El nuevo integrante de la casa

Víctor, nuestro amigo trans, había peleado con su pareja. En una de esas mi mujer me cuenta la noticia y si me pintaba alejarlo unos días hasta encontrar un lugar. Yo no tuve problemas, tenemos una casa grande, el podría dedicarse a la casa mientras nosotros seguiríamos con nuestros respectivos trabajos.
No tardo en llegar a casa con no mucho más que un par de bolsos con alguna ropa.
Yo siempre note ese roce con mi mujer, le brillaban un poco los ojos cuando la veía.
Ella no tiene problemas, se pasea en camisón, con todo marcado y siento la tensión suya.
Esa noche fui a trabajar y volvi a la madrugada, me encuentro a ambos acostados, parecían estar dormidos, sus teléfonos estaban dando vuelta en la cama así que habrían estando jugando o viendo algo hasta quedar inconscientes. Yo cansado y sin ganas de hacerlo levantar a Víctor solo me limité a moverlo para acomodarme, cabe recalcar que el a pasar de su apariencia masculina, biológicamente nació como mujer.
Me quité los jeans y me quedé con una camiseta liviana, Lo tomé del hombro que se sentía muy suave para hacerlo a un lado y me heche, no tarde en quedarme dormido en el medio de ambos.
No debe haber pasado mucho tiempo que me desperté abrazado y sentí una mano que me acariciaba de arriba a abajo, pensaba que era mi mujer pero me di cuenta que no era a ella a quien abrazaba. Luego esa mano bajó hasta abajo de mi bóxer pasando entre mis nalgas, a nada de llegar a otra parte y luego recibí un beso apasionado y sus pequeños senos podían sentirse sobre mi.

Continúa 😉