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10. Capítulo 10
Día 10. Amanece
Dormí poco aquella noche. Aunque reconozco que tampoco me quejo. Había sido un día tan intenso que descansé suficiente. Aunque algo me despertó más temprano de lo habitual.
Fui consciente de que algo húmedo me despertaba. Mantuve los ojos cerrados, disfrutando un rato de la situación. Elena me la estaba chupando, muy despacio. Podía notar su lengua haciendo círculos en mi glande. Yo debía llevar un buen rato empalmado ya, mi polla estaba completamente tiesa. Abrí los ojos y la pude ver, metiéndose mi picha entera en la boca, mientras deslizaba sus caderas por el colchón adelante y atrás.
"Esto sí que son buenos días", saludé.
"Hola, JP… pedona gue no de haia depetado", dijo sin dejar de chupármela, "ento ahoa a tabahá"
"No, si me encanta despertar así", reí. "Pero si tienes prisa…"
En ese momento, Elena empezó a mover con más ganas sus caderas, como si alguien la estuviera follando. Intentó mamármela más rápido, pero aún así sentí que se corría mientras yo aún no acababa. Jadeó, mientras me daba unos besitos por el rabo.
"¿Te estabas tocando?", pregunté. Ella llevó una mano a su coño y me mostró lo que se acababa de sacar: el dildo que tenía anoche entre sus piernas. Sonreí. "Bueno, si tienes prisa, no te preocupes. Puedo aguantar sin correrme"
Me miró con cara de pena. Miró su reloj, y resignada, se puso de pie.
"Odio dejarte así, pero tengo que tomarme el café y empezar el día", dijo mientras se vestía a toda prisa con su uniforme del hotel.
"No te preocupes", dije mientras me estiraba. Mi polla apuntó al techo, tenía dobladas las caderas hacia adelante. Miré cómo se vestía (me gustaba verla agachada y con el culo apuntando hacia mi mientras se ponía las bragas) y cuando terminó fue a su cocinita. Ahí ya me puse en pie, y fui tras ella. Me tendió una taza de café rico. "Puedo ir a verte en un descanso, si quieres", le propuse.
"Eres un diablo que viene a tentarme", rió Elena.
"Sí, mira qué rabo", bromeé mientras me hacía una paja delante de ella. Elena se lamió el labio al verle.
"No sabes lo que me alegró verte venir anoche. Me vino muy bien ese polvo"
"Tú también puedes venir a verme sin problema. Ya sabes que me me gustas mucho"
Se puso roja.
"¿De verdad te gusto mucho?"
"Claro que sí", dije y le acaricié la mejilla. "De hecho me da pena que no hayamos podido vernos más…"
"Es lo malo de trabajar aquí…" suspiró. Cerró los ojos y me dio un suave beso en la boca. "Antes de que me vaya… ¿habló Luna contigo?"
"No. ¿Ocurre algo?"
Elena suspiró y apuró un poco su café.
"Hoy es su último día aquí"
"No puede ser"
"Me temo que sí", dijo Elena, con la voz quebrada. "Lleva más días que tú, recuerda, y no podía permitirse más tiempo…"
"Haz que se quede. Si tiene que liberar la habitación métela conmigo. Yo te pago la diferencia. Pero Luna no se puede ir ahora"
"Me imaginé que dirías eso. Y por eso ella no te lo habrá contado. Pero puedo hacerlo. De hecho, iba a aprovechar que puedo hacerlo con unos descuentos míos. Y con eso podemos ampliarle los días hasta que te vayas"
"Genial. Además, tú tampoco quieres que se vaya"
Elena negó.
"Me gusta mucho esa chica, JP. Y me alegro de que pueda ser feliz con vosotros. Me contó vuestro plan de vida de vivir en una comuna amorosa. Qué envidia me dais"
"Ven con nosotros"
"No puedo hacer eso. Mi sitio está aquí", dijo con tristeza.
"¿Por qué? Puedes trabajar de esto en cualquier otro hotel. Pero nos tendrías a nosotros para quererte"
"JP…" empezó a caerle una lágrima por la mejilla.
"Yo sé que Luna también está loquita por ti. No quiero que renunciéis la una a la otra. Y te he dicho que me gustas también. Quiero que formes parte de nuestra vida"
No parecía atreverse a mirarme, y contemplaba el suelo. Yo le levanté la mejilla suavemente.
"Voy a gestionar que Luna se quede. Y lo otro… no puedo darte hoy una respuesta. Pero te prometo pensarlo, ¿vale?"
"Vale"
Nos besamos. Sus manos acariciando mi torso me excitaron nuevamente. Cuando se rompió el beso, se chupó el labio inferior. Consultó la hora en un reloj de pared que tenía en la cocina aquella.
"Ya voy a llegar tarde… así que no importa si tardo un poco más", me dijo.
"¿Follamos?", pregunté con una sonrisa.
"En realidad me apetecía algo más… raro"
Se bajó la falda delante de mi, y también las bragas. Me quedé de pie frente a ella con las piernas separadas mientras ella me hacía una paja. Disfruté de su mano experta dándome placer. Me sujeté a la encimera. Cerré los ojos para disfrutarlo y ella me comió la boca. Aumentó el ritmo de la paja. Yo suspiré.
"Me corro, Elena…", le advertí.
"Córrete, JP… deja salir tu lefa para mi"
Y en ese momento apuntó con mi polla hacia sus bragas. Me corrí en ellas. Bien mojaditas con mi semen mientras me la seguía sacudiendo. Sonrió.
"¿Esto querías?"
"Ahora me las pongo", dijo mientras se las subía, "y disfruto de esta sensación mientras trabajo…", suspiró al contactar su coño con mi lefa caliente. Se subió también la falda.
"Me alegro de haberte ayudado", le dije.
"Aunque esa polla no se puede quedar así…"
Se agachó rápidamente y me hizo una chupada rápida. No me dio tiempo a volver a empalmarme. Simplemente se llevó el resto de mi lefa en su lengua.
"Disfruta del día", me dijo, y se marchó de allí antes de llegar aún más tarde.
Yo me acabé el café con calma y luego limpié nuestras tazas. Luego volví a la habitación. Su cama seguía sin hacer. Vi que el dildo se había quedado abandonado y manchado con sus jugos sobre las sábanas. Lo llevé a su aseo y le di un poco de agua con jabón. Fui a guardárselo en la mesilla, y me sorprendió lo que vi. Otros dos consoladores. Aún más grandes que el de anoche. Y un succionador de clítoris. Definitivamente, Elena tenía que follar más con personas y tocarse menos. Soy un gran defensor de la masturbación, pero ella tenía suficiente gente interesada como para tener que recurrir a tantos juguetes.
Decidí vestirme y una vez que consideré que estaba todo correcto, decidí marcharme. Me aseguré de tener las llaves que me había cedido en confianza y salí de la habitación.
Cerré con la llave y en ese momento me llevé una sorpresa. Nada más darme la vuelta, un chico que debía tener mi edad me miraba. No llevaba camisa, pero reconocí el pantalón: era del uniforme del hotel. Tenía unas facciones un tanto andróginas y una larga cabellera rubia. Cruzó los brazos cuando me vio, apoyado en el marco de una puerta que deduje que era la de su habitación.
"¿Qué haces aquí?" preguntó. Tenía una voz suave. "Esta planta es solo para empleados del Resort"
"He pasado la noche con mi amiga, ya me iba", le respondí.
"Elena ya ha empezado su turno. Sabe que no debemos dejar a nadie subir aquí, y menos que os quedéis solos"
"¿Qué tiene de malo? Ella me invitó", le dije sin entender. Me seguía mirando, poco expresivo. Aunque me estaba regañando, o eso creía yo, porque no se le veía muy molesto.
"Tenemos compañeros que están en contra de que vengáis. Algunos clientes nos han acosado porque querían sexo con nosotros y nos han buscado por todo el Resort cuando terminamos los turnos. Esta es una zona segura"
"Bueno, pero… tú no vas a decir nada a nadie, ¿verdad…?"
"Marc", me dijo.
"¿Verdad, Marc?", dije mientras me acercaba a él. "O ya me habrías delatado…"
"... Aún puedo hacerlo…"
"JP"
"JP. ¿Qué… haces…?"
Me había acercado a él despacio. Junté mi pecho con el suyo, y le rodeé el cuello suavemente con los brazos. Y él no opuso resistencia. Sonrió levemente, y yo sonreí aún más. Joder, le estoy zorreando, pensé para mis adentros, y sentí que se me volvía a acelerar el corazón.
"Si eres bueno y no me me delatas, podríamos hacer algo tú y yo… si te apetece", le propuse con todo descaro, mi voz más dulce y una sonrisa cómplice.
Marc me miró de arriba abajo. En ese momento pensé que me había equivocado. Si a él solo le gustaban las chicas, me metería en un lío porque le estaba acosando. O aunque le gustasen los chicos, quizá yo no... Y en ese momento me asió con firmeza de la cintura, y se acentuó su sonrisa.
"Creo que te puedes ganar mi silencio", dijo mientras me acariciaba el culo por encima del pantalón. Me tenía bien sujeto. Yo hice por a besarlo, pero en ese momento su lengua se impuso a la mía. Era extraño, porque no me parecía alguien "activo" a primera vista. Pero qué importaba. Dócilmente me fui poniendo cachondo mientras su lengua me dominaba. Cuando acabó el beso, muy delicadamente por su parte, me susurró
"Vamos adentro"
Y abrió por completo la puerta de su habitación mientras me soltaba. Según pasé por su lado, me dio un firme azote en el culo. Sonreí excitado. Su dormitorio tenía la misma distribución que el de Elena de modo que fui directo a su cama y empecé a desnudarme.
"Eres muy bello", me dijo Marc. Yo me había agachado para quitarme el bóxer, y me di la vuelta permitiéndole verme también por delante. "Es una pena no haberte podido recibir yo cuando llegaste", comentó mientras se bajaba el pantalón. Y abrí mucho los ojos cuando vi su falo. Era grande. Más que el de Julio y Leo. Debían ser como 25 cms o algo más. Y ya estaba prácticamente erecto. "¿Te gusta lo que ves?" me preguntó mientras se hacía una paja.
"Mucho", respondí, sentándome en su cama. "Ven aquí"
Se quedó en pie delante de mí, con su polla apuntando directamente hacia mi. Empecé a chupársela. Despacio. No tenía prisa. Empecé a darle besos llenos de saliva empezando por la punta y bajando por todo lo larga que era. Jugué con sus huevos usando mis dientes, y me di cuenta de que eso le excitaba. Volví a mamársela con normalidad.
"La chupas muy bien", suspiró Marc, que se limitaba a recibir mi boca.
Intenté metérmela entera en la boca, pero no era capaz, de modo que volví a hacerle una mamada normal mientras con mis manos acariciaba las pulgadas que no me cabían en la boca. Y también sus testículos, firmes.
"¿Pasa algo?", me preguntó cuando, de pronto, detuve la felación.
"Que quiero que me folles", respondí.
Parecía contento. Se sentó en medio de la cama, con su picha erecta para mi. Yo me di la vuelta y gateé hacia él. Separé las piernas, apoyado en el colchón, y busqué su polla con la mano. Marc me separó los glúteos y yo dirigí su falo hacia mi agujero. Suspiré cuando apenas me rozaba. Y suavemente, me dejé caer hacia abajo.
"Uuuuf", suspiré. Apenas tenía la mitad dentro.
"Ten cuidado", me dijo. "No te tienes que forzar", añadió mientras me sujetaba del culo, evitando que me cayera de pronto y me dañara.
"Estoy bien", le aseguré, agradecido de su preocupación. Empecé a subir mi cuerpo y dejarme caer suavemente. Poco a poco me iba entrando. Suspiré cuando estuve sentado en su regazo, con su gran polla por completo dentro de mi. "Dios... es enorme"
Mi cuerpo estaba pegado al de él mientras me acostumbraba a él. Se sentía tan bien... Mi polla goteaba en su vientre, mientras él me acariciaba desde el cuello hasta mi culo y me masajeaba las nalgas.
"Eres el primer chico en mucho tiempo que no sale corriendo cuando me la ve", dijo.
"¿De verdad?", suspiré. Mi voz sonaba especialmente aguda en ese momento. "Pues a mi me ha puesto cachondo verla"
"¿Te gusta mi polla?", preguntó, y empecé a notar que se empezaba a entrar y salir de mi ano.
"Sí, es increíble", suspiré. Cada vez que su falo me acariciaba la próstata al entrar dentro de mi, yo llegaba al paraíso. "¿Y a ti te gusta mi culo?"
"Es delicioso. Lo apretado que lo tienes... y tus nalgas son muy suaves", dijo mientras me las seguía sobando. "Me podría pasar el día follándote..."
"Eso me tienta mucho"
Le besé suave mientras sentía su polla entrar y salir de mi. Sobre el colchón tampoco podía moverse mucho, pero lo suficiente para arrancarme espasmos de placer cada vez que le sentía por completo dentro de mi. Mi polla también recibía placer resbalando apretada entre nuestros vientres. De pronto noté sus manos acariciando todo mi cuerpo. Arriba, con ambas manos, tocando todo. Apretó mis pezones. Me excité más. Luego bajó y me dio unas suaves caricias en el pene.
"Marc... me encanta cómo follas..." suspiré, disfrutando de notarle dentro de mi una y otra y otra vez.
"¿Qué dices?", preguntó con una sonrisa. "Si me estás cabalgando tú"
Me di cuenta de que tenía razón. Era mi cuerpo el que subía y bajaba, yo mismo rebotaba sobre él y mi culo engullía su polla. Y estaba tan excitado que no me detuve. Pero no era eso lo que buscaba, aunque me estaba volviendo loco por el placer.
"No vale, Marc... yo quería que me follases tú", protesté, aún moviéndome y clavándome su picha.
"¿Quieres que te haga mío?", me preguntó con una caricia en la mejilla. Yo asentí muchas veces. "Yo soy de follar... duro", me avisó. "¿Te han empotrado alguna vez?"
Negué con la cabeza.
"No me da miedo", le dije.
Y en ese momento, Marc me sujetó por la cintura y sacó su polla de mi culo. Antes de darme cuenta, me tenía sobre mis manos y mis rodillas, mi cabeza apoyada en el cabecero de su cama, y mis piernas separadas preparadas para él.
"¡Aquí viene, JP!", me avisó. Gemí cuando sentí su gran polla deslizarse dentro de mi, en un solo movimiento. "Mmmm… JP, ¡tu culo es tan apretado!"
"Jo-Joder.. y tú la tienes muy grande", gruñí. "Es decir, ya lo sabía, pero… joder…"
"Shhh…", me susurró al oído. "Solo relájate, cariño… No te cansaré mucho"
Su polla, deliberadamente, se hundía lentamente dentro de mi, llenando mi culo cuan larga era.
"Eres un buen chico", volvió a decirme al oído. Mis pulsaciones se aceleraban. "Shh…"
Se me escapó un gemido involuntario mientras su polla seguía clavada entera en mi culo.
"Marc… ahh… hah…"
"Lo estás haciendo muy bien. ¡Se siente genial follar contigo!"
Y en ese momento empezó a embestirme. Su polla se deslizaba dentro y fuera de mi culo fácilmente. Yo dejaba escapar pequeños gemidos y jadeos mientras su polla me dominaba.
"Eres tan sexy cuando gimes…", me dijo Marc. "Sigue haciendo esos sonidos bonitos para mi, JP, te voy a llenar muy pronto con mi lefa"
"Hah… vale… joder…"
Mi mente se puso en blanco. Solo podía pensar en su gran polla dentro de mi. Y en ese momento empezó a moverse más rápido. Y duro. Y mi cuerpo se movía adelante y atrás por sus acometidas. Era increíble. Mi polla empezaba a golpear mi tripa por el balanceo mientras me follaba. Y podía sentir sus huevos chocando contra mi perineo. Me estaba empotrando.
Se sujetó con ganas a mis caderas, y sentía su pelvis chocando contra mi a cada movimiento. Y se movía genial. Sus movimientos eran firmes, y casi mecánicos, como una máquina de follar pero el tacto de sus manos lo hacía humano y agradable. Aquello no era ni mucho menos como follar con Leo. O con mi Matt... Matt me hacía el amor, Marc me usaba para follar y mi culo se sentía de maravilla. Empecé a masturbarme con una mano mientras me preparaba para su carga. Su polla entraba y salía fácilmente de mi culo dilatado por él.
"Córrete conmigo, cariño, córrete conmigo… ¡JP!" gruñó.
Sentí cómo me llenaba con su carga caliente, mientras yo eyaculaba sobre su suelo. Gemí lascivamiente mientras sentía su semen sobresalir de mi culo.
"Joder… Marc…"
"Eres increíble, JP"
Me la sacó, y pude notar su lefa saliéndose de mi agujerito abierto.
"Ha sido buenísimo", dijo Marc. "Hacía tiempo que no disfrutaba de un culo tan bueno", añadió mientras me daba una nalgada. Luego tiró suavemente de mi hacia atrás, quedando yo tumbado sobre él. Se aseguró de tener mi nalga sujeta mientras reposábamos.
"Me lo has follado con ganas... qué intenso" suspiré.
"Llevas pocas folladas en el culo, ¿no?", preguntó. Sin malicia. Volvía a ser casi inexpresivo.
"Mi primera vez ha sido en el Resort", admití.
"Se notaba. Espero que al menos te haya gustado. No quiero que ningún novio tuyo se enfade conmigo"
"Me ha gustado mucho", aseguré. Y era cierto. Casi todos mis polvos habían sido estilo romántico, o al menos cómplice con mis amigos, aquello había sido duro y sucio sin más. No tenía muchas experiencias así, y siempre estaba bien probar.
"No diré nada de tu visita aquí", me prometió. "Pero si algún día vuelves a subir, voy a follarte otra vez"
"¿Esta noche?", bromeé.
Nos pusimos en pie. Me echó una mano a vestirme y luego, tras asegurarse de que no había nadie en los pasillos de su planta, me acompañó en el ascensor antes de ir a empezar su turno. Yo tenía que pasar por mi habitación.
Día 10. Mediodía
Apenas salí del ascensor, enfilando mi habitación, vi que había una especie de reunión en la puerta. Estaba Luna hablando con Julio, algo que me sorprendió. Pero en cuando ella se dio cuenta de que yo me acercaba, se abalanzó a por mi.
"¡JP!"
Casi me golpeé contra una puerta del impulso. Me abrazó con fuerza y me besó aún más fuerte. De pronto el beso se volvió salado. Ella estaba llorando. Yo me abracé a ella, y acompañé su beso, mientras Julio esperaba pacientemente.
"Elena ya me lo ha contado... no tenías que hacerlo", me dijo cuando rompió el beso, pero sus manos seguían en mis mejillas. "No te puedo pedir que me pagues aquí más días hasta que te vayas..."
"Pero no me lo has pedido. Yo quiero que estés aquí conmigo hasta que me vaya", dije, y le planté un beso. "Y no admito discusión"
"Tonto... te quiero mucho..." susurró.
"Y yo a ti. ¿Vas a quedarte en mi habitación, o mantienes la tuya?"
"Tengo que moverme a la tuya. ¿Seguro que estás bien con eso?"
"Claro que sí"
Por fin se tranquilizó un poco y pude dirigirme a Julio, que me dio un besito.
"Venía a ver si te apetecía hacer algo conmigo", me dijo. "Aunque si estás ocupado con tu novia..."
"Tranquilo, deja que me cambie y me tienes disponible", reí.
"Yo voy llevando mis cosas", dijo Luna.
"¿Te espero aquí?", me preguntó Julio.
"Como si entras", le dije.
Me tomó la palabra y entró conmigo mientras Luna empezaba a traer sus cosas. Yo no iba a tardar mucho. Me puse un momento bajo el grifo de la ducha y me di un agua rápida, con Julio mirándome con una sonrisa. Cuando salí me tapó con la toalla, y fingió ayudarme a secarme mientras me metía un poco de mano. Ya con la ropa limpia, estaba preparado.
"¿Necesitas ayuda?", le pregunté a Luna. Julio se había puesto a mi lado y me tocaba el culo.
"No, puedo yo sola. Tú ve a divertirte", me dijo mientras empezaba a poner sus bragas con mis calzoncillos. "Supongo que esta noche querrás que nos lo montemos hasta tarde..."
"En realidad, te quería pedir otra cosa", le dije. "¿Te ha dicho Elena lo que le he comentado?"
"... ¿El qué?"
"Quiero que venga con nosotros cuando nos vayamos a vivir juntos", le dije, y ella abrió la boca sorprendida. "Sé que te gusta tanto como a mi, pero aún no lo tiene claro... así que quiero que esta noche vayas con ella, te la folles con mucho amor y la convenzas", le dije sonriendo.
"No me merezco un novio tan bueno", dijo y me besó nuevamente. "Lo intentaré", me aseguró.
"Perdona, Julio, ya podemos irnos", le dije.
"No te preocupes. Luna, entonces, ¿cuento contigo para mañana?", le preguntó.
"Sí JP acepta, sí", respondió.
"¿Aceptar? ¿Qué?"
"Luego te lo cuento", me dijo Julio. "Nos vemos"
Así que dejamos a Luna terminando de moverse de habitación y yo acompañé a Julio a la suya.
"Ay, JP... si te hubiera conocido yo antes...", suspiró mientras llegábamos a su habitación. Ahora en vez de tocarme el culo me sobaba la polla. "Eres un tío estupendo. Me alegro de haberte conocido"
"Uy, qué formal", reí. "¿Ocurre algo? ¿Estás bien con Leo?"
"Estamos muy bien. Pero esta mañana me apetecía ir a por ti, sin compartirte con él. Así que... dime qué te apetece y soy tuyo"
"Pues la verdad, quiero estar dentro de ese culito tuyo tan bonito", le dije.
"Qué dulce hablas", respondió Julio. "¡De acuerdo! ¡Eso es divertido! Desnúdate y túmbate."
Me deshice de mis ropas al tiempo que Julio también se desnudaba y me eché en la cama. Julio trepó sobre mi, posicionándose sobre mi polla. De pronto, se dejó caer sobre mi falo, metiéndoselo inmediatamente.
"¡Guau!", exclamé.
"Sorprendido, ¿eh?", preguntó malicioso. "Bueno, prepárate, ¡porque te voy a cabalgar hasta dejarte seco, JP!"
Julio se inclinó hacia adelante, poniendo sus manos sobre mi pecho. Equilibrado como estaba, empezó a rebotar su culo arriba y abajo por la longitud de mi polla mientras su propia erección se movía al mismo ritmo.
"¡Joder! ¿Cómo has podido metértela tan fácilmente?", pregunté. Su culo apretaba mi erección.
"Practica, en su mayoría", respondió con una sonrisa. "Pero además, yo ya venía lubricado de antes"
"¿Esperabas que te propusiera esto?", dije, sorprendido.
"Estaba seguro de ser irresistible para ti", dijo pícaramente. "Ahora cállate y déjame disfrutar de esta enorme polla tuya"
Me recliné, disfrutando de la sensación de su culo exprimiendo mi polla. Sus movimientos eran rápidos y deliberados. Como él lo hacía, se movía con la precisión de un experto.
"Mm, sí, ¿te gusta así, JP?"
"Es muy bueno"
"Apuesto a que si... ¡Un momento! Quiero darme la vuelta"
Julio se levantó de mi polla, girando sobre si mismo antes de volver a bajar de modo más fluido.
"¡Joder!", suspiré.
"Jejeje, ahora puedes ver mi culo devorando tu polla"
Julio continuó cabalgando mi erección, y yo la veía desaparecer dentro de su culo apretado.
"¡Y que no te de miedo darme un azote, si quieres! Leo dice que mi culo se ve más bonito en color rojo"
Yo podía sentir mi orgasmo acercarse mientras su culo subía y bajaba por mi regazo. Iba a correrme pronto, lo sabía. Pero no sin azotarle primero.
¡Plas! Le di un azote en la nalga derecha. Y se puso colorada muy rápidamente con el impacto.
"¡Ah! ¡Sí! ¡Eso es!" suspiró Julio. "¡Y ahora la otra!"
¡Plas! le azoté la izquierda, que se volvió roja tan rápido como la derecha.
"¡Mmph, qué bueno!" ¡Plas! Le volví a azotar. "J-Joder... lo noto caliente..." ¡Plas! "¡Sí, justo ahí!" ¡Plas! "¡Joder! ¡Dios! ¡Me encanta cómo me pica!" ¡Plas! "¡No te rindas! ¡Créeme, puedo con ello!" ¡Plas! "¡Sí, azota mi culo de puta!"
"¡Julio, me voy a correr ya!"
"¿Quieres hacerlo dentro de mi?"
"¡Sí!"
"Entonces hazlo, JP. ¡Llena mi culo con tu lefa!"
"¡Tómalo!"
Gemí y en ese momento liberé todo mi semen en el culo de Julio.
"¡Mmf! ¡Así me gusta!" gimió Julio. Y parecía que correrme dentro de él le llevó al límite, porque él mismo se corrió sobre la cama.
"Me ha encan¡tado!", gemí. Con mi polla aún ensartada Julio había empezado a acariciarme los huevos, provocando que me corriese un poco más dentro de él. "Vas a conseguir exprimirme..."
"Eso quiero... vacía tus bolas dentro de mi..." pidió. Mi semen escurría fuera de su culo. "Me encanta follar contigo"
Yo me incorporé y le acaricié por el cuerpo. Mi mano bajó a su polla, que seguía dura como la mía, y la acaricié por la punta, haciendo que también se corriese un poco más. Él se dejó hacer, suspirando. Le gustaba cómo sobaba su polla.
"Oye, JP... antes de que se me olvide", dijo mientras le seguía haciendo la paja. "Mañana... es el último día que Leo y yo estaremos aquí"
"¿En serio?", pregunté. Me daba pena perder a mis dos amigos tan pronto. Pero... ellos no eran Luna. No podía hacer por ellos lo mismo.
"Sí. Y queríamos aprovechar para hacer una celebración aquí. Nosotros dos... Matt, Luna y tú. Si os apetece. Solo los cinco"
"¿Nadie más?"
"No. Matt y tú nos gustáis mucho. De hecho, Leo se ha subido a follar con él. Y Luna, bueno. Es bonita. Y además, tiene polla. Y seguro que te gusta más el plan si viene ella también"
"Wow. Pues me halagas. Y estaré encantado de venir. Incluso si los demás no aceptan", le susurré.
"Seguro que vendrán", suspiró él, cachondo. "Oye... me pasaría aquí el día entero, pero podríamos ir a comer algo"
"Me parece bien"
Día 10. Por la tarde
Después de comer con Julio, él marchó a nadar a la playa. Yo me quedé un poco más cerca y me fui a la piscina. Ninguno de los míos estaba por allí. Así que me tumbé un rato en la toalla para descansar. Podía ver a mi alrededor mucha gente animada. Tetas rebotando. Metidas de mano. Pero nadie se animaba a saltarse las normas que prohibían el sexo en público abiertamente.
Decidí aprovechar para nadar un poco. Un grupo de chicas se pusieron frente a mi, separando las piernas bajo el agua mientras soltaban risitas. Empecé a bucear entre sus piernas, y pude ver sus coños destapados bajo el agua. Apreté una de las nalgas de la última antes de seguir nadando, y tras un par de largos, volví a la toalla.
Ya estaba a punto de irme después de secarme cuando de pronto alguien apareció frente a mi. Un chico de pelo castaño, gafas redondas, y aspecto frágil, de la mano de una chica igual de alta que él, con el pelo rojo teñido, y el mismo aspecto delicado. Pero de grandes tetas.
"¡JP! ¡Qué alegría verte!", me dijo. Era el joven que Elena me había pedido desvirgar.
"¡Hola! ¿Qué tal estás?"
"Me llamo Nico", dijo, extendiendo la mano. "Perdona que no me presentase el otro día, estaba nervioso y solo pensaba en mi primera vez..."
"Así que este es el famoso JP", comentó ella. "Me llamo Dara. Un placer"
"Igualmente. No te hacía con chicas", le comenté a Nico.
"¡Ah! ¡No es mi novia!", dijo. "Es solo que ambos hemos venido a lo mismo: a disfrutar de todas las pollas que podamos. Así que hemos hecho equipo para buscarlas", rió.
"¡Equipo Ama-Pollas!", gritó Dara.
"Espero que las encontréis y las disfrutéis", reí.
"Pues a mi me gustaría probar con la tuya. Nico habla maravillas de cuando te lo follaste", comentó Dara, con absoluto descaro, y él se puso colorado
"Yo por mi encantado..." y en ese momento ella metió la mano por debajo de mi bañador, poniéndomela dura rápidamente
"Veo que no exagerabas, Nico", dijo. "Me estoy mojando solo de tocarla..."
"No vale, Dara. Yo quiero repetir con él", y empezó a sobarme también. "Tan grande..."
"Os recuerdo que aquí no podemos follar", les dije. Uno de seguridad nos miraba. Estábamos en el límite de lo permitido, "pero tengo un sitio donde podemos hacerlo"
"¡Vamos!", exclamó Nico.
Con sus manos en mi falo se abrazaron a mi. Yo bajé mis manos y empecé a tocarles el culo mientras les acercaba al club de baile. Quedaba poco tiempo para que empezase el turno, pero yo tenía acceso al cuarto especial de Francesca. Me encantó ver sus caritas sorprendidas cuando llegamos a aquel lugar. Empecé a desnudarme.
"No me creo la suerte que tengo de volver a hacerlo contigo", dijo Nico, admirando mi cuerpo desnudo.
"Me gusta incluso más ahora que la veo", dijo Dara, la muy puta. "¿Cómo empezamos, tiarrón?"
"La verdad, me muero de ganas de una mamada", respondí, con el mismo descaro. Nico y Dara ya se quitaban la ropa. La verdad es que se veían preciosos los dos juntos. Ella fue a hablar, pero Nico fue más rápido.
"¿Te la puedo chupar? ¿Porfa?", pidió, poniéndome ojitos.
"Oh, claro", respondí.
Y en ese momento se extendió tan largo como era en el sofá bocarriba, con su cabeza sobresaliendo por fuera.
"¿A qué esperas? ¡Ven aquí!", me apresuró.
Me arrimé a él, y Nico tomó mi polla en su boca.
Nico chupaba gentilmente la cabeza de mi polla en esa posición inusual. Su propia polla se mantenía erguida mientras saboreaba el sabor de la mia.
"Mmm... mmm..." gemía mientras me la mamaba.
Empecé a empujar mis caderas en su boca, haciéndole más fácil chupar más de mi. Gimió suavemente sobre mi picha al igual que yo, envalentonándome a mantener mis empujones. Le estaba follando la boca gentilmente mientras él se retorcía en el sofá. Él parecía disfrutarlo incluso más que yo.
"Joder, Nico, tu boca se siente muy bien..."
"¡Mmm!"
Él balbuceaba contento alrededor de mi falo mientras yo lo empujaba dentro de su boca.
"¡Nico, me voy a correr...!"
"¡Mmh-mm!"
Siguió balbuceando, parecía que me animaba a dejarle probar el sabor de mi carga. No me lo tenía que decir dos veces, cada vez que se la metía en la boca mis bolas parecían apretarse. Mi polla palpitó y me corrí directamente en su garganta.
Él tragó mi carga con ansia y alegría. Después de un momento, se la saqué, y él se lamió un poco de mi lefa de los labios.
"Sabe muy dulce, JP, gracias", me dijo con una sonrisa.
"Oye, no vale. Yo también quiero", protestó Dara, y me miró a los ojos. "JP, yo también quiero probar esa gran y jugosa polla tuya"
"Si me lo pides así", reí.
Se lamió los labios.
"Sí, toma asiento"
Ocupé un hueco al lado de Nico, que se echó a un lado para dejarme espacio. Ella se sentó al otro lado. Dara se inclinó sobre mi, envolviendo mi polla con sus labios. Sus tetas se acomodaron sobre mi muslo, su peso casi me distraía de lo bien que se sentía su boca. Su mano derecha agarró mi pierna mientras se estabilizaba y empezó a chupármela. Su cabello rebotaba con los movimientos de su cabeza sobre mi regazo.
Su lengua se ocupaba de mi polla mientras se deslizaba hacia arriba y abajo. Su boca apretaba mi picha mientras me la chupaba, y yo podía sentir sus mejillas a la vez. Yo no podía hacer nada sino gruñir mientras disfrutaba de lo bien que se sentía su boca sobre mi polla. Su lengua revoloteaba por mi erección y luego lamió me lamió la punta. Mi polla palpitaba mientras la tomaba entera en su boca, su lengua jugaba con lo largo de mi polla.
"Joder, Dara...", gruñí. Ella seguía chupando mi polla, hambrienta.
"Espero que podamos hacer algo más... quiero esta polla dentro de mi", dijo.
"Entonces, ¿por qué no te tumbas y te la doy?", le propuse.
"¡Me encanta cómo piensas!", dijo.
Le faltó tiempo para cambiar de posición. Se puso en cuatro para mi velozmente. Yo me puse en posición y empecé a frotar mi polla contra su coño. Dara gimió cuando se la metí.
"¡Ahh! ¡Sí!", exclamó Dara. "¡La tienes enorme, JP!"
Ella dejó reposar su cuerpo sobre el gran sofá mientras levantaba el culo hacia mi. Yo empecé a empujar dentro de ella.
"¡Sí, sí! ¡Joder, qué bueno!"
Yo seguía acometiéndola, mi polla dura se deslizaba dentro y fuera de su humedad.
"Se siente tan grande dentro de mi... ¡se siente tan bien, JP!", gimoteó.
Yo empecé a gemir mientras empezaba a metérsela más rápido.
"¡Oh, Dios! ¡Qué bueno, qué bueno!"
Los dos gimiendo de placer nos gustaba aún más. Su coño estaba apretado, apretaba mi polla mientras me la follaba. Mis caderas chocaban contra su culo mientras me hundía en su cuerpecito. Era fácil olvidar lo pequeño que era su cuerpo cuando le miraba sus enormes tetas, pero temblaba con mis embestidas.
"¡Sí, JP, eso es! ¡Estoy a punto!"
"¡Yo también, Dara!"
Ella gemía mientras seguía follándola, mientras embestía su pequeño cuerpo. Echó la cabeza hacia atrás y gritó mientras se corría, su coño apretaba aún más mi picha. Aquella sensación era demasiado, y sentí que llegaba al límite.
"¡Dara, me...!"
"¡Hazlo! ¡Córrete dentro de mi! ¡Córrete en mi coño!"
No me lo tuvo que repetir. Me corrí liberando mi lefa dentro de ella.
"¡Me estás llenando! ¡Joder, sí!"
Se dejó caer sobre el sofá, agotada y con una sonrisa de satisfacción.
"Nico tenía razón, follas muy bien"
"Y me gustaría repetir... mi culo te echa de menos", Nico apareció a mi espalda, manoseándome entero. "¿Podemos hacerlo?"
"Claro que sí"
"Deja que me ponga encima... vas a ver lo que he aprendido" Yo me acomodé un poco más en el sofá, separando bien las piernas. Nico trepó por mi regazo, de espaldas a mi, y levanté sus piernas al aire mientras le guiaba para sentarse sobre mi polla. "¡Ahhh! ¡JP!", gimió. "¡Otra vez en mi culo! ¡Me encanta!"
Su culo aceptó fácilmente mi polla, apretándome mientras le sujetaba. Separó sus glúteos con la mano, gimiendo lascivo mientras yo empujaba dentro de él.
"¡Eso es! ¡Qué grande la tienes!"
Yo empujaba hacia arriba mientras la gravedad le tiraba hacia abajo, permitiéndome llegar más profundo dentro de su culo.
"¡Sí! ¡Eso es! ¡Oh, sí, sí!" disfrutaba Nico.
Eso me dio más energías para follarlo. Empecé a mordisquearle el cuello por la espalda.
"¡Fóllame! ¡Me encanta tu polla, JP! ¡Hazme tuyo!"
Gruñí mientras movía mis caderas, sosteniendo su cuerpecito mientras empujaba dentro de él.
"¡Me voy a correr, lo sé!", gimoteó. "¡Córrete conmigo, JP! ¡Lléname, lo quiero!"
Yo no necesitaba mucho más, su culo apretaba mi polla muchísimo. Mis bolas estaban al límite.
"¡JP!"
Él se corrió al aire, sin necesidad de tocar su picha. En ese momento, yo disparé mi carga dentro de su culo. Él gimió al sentir mi semen dentro, retorciéndose cariñosamente sobre mi regazo.
"Sííííí… JP, oh…"
Miré dónde se había corrido. La pierna de Dara. Pero ella parecía encantada, se había pasado todo el rato metiéndose los dedos y acariciando su coño mientras nos miraba, con el dedo índice dentro de la boca. Desde nuestra habitación podíamos escuchar la música del club de strip-tease. Empezaba la noche. Nico se dejó caer en el sofá, disfrutando aún del orgasmo. Su pene aún goteaba, y mi lefa resbalaba de su ano abierto.
"¿Quieres probar por mi culo también, JP?", me ofreció ella.
"Claro que quiero", le dije.
"¡Buena respuesta! ¡Vamos a ello!"
Ella abrió sus piernas para mi y yo me puse en medio de ellas.
"Lo que sí... ten cuidado. Soy virgen del culo", me dijo.
"¿Es en serio?", pregunté. Ella asintió. "¿Y quieres que yo te lo folle el primero?"
"Claro que sí, me ha encantado lo de antes"
"¡Toma!", dijo Nico, mientras me alargaba un bote de lubricante.
"Me encanta lo preparado que está este sitio", comentó Dara, sonriendo mientras me veía lubricar mi polla. Empecé a frotarla contra su agujetito, alineándome con su culo.
"Estoy lista, JP...", susurró, y se la metí. "Unf... despacio..."
Mi polla se sentía genial dentro de su culo apretado. Podía sentirlo expandiéndose lentamente mientras se acomodaba a mi rabo.
"Jo-Joder", protestó, "¿siempre la tienes así de grande?"
"¿Estás bien?", le pregunté, preocupado.
"Sí, es solo... necesito un momento", me pidió.
No me moví mientras ella se acostumbraba a tener mi pilla en su culo.
"Muy bien, JP, fóllame..."
Empezó a gemir mientras me movía dentro y fuera de su apretado ano. Su agujerito apretaba mi falo mientras yo movía mis caderas.
"Uf, uf, uh...", gemía Dara. "Folla mi culo..."
Yo se la metía por completo dentro, estirando su culo en cada movimiento. Debía sentirse bien porque chillaba de placer.
"Me... gusta... esto..."
Yo llevaba el ritmo y empecé a follarla un poco más rápido. Sus grandes tetas se balanceaban a ambos lados de su delgado cuerpecito mientras yo se la metía.
"¡Ah, hah... joder! ¡Sí!"
Ella se sonrojaba mientras mi polla seguía haciendo de las suyas en su culito. Su cuerpo se movía al mismo ritmo de mis empujones encima del sofá.
"Mi culo..." gimió. "Mi culo se siente muy bien..."
Dara me miraba más tranquila que hacía un rato, y sus ojos miraba mi cuerpo follándola. Gemía y se retorcía debajo de mi mientras yo la follaba un poco más rápido.
"¿Tú... tú te sientes bien, JP?", me preguntó.
"Se siente de maravilla, Dara"
"Jejeje, a JP le gusta mi culo... Puedes ir más rápido..."
Empecé a follármela de verdad, metiéndosela en el culo con vigor. Ahora que se había acostumbrado a la sensación era más fácil, y ella gemía debajo de mi.
"¡Joder! ¡Se siente grande en mi culo! ¡Fóllame, JP! ¡Folla mi pequeño culo!"
Yo me sentía cercano al orgasmo, y se lo avisé.
"¡Me voy a correr, Dara!"
"¡Ah, yo también!"
Apreté los dientes mientras llegaba a mi límite.
"¡Me voy a correr dentro de ti, Dara!"
"¡Hazlo, JP! ¡Llena mi culo de lefa!"
Me corrí en su culo, mi carga sobresalía de su interior.
"Joder... me siento llena..."
Empezó a frotarse el clítoris, y pude sentir su ano apretando un poco más mi polla mientras ella se corría.
"Ah... hah... ¡ha sido super intenso!", gritó de alegría. Se incorporó lo más rápido que pudo. "¡Gracias por adaptarte a mi ritmo!"
"De nada. Gracias a ti por dejar que te folle el culo", reí, y le di un pequeño azote.
"¡Ha sido muy divertido!" aseguró satisfecha.
"JP... ¿te importa si vamos a buscar otros amantes? Este club tiene que estar lleno", dijo Nico.
"Por supuesto"
Nos aseamos un poco antes de salir con los demás.
Día 10. Por la noche
Apenas salimos, mis jóvenes amigos se perdieron entre la multitud. Yo eché un vistazo por los alrededores, y me llevé una sorpresa. Me acerqué a una de las barras de strip-tease sin apartar la vista, solo lo necesario para no chocar con la gente. Ante todo el mundo, Irina movía las caderas... al lado de Andrea. Increíble.
Encontré un sitio para disfrutar del espectáculo. Andrea se movía como una diosa. Liberada... A mi lado, dos chavales se sacaron la chorra y empezaron a hacerse una paja. Yo me contuve, aunque verlas ahí subidas solo con las bragas puestas me ponía cachondo. Sobre todo ese momento en que empezaron a hacer twerking al ritmo de la música. Me acomodé un poco más, y cuando acabó la música, se acercaron, tetas contra tetas y se dieron un buen morreo delante de todos que les valió varios aplausos y silbidos.
Y en ese momento me vieron.
"¡JP!", exclamaron a la vez. Se lanzaron a por mi, y se sentaron en mis piernas.
"Hola, mi amor. Estábamos haciendo tiempo hasta dar contigo", dijo Irina.
"¿Vamos a la habitación?", me ofreció Andrea.
"Vamos, vamos", reí.
Me puse en pie. Irina saltó al escenario a recuperar las ropas que se habían quitado y empecé a seguirlas. Entre la multitud, alcancé a ver a Nico... dándose un beso con mi Matt. Increíble. Bueno, sabía entonces que ambos estaban en buenas manos. Y un poco más lejos, Marc le estaba tocando las tetas a Dara. Bien, bien...
"Me ha sorprendido verte ahí arriba", le dije a Andrea mientras atravesábamos el recinto para volver al hotel. Ambas, que solo se habían cubierto con la camiseta, prácticamente parecían tirar de mi.
"Irina tuvo la idea... y la verdad, es que me he sentido genial...", reconoció, un tanto avergonzada. "Todo el mundo mirándome, deseándome, y no me podían tocar si yo no les dejaba. Me sentí poderosa"
"Te lo dije", rió Irina. "Es lo mejor de estar ahí arriba. Pero me excita demasiado. Así que espero que nuestro macho me folle ahora en condiciones"
"Yo voy primer", bromeó Andrea.
Alcanzamos por fin la recepción, y volamos al ascensor. Subimos intercambiando besos entre los tres. Mi polla recuperó la erección que había perdido en la carrerita por el trayecto. Entramos en el dormitorio de ellas. Irina tiró al suelo ese burruño de pantalones y sujetador que casi se olvidaron en el club, y se desnudaron. Yo también me quité la ropa, y en ese momento, ambas me esperaban tumbadas bocabajo en la cama, con sus cabezas muy pegaditas.
"Te estamos esperando, JP... queremos que nos folles", pidió Irina. Yo me acerqué a ellas con mi picha erecta. "Danos tu polla, por favor..."
"Aquí la tenéis", dije, y pegué la punta a los labios de Irina. Pero Andrea fue más rápida y le apartó suavemente la cabeza, chupándomela primero.
"¡Tramposa!", rió Irina. Andrea se encogió de hombros y siguió chupándomela. Cerró los ojos, disfrutando de mi falo. "Eres una zorra hambrienta de polla, ¿verdad?"
"Ngo", dijo Andrea con mi polla en la boca. Se la sacó y empezó a lamermela. "Shoy una zoa hambienta de la poia de JP..." dijo, babeándomela entera. "¿Tú quieresh?"
"Claro que quiero..."
Andrea cedió y empujó con los labios mi picha hacia Irina. Se dieron un beso sobre mi polla que me la puso aún más dura, e Irina se la metió a la boca. Andrea empezó a besarla por el hombro, y le pasó un brazo por encima para rodearla y acariciarle una teta.
"¿Te gushta, mi amó?", preguntó Irina mientras me miraba a los ojos con mi polla en la boca. "¿Te lo hago bien?"
"Mucho", suspiré. "Pero la verdad... hay algo que me encantaría hacer con vosotras"
"Pide por esa boquita, JP... somos tus nenas", dijo Andrea, muy dispuesta.
Irina sonrió al escuchar mi propuesta. Ambas gatearon por la cama para prepararse. Andrea se echó bocabajo, separando las piernas, y Andrea se tumbó encima de ella, en la misma posición. Sus cuños y sus coños expuestos para mi. Me situé detrás de las dos, y empecé a follarme a Andrea. No me di prisa con el ritmo, quería disfrutar aquello. Apoyé las manos en el culo de Irina mientras movía mis caderas. Podría escuchar los gemidos de Andrea.
"Sí, JP... así es como me gusta... fóllame, fóllame... quiero sentirte..."
"Quién te lo iba a decir", escuché que le susurraba Irina. "Gozando así con un hombre..."
"Sí... Quiero que me folle así cada día... sigue, JP..."
"No acapares, yo también quiero que me la meta... ¡aaaah, sííííh...!", gimió Irina. Había empezado a follármela a ella. "Qué bueno eres..."
"Qué voy a hacer con vosotras", bromeé, bien sujeto a las caderas de Irina mientras disfrutaba del calor de su coño.
"¡Follarnos todos los días!", gimió Irina. "Un poco más duro, JP... ¡Aaaaah, sííí, me gusta!"
Seguí dándole lo suyo. Yo estaba un poco cansado después de aquel día lleno de sexo, pero no podía dejarlas sin acabar a ellas. Y en ese momento, pensé otra cosa.
Se la saqué a Irina, lo cual me permitió aguantar un poco más. En ese momento, ella rodó a la cama, bocarriba y Andrea se tumbó sobre ella. Empezaron a besarse y a manosearse mientras yo volvía a metérsela a Andrea. Ella jadeaba contra la boca de Irina. Sus lenguas chocaban entre sí, y sentí una humedad sobre mi polla a los pocos minutos: se había corrido. En ese momento se la saqué y volví a follarme a Irina, al ritmo que le gustaba. Pero ella también se había masturbado y noté que también chorreaba al correrse.
"Chicas... me corro yo también", dije, demasiado cachondo como para contenerme, aún penetrando a Irina.
"¡Espera!" gimió ella, aún disfrutando de mi polla.
"¡Aguanta!", dijo Andrea.
Esta desmontó de Irina, y se puso de rodillas en el colchón. Yo se la saqué a Irina, que se incorporó. Me hice una paja sobre sus caritas juntas, con las bocas abiertas, y me corrí enormemente sobre las dos.
"JP, nos tienes locas... no nos dejes nunca", pidió Andrea, mientras se limpiaba mi lefa de los labios.
"Jamás se me ocurriría"
"¿Vamos a dormir? Creo que mañana tienes una fiesta particular", bromeó Irina. Nos fuimos tumbando en la cama.
"¿Os parece bien?", les pregunté.
"Te han invitado. Si te apetece ir, puedes ir", dijo Irina. "Una Fiesta de Pollas... Espero que no os paséis mucho".
"¿Te preocupa?"
"Me da envidia... yo quiero polla", rió.
"No podemos acapararte", dijo Andrea. "Quizá nos juntemos las chicas también... sé que Luna está invitada a lo vuestro, pero podemos ir a ver a Elena... Fiesta de Tetas. A ver si la convencemos"
"Me parece un buen plan. Aún así, ¿nos vemos por la noche?", les propuse.
Ambas aceptaron, y nos tumbamos a dormir. Las sentí acariciar mi pecho, pero yo había tenido un día muy intenso y no tardé en quedarme dormido.
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Capítulo 1, Capítulo 2, Capítulo 3, Capítulo 4, Capítulo 5, Capítulo 6, Capítulo 7, Capítulo 8, Capítulo 9
10. Capítulo 10
Día 10. Amanece
Dormí poco aquella noche. Aunque reconozco que tampoco me quejo. Había sido un día tan intenso que descansé suficiente. Aunque algo me despertó más temprano de lo habitual.
Fui consciente de que algo húmedo me despertaba. Mantuve los ojos cerrados, disfrutando un rato de la situación. Elena me la estaba chupando, muy despacio. Podía notar su lengua haciendo círculos en mi glande. Yo debía llevar un buen rato empalmado ya, mi polla estaba completamente tiesa. Abrí los ojos y la pude ver, metiéndose mi picha entera en la boca, mientras deslizaba sus caderas por el colchón adelante y atrás.
"Esto sí que son buenos días", saludé.
"Hola, JP… pedona gue no de haia depetado", dijo sin dejar de chupármela, "ento ahoa a tabahá"
"No, si me encanta despertar así", reí. "Pero si tienes prisa…"
En ese momento, Elena empezó a mover con más ganas sus caderas, como si alguien la estuviera follando. Intentó mamármela más rápido, pero aún así sentí que se corría mientras yo aún no acababa. Jadeó, mientras me daba unos besitos por el rabo.
"¿Te estabas tocando?", pregunté. Ella llevó una mano a su coño y me mostró lo que se acababa de sacar: el dildo que tenía anoche entre sus piernas. Sonreí. "Bueno, si tienes prisa, no te preocupes. Puedo aguantar sin correrme"
Me miró con cara de pena. Miró su reloj, y resignada, se puso de pie.
"Odio dejarte así, pero tengo que tomarme el café y empezar el día", dijo mientras se vestía a toda prisa con su uniforme del hotel.
"No te preocupes", dije mientras me estiraba. Mi polla apuntó al techo, tenía dobladas las caderas hacia adelante. Miré cómo se vestía (me gustaba verla agachada y con el culo apuntando hacia mi mientras se ponía las bragas) y cuando terminó fue a su cocinita. Ahí ya me puse en pie, y fui tras ella. Me tendió una taza de café rico. "Puedo ir a verte en un descanso, si quieres", le propuse.
"Eres un diablo que viene a tentarme", rió Elena.
"Sí, mira qué rabo", bromeé mientras me hacía una paja delante de ella. Elena se lamió el labio al verle.
"No sabes lo que me alegró verte venir anoche. Me vino muy bien ese polvo"
"Tú también puedes venir a verme sin problema. Ya sabes que me me gustas mucho"
Se puso roja.
"¿De verdad te gusto mucho?"
"Claro que sí", dije y le acaricié la mejilla. "De hecho me da pena que no hayamos podido vernos más…"
"Es lo malo de trabajar aquí…" suspiró. Cerró los ojos y me dio un suave beso en la boca. "Antes de que me vaya… ¿habló Luna contigo?"
"No. ¿Ocurre algo?"
Elena suspiró y apuró un poco su café.
"Hoy es su último día aquí"
"No puede ser"
"Me temo que sí", dijo Elena, con la voz quebrada. "Lleva más días que tú, recuerda, y no podía permitirse más tiempo…"
"Haz que se quede. Si tiene que liberar la habitación métela conmigo. Yo te pago la diferencia. Pero Luna no se puede ir ahora"
"Me imaginé que dirías eso. Y por eso ella no te lo habrá contado. Pero puedo hacerlo. De hecho, iba a aprovechar que puedo hacerlo con unos descuentos míos. Y con eso podemos ampliarle los días hasta que te vayas"
"Genial. Además, tú tampoco quieres que se vaya"
Elena negó.
"Me gusta mucho esa chica, JP. Y me alegro de que pueda ser feliz con vosotros. Me contó vuestro plan de vida de vivir en una comuna amorosa. Qué envidia me dais"
"Ven con nosotros"
"No puedo hacer eso. Mi sitio está aquí", dijo con tristeza.
"¿Por qué? Puedes trabajar de esto en cualquier otro hotel. Pero nos tendrías a nosotros para quererte"
"JP…" empezó a caerle una lágrima por la mejilla.
"Yo sé que Luna también está loquita por ti. No quiero que renunciéis la una a la otra. Y te he dicho que me gustas también. Quiero que formes parte de nuestra vida"
No parecía atreverse a mirarme, y contemplaba el suelo. Yo le levanté la mejilla suavemente.
"Voy a gestionar que Luna se quede. Y lo otro… no puedo darte hoy una respuesta. Pero te prometo pensarlo, ¿vale?"
"Vale"
Nos besamos. Sus manos acariciando mi torso me excitaron nuevamente. Cuando se rompió el beso, se chupó el labio inferior. Consultó la hora en un reloj de pared que tenía en la cocina aquella.
"Ya voy a llegar tarde… así que no importa si tardo un poco más", me dijo.
"¿Follamos?", pregunté con una sonrisa.
"En realidad me apetecía algo más… raro"
Se bajó la falda delante de mi, y también las bragas. Me quedé de pie frente a ella con las piernas separadas mientras ella me hacía una paja. Disfruté de su mano experta dándome placer. Me sujeté a la encimera. Cerré los ojos para disfrutarlo y ella me comió la boca. Aumentó el ritmo de la paja. Yo suspiré.
"Me corro, Elena…", le advertí.
"Córrete, JP… deja salir tu lefa para mi"
Y en ese momento apuntó con mi polla hacia sus bragas. Me corrí en ellas. Bien mojaditas con mi semen mientras me la seguía sacudiendo. Sonrió.
"¿Esto querías?"
"Ahora me las pongo", dijo mientras se las subía, "y disfruto de esta sensación mientras trabajo…", suspiró al contactar su coño con mi lefa caliente. Se subió también la falda.
"Me alegro de haberte ayudado", le dije.
"Aunque esa polla no se puede quedar así…"
Se agachó rápidamente y me hizo una chupada rápida. No me dio tiempo a volver a empalmarme. Simplemente se llevó el resto de mi lefa en su lengua.
"Disfruta del día", me dijo, y se marchó de allí antes de llegar aún más tarde.
Yo me acabé el café con calma y luego limpié nuestras tazas. Luego volví a la habitación. Su cama seguía sin hacer. Vi que el dildo se había quedado abandonado y manchado con sus jugos sobre las sábanas. Lo llevé a su aseo y le di un poco de agua con jabón. Fui a guardárselo en la mesilla, y me sorprendió lo que vi. Otros dos consoladores. Aún más grandes que el de anoche. Y un succionador de clítoris. Definitivamente, Elena tenía que follar más con personas y tocarse menos. Soy un gran defensor de la masturbación, pero ella tenía suficiente gente interesada como para tener que recurrir a tantos juguetes.
Decidí vestirme y una vez que consideré que estaba todo correcto, decidí marcharme. Me aseguré de tener las llaves que me había cedido en confianza y salí de la habitación.
Cerré con la llave y en ese momento me llevé una sorpresa. Nada más darme la vuelta, un chico que debía tener mi edad me miraba. No llevaba camisa, pero reconocí el pantalón: era del uniforme del hotel. Tenía unas facciones un tanto andróginas y una larga cabellera rubia. Cruzó los brazos cuando me vio, apoyado en el marco de una puerta que deduje que era la de su habitación.
"¿Qué haces aquí?" preguntó. Tenía una voz suave. "Esta planta es solo para empleados del Resort"
"He pasado la noche con mi amiga, ya me iba", le respondí.
"Elena ya ha empezado su turno. Sabe que no debemos dejar a nadie subir aquí, y menos que os quedéis solos"
"¿Qué tiene de malo? Ella me invitó", le dije sin entender. Me seguía mirando, poco expresivo. Aunque me estaba regañando, o eso creía yo, porque no se le veía muy molesto.
"Tenemos compañeros que están en contra de que vengáis. Algunos clientes nos han acosado porque querían sexo con nosotros y nos han buscado por todo el Resort cuando terminamos los turnos. Esta es una zona segura"
"Bueno, pero… tú no vas a decir nada a nadie, ¿verdad…?"
"Marc", me dijo.
"¿Verdad, Marc?", dije mientras me acercaba a él. "O ya me habrías delatado…"
"... Aún puedo hacerlo…"
"JP"
"JP. ¿Qué… haces…?"
Me había acercado a él despacio. Junté mi pecho con el suyo, y le rodeé el cuello suavemente con los brazos. Y él no opuso resistencia. Sonrió levemente, y yo sonreí aún más. Joder, le estoy zorreando, pensé para mis adentros, y sentí que se me volvía a acelerar el corazón.
"Si eres bueno y no me me delatas, podríamos hacer algo tú y yo… si te apetece", le propuse con todo descaro, mi voz más dulce y una sonrisa cómplice.
Marc me miró de arriba abajo. En ese momento pensé que me había equivocado. Si a él solo le gustaban las chicas, me metería en un lío porque le estaba acosando. O aunque le gustasen los chicos, quizá yo no... Y en ese momento me asió con firmeza de la cintura, y se acentuó su sonrisa.
"Creo que te puedes ganar mi silencio", dijo mientras me acariciaba el culo por encima del pantalón. Me tenía bien sujeto. Yo hice por a besarlo, pero en ese momento su lengua se impuso a la mía. Era extraño, porque no me parecía alguien "activo" a primera vista. Pero qué importaba. Dócilmente me fui poniendo cachondo mientras su lengua me dominaba. Cuando acabó el beso, muy delicadamente por su parte, me susurró
"Vamos adentro"
Y abrió por completo la puerta de su habitación mientras me soltaba. Según pasé por su lado, me dio un firme azote en el culo. Sonreí excitado. Su dormitorio tenía la misma distribución que el de Elena de modo que fui directo a su cama y empecé a desnudarme.
"Eres muy bello", me dijo Marc. Yo me había agachado para quitarme el bóxer, y me di la vuelta permitiéndole verme también por delante. "Es una pena no haberte podido recibir yo cuando llegaste", comentó mientras se bajaba el pantalón. Y abrí mucho los ojos cuando vi su falo. Era grande. Más que el de Julio y Leo. Debían ser como 25 cms o algo más. Y ya estaba prácticamente erecto. "¿Te gusta lo que ves?" me preguntó mientras se hacía una paja.
"Mucho", respondí, sentándome en su cama. "Ven aquí"
Se quedó en pie delante de mí, con su polla apuntando directamente hacia mi. Empecé a chupársela. Despacio. No tenía prisa. Empecé a darle besos llenos de saliva empezando por la punta y bajando por todo lo larga que era. Jugué con sus huevos usando mis dientes, y me di cuenta de que eso le excitaba. Volví a mamársela con normalidad.
"La chupas muy bien", suspiró Marc, que se limitaba a recibir mi boca.
Intenté metérmela entera en la boca, pero no era capaz, de modo que volví a hacerle una mamada normal mientras con mis manos acariciaba las pulgadas que no me cabían en la boca. Y también sus testículos, firmes.
"¿Pasa algo?", me preguntó cuando, de pronto, detuve la felación.
"Que quiero que me folles", respondí.
Parecía contento. Se sentó en medio de la cama, con su picha erecta para mi. Yo me di la vuelta y gateé hacia él. Separé las piernas, apoyado en el colchón, y busqué su polla con la mano. Marc me separó los glúteos y yo dirigí su falo hacia mi agujero. Suspiré cuando apenas me rozaba. Y suavemente, me dejé caer hacia abajo.
"Uuuuf", suspiré. Apenas tenía la mitad dentro.
"Ten cuidado", me dijo. "No te tienes que forzar", añadió mientras me sujetaba del culo, evitando que me cayera de pronto y me dañara.
"Estoy bien", le aseguré, agradecido de su preocupación. Empecé a subir mi cuerpo y dejarme caer suavemente. Poco a poco me iba entrando. Suspiré cuando estuve sentado en su regazo, con su gran polla por completo dentro de mi. "Dios... es enorme"
Mi cuerpo estaba pegado al de él mientras me acostumbraba a él. Se sentía tan bien... Mi polla goteaba en su vientre, mientras él me acariciaba desde el cuello hasta mi culo y me masajeaba las nalgas.
"Eres el primer chico en mucho tiempo que no sale corriendo cuando me la ve", dijo.
"¿De verdad?", suspiré. Mi voz sonaba especialmente aguda en ese momento. "Pues a mi me ha puesto cachondo verla"
"¿Te gusta mi polla?", preguntó, y empecé a notar que se empezaba a entrar y salir de mi ano.
"Sí, es increíble", suspiré. Cada vez que su falo me acariciaba la próstata al entrar dentro de mi, yo llegaba al paraíso. "¿Y a ti te gusta mi culo?"
"Es delicioso. Lo apretado que lo tienes... y tus nalgas son muy suaves", dijo mientras me las seguía sobando. "Me podría pasar el día follándote..."
"Eso me tienta mucho"
Le besé suave mientras sentía su polla entrar y salir de mi. Sobre el colchón tampoco podía moverse mucho, pero lo suficiente para arrancarme espasmos de placer cada vez que le sentía por completo dentro de mi. Mi polla también recibía placer resbalando apretada entre nuestros vientres. De pronto noté sus manos acariciando todo mi cuerpo. Arriba, con ambas manos, tocando todo. Apretó mis pezones. Me excité más. Luego bajó y me dio unas suaves caricias en el pene.
"Marc... me encanta cómo follas..." suspiré, disfrutando de notarle dentro de mi una y otra y otra vez.
"¿Qué dices?", preguntó con una sonrisa. "Si me estás cabalgando tú"
Me di cuenta de que tenía razón. Era mi cuerpo el que subía y bajaba, yo mismo rebotaba sobre él y mi culo engullía su polla. Y estaba tan excitado que no me detuve. Pero no era eso lo que buscaba, aunque me estaba volviendo loco por el placer.
"No vale, Marc... yo quería que me follases tú", protesté, aún moviéndome y clavándome su picha.
"¿Quieres que te haga mío?", me preguntó con una caricia en la mejilla. Yo asentí muchas veces. "Yo soy de follar... duro", me avisó. "¿Te han empotrado alguna vez?"
Negué con la cabeza.
"No me da miedo", le dije.
Y en ese momento, Marc me sujetó por la cintura y sacó su polla de mi culo. Antes de darme cuenta, me tenía sobre mis manos y mis rodillas, mi cabeza apoyada en el cabecero de su cama, y mis piernas separadas preparadas para él.
"¡Aquí viene, JP!", me avisó. Gemí cuando sentí su gran polla deslizarse dentro de mi, en un solo movimiento. "Mmmm… JP, ¡tu culo es tan apretado!"
"Jo-Joder.. y tú la tienes muy grande", gruñí. "Es decir, ya lo sabía, pero… joder…"
"Shhh…", me susurró al oído. "Solo relájate, cariño… No te cansaré mucho"
Su polla, deliberadamente, se hundía lentamente dentro de mi, llenando mi culo cuan larga era.
"Eres un buen chico", volvió a decirme al oído. Mis pulsaciones se aceleraban. "Shh…"
Se me escapó un gemido involuntario mientras su polla seguía clavada entera en mi culo.
"Marc… ahh… hah…"
"Lo estás haciendo muy bien. ¡Se siente genial follar contigo!"
Y en ese momento empezó a embestirme. Su polla se deslizaba dentro y fuera de mi culo fácilmente. Yo dejaba escapar pequeños gemidos y jadeos mientras su polla me dominaba.
"Eres tan sexy cuando gimes…", me dijo Marc. "Sigue haciendo esos sonidos bonitos para mi, JP, te voy a llenar muy pronto con mi lefa"
"Hah… vale… joder…"
Mi mente se puso en blanco. Solo podía pensar en su gran polla dentro de mi. Y en ese momento empezó a moverse más rápido. Y duro. Y mi cuerpo se movía adelante y atrás por sus acometidas. Era increíble. Mi polla empezaba a golpear mi tripa por el balanceo mientras me follaba. Y podía sentir sus huevos chocando contra mi perineo. Me estaba empotrando.
Se sujetó con ganas a mis caderas, y sentía su pelvis chocando contra mi a cada movimiento. Y se movía genial. Sus movimientos eran firmes, y casi mecánicos, como una máquina de follar pero el tacto de sus manos lo hacía humano y agradable. Aquello no era ni mucho menos como follar con Leo. O con mi Matt... Matt me hacía el amor, Marc me usaba para follar y mi culo se sentía de maravilla. Empecé a masturbarme con una mano mientras me preparaba para su carga. Su polla entraba y salía fácilmente de mi culo dilatado por él.
"Córrete conmigo, cariño, córrete conmigo… ¡JP!" gruñó.
Sentí cómo me llenaba con su carga caliente, mientras yo eyaculaba sobre su suelo. Gemí lascivamiente mientras sentía su semen sobresalir de mi culo.
"Joder… Marc…"
"Eres increíble, JP"
Me la sacó, y pude notar su lefa saliéndose de mi agujerito abierto.
"Ha sido buenísimo", dijo Marc. "Hacía tiempo que no disfrutaba de un culo tan bueno", añadió mientras me daba una nalgada. Luego tiró suavemente de mi hacia atrás, quedando yo tumbado sobre él. Se aseguró de tener mi nalga sujeta mientras reposábamos.
"Me lo has follado con ganas... qué intenso" suspiré.
"Llevas pocas folladas en el culo, ¿no?", preguntó. Sin malicia. Volvía a ser casi inexpresivo.
"Mi primera vez ha sido en el Resort", admití.
"Se notaba. Espero que al menos te haya gustado. No quiero que ningún novio tuyo se enfade conmigo"
"Me ha gustado mucho", aseguré. Y era cierto. Casi todos mis polvos habían sido estilo romántico, o al menos cómplice con mis amigos, aquello había sido duro y sucio sin más. No tenía muchas experiencias así, y siempre estaba bien probar.
"No diré nada de tu visita aquí", me prometió. "Pero si algún día vuelves a subir, voy a follarte otra vez"
"¿Esta noche?", bromeé.
Nos pusimos en pie. Me echó una mano a vestirme y luego, tras asegurarse de que no había nadie en los pasillos de su planta, me acompañó en el ascensor antes de ir a empezar su turno. Yo tenía que pasar por mi habitación.
Día 10. Mediodía
Apenas salí del ascensor, enfilando mi habitación, vi que había una especie de reunión en la puerta. Estaba Luna hablando con Julio, algo que me sorprendió. Pero en cuando ella se dio cuenta de que yo me acercaba, se abalanzó a por mi.
"¡JP!"
Casi me golpeé contra una puerta del impulso. Me abrazó con fuerza y me besó aún más fuerte. De pronto el beso se volvió salado. Ella estaba llorando. Yo me abracé a ella, y acompañé su beso, mientras Julio esperaba pacientemente.
"Elena ya me lo ha contado... no tenías que hacerlo", me dijo cuando rompió el beso, pero sus manos seguían en mis mejillas. "No te puedo pedir que me pagues aquí más días hasta que te vayas..."
"Pero no me lo has pedido. Yo quiero que estés aquí conmigo hasta que me vaya", dije, y le planté un beso. "Y no admito discusión"
"Tonto... te quiero mucho..." susurró.
"Y yo a ti. ¿Vas a quedarte en mi habitación, o mantienes la tuya?"
"Tengo que moverme a la tuya. ¿Seguro que estás bien con eso?"
"Claro que sí"
Por fin se tranquilizó un poco y pude dirigirme a Julio, que me dio un besito.
"Venía a ver si te apetecía hacer algo conmigo", me dijo. "Aunque si estás ocupado con tu novia..."
"Tranquilo, deja que me cambie y me tienes disponible", reí.
"Yo voy llevando mis cosas", dijo Luna.
"¿Te espero aquí?", me preguntó Julio.
"Como si entras", le dije.
Me tomó la palabra y entró conmigo mientras Luna empezaba a traer sus cosas. Yo no iba a tardar mucho. Me puse un momento bajo el grifo de la ducha y me di un agua rápida, con Julio mirándome con una sonrisa. Cuando salí me tapó con la toalla, y fingió ayudarme a secarme mientras me metía un poco de mano. Ya con la ropa limpia, estaba preparado.
"¿Necesitas ayuda?", le pregunté a Luna. Julio se había puesto a mi lado y me tocaba el culo.
"No, puedo yo sola. Tú ve a divertirte", me dijo mientras empezaba a poner sus bragas con mis calzoncillos. "Supongo que esta noche querrás que nos lo montemos hasta tarde..."
"En realidad, te quería pedir otra cosa", le dije. "¿Te ha dicho Elena lo que le he comentado?"
"... ¿El qué?"
"Quiero que venga con nosotros cuando nos vayamos a vivir juntos", le dije, y ella abrió la boca sorprendida. "Sé que te gusta tanto como a mi, pero aún no lo tiene claro... así que quiero que esta noche vayas con ella, te la folles con mucho amor y la convenzas", le dije sonriendo.
"No me merezco un novio tan bueno", dijo y me besó nuevamente. "Lo intentaré", me aseguró.
"Perdona, Julio, ya podemos irnos", le dije.
"No te preocupes. Luna, entonces, ¿cuento contigo para mañana?", le preguntó.
"Sí JP acepta, sí", respondió.
"¿Aceptar? ¿Qué?"
"Luego te lo cuento", me dijo Julio. "Nos vemos"
Así que dejamos a Luna terminando de moverse de habitación y yo acompañé a Julio a la suya.
"Ay, JP... si te hubiera conocido yo antes...", suspiró mientras llegábamos a su habitación. Ahora en vez de tocarme el culo me sobaba la polla. "Eres un tío estupendo. Me alegro de haberte conocido"
"Uy, qué formal", reí. "¿Ocurre algo? ¿Estás bien con Leo?"
"Estamos muy bien. Pero esta mañana me apetecía ir a por ti, sin compartirte con él. Así que... dime qué te apetece y soy tuyo"
"Pues la verdad, quiero estar dentro de ese culito tuyo tan bonito", le dije.
"Qué dulce hablas", respondió Julio. "¡De acuerdo! ¡Eso es divertido! Desnúdate y túmbate."
Me deshice de mis ropas al tiempo que Julio también se desnudaba y me eché en la cama. Julio trepó sobre mi, posicionándose sobre mi polla. De pronto, se dejó caer sobre mi falo, metiéndoselo inmediatamente.
"¡Guau!", exclamé.
"Sorprendido, ¿eh?", preguntó malicioso. "Bueno, prepárate, ¡porque te voy a cabalgar hasta dejarte seco, JP!"
Julio se inclinó hacia adelante, poniendo sus manos sobre mi pecho. Equilibrado como estaba, empezó a rebotar su culo arriba y abajo por la longitud de mi polla mientras su propia erección se movía al mismo ritmo.
"¡Joder! ¿Cómo has podido metértela tan fácilmente?", pregunté. Su culo apretaba mi erección.
"Practica, en su mayoría", respondió con una sonrisa. "Pero además, yo ya venía lubricado de antes"
"¿Esperabas que te propusiera esto?", dije, sorprendido.
"Estaba seguro de ser irresistible para ti", dijo pícaramente. "Ahora cállate y déjame disfrutar de esta enorme polla tuya"
Me recliné, disfrutando de la sensación de su culo exprimiendo mi polla. Sus movimientos eran rápidos y deliberados. Como él lo hacía, se movía con la precisión de un experto.
"Mm, sí, ¿te gusta así, JP?"
"Es muy bueno"
"Apuesto a que si... ¡Un momento! Quiero darme la vuelta"
Julio se levantó de mi polla, girando sobre si mismo antes de volver a bajar de modo más fluido.
"¡Joder!", suspiré.
"Jejeje, ahora puedes ver mi culo devorando tu polla"
Julio continuó cabalgando mi erección, y yo la veía desaparecer dentro de su culo apretado.
"¡Y que no te de miedo darme un azote, si quieres! Leo dice que mi culo se ve más bonito en color rojo"
Yo podía sentir mi orgasmo acercarse mientras su culo subía y bajaba por mi regazo. Iba a correrme pronto, lo sabía. Pero no sin azotarle primero.
¡Plas! Le di un azote en la nalga derecha. Y se puso colorada muy rápidamente con el impacto.
"¡Ah! ¡Sí! ¡Eso es!" suspiró Julio. "¡Y ahora la otra!"
¡Plas! le azoté la izquierda, que se volvió roja tan rápido como la derecha.
"¡Mmph, qué bueno!" ¡Plas! Le volví a azotar. "J-Joder... lo noto caliente..." ¡Plas! "¡Sí, justo ahí!" ¡Plas! "¡Joder! ¡Dios! ¡Me encanta cómo me pica!" ¡Plas! "¡No te rindas! ¡Créeme, puedo con ello!" ¡Plas! "¡Sí, azota mi culo de puta!"
"¡Julio, me voy a correr ya!"
"¿Quieres hacerlo dentro de mi?"
"¡Sí!"
"Entonces hazlo, JP. ¡Llena mi culo con tu lefa!"
"¡Tómalo!"
Gemí y en ese momento liberé todo mi semen en el culo de Julio.
"¡Mmf! ¡Así me gusta!" gimió Julio. Y parecía que correrme dentro de él le llevó al límite, porque él mismo se corrió sobre la cama.
"Me ha encan¡tado!", gemí. Con mi polla aún ensartada Julio había empezado a acariciarme los huevos, provocando que me corriese un poco más dentro de él. "Vas a conseguir exprimirme..."
"Eso quiero... vacía tus bolas dentro de mi..." pidió. Mi semen escurría fuera de su culo. "Me encanta follar contigo"
Yo me incorporé y le acaricié por el cuerpo. Mi mano bajó a su polla, que seguía dura como la mía, y la acaricié por la punta, haciendo que también se corriese un poco más. Él se dejó hacer, suspirando. Le gustaba cómo sobaba su polla.
"Oye, JP... antes de que se me olvide", dijo mientras le seguía haciendo la paja. "Mañana... es el último día que Leo y yo estaremos aquí"
"¿En serio?", pregunté. Me daba pena perder a mis dos amigos tan pronto. Pero... ellos no eran Luna. No podía hacer por ellos lo mismo.
"Sí. Y queríamos aprovechar para hacer una celebración aquí. Nosotros dos... Matt, Luna y tú. Si os apetece. Solo los cinco"
"¿Nadie más?"
"No. Matt y tú nos gustáis mucho. De hecho, Leo se ha subido a follar con él. Y Luna, bueno. Es bonita. Y además, tiene polla. Y seguro que te gusta más el plan si viene ella también"
"Wow. Pues me halagas. Y estaré encantado de venir. Incluso si los demás no aceptan", le susurré.
"Seguro que vendrán", suspiró él, cachondo. "Oye... me pasaría aquí el día entero, pero podríamos ir a comer algo"
"Me parece bien"
Día 10. Por la tarde
Después de comer con Julio, él marchó a nadar a la playa. Yo me quedé un poco más cerca y me fui a la piscina. Ninguno de los míos estaba por allí. Así que me tumbé un rato en la toalla para descansar. Podía ver a mi alrededor mucha gente animada. Tetas rebotando. Metidas de mano. Pero nadie se animaba a saltarse las normas que prohibían el sexo en público abiertamente.
Decidí aprovechar para nadar un poco. Un grupo de chicas se pusieron frente a mi, separando las piernas bajo el agua mientras soltaban risitas. Empecé a bucear entre sus piernas, y pude ver sus coños destapados bajo el agua. Apreté una de las nalgas de la última antes de seguir nadando, y tras un par de largos, volví a la toalla.
Ya estaba a punto de irme después de secarme cuando de pronto alguien apareció frente a mi. Un chico de pelo castaño, gafas redondas, y aspecto frágil, de la mano de una chica igual de alta que él, con el pelo rojo teñido, y el mismo aspecto delicado. Pero de grandes tetas.
"¡JP! ¡Qué alegría verte!", me dijo. Era el joven que Elena me había pedido desvirgar.
"¡Hola! ¿Qué tal estás?"
"Me llamo Nico", dijo, extendiendo la mano. "Perdona que no me presentase el otro día, estaba nervioso y solo pensaba en mi primera vez..."
"Así que este es el famoso JP", comentó ella. "Me llamo Dara. Un placer"
"Igualmente. No te hacía con chicas", le comenté a Nico.
"¡Ah! ¡No es mi novia!", dijo. "Es solo que ambos hemos venido a lo mismo: a disfrutar de todas las pollas que podamos. Así que hemos hecho equipo para buscarlas", rió.
"¡Equipo Ama-Pollas!", gritó Dara.
"Espero que las encontréis y las disfrutéis", reí.
"Pues a mi me gustaría probar con la tuya. Nico habla maravillas de cuando te lo follaste", comentó Dara, con absoluto descaro, y él se puso colorado
"Yo por mi encantado..." y en ese momento ella metió la mano por debajo de mi bañador, poniéndomela dura rápidamente
"Veo que no exagerabas, Nico", dijo. "Me estoy mojando solo de tocarla..."
"No vale, Dara. Yo quiero repetir con él", y empezó a sobarme también. "Tan grande..."
"Os recuerdo que aquí no podemos follar", les dije. Uno de seguridad nos miraba. Estábamos en el límite de lo permitido, "pero tengo un sitio donde podemos hacerlo"
"¡Vamos!", exclamó Nico.
Con sus manos en mi falo se abrazaron a mi. Yo bajé mis manos y empecé a tocarles el culo mientras les acercaba al club de baile. Quedaba poco tiempo para que empezase el turno, pero yo tenía acceso al cuarto especial de Francesca. Me encantó ver sus caritas sorprendidas cuando llegamos a aquel lugar. Empecé a desnudarme.
"No me creo la suerte que tengo de volver a hacerlo contigo", dijo Nico, admirando mi cuerpo desnudo.
"Me gusta incluso más ahora que la veo", dijo Dara, la muy puta. "¿Cómo empezamos, tiarrón?"
"La verdad, me muero de ganas de una mamada", respondí, con el mismo descaro. Nico y Dara ya se quitaban la ropa. La verdad es que se veían preciosos los dos juntos. Ella fue a hablar, pero Nico fue más rápido.
"¿Te la puedo chupar? ¿Porfa?", pidió, poniéndome ojitos.
"Oh, claro", respondí.
Y en ese momento se extendió tan largo como era en el sofá bocarriba, con su cabeza sobresaliendo por fuera.
"¿A qué esperas? ¡Ven aquí!", me apresuró.
Me arrimé a él, y Nico tomó mi polla en su boca.
Nico chupaba gentilmente la cabeza de mi polla en esa posición inusual. Su propia polla se mantenía erguida mientras saboreaba el sabor de la mia.
"Mmm... mmm..." gemía mientras me la mamaba.
Empecé a empujar mis caderas en su boca, haciéndole más fácil chupar más de mi. Gimió suavemente sobre mi picha al igual que yo, envalentonándome a mantener mis empujones. Le estaba follando la boca gentilmente mientras él se retorcía en el sofá. Él parecía disfrutarlo incluso más que yo.
"Joder, Nico, tu boca se siente muy bien..."
"¡Mmm!"
Él balbuceaba contento alrededor de mi falo mientras yo lo empujaba dentro de su boca.
"¡Nico, me voy a correr...!"
"¡Mmh-mm!"
Siguió balbuceando, parecía que me animaba a dejarle probar el sabor de mi carga. No me lo tenía que decir dos veces, cada vez que se la metía en la boca mis bolas parecían apretarse. Mi polla palpitó y me corrí directamente en su garganta.
Él tragó mi carga con ansia y alegría. Después de un momento, se la saqué, y él se lamió un poco de mi lefa de los labios.
"Sabe muy dulce, JP, gracias", me dijo con una sonrisa.
"Oye, no vale. Yo también quiero", protestó Dara, y me miró a los ojos. "JP, yo también quiero probar esa gran y jugosa polla tuya"
"Si me lo pides así", reí.
Se lamió los labios.
"Sí, toma asiento"
Ocupé un hueco al lado de Nico, que se echó a un lado para dejarme espacio. Ella se sentó al otro lado. Dara se inclinó sobre mi, envolviendo mi polla con sus labios. Sus tetas se acomodaron sobre mi muslo, su peso casi me distraía de lo bien que se sentía su boca. Su mano derecha agarró mi pierna mientras se estabilizaba y empezó a chupármela. Su cabello rebotaba con los movimientos de su cabeza sobre mi regazo.
Su lengua se ocupaba de mi polla mientras se deslizaba hacia arriba y abajo. Su boca apretaba mi picha mientras me la chupaba, y yo podía sentir sus mejillas a la vez. Yo no podía hacer nada sino gruñir mientras disfrutaba de lo bien que se sentía su boca sobre mi polla. Su lengua revoloteaba por mi erección y luego lamió me lamió la punta. Mi polla palpitaba mientras la tomaba entera en su boca, su lengua jugaba con lo largo de mi polla.
"Joder, Dara...", gruñí. Ella seguía chupando mi polla, hambrienta.
"Espero que podamos hacer algo más... quiero esta polla dentro de mi", dijo.
"Entonces, ¿por qué no te tumbas y te la doy?", le propuse.
"¡Me encanta cómo piensas!", dijo.
Le faltó tiempo para cambiar de posición. Se puso en cuatro para mi velozmente. Yo me puse en posición y empecé a frotar mi polla contra su coño. Dara gimió cuando se la metí.
"¡Ahh! ¡Sí!", exclamó Dara. "¡La tienes enorme, JP!"
Ella dejó reposar su cuerpo sobre el gran sofá mientras levantaba el culo hacia mi. Yo empecé a empujar dentro de ella.
"¡Sí, sí! ¡Joder, qué bueno!"
Yo seguía acometiéndola, mi polla dura se deslizaba dentro y fuera de su humedad.
"Se siente tan grande dentro de mi... ¡se siente tan bien, JP!", gimoteó.
Yo empecé a gemir mientras empezaba a metérsela más rápido.
"¡Oh, Dios! ¡Qué bueno, qué bueno!"
Los dos gimiendo de placer nos gustaba aún más. Su coño estaba apretado, apretaba mi polla mientras me la follaba. Mis caderas chocaban contra su culo mientras me hundía en su cuerpecito. Era fácil olvidar lo pequeño que era su cuerpo cuando le miraba sus enormes tetas, pero temblaba con mis embestidas.
"¡Sí, JP, eso es! ¡Estoy a punto!"
"¡Yo también, Dara!"
Ella gemía mientras seguía follándola, mientras embestía su pequeño cuerpo. Echó la cabeza hacia atrás y gritó mientras se corría, su coño apretaba aún más mi picha. Aquella sensación era demasiado, y sentí que llegaba al límite.
"¡Dara, me...!"
"¡Hazlo! ¡Córrete dentro de mi! ¡Córrete en mi coño!"
No me lo tuvo que repetir. Me corrí liberando mi lefa dentro de ella.
"¡Me estás llenando! ¡Joder, sí!"
Se dejó caer sobre el sofá, agotada y con una sonrisa de satisfacción.
"Nico tenía razón, follas muy bien"
"Y me gustaría repetir... mi culo te echa de menos", Nico apareció a mi espalda, manoseándome entero. "¿Podemos hacerlo?"
"Claro que sí"
"Deja que me ponga encima... vas a ver lo que he aprendido" Yo me acomodé un poco más en el sofá, separando bien las piernas. Nico trepó por mi regazo, de espaldas a mi, y levanté sus piernas al aire mientras le guiaba para sentarse sobre mi polla. "¡Ahhh! ¡JP!", gimió. "¡Otra vez en mi culo! ¡Me encanta!"
Su culo aceptó fácilmente mi polla, apretándome mientras le sujetaba. Separó sus glúteos con la mano, gimiendo lascivo mientras yo empujaba dentro de él.
"¡Eso es! ¡Qué grande la tienes!"
Yo empujaba hacia arriba mientras la gravedad le tiraba hacia abajo, permitiéndome llegar más profundo dentro de su culo.
"¡Sí! ¡Eso es! ¡Oh, sí, sí!" disfrutaba Nico.
Eso me dio más energías para follarlo. Empecé a mordisquearle el cuello por la espalda.
"¡Fóllame! ¡Me encanta tu polla, JP! ¡Hazme tuyo!"
Gruñí mientras movía mis caderas, sosteniendo su cuerpecito mientras empujaba dentro de él.
"¡Me voy a correr, lo sé!", gimoteó. "¡Córrete conmigo, JP! ¡Lléname, lo quiero!"
Yo no necesitaba mucho más, su culo apretaba mi polla muchísimo. Mis bolas estaban al límite.
"¡JP!"
Él se corrió al aire, sin necesidad de tocar su picha. En ese momento, yo disparé mi carga dentro de su culo. Él gimió al sentir mi semen dentro, retorciéndose cariñosamente sobre mi regazo.
"Sííííí… JP, oh…"
Miré dónde se había corrido. La pierna de Dara. Pero ella parecía encantada, se había pasado todo el rato metiéndose los dedos y acariciando su coño mientras nos miraba, con el dedo índice dentro de la boca. Desde nuestra habitación podíamos escuchar la música del club de strip-tease. Empezaba la noche. Nico se dejó caer en el sofá, disfrutando aún del orgasmo. Su pene aún goteaba, y mi lefa resbalaba de su ano abierto.
"¿Quieres probar por mi culo también, JP?", me ofreció ella.
"Claro que quiero", le dije.
"¡Buena respuesta! ¡Vamos a ello!"
Ella abrió sus piernas para mi y yo me puse en medio de ellas.
"Lo que sí... ten cuidado. Soy virgen del culo", me dijo.
"¿Es en serio?", pregunté. Ella asintió. "¿Y quieres que yo te lo folle el primero?"
"Claro que sí, me ha encantado lo de antes"
"¡Toma!", dijo Nico, mientras me alargaba un bote de lubricante.
"Me encanta lo preparado que está este sitio", comentó Dara, sonriendo mientras me veía lubricar mi polla. Empecé a frotarla contra su agujetito, alineándome con su culo.
"Estoy lista, JP...", susurró, y se la metí. "Unf... despacio..."
Mi polla se sentía genial dentro de su culo apretado. Podía sentirlo expandiéndose lentamente mientras se acomodaba a mi rabo.
"Jo-Joder", protestó, "¿siempre la tienes así de grande?"
"¿Estás bien?", le pregunté, preocupado.
"Sí, es solo... necesito un momento", me pidió.
No me moví mientras ella se acostumbraba a tener mi pilla en su culo.
"Muy bien, JP, fóllame..."
Empezó a gemir mientras me movía dentro y fuera de su apretado ano. Su agujerito apretaba mi falo mientras yo movía mis caderas.
"Uf, uf, uh...", gemía Dara. "Folla mi culo..."
Yo se la metía por completo dentro, estirando su culo en cada movimiento. Debía sentirse bien porque chillaba de placer.
"Me... gusta... esto..."
Yo llevaba el ritmo y empecé a follarla un poco más rápido. Sus grandes tetas se balanceaban a ambos lados de su delgado cuerpecito mientras yo se la metía.
"¡Ah, hah... joder! ¡Sí!"
Ella se sonrojaba mientras mi polla seguía haciendo de las suyas en su culito. Su cuerpo se movía al mismo ritmo de mis empujones encima del sofá.
"Mi culo..." gimió. "Mi culo se siente muy bien..."
Dara me miraba más tranquila que hacía un rato, y sus ojos miraba mi cuerpo follándola. Gemía y se retorcía debajo de mi mientras yo la follaba un poco más rápido.
"¿Tú... tú te sientes bien, JP?", me preguntó.
"Se siente de maravilla, Dara"
"Jejeje, a JP le gusta mi culo... Puedes ir más rápido..."
Empecé a follármela de verdad, metiéndosela en el culo con vigor. Ahora que se había acostumbrado a la sensación era más fácil, y ella gemía debajo de mi.
"¡Joder! ¡Se siente grande en mi culo! ¡Fóllame, JP! ¡Folla mi pequeño culo!"
Yo me sentía cercano al orgasmo, y se lo avisé.
"¡Me voy a correr, Dara!"
"¡Ah, yo también!"
Apreté los dientes mientras llegaba a mi límite.
"¡Me voy a correr dentro de ti, Dara!"
"¡Hazlo, JP! ¡Llena mi culo de lefa!"
Me corrí en su culo, mi carga sobresalía de su interior.
"Joder... me siento llena..."
Empezó a frotarse el clítoris, y pude sentir su ano apretando un poco más mi polla mientras ella se corría.
"Ah... hah... ¡ha sido super intenso!", gritó de alegría. Se incorporó lo más rápido que pudo. "¡Gracias por adaptarte a mi ritmo!"
"De nada. Gracias a ti por dejar que te folle el culo", reí, y le di un pequeño azote.
"¡Ha sido muy divertido!" aseguró satisfecha.
"JP... ¿te importa si vamos a buscar otros amantes? Este club tiene que estar lleno", dijo Nico.
"Por supuesto"
Nos aseamos un poco antes de salir con los demás.
Día 10. Por la noche
Apenas salimos, mis jóvenes amigos se perdieron entre la multitud. Yo eché un vistazo por los alrededores, y me llevé una sorpresa. Me acerqué a una de las barras de strip-tease sin apartar la vista, solo lo necesario para no chocar con la gente. Ante todo el mundo, Irina movía las caderas... al lado de Andrea. Increíble.
Encontré un sitio para disfrutar del espectáculo. Andrea se movía como una diosa. Liberada... A mi lado, dos chavales se sacaron la chorra y empezaron a hacerse una paja. Yo me contuve, aunque verlas ahí subidas solo con las bragas puestas me ponía cachondo. Sobre todo ese momento en que empezaron a hacer twerking al ritmo de la música. Me acomodé un poco más, y cuando acabó la música, se acercaron, tetas contra tetas y se dieron un buen morreo delante de todos que les valió varios aplausos y silbidos.
Y en ese momento me vieron.
"¡JP!", exclamaron a la vez. Se lanzaron a por mi, y se sentaron en mis piernas.
"Hola, mi amor. Estábamos haciendo tiempo hasta dar contigo", dijo Irina.
"¿Vamos a la habitación?", me ofreció Andrea.
"Vamos, vamos", reí.
Me puse en pie. Irina saltó al escenario a recuperar las ropas que se habían quitado y empecé a seguirlas. Entre la multitud, alcancé a ver a Nico... dándose un beso con mi Matt. Increíble. Bueno, sabía entonces que ambos estaban en buenas manos. Y un poco más lejos, Marc le estaba tocando las tetas a Dara. Bien, bien...
"Me ha sorprendido verte ahí arriba", le dije a Andrea mientras atravesábamos el recinto para volver al hotel. Ambas, que solo se habían cubierto con la camiseta, prácticamente parecían tirar de mi.
"Irina tuvo la idea... y la verdad, es que me he sentido genial...", reconoció, un tanto avergonzada. "Todo el mundo mirándome, deseándome, y no me podían tocar si yo no les dejaba. Me sentí poderosa"
"Te lo dije", rió Irina. "Es lo mejor de estar ahí arriba. Pero me excita demasiado. Así que espero que nuestro macho me folle ahora en condiciones"
"Yo voy primer", bromeó Andrea.
Alcanzamos por fin la recepción, y volamos al ascensor. Subimos intercambiando besos entre los tres. Mi polla recuperó la erección que había perdido en la carrerita por el trayecto. Entramos en el dormitorio de ellas. Irina tiró al suelo ese burruño de pantalones y sujetador que casi se olvidaron en el club, y se desnudaron. Yo también me quité la ropa, y en ese momento, ambas me esperaban tumbadas bocabajo en la cama, con sus cabezas muy pegaditas.
"Te estamos esperando, JP... queremos que nos folles", pidió Irina. Yo me acerqué a ellas con mi picha erecta. "Danos tu polla, por favor..."
"Aquí la tenéis", dije, y pegué la punta a los labios de Irina. Pero Andrea fue más rápida y le apartó suavemente la cabeza, chupándomela primero.
"¡Tramposa!", rió Irina. Andrea se encogió de hombros y siguió chupándomela. Cerró los ojos, disfrutando de mi falo. "Eres una zorra hambrienta de polla, ¿verdad?"
"Ngo", dijo Andrea con mi polla en la boca. Se la sacó y empezó a lamermela. "Shoy una zoa hambienta de la poia de JP..." dijo, babeándomela entera. "¿Tú quieresh?"
"Claro que quiero..."
Andrea cedió y empujó con los labios mi picha hacia Irina. Se dieron un beso sobre mi polla que me la puso aún más dura, e Irina se la metió a la boca. Andrea empezó a besarla por el hombro, y le pasó un brazo por encima para rodearla y acariciarle una teta.
"¿Te gushta, mi amó?", preguntó Irina mientras me miraba a los ojos con mi polla en la boca. "¿Te lo hago bien?"
"Mucho", suspiré. "Pero la verdad... hay algo que me encantaría hacer con vosotras"
"Pide por esa boquita, JP... somos tus nenas", dijo Andrea, muy dispuesta.
Irina sonrió al escuchar mi propuesta. Ambas gatearon por la cama para prepararse. Andrea se echó bocabajo, separando las piernas, y Andrea se tumbó encima de ella, en la misma posición. Sus cuños y sus coños expuestos para mi. Me situé detrás de las dos, y empecé a follarme a Andrea. No me di prisa con el ritmo, quería disfrutar aquello. Apoyé las manos en el culo de Irina mientras movía mis caderas. Podría escuchar los gemidos de Andrea.
"Sí, JP... así es como me gusta... fóllame, fóllame... quiero sentirte..."
"Quién te lo iba a decir", escuché que le susurraba Irina. "Gozando así con un hombre..."
"Sí... Quiero que me folle así cada día... sigue, JP..."
"No acapares, yo también quiero que me la meta... ¡aaaah, sííííh...!", gimió Irina. Había empezado a follármela a ella. "Qué bueno eres..."
"Qué voy a hacer con vosotras", bromeé, bien sujeto a las caderas de Irina mientras disfrutaba del calor de su coño.
"¡Follarnos todos los días!", gimió Irina. "Un poco más duro, JP... ¡Aaaaah, sííí, me gusta!"
Seguí dándole lo suyo. Yo estaba un poco cansado después de aquel día lleno de sexo, pero no podía dejarlas sin acabar a ellas. Y en ese momento, pensé otra cosa.
Se la saqué a Irina, lo cual me permitió aguantar un poco más. En ese momento, ella rodó a la cama, bocarriba y Andrea se tumbó sobre ella. Empezaron a besarse y a manosearse mientras yo volvía a metérsela a Andrea. Ella jadeaba contra la boca de Irina. Sus lenguas chocaban entre sí, y sentí una humedad sobre mi polla a los pocos minutos: se había corrido. En ese momento se la saqué y volví a follarme a Irina, al ritmo que le gustaba. Pero ella también se había masturbado y noté que también chorreaba al correrse.
"Chicas... me corro yo también", dije, demasiado cachondo como para contenerme, aún penetrando a Irina.
"¡Espera!" gimió ella, aún disfrutando de mi polla.
"¡Aguanta!", dijo Andrea.
Esta desmontó de Irina, y se puso de rodillas en el colchón. Yo se la saqué a Irina, que se incorporó. Me hice una paja sobre sus caritas juntas, con las bocas abiertas, y me corrí enormemente sobre las dos.
"JP, nos tienes locas... no nos dejes nunca", pidió Andrea, mientras se limpiaba mi lefa de los labios.
"Jamás se me ocurriría"
"¿Vamos a dormir? Creo que mañana tienes una fiesta particular", bromeó Irina. Nos fuimos tumbando en la cama.
"¿Os parece bien?", les pregunté.
"Te han invitado. Si te apetece ir, puedes ir", dijo Irina. "Una Fiesta de Pollas... Espero que no os paséis mucho".
"¿Te preocupa?"
"Me da envidia... yo quiero polla", rió.
"No podemos acapararte", dijo Andrea. "Quizá nos juntemos las chicas también... sé que Luna está invitada a lo vuestro, pero podemos ir a ver a Elena... Fiesta de Tetas. A ver si la convencemos"
"Me parece un buen plan. Aún así, ¿nos vemos por la noche?", les propuse.
Ambas aceptaron, y nos tumbamos a dormir. Las sentí acariciar mi pecho, pero yo había tenido un día muy intenso y no tardé en quedarme dormido.
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Capitulo 1 || Capitulo 2 || Capitulo 3 || Capitulo 4 || Capitulo 5 || Capitulo 6 || Capítulo 7 || Capítulo 8 || Capítulo 9 || Capítulo 10 || Capítulo 11 || Capítulo 12 || Capítulo 13 || Capítulo 14 || Capítulo 15 || Capítulo 16 || Capítulo 17 || Capítulo 18 || Decimonoveno cumpleaños con mis primas
Sara, novia trans ](finalizado)
Autoexperimentando || Fantasía: cambio de rol con mi novia || Recibí ayuda de mi amiga especial || Trío con pareja amiga || Masaje con final más que feliz || A las órdenes de mi amiga trans || Polvo con mi ex… y mi novia || Vestido para mi novia (trans) || Adicto a la polla trans || Cuarteto bixsexual (o parecido) || Fin de semana con amigos (I) || Fin de semana con amigos (II) || Ayudando a una amiga || No me lo esperaba, pero lo gocé
La amiga de mi hija (finalizado)
Se me declaró la amiga de mi hija || La elección de la amiga de mi hija || Trío prohibido ||Reconciliación tabú || La novia de mi hija || Reconciliación || Fiesta de cumpleaños
Confesiones de mis amigos(terminado)
Confesiones de ella || Confesiones de él || Noche desmadrada || [url=http://www.poringa.net/posts/relatos/3408765/Mis-amigos---Todo-
0 comentarios - Resort Sexual - Capítulo 10