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Todo por unas fotos...

Daniela es una colega Productora que trabaja para el mismo Broker que yo. Fue quién me reemplazó durante mi licencia por maternidad. Pero ahora que ya estoy de vuelta, de a poco me fue devolviendo los casos que habían quedado pendientes.
O casi todos, debo aclarar, porque había uno que me faltaba. Y justo sobre ese tema me llama uno de los inspectores de la Compañía, para reclamarme las fotos del siniestro.
Las fotos las tenía Daniela, ya que ella había sido la que inició el expediente. La llamé entonces para pedírselas.
-Flaca, te llamo por las fotos del Siniestro V..., creo que no las subiste-
El Broker tiene un programa propio en dónde se puede subir todos los archivos de un caso y al cuál acceder desde cualquier lugar con usuario y contraseña. Pero ya me había fijado y las fotos no estaban. Lo cuál no era extraño, ya que Daniela es medio vaga para los trabajos virtuales.
-Todavía no tuve tiempo, perdóname, en cuanto pueda te las mando-
-¿No podés ahora? Es que me las están pidiendo para acelerar el tema-
-Es que las tengo en casa y ahora estoy en La Plata-
-Pucha, que macana, acaban de mandarme otro mensaje diciendo que las necesitan urgente-
-¿Y porqué no vas a buscarlas?-
-¿A tu casa?-
-Sí, andá, yo hablo con el portero y le digo que te dé la llave, vos ya sabés dónde está mi escritorio, en el primer cajón de la derecha hay una caja de bombones, adentro vas a ver un USB color azul, ahí están las fotos, cualquier cosa me llamás-
-Bueno, dale, voy-
-El Portero se llama Omar, lo llamo y le digo que te espere en la puerta... Ahí te paso la contraseña de la alarma-
-Ok, dale, un beso-
Me despido y voy hacia su casa, que está a solo unos minutos de la mía. Ya había ido varias veces durante mi embarazo, para supervisar juntas algún caso complicado.
Omar, el portero, ya me está esperando en la puerta. Me conoce, así que tras un rápido saludo me entrega la llave, pidiéndome que al terminar la deje en el buzón de Portería. Le doy las gracias y subo al cuarto piso. Llego al departamento, abro la puerta y entro. Busco el teclado de la alarma, pero no está conectada. Seguramente se olvidó de ponerla, pienso.
Voy entonces hacia su escritorio, busco el dichoso USB y tras comprobar que sea el correcto, me lo guardo. Ya estoy de salida, cuándo me parece escuchar agua en el baño. 
"¿Se habrá dejado una canilla abierta?".
Entro para cerrarla y me doy con que alguien se está duchando. A través de la mampara y el vapor, distingo un cuerpo masculino, fibroso, atlético. Es Julián, su esposo. Pero según tenía entendido estaba de viaje, por eso Daniela le pidió al portero que me diera la llave, porque supuestamente no había nadie en su casa.
Me digo que tengo que darme la vuelta e irme, pero la curiosidad puede más. Él está con la cabeza enjabonada, con los ojos cerrados por el shampoo, por lo que puedo asomarme y contemplarlo a discreción. Está muy bueno, eso es evidente.
Nunca me había fijado en él de esa manera. Por supuesto no lo había visto desnudo, pero aunque lo consideraba un tipo atractivo y debido a mi cercanía con su esposa, tuvimos más de una interacción, jamás lo consideré como un posible amante. Ni siquiera como un choque y fuga. Para mí simplemente era el marido de Daniela. 
Pero ahí estaba, en bolas, tan sexy e irresistible, que no podía dejar pasar la oportunidad. Ni lo pienso, me saco la ropa, y desnuda, me acerco a la ducha. Espero que termine de enjuagarse el pelo, y recién entonces golpeo la mampara para atraer su atención.
Cuando me ve, a través del vidrio empañado, parece que se le van a salir los ojos de las órbitas, como en esa película de La Máscara.
-¡Mariela!- no lo escucho, pero alcanzo a ver cómo su boca modula mi nombre.
Pasado el momento de la sorpresa, me hace entrar con él a la ducha. Ninguno dice nada, ni un hola siquiera, primero nos miramos a los ojos, como reconociéndonos, sin poder creer que estemos así, tan íntimamente, y nos besamos, mi cuerpo pegado al suyo, sus brazos envolviéndome.
Cómo dije, nunca me había sentido atraída por el marido de Daniela, por lo menos no en esa forma, y sin embargo, ahí estábamos, los dos desnudos, mojados, besándonos casi sin respiro.
Son esos momentos en los que el universo te hace un guiño y todo se alinea para que algo que no estaba en tus planes, se termine dando en la forma más natural e inesperada. Desde el llamado del inspector pidiéndome con urgencia las fotos, la dejadez de Daniela al no subirlas a la página, que justo haya estado en La Plata y no pudiera pasar ella misma a buscarlas, pasando por Julián que debía estar de viaje todavía y no en su casa dándose una ducha.
Me acaricia los pechos, la cola, metiéndome los dedos por atrás, por adelante, deleitándose con cada retazo de mi cuerpo.
Yo ya le estoy frotando la pija, sintiendo sus pulsaciones, ese tenue palpitar que pareciera acoplarse a mi propio ritmo cardíaco.
Le beso el cuello, el pecho, le acaricio los abdominales, y poniéndome de cuclillas, me enfrento a su virilidad. 
En ese momento me acuerdo de algo que había comentado Daniela en una reunión de amigas. Ya saben cómo somos las mujeres cuando nos juntamos, empezamos hablando de los hijos, del colegio, de los maridos, e inevitablemente terminamos hablando de sexo. Una de las chicas había hecho un comentario respecto al sexo oral, sobre que le gustaba chupar y que por eso prefería pijas grandes, para tener más para saborear. Todas nos reímos, pero a una no se le escapó un gesto como de asquito que había hecho Daniela.
-¿Qué Dani, acaso no se la chupás a tu marido?- le pregunta la que se dió cuenta del gesto.
-No, aggghhhhh...- responde y entonces nos cuenta que no le gusta chupar, que el sexo oral siempre fue una especie de tabú con las distintas parejas que tuvo, y que a su marido apenas se la besaba.
-Lo recontra amo, pero de ahí a chupársela, ni loca- fue su declaración.
Pobre Julián, fue lo primero que pensé al escucharla, pero que me iba a imaginar que tendría la oportunidad de resarcirlo en algún momento.
Así que apenas la tengo toda para mí, me la como entera, y mediante un gesto más que explícito, le hago saber que quiero que me coja por la boca. No tengo que insistirle. Me sujeta de la cabeza y mediante firmes movimientos de cintura, arremete contra mi garganta.
En una de esas me la mete tan adentro, que tengo una arcada, pero hago un esfuerzo y la contengo, para seguir con la boca abierta, recibiendo todo ese tubazo hasta dónde me llegue.
Se la escupo, le paso la lengua por todo el contorno, y bajando hasta los huevos, le chupeteo ese rinconcito oculto que me resulta tan fragante.
Me levanto, nos besamos, y salimos de la ducha. Nos secamos, y mientras caminamos hacia el dormitorio, me acaricia la cola, deslizando los dedos por toda la raya.
Me tiro en la cama, sí, en la cama de Daniela, y me abro de piernas, mostrándole en todo su esplendor la brecha de mi sexo.
Siempre tuve el hábito de depilarme la concha, a veces me la dejo peladita, otras me hago un triángulito, un rectángulo, algo pequeño, decorativo, en cambio ahora la tengo peluda. Se me dió por dejarme crecer los pendejos, así que entre la maraña oscura y revuelta, el rojo furioso de mi interior se destaca todavía más. 
No sé si lo del sexo oral entre Daniela y su marido será recíproco, pero la chupada de concha que me dispensa Julián es bestial, tremenda. Me pasa primero la lengua en derredor, para luego enterrarla y lamerme toda por dentro. Mete toda la lengua y con la punta me toca aquí y allá, a la vez que con el labio superior me aplasta el clítoris.
Tuve un orgasmo de solo sentir como me devoraba.
Vuelvo a chuparle la pija, que incluso parece haberse puesto mucho más dura y gorda que antes. 
AGHHH... MMMHHHH... AGHHGAGAGA... AGGGHHH...
Se nota que no está acostumbrado a que se la chupen de esa manera, porque lo disfruta intensamente, con los ojos cerrados, la cara radiante de dicha y satisfacción.
Mientras yo se la sigo comiendo, estira el brazo y de la mesa de luz saca un preservativo. Cuando se la suelto, relamiéndome gustosa los labios, abre el sobre y se lo pone. La verga parece más imponente cuando se alisa el látex a todo lo largo.
Me subo encima suyo, me meto los dedos dentro de la concha, como preparándola para lo que va a recibir, y me dejo caer.
¡AAAAAAAAHHHHHHHHHHH....!
No sé si siendo solo Julián, un tipo cualquiera, me hubiera calentado tanto como sabiendo que es el marido de Daniela, mi compañera de trabajo, mi colega. 
Me acomodo encima suyo, con todo adentro, y me empiezo a mover, adelante y atrás,benfatizando los movimientos hacia adelante, que son los que me permiten sentirlo con mayor amplitud.
Dejando que me mueva a mi gusto, me atrae hacia su cuerpo y me chupa las tetas, mordiéndome los pezones, masticándolos, rebosándolos de saliva.
Abre la boca y saca la lengua. Sé lo que quiere, así que se la chupo, se la muerdo, la saboreo para luego ofrecerle la mía, la que también chupa, muerde y saborea.
Me pongo en cuclillas y empiezo a saltar encima suyo, con fuerza, con entusiasmo, sintiendo cada golpe de verga como si fuera un mazazo a mis sentidos.
TUPA... TUPA... TUPA... TUPA... TUPA...
Resulta embriagador el sonido del sexo, los cuerpos chocando, su sexo fundiéndose en el mío, los gemidos, jadeos y suspiros, la respiración agitada.
El mundo colapsa a mi alrededor cuándo llego al orgasmo, uno tan intenso, tan formidable, que hasta a mí me sorprende.
Cuando salgo de esa bruma de ensueño, de esa plácida y gustosa agonía, lo miro a los ojos, le sonrío y lo beso en la boca.
Él sigue duro dentro de mí, por lo que mientras nos besamos, me agarra fuerte de la cintura y me empieza a bombear desde abajo. El polvo que me acabo de echar, hace que se produzca ese sonido húmedo que compone la melodía perfecta para ese momento.
CHAS... CHAS... CHAS... CHAS... CHAS...
Entre besos y caricias, rodamos el uno sobre el otro, quedando ahora él encima mío, embutiéndome toda la verga hasta el fondo, hasta lo más profundo posible, con esos empujones que parecen querer atravesarme con todo su cuerpo.
Él también acaba, potente, incontenible, hasta me parece sentir el ímpetu de los lechazos golpeando con fuerza el látex.
Se queda un rato encima mío, jadeando agitado, como no queriendo salir nunca del cálido refugio en el que está inmerso.
Finalmente se echa a un lado, de espalda, y se libera con un efusivo suspiro.
-¿Te digo algo? Siempre tuve la fantasía de tenerte en la cama, pero... lo que me imaginaba se queda corto con esto- me confiesa, suspirando de nuevo.
-Por mi parte debo decir que nunca pensé en cogerme al marido de una amiga- le digo. 
Se trata de una media verdad, porque me acosté con los maridos de varias amigas, pero nunca se me había pasado por la cabeza hacerlo con el de Daniela.
-Mientras no se entere todo bien- repone, mientras se levanta para ir al baño.
Cuando vuelve, tiene la pija a medio levantar, en ese estado gomoso que revela que aún tiene energía para seguir dándome.
-Me parece que tu amigo se quedó con ganas- le señalo, en obvia alusión a lo que se alza entre sus piernas.
-¿Estás con tiempo?- me pregunta.
-Para coger, siempre...- le digo, mostrándole que mi hendidura sigue bien predispuesta.
Se la menea y con un par de sacudidas se le pone al palo de nuevo. Dura, maciza, contundente.
Se echa entre mis piernas y vuelve a chuparme de esa manera que me hace lagrimear de placer. Lo atraigo hacia mí y lo beso en la boca, saboreando en sus labios mi propio dulzor.
-¿Me querés dar por la cola?- le pregunto, tocándosela, palpando esa dureza alucinante.
Se le iluminan los ojos y se le dibuja una perversa sonrisa cuando se lo digo.
Se pone un forro, y me penetra por la retaguardia. Mi culito se abre sin queja alguna ante el vigoroso avance de todo ese pijazo.
Me llega hasta el fondo, empujándome los intestinos más adentro cada vez. Me encanta ver ese rictus perverso y disoluto en su rostro. Estoy segura de que Daniela no conoce a ese Julián. No sé si sea un don, pero tengo cierta facilidad en sacar lo peor (¿o lo mejor?) de los hombres.
Me tiene de costado, bien entubada, agarrándome de las gomas mientras yo me froto el clítoris y me meto los dedos, sintiendo ya en mi interior ese remolino que presagia el inminente final.
Podrán decirme lo que quieran, pero me encanta estar cogiéndome al marido de una amiga en su propia cama. Es como que el morbo se multiplica. Infidelidad al cuadrado. La máxima exponencia de los cuernos.
Ésta vez compartimos el polvo. Primero acabo yo, y casi de inmediato él, fundiéndonos ambos en un orgasmo supremo, divino. 
Nos quedamos un rato así, abrochados, envuelto el uno en el otro, disfrutando esos ramalazos de placer que nos sumergen en una dulce agonía.
De a poco vamos recuperando el sentido y la razón. Cuando Julián sale de mí, me llevo las manos a la cabeza, en un claro gesto de arrepentimiento y culpabilidad.
-¿Que pasa?- me pregunta, mientras se saca el forro lleno de leche y le hace un nudito.
-Nada, es que... me siento como una mierda- 
Un poco de teatro a veces no está nada mal. 
-¿Porqué?- quiere saber, cómo si no supiera a lo que me refiero.
-¿Cómo porqué? ¡Por esto!- le replico, en obvia alusión a nosotros, ahí, los dos desnudos, habiéndonos echado un polvo.
-Nunca imaginé que la iba a cagar así a Dani- le digo, lo cuál era cierto.
-Mientras no se entere, todo bien- me repite, de lo más despreocupado.
Me levanto, junto mi ropa, que había quedado desparramada por el suelo, y le pregunto si puedo darme una ducha. Me dice que obvio, que sí, así que entro al baño, abro la canilla y cuando estoy enjabonándome, la mampara se abre y él entra a ducharse conmigo.
No le digo nada, solo lo recibo, lo abrazo y nos besamos. No cogemos, solo disfrutamos de la cercanía de nuestros cuerpos, de la ternura de uno enjabonando al otro.
Salgo de la casa de Daniela y le mando las fotos al inspector de la Compañía. Al rato recibo una llamada de ella.
-¿Y negra, todo bien con las fotos?-
-Si, ya las mandé, me prometieron solucionar el tema para ésta tarde-
-Que bueno, perdoná que tuviste que ir hasta casa a buscarlas- 
-"No problem", solo me desvié unas pocas cuadras- por supuesto no le digo que me encontré a su marido en la ducha.
-Che, te acordaste de poner la alarma, ¿no?-
-Obvio...-
En realidad la alarma la puso él, cuando salimos juntos del departamento. Mientras bajábamos en el ascensor, le dije que pensaba que estaba de viaje, que por eso Daniela me dijo de ir hasta su casa. Entonces me reveló que ese día cumplían ocho años de casados, y por eso volvió antes, para sorprenderla, pero parece que la sorpresa se la llevó él.
Así que sí, me cogí al marido de mi amiga en el día de su aniversario de bodas...





Todo por unas fotos...
cuernos
infidelidad
esposa puta

23 comentarios - Todo por unas fotos...

MIsko-Jones
Muy bueno como siempre , al final era cierto que ese culo parece cerradito pero se nota que se abre facil y paso mucha gente por ahi jajaja






esposa infiel
Desert-Foxxxx
Ufff marital, cada vez más puta como siempre. Espero con ansias todos los lunes para tus relatos jaja. Ojalá pudiera morder esas tetas alguna vez, nunca me olvide "ese error"de vos.
After16
Uffff siempre me dejas la pija entumecida de calentura!!!y ver ese culo carnoso me pone peor. Subí una de las tetas en primera vista. Genia!!!
metalchono
Pues, salud por seguir haciendole el honor al alias!!!🍷🍷
Akuma32
Un deleite leer tus relatos, diosa....
indigena_13
Por diosss q bello leer tus relatos 🔥🔥🔥
Eltiogato09
Divino... Al palo... Hermoso relato
lycan_P
Excelente relato y encima el plus de las fotos....

maritainfiel

estuve a punto de lamer la pantalla 😛 😋 😊 ,simplemente, espectacular.

Esperando el próximo relato, y cruzando los dedos por una fotito de la delantera 👌 .

Abrazo.
tony7421
Que expectaculo de relato y ese culo es enorme que rico
kellcito
a quien no se le iluminarian los ojos, cuando esa hermosa trolita te pide que le hagas la cola?

tremendo relato marita... como siempre, poniendome la chota durisima
gerardoriker +1
te hago melliz si te tengo asi en una cama diosa de mis sueños, te deseo



Todo por unas fotos...
jstronger
Siempre es un placer leer tus aventuras 👏🏼👏🏼
DIEGOTE19X5
Nena excelente relato y

cuernos
Hermoso tenes
Sebalp2
Que ganas de garcharte todaaa
semaritano
Siempre excelenteeeeeeee!!!!!!!!!
garcheskikpo
para los que te seguimos de antaño no es ninguna sorpresa, como diria Ke Personaje "una mas para el cuaderno"
Sute41
Por Dios @Maritainfiel, no podés estar más buenas. Lo que es cola, para cojerte sin parar.
Cómo siempre tus relatos, son una locura.
Muero por ser uno de tus tantos amantes ocasionales.
Besos Diosa. Van 10 puntos
pendejasexsual +1
Hola putita jeje, te cuento, hubo alghuien me me dijo que te leyera, jeje, sos mas putita que yo!!!!!! bu yo tengo 21 y sypongo que vos mucho mas. Yo hablo c muchos chicos donde esta el dibujitito con el sobrecito, si te cabe hablamos x ahi en privado, quiero hablar c una chica, solo hablo c chicos, te va?, besitos