A Alexandra S la conocí en una boda en la que estaba trabajando. Es una guapísima rumana rubia, operada de arriba abajo. Labios gordos operados, pechos enormes operados y culo también operado para hacerlo bien respingón. Alexandra llevaba un vestido plateado brillante, de tubo, largo hasta los tobillos, con un escotazo en v hasta casi el final de sus tetazas, por lo que se la veía muy bien todo el canillo y el interior de estas, los tirantes se unían en el cuello en un nudo, con toda la espalda al descubierto y ajustadísimo, marcando todo al máximo.
Bien avanzada la noche Alexandra se me acerco y comenzamos a charlar. Me pidió ver las fotos y cuando ella se vio en una con su marido, esta me dijo que la había sacado muy bien. Comenzó a hacer zoom a su escote mientras me decía que le encantaba el escote que el vestido la hacía. Yo veía que esta tenia ganas de tontear y yo la seguí el rollo, diciéndola que sí, que la foto estaba muy bien y que su escote también. Desde ese momento, vimos que ambos nos iba el mismo rollo y que podían pasar cosas, por lo que el tonteo fue a más.
Al final de la boda, cuando todos salían, y yo recogía, Alexandra se me acerco. Me dio un papel con el nombre de una discoteca a la que iba a ir. Me dijo que, si me apetecía vernos más esa misma noche, que fuera allí, pues iba a estar allí sin su marido. Mientras se giraba paso su mano por mi paquete y yo le dije que muy probablemente allí nos viéramos.
Acabé de recoger todo y me dirigí hacia la discoteca que esta me había dicho. Gracias a su llamativo vestido no me costó encontrarla, junto a varias otras mujeres mas de la boda. No había ningún hombre allí, pues según me conto luego, ellos prefirieron ir a otra discoteca. Al verme llegar se vino hacia mi y directamente agarro mi paquete, mientras me sonreía y me decía que la alegraba mucho que me hubiera decidido a ir. Me llevo a la barra, lejos de la mirada de las otras mujeres. Alexandra no soltaba mi paquete, el cual iba creciendo cada vez más. En la barra, pidió unos chupitos. Cogió uno de ellos y se lo metió en su canalillo, encajándolo en él y pidiéndome que lo cogiera con la boca. metí mi cabeza es su canalillo, cogiendo el chupito con la boca y saqué la cabeza para bebérmelo. Esta me agarro de la mano, llevándome a los baños.
Según nos encerramos en uno de los departamentos, nos empezamos a besar como locos y mis manos agarraron aquellas enormes tetas, que tantas ganas tenia de probar. Metí mi cabeza en ese gran escote y lo lamí, al igual que el interior de sus tetazas, las cuales seguí acariciando y apretando. Una de mis manos acabo bajando a su culazo, acariciándolo bien. Alexandra se desabrocho el nudo del cuello y lo dejo caer, mostrándome sus tetazas. Las acaricie y bese dulcemente, antes de comenzar a devorárselas como si llevara días sin comer algo. Sus gorditos pezones se pusieron bien duros mientras mi lengua jugaba con ellos.
Alexandra se arrodillo y me dijo que no había mucho tiempo que perder pues sus amigas podían sospechar. Comenzó a acariciar y morder mi paquete con el pantalón aun puesto, mientras lo desabrochaba. Cuando me bajo el pantalón mi polla salió despedida hacia su cara, pues ya la tenia bien dura. Alexandra la agarro y comenzó a hacerme un mamadón tremendo. Con aquellos gordísimos labios y su bocaza. Alexandra solo sacaba mi polla de su bocaza, para lamer mi glande y pasarlo por sus gordos labios.
Metió mi polla entre sus enormes pechos y comenzó a hacerme una cubana maravillosa. Mi polla quedaba atrapada entre esas tetazas tan bien operadas y esta me masturbaba sin parar a una velocidad alta. Cuando avisé que me iba a correr, volvió a meterse mi polla en la boca, mamándomela nuevamente, hasta que me corrí y ella trago todo.
Con mi polla limpia, se levanto y nos volvimos a besar, con mis manos agarrando sus tetazas. Nos limpiamos y vestimos. Antes de salir, esta me dijo que en si me esperaba un poco, podía irse poniendo una excusa a sus amigas.
Me quede en la barra tomando algo, esperándola, hasta que, pasado una media hora, paso por mi lado y, disimuladamente, me acaricio el paquete y me dijo que la siguiera. Salimos de la disco y nos dirigimos a mi coche, pues me dijo de ir a un sitio tranquilo y apartado. La dije que conocía un descampado perfecto y hacia allí que fuimos. Durante el viaje, nos besamos y metimos mano sin parar.
Al llegar al descampado, no había más coches y salimos del mío. Nos besamos acaloradamente y nos agarramos bien de los culos. Mis manos no tardaron en subir hasta sus tetazas y metí mi cara en su escotazo, disfrutando entre sus tetazas. Una de mis manos subió hasta su cuello y la desabroche el nudo, soltando el vestido y dejando sus tetazas al descubierto para poder comérselas y apretarlas con mis manos. Alexandra acariciaba mi polla y me llego a desabrochar el pantalón para meter su mano dentro y acariciármela.
Me arrodille y acabe de bajarla el vestido y quitárselo, dejándola con un minúsculo tanga blanco de hilo. Mis manos agarraron fuerte su culazo, apretándolo y acariciándolo, mientras la besaba el coño tapado por el tanga. Mordiendo el tanga, lo eche hacia un lado, hasta poder besar y lamer su coño. Poco a poco fui metiendo mi lengua en su coño, comiéndoselo despacio, mientras mis manos seguían en su culazo. Alexandra apretaba mi cabeza con sus manos y una de mis manos, de vez en cuando se estiraba para acariciar sus tetazas.
Cuando se corrió, me levante y nos volvimos a besar. Acariciaba y estaba sus tetazas, mientras ella me dejaba caer el pantalón y me masturbaba. Con mi polla bien dura, se arrodillo para hacerme una nueva mamada y otra maravillosa cubana, escondiendo mi polla en sus inmensas tetas.
La di un condón y me lo puso con su boca, mientras jugaba con mis huevos. Se levanto y, tras volver a besarnos, la gire y coloque contra la puerta del copiloto. Di unos fuertes azotes a su culazo operado y acabé abriendo sus piernas, para meter mi polla en su coño, tras apartar el tanguita. Comencé bien suave, sintiéndola entrar y salir despacio, con mis manos agarradas a su cintura. Según subí la velocidad, sus tetazas se movían sin parar. No pude contenerme y acabé estirando una mano, agarrando fuerte una de ellas. Acabe echándome sobre su espalda, agarrando y disfrutando de sus dos tetazas, mientras nos besábamos.
La gire y apoye su espalda contra la puerta. Levante una de sus piernas y seguimos follando. Nos besábamos y ahora también podía comerla sus tetazas, además de acariciárselas. La cogí en vilo y, mientras agarraba fuerte sus muslazos, metí mi cara entre sus tetazas, que me la golpeaban con los movimientos que tenían de estar follando. Sus pezones estaban bien duros y los mordía, estirándolos con mis dientes. Alexandra gemía fuerte y me pedía que la diera mas duro, cosa que yo hacía encantado.
La volví a girar, colocándola de nuevo como antes. Volví a apartar su tanguita, pero ahora se la metí fuerte en el culo. Se lo folle duro, con mis manos agarrando sus tetazas. Alexandra gemía y gritaba de dolor y placer. Solamente dejaba de gritar cuando nos besábamos. Saque mi polla y la golpee su culazo, antes de volver a metérsela en su coño y follárselo.
Vimos como una luz se acercaba, por lo que supusimos que venia un coche. A mi me daba igual, pero Alexandra me pidió por favor entrar al coche. Nos metimos en los asientos traseros. Me senté y Alexandra lo hizo sobre mí, de rodillas. Aparto su tanga y volvió a meterse mi polla en su coño. Follamos como locos a gran velocidad, mientras veíamos como el otro coche se paró allí también, pero más apartado. Debieron de follar dentro, pues nadie salió.
Mis manos acariciaban las tetazas y muslazos de Alexandra, mientras nos besábamos, sintiendo sus gordos labios. Alexandra no paraba de moverse a gran velocidad en círculos y a veces dando saltitos. En esa posición me era facilísimo, meter mi cabeza entre sus enormes pechos y disfrutar de ellos sin parar, sobre todo cuando Alexandra apretaba sus tetazas.
Cuando me iba a correr, Alexandra se coloco de rodillas a mi lado. Me quito el condón y me masturbo, mientras nos besábamos. Metí mi mano por su tanga y la masturbé. De vez en cuando colocaba sus tetazas en mi cara y se las comía, mientras subía la velocidad de la paja. Me acabe corriendo en su mano y esta se lamio el semen de ella, antes de colocarse a gatas, para lamerme y limpiarme la polla. Yo no pare de masturbarla hasta que también se corrió.
Antes de vestirnos y llevarla a su casa, la volví a comer un poco esas tremendas tetazas suyas. Alexandra se reía cuando la decía que las tenia operadas maravillosamente y que nos íbamos a llevar muy bien, siempre que ella quisiera.
Bien avanzada la noche Alexandra se me acerco y comenzamos a charlar. Me pidió ver las fotos y cuando ella se vio en una con su marido, esta me dijo que la había sacado muy bien. Comenzó a hacer zoom a su escote mientras me decía que le encantaba el escote que el vestido la hacía. Yo veía que esta tenia ganas de tontear y yo la seguí el rollo, diciéndola que sí, que la foto estaba muy bien y que su escote también. Desde ese momento, vimos que ambos nos iba el mismo rollo y que podían pasar cosas, por lo que el tonteo fue a más.
Al final de la boda, cuando todos salían, y yo recogía, Alexandra se me acerco. Me dio un papel con el nombre de una discoteca a la que iba a ir. Me dijo que, si me apetecía vernos más esa misma noche, que fuera allí, pues iba a estar allí sin su marido. Mientras se giraba paso su mano por mi paquete y yo le dije que muy probablemente allí nos viéramos.
Acabé de recoger todo y me dirigí hacia la discoteca que esta me había dicho. Gracias a su llamativo vestido no me costó encontrarla, junto a varias otras mujeres mas de la boda. No había ningún hombre allí, pues según me conto luego, ellos prefirieron ir a otra discoteca. Al verme llegar se vino hacia mi y directamente agarro mi paquete, mientras me sonreía y me decía que la alegraba mucho que me hubiera decidido a ir. Me llevo a la barra, lejos de la mirada de las otras mujeres. Alexandra no soltaba mi paquete, el cual iba creciendo cada vez más. En la barra, pidió unos chupitos. Cogió uno de ellos y se lo metió en su canalillo, encajándolo en él y pidiéndome que lo cogiera con la boca. metí mi cabeza es su canalillo, cogiendo el chupito con la boca y saqué la cabeza para bebérmelo. Esta me agarro de la mano, llevándome a los baños.
Según nos encerramos en uno de los departamentos, nos empezamos a besar como locos y mis manos agarraron aquellas enormes tetas, que tantas ganas tenia de probar. Metí mi cabeza en ese gran escote y lo lamí, al igual que el interior de sus tetazas, las cuales seguí acariciando y apretando. Una de mis manos acabo bajando a su culazo, acariciándolo bien. Alexandra se desabrocho el nudo del cuello y lo dejo caer, mostrándome sus tetazas. Las acaricie y bese dulcemente, antes de comenzar a devorárselas como si llevara días sin comer algo. Sus gorditos pezones se pusieron bien duros mientras mi lengua jugaba con ellos.
Alexandra se arrodillo y me dijo que no había mucho tiempo que perder pues sus amigas podían sospechar. Comenzó a acariciar y morder mi paquete con el pantalón aun puesto, mientras lo desabrochaba. Cuando me bajo el pantalón mi polla salió despedida hacia su cara, pues ya la tenia bien dura. Alexandra la agarro y comenzó a hacerme un mamadón tremendo. Con aquellos gordísimos labios y su bocaza. Alexandra solo sacaba mi polla de su bocaza, para lamer mi glande y pasarlo por sus gordos labios.
Metió mi polla entre sus enormes pechos y comenzó a hacerme una cubana maravillosa. Mi polla quedaba atrapada entre esas tetazas tan bien operadas y esta me masturbaba sin parar a una velocidad alta. Cuando avisé que me iba a correr, volvió a meterse mi polla en la boca, mamándomela nuevamente, hasta que me corrí y ella trago todo.
Con mi polla limpia, se levanto y nos volvimos a besar, con mis manos agarrando sus tetazas. Nos limpiamos y vestimos. Antes de salir, esta me dijo que en si me esperaba un poco, podía irse poniendo una excusa a sus amigas.
Me quede en la barra tomando algo, esperándola, hasta que, pasado una media hora, paso por mi lado y, disimuladamente, me acaricio el paquete y me dijo que la siguiera. Salimos de la disco y nos dirigimos a mi coche, pues me dijo de ir a un sitio tranquilo y apartado. La dije que conocía un descampado perfecto y hacia allí que fuimos. Durante el viaje, nos besamos y metimos mano sin parar.
Al llegar al descampado, no había más coches y salimos del mío. Nos besamos acaloradamente y nos agarramos bien de los culos. Mis manos no tardaron en subir hasta sus tetazas y metí mi cara en su escotazo, disfrutando entre sus tetazas. Una de mis manos subió hasta su cuello y la desabroche el nudo, soltando el vestido y dejando sus tetazas al descubierto para poder comérselas y apretarlas con mis manos. Alexandra acariciaba mi polla y me llego a desabrochar el pantalón para meter su mano dentro y acariciármela.
Me arrodille y acabe de bajarla el vestido y quitárselo, dejándola con un minúsculo tanga blanco de hilo. Mis manos agarraron fuerte su culazo, apretándolo y acariciándolo, mientras la besaba el coño tapado por el tanga. Mordiendo el tanga, lo eche hacia un lado, hasta poder besar y lamer su coño. Poco a poco fui metiendo mi lengua en su coño, comiéndoselo despacio, mientras mis manos seguían en su culazo. Alexandra apretaba mi cabeza con sus manos y una de mis manos, de vez en cuando se estiraba para acariciar sus tetazas.
Cuando se corrió, me levante y nos volvimos a besar. Acariciaba y estaba sus tetazas, mientras ella me dejaba caer el pantalón y me masturbaba. Con mi polla bien dura, se arrodillo para hacerme una nueva mamada y otra maravillosa cubana, escondiendo mi polla en sus inmensas tetas.
La di un condón y me lo puso con su boca, mientras jugaba con mis huevos. Se levanto y, tras volver a besarnos, la gire y coloque contra la puerta del copiloto. Di unos fuertes azotes a su culazo operado y acabé abriendo sus piernas, para meter mi polla en su coño, tras apartar el tanguita. Comencé bien suave, sintiéndola entrar y salir despacio, con mis manos agarradas a su cintura. Según subí la velocidad, sus tetazas se movían sin parar. No pude contenerme y acabé estirando una mano, agarrando fuerte una de ellas. Acabe echándome sobre su espalda, agarrando y disfrutando de sus dos tetazas, mientras nos besábamos.
La gire y apoye su espalda contra la puerta. Levante una de sus piernas y seguimos follando. Nos besábamos y ahora también podía comerla sus tetazas, además de acariciárselas. La cogí en vilo y, mientras agarraba fuerte sus muslazos, metí mi cara entre sus tetazas, que me la golpeaban con los movimientos que tenían de estar follando. Sus pezones estaban bien duros y los mordía, estirándolos con mis dientes. Alexandra gemía fuerte y me pedía que la diera mas duro, cosa que yo hacía encantado.
La volví a girar, colocándola de nuevo como antes. Volví a apartar su tanguita, pero ahora se la metí fuerte en el culo. Se lo folle duro, con mis manos agarrando sus tetazas. Alexandra gemía y gritaba de dolor y placer. Solamente dejaba de gritar cuando nos besábamos. Saque mi polla y la golpee su culazo, antes de volver a metérsela en su coño y follárselo.
Vimos como una luz se acercaba, por lo que supusimos que venia un coche. A mi me daba igual, pero Alexandra me pidió por favor entrar al coche. Nos metimos en los asientos traseros. Me senté y Alexandra lo hizo sobre mí, de rodillas. Aparto su tanga y volvió a meterse mi polla en su coño. Follamos como locos a gran velocidad, mientras veíamos como el otro coche se paró allí también, pero más apartado. Debieron de follar dentro, pues nadie salió.
Mis manos acariciaban las tetazas y muslazos de Alexandra, mientras nos besábamos, sintiendo sus gordos labios. Alexandra no paraba de moverse a gran velocidad en círculos y a veces dando saltitos. En esa posición me era facilísimo, meter mi cabeza entre sus enormes pechos y disfrutar de ellos sin parar, sobre todo cuando Alexandra apretaba sus tetazas.
Cuando me iba a correr, Alexandra se coloco de rodillas a mi lado. Me quito el condón y me masturbo, mientras nos besábamos. Metí mi mano por su tanga y la masturbé. De vez en cuando colocaba sus tetazas en mi cara y se las comía, mientras subía la velocidad de la paja. Me acabe corriendo en su mano y esta se lamio el semen de ella, antes de colocarse a gatas, para lamerme y limpiarme la polla. Yo no pare de masturbarla hasta que también se corrió.
Antes de vestirnos y llevarla a su casa, la volví a comer un poco esas tremendas tetazas suyas. Alexandra se reía cuando la decía que las tenia operadas maravillosamente y que nos íbamos a llevar muy bien, siempre que ella quisiera.
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