(Cap III ) - Premio mayor
Siempre tuve esa fantasía, pero cuando llegó esa posibilidad de hacerlo realidad, me paralice. Entre en una laguna y no sabía cómo encarar el asunto.
Lo primero era saber si ella estaba dispuesta a pagarme. Una noche en medio de la pasión estaba ella estaba sentada sobre mi, apuntó de acabar, en medio de la calentura le pregunte...
Yo - "amor.. vas a pagarme mi premio???.. o arrugas?? "..
Ella - "obvio..si yo ganaba, me tenías que pagar si o si.. no te iba a perdonar,..bue..a tu culito no iba a perdonar ..jaja"
En ese momento me dije listo vamos para adelante.
La veía súper sensual, el gym también la había ayudado mucho, estaba divina. Notaba como su autoestima estaba por las nubes, provocativa, confiada de si misma.
Empecé a pensar como podía cumplir mí fantasia, pero tenía que armar algo que lo disfrutemos, y sobretodo ella.
Conozco sus gustos, ella tiene cierta debilidad por los morochos, no africanos, más bien morochos tipo caribeños. Musculosos marcados, no fisicoculturista. Que sean simpáticos, higiénicos y que no fumen, fundamental.
Dentro de esos parámetros empecé a buscar candidatos en la web. Visitaba foros, buscaba grupos donde relataban sus experiencias sexuales en Facebook, Instagram, cualquier red social que me pudiera ayudar.
Llegue a grupos swinger donde aparecían muchos "solos" y se ofrecían para participar. Intercambie un par de chats con algunos tratando de saber cómo era la movida.
Uno de ellos, llamo mi atención, entendía mis dudas por la inexperiencia. Me daba tips, algunas ideas, teníamos un dialogo más fluido por sus formas de explicar, era muy respetuoso. Tenia experiencia en el tema y entendía lo que significa para mi tener una experiencia así con mi esposa.
Era una persona joven de 24 años, estudiante. Se llamaba Roger, era venezolano, le conté mi idea desde el principio y cuáles eran mis dudas.
Le hable de como era mí esposa, y sus respuestas me fueron generando confianza.
Vivía en el centro Córdoba, y sugirió su departamento como lugar del encuentro. A partir de allí, fuimos planificando cada paso, también preveíamos algunas respuestas en caso de que mi esposa reaccione en forma negativa.
La idea era que de forma casual nos encontraríamos en un bar, alli veríamos la reacción de mí esposa. Si ella no se sentía a gusto o algo de la situación la incómoda se desistía de la idea y todo terminaba ahí.
Le propongo a mi señora que me acompañe a Córdoba por un tema de trabajo y también con la excusa de pasar unos días solos. Ella no estaba al tanto de todo lo que había planeado, le había insinuando que tal ves le cobraría allí mí premio, por las dudas que valla preparada.
Llegamos por la mañana, hicimos un poco de centro, peatonal, patio olmos. Luego almorzamos en un bodegón y fuimos al hotel hacer una siesta, había sido un largo viaje y quería que estemos al 200 % para la noche.
Ya en el dormitorio, nos metimos a la cama, obviamente ella quería amor sexo acción. Veniamos de casi tres días de abstinencia, me hice el duro y como pude me resistí. La quería bien deseosa para la noche.
Cómo a las 19 hs no despertamos, nuevamente buscándome. Yo tenía unas ganas de coger terribles, pero la idea era que ella desee con locura que la penetre. Nos metemos a la ducha, y me la empieza a mamar mientras me miraba provocando. En un instante se para contra la pared, apoya el culo en mí verga que estaba como garrote, mientras me pedía que empuje y se la meta sin piedad.
Fue tan difícil enfocarme en no caer en la tentación, pero con la excusa de salir a cenar y a la vuelta hacemos lo que me pida nos bañamos como pude.
Le había pedido que me deje elegir que ropa debía ponerse. Toda la ropa la había acomodado sobre la cama, escogí lo que más me exita verle puesto, la queria ver sensual y muy provocativa. Elegí un portaligas con unas medias negras, una tanga de encaje oscuro, y un vestido gris oscuro, muy escotado, que le quedaba sobre la rodilla.
Se vistió. Peino su cabello con un rodete, se maquillo y salimos. Estaba para el infarto, una mirada muy seductora, provocativa, sensual, divina. Ese par de tetas, parecía que en cualquier momento se saltaban del escote, acaparaba la mirada de los hombres en la calle.
Cenamos tranqui, tomamos un vino, luego pedimos otro. Entre charlas y provocaciones le escribí un mensaje a Roger que se viniera. La idea era hacer un encuentro casual, compartir unos tragos y ver cómo reaccionaba ella.
En el postre le comencé a insinuar que tenía ganas de disponer de mí premio esa noche. Podría ser .. ir a un baile,.. o un boliche SW ..o lo que se me ocurra. Ella sonreía, entre nerviosa y excitada.
El vino le hacia efecto, cualquier cosa era motivo de risas, había mucha provocacion en su mirada, roces de piel. Estábamos muy necesitados por descargar tanta tensión sexual.
Pedí unos daikiri como para terminar de desinhibida. Por dentro me corría una adrenalina terrible, el corazón bombea el triple de lo normal, sentía que faltaba muy poco para conocer el desenlace de la noche.
Aparece Roger en la puerta, lo veo y pongo la excusa de ir al baño, me levanto y le salgo al encuentro.
Lo saludo y arreglamos los últimos detalles rápidamente. Quedamos que cuando diga no, se termina todo. Luego nos regresamos hacia nuestra mesa donde esperaba mí esposa.
Sorprendida, ella, me ve llegar con alguien al qué presento como un compañero de trabajo. Supongo que algo sospecho en el momento o tan vez no, pero lo disimulo muy bien.
Lo invitamos a sentarse con nosotros, mientras charla va y viene, ella lo observa, calculo que la cautiva por su acento caribeño, o la presencia seductora del joven.
Muy sutilmente, Roger con sus palabras resalto la belleza de sus ojos. Pero ella se daba cuenta que no solo le miraba el rostro, su escote también era blanco de ojos ajenos.
En un momento nuestro amigo se levanta con la excusa de traer unos tragos. Yo aprovecho y le susurre al oido, mientras le tocaba las piernas por debajo de la mesa ..
Yo - " huuuuu te va comer las tetas con la mirada el pendejo este.."
Ella - "naaaa....nada que verrr" (se puso roja mientras reía)
Seguí subiendo lentamente mis dedos por sus piernas hasta rozar la tanga, estaba caliente y húmeda..
Yo - "mmm parece que siiii..... eso dice otra cosa....quiere acción !! "
Ella - "bastaaa por qué me vas a tener que coger acá..!! (nerviosa mordía sus labios y me miraba con una cara de pervertida).
Yo - "estaba pensando que podría tener otras opciones para cobrar mi premio.."(mientras seguía rozando mis dedos sobre su vagina)
Ella - (puso la mano sobre mí pija y por los efectos del alcohol o la excitación, desinibihida respondió.)
"Es tu premio, vos elegí ...yo obedezco" ( sello sus palabras con un beso)
La excitación que me dio ese momento, fue como que me inyectaron un shot de corriente. Sentí que el corazón se salia, la verga me explotaba, las manos me sudaban de la excitación.
Roger regreso con más bebida. Conversamos un rato más y luego nos propuso ir a bailar algún lugar, el sería el guía. Mí esposa estuvo de acuerdo así que aceptamos la invitación.
Antes debíamos pasar por su departamento, que está a un par de cuadras, para dejar su mochila, cambiar su ropa y levantar dinero.
Siempre tuve esa fantasía, pero cuando llegó esa posibilidad de hacerlo realidad, me paralice. Entre en una laguna y no sabía cómo encarar el asunto.
Lo primero era saber si ella estaba dispuesta a pagarme. Una noche en medio de la pasión estaba ella estaba sentada sobre mi, apuntó de acabar, en medio de la calentura le pregunte...
Yo - "amor.. vas a pagarme mi premio???.. o arrugas?? "..
Ella - "obvio..si yo ganaba, me tenías que pagar si o si.. no te iba a perdonar,..bue..a tu culito no iba a perdonar ..jaja"
En ese momento me dije listo vamos para adelante.
La veía súper sensual, el gym también la había ayudado mucho, estaba divina. Notaba como su autoestima estaba por las nubes, provocativa, confiada de si misma.
Empecé a pensar como podía cumplir mí fantasia, pero tenía que armar algo que lo disfrutemos, y sobretodo ella.
Conozco sus gustos, ella tiene cierta debilidad por los morochos, no africanos, más bien morochos tipo caribeños. Musculosos marcados, no fisicoculturista. Que sean simpáticos, higiénicos y que no fumen, fundamental.
Dentro de esos parámetros empecé a buscar candidatos en la web. Visitaba foros, buscaba grupos donde relataban sus experiencias sexuales en Facebook, Instagram, cualquier red social que me pudiera ayudar.
Llegue a grupos swinger donde aparecían muchos "solos" y se ofrecían para participar. Intercambie un par de chats con algunos tratando de saber cómo era la movida.
Uno de ellos, llamo mi atención, entendía mis dudas por la inexperiencia. Me daba tips, algunas ideas, teníamos un dialogo más fluido por sus formas de explicar, era muy respetuoso. Tenia experiencia en el tema y entendía lo que significa para mi tener una experiencia así con mi esposa.
Era una persona joven de 24 años, estudiante. Se llamaba Roger, era venezolano, le conté mi idea desde el principio y cuáles eran mis dudas.
Le hable de como era mí esposa, y sus respuestas me fueron generando confianza.
Vivía en el centro Córdoba, y sugirió su departamento como lugar del encuentro. A partir de allí, fuimos planificando cada paso, también preveíamos algunas respuestas en caso de que mi esposa reaccione en forma negativa.
La idea era que de forma casual nos encontraríamos en un bar, alli veríamos la reacción de mí esposa. Si ella no se sentía a gusto o algo de la situación la incómoda se desistía de la idea y todo terminaba ahí.
Le propongo a mi señora que me acompañe a Córdoba por un tema de trabajo y también con la excusa de pasar unos días solos. Ella no estaba al tanto de todo lo que había planeado, le había insinuando que tal ves le cobraría allí mí premio, por las dudas que valla preparada.
Llegamos por la mañana, hicimos un poco de centro, peatonal, patio olmos. Luego almorzamos en un bodegón y fuimos al hotel hacer una siesta, había sido un largo viaje y quería que estemos al 200 % para la noche.
Ya en el dormitorio, nos metimos a la cama, obviamente ella quería amor sexo acción. Veniamos de casi tres días de abstinencia, me hice el duro y como pude me resistí. La quería bien deseosa para la noche.
Cómo a las 19 hs no despertamos, nuevamente buscándome. Yo tenía unas ganas de coger terribles, pero la idea era que ella desee con locura que la penetre. Nos metemos a la ducha, y me la empieza a mamar mientras me miraba provocando. En un instante se para contra la pared, apoya el culo en mí verga que estaba como garrote, mientras me pedía que empuje y se la meta sin piedad.
Fue tan difícil enfocarme en no caer en la tentación, pero con la excusa de salir a cenar y a la vuelta hacemos lo que me pida nos bañamos como pude.
Le había pedido que me deje elegir que ropa debía ponerse. Toda la ropa la había acomodado sobre la cama, escogí lo que más me exita verle puesto, la queria ver sensual y muy provocativa. Elegí un portaligas con unas medias negras, una tanga de encaje oscuro, y un vestido gris oscuro, muy escotado, que le quedaba sobre la rodilla.
Se vistió. Peino su cabello con un rodete, se maquillo y salimos. Estaba para el infarto, una mirada muy seductora, provocativa, sensual, divina. Ese par de tetas, parecía que en cualquier momento se saltaban del escote, acaparaba la mirada de los hombres en la calle.
Cenamos tranqui, tomamos un vino, luego pedimos otro. Entre charlas y provocaciones le escribí un mensaje a Roger que se viniera. La idea era hacer un encuentro casual, compartir unos tragos y ver cómo reaccionaba ella.
En el postre le comencé a insinuar que tenía ganas de disponer de mí premio esa noche. Podría ser .. ir a un baile,.. o un boliche SW ..o lo que se me ocurra. Ella sonreía, entre nerviosa y excitada.
El vino le hacia efecto, cualquier cosa era motivo de risas, había mucha provocacion en su mirada, roces de piel. Estábamos muy necesitados por descargar tanta tensión sexual.
Pedí unos daikiri como para terminar de desinhibida. Por dentro me corría una adrenalina terrible, el corazón bombea el triple de lo normal, sentía que faltaba muy poco para conocer el desenlace de la noche.
Aparece Roger en la puerta, lo veo y pongo la excusa de ir al baño, me levanto y le salgo al encuentro.
Lo saludo y arreglamos los últimos detalles rápidamente. Quedamos que cuando diga no, se termina todo. Luego nos regresamos hacia nuestra mesa donde esperaba mí esposa.
Sorprendida, ella, me ve llegar con alguien al qué presento como un compañero de trabajo. Supongo que algo sospecho en el momento o tan vez no, pero lo disimulo muy bien.
Lo invitamos a sentarse con nosotros, mientras charla va y viene, ella lo observa, calculo que la cautiva por su acento caribeño, o la presencia seductora del joven.
Muy sutilmente, Roger con sus palabras resalto la belleza de sus ojos. Pero ella se daba cuenta que no solo le miraba el rostro, su escote también era blanco de ojos ajenos.
En un momento nuestro amigo se levanta con la excusa de traer unos tragos. Yo aprovecho y le susurre al oido, mientras le tocaba las piernas por debajo de la mesa ..
Yo - " huuuuu te va comer las tetas con la mirada el pendejo este.."
Ella - "naaaa....nada que verrr" (se puso roja mientras reía)
Seguí subiendo lentamente mis dedos por sus piernas hasta rozar la tanga, estaba caliente y húmeda..
Yo - "mmm parece que siiii..... eso dice otra cosa....quiere acción !! "
Ella - "bastaaa por qué me vas a tener que coger acá..!! (nerviosa mordía sus labios y me miraba con una cara de pervertida).
Yo - "estaba pensando que podría tener otras opciones para cobrar mi premio.."(mientras seguía rozando mis dedos sobre su vagina)
Ella - (puso la mano sobre mí pija y por los efectos del alcohol o la excitación, desinibihida respondió.)
"Es tu premio, vos elegí ...yo obedezco" ( sello sus palabras con un beso)
La excitación que me dio ese momento, fue como que me inyectaron un shot de corriente. Sentí que el corazón se salia, la verga me explotaba, las manos me sudaban de la excitación.
Roger regreso con más bebida. Conversamos un rato más y luego nos propuso ir a bailar algún lugar, el sería el guía. Mí esposa estuvo de acuerdo así que aceptamos la invitación.
Antes debíamos pasar por su departamento, que está a un par de cuadras, para dejar su mochila, cambiar su ropa y levantar dinero.
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