Tras la cogida en el patio de su casa, un mes paso, en el que me seguía cogiendo a mi vecina villera Andrea mientras el cornudo de su marido laburaba.
Cada día un polvo le echaba a la puta, ella estaba entregada, siempre estaba dispuesta a darme la concha, a veces ni limpiaba realmente, solo iba y cogíamos toda la mañana, Maicol nunca le dijo nada (o al menos no me lo hizo saber ella) supongo por que nunca le negaba una cogida tampoco.
Pero todo se complico un día que Maicol perdió la changa que estaba haciendo en la construcción, pasando a estar siempre en la casa, lo cual obviamente era un problema, ya que Andrea no podía tardar toda la mañana para “limpiar” y tampoco podía volver muy desarreglada a la casa.
Al final dejamos de coger y solo se limitaba a chuparme la pija cuando iba a limpiar, a veces yo le chupaba la concha y el culo también, ya que me encantaba ese enorme orto blanco de la vecina, pero nunca coger, yo estaba como loco, además, a veces nos mandábamos mensajes ya que tenia mi numero.
—Toma gato.
—Que orto tenes Andrea lpm— le escribí al ver la foto que me envió en el baño.
—Luego voy y vemo que hacemo.
—No te regales por que dejo la concha chorreando leche hija de puta.
—uff no me hable así gato que me calenta.
—Si no estuviera el cornudo de tu marido sabes como te garcharia toda.
Ahí ella dejo de responder, supongo por que siguió haciendo lo suyo.
A la media hora aparecieron los dos en mi puerta.
—Buen día vecino— dijo Maicol.
—Y che todo bien?
—Tranqui, che te venia a pedir la cortadora pal patio.
—Ah si, ahora te la paso. Entra Andrea.
Yo fui hasta atrás y traje la maquina, se la dí y se fue, mientras Andrea se quedo en la sala simulando limpiar cosas.
Al irse, me le acerque y le di una nalgada.
—Ay me dolio.
—Bueno por que tenes tremendo orto putita— le dije, agarrándola de las caderas y apoyándola —estoy re caliente hija de puta, hoy te pienso coger toda me escuchaste.
—Uf para para Carlo— decía ella mientras se calentaba y yo le amasaba las tetas —mira si el otro viene a joder.
—No va a venir Andrea, dale putita hermosa, extraño llenarte de leche.
La di vuelta y nos comimos la boca ahí nomas, yo la manoseaba toda, entonces en minutos ya la tenia en pelotas mientras la dedeaba en la sala.
—Aaaay Carlo dale dale.
—¿Te gusta villerita? ¿Te gusta cagar a tu marido?
Ella estaba re mojada por las cosas que le decía, entonces arranque a escuchar el sonido de la cortadora, ahí se me ocurrió algo.
La agarre de la mano y la lleve a mi patio.
—Para gato que hace!— dijo algo asustada, por miedo a que Maicol nos viera.
—Dale que esta el muro, veni.
Yo sabia que si no se trepaba, ni en pedo podría ver al otro lado, la saque en pelotas al patio y la hice apoyar contra el muro, ahí me arrodille y deguste ese culo que tanto me calentaba.
—Tenes el ojete re hecho ya hija de puta— le decía al ver el agujero del culo.
Ella gemía como loca, arranque a meterle dedos en el culo mientras le chupaba la concha.
A veces bajaba el volumen ya que la cortadora dejaba de sonar, pero cuando arrancaba otra vez, dejaba salir sus gemidos en el patio.
La pija me reventaba ya.
—Abrite el culo dale.
—Que vas a hacer gato.
—Te voy a mandar a la casa con el culo cogido y lleno de leche.
—uuufff
Le puertie el culo, cuando entro la cabeza, se la deje ir y arranque a bombearle el culo.
—Aaay gato mas despacio.
—Uuf cállate putita, esto te gusta a vos villera de mierda— le dije, mientras le apretaba con fuerza las nalgas y se las dejaba coloradas.
Nuestras caderas chocaban con fuerza, me encantaba esa imagen de la putita de mi vecina contra la pared mientras a unos metros, su marido ni se hacia la idea de que se estaba culeando a su mujer.
—Hija de puta que orto!— dije mientras acababa en el culo de mi vecina.
—Aaag gato que hijo de puta.
Yo me Sali de su culo y ella quedo con las piernas tambaleantes, la leche se le salía del agujero del culo, ahí nomas le metí bruta nalgada que sonó.
—Vamos adentro putita.
Ahí nomas entramos otra vez, ella se arreglo y se limpio el culo.
Estuvo una hora mas en casa y se fue.
Cada día un polvo le echaba a la puta, ella estaba entregada, siempre estaba dispuesta a darme la concha, a veces ni limpiaba realmente, solo iba y cogíamos toda la mañana, Maicol nunca le dijo nada (o al menos no me lo hizo saber ella) supongo por que nunca le negaba una cogida tampoco.
Pero todo se complico un día que Maicol perdió la changa que estaba haciendo en la construcción, pasando a estar siempre en la casa, lo cual obviamente era un problema, ya que Andrea no podía tardar toda la mañana para “limpiar” y tampoco podía volver muy desarreglada a la casa.
Al final dejamos de coger y solo se limitaba a chuparme la pija cuando iba a limpiar, a veces yo le chupaba la concha y el culo también, ya que me encantaba ese enorme orto blanco de la vecina, pero nunca coger, yo estaba como loco, además, a veces nos mandábamos mensajes ya que tenia mi numero.
—Toma gato.
—Que orto tenes Andrea lpm— le escribí al ver la foto que me envió en el baño.
—Luego voy y vemo que hacemo.
—No te regales por que dejo la concha chorreando leche hija de puta.
—uff no me hable así gato que me calenta.
—Si no estuviera el cornudo de tu marido sabes como te garcharia toda.
Ahí ella dejo de responder, supongo por que siguió haciendo lo suyo.
A la media hora aparecieron los dos en mi puerta.
—Buen día vecino— dijo Maicol.
—Y che todo bien?
—Tranqui, che te venia a pedir la cortadora pal patio.
—Ah si, ahora te la paso. Entra Andrea.
Yo fui hasta atrás y traje la maquina, se la dí y se fue, mientras Andrea se quedo en la sala simulando limpiar cosas.
Al irse, me le acerque y le di una nalgada.
—Ay me dolio.
—Bueno por que tenes tremendo orto putita— le dije, agarrándola de las caderas y apoyándola —estoy re caliente hija de puta, hoy te pienso coger toda me escuchaste.
—Uf para para Carlo— decía ella mientras se calentaba y yo le amasaba las tetas —mira si el otro viene a joder.
—No va a venir Andrea, dale putita hermosa, extraño llenarte de leche.
La di vuelta y nos comimos la boca ahí nomas, yo la manoseaba toda, entonces en minutos ya la tenia en pelotas mientras la dedeaba en la sala.
—Aaaay Carlo dale dale.
—¿Te gusta villerita? ¿Te gusta cagar a tu marido?
Ella estaba re mojada por las cosas que le decía, entonces arranque a escuchar el sonido de la cortadora, ahí se me ocurrió algo.
La agarre de la mano y la lleve a mi patio.
—Para gato que hace!— dijo algo asustada, por miedo a que Maicol nos viera.
—Dale que esta el muro, veni.
Yo sabia que si no se trepaba, ni en pedo podría ver al otro lado, la saque en pelotas al patio y la hice apoyar contra el muro, ahí me arrodille y deguste ese culo que tanto me calentaba.
—Tenes el ojete re hecho ya hija de puta— le decía al ver el agujero del culo.
Ella gemía como loca, arranque a meterle dedos en el culo mientras le chupaba la concha.
A veces bajaba el volumen ya que la cortadora dejaba de sonar, pero cuando arrancaba otra vez, dejaba salir sus gemidos en el patio.
La pija me reventaba ya.
—Abrite el culo dale.
—Que vas a hacer gato.
—Te voy a mandar a la casa con el culo cogido y lleno de leche.
—uuufff
Le puertie el culo, cuando entro la cabeza, se la deje ir y arranque a bombearle el culo.
—Aaay gato mas despacio.
—Uuf cállate putita, esto te gusta a vos villera de mierda— le dije, mientras le apretaba con fuerza las nalgas y se las dejaba coloradas.
Nuestras caderas chocaban con fuerza, me encantaba esa imagen de la putita de mi vecina contra la pared mientras a unos metros, su marido ni se hacia la idea de que se estaba culeando a su mujer.
—Hija de puta que orto!— dije mientras acababa en el culo de mi vecina.
—Aaag gato que hijo de puta.
Yo me Sali de su culo y ella quedo con las piernas tambaleantes, la leche se le salía del agujero del culo, ahí nomas le metí bruta nalgada que sonó.
—Vamos adentro putita.
Ahí nomas entramos otra vez, ella se arreglo y se limpio el culo.
Estuvo una hora mas en casa y se fue.
8 comentarios - Mí vecina villera 5.