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Un buen trato...

La semana pasada tuve que ir a un taller mecánico en Avellaneda, que era adónde habían remolcado el auto siniestrado de un socio. Era un caso particular, ya que el socio en cuestión tenía asegurado solo ese vehículo, un Lexus del último año, pero a su vez es dueño de una flota de taxis, entre diez o quince, todos nuevos, flamantes, y aunque le había insistido que los asegurara conmigo (los tenía en La Nueva) al parecer quería comprobar cómo procedía con ese accidente para evaluar recién si le convenía cambiar de Compañía.
Pasé todo lo que tenía para el día siguiente, y bien temprano me fuí hasta el taller que está cerca de la plaza Alsina, para el lado de los estadios de Racing e Independiente.
Cuándo llegué, el mecánico, de nombre Miguel, ya estaba trabajando, con las manos engrasadas, pero no en el vehículo de mi interés, sino en una camioneta Pilot. Cuándo le hago el reclamo, me dice que todavía no recibió ninguna orden de La Plata para empezar el trabajo, que, según me dijo, le demandaría una semana, como mínimo, cuando yo le había prometido al socio que en un par de días lo tendría solucionado.
Llamo al ejecutivo encargado del caso y me dice que faltan algunas verificaciones.
-Mirá, el seguro está al día, no sé que verificación pueden estar esperando- le digo ya empezando a alterarme.
-Por lo que veo es un seguro nuevo...- repone seguramente revisando la información en su pantalla.
-Sí, lo hice yo, hace una semana que está con nosotros-
-Quizás sea por eso-
-Mirá, el tema con éste siniestro es que el tipo tiene una flota de taxis asegurados en La Nueva, si hacemos bien el trabajo y le tenemos el auto listo lo antes posible, lo más seguro es que quiera traerlos con nosotros-
Aunque se lo expliqué con el entusiasmo que me provocaba sacarle un cliente tan valioso a la competencia, del otro lado no sentía el mismo interés.
-Podrías por lo menos pasarlo a Gerencia, yo hablo con S... (uno de los capos de la Compañía) y lo arreglo- le pido finalmente.
-Lo paso, pero el tema ya queda entre el Gerente y vos- me advierte.
-Dale, yo me ocupo, gracias-
Corto la llamada y le digo al mecánico que ya puede empezar, que la autorización está en camino. Lo cuál era una media verdad, estaba en camino, sí, pero rumbo a Gerencia, una escala más en el pesado tránsito burocrático de la Compañía.
Pero lo bueno era que en cuanto hablara con el responsable principal de los siniestros, el mencionado S..., su firma no tardaría en acelerar el trámite, y es que en el tiempo que trabajamos juntos nunca pudo negarme nada, ya que teníamos una afinidad especial. No, nunca me lo cogí, si es lo que están pensando. Pero siempre que hablábamos como que nos tirábamos onda, por lo que sabía que en algún momento iba a tener que devolverle tantos favores.
-Yo todavía no recibí nada- me dice el mecánico, mostrándome su celular, sin apartarse de la camioneta.
Le insisto con que la autorización va a estar lista en cualquier momento, pero no da el brazo a torcer.
-No es que no te crea flaca, pero por las malas aprendí que es mejor tener todo firmado, sino termino perdiendo guita-
Me la estaba poniendo difícil el tipo. Le explico lo de los taxis, pero tampoco le interesa, ya que no obtiene ningún beneficio de ello, la única que iba a salir beneficiada con el traspaso iba a ser yo, por lo que decido jugarme el todo por el todo.
-Sabés que estoy dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de tener ese auto listo lo antes posible, ¿no?- le digo, remarcando de un modo sugestivo lo de "cualquier cosa".
Levanta la cabeza del motor y se me queda mirando.
-¿Que querés decir con eso de cualquier cosa?- me pregunta, mostrando, ahora sí, un súbito interés.
-A eso mismo, a cualquier cosa- le vuelvo a enfatizar.
-Sí pero, cualquier cosa puede ser...-
-Justamente eso, CUAL-QUIER-COSA...- hasta se lo deletreo.
Me sigue mirando, tratando de descifrar si le estoy hablando en serio o si se trata de una broma.
-¿Estás dispuesta a...? No sé... ¿Tirarme la goma?- se la juega, arriesgándose a comerse un tortazo.
Suelto una carcajada al escucharlo.
-Perdoná...- me apuro en aclararle -No me estoy burlando de vos, sino que creí que me iba a resultar más difícil llegar a un arreglo-
-Entonces, ¿estás de acuerdo? Me la chupás y en una semana te dejo el auto como nuevo- se entusiasma, y es que ahora sí el principal beneficiado iba a ser él.
-En una semana, no...- lo corrijo rápidamente -Lo quiero listo para el lunes, y bien lustradito además-
Estábamos a jueves, así que iba a tener que trabajar todo el fin de semana.
-Si sos buena peteando bebé, te lo entrego hasta con un moño- me promete.
Se limpia con un trapo y extiende la mano derecha para sellar el acuerdo.
-¿Trato hecho?-
Miro el Lexus de mi socio que está al fondo del taller, y me hago la que titubeo, como si me estuviera costando tomar la decisión, solo para hacerlo sufrir un poquito.
En eso me suena una notificación en el celular. Es un mensaje de S..., avisándome que ya está autorizado el arreglo, me envía incluso un escaneo de la orden, recordándome de paso que le debo otro favor.
Puedo mostrársela al mecánico y ya no tendría que negociar nada, sin embargo decido seguir con nuestra propia transacción.
-Es mi marido...- le miento -Ibamos a encontrarnos para almorzar juntos-
Le escribo entonces al tal S..., el siguiente mensaje: "Ya saldaré mi deuda".
-Bueno, ¿en qué estábamos?- le pregunto al mecánico, guardando el celular y retomando nuestro tema.
-En que cerramos trato- me recuerda, extendiendo de nuevo su mano.
-Entonces, para dejar todo en claro...- le digo antes de estrechársela -Te hago sexo oral y a cambio tenés el auto arreglado y lustradito para el lunes a primera hora, es así el trato, ¿no?-
Asiente, sin llegar a creerse todavía que aquello este pasando en serio.
-Ok...- ahora sí se la estrecho -Pero no creerás que te la voy a chupar con la puerta abierta, ¿no? Un poco de exhibicionismo está bien, pero no tanto-
Se apresura en bajar la cortina y vuelve conmigo. No se acerca del todo, sino que todavía se mantiene a una prudente distancia.
Dejo la cartera sobre una de las mesas de trabajo, y entonces soy yo la que se acerca. Lo miro a los ojos y le sonrío, mientras llevo mis manos hacia su entrepierna. Lo primero que hago es tocarle el bulto, palparlo, tanteando sus dimensiones. 
Le desabrocho el botón del pantalón y meto la mano adentro, sintiendo ahora sí su calor y real consistencia. Y aunque la estoy sintiendo por encima del slip, ya se me hace agua la boca.
Mientras le acaricio el bulto, el mecánico trata de besarme, pero esquivo sus labios a tiempo, por lo que termina besándome la mejilla. Metiendo la mano, se la agarró sin ningún obstáculo de por medio. Ya la tiene dura y mojada, y al sentir mi mano rodeándola, reteniéndola, como que pega una sacudida. 
Sin soltársela, busco sus labios y lo beso, para luego hincarme delante suyo, y bajarle el pantalón hasta las rodillas. Me frotó la cara por todo su abultamiento, oliéndolo, sintiéndolo, y bajándole el calzoncillo de un tirón, hago que la pija me salte frente a la cara. Se la agarro al vuelo y le doy una larga e intensa chupada.
La suelto y empiezo a besársela por los costados, sintiendo en mis labios esa pulsión que me resulta tan agradable. Está bien armado el mecánico, con una pija que, aunque no tan larga, sí posee un grosor considerable. 
Me deslizo con la lengua arriba y abajo, lamiendo, besando cada pedazo, para entretenerme un buen rato con sus huevos, que parecen estar llenándose desde el mismo instante en que le dije que estaba dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de tener el auto de mi socio arreglado.
Cuando empiezo a petearlo, escucho que suelta una exclamación. Ni en sus más locas fantasías se habrá imaginado que, algún día, una ejecutiva de la Compañía de Seguros le iba a chupar la pija ahí mismo, en su taller mecánico, entre carrocerías desmontadas y grasa de motores.
-¡Si... Siiiiii... Siiiiiiiiii...!- exclama mientras mis labios se deslizan en torno a su potente volumen.
Puedo sentir su fuerza, su energía, esa potencia que me anticipa un disfrute superlativo. 
El trato incluía solo sexo oral, un pete y mi parte estaba cumplida, pero ya saben cómo son estas cosas... Por eso no llegué hasta el final. 
Me levanto y dejándosela a punto caramelo, lo vuelvo a besar en la boca.
-Ahora quiero que me cojas...- le digo.
No me responde nada, lo que hace es agarrarme de la cola y apretarme contra su cuerpo para besarme con mayor intensidad. Cuando me suelta, me empiezo a desvestir. Él se queda mirándome, sobándose la poronga, mientras yo me saco primero el pantalón y luego la tanga. El piso está frío, así que me quedo con los zapatos puestos.
Me doy la vuelta y apoyándome contra el capó de la camioneta, le ofrezco toda mi retaguardia, que ya está empapada.
Ahora es el mecánico quién se hincha tras de mí, me separa las nalgas y me chupa la concha. No me hace ver las estrellas, pero algún que otro suspiro me arranca. Lo mejor es cuando me mete los dedos y los mueve adentro, rozándome el clítoris al moverlos. No lo veo, pero intuyo que, al sacarlos, se los chupa para saborear la mielcita que me sale de adentro.
Me deja por un momento para rebuscar en su pantalón la billetera y sacar un preservativo. Se lo pone, y alisando el látex por sobre su vigorosa erección, vuelve conmigo.
Yo sigo reclinada sobre la camioneta, con la cola levantada y la concha bien abierta, después de la chupada que me dió. El mecánico se escupe en la mano, y con esa saliva se lubrica la poronga. Se planta tras de mí, se agacha un poquito para quedar a la misma altura, y me la pone ahí, dónde mejor se siente.
Un empujón y... ¡Ahhhhhhhh...!, una corriente eléctrica me recorre toda la espina dorsal, haciendo que me sacuda y estremezca.
Me sujeta entonces de la cintura, con firmeza, y me entra a coger con un ritmo arrollador, haciéndome chasquear la concha con cada embestida.
CHAP... CHAP... CHAP... CHAP... CHAP...!!!
Estoy tan mojada que el ruido húmedo de la penetración es aún más fuerte que nuestros jadeos, ya de por sí intensos.
Me gusta que me cojan así de parada, como que le agrega un halo de urgencia y clandestinidad al momento. Una pasión descontrolada que necesita ya ser saciada.
En realidad solo estábamos concretando una transacción, aunque la verdad es que mientras me cogía, ya me había olvidado del seguro, de los taxis y hasta de la razón por la que estaba allí.
Solo me importaba gozar, entregándome a ese macho dominante en todos los aspectos posibles.
Mis pechos, macizos, contundentes, se sacuden al ritmo que él imprime desde atrás, aunque enseguida me los agarra y aprieta, sin dejar de penetrarme.
Luego de un incesante bombeo, me la saca y abriendo la puerta de atrás de la camioneta, me indica que vaya con él. Baja los asientos traseros y se recuesta de espalda, con la pija bien erguida. 
Me saco el resto de la ropa, y ya totalmente desnuda, me subo y me acomodo encima suyo. Él mismo, agarrándome de la cintura, me la mete, haciéndome rugir de placer. 
Cuidando de no chocarme la cabeza contra el techo, empiezo a moverme, disfrutando como entra y sale, aunque sin salirse del todo, vigoroso, enérgico, imponente.
Le pongo las tetas en la cara, para que me las chupe y muerda a placer. Se da un atracón lácteo, sin dejar de entubarme, haciéndome jadear al compás de sus embistes.
Al sentir el primer orgasmo me detengo y derrumbándome sobre su cuerpo, exhalo un ahogado suspiro. 
-¡Que buen polvo que te echaste, flaca!- me dice sorprendido, sin salirse de mí.
Él sigue duro, erguido, inflado, con la testosterona a tope.
Me pongo de costado, y me sigue dando, sin pausa, llevándome de nuevo a ese universo en el que me gustaría vivir por siempre. En un momento me agarra fuerte de las tetas, me las aprieta y me empieza a salir leche. Obvio que se sorprende.
-Fui mamá hace poco...- le digo entre suspiros, ya que, aunque no se movía, sentirlo adentro, duro, gordo, caliente, me llenaba de sensaciones únicas, envolventes.
Que le dijera que acababa de ser mamá parece que le exacerbó la líbido, porqué ahí nomás me empezó a taladrar de nuevo, apretándome aún más los pechos.
Tengo otro orgasmo, empapándome ahora no solo con mis flujos íntimos, sino también con la leche que me sigue saliendo como si estuviera eyaculando por los pezones.
Cuándo se vuelve a frenar, quizás para reponerse de semejante desgaste o tomar un nuevo envión, me le siento encima, sin que se salga la poronga, y dándole la espalda, me empiezo a mover, arriba y abajo, cabalgando con entusiasmo y frenesí.
Los jadeos del mecánico se incrementan, al igual que los míos, intensos, lascivos, desaforados...
De nuevo siento esa oleada de calor que desde mi sexo se extiende a todo mi cuerpo, emborrachándome de placer. Me agarra entonces de la cintura y empieza a moverse conmigo, desde abajo, impulsándose con todo, violento, enérgico, arrebatado. 
Nuestros cuerpos se golpean el uno contra el otro, y en algunos momentos me la empuja con tantas ganas, con tanta pasión, que me hace rebotar la cabeza contra el techo de la camioneta.
PUM PUM PUM PUM PUM PUM...!!!
No nos damos tregua, nos bombeamos el uno al otro hasta que acabamos prácticamente al mismo tiempo. No nos dijimos nada, pero ustedes saben, en esos momentos y aunque seamos dos perfectos desconocidos, los cuerpos se entienden, y no hace falta más que un simple gesto para saber lo que el otro quiere. Y lo que ambos queríamos era acabar juntos.
Me derrumbo encima suyo, mi espalda contra su pecho, sus manos aferradas a mis gomas, jadeando los dos al unísono.
De a poco vamos respirando con normalidad, recuperando la calma, el sentido.
-Te voy a dejar el auto de tu socio como nuevo, ya vas a ver- me asegura mientras yo me levanto, sintiéndome toda pegajosa, no solo por el sudor de su cuerpo y el mío, sino también por la leche que se me había derramado.
Lo más gracioso es que hasta me había olvidado del auto y del por qué estábamos cogiendo.
-¡Ah sí, gracias!- le digo.
Me bajo de la camioneta y empiezo a levantar mi ropa del suelo.
-¿Puedo pasar al baño?- le pregunto, con todo, ropa interior, zapatos, y cartera, amontonado entre mis brazos.
Me indica hacia dónde queda, tras lo cuál se saca el forro, derramando un poco de tan lleno de semen que está.
Voy al baño, me enjuago, me visto y me retoco el maquillaje. Para cuándo vuelvo al taller, el mecánico ya está vestido y preparando de nuevo sus herramientas. Ni siquiera se había lavado.
-Bueno, entonces vengo el lunes con el socio, a primera hora, para retirar el auto- le digo como si no hubiera pasado nada.
-Lo prometido es deuda, lo vas a encontrar hecho una pinturita, mejor que nuevo- me confirma.
Nos despedimos con un beso y vuelvo a la oficina. Sabía que iba a tener que hacer un esfuerzo sobrehumano para tenerlo terminado a tiempo, pero después del polvo que nos echamos, imposible que me defraude...




Un buen trato...


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infidelidad

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20 comentarios - Un buen trato...

lmasse74
Espectacular como siempre!!!
sexopateando23
Son tan lindos los relatos que me mojo hace años al leerlos ,te amo marita genia
SolanesA
los detalles de tus relatos me ponen la pija a mil marita!
hermoso
perroandante
Jajajja no podés ser tan puta. Cómo hace años me encanta tú aventuras dejándome más de una vez al palo. La próxima a mi auto lo aseguro en tú compañía para tenerlo rápido.
gust7387
Cómo para que no te lo deje como nuevo al arreglo del auto. Cómo siempre tus relatos muy buenos
jstronger +1
Que linda manera de que te incentiven
Desert-Foxxxx
Espectacular como siempre, sabían que esa carita tuya era de muy trola, pero cada vez creces más. Y hermosa foto la última con tus tetas.
Loza_Kyle +1
Por dios q hermoso tus relatos !!! Ojalá te cruzara por Cordoba !!!! Fantástico!!!!
After16
Siempre de 10!!sos mi puta favorita!!! Y las fotos terrible!!!una en q se te vean bien las tetas sería genial
dantraloco
Mecánicos y fontaneros, un clásico jajajja
Gran relato.
gerardoriker
sueño con ser tu amante una noche corazon, me volves loco



maritainfiel
pedagogo47
Tenés la excelencia en tu pluma y en tu sexo. Un placer leerte,y hasta te he dedicado algún relato.Saludos
lycan_P
👏👏👏👏👏
Excelente, me quedó el boxer a punto de explotar.

Como siempre, gracias por compartir tus vivencias, espero que el próximo posteo no sea muy lejano en el tiempo 😜

Saludos!

PD:, La última foto, la frutillita del postre!.
gallo7553
Diosa por fin otro relato que pajon me hice
Akuma32
Mecánico suertudo.
Gracias por otro relato excelente, diosa!!!!!
mam1906
Yo también con ese pago te lo dejo 0 km
EL_PROFE25
Excelente como siempre! Muy caliente!! ❤️‍🔥❤️‍🔥❤️‍🔥
hijodelnegro
Que belleza de mujer😍😍😍😍😍
Sute41
Por Dios @Maritainfiel, una vez más, al leer tus relatos me transportan ahi. Me pones la pija a mil. Y ahora ademas ver tus fotos, mas loco me pones.
Lo que daria por ser uno de tus tantos amantes ocasionales.
Van 10 pts...
josemanuel602003
Siempre sos mi sueño añorado!!!!te amo @maritainfiel!!!!!