Mi hermana milf me usa para satisfacerse. Parte7
En medio de la locura, mientras comía las tetas de mi hermana, mis sobrinos entraron a la casa sin que nos diéramos cuenta. Por suerte lo único que tuvimos que hacer fue separarnos rápidamente. Yo subí su sostén y ella bajó su remera. Cuando los chicos llegaron me encontraron arrodillado mientras fingía que buscaba algo en una caja de herramientas que estaba en el suelo y mi hermana tenia el celu en la mano.
-Menos mal que lo ibas a ayudar... -dijo mi sobrina señalándome.
-Y si no quiere que yo lo ayude ¿Qué pasó?
-¿Nos das plata para comprar una gaseosa? -eso era todo lo que ellos querían, pero yo sospechaba.
Mi hermana les dio la plata y les dijo que cerraran la puerta. Se fueron con las bicis y esta vez nos habíamos salvado.
-Uffff! Eso estuvo cerca ¿No amor? -dijo mi hermana.
-Siiii... Pero quedé con muchas ganas.
Me acerqué a ella, la abrace y le di un beso, mostrando mi disposición a seguir con el jueguito, pero esta vez no parar hasta no poner mi verga en el interior de su vagina. Besitos en el cuello, caricia en la espalda baja y ya no hacia falta mas nada, era totalmente mía. Pero nos sentíamos, ambos, algo consternados por lo que pasó, hasta podría decir que temerosos.
-Mejor paremos acá -le dije-. No vaya a ser que nos descubran los chicos.
-Ay, no, amor! Eso no va a pasar si estamos atentos.
Entonces se alejó de mi y se apoyo contra uno de los lados del marco de la entrada a la habitación donde estábamos. Asomando su cabeza por el pasillo se bajó el pantalón y la tanga hasta la mitad y con su mano me hizo gestos para que vaya a adueñarme de su culo.
-Dale amor, yo de acá vigilo si vienen los chicos.
No me esperaba eso, yo todavía estaba algo espantado porque casi nos descubrieron sus hijos. Pero ella no parecía preocuparse, cuando estaba conmigo hasta se olvidaba que era madre de tres chicos. Me desprendí el pantalón y dejé salir a mi amiguito, que estaba entre flácido y duro, pero en unos segundos ya iba a estar listo para la acción. Me incliné para besar las nalgas de mi hermana y le di un par de nalgadas.
En ese momento me di cuenta que en todo el lugar habíamos dejado un olor demasiado fuerte a sexo. Ella excitada y mojada, mi verga erecta y babosa con la leche a punto de explotar. Puse mi cabeza dentro de su concha, pero quería que ella me lo agarrara y se lo mentira otra vez, así que lo saqué. Inmediatamente me lo agarró y se lo metió diciéndome:
-Dale, amooooor! No piérdanos el tiempo.
Eso me la puso demasiado dura y de un empujón la llevé hasta el fondo, chocando con su útero y generando el ella un increíble grito de placer. "Ay amor! ay! ay! ayaaaaa!". Por ratos miraba hacia atrás y por ratos miraba al pasillo, pero no había forma de que ella pudiera contener sus gemidos. Para colmo sus glúteos reventaban al chocar con mi abdomen y el toda la casa resonaban los "clap clap clap" que producíamos. ¡Su ano se veía tan rico! Que no pude resistirme a ensalivarme el dedo y empezar a masajearlo con movimientos circulares.
Mientras ella gemía y hacia rebotar su culo contra mi cuerpo yo iba poco a poco metiendo mi dedo en su ortito. se notaba que nunca le habían hecho la cola, ese culito estaba demasiado cerradito. A esa edad (43 años) me parecía extraño. Cuando metí mi dedo hasta el fondo vi como se retorcía de dolor y casi que me pide que me detenga, pero hizo todo el esfuerzo para seguir complaciendo a su macho.
-Ay amooor! Ahhhhy! Ahhhhhhh! Que rico, mi amor!
-Te gusta mi amor? Te gusta? -le decia yo tratando de no venirme.
-Ahhhhjjjj! Siiiiii!
Cuando ya no daba mas y estaba a punto de acabar, recordé que otra vez estaba dentro de ella y sin protección. Yo sabia que era un riesgo acabarle adentro, pero quería hacerlo. Entonces se me ocurrió correrme en su culito. Saqué la pija de su concha y traté de metérselo atrás, pero estaba tan cerrado que necesitaba lubricar para que no le doliera. Sin embargo, la leche me salía y traté de empujarla, ella me hizo un gesto con la mano diciéndome que pare y me gritó: "-Me duele, amor... Me duele" Y con esa misma mano agarró mi pene y se lo puso de nuevo donde había estado hace unos segundos. No tardé nada en tirarle todo el semen dentro, y al sacarlo vi como algunas gotitas caían lentamente. No hubo tiempo para ir al baño a limpiarnos, se subió los pantalones y en ese momento llegaron mis sobrinos.
Por suerte solo faltaba sacar el ultimo bulón que sostenía el ultimo soporte que quedaba. Unas vueltas con la mano y sacamos todo. Rápidamente dejamos la habitación. No queríamos que los chicos sientan el olor a sexo que su madre y su tío dejaron impregnado. Salimos rápidamente y yo me encargué de poner de nuevo las bicicletas en su lugar. Afuera, simplemente nos despedimos y ellos se fueron a su casa y yo a la mía. Pero en mi mente pesaba la idea de que por segunda vez eyaculaba dentro de mi hermana, si la primera vez tuve suerte, quizás la segunda no era correcto que me confiara de esa manera. Mas allá de eso, ya lo había hecho, y me di cuenta que hacerlo mientras estábamos preocupados porque no nos descubran, hacía que fuera mas caliente y placentero.
Sexta parte:
http://www.poringa.net/posts/relatos/5208535/Mi-hermana-milf-me-usa-para-satisfacerse-Parte6.html
Quinta parte:
http://www.poringa.net/posts/relatos/5200456/Mi-hermana-milf-me-usa-para-satisfacerse-Parte5.html
Octava parte:
http://www.poringa.net/posts/relatos/5229839/Mi-hermana-y-yo-gozamos-en-cualquier-lugar-y-momento.html
En medio de la locura, mientras comía las tetas de mi hermana, mis sobrinos entraron a la casa sin que nos diéramos cuenta. Por suerte lo único que tuvimos que hacer fue separarnos rápidamente. Yo subí su sostén y ella bajó su remera. Cuando los chicos llegaron me encontraron arrodillado mientras fingía que buscaba algo en una caja de herramientas que estaba en el suelo y mi hermana tenia el celu en la mano.
-Menos mal que lo ibas a ayudar... -dijo mi sobrina señalándome.
-Y si no quiere que yo lo ayude ¿Qué pasó?
-¿Nos das plata para comprar una gaseosa? -eso era todo lo que ellos querían, pero yo sospechaba.
Mi hermana les dio la plata y les dijo que cerraran la puerta. Se fueron con las bicis y esta vez nos habíamos salvado.
-Uffff! Eso estuvo cerca ¿No amor? -dijo mi hermana.
-Siiii... Pero quedé con muchas ganas.
Me acerqué a ella, la abrace y le di un beso, mostrando mi disposición a seguir con el jueguito, pero esta vez no parar hasta no poner mi verga en el interior de su vagina. Besitos en el cuello, caricia en la espalda baja y ya no hacia falta mas nada, era totalmente mía. Pero nos sentíamos, ambos, algo consternados por lo que pasó, hasta podría decir que temerosos.
-Mejor paremos acá -le dije-. No vaya a ser que nos descubran los chicos.
-Ay, no, amor! Eso no va a pasar si estamos atentos.
Entonces se alejó de mi y se apoyo contra uno de los lados del marco de la entrada a la habitación donde estábamos. Asomando su cabeza por el pasillo se bajó el pantalón y la tanga hasta la mitad y con su mano me hizo gestos para que vaya a adueñarme de su culo.
-Dale amor, yo de acá vigilo si vienen los chicos.
No me esperaba eso, yo todavía estaba algo espantado porque casi nos descubrieron sus hijos. Pero ella no parecía preocuparse, cuando estaba conmigo hasta se olvidaba que era madre de tres chicos. Me desprendí el pantalón y dejé salir a mi amiguito, que estaba entre flácido y duro, pero en unos segundos ya iba a estar listo para la acción. Me incliné para besar las nalgas de mi hermana y le di un par de nalgadas.
En ese momento me di cuenta que en todo el lugar habíamos dejado un olor demasiado fuerte a sexo. Ella excitada y mojada, mi verga erecta y babosa con la leche a punto de explotar. Puse mi cabeza dentro de su concha, pero quería que ella me lo agarrara y se lo mentira otra vez, así que lo saqué. Inmediatamente me lo agarró y se lo metió diciéndome:
-Dale, amooooor! No piérdanos el tiempo.
Eso me la puso demasiado dura y de un empujón la llevé hasta el fondo, chocando con su útero y generando el ella un increíble grito de placer. "Ay amor! ay! ay! ayaaaaa!". Por ratos miraba hacia atrás y por ratos miraba al pasillo, pero no había forma de que ella pudiera contener sus gemidos. Para colmo sus glúteos reventaban al chocar con mi abdomen y el toda la casa resonaban los "clap clap clap" que producíamos. ¡Su ano se veía tan rico! Que no pude resistirme a ensalivarme el dedo y empezar a masajearlo con movimientos circulares.
Mientras ella gemía y hacia rebotar su culo contra mi cuerpo yo iba poco a poco metiendo mi dedo en su ortito. se notaba que nunca le habían hecho la cola, ese culito estaba demasiado cerradito. A esa edad (43 años) me parecía extraño. Cuando metí mi dedo hasta el fondo vi como se retorcía de dolor y casi que me pide que me detenga, pero hizo todo el esfuerzo para seguir complaciendo a su macho.
-Ay amooor! Ahhhhy! Ahhhhhhh! Que rico, mi amor!
-Te gusta mi amor? Te gusta? -le decia yo tratando de no venirme.
-Ahhhhjjjj! Siiiiii!
Cuando ya no daba mas y estaba a punto de acabar, recordé que otra vez estaba dentro de ella y sin protección. Yo sabia que era un riesgo acabarle adentro, pero quería hacerlo. Entonces se me ocurrió correrme en su culito. Saqué la pija de su concha y traté de metérselo atrás, pero estaba tan cerrado que necesitaba lubricar para que no le doliera. Sin embargo, la leche me salía y traté de empujarla, ella me hizo un gesto con la mano diciéndome que pare y me gritó: "-Me duele, amor... Me duele" Y con esa misma mano agarró mi pene y se lo puso de nuevo donde había estado hace unos segundos. No tardé nada en tirarle todo el semen dentro, y al sacarlo vi como algunas gotitas caían lentamente. No hubo tiempo para ir al baño a limpiarnos, se subió los pantalones y en ese momento llegaron mis sobrinos.
Por suerte solo faltaba sacar el ultimo bulón que sostenía el ultimo soporte que quedaba. Unas vueltas con la mano y sacamos todo. Rápidamente dejamos la habitación. No queríamos que los chicos sientan el olor a sexo que su madre y su tío dejaron impregnado. Salimos rápidamente y yo me encargué de poner de nuevo las bicicletas en su lugar. Afuera, simplemente nos despedimos y ellos se fueron a su casa y yo a la mía. Pero en mi mente pesaba la idea de que por segunda vez eyaculaba dentro de mi hermana, si la primera vez tuve suerte, quizás la segunda no era correcto que me confiara de esa manera. Mas allá de eso, ya lo había hecho, y me di cuenta que hacerlo mientras estábamos preocupados porque no nos descubran, hacía que fuera mas caliente y placentero.
Sexta parte:
http://www.poringa.net/posts/relatos/5208535/Mi-hermana-milf-me-usa-para-satisfacerse-Parte6.html
Quinta parte:
http://www.poringa.net/posts/relatos/5200456/Mi-hermana-milf-me-usa-para-satisfacerse-Parte5.html
Octava parte:
http://www.poringa.net/posts/relatos/5229839/Mi-hermana-y-yo-gozamos-en-cualquier-lugar-y-momento.html
3 comentarios - Mi hermana y yo cogiendo mientras mis sobrinos jugaban