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Mí premio mayor V

Mí premio mayor V

(Cap V) - Premio extra
En ese momento, mientras las pulsaciones bajan y comienza a calmar la tensión sexual, imaginé que venía la reacción negativa, los reproches, el enojo...de mí esposa, por el tercero que metí a nuestra intimidad.
Pero sorpresa!!. Lejos de estar molesta, seguía con una actitud de hembra insaciable, con ganas de más sexo. Debo confesar que me sorprendió un poco. Pensaba que una bestia sexual había entrado al cuerpo de mí dulce esposa, y yo había sido el culpable ..jeje.
Tenía una actitud empoderada, en sus ojos reflejaba sus deseos de seguir disfrutando.
Pero físicamente, quedo arrasada, parecía que la había agarrado un huracán. Necesita una ducha urgente que borre secuelas de batalla. Tenia el cabello alborotado con algunos pegotes seminales, mechones de pelos se adeherian en el rostro por el sudor, el maquillaje todo corrido.
La espalda estaba toda mojada por el frotar de los cuerpos, además mezclas de sudor con gruesos chorros de semen que perdían consistencia y se iban desplazando hacia el resto de las extremidades.
Lo único que le quedaba de ropa en ese momento era el portaligas. Se lo quito y fuimos hacia el baño, donde Roger ya se estaba duchando. Entramos, ella se colocó al medio, entre los dos.
En principio la intención era bajar decibeles, enfriar la temperatura corporal y lavarnos toda secuela de la faena, pero paso todo lo contrario.
Era nuestra reina, por lo tanto como leales caballeros, fuimos serviles a mí esposa. Tenía cuatro manos a disposición que recorrían todo su cuerpo mientras iban cubriéndola de espuma. Disfrutaba tanto de nuestros roces que su mente la fue llevando de nuevo hacia el camino de la lujuria. Suspiraba, mordía sus labios. Su rostro muestra signo de placer y se la notaba inquieta. Quiere salir de esa posición donde solo recibir placer. Ella se desespera, también quería tocar, explorar, sentir.
Giro su cuerpo hacia la derecha, centrando su atención en el cuerpo joven y fibroso del venezolano. Recorrió, suavemente con sus manos, todos sus muscululos marcados. Él, mientras, apoyaba cada vez con más firmeza la verga semirigida en su vientre.
Por detrás, yo me dedique a tocar y acariciar la espalda y el cuello de mí mujer. Hacia masajes, besaba su cuello, mientras le rozaba la verga en el culo.
Se iba transformando, respiraba más agitada, tenía la necesidad y el deseo de disfrutar plenamente ese "permitido" que nos habíamos dado como matrimonio. De mí parte tenía libertad absoluta para disfrutar.
Tomo el control de la situación con una actitud muy perversa, al mejor estilo escena de película porno. Se colocó arrodillada entre ambos, agarrando una verga con cada mano, y con movimientos suaves desde el tronco hacia arriba empezó a masturbarnos. Desde abajo nos observa provocativa, putísima, cuánta lujuria había en esa mirada. Disfrutaba ver como nuestros rostros expresan placer.
Se inclino hacia mí lado y con punta de la lengua empezó a jugar sobre la cabeza de mi pene. La otra mano seguía sus movimientos de sube y baja con Roger.
Me daba suaves lamidas, jugaba, hasta que de un golpe se la tragaba toda hasta la garganta. Asi aguantaba sin respirar casi hasta hacer arcadas, sus ojos se llenaban de lágrimas, parecía que se ahogaba.
Luego se giro y siguió los mismo juegos en la verga del moreno. Le costo un poco más de trabajo tragarla entera, pero no sé daba por vencida. Sus manos nunca detenían el vaivén sube y baja. Mientras nos hacía terrible paja, se las refregaba por las tetas, los pezones, hasta en el rostro se daba pijazos.
Que espectáculo tan caliente, siempre había querido que se libere, que dejara de ser tan correcta, y disfrutara. Estaba fascinado con ese lado tan salvaje, tan puta de mí esposa. Me daban ganas de acabarle en la boca ahí mismo, pero tenía que disfrútalo un rato más, debía calmarla o me hacia acabar.
Propuse que nos pudiéramos poner más cómodos, salimos de la ducha para ir a la cama. Mientras la ayudo a secar el cabello, Roger trae unas copas y un balde con hielo, había comprado un champagne (que de casualidad era el que más le gusta a ella jeje).
Brindamos por lo vivido esa noche, por nuestro nuevo amigo, nuestros matrimonio y la complicidad,..
Estamos disfrutando de la bebida en el dormitorio y suena el celular.
Era mí telefono. La alarma hacia oficial que terminó el tiempo y se han cumplido las 2 horas, mí premio estaba cumplido.
Mientras daba explicaciones de la alarma, mí esposa envuelta en el toallón, subió a la cama para apagar el celular. Mientras intenta apagar el sonido, quedó con los codos apoyados en la cama, como en cuatro patas, con la colita levantada. El no le cubría casi nada, para mí fue como una invitación a lamerle hasta el útero.
La posición hacia que quede con sus partes bien abiertas, no me pude resistír y me avalance de cabeza, como un ave a la presa, a chuparle todos los orificios. Puse mis manos en las nalgas, abriéndola para recorrer mejor cada pliegue de conchita. Estaba encarnizado en esa cola, le volcaba chorros de champagne por entre las nalgas, que caían en forma de cascada, mientras mí lengua desde abajo subía limpiando todo desde la el clítoris hasta el orificio anal.
La penetraba con la lengua lo más profundo que podía y jugaba haciendo círculos alrededor del clítoris, mientras mí dedo mayor jugaba alrededor del ano, eso la enloquecía.
Suspiros y gemidos fuertes salían de su boca, mientras me tomaba del cabello con fuerza. La otra mano, mientras, arrugaba en un bollo las sábanas con desesperación.
Roger, como al acecho, observa al lado de la cama la situación, mientras bebia esperaba el momento de entrar en acción.
Ella estaba enloquecida, mis juegos de lengua estaban tocando en lo más profundo puntos de estimulación muy sencibles, movia sus cadera hacia atrás y adelante para que la lengua le entrara, como una pija, bien adentro. Sentia en mí boca el sabor de sus fluidos que brotaban en abundancia desde interior.
Con mís dedos humedecidos, le frotaba el ano, presionaba, hacia círculos a su alrededor. Se estremecía, le encanta, sabe que lo hago para prepararla y cogerla por el culo.
Saco mí boca de su trasero y me quiero acomodar para cogerla desde atrás. Me sorprendió nuevamente, tenía enterrada en la boca, la gruesa verga de Roger. Estaba tan perdido entre sus nalgas que no me había dado cuenta el momento en que el moreno se había colocado frente de ella.
Ella en cuatro sobre la cama, mientras yo de parado dándole desde atrás y Roger de frente a ella, mientras le comía la verga, era un trencito de placer.
Se la notaba disfrutar mucho, ser complacida por dos hombres. Los gemidos, la forma en que retorcía el cuerpo, la respiración, todos eran indicios de lo caliente que estaba. No me quería perder detalles, estaba encantado de verla disfrutar tanto. Cambié de orificio, le moje con saliva el culito, le coloque la punta de la verga en la entrada y muy lento empecé a empujar. Me enloquece ver y sentir como el culo me va devorando la pija milímetro a milímetro.
Una vez que se comio la verga, empiezo a darle con más ritmo, con firmeza. Se la sacaba casi toda, dejando apenas la punta adentro y con un golpe seco se la enterraba toda. Ella gozaba de forma increíble, movía las caderas con fuerza hacia atrás, ayudando a qué le entre completa hasta el fondo. Tenía la boca ocupada con otro pedazo tocándole la garganta, hacia que el placer que le daba sexo anal quedé ahogado en la garganta. Se oían gemidos atragantados y el golpeteo rítmico de las nalgas chocando contra la pelvis y los testículos.
En mí cabeza había una fantasía a cumplir, era hacerle doble penetración. Quería taparle los dos orificios, cogerla por la concha y el culo a la vez, que tenga placer por duplicado.
Lo habíamos practicando en varias ocasiones con la ayuda de un dildo y le encantaba, por lo tanto suponía que con otra verga real la pasaría aún mejor.
Le pedí que Roger se recostara en la cama. Ella que se sentará arriba y lo cabalgara. Esa posición para ella es la más placentera, la que más órgamos le provoca.
Ella, muy obediente, se acomodo encima del morocho, le agarró la pija con la mano y fue guiándola hasta la entrada entre sus labios. Lentamente fue bajando las caderas y con la conchita se la fue devorando hasta hacerla desaparecer totalmente.
Con carita de dolor y placer, daba unos suspiros que acusaban como le iba perforando lo profundo de las entrañas.
Apartado a un costado, me dedique unos instantes a observar como mí mujer disfrutaba estar empalada por esa tranca gruesa. Cuando se acostumbro al tamaño, empezo con lentos movimientos pélvicos. Era una máquina de gemir y gozar, en cada perforada le eran estimulados los puntos de placer en lo más profundo de su ser. Por momentos daba sentadas con violencia y de ratos suaves, sus pechos rebotaban a cada movimiento acompañando la intensidad.
Gozando mientras era cogía, me miraba a los ojos, con cara de muy puta, como preguntando ..."esto es lo que querías???" ... Te gusta como estoy disfrutando...??.
Sus gemidos se fueron acelerando mientras cabalgaba de forma brusca la verga de Roger. De repente contuvo la respiración unos instantes, su cuerpo se fue tensando y exploto con fuertes temblores pélvicos y gritos. Sin salir de arriba, siguió con movimientos lentos, desagotando mientras intentaba recuperar el control. Al instante retomo el ritmo, cogiéndo de forma intensa de a ratos y la escena se repitió nuevamente. Otro órgasmo, ya la pelvis de Roger estaba empapada por las acabadas intensas que tenía mí esposa.
De mí parte ya no aguantaba mas, de seguir así me haría eyacular con solo mirar. Mientras seguía ensartada me puse atrás de ella, la incliné un poco hacia delante mientras se abría las nalgas, y lentamente fui haciendo presión metiendole la cabeza de la pija en el culito.
Sentía, a medida que se la metia, la presión que ejercía la verga de Roger en su conchita. Presioné, mientras entraba abriendo paso, hasta que le entro toda. Tenía los dos orificios rellenos.
Lentamente nos fuimos moviendo hasta sincronizarnos. Era una sensación rara sentir la presión de otra verga, de la que me separaba una delgada capa de piel, o el roce de nuestras partes íntimas. Pero el placer que ella estaba experimentando era descomunal, la forma que estaba gozando me hacía olvidarme de todo lo demas.
A medida que nuestras vergas iban bombeando con más agilidad y coordinacion, ella empezó acabar con orgasmos muy intensos, gozando como loca. Fuertes gritos de placer retumban en la habitación.
Sentia los músculos, en el interior de mí mujer como se contraían y mojaba a chorros mis testículos con sus acabadas, estaba teniendo unos órgamos de película.
La tenía agarrada de los hombros y le daba con firmeza por la cola. Quería sacarle cientos de orgasmos, intenté aguantar lo más que pude, pero tiene una cola fantástica que parece que te estruja la verga de una forma tan placentera. Me contuve lo que más pude hasta que exploté, saltaron fuertes chorros calientes de semen, daba la sensación que me salían litros de semen.
Mientras me iba desagotando, las embestidas de Roger fueron aumentado el ritmo, la verga fue haciendo cada vez más presión sobre mi pene, a medida que se iba hinchando hasta que también acabo en esos instantes.
Quedamos extenuados uno sobre otro, tratando de recuperar fuerzas. La peor parte se la llevo mí esposa, que estaba entre los dos.
Mi reina quedo toda sudada, rellena en su interior de semen, además de sus propios fluidos, pero totalmente satisfecha.
Luego de lavarnos y tomar algo para refrescarnos, le agradecimos a Roger por su ayuda en esta nueva experiencia y nos despedimos.Volvimos al hotel, ya era de madrugada, agotados pero muy encendidos por lo experimentando.
Al llegar, mientras nos bañamos volvimos a coger intensamente. Luego quedamos desmayados hasta el otro día que emprendimos el camino de vuelta a nuestro hogar.
Me sentía feliz por que mí esposa había liberado su parte más puta. Ella descubrio que es una mujer muy ardiente, capaz de disfrutar y gozar sin límites.
A partir de aquella vez, mi esposa sigue siendo en casa una todo una señora, exelente esposa, y gran madre. Cuando sale de esas paredes se transforma en una hembra muy puta y caliente. Disfrutamos en complicidad del sexo, y la llama del amor continua mas encendida que nunca.

2 comentarios - Mí premio mayor V

Gabito129
Muy buenos los relatos gracias por compartirlo