Soledad medía un metro setenta. Tenía cabello negro y la piel muy blanca. Tenía un culo hermoso y unas tetas que no se quedaban atrás. Pero lo más lindo era su cara, o su mirada, o la forma en que hablaba y sonreía. No era ni por casualidad gorda, pero tampoco flaca. A mi me volvía loco todo de ella.
Ahora al besarnos si nadie nos veía a veces deslizaba una mano por debajo de su calza y le tocaba el culo, o a veces por debajo de la remera y le acariciaba torpemente las tetas.
Bastaba nomás que me acercara a ella para que se me pusiera dura, sin embargo, la primera vez que estuvimos solos en su casa y decidimos pasar a algo más, ni bien me bajó el pantalón mi amigo decidió irse al mazo. Mi pene flácido es bastante chico, y me moría de vergüenza. Ella lo tomó con el pulgar y el índice y trató de masturbarlo, pero no hubo caso. Yo no sabía donde meterme, pero ella me tranquilizó:
-Yo no estoy con vos por tu pene- me dijo.
-Pero a mi me encantaría cogerte- le dije-. Te juro que no sé qué me pasa.
-Estás nervioso- me dijo. - Yo también me ponía nerviosa las primeras veces que garché, y nunca acababa.
-Y ahora?
-Ahora si acabo.
Por un momento me había hecho la ilusión de que su novio no la hiciera acabar, pero se ve que no era el caso. Su novio sí la cogía y la hacía gozar, cosa que yo no estaba pudiendo.
Ese día era justo un jueves, los jueves su madre que era enfermera, hacía guardia hasta las 12 de la noche, y ella por lo general se veía con Diego, su novio, pero justo ese día Diego estaba de viaje o algo así.
Yo aún no me había dado por vencido, y empecé a buscar su concha con mi mano. Ella aún estaba con el pantalón puesto. Lo primero que me sorprendió al meter la mano es que era bastante peluda. Yo en mi imagen acostumbrada al porno me imaginaba que iba a estar depilada ahí abajo, pero no era el caso.
Traté de masturbarla, pero luego de un rato me dijo que lo estaba haciendo mal. Que tenía que ir más abajo, que ahí ni siquiera había empezado la vulva.
Entonces ella se desnudó y tomó mi mano y mientras ella la sostenía me enseñó como tenía que hacer para pajearla. A los minutos me soltó la mano y me dejó seguir solo, mientras nos besábamos y me ofrecía las tetas también para que se las chupe.
De a poco se me fue pasando la timidez y en un momento sentí que mi pene estaba duro otra vez.
Mientras la pajeaba con una mano me empecé a pajear yo también con la otra. Ella se dio cuenta y me agarró de las manos, me hizo poner boca arriba y se subió encima mío, agarró mi pija con la mano y la metió en su concha y me empezó a cabalgar. Yo no podía creer que estaba perdiendo la virginidad con ella. Le agarré el culo y le empecé a chupar las tetas, y no pasaron ni dos minutos que acabé.
Pude notar su cara de decepción cuando se dio cuenta.
-¿Vos acabaste? - pregunté inocentemente.
-Me faltó un poco - me dijo.
No sabía qué hacer para salvar la situación, y solo se me ocurrió una cosa. Empecé a mover mi cuerpo por debajo de ella hasta que llegué a su concha con mi boca. Y si bien nunca había chupado una concha en mi vida, puse toda mi empeño en lamer ese tajo mojado y recién cogido como si mi vida dependiera de ello. Ella me tomó de los pelos y empezó a decir mi nombre
-Marcelo! Ay!!! Así así! Chupame toda, así! Marce, así!!!
Y a los dos minutos empezó a frotarse por sobre toda mi cara y mi naríz hasta que se desplomó encima mío.
-Ahora sí acabé, mi dulce - me dijo, y volvimos a besarnos.
Entonces vino una confesión de parte de ella:
-Nunca me habían hecho eso.
-¿Qué cosa? ¿Hacerte acabar?.
-No, acabar sí. Pero nunca con la lengua.
-¿Nunca te chuparon la concha?
-No, es mi primera vez también. Con vos. Sos toda una divinura!
-¡Yo también te amo!
Luego nos quedamos un rato en silencio y luego de pensar un rato volví a preguntar:
-¿Y Diego nunca te chupó la concha? ¿O la chupa mal?
-Y no… para él como que pasa todo por la pija.
-¿Y Hernan (su novio anterior) tampoco?
-No, ninguno de los dos.
-Lo que se pierden…
-¿En serio te gustó chuparme?
-Sí - le dije - mirá como estoy. Y ella notó mi pijita de nuevo dura.
-Sos muy lindo - me dijo -. Y me agarró la pija con la mano y me pajeó hasta que acabé sobre mi panza.
-Vamos a tener que ir a comprar la pastilla del día después - me dijo al rato -. Porque no usamos forro y yo no me cuido. Yo siempre uso forro, pero como vos eras virgen quise que sea así la primera vez. Además es más difícil con forro cuando no es grande.
Eso último no me lo esperaba. Sabía que no era precisamente dotado, pero no me esperaba que ella lo dijera así como si nada. Junté mis cosas y fui hasta la farmacia. Tenía que comprar la pastilla y volver para dársela antes de que llegara su madre del trabajo.
Ahora al besarnos si nadie nos veía a veces deslizaba una mano por debajo de su calza y le tocaba el culo, o a veces por debajo de la remera y le acariciaba torpemente las tetas.
Bastaba nomás que me acercara a ella para que se me pusiera dura, sin embargo, la primera vez que estuvimos solos en su casa y decidimos pasar a algo más, ni bien me bajó el pantalón mi amigo decidió irse al mazo. Mi pene flácido es bastante chico, y me moría de vergüenza. Ella lo tomó con el pulgar y el índice y trató de masturbarlo, pero no hubo caso. Yo no sabía donde meterme, pero ella me tranquilizó:
-Yo no estoy con vos por tu pene- me dijo.
-Pero a mi me encantaría cogerte- le dije-. Te juro que no sé qué me pasa.
-Estás nervioso- me dijo. - Yo también me ponía nerviosa las primeras veces que garché, y nunca acababa.
-Y ahora?
-Ahora si acabo.
Por un momento me había hecho la ilusión de que su novio no la hiciera acabar, pero se ve que no era el caso. Su novio sí la cogía y la hacía gozar, cosa que yo no estaba pudiendo.
Ese día era justo un jueves, los jueves su madre que era enfermera, hacía guardia hasta las 12 de la noche, y ella por lo general se veía con Diego, su novio, pero justo ese día Diego estaba de viaje o algo así.
Yo aún no me había dado por vencido, y empecé a buscar su concha con mi mano. Ella aún estaba con el pantalón puesto. Lo primero que me sorprendió al meter la mano es que era bastante peluda. Yo en mi imagen acostumbrada al porno me imaginaba que iba a estar depilada ahí abajo, pero no era el caso.
Traté de masturbarla, pero luego de un rato me dijo que lo estaba haciendo mal. Que tenía que ir más abajo, que ahí ni siquiera había empezado la vulva.
Entonces ella se desnudó y tomó mi mano y mientras ella la sostenía me enseñó como tenía que hacer para pajearla. A los minutos me soltó la mano y me dejó seguir solo, mientras nos besábamos y me ofrecía las tetas también para que se las chupe.
De a poco se me fue pasando la timidez y en un momento sentí que mi pene estaba duro otra vez.
Mientras la pajeaba con una mano me empecé a pajear yo también con la otra. Ella se dio cuenta y me agarró de las manos, me hizo poner boca arriba y se subió encima mío, agarró mi pija con la mano y la metió en su concha y me empezó a cabalgar. Yo no podía creer que estaba perdiendo la virginidad con ella. Le agarré el culo y le empecé a chupar las tetas, y no pasaron ni dos minutos que acabé.
Pude notar su cara de decepción cuando se dio cuenta.
-¿Vos acabaste? - pregunté inocentemente.
-Me faltó un poco - me dijo.
No sabía qué hacer para salvar la situación, y solo se me ocurrió una cosa. Empecé a mover mi cuerpo por debajo de ella hasta que llegué a su concha con mi boca. Y si bien nunca había chupado una concha en mi vida, puse toda mi empeño en lamer ese tajo mojado y recién cogido como si mi vida dependiera de ello. Ella me tomó de los pelos y empezó a decir mi nombre
-Marcelo! Ay!!! Así así! Chupame toda, así! Marce, así!!!
Y a los dos minutos empezó a frotarse por sobre toda mi cara y mi naríz hasta que se desplomó encima mío.
-Ahora sí acabé, mi dulce - me dijo, y volvimos a besarnos.
Entonces vino una confesión de parte de ella:
-Nunca me habían hecho eso.
-¿Qué cosa? ¿Hacerte acabar?.
-No, acabar sí. Pero nunca con la lengua.
-¿Nunca te chuparon la concha?
-No, es mi primera vez también. Con vos. Sos toda una divinura!
-¡Yo también te amo!
Luego nos quedamos un rato en silencio y luego de pensar un rato volví a preguntar:
-¿Y Diego nunca te chupó la concha? ¿O la chupa mal?
-Y no… para él como que pasa todo por la pija.
-¿Y Hernan (su novio anterior) tampoco?
-No, ninguno de los dos.
-Lo que se pierden…
-¿En serio te gustó chuparme?
-Sí - le dije - mirá como estoy. Y ella notó mi pijita de nuevo dura.
-Sos muy lindo - me dijo -. Y me agarró la pija con la mano y me pajeó hasta que acabé sobre mi panza.
-Vamos a tener que ir a comprar la pastilla del día después - me dijo al rato -. Porque no usamos forro y yo no me cuido. Yo siempre uso forro, pero como vos eras virgen quise que sea así la primera vez. Además es más difícil con forro cuando no es grande.
Eso último no me lo esperaba. Sabía que no era precisamente dotado, pero no me esperaba que ella lo dijera así como si nada. Junté mis cosas y fui hasta la farmacia. Tenía que comprar la pastilla y volver para dársela antes de que llegara su madre del trabajo.
1 comentarios - Mi primera novia 2 (Inicio como cornudo)