Pasado unos días mi hermana y ya no volvimos a vernos a solas, pero seguíamos nuestro amorío por chat. No recuerdo bien como sucedió todo pero recuerdo asegurarle que la extrañaba y que necesitaba estar dentro de ella. Eso la prendía, le encantaba sentirse deseada y para aumentar mi apetito empezó a enviarme fotitos (como la del post anterior, que fue la primer foto que me mandó).
-¿Que te pareció amor?
-Me encantó -respondía mientras no sabia a quien agradecerle por tremendo regalo- ¿no hay mas?
-Claro que sí amor
Y así pasábamos los días en los que no podíamos escaparnos para comernos como locos. Todas las hermosas fotos que me mandaban me dejaban tan caliente que era imposible no hacerme la paja. Ella solo me pedía que le contara lo que iba a hacerle cuando la tenga en mi cama y, luego de mi respuesta, siempre respondía de alguna manera picara y coqueta, haciéndose la desentendida en algunas ocasiones.
Una vez le dije que me encantaba coger con ella y ella retrucó diciéndome que no cogíamos ni teníamos sexo, que ella sentía que hacíamos el amor. Y era muy cierto, nuestro amor crecía también fuera del WhatsApp. Si bien no teníamos oportunidad de salir o pasar mucho tiempo a solas, cuando iba a mi casa o estábamos en la cancha donde jugaran mis sobrinos, era inevitable despegarnos, nos sentábamos en el sillón o en la tribuna y estábamos abrazados, dándonos alguna que otra caricia a escondidas. En los almuerzos familiares o las meriendas, solía sentarse frente a mí, y cada vez que nos mirábamos, nos sonreíamos y ella guiñaba su ojo. También solíamos estirar nuestros pies para tocarnos.
Pasó que una vez ella, que estaba descalza, estiró sus piernas y con sus pies empezó a acariciar las mías, cuando nadie nos veía empezó a acariciarme la verga. Si bien me encantaba lo que hacía y se sentía tan bien, tuve que sacar sus pies de ahí porque estaba a punto de perder el control y cerca estaba nuestro papá y mi mamá. Y de por sí era raro que no sospechara ninguno de los dos lo que hacia con mi hermana.
Un fin de semana fue a almorzar a casa y con ella mis dos sobrinos mas chicos, mi sobrina, que era su hija del medio y mi sobrino que era el mas pequeño. El mayor no quiso ir y mi cuñado estaba trabajando. Estoy seguro que ella hubiera querido ir sola, ya que después del almuerzo tenia que ir a su casa vieja a sacar un par de cosas mas, y obviamente debíamos ir con sus hijos, ya que de ahí se irían a su casa. Pero no había nada que se nos interponga.
Llegando a la casa me di cuenta que algún espacio para hacer cochinadas íbamos a tener. El lugar de donde debíamos sacar las cosas nos podía brindar esa posibilidad, ya que era una habitación al final de un pasillo. Uno entraba a la casa y se encontraba en la sala y adelante la cocina-comedor, a la derecha un pasillo donde para un lado y para el otro habían habitaciones, y al final, girando a la izquierda estaba este especie de sucucho donde mi cuñado guardaba cosas. Yo había ido por que se necesitaba sacar unos soportes que estaban abulonados a la pared, por lo que era "mi deber de hombre ir", pero mas eran las ganas de aprovechar algún descuido de mis sobrinos para meterle mano al cuerpo de su mamá.
Inesperadamente fue mi sobrina la que nos dio ese momento a solas que mi hermana y yo tanto queríamos.
-Bueno mientras ustedes laburan, yo me voy a enseñarle a andar en bici al Mati.
En ese momento nos miramos con mi hermana y sabíamos que significaba.
-Bueno vayan -dijo ella-, pero con cuidado. Cualquier cosa peguen el grito.
-Bueno -dijeron mis dos sobrinos.
-Cierren la puerta -gritó mi hermana mientras ellos salían llevándose las bicicletas para jugar.
Debian salir a la calle, ya que la casa no contaba con patio, era bastante pequeña. Mi hermana se asomó a la habitación de enfrente para ver que mis sobrinos estaban efectivamente afuera y de paso fijarse se las cortinas tapaban la visión hacia adentro, de todas formas no se veía nada de afuera hacia donde estaba yo sacando los soportes. Por ultimo ella comprobó que la puerta a la calle estuviera cerrada. Yo me reía y me emocionaba a la vez, sabia lo que se venía, pero quise mantener la calma y no dejarme llevar por la emoción. Luego de comprobar que no había riesgos significativos, mi hermana llegó, yo estaba de pie quitando los últimos bulones, ella me tomó por la espalda y me abrazó.
Sus manos sobre mi pecho empezaron a bajar lentamente para quedarse una en mi abdomen y la otra seguir hasta mi bragueta. La mu perra me manoseaba mientras besaba mi cuello y era insoportable resistir a las ganas de cogerla. Dejé de hacer lo que estaba haciendo y llevé mi mano a mi espalda y la estiré para alcanzar su cuerpo, así yo también pude acariciar su concha por encima del pantalón como ella lo hacia con mi verga. Pero yo aproveche que ella estaba con pantalón deportivo y fácilmente metí mi mano dentro. Podía acariciar su clítoris por encima de su tanguita y sentía como respiraba gimiendo en mi oreja. no me bastó solo eso y pasé a llevar mis dedos dentro de su tanga. Su rica concha estaba mojadita y algo rasposa, ya que sus bellos habían crecido un poco, pero tampoco demasiado. Mi dedo índice subía y bajaba por lo largo de su vagina en medio de sus carnosos labios. Tuve que girarme y ponerme cara a cara con ella para también disfrutarla con mis dos manos. Levante su remara y estiré hacia abajo su corpiño dejando salir sus hermosos pezones que estaban paraditos esperando mi lengua juguetona.
Otra vez ella me tomó con sus manos de la nuca y llevo mi cara a sus ricas tetas, esta vez con menos fuerza. Unas de mis manos fue a parar a sus carnosas nalgas para apretarlas y amasarlas, y la otra se metió otra vez dentro de su pantalón para salir toda mojada y pegajosa luego de unos segundos de diversión. Mientras seguía mamando su pezón llevé la misma mano que acababa de sacar de su concha a la teta que estaba desocupada, se me hacia injusto que estuviera libre sin recibir placer. Así mientras mi boca chupaba, mordía, lamia y saboreaba toda la teta derecha de mi hermana; mi mano acariciaba toda la teta izquierda, la apretaba con fuerza, estiraba su pezón, lo amasaba, pellizcaba y alguna que otra bofetada le pegó a su chichi. Ella se mordía el labio inferior de su boca resistiendo como podía para no soltar un gemido que alertara a sus hijos. Yo paré de mamar unos segundos, levanté mi mirada y la vi toda transpirada, devolvió lentamente su mirada hacia mí y me sonrió. No me detuve mucho y me levanté para comerle la boca por unos segundos y luego pasé a llevar mi boca a la teta que solo había recibido de mi mano. La teta estaba toda melosa por culpa del fluido que la concha de mi hermana dejó impregnada en mis dedos. El sabor que tenia ese pezón era increíble, sé que uno chupa tetas y no siente sabor, solo un poco de sabor a transpiración, pero a mí chuparle las chichis a mi hermana me fascinaba, era como estar en el paraíso, y si a eso le sumamos que estaba lleno de juguito de vagina... Uffffff... Solo eso puedo decir.
Mientras disfrutaba tremendo manjar, escuchamos un "mamáááááá!"... Eran mis sobrinos, que sin que nos diéramos cuenta estaban dentro de la casa otra vez.
Espero que les guste. Pronto lo que sigue de esta historia. Dejo una fotito de lo que me llevó a la gloria y a la vez a la perdición.
Acá el episodio 5:
http://www.poringa.net/posts/relatos/5200456/Mi-hermana-milf-me-usa-para-satisfacerse-Parte5.html
Acá el episodio 4:
http://www.poringa.net/posts/relatos/5195165/Mi-hermana-milf-me-usa-para-satisfacerse-Parte4.html
Acá el episodio 7:
http://www.poringa.net/posts/relatos/5209690/Mi-hermana-y-yo-cogiendo-mientras-mis-sobrinos-jugaban.html
-¿Que te pareció amor?
-Me encantó -respondía mientras no sabia a quien agradecerle por tremendo regalo- ¿no hay mas?
-Claro que sí amor
Y así pasábamos los días en los que no podíamos escaparnos para comernos como locos. Todas las hermosas fotos que me mandaban me dejaban tan caliente que era imposible no hacerme la paja. Ella solo me pedía que le contara lo que iba a hacerle cuando la tenga en mi cama y, luego de mi respuesta, siempre respondía de alguna manera picara y coqueta, haciéndose la desentendida en algunas ocasiones.
Una vez le dije que me encantaba coger con ella y ella retrucó diciéndome que no cogíamos ni teníamos sexo, que ella sentía que hacíamos el amor. Y era muy cierto, nuestro amor crecía también fuera del WhatsApp. Si bien no teníamos oportunidad de salir o pasar mucho tiempo a solas, cuando iba a mi casa o estábamos en la cancha donde jugaran mis sobrinos, era inevitable despegarnos, nos sentábamos en el sillón o en la tribuna y estábamos abrazados, dándonos alguna que otra caricia a escondidas. En los almuerzos familiares o las meriendas, solía sentarse frente a mí, y cada vez que nos mirábamos, nos sonreíamos y ella guiñaba su ojo. También solíamos estirar nuestros pies para tocarnos.
Pasó que una vez ella, que estaba descalza, estiró sus piernas y con sus pies empezó a acariciar las mías, cuando nadie nos veía empezó a acariciarme la verga. Si bien me encantaba lo que hacía y se sentía tan bien, tuve que sacar sus pies de ahí porque estaba a punto de perder el control y cerca estaba nuestro papá y mi mamá. Y de por sí era raro que no sospechara ninguno de los dos lo que hacia con mi hermana.
Un fin de semana fue a almorzar a casa y con ella mis dos sobrinos mas chicos, mi sobrina, que era su hija del medio y mi sobrino que era el mas pequeño. El mayor no quiso ir y mi cuñado estaba trabajando. Estoy seguro que ella hubiera querido ir sola, ya que después del almuerzo tenia que ir a su casa vieja a sacar un par de cosas mas, y obviamente debíamos ir con sus hijos, ya que de ahí se irían a su casa. Pero no había nada que se nos interponga.
Llegando a la casa me di cuenta que algún espacio para hacer cochinadas íbamos a tener. El lugar de donde debíamos sacar las cosas nos podía brindar esa posibilidad, ya que era una habitación al final de un pasillo. Uno entraba a la casa y se encontraba en la sala y adelante la cocina-comedor, a la derecha un pasillo donde para un lado y para el otro habían habitaciones, y al final, girando a la izquierda estaba este especie de sucucho donde mi cuñado guardaba cosas. Yo había ido por que se necesitaba sacar unos soportes que estaban abulonados a la pared, por lo que era "mi deber de hombre ir", pero mas eran las ganas de aprovechar algún descuido de mis sobrinos para meterle mano al cuerpo de su mamá.
Inesperadamente fue mi sobrina la que nos dio ese momento a solas que mi hermana y yo tanto queríamos.
-Bueno mientras ustedes laburan, yo me voy a enseñarle a andar en bici al Mati.
En ese momento nos miramos con mi hermana y sabíamos que significaba.
-Bueno vayan -dijo ella-, pero con cuidado. Cualquier cosa peguen el grito.
-Bueno -dijeron mis dos sobrinos.
-Cierren la puerta -gritó mi hermana mientras ellos salían llevándose las bicicletas para jugar.
Debian salir a la calle, ya que la casa no contaba con patio, era bastante pequeña. Mi hermana se asomó a la habitación de enfrente para ver que mis sobrinos estaban efectivamente afuera y de paso fijarse se las cortinas tapaban la visión hacia adentro, de todas formas no se veía nada de afuera hacia donde estaba yo sacando los soportes. Por ultimo ella comprobó que la puerta a la calle estuviera cerrada. Yo me reía y me emocionaba a la vez, sabia lo que se venía, pero quise mantener la calma y no dejarme llevar por la emoción. Luego de comprobar que no había riesgos significativos, mi hermana llegó, yo estaba de pie quitando los últimos bulones, ella me tomó por la espalda y me abrazó.
Sus manos sobre mi pecho empezaron a bajar lentamente para quedarse una en mi abdomen y la otra seguir hasta mi bragueta. La mu perra me manoseaba mientras besaba mi cuello y era insoportable resistir a las ganas de cogerla. Dejé de hacer lo que estaba haciendo y llevé mi mano a mi espalda y la estiré para alcanzar su cuerpo, así yo también pude acariciar su concha por encima del pantalón como ella lo hacia con mi verga. Pero yo aproveche que ella estaba con pantalón deportivo y fácilmente metí mi mano dentro. Podía acariciar su clítoris por encima de su tanguita y sentía como respiraba gimiendo en mi oreja. no me bastó solo eso y pasé a llevar mis dedos dentro de su tanga. Su rica concha estaba mojadita y algo rasposa, ya que sus bellos habían crecido un poco, pero tampoco demasiado. Mi dedo índice subía y bajaba por lo largo de su vagina en medio de sus carnosos labios. Tuve que girarme y ponerme cara a cara con ella para también disfrutarla con mis dos manos. Levante su remara y estiré hacia abajo su corpiño dejando salir sus hermosos pezones que estaban paraditos esperando mi lengua juguetona.
Otra vez ella me tomó con sus manos de la nuca y llevo mi cara a sus ricas tetas, esta vez con menos fuerza. Unas de mis manos fue a parar a sus carnosas nalgas para apretarlas y amasarlas, y la otra se metió otra vez dentro de su pantalón para salir toda mojada y pegajosa luego de unos segundos de diversión. Mientras seguía mamando su pezón llevé la misma mano que acababa de sacar de su concha a la teta que estaba desocupada, se me hacia injusto que estuviera libre sin recibir placer. Así mientras mi boca chupaba, mordía, lamia y saboreaba toda la teta derecha de mi hermana; mi mano acariciaba toda la teta izquierda, la apretaba con fuerza, estiraba su pezón, lo amasaba, pellizcaba y alguna que otra bofetada le pegó a su chichi. Ella se mordía el labio inferior de su boca resistiendo como podía para no soltar un gemido que alertara a sus hijos. Yo paré de mamar unos segundos, levanté mi mirada y la vi toda transpirada, devolvió lentamente su mirada hacia mí y me sonrió. No me detuve mucho y me levanté para comerle la boca por unos segundos y luego pasé a llevar mi boca a la teta que solo había recibido de mi mano. La teta estaba toda melosa por culpa del fluido que la concha de mi hermana dejó impregnada en mis dedos. El sabor que tenia ese pezón era increíble, sé que uno chupa tetas y no siente sabor, solo un poco de sabor a transpiración, pero a mí chuparle las chichis a mi hermana me fascinaba, era como estar en el paraíso, y si a eso le sumamos que estaba lleno de juguito de vagina... Uffffff... Solo eso puedo decir.
Mientras disfrutaba tremendo manjar, escuchamos un "mamáááááá!"... Eran mis sobrinos, que sin que nos diéramos cuenta estaban dentro de la casa otra vez.
Espero que les guste. Pronto lo que sigue de esta historia. Dejo una fotito de lo que me llevó a la gloria y a la vez a la perdición.
Acá el episodio 5:
http://www.poringa.net/posts/relatos/5200456/Mi-hermana-milf-me-usa-para-satisfacerse-Parte5.html
Acá el episodio 4:
http://www.poringa.net/posts/relatos/5195165/Mi-hermana-milf-me-usa-para-satisfacerse-Parte4.html
Acá el episodio 7:
http://www.poringa.net/posts/relatos/5209690/Mi-hermana-y-yo-cogiendo-mientras-mis-sobrinos-jugaban.html
2 comentarios - Mi hermana milf me usa para satisfacerse. Parte6