Creo que todos disfrutamos de este placer. Aún era muy joven, inconsciente del sexo más allá de las escenas extremadamente censuradas de las telenovelas favoritas de mi madre, pero esa experiencia y la morbosidad que me representaba fue mi motor a explorar cosas diversas con la única mujer allí presente.
No tarde demasiado en obtener una idea, puesto que mi primer recuerdo transcurre en aquel lúgubre baño creí que podría tener algo más para mí. El plan era simple, solo debía esperar a que mi madre se fuera y romper las típicas cortinas que cubren los cuerpos del exterior de la habitación, una vez hecho eso y con su posterior regaño es que solo tuve que esperar, ningún golpe o regaño limitaba mi deseo. Después de su sermón que entre gritos no encontraba compasión fue que aún sin aquel plástico decidió bañarse. Escuché el agua caer, mientras que una luz leve encontraba salida a través de la rendija de las llaves, solo bastó posar mi ojo en aquel orificio y ver lo que se resguardaba. Estaba pasándose jabón, su brazo izquierdo sosteniendo sus pechos ocultando torpemente sus rojizos pezones mientras con la derecha la barra de jabón hacia el amor entre sus piernas, frotándose una y otra vez aquel lugar mágico, caras de placer se encontraban bajo el agua, y de pronto de abrió, pechos contra la pared empezó a frotar su ano con la barra que a este punto parecía tener pelo propio, hundiéndose en la profundidad del portal por el cual mil hombres han entrado. Siempre estuve enamorado, pero ahí fui consiente de que era más hermosa de lo que jamás había soñado.
Me encantaría conocer su opinión y si tuvieron experiencias similares.
No tarde demasiado en obtener una idea, puesto que mi primer recuerdo transcurre en aquel lúgubre baño creí que podría tener algo más para mí. El plan era simple, solo debía esperar a que mi madre se fuera y romper las típicas cortinas que cubren los cuerpos del exterior de la habitación, una vez hecho eso y con su posterior regaño es que solo tuve que esperar, ningún golpe o regaño limitaba mi deseo. Después de su sermón que entre gritos no encontraba compasión fue que aún sin aquel plástico decidió bañarse. Escuché el agua caer, mientras que una luz leve encontraba salida a través de la rendija de las llaves, solo bastó posar mi ojo en aquel orificio y ver lo que se resguardaba. Estaba pasándose jabón, su brazo izquierdo sosteniendo sus pechos ocultando torpemente sus rojizos pezones mientras con la derecha la barra de jabón hacia el amor entre sus piernas, frotándose una y otra vez aquel lugar mágico, caras de placer se encontraban bajo el agua, y de pronto de abrió, pechos contra la pared empezó a frotar su ano con la barra que a este punto parecía tener pelo propio, hundiéndose en la profundidad del portal por el cual mil hombres han entrado. Siempre estuve enamorado, pero ahí fui consiente de que era más hermosa de lo que jamás había soñado.
Me encantaría conocer su opinión y si tuvieron experiencias similares.
1 comentarios - Agua y jabón (mamá) relato corto.