pasando,
--Don Pedro...!?,jijiji el es don Pedrooo, Cielo Riveros...!?, el es de quien me hablaste en micasaaa!!??, le consultaba la rubia a su amiga aun sin querer creer lo que en sumente ya se estaba figurando, claramente le estaba preguntando a Cielo Riverossi ese horrendo vejestorio que la había besado era supuestamente el chico conel cual ella se había acostado según le había confesado en su casa, y la nenacomprendiendo lo que le consultaba su mejor amiga movió su cabeza en formaafirmativa, --Jijijiji... pero comoooo!?... no entiendo nadaaaa!!! El es...don... don... Pedroooo!???, jijiji..., volvía a repetir la risueña ysorprendida rubia.
--Ay Clau... ya no terías mas... y si, el es de quien te hableee...!, le contestaba la avergonzadachamaca dejando al par de vejetes excluidos de la conversación que mantenía conClaudia.
--Jajajajaja... bien...!y ahora que al parecer ya nos conocemos les presento a mi hermano, se llamaCipriano!, dijo de pronto don Pedro que le valía una verga la conversación delas chamacas.
La rubia quien yaestaba más calmada del repentino ataque de risa que había sufrido al imaginarsea su amiga acostada con semejante esperpento y cuando ya casi estaba recobrandola compostura se quedo mirando al tal Cipriano, que era otro viejo tanasqueroso como el extraño novio de su amiga.
El viejo Cipriano queera tan tosco para sus cosas, al igual que su hermano, solo se limito asaludar,
--Buenas pendejas!!,dijo moviendo su cabeza en señal de desganada reverencia,
Claudia que era la másdespierta de las dos, siempre sonriente y ya recuperada saludó,
--Hola don Cipriano ydon Pedro... dijo mirándolos a ambos, --Yo soy Claudia y soy la mejor amiga de CieloRiveros, jijiji...
La avergonzadamamasota veía sorprendida como la desenvuelta Claudia saludaba de lo más normala ese par de vejetes, siendo que ella había pensado que apenas los viera iba asalir huyendo despavorida del lugar,
--Si... yo algo teubicaba chiquilla... jejeje, tenía muchas ganas de conocerte en persona,jejejeje, "y de reventarte la zorra a vergazos", pensaba el salido dedon Pedro tras sus primeras palabras, en tanto la recorría de pies a cabeza, elviejo continuaba anticipándose a los placeres que ese bien formado cuerpo letenían reservados,
--Que tal si vamos porunas chelas..., dijo de pronto don Cipriano, --Ya me estoy aburriendo con tantamamada de presentaciones, mientras Claudia lo miraba pensando que ese era el"chico" que su amiga le había dicho que tal vez iba a quereracostarse con ella, porque estaba claro que ese tal don Pedro era el otro"novio" de su amiga, y atacándose nuevamente de la risa por tanextravagante situación dijo,
--Jijijiji... Si yotambién necesito una... y urgente, jijiji...
Y así el cuarteto sepuso a recorrer la feria en busca de cervezas entre medio de los numerosospuestos de fritangas grasientas, otros en donde vendían hot-dogs, viejas concara de nigromantes que aseguraban presagiar la suerte y la buenaventuraamorosa, ruletas que por muy poco dinero le aseguraban al jugador llevarse unpremio sorpresa, y así miles de porquerías mas.
Mientrascaminaban las dos nenas iban una al lado de la otra, la asustada CieloRiveros tomo fuertemente del brazo a su amiga, mientras los viejosestratégicamente se ubicaron al costado de ellas, pero don Cipriano al lado de CieloRiveros, y don Pedro al lado de Claudia.
Ya estando en el localde las cervezas y mientras los mecánicos escogían las mas heladitas desde untambor azul en donde estaban estas rodeadas de hielos, Claudia con CieloRiveros cada una con un tremendo algodón de azúcar en sus manitas que leshabían comprado sus acompañantes tuvieron un tiempo para hablar másíntimamente,
-- Cielo Riveros...como te fuiste a acostar con ese caballero... si no tiene ni dientes!?,la rubia puso su cara de asco al decir lo ultimo mientras comía delicadamentede su algodón, le hacía la pregunta mirando de reojo hacia donde estaban losdos ordinarios sujetos, a la vez que omitió la palabra viejo para no ofuscar a CieloRiveros ya que fue esta misma quien le confirmó que ese era el hombre con quienle ponía los cuernos a Rodrigo...
--Ayyyy Claudia ya nome hagas esas preguntas... otro día te lo explico todo, pero ahora noooo...!
--Bueno, comoquieras... pero te debo decir que me has dejado muy sorprendida amiga, jijiji.
--Ya no seas pesada...y párale de reírte que me da pena, le contestaba la chamaca a la vez que sechupaba los deditos debido a que también estaba probando el algodón azul quecaballerosamente le había comprado don Cipriano.
--Ok... Ok... peronosotras dos tenemos una conversación pendiente, y en cuanto lleguemos a casame lo deberás explicar todo, jijiji, volvía a reír la rubia cuando miraba altal don Pedro y a su amiga. --A propósito Cielo Riveros... yo te acompañare entodas las locuras en que andas metida, jijiji, pero ni loca daré pie paraacostarme con tu otro amigo, jijiji...
Y justo en el momentoen que la colegiala le iba a decir que ese tal don Cipriano no era su amigo yque era la primera vez en su vida que lo veía, fue en eso que los viejos ya seacercaban a ellas.
Los mecánicos sehabían aperado con una senda bolsa llena de latas de cervezas, y el astuto dedon Pedro a sabiendas que debían ganarse la confianza de la rubia para que lasituación no se les hiciera tan difícil a la hora en que se les fueran a coger,saco del bolsillos de su camisa un talonario completo de entradas a todas lasatracciones de la feria,
--Jejejeje... mirenlos que les tenía preparado reinitas, jejejeje, y para que vea el par dechamacas que yo pienso en todo, mientras ustedes se divierten en los juegostodas las veces que quieran, nosotros las acompañaremos bebiendo chelitas, ycuando ya se aburran, nos vamos a una de las fondas a servir cualquier cositaque se les apetezca, dijo finalmente extendiendo el grueso talonario deentradas.
Claudia quedofascinada con la oferta de don Pedro cuando este extendió el talonario conentradas, y aparte de eso además las estaban invitando a unos de las fondasinstaladas adentro de la feria, a pesar de su apariencia chulesca y deferocidad, el viejo ese no era tan pesado se dijo para ella misma y viendo que CieloRiveros no atinaba a recibir el talonario fue ella quien casi se lo arrebato delas manos al mecánico.
--Guau...!!, exclamode júbilo la rubia una vez que ya tubo todas esas entradas en su poder,mientras las miraba y barajaba con su dedo pulgar, --Un talonario nuevito...,seguía repitiendo, mientras Cielo Riveros ya creía entender cuál era la idea dedon Pedro, y así como iba la rubia, su plan le estaba saliendo de las milmaravillas.
Pudo haber puesto enalerta su amiga de que con su actitud estaba peligrando, pero tambiénextrañamente ella sentía mucho respeto por el viejo que la había violado, y másextrañamente sabia que le debía cierta lealtad, no sabía cómo explicarlo, perofinalmente no advirtió de nada a Claudia y dejo que las cosas siguieran fluyendopor si solas.
A los minutos de loanterior los momentos de tensión para nuestra colegiala se fueron disipando dea poco, y como era que no, si se subió junto a Claudia tres veces seguidas a lamontaña rusa, y otros dos a la ruleta de la fortuna, gritando y chillandocomo lo hacia las demás gentes que disfrutaban de los juegos al igual queellas, sin mencionar el martillo mecánico y otros juegos pocos.
Pero el colmo de labuena onda fue cuando don Pedro con de 10 certeros disparos de escopeta se ganoel oso de peluche más grande para Claudia, y lo mismo hizo don Cipriano cuandoal no ser tan bueno disparando como su hermano y para no ser menos que este deun solo puñetazo rompió el vidrio de unas de las cajas que estaban llenas depremios que se tenían que rescatar con unas tenazas al echar una moneda, peroal intentarlo dos veces decidió que él no estaba para ese tipo de mamadas ysaco el premio a su manera, o sea a lo bruto, ante los asustados ojos de CieloRiveros que recibió por parte de salvaje viejo un corazón de peluche rojo quecon letras negras decía "I Love You", mientras que la horrorizadanena con el corazón de peluche bajo el brazo ya veía que en cualquier momentollegaban gentes de la feria y los echaban a los 4 por desordenados.
Ante tan festivaalgarabía y felicidad del momento Claudia saco su celular y conmino a todo elgrupo a sacarse una selfie con todos muy juntos y abrazados a la vez quejuntaban sus caras, con lo cual se inmortalizo el momento con una muy sonrienteClaudia que no le importaba el fétido olor a cuerpo de don Pedro que se ubico aun lado de ella, Cielo Riveros salió con una pequeña sonrisa en sus labios peroque en sus ojitos verdes había algo de tristeza, y al lado de cada una de ellasun par de vejetes canosos y desalineados, uno salía con cara de risaburlona y sin afeitar que le faltaban los dientes, y el otro que era bienmoreno, canoso también, y que por su semblante parecía estar enojado por algo,tras ellos se veían distintas luminosidades de la feria.
Aun era temprano,faltaban algunos minutos para las 11 de la noche y las entusiasmadas colegialasse dejaron llevar a una de las 5 fondas que se habían instalado al interior dela feria, la cual en estos momentos estaba a reventar pues era día viernes ysumándole que hacía mucho calor.
Una vez ya estandoadentro y mientras caminaban a la mesa que había dejado reservada don Pedro,ambas colegialas se sabían observadas por casi la totalidad de miradasmasculinas que pululaban en aquel ordinario antro, en el cual las improvisadasmesas hechas de tablones viejos y ennegrecidos estaba atiborradas de botellasde cervezas, vacías, llenas , hasta la mitad, jarras de vino tinto y frutillaspicadas, vasos con moscas pegadas a estos y en donde los comensales ni siquierales interesaba tan antihigiénica situación, solo se daban a mirar y devorarse asemejante par de chamacas de las que no acostumbraban a entrar a fondas comoesas, esta estaba adornada con pintorescas guirnaldas de distintos colores quecolgaban en el techo como a las vez sujetadas de poste a poste.
Más de uno de esoshechizados machos tuvo la intensión de abordarlas para ver qué pasaba, pero alcaer en cuenta de la ferocidad con que el par de viejos que las acompañabantambién los miraban a ellos al estar tasándoles a sus viejas, estos preferíansolamente a sonreírles como animándolos a continuar en tan deliciosa empresa.
Mientras todo estoocurría, la situación era coronada por la fuerte música que salía de losparlantes en donde se escuchaba nítidamente una sufrida y conocida canción quedecía algo parecido a esto: "Seeeñor abooogadoooo... yooo lamateeeee!!!".
Una vez ya estando los4 sentados en la mesa de tablones las nenas no se dieron cuenta cual fue elmomento que esta estaba repleta de botellas de cervezas de a litro y con dos deTequila, la anterior música había sido reemplazada por distintas tandas decumbias varias y reggaetón.
Por su parte CieloRiveros solo se daba a beber cerveza en uno de los dos vasos limpios que donCipriano al tener ya cierta experiencia con hembras de ese cilindrada comodecía él, había ido a pedir para ellas, mientras Claudia bebía Tequila a lamisma vez que le conversaba animadamente a don Pedro de lo muy aburrida queestaba en el colegio y de las muchas ganas que tenía de terminar los estudiospara ponerse a trabajar.
Nuestra colegiala yaestaba alerta de lo extraño que era la situación de que don Pedro se habíasentado al lado de su amiga y que fuese su hermano el que prácticamente seestaba encargando de ella, la situación la tenía muy confundida, aunque aunrecordaba las palabras de don Pedro: "Nos las vamos a culear a las dosjuntas, jajajaja!!!"
Desde su posición CieloRiveros veía como la coqueta Claudia hablaba muy animadamente con don Pedro, ycomo este le celebraba todas sus ocurrencias llenándole el vaso con tequila ysal por cada vez que la rubia lo desocupaba, fue en eso que sintió la tambiénaguardentosa voz de don Cipriano que abiertamente la estaba invitando a bailar,claro que a su propio estilo,
--Jejejeje... ahoraque ya estamos más en confianza que te parece si vamos un ratito a menear elesqueleto lindura, jejejeje, le decía el viejo en su oído y sin quitar suenrojecida mirada de las fabulosas piernotas que se gastaba la muy condenadachiquilla y que las tenia cruzadas una sobre la otra mostrándole a él y a lagallada imperante una buena parte de estas, en esos momentos la música estabamuy fuerte y tocaban una tanda de Dady Yanqui,
--Ay don Cipriano...es que no se que piense don Pedro si yo salgo a bailar con Usted, le dijo lachamaca nerviosamente haciéndose la importante y mirando hacia la pista debaile.
--Jajajajaja..., yo notengo nada que ver con tus webadas pre juiciosas, jajajaja, le bufo el mecániconuevamente al oído y la tomo del brazo firmemente para llevársela a la pista debaile.
La impresionada yescandalizada Cielo Riveros se vio al medio de la pista con el viejo quesimplemente la tomo de la cintura a la vez que nuevamente le decía al oído enforma de dictamen,
--Ahora báilame...!zorraaaa!!!
La asustada CieloRiveros mientras se vio en tal situación llevo su vista hacia donde estaba donPedro con su amiga pero lo único que vio fue que ellos al parecer estaban muyentretenidos hablando de sus cosas ya que el viejo mecánico que la habíaviolado en un momento cruzo su mirada con la de ella, pero luego de mirarla enforma siniestra simplemente desvió la mirada hacia la rubia como diciendole quea él no le importaba que ella estuviera bailando con su hermano, así que lachamaca ya no quedándole mas muy cadenciosamente comenzó a menear sus caderasante el ritmo del reggaetón.
Así estuvieronbailando por unos buenos minutos en donde la colegiala cerro sus ojos y se dejollevar por el diabólico y estruendoso compás reggetonero, hasta que cayó encuenta que desde hace un rato don Pedro y Claudia estaban junto a ellos,tomando y bailando como es debido, ya que el vejete se había traído una de lasbotellas de Tequila con la única intención de llenar el vaso de la rubia, yquien tras bebérselo al seco le ofreció uno a Cielo Riveros que no sabía a cómoreaccionar de todo lo que allí estaba sucediendo, hasta que vio que Claudiadebido a la fuerte música se le acerco al oído para casi gritarle,
--Ándale Cielo Riveros...!suéltate mujer, lo que es yo me la estoy pasando re bien con tus amigos, solobailemos un rato y luego nos largamos,
Cielo Riveros quien sesintió más segura con las palabras de su amiga tomo el vaso que le ofrecíaClaudia y también empezó a beber junto con ella, a la vez que animada por larubia, empezaron a hacer una serie de sugerentes pasos y movimientos lujuriososque muchas veces habían practicado juntas, además que aquella endemoniadamúsica así se bailaba.
La situación dentro dela fonda se volvió de lo más candente, la música reggetonera estaba a todo dary ambas nenitas se robaron la atención de casi toda la asistencia, las únicasque no miraban el espectacular baile que se estaba llevando a cabo al medio dela pista eran las celosas mujeres de la machada, aunque si habían algunas quelas animaban aplaudiendo y moviendo sus cuerpos intentando imitarlas, mientrasnuestras hembritas meneaban la cintura sensual y ondulatoriamente con sus manospuestas en la cabeza o entre medio de sus cabellos, mirando de vez en cuandohacia sus espaldas donde los traspirados y eufóricos vejetes pasaban susmanazas por todo el contorno de aquellas dos delineadas figuras que tenían lazorra adentro del antro con sus movimientos femeninamente lujuriosos yexorbitantes.
La gran mayoría de losasistentes se preguntaban que hacia ese par de Diosas con dos viejosaterradoramente feos, mientras ahora ellas perreaban escandalosamente conellos, bebiendo tequila y a veces cerveza, fue en uno de esos movimientos enque Claudia sintió en su trasero la enrome protuberancia que ese tal don Pedroguardaba bajo sus pantalones, situación que la hicieron recordar la imagen desu amiga con sus dos manitas separadas indicándole las medidas vergales delviejo cuando ella misma se lo pregunto, y ahora que ella estaba perreando coneste mismo comprobaba que su amiga no le había mentido, pensamientos que sindarse cuenta ella misma la llevaron a menearse más sugerentemente.
Hasta que lacombinación de tequila y cerveza hizo que ambas chamacas se pusieran un pocomas ebrias que sus dos acompañantes masculinos, por lo que a veces bailabansolas, Claudia se ponía detrás de Cielo Riveros, mientras la colegiala semeneaba como una culebra echando su trasero sugestivamente para atrás en dondela rubia agarrada a sus caderas subía y bajaba su cuerpo rozándole por estedesde las tetas, pasando por el ombligo y hasta su vagina, para luego CieloRiveros voltearse felinamente moviendo todos sus cabellos los cuales quedabantapándole a medias exquisitamente su rostro y ubicarse frente a frente con larubia quien delicadamente y siempre meneándose ambas hacían como si encualquier momento se fueran a dar un beso en la boca, siendo animadas porgritos y aplausos de todo el circulo que se formo alrededor de los 4, paraluego separarse muertas de la risa, y para comenzar a bailar y a repetir laoperación o intercambiándose a los viejos entre ellas haciéndoles mamadasparecidas a sabiendas de que toda la atención de la fonda estaba puesta enellas.
Los viejos ya no dabanmas de calentura y captando que ese era el mejor momento para atacar decidieronponerse en campaña en el acto para lograr sus lujuriosas intenciones.
Una vez que yaestuvieron de vuelta en la mesa Cielo Riveros a pesar de ya encontrarse un pocomás distendida se daba cuenta como don Pedro le decía algo a su amiga al oídomientras la rubia reía coquetamente y tras de mirarla a ella, se daba acontestarle al viejo también en el oído, hasta que vio a Claudia parase y venira sentarse a un lado de ella para preguntarle,
--Oye Cielo Riveros...tu amigo dice que sabe de una fiesta de un conocido de él y que no queda muylejos de aquí, y nos está invitando... tú qué dices?, te animarías a ir...!?
Cielo Riveros alinstante llevo su vista a los aborrecibles ojos negros del vejete que con solomirarla le dio a entender que ella tenía que acceder a lo que su amiga lepreguntaba, mientras don Cipriano había ido a cancelar todo lo que se habíanservido.
--Claudia mejordigámosle que nos vamos, ya estoy algo cansada le decía la chamaca quien yaestaba más despejada de mente que su rubia amiga, aunque sabía que esos perrosno iban a soltar sus presas tan fácilmente.
--Vamos Cielo Riveros...!no seas tan aburrida, si la estamos pasando genial con tus amigos, acaso no hasnotado que además andan con mucha lana para gastar?
--Clau yo creo que lomejor es que nos vayamos...
--Solo será un rato...mira yo misma les digo que luego de estar solo un ratito en la fiesta nos debenir a dejar a mi casa, además no eras tú la que tantas ganas tenías quesaliéramos con ellos!?.
Cielo Riveros estandoclara que su amiga solita se estaba entregando a los leones, le pregunto másque nada para no sentirse mal con ella misma,
--Pero Clau... tu deverdad quieres ir para donde ellos nos llevaran!?
--Si pus mensa... sipor algo te estoy intentando animar a que vayamos...
La colegiala tomandoaire, y viendo que su salida amiga se negaba a que ellas se retiraranfinalmente le dio su aprobación, aunque sabía que el resultado de aquello nosería nada bueno.
--Bueno, vamos... peroyo no respondo..., le contesto finalmente.
La muy entretenidaClaudia aunque escucho lo ultimo dicho por su amiga no le dio importancia a tansignificativo comentario hecho por ella, simplemente se fue a sentar al lado dedon Pedro para comentarle que ya estaban Ok, y que se podían largar a la fiestaque él decía en cuanto lo estimaran conveniente.
Ante los impresionadosojos del respetable público las dos impresionantes colegialas cada una con unllamativo peluche bajo el brazo hicieron abandono de la fonda acompañadas delos dos vejetes que ya se iban sobando las manos por lo que en pocos minutosestaban prestos a disfrutar.
A la rubia se ledesorbitaron los ojos de impaciencia cuando fue el mismo don Cipriano quien alsacar las llaves de la camioneta de Gabriela acciono la alarma de esta paradesconectarla como a la vez destrabar el seguro de las puertas, bip-bip!!! seescucho en el estacionamiento de tierra en donde aún quedaban algunos vehículosestacionados pertenecientes a personas que aun disfrutaban de la feria.
--Jajajaja... qué talsi me das las llaves y yo manejo mi buen Cipriano, esta lindura al parecer estádesesperada por subirse a tu cacharro, jajajaja!!!, le decía don Pedro a suhermano, viendo como se puso de eufórica la rubia al ver la moderna camioneta.
Don Cipriano quienmiro a Cielo Riveros y al ver que esa chamaca le daba lo mismo el tipo devehículo que el poseía debido a la seriedad de su rostro, no mostro objecionespara esto, así que le cedió las llaves a su hermano.
De un momento a otroel cuarteto ya iban en dirección a la casucha de don Pedro la misma que enalguna ocasión había ocupado don Cipriano para culearse a otra rubia.
Don Pedro manejaba conel brillo de la calentura en sus ojos ya que a su lado llevaba a la atractivaClaudia mostrándole generosamente una buena parte de sus relucientes piernas,mientras esta no paraba de hacer preguntas sobre los tipos de autos que a ellale gustaban, ya que se sabía de estar en compañía de dos secos profesionales delas tuercas, neumáticos y motores.
Cielo Riveros solomiraba como las celestes y a veces amarillentas luces de la gran ciudad pasabanrápidamente ante sus ojos verdes, ella sabía muy bien lo que se venía ahora, ypuso especial atención que en los asientos delanteros la muy coqueta Claudia nodijo nada y ni si quiera tuvo la mas mínima intención de incomodarse cuando elviejo Pedro poso una de sus mugrientas manos en el muslo de ella.
Una ligera sensaciónde incomodidad se apodero de nuestra inigualable colegiala, al entender yafehacientemente que el viejo caliente de don Pedro en aquellos momentos estabamás interesado en su amiga que en ella, y como desde que había subido a losasientos traseros junto a don Cipriano este mismo no dejaba de hacer lo mismo,unos furtivos celos que la atacaron sin poder ni ella misma explicárselo lahicieron que llevara su manita a la peluda manaza que la estaba manoseando enlas piernas y tomársela como si ellos fuesen una pareja, el caliente mecánicode don Cipriano al ser testigo de lo anterior se sintió en el cielo al notarque al parecer no le iba a tomar tanto trabajo convencer a esa tremenda pendejade cabellos negros y ojos verdes de que se despojara de su ropa una vez quellegaran a la casucha, como también ya imaginaba como la iba a poner, en estaposición y en aquella para las tremendas culeadas que le iba a plantar, elvehículo cada vez más se acercaba a destino, este ya había tomado elpolvoriento camino de tierra.
Don Pedro ya estabaestacionando la camioneta entre medio de varios vehículos abandonados, y fueClaudia quien al mirar la deplorable casa de campo hizo las primerasobservaciones,
--Al parecer en esacasa no hay nadie, esta todo en silencio, dijo mirando a don Pedro,
--Deben estarconversando, jejejeje, ya es un poco tarde y seguramente están bebiendo yplaticando animadamente, --Pinche Cipriano...! porque no te encargas de lasituación mientras yo llevo a esta lindura a dar otra vueltecita en lacamioneta ya que le gusto tanto, jejeje...
--Una vueltaaaa!!!Siiii yo quiero dar otra vuelta en camioneta, jijiji..., opino Claudia ante laesplendida idea de don Pedro, en su mente pensaba lo envidiosa que se pondríansus amigas si la llegasen a ver paseándose en tan moderno vehículo.
--No hay dramapendejo...!, yo me llevare a esta reinita para presentarla con nuestros amigos,jejeje, vamos!?, le dijo el viejo dirigiéndose a Cielo Riveros.
La asustada chamaca alsaber que todo eso de la fiesta eran solo falacias, intento por última vezhacer entrar en razón a Claudia,
--Clau... nosotrasandamos las dos, dijimos que no nos separaríamos en ningún momento...
--Ay Cielo Riveros...!no seas tan dramática, ellos son tus amigos, yo con don Pedro solo iremos a daruna vuelta más en camioneta y luego estaremos de regreso, así que compórtatecomo una mujer adulta y ve con su hermano, nosotros vamos y volvemos.
Una vez que CieloRiveros con don Cipriano bajaron de la camioneta, la nena vio desaparecer elvehículo en el cual don Pedro se llevaba a su amiga, situación que lahizo sentir sola y desprotegida, solo la oscuridad de la noche y el canto delos grillos la acompañaban en aquellos desventurados momentos, sus ojitos se lellenaron de lagrimas al ya presentir que este extraño hombre al cual ella mismahabía alentado tomándole la mano solo hace unos minutos, ahora no le guardaríaconsideraciones.
Y efectivamente asífue, cuando la chamaca estaba pensando en esto último se vio tomada de un brazopor la fuerte manaza de don Cipriano quien sin decirle nada casi se la llevo arastras y en las penumbras hacia el interior de aquella tétrica casuchadeshabitada.
Cielo Riveros una vezque ya estuvo dentro de la casa de madera, y cuando el vejete acciono unafuerte luz alógena que estaba instalada en forma artesanal pudo ver con susatribulados ojos verdes como seria el nuevo lugar en donde nuevamente abusaríande ella, lo único que vio ante la fuerte luminosidad fue un tosco y ampliocuadrado de maderas apolilladas que no contaba siquiera con una ventana, y quepara rematarla daba la impresión que en cualquier momento esta "casa"se desplomaría, sus ojos recorrieron aquella mugrienta habitación en dondeestos vieron una vieja mesa con ollas con comida que en alguna ocasión pudohaberse podrido, ahora todos esos contenidos estaban secos, le llamo laatención que todos aquellos utensilios habían sido corridos hacia las lados yaque al medio de la mesa había un espacio como si sobre ella alguien hubierahecho algo.
Siguiendo con suvisual recorrido la nena pudo ver un viejo armario con todas sus tablassueltas, un par de sillas botadas, y para terminar vio como en un rincón deaquella destartalada estancia había un viejo catre de campaña que solo teníauna delgada colchoneta de espuma que ni siquiera tenía forro, solo eraamarillenta oscura y toda percudida por la mugre, con manchas de meados secos.
Y a un solo metro detan singular camastro estaba esperando un viejo colchón tan asqueroso como elprimero pero este simplemente estaba tirado en el suelo, a la nena le dio laimpresión que este había sido sacado directamente desde un basural, debido aque en muchas ocasiones en que ella pasaba por sectores parecidos veía estetipo de jergones adornando aquellos asquerosos lugares, sumándole a que todaaquella habitación estaba impregnada con un fuerte olor a basura agria queamenazaba con cualquier momento hacerla vomitar, ya que eran seguidas lasfuertes arcadas que estaba sintiendo.
En un principio unamuy nerviosa y asqueada Cielo Riveros se limitó sencillamente a mirar aquellainfernal inmundicia, poniendo gran atención a las antiguas modelos que lucíandesnudas en los amarillentos y ya raidos posters que adornaban las paredes dela casa-habitación, y a las numerosas bolsas rotas con basuras de todo tipo,que estaban al interior de la mísera vivienda, entre estas había: latas de pescado;pañales con caca seca de algún infante recién nacido; cascaras de melones yhuevos; corontas de choclo; una muñeca desnuda, sin pelos y faltándole unapata; toallas higiénicas usadas, que la sangre seca se veía café bien oscura yque estaban desperdigadas por distintos lugares de aquel mugriento piso.
Todos estosdesperdicios habían sido desparramados ya sean por perros o roedores, según yacasi lo podía adivinar nuestra asqueada colegiala que ya estaba que sedesmallaba por lo repugnante de su situación.
Estando en estasrepulsivas apreciaciones, la nena con ojos espantados y al borde de los vómitossintió que era tomada por la espalda por unas poderosas manos que la jalabandesde la cintura hacia atrás sintiendo en su trasero una tremenda y dura herramientapor lo cual supo casi en el acto que era con esta misma con la que le harían eltrabajo.
Por su parte elardiente y desesperado de don Cipriano estando tras ella una vez que la tomodesde la cintura para sentir por fin y con sus propias manos las bondadosascurvas que la chamaca poseía en su venerable cuerpazo, este se dio a ponersemanos a la obra en modalidad ipso facto.
Su hermano había sidoclaro, a la pendeja esa había que llegar y tomarla como uno quisiera, oasustarla un poco si se ponía difícil, y así lo iba a hacer él.
El ansioso mecánicometió rápidamente sus dos manos por la parte baja de la blanca polera, entreesta misma y la falda de mezclilla de la chamaca, para al instante sin previoaviso y sin importarle nada se la subió con tal fuerza que de paso también lesubió el sujetador, o sea Cielo Riveros en menos de tres segundos ya sintió quela tenían con las tetas al aire, sin palabras soeces y sin sobajeos.
La espantada chamacagrito en el acto,
- Cielo Riveros -Noooooooooooo...q... que haceeeee!!!, exclamo intentando proteger sus desnudeces, pero másescandalizada se puso cuando el viejo no contento con lo anterior y en forma decomo si fuese un experimentado en la materia le bajo el cierre trasero de lamini falda de mezclilla y de un solo tirón hacia abajo se la retiro inclusoarrastrándole la pequeña tanguita blanca que la nena había escogido para aqueldía que iba a salir a tomar aire con su novio.
- Cielo Riveros -Noooocomo me hace estooooo...!? que haceeeeeee...!?, le gritaba la escandalizadachamaca cuando sintió que también la despojaban de sus otras vestimentas.
--Jajajajaja!!! riotriunfalmente don Cipriano en forma tan desvergonzada como lo había sidosiempre, salvo en el último tiempo que se había dado a las mamadas románticas,--Que es lo que te estoy haciendo!?, pues te estoy empelotando para culeartechamacaaaa...!!, te cargas un culo y unas chichotas que están para elNobel de la Calentura..!! zorraaaa...!!!!
--P...pero... mi amigay don Pedro llegaran en cualquier momentoooo...!, le contestó la aterrada nenaaun de espaldas a él y sin atinar a nada.
--Claro que llegaranperraaaa...! si así lo tenemos acordado con mi hermano..., jajajaja!simplemente se llevo a la putinga de tu amiga para ganar más tiempo, le dijo elvejete a la vez que posaba sus peludas manos en su estrecha cintura, para luegodecir, --A lo que lleguen también la vamos a violar putilla, o creías que nonos cancelaríamos por todo el dinero que nos hicieron gastar en la feria,aparte de todo el tiempo que las esperamos en sus estupideces, así que vamos atirarnos en ese catre y termina tu misma de empelotarte, jajajaja...!!!
La nena captando casial instante la ferocidad de ese corpulento mecánico que le hablaba muy apegadoa su oreja, nuevamente y en forma lamentable para ella quiso alargar el momentopara ver si llegaba el otro vejete, ya que previendo tal situación preferíaacostarse con don Pedro que con su hermano pensaba la asustada chamaca que aunno se explicaba cómo era que en menos de medio minuto ya prácticamente latenían desnuda, solo su calzado y su polera blanca subida por arriba de sustetas la protegían, ya que la chaqueta de mezclilla era tan femenina y pequeñaque en nada le ayuda a protegerla.
--Señor Cipriano...porque mejor no esperamos a que llegu..., la colegiala sintió como el viejorápidamente la dio vuelta para que quedara frente a él y la tomaba con fuerzasdesmedidas desde su garganta, la nena pudo ver las contraídas facciones de sucara que le daban un aspecto monstruoso y de insania.
--Escúchamezorra...!!!, le corto el mecánico tomándola desde el cuello y llevándola contraun muro, una vez que ya la tubo atracada en este se relamió sus gruesos labiosy continuo con lo que él quería, --Será mejor que te empelotes lo antesposible... y escúchame bien pendejaaa...! no quiero hacerte daño, le decía casien sus misma narices, --Pero si sigues con tus estupideces y mamadas parecidaste voy a pegar...!!!!, Así que no lo volveré a repetir... Sácate la ropa...!!,le ordenó finalmente y liberándola de su opresión.
Cielo Riveros tomandoaire, quiso una vez más pedir misericordia para su desgraciada situación, noviendo el aspecto diabólico que había adoptado aquel feroz y caliente mecánico,
Cielo Riveros --SeñorCiprianooo.. por fav...
--Plafff!!!, retumboen la habitación de madera la fuerte bofetada que recibió en el rostro lacolegiala por porfiada, --Sácate la ropa...!!!, volvió a bramar el bravo de donCipriano que ahora respiraba agitadamente inflando su pecho y su panza, laadolorida chica con su manita en la cara quiso volver a explicar:
Cielo Riveros --Es queyo quería dec...
--Plaaffff!!!!--Sácate la ropaaaa te digooooo...!!!!, el viejo ahora rugía con la cara dedesquiciado,
--Está bien... es queyo solo q...
--Plaaafffff!!!!!,sácate la ropaaaaa... putaaaaaa!!!!, esta vez Cielo Riveros tuvo queobligadamente arquear su cuerpo hacia un costado debido a la brutal bofetadaque casi la hicieron caer al suelo.
Una casi horrorizada CieloRiveros temiendo que ante cualquier reacción que ella hiciera el viejo esevolvería a golpearla en la cara, con sus dos manitas temblorosas cual enfermamental retiró su chaqueta de mezclilla a tirones para luego hacerlo rápidamentey de la misma forma con su polera blanca, mientras por sus enrojecidas mejillascaían copiosos ríos de lagrimas, una vez de haberse despojado del resto devestimenta que le quedaba en forma avergonzada y temerosa se quedo mirando alviejo, su carita estaba muy enrojecida.
--Te faltan tus sandaliasestúpidas...!!!, le dijo el viejo con sus ojos vidriosos por la calentura alestar contemplando en total estado de desnudez a la atrayente pero aterradacolegiala.
La chamaca sinpensarla dos veces y antes de que le pegaran nuevamente se agacho y con sus dosmanos se dio a desenrollar los hilos de sus zapatillas retirando una y despuésla otra, para cuando ya estuvo descalza volver a elevar su cuerpo y quedar a laespera de lo que el viejo quisiera hacerle.
El viejo ya noaguantándose más de tener ante su vista aquel diabólico y femenino cuerpo,sintiendo las mismas hormonales sensaciones en su verga de cuando recién habíaconocido a su otra Diosa, se dio a comenzar a manosearla para sentir aquellasuave y brillante piel que se le notaba que tenia la condenada chamaca.
--Eres muy suavecitapendeja, jejejeje... le decía el viejo a medida que pasaba sus manazas por suscintura, como también por sus brazos y por su espalda.
Luego de un momento desentir en sus propias manos las suaves carnes desnudas de la joven, el viejosin decirle nada la tomo de sus hombros e hizo que volteara su cuerpo contra lapared, a la misma vez que también fue el mecánico quien la tomo de sus muñecase hizo que se apoyara con estas en el mismo muro en que la puso.
Los llorosos ojosverdes de la chica quedaron irónicamente justo al frente de una fotografía endonde una pelirroja salía mostrando su vagina a la vez que se la abría con susdedos.
En ese momento donCipriano viendo semejante culazo a su entera disposición se propuso a llevar acabo lo que deseaba hacerle desde la primera vez que la vio tanto en fotografíacomo en persona.
Como pudo se despojode sus botas vaqueras, luego se bajo el cierre de sus pantalones y se losquito, igual suerte corrió su camisa roja a cuadros hasta quedarse con sustípicos bóxer verdes que aun no se los cambiaba. Aunque su nueva hembra lecompraba y compraba calzoncillos este se negaba a quitárselos y lavarlos ya quesegún él estos le habían traído buena suerte en el dinero y en el amor.
Cielo Riveros semantenía desnuda como la tenían apoyada en la pared de madera esperando que leocurriera cualquier cosa, hasta que en un momento en que bajo su mirada enseñal de desventura vio los pies peludos y descalzos del vejete, con unas uñasnegras e impregnadas de mugre, y que en estos cayeron unos gastados bóxerverdes, en ese mismo momento sintió una gruesa barra de carne caliente que lerozaba las nalgas, y como esta era alojada al medio de su canaleta posterior.
El salido viejo alsentir su erecta herramienta cobijada justo al medio de aquellas dos esponjosasparedes de carne femenina y tibias creyó estar en el mismísimo paraíso, sindarle previo aviso a la chamaca metió sus manos por su cintura para subirlas enforma automática y prenderse con desesperación a ese fenomenal par de tetas quelas tenia tal cual como a él le gustaban: grandes, duras y suavecitas, a lamisma vez que se daba a deslizar su verga por aquella lujuriosa juntura decarnes sintiendo en su tranca unas sensaciones deliciosas e indescriptibles.
Don Cipriano que sucara en esos momentos era la de autentico degenerado por estar viviendo tansublime momento acariciaba las majestuosas curvas que se gastaba la muycondenada chiquilla, pero él queriendo ver más de ese glorioso trasero echó supecho y panza hacia atrás y vio como su verga quedaba alojada y apretada contraaquellas deliciosas panderetas carnosas, por lo que se dio a sobajearle lasnalgas con las dos manos, se las abría y si se las cerraba a la vez queaprovechaba de masturbar su tranca con estos indecentes sobajeos, la suavidadde aquel culazo amenazaban con hacerlo enloquecer antes de culearse a tandelicada criatura.
--Ufffffffffffff...!!vaya culo que te gastas mamasotaaa...!!! eres... e...res toda una Diosapendejaaaaa...!!!, mientras la asustada Cielo Riveros lo escuchaba se dabacuenta que casi todos los vejetes con los que se cruzaba estos se daban aalabarle el tremendo culo que ella se gastaba, a la vez que sentía como esasrudas manos de mecánico no paraban de sobajearle el loable pedazo de su cuerpoantes mencionado.
Cielo Riveros ajena atodas esas exquisitas sensaciones que estaba sintiendo don Cipriano otra vez sedaba a volver a pensar de porque a ella le ocurrían esas cosas, y que sería deClaudia?, quizás a ella también en esos momentos se la estaban violando enalgún descampado pensaba mientras el mecánico que la había desnudado seguíadándose el festín de su vida con aquel caliente manoseo y refregones que seestaba dando con el formidable trasero de la colegiala.
El excitado yenloquecido mecánico al sentir su verga bien atorada en aquella soberbiacanaleta aprovechaba para subir sus manazas por su cintura y pasarlas pordelante de la chamacota para sobajear aquellas tersas tetasas que tenía a sudisposición, acariciaba con sus pulgares aquellos dos pequeños pezones paraluego de creer sentir como estos se agrandaban, volvía a bajar sus peludosbrazos hasta llegar con sus manazas a las redondeces de sus nalgas yexperimentar la idílica suavidad de esas tiernas carnes que se gastaba laexquisita jovencita que se mantenía quietecita, tal cual como le había dicho suhermano que esta reaccionaba si es que la asustaban un poquito.
--Que culazo tanexcelso es el que te gastas zorraaaa...!!!, jajajaja...!!! creo que es elsegundo culo en la vida que se va a comer mi verga entera, ya que a casi todasla putas que se las he intentado meter en forma completa las he rajado por elorto, jajajajaaaaa...!!!, si solo una me la ha aguantado todita, y tu vas a serla segunda ricura, jejejeje... la quieres probar ahorita mismo...!?, le decíael miserable viejo a la vez que accionaba su verga de atrás para delante.
Cielo Riveros quedandopasmada con lo que le estaban diciendo cayó en un alarmante estado de pánico,al recordar lo doloroso que había sentido cuando don Pedro la había enculado, yviendo que este era su hermano su verga debería tener dimensiones más o menosparecidas y la respuesta a sus desesperadas especulaciones las estaba sintiendoen esos mismos momentos en su trasero, ya que se la sentía interminable.
Cielo Riveros –-Noooooo...sueltemeeeeee...!! por favorrrrrrr...!!!, no me vaya a hacerrrrrr esooo!!!,exclamó de pronto una vez que se pudo dar fuerzas para gritar, pero el mecánicoestaba enloquecido con ese imponente culazo.
–-Tranquilapendejaaaa...!!! jajajaja, ya verás que la aguantaras, este culo está hechopara meterle la verga una y otra vez, jajajaja...!!!.
Cielo Riveros nuevamentese sentía desvalida e indefensa al estar en las garras de otro viejo caliente ymal vividor que estaba dispuesto a encularla de un momento a otro, al menos sillegara Claudia se decía, ella no permitiría que la violaran ya que laimaginaba sacando secretamente su celular y llamando a la policía, pero elrecordar que existían grandes posibilidades de que fuera el mismo sargentoSinforoso quien llegara a tomar el procedimiento, este sería capaz de ponersede acuerdo con los dos viejos para participar en la orgia, así que ya no sabíacuál sería la mejor opción, todo eso era una locura, por lo que simplemente alverse perdida comenzó a llorar.
--Snifff... no meencule don Ciprianoooo... que me va a dolerrrr... Snifffs...!!
--Jajajajaja...!!!,esa es la idea zorraaa que te duelaaaa!!!, pero a los minutos se te pasara eldolor y sentirás tal comezón en tu ojete que luego estarás rogando y chillandopara que no paren de darte por el culooooo, jajajaja!!!!
Cielo Riveros lomiraba hacia atrás con sus ojos llorosos y suplicantes, pero se dio cuenta queesto de nada le serviría, el viejo ya estaba todo traspirado y en sus ojostenía un brillo enfermizo y vidrioso, como también en su cara se había dibujadoun gesto tan perverso como lujurioso, este se movía haciendo movimientos deculeo, deleitándose a él y a su verga con esas espectaculares nalgotas quevibraban con el accionar de su aparato.
Don Cipriano ya noaguantándose más separo su cintura del loable trasero de la jovencita quepensaba encular ahorita mismo, para luego tomar su verga con unas de sus manosy apuntar hacia el rosado anillo de la nena, una vez posado en este con sus dosmanazas se daba a abrirle las nalgas con sus dos dedos pulgares muy cerca delpunto rosado punteándola suavemente con su gruesa y venosa tranca con lafinalidad de que ella misma sintiera lo que en muy poco tiempo se iba a comerpor su orificio posterior,
Cielo Riveros --Noooooo...!!!nooo lo hagaaaaaaaaaaa...!!! no... nooo... noooo... espereeeee...!!!noooooo...!!!, gritaba escandalosamente la chica una y otra vez, al sentir ensus carnes anales aquella tremenda cabezota que presionaba en este amenazando comosi en cualquier momento se le iba a introducir, a la vez que sintió en su carael fétido aliento a caries y a boca sin asear ya que el viejo en suapasionamiento se dio a contraerla contra su panza para comenzar a babosearlaen el cuello y por detrás de su oreja, a la misma vez que subía sus callosasmanazas para otra vez apoderarse de esas tremendas chichotas recién terminadasen desarrollo, raspándolas y mancillándolas.
Pero la mente denuestra preciosa colegiala se escandalizo aun mas al notar como unas exquisitassensaciones la invadieron y que la hicieron que se le erizaran todo los pelitosde su cuerpo debido a las apuntaladas que estaba sintiendo en su trasero, estefue el primer aviso que su femenina sexualidad le enviaba a su acaloradosistema neuronal, para luego notar como el vejete nuevamente bajaba sus manospara abrirle las nalgotas y espolonearla con su verga amenazando perforarla encualquier momento.
Una horrorizada CieloRiveros ante semejante y acalorada situación comprimía todos los músculos desus nalgas intentando con esto apretarlas para negarle el ingreso a esa vergaque le comprimían en su ojete como dándose fuerzas para antes del ingreso,soportando además como ese asqueroso vejete no se cansaba de lamerle su cuellopor ambos extremos, y que de a momentos también introducía su lengua en susoídos.
La desesperada chamacaaguantaba con estoicismo el ardiente asalto a las curvas de su cuerpo y atantos chupeteos en sus zonas erógenas, a la misma vez que sus dosmanitas las llevaba hacia atrás de ella en una reacción innata de autodefensa ya que con esto intentaba separar la pelvis del vejete de su trasero,pero para el fiero mecánico eso que hacia la pendeja era parte del ritual queantecedía a cualquier tipo de enculamiento, además que en vez de amedrentarlola débil resistencia que oponía la chamaca lo calentaban aun mas.
Don Cipriano cuandosintió en sus propias manos como la piel de la chica se erizaba con tantomagreo supo claramente su significado en el cuerpo de tan loable estudiante porlo que aumento más enfáticamente sus lamidas y chupeteos en el sensible cuellode Cielo Riveros, otorgándole oleadas de múltiples escalofríos y cosquilleos delos más conocidos para la aterrada chamaca, hasta que sintió como aquella vergaque se movía en su trasero de pronto quedo embocada a las puertas de Sodoma.
El viejo Ciprianocayendo en un casi demoniaco estado de calentura en el momento que su verga seatoro en la entrada anal de la chica, y ver como ella notándolo también sequedo mirando hacia el techo con sus ojos abiertos como platos y titilandohacia afuera, no la pensó para así apuntalada como la tenia abrazarlafuertemente por su cintura y con su otro brazo pasarla por debajo de subarbilla, una vez que la tubo bien afianzada e inmovilizada, y viéndola comoaun miraba al techo con sus baquita abierta haciendo gesticulaciones, le diouna asquerosa lengüeteada en su carita descongestionada por el dolor, y fueaccionando su verga hacia adelante enterrándosela hasta la mitad, para ver comosu carita ahora la tenia igual que hace un rato pero ahora con sus cejasfruncidas hacia arriba y con ríos de lagrimas cayendo por sus sienes, y ya noesperando nada mas el salido vejete cerro sus ojos en señal de concentración yle pegó un último empujón con el cual se la mando a guardar toda.
Un momento antescuando Cielo Riveros sintió que con tanto magreo y punteos el glande le habíaabierto su agujero anal y que este se atoraba abriéndola sin ningún tipo dedilatación previa, fue tanto su dolor que subió su carita en busca de aire, ala vez que en forma automática sintió caer de sus ojos abundantescantidades de lagrimas que se le formaron a causa de la laceración en su orto yque la sensación seguía instalada ahí negándose a desaparecer, como así mismosintió que se le helaba la sangre debido al estupor del momento, y cuandobuscaba llenar sus pulmones de oxigeno para pedirle a su violador que laliberara, sintió como este al contrario de lo que ella deseaba la inmovilizabaaun mas, para volver a empujarle su fierro incandescente lo mas adentros quepudo. Sin poder moverse ni articular palabra alguna experimentó un dolorindescriptible, se sentía agitada, con el corazón en su reseca garganta, queríasalir arrancando disparada para su casa o para cualquier parte, su ano leavisaba a su mente el grosor de la verga que tenia incrustada a medias en elculo, pero su violador a parte de estar lamiéndola asquerosamente lainmovilizaba con mas fuerzas que antes, hasta que de un último empujón se laenvaino limpiamente hasta la misma raíz.
Cielo Riveros --Ayyyyyyyyyyyy...!!!Nooooooooooooo...!! Oooooohhhh…!!! Uffffffffffffff...!!! saquelaaaaaaa...!!!por favorrrrrrrrrrrrr!!!!, grito por fin la ensartada chamaca pidiendocompasión a sabiendas que eso no iba a suceder,
Don Ciprianotraspirando como caballo sentía como el conducto anal de la nena secomprimía y contraía en inequívoca intención de expulsarlo a él y a su verga desu interior debido a una natural resistencia por parte de su dueña, pero parasu suerte y ayudado por su poderosa erección fue venciendo esa oposición hastaque sintió totalmente relajado aquel soberbio culote que el acababa de invadiry tomar posesión de este.
- Cielo Riveros -Porfavor no se muevaaaa...!!! me dueleeeee... Sniffs..!!! ahhhhh...!!!ahhhhh...!!! por favooor...Snifffs...!!! aaahhhhhh...!!! detengaseeeee... Sniffsss...!!! ya nooooooo!!!,gritaba con su carita cubierta de lagrimas y congestionada por el inmenso dolorque estaba sintiendo la ensartada jovencita cuando sintió como el viejo queahora se mantenía bien agarrado de sus caderas este comenzaba a mover la vergadentro de su orificio anal, movimientos que la hicieron sentir comodolorosamente le seguían abriendo el culo y como le metían esa gruesavergota centímetro a centímetro, sus lágrimas ahora eran máscopiosas que hace un rato, pero esto a don Cipriano no le interesaba.
--Argggghhhh...!!!!que culazo más apretado es el que te cargas zorraaaaaaaa...!!!, le gruñó elviejo Cipriano arremetiendo con fuerzas para penetrarla más profundamente decomo lo había estado haciendo, venciendo por fin la resistencia de lachamaca ya que el mismo sintió como ahora eran los músculos de las caderas dela nena los que aflojaban y se relajaban para dejarse ensartar completamente.
Cielo Riveros --Ayyyyyyyy...Snifsss...!! no tan fuerteeeeee... por favorrrrr... Sniffsss...!!! me duelemuchoooooo... Sniffsss Snifssss!!!
A estas alturas elsalido mecánico sin hacerle caso se la afianzo mas contra su cuerpo y pelvispara empezar a culearla como desesperado, sus arremetidas eran rápidas yprofundas haciendo vibrar el cuerpo de la chamaca por cada agasajamientoque le propinaba hacia arriba, ahora si abiertamente a la colegiala lalevantaban del suelo a punta de verga y por el culo entre medio de sus quejidosy sollozos.
--Cállate zorraaaa...!y acepta la vergaaaa...!! Tomaaaaaaaaa...!!!, le gritaba el vejete que por laforma en que le pulsaban las venas de sus sienes este debería estar al bordedel infarto, tras darle otra bestial estocada no escuchando las suplicas y lossollozos de la nena mientras seguía ensartándola y levantándola con fuerzasdescomunales.
Cielo Riveros quiencontinuaba sollozando con sus palmas apoyadas en el muro de tablas, con susmuslos separados y con el culo bien levantado se dejaba encular por aquelbestial mecánico que le había pegado, y que ahora sí que estaba segura que erahermano legitimo de don Pedro, su trasero de lo confirmaba.
--Splapp...! Splappp...!! Splapppp...!!! Splappppp...!!!!Splapppppp...!!!!! Splappppppp...!!!!!!,era lo único que se escuchaba al interior de la deplorable casucha de madera,en donde ambos cuerpos sudados se acoplaban de la forma más animal imaginable,lo que evidenciaba que el soberbio culazo de la colegiala se había ido adaptandoa la enorme verga que le metían sin consideraciones, lo que hizo que el dolorpoco a poco fuera dando paso a que el culo se le durmiera, para luego yacomenzar a sentir ese eléctrico gustillo muy al interior de su ano.
Cielo Riveros con laslagrimas ya secas en su cara sentía como la gruesa tranca del viejomecánico se le resbalaba perfectamente por todo el conducto de su anoprovocándole un gozo increíble y muy bien conocido por ella, le estaban dandofi
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