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Esposa modelo

  
Esto que ahora paso a relatar, me sucedió hace unos 4años. Siendo soltera modelaba ropa y bikinis para una afamada diseñadora en la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz, siempre me encantó la Pasarella, lucir mis atributos que no son pocos, una cola redonda bien paradita, unos senos pequeños (no usaba sostén), que se resaltaban a través de la tela. Muy buena estatura, 171 cm y un cuerpo muy armonioso de 87/61/93, hacía la delicia de los hombres que acompañaban a sus parejas al desfile, lo que en muchos casos despertaban los celos de sus respectivas parejas y mis sonrisas a esos destinatarios.

Se podrán imaginar que he tenido infinidad de pretendientes y novios, con muchos de los cuales tuve sexo muy apasionado y por todos mis agujeritos.

Cuando me casé abandoné mi vocación de modelo y me mudé a Buenos Aires, siendo muy avezada en el sexo, disimuladamente le enseñé a mi marido muchos trucos sexuales, no era que él fuera un inexperto, pero yo tenía muchísima experiencia en el juego del lecho por mi pasado.

Primero tuvimos una niña y luego un varoncito, pero yo no olvidaba mi vocación de modelo, cierta vez charlando en la cama con mi esposo, salió el tema del modelaje y le planteé que quería volver a modelar, ya que, a pesar de mis partos, mi figura no varió. Mi cónyuge no es para nada celoso y no me opuso reparo a que nuevamente modelara, es más considerando que era mi vocación, amén de que no vendría mal una ayuda económica.

Así fue que, mirando los avisos clasificados, comprobé que un tal Miguel, de la calle Salta, solicitaba modelos. Lo charlé con mi media naranja que aprobó sin chistar mi iniciativa. Al ser ya un poquito más mayorcita de mi época de modelo, le dije a mi esposo, para lograr una rápida aprobación iba a excitar al tal Miguel, iba a ir a modelar con mis mini bikinis que uso en la playa. Lleve una roja y una blanca. Las mismas eran un hilo dental en la cola, un triangulito que apenas cubre mis labios menores y apenas dos triangulitos, que apenas con esfuerzo tapan mis areolas. Un movimiento en falso y mis lolas quedan al aire. Es de imaginar, para que no se vean pelitos del pubis, me rasuré, como lo hago habitualmente todo el coño. Me encanta y me excita que mi coño esté bien lampiño.

Mi marido no opuso reparo en que me presentará sexi con esas minis.

El día previsto con anterioridad telefónicamente, deje a los críos con mis suegros, argumentando tener que hacer trámites en el centro de la ciudad. Ya liberada concurrí a la cita, me atendió personalmente Miguel, llenó mi ficha personal.

Las preguntas de rigor, si disponía de tiempo necesario, si estaba dispuesta a viajar al interior o exterior, que tipo de ropa me encantaría lucir, si estaba dispuesta a modelar ropa de playa y/o ropa interior.

Sobre la ropa, no puse ningún reparo, únicamente en lo que hace a los viajes, le pedí que me informara con tiempo, para poder ubicar a mis pequeños, ya con los abuelos maternos o paternos. Que no tendría inconveniente en integrar la comitiva, sea al interior del país o exterior.

Me invitó a pasar a un vestidor, invitándome que me pusiera la ropa que había llevado en un bolso para la prueba. Cuando salí a la sala vestida únicamente con el mini bikini blanca, con zapatos de acrílico con plataforma y tacones de 10 cm, que me hacían parecer mucho más alta, los ojos de Miguel parecían un plato, parecían querer salirse de sus orbitas. Me tomó la mano y me dijo que era una sorpresa enorme verme en ropa de playa, que no esperaba tan agradable acontecimiento.

Recuerdo que me preguntó, al saber que era una mujer casada, si mi marido aprobaba fuera a la prueba de modelaje con esa ropita, a todo esto, me hizo girar muy lentamente, mirando intensamente toda la piel que exhibía. Le respondí que sí, que mi marido estaba al tanto de cómo me exhibiría. Allí me empezó a tirar los tejos, de que le encantaría tenerme en la mesita de luz, que tenía una espléndida figura, muy buena cola, pequeños senos, pero bien paraditos, que a través de la tela fina de la micro, se perfilaban muy bien mis pezones, que si me miraba intensamente, podía llegar a entrever mis labios menores, etc. Para mis adentro me dije, cayó el chivo en el lazo, me va a tomar como modelo en su staff. Luego para su disfrute, desfile con la mini roja.

Luego de largo rato de hacerme desfilar, más para observar mi figura que como prueba, sin dejarme cambiar, me llevó a su oficina y me dijo que me tendría en cuenta en cuanto desfile se presentara, especialmente en el rubro ropa de playa como ropa interior. Le comenté que también me encantaría lucir tanto ropa de noche como ropa informal. Quedamos que bien yo me comunicaría o él se comunicaría dos o tres veces a la semana para saber novedades.

Un día me llama y me comenta que habría alguna posibilidad de que se presentara a una marca importante de lencería, que para ello debía competir con otras empresas de modelaje. Que eran necesarias fotos mía con distintas prendas, que no necesariamente debían ser de la marca, solamente era exhibir la modelo y como se presentaban, por lo que me pidió llevara los mejores y más audaces conjuntos de ropa interior, tanto para filmar como para sacar fotos.

Elegí mis mayores galas en ropa interior, le dije a mi marido que iría a lo de Miguel, pero esta vez le oculté lo de modelar ropa interior, no sea que en ese instante le afloraran los celos y me interrumpiera mis sueños.

Llegué a la calle Salta con un bolso con mis escuetas ropitas, saludé a Miguel, me extrañó que estaba solo, pero no le di importancia, fui al vestidor, me desnudé y me coloqué un conjunto de mini cola less y un sostén de media taza, que prácticamente dejaba más de la mitad de la areola a la vista, mis pezones trataban de abrirse paso y quedar al aire, lo lograron varias veces. Todas las prendas, en distintos colores, eran prácticamente con similar diseño. En un momento me solicitó quitarme el pequeño soutien, cosa que accedí. me hizo poner de costado, quedando mis lolas al aire, pero no salía mis pezones ni en la foto ni en la filmación. Luego me pidió que me pusiera de frente y tapara mis tetas con los brazos, cosa que hice.

Luego de ello tomó un pincel suave, lo llenó de un producto y comenzó a pincelarme todo el cuerpo, para matar el brillo de la, piel cuando llegó a mis nalgas, con sus manos las abrió para continuar con la tarea, a mí me dio como un gran cosquilleo y se me empezó a humedecer mi entrepierna. Lugo siguió por mis tetas, a las cual agarró una a una mientras las pincelaba. Viendo mi calentura, me ofreció trabajar como modelo para una revista XXX francesa, me vio dubitativa y me ayudo a bajarme la cola less, ya estaba desnuda, cachonda y a merced de Miguel. Empezó, mientras me filmaba desde un trípode a sacarme fotografías de todos los ángulos, mientras me "ayudaba con sus manos, a acomodar piernas brazos, nalgas y tetas, luego me hizo recostar en un escritorio, abrir las piernas y con mis manos abrir también la vulva, exhibiendo toda mi intimidad, desde el clítoris hasta el agujerito del ano, ya allí no se recató y pasó a acariciarme descarnadamente, mientras yo gemía como perra en celo en la espera de ser penetrada. Luego me hizo recostar en el boca abajo en el escritorio, abriendo mis piernas en su totalidad, luego de las concebidas fotos, tomando todo lo expuesto, se acercó a mí, que tenía la vista sobre el escritorio y comenzó a introducirme dedos en mi cuca y en el culo, dilatando mi esfínter, no vi cuando se quitó los pantalones, pero si sentí para mi satisfacción queme fue penetrando por la vagina, tenía tremendo choto, que me hizo vibrar de satisfacción, me olvide que tenía esposo que confiaba en mí, que era madre y que podía quedar preñada, le pedía más y más, mi calentura no tenía fin, quería que aquello siguiera eternamente, ni idea tuve de cuantos orgasmos electrizaron mi cuerpo, lo que si sentía es que quería más y más. En un instante lo sentí vibrar y la leche calentita invadió mi interior, a lo que exploté en un orgasmo feroz que no recuerdo haber tenido anteriormente. Cansados nos arrojamos sobre una alfombra, mientras seguíamos sobando, especialmente él estaba empeñado en dilatar mi esfínter con sus dedos, yo no oponía resistencia, poco a poco Miguel fue recobrando vigor y cuando la tuvo bien dura después de que hicimos un 69, me pidió que me pusiera en cuatro patas, en la posición de perrito, apunto se pene en el agujerito de mi orto y comenzó a hacer fuerza, mi esfínter fue cediendo con algo de dolor de mi parte, cuando tuvo el glande dentro de mí, le pedí esperara unos segundos para permitirme me adapte a su grueso pene.

Cuando sentí que la sensación de dolor iba pasando, dejando en su lugar una sensación de sumo bienestar, le pedí que me ensartara toda. El mete y saca fue glorioso, de repente sentía sus testículos chocar contra min nalgas y luego salir, hasta dejar solo su cabeza dentro de mí, mis orgasmos se sucedían sin solución de continuidad. Cuando el explotó dentro de mí y sentí su leche tibia invadir mi recto, tuve otra explosión que me hizo estremecer. Descansamos, me di una ducha, no quería llegar a casa con olor a sexo. Me recibió mi marido, me preguntó cómo me había ido, tenía ganas de decirle lo excelente que la pasé, pero escuetamente lo dije que bien.

Hoy tengo un gran amante que es Miguel y puedo darle rienda a mi vocación de modelo. No hay desfile en la cual no esté incluida. ¿Por qué será?

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