Ahí estaba yo, de pie en elcuarto de mi hermana. La habitación parecía que giraba en torno a mí y que el piso se movía. No miento si juro que me tuve que afirmar del marco de la puerta para no caerme. Había escuchado bien. LO QUE ORDENES, me había respondido
- Voy a pedir una pizza - le dije
- Bueno – me respondió sumisa
Ya me estaba reponiendo de a pocoy se me ocurrió la primera de todas las cosas que tenía pensada para someter ami hermana
- Quiero que pases desnuda detrás de mí cuando yo reciba la pizza y te vea el chico del delivery - le exigí
- Bueno – dijo aceptando mi orden
Salí cerrando la puerta y llamé ala pizzería “Los campeones” y me dijeron que en 45 minutos estarían ahí. Creo que fueron los 45 minutos más largos de mi vida. Estaba nervioso como un nene antes del primer día de clases. No podía pensar en otra cosa.
Sonó el timbre. Preferí no decirle nada a mi hermana para ver si se animaba. Fui a abrir la puerta y recibir la pizza. Cuando le estaba pagando, veo que el chico mira por detrás de mí. ¿Se habrá animado? Yo giro mi cabeza para comprobarlo y sí, ahí estaba mi hermana caminando totalmente desnuda cruzando en dirección a la cocina. No lo hacía de manera provocativa, sino de manera casual, como si fuese totalmente normal que anduviera así en casa.
El chico me miró y me sonrió. Le pagué y le dejé una buena propina. Esa noche seguramente se lo contaría a los otros repartidores y sería de ahí en más una linda anécdota para contar.
Fui a la cocina y mi hermana estaba poniendo los platos sobre la mesa. A esta altura, está demás aclarar que estaba totalmente desnuda. Yo me senté y abrí la caja de la pizza, Me dediqué a mirar como mi hermana se paseaba desnuda por toda la cocina, yendo de un lado a otro como si fuese lo más natural del mundo. Se me paró la pija al instante.
Mi hermana se sentó frente a mí y me miró sin empezar a comer. Ella estaba entendiendo todo y eso me gustaba
- Comé – le ordené
- Bueno – respondió y comenzó a comer
Comenzamos a comer y realmente lo disfrutamos. Eran como las 11 de la noche y teníamos un hambre terrible. La miraba desnuda y me costaba creerlo. Iba a tener que acostumbrarme a verla así durante los próximos 7 días.
Se levantó y fue a la heladera. No sé si lo hizo a propósito o no. Solo sé que se agachó y pude ver ese culo hermoso y una pequeña manchita en la piel, apenas más oscura, en forma irregular que tiene de nacimiento en la parte baja del glúteo derecho.
- No me acordaba de esa manchita - le dije
Ella sabía que le estaba mirandoel culo. Sentía la carga de mi mirada en su espalda.
- Ah, ¿esta? – dijo llevando su manito a la zona
Y se la tocó abriendo el cachete y dejando a mi vista su rosado y fruncido ano, junto con parte de la concha, que vista desde atrás era aún más hermosa. Mi pija dio un salto en dentro de mi pantalón.
No aguanté más y me saqué la pija ahí nomás y empecé a pajearme delante de ella, siempre sentado en mi silla. Ella volvió a su lugar y se sentó. Tomó una porción y abrió la boca mirándome seriamente y mordiéndola de una manera totalmente sensual y desafiante.
Me levanté y me puse parado al lado de ella. Ella seguía comiendo y me miraba de a ratos. La pija estaba a centímetros de su cara, pero no hacía ningún movimiento. Sabía que tenía que esperar a que le dé la orden. Aún le quedaba media porción de pizza cuando le dije
- Dejá la porción en la mesa, acá
- Lo hizo
Sin dudarlo, seguí pajeándome y cuando estaba por acabar me vino a la mente una idea totalmente surrealista. Sentía llegar mi orgasmo y cuando fui a eyacular, lo hice sobre la porción de pizza que había dejado ella. Mi hermana no se movía. Me miraba de a ratos y en otros miraba a mi pija o a la porción de pizza.
Veía el semen sobre la porción yno podía creer que yo mismo había hecho eso. Era una aberración a lascostumbres familiares. Acabar sobre un alimento era como una especie de sacrilegio.
Ella me miró y me dijo
- ¿Qué hago?
- Ya lo sabés. Cométela – dije señalando a la porción de pizza
No respondió. Agarró la porción y se la metió en la boca casi entera. Masticaba y cerraba los ojos como disfrutando o sintiendo asco. No pude descifrarlo.
Cuando terminó, abrió los ojos yme miró
- ¿Qué tal estaba? - Le pregunté
- Bien - dijo escueta
- Hasta mañana – le dije
Me levanté para irme a dormir. Ella se encargó de lavar las pocas cosas que habíamos utilizado, siempre en total desnudez. Volví la vista y vi ese carnoso culo y me dieron ganas depararme detrás y cogérmela agachándome y bombearla varias veces de parado en la cocina, pero me reprimí. Mañana podría ser.
Al otro día, me desperté y me levanté a desayunar. Ella no salió de su habitación, debía estar durmiendo. Me preparé el desayuno, lo tomé y me fui a mi cuarto a trabajar. Me concentré mucho y me olvidé por un tiempo de mi hermanita.
A las 11, golpean la puerta de mi habitación.
- Pasá - le dije
- Tomá – me dijo
No podía creerlo. Mi hermana estaba completamente desnuda y en una mano tenía un mate, ya cargado con yerba, y en la otra el termo. Su castaño pelo con el flequillo para el costado le confería un aire de inocencia impresionante. Sobre todo, después de ver que estaba completamente desnuda. Las tetas pequeñas, turgentes, blancas y con esos pezones rosados, eran sublimes.
- Gracias, Naty - le dije, no pude resistirme y jugar mi papel de amo despiadado
- Chau – dijo y salió por la puerta moviendo el culo.
La miraba irse y la pija se me paraba aún más. No debía distraerme, eran los primeros días en mi nuevo trabajo y quería causar una buena impresión
Trabajé de corrido un tiempo largo, se hacía el mediodía y me preguntaba si mi hermana iba a estar desnuda todo el tiempo. El hambre empezaba a hacer su llamado y mi panza rugía pidiendo comida. Aclaro que me encanta la comida y disfruto mucho de comer. Me concentré en el trabajo y al rato un olor que venía de la cocina me llamó despertando todos mis sentidos.
Podía darme cuenta, eran milanesas. Siempre tuve un olfato desarrollado, y más aún, para la comida. Me quedé un rato más trabajando y en un momento tuve la pequeña alegría de que mi jefe me dijera que venía muy bien, que descansara un rato. Ok, le dije y me fui a la cocina.
Ahí estaba ella. Mi hermana desnuda por completo, pero con un delantal de cocina rojo colocado por delante. Ver desde atrás su culo desnudo con un moño arriba era como un sueño. Como siese culo hermoso estaba diciendo “acá está tu regalo”. Me contuve y me senté ala mesa
- Hice milanesas – dijo ella
- Qué bueno
- Mamá dejó varias preparadas
Mi hermana nunca hacía nada en lacocina, pero evidentemente sabía manejarse y lo hizo muy bien.
Almorzamos normalmente como doshermanos, aunque casi sin hablarnos. Ella seguía en completa desnudez, con soloel delantal rojo colocado. Los pechos se le salían por el costado y no pudeevitar mirarlos con avidez.
Por la tarde, se me ocurrió algomuy humillante para hacerle hacer a mi hermana. Escuché que se abría la ducha ysalí de mi cuarto rápidamente. La encontré desnuda entrando y me fui a suhabitación. Encontré unos zapatos de tacones de color rosa. Los mismos, loshabía visto en una todo de ella completamente desnuda y solo con esos tacones.
Entré en el baño y ella se asustópues pegó un pequeño grito
- Ayyyyy, me asustaste
- Perdón – le dije. Me costaba ponerme en el papelde malo.
Bajó la mirada y sus ojos seposaron en mi mano con sus zapatos de taco aguja rosa chicle
- Te traje algo para que te pongas – le solté
- Ok, ¿eso solo queres que me ponga?
- Sí, eso solo
- Ayudame a salir de la ducha, me dijo extendiendola mano
Ver a mi hermana desnuda, todamojada, con el pubis completamente depilado, me excitó sobremanera.
Le tomé la mano y la miréintensamente. Pude ver en sus ojos un brillo y en su cara un rictus dediversión. Recordaba esa cara de cuando era pequeña y disfrutaba algo. ¿Acasoestaría disfrutando de esta humillación a la que la estaba sometiendo?
Sacó un pie de la bañera ycomenzó a secarse sin dejar de mirarme en ningún momento. Ahora su mirada sehabía tornado desafiante.
Terminó de secarse y se calzó lostacones. Se giró mirando al espejo y me miró a través del reflejo. Se agachó unpoco para recoger el cepillo de dientes y no pude evitar mirarle el culo. Eseculo hermoso que tiene, que parado sobre tacones de 12 centímetros lucíaaltanero, desafiante y exuberante.
Se me disparó una idea al mirarlacon el cepillo de dientes en la boca. Me dije a mi mismo, voy a llevarla alextremo de lo que una mujer tan vil como ella puede soportar. Se lo merecía.Fueron años de sufrimiento que yo había padecido en completa soledad, viendocomo todo el mundo se rendía ante mi hermanita, la buena, la inocente y ladevota religiosa.
Le dije mientras dejaba sucepillo de dientes en el vaso.
- Ahora te quiero ver caminando en 4 patas por laalfombra del living
- ¿Si? Me dijo
- Si, ya mismo.
Juro que mi mente imaginaba quemi hermana caminaría hasta el living para luego arrodillarse allí, pero no. Searrodilló ahí mismo en el baño y salió caminando a cuatro patas y giró lacabeza para mirarme. Mis ojos estaban en su culo, en esa manchita en su glúteo,en sus rodillas moviéndose una y otra vez, en sus zapatos de tacón rosa.
No sé de donde saqué semejanteidea, pero tomé el cepillo de dientes y seguí a mi hermana detrás y me senté enel sillón del living
- Ahora quiero que des una vuelta a la mesa ratona
- Bueno, dijo
Comenzó a hacerlo con unalentitud tan excitante como desesperante. Se movía como una gacela en celo. Enun momento, noté que movía su culo más de lo normal.
- Ahora vení y apoyá la cara en la mesa y mostramebien tu orto
- Mmmmm, siiiii
Lo dijo en un susurró que hizoque mi pija se pusiera más dura aún. Miré con detenimiento, escrutando con lamirada la concha de mi hermana. La vi brillosa y eso me hizo pensar en queestaba excitada. ¿Realmente lo estaría? Sin poder evitarlo le pasé la manopalpándole la concha y sí, estaba muy mojada. Sabía que no debía hacerlo porqueeso sería sucumbir ante mi deseo por ella, pero no pude evitarlo.
Me arrodillé detrás de ella y mebajé los pantalones y calzoncillos y mi pija salió disparada como un resorte.Estaba muy dura, venosa e hinchada. No recordaba haberla visto así antes. Mihermana me estaba provocando esto.
Mi hermana, apoyando ahora todosu tronco superior en la mesa ratona, abría las piernas y se exponía ante mícomo la auténtica zorra que era, la Natalia de la intimidad. La de las fotos.No la hija soñada, la inocente cristiana, la estudiante perfecta.
La que estaba delante de mí erauna puta que se merecía lo peor por tratar mal al su hermano. Sin dudarlo,cuando me fui a agarrar la pija con una mano, caí en que tenía el cepillo dedientes y lo que hice nunca iba a olvidarlo
Agarré el cepillo de dientesempuñando las cerdas y quedando el mango curvo como una daga en mi mano y se lopasé por la mojada concha de mi hermana
- Aghhhhh – dijo ella
- Estás mojada… - le dije
- Mmmmm ¿sí? – preguntaba con un tono de putahermoso
- Muy mojada
- …
Se escuchaban solo lasrespiraciones profundas de mi hermana y la mía.
Muy despacio le fui metiendo todoel mango del cepillo de dientes en la concha y cuando hizo tope con mi mano,sentí su humedad, que pare ese entonces era extrema. Lo saqué por completo y seescuchó a ella gemir
- Aughhhhh
- ¿Te gusta? – le pregunté
No lo iba a reconocer, pero suhumedad y sus gemidos, la delataban
Volví a meterlo y lo saqué estavez con un hilo de flujo. Era evidente que mi hermana estaba muy caliente. Loque hice a continuación lo hice como un autómata, porque si lo hubiese meditadosolo un momento, no me habría animado.
Así húmedo como estaba se loapoyé en el centro del rosado ano y al mismo tiempo puse mi pija en la entradade su húmeda concha. Metí dos centímetros del cepillo para ver su reacción y seescuchó
- Aghhhhhh
Metí la cabeza de mi pija en suconcha y de nuevo mi hermana no se pudo contener
- Mmmmm, siiiii – escuché que susurraba mi hermana
¿Había dicho “si”? ¿A mi pija? ¿Amí cogiéndola? Tanto me sacudió eso que temí acabar en ese instante y me salíde ella.
Comencé a meterle y sacarle elcepillo de dientes del culo y ella pareció dejar de gemir. Fue entonces cuandovolví con mi pija dentro de su concha
- Aughhhhh siiiiiiiii
- ¿Queres mi pija adentro?
No se animaba a decirlo, pero elcharco que era su concha no la dejaba mentir. Volví a sacarla y dijo en unsusurro
- No la saques, por favor
Como mi intención era hacerlasufrir la dejé afuera un rato más apoyando la cabeza de mi pija en la entradade su concha.
- Si la queres adentro, vas a tener que metértelavos misma
- Mmmmm – susurró ella
Lo que sucedió a continuación, medejó perplejo. Mi propia hermana, la que me humillaba y tantas veces decía queyo le daba asco, retrocedió con su cuerpo clavándose toda mi pija y quedándosequieta para sentirla en su interior
Sentí que unos dedos rozaban mipene. Era ella que estaba comenzando a frotarse con su mano y eso me hizoentender que iba a ser muy difícil para mí este momento: quería humillarla,pero el deseo que se apoderaba de nosotros era más fuerte y no íbamos a poderdetenernos
- ¿Queres que te coja? – le pregunté
- Mmmmm
- Lo vas a tener que decir si queres que lo haga
- Mmmmm
No se animaba a decirlo, así quecomo pude (juro que me costó mucho, no quería) le saqué la pija y se la apoyéde nuevo en la entrada de su concha mientras le giraba el cepillo de dientes enel interior de su apretado ano
- Aggghhhh, gimió
En ese momento, no habló bajito,no susurró, ni siquiera le tembló la voz al decirlo. Con un tono más parecidoal grito y demostrando total elocuencia giró su cabeza y mirándome a los ojosme dijo muy claramente
- Cogeme, por favor
Y tiró su cuerpo para atrás y seclavó toda mi pija. Se quedó unos segundos sintiéndola y comenzó a moverse paraatrás y para adelante y frotando su clítoris.
No debía permitirle el placer, losabía, pero era tal el placer que provocaba en mí que no podía evitarlo.
- Aghhhhh – convulsionaba Natalia en un orgasmo
Cuando la escuché me fuiirremediablemente y empecé a acabar dentro de ella
- Aghhhhh aghhhh agghhhhh – grité acabándoledentro de la concha
- AAAAAAAAAAAAHHHHH Aghhhh Aghhhh aaaaaaahhh -mucho más fuerte gritó ella
Le estaba llenando la concha deleche a mi hermana y era también una forma de humillación.
- Te estoy llenando de leche – le dije
- Aghhhhhh aghhhhh siiiiiii – gritaba ella ahora
Natalia parecía una desconocida.Gemía y expresaba sus deseos conmigo. Ahí en cuatro patas y desnuda sobre laalfombra, con su cara apoyada a centímetros de los adornos de mi madre. Si lavieran mis padres ahora, pensaba yo y eso me llenaba de morbo
Seguía gimiendo y tratando derecomponerse y fue entonces cuando le di la orden
- Ahora quiero que camines de vuelta en cuatropatas por todo el salón
Me miró con cara de desconciertocomo preguntándose si no me alcanzaba, pero yo debía volver a tomar el controlde la situación
- Hacelo si no queres que esas fotos las veantodos
- Bueno – dijo ella resignada
Ella hizo el ademán de sacarse elcepillo de dientes del culo y la detuve
- No, dejátelo metido, te ves muy linda así
El cepillo era blanco y rosa ysobresalían unos centímetros y de plástico con las cerdas blancas que habíanestado hace minutos en la boca de mi hermana. Eso me disparó algo que era unalocura.
Natalia empezó a caminar y pudecontemplarla como a un cuadro de Rembrandt durante mucho tiempo. A elladesnuda, a su concha, a su culo invadido por el cepillo, a sus tacones rosa.Todo era hermoso y disfrutable
Un sacudón se me produjo en lapija cuando vi que un chorro blanco salía de su concha. La pija se me empezó aparar de vuelta y me arrodillé en el piso esperando a que llegara con su boca
- Limpiámela – le ordené
- Bueno, amo – dijo con una sonrisa
Ella estaba jugando alamo/esclava. Yo no quería que disfrutara y quizás fue por eso que hice algo tanextremo.
Cuando empezó a pasar la lenguapor mi pija, creí volverme loco. Casi que la amé en ese momento por ser tansumisa conmigo. Estiré mi brazo y tomando el cepillo de dientes por las cerdaslo saqué de su culo. No sé cuánto tiempo había estado metido en su ano.
- Ahora vení, le dije y le tomé la caraacercándola a la mía
- Sí, me dijo y se puso a centímetros de mi bocacon la suya
- Abrí la boca y cerrá los ojos, le dije
Me hizo caso, no podía ser deotra manera. Yo me puse de pie y supe que ella esperaba mi pija en su bocanuevamente y lo que hice fue pasarle el mango del cepillo por la lengua. Lo quehabía estado en su ano ahora estaba en su boca.
La nena de mamá y papá estabaahora chupando algo que había estado en su culo. Lo que me sorprendió fue queabrió los ojos y me miró seria, pero sin gesto de desagrado y comenzó a chuparlocomo si fuese una pija. Con la devoción que decía sentir en la iglesia frenteal mundo que la miraba con otros ojos.
Quedaban varios días en los queestaríamos solos los dos en la casa y no creía que pudiera imaginar humillaciónmayor a la que someter a mi hermana que lo que acababa de hacer, pero se meocurrirían cosas peores. O mejores, según como se mire…
(continuará…)
Pueden dejarme sus comentarios enreybaco2005@hotmail.com
O en Telegram @reybaco2005
- Voy a pedir una pizza - le dije
- Bueno – me respondió sumisa
Ya me estaba reponiendo de a pocoy se me ocurrió la primera de todas las cosas que tenía pensada para someter ami hermana
- Quiero que pases desnuda detrás de mí cuando yo reciba la pizza y te vea el chico del delivery - le exigí
- Bueno – dijo aceptando mi orden
Salí cerrando la puerta y llamé ala pizzería “Los campeones” y me dijeron que en 45 minutos estarían ahí. Creo que fueron los 45 minutos más largos de mi vida. Estaba nervioso como un nene antes del primer día de clases. No podía pensar en otra cosa.
Sonó el timbre. Preferí no decirle nada a mi hermana para ver si se animaba. Fui a abrir la puerta y recibir la pizza. Cuando le estaba pagando, veo que el chico mira por detrás de mí. ¿Se habrá animado? Yo giro mi cabeza para comprobarlo y sí, ahí estaba mi hermana caminando totalmente desnuda cruzando en dirección a la cocina. No lo hacía de manera provocativa, sino de manera casual, como si fuese totalmente normal que anduviera así en casa.
El chico me miró y me sonrió. Le pagué y le dejé una buena propina. Esa noche seguramente se lo contaría a los otros repartidores y sería de ahí en más una linda anécdota para contar.
Fui a la cocina y mi hermana estaba poniendo los platos sobre la mesa. A esta altura, está demás aclarar que estaba totalmente desnuda. Yo me senté y abrí la caja de la pizza, Me dediqué a mirar como mi hermana se paseaba desnuda por toda la cocina, yendo de un lado a otro como si fuese lo más natural del mundo. Se me paró la pija al instante.
Mi hermana se sentó frente a mí y me miró sin empezar a comer. Ella estaba entendiendo todo y eso me gustaba
- Comé – le ordené
- Bueno – respondió y comenzó a comer
Comenzamos a comer y realmente lo disfrutamos. Eran como las 11 de la noche y teníamos un hambre terrible. La miraba desnuda y me costaba creerlo. Iba a tener que acostumbrarme a verla así durante los próximos 7 días.
Se levantó y fue a la heladera. No sé si lo hizo a propósito o no. Solo sé que se agachó y pude ver ese culo hermoso y una pequeña manchita en la piel, apenas más oscura, en forma irregular que tiene de nacimiento en la parte baja del glúteo derecho.
- No me acordaba de esa manchita - le dije
Ella sabía que le estaba mirandoel culo. Sentía la carga de mi mirada en su espalda.
- Ah, ¿esta? – dijo llevando su manito a la zona
Y se la tocó abriendo el cachete y dejando a mi vista su rosado y fruncido ano, junto con parte de la concha, que vista desde atrás era aún más hermosa. Mi pija dio un salto en dentro de mi pantalón.
No aguanté más y me saqué la pija ahí nomás y empecé a pajearme delante de ella, siempre sentado en mi silla. Ella volvió a su lugar y se sentó. Tomó una porción y abrió la boca mirándome seriamente y mordiéndola de una manera totalmente sensual y desafiante.
Me levanté y me puse parado al lado de ella. Ella seguía comiendo y me miraba de a ratos. La pija estaba a centímetros de su cara, pero no hacía ningún movimiento. Sabía que tenía que esperar a que le dé la orden. Aún le quedaba media porción de pizza cuando le dije
- Dejá la porción en la mesa, acá
- Lo hizo
Sin dudarlo, seguí pajeándome y cuando estaba por acabar me vino a la mente una idea totalmente surrealista. Sentía llegar mi orgasmo y cuando fui a eyacular, lo hice sobre la porción de pizza que había dejado ella. Mi hermana no se movía. Me miraba de a ratos y en otros miraba a mi pija o a la porción de pizza.
Veía el semen sobre la porción yno podía creer que yo mismo había hecho eso. Era una aberración a lascostumbres familiares. Acabar sobre un alimento era como una especie de sacrilegio.
Ella me miró y me dijo
- ¿Qué hago?
- Ya lo sabés. Cométela – dije señalando a la porción de pizza
No respondió. Agarró la porción y se la metió en la boca casi entera. Masticaba y cerraba los ojos como disfrutando o sintiendo asco. No pude descifrarlo.
Cuando terminó, abrió los ojos yme miró
- ¿Qué tal estaba? - Le pregunté
- Bien - dijo escueta
- Hasta mañana – le dije
Me levanté para irme a dormir. Ella se encargó de lavar las pocas cosas que habíamos utilizado, siempre en total desnudez. Volví la vista y vi ese carnoso culo y me dieron ganas depararme detrás y cogérmela agachándome y bombearla varias veces de parado en la cocina, pero me reprimí. Mañana podría ser.
Al otro día, me desperté y me levanté a desayunar. Ella no salió de su habitación, debía estar durmiendo. Me preparé el desayuno, lo tomé y me fui a mi cuarto a trabajar. Me concentré mucho y me olvidé por un tiempo de mi hermanita.
A las 11, golpean la puerta de mi habitación.
- Pasá - le dije
- Tomá – me dijo
No podía creerlo. Mi hermana estaba completamente desnuda y en una mano tenía un mate, ya cargado con yerba, y en la otra el termo. Su castaño pelo con el flequillo para el costado le confería un aire de inocencia impresionante. Sobre todo, después de ver que estaba completamente desnuda. Las tetas pequeñas, turgentes, blancas y con esos pezones rosados, eran sublimes.
- Gracias, Naty - le dije, no pude resistirme y jugar mi papel de amo despiadado
- Chau – dijo y salió por la puerta moviendo el culo.
La miraba irse y la pija se me paraba aún más. No debía distraerme, eran los primeros días en mi nuevo trabajo y quería causar una buena impresión
Trabajé de corrido un tiempo largo, se hacía el mediodía y me preguntaba si mi hermana iba a estar desnuda todo el tiempo. El hambre empezaba a hacer su llamado y mi panza rugía pidiendo comida. Aclaro que me encanta la comida y disfruto mucho de comer. Me concentré en el trabajo y al rato un olor que venía de la cocina me llamó despertando todos mis sentidos.
Podía darme cuenta, eran milanesas. Siempre tuve un olfato desarrollado, y más aún, para la comida. Me quedé un rato más trabajando y en un momento tuve la pequeña alegría de que mi jefe me dijera que venía muy bien, que descansara un rato. Ok, le dije y me fui a la cocina.
Ahí estaba ella. Mi hermana desnuda por completo, pero con un delantal de cocina rojo colocado por delante. Ver desde atrás su culo desnudo con un moño arriba era como un sueño. Como siese culo hermoso estaba diciendo “acá está tu regalo”. Me contuve y me senté ala mesa
- Hice milanesas – dijo ella
- Qué bueno
- Mamá dejó varias preparadas
Mi hermana nunca hacía nada en lacocina, pero evidentemente sabía manejarse y lo hizo muy bien.
Almorzamos normalmente como doshermanos, aunque casi sin hablarnos. Ella seguía en completa desnudez, con soloel delantal rojo colocado. Los pechos se le salían por el costado y no pudeevitar mirarlos con avidez.
Por la tarde, se me ocurrió algomuy humillante para hacerle hacer a mi hermana. Escuché que se abría la ducha ysalí de mi cuarto rápidamente. La encontré desnuda entrando y me fui a suhabitación. Encontré unos zapatos de tacones de color rosa. Los mismos, loshabía visto en una todo de ella completamente desnuda y solo con esos tacones.
Entré en el baño y ella se asustópues pegó un pequeño grito
- Ayyyyy, me asustaste
- Perdón – le dije. Me costaba ponerme en el papelde malo.
Bajó la mirada y sus ojos seposaron en mi mano con sus zapatos de taco aguja rosa chicle
- Te traje algo para que te pongas – le solté
- Ok, ¿eso solo queres que me ponga?
- Sí, eso solo
- Ayudame a salir de la ducha, me dijo extendiendola mano
Ver a mi hermana desnuda, todamojada, con el pubis completamente depilado, me excitó sobremanera.
Le tomé la mano y la miréintensamente. Pude ver en sus ojos un brillo y en su cara un rictus dediversión. Recordaba esa cara de cuando era pequeña y disfrutaba algo. ¿Acasoestaría disfrutando de esta humillación a la que la estaba sometiendo?
Sacó un pie de la bañera ycomenzó a secarse sin dejar de mirarme en ningún momento. Ahora su mirada sehabía tornado desafiante.
Terminó de secarse y se calzó lostacones. Se giró mirando al espejo y me miró a través del reflejo. Se agachó unpoco para recoger el cepillo de dientes y no pude evitar mirarle el culo. Eseculo hermoso que tiene, que parado sobre tacones de 12 centímetros lucíaaltanero, desafiante y exuberante.
Se me disparó una idea al mirarlacon el cepillo de dientes en la boca. Me dije a mi mismo, voy a llevarla alextremo de lo que una mujer tan vil como ella puede soportar. Se lo merecía.Fueron años de sufrimiento que yo había padecido en completa soledad, viendocomo todo el mundo se rendía ante mi hermanita, la buena, la inocente y ladevota religiosa.
Le dije mientras dejaba sucepillo de dientes en el vaso.
- Ahora te quiero ver caminando en 4 patas por laalfombra del living
- ¿Si? Me dijo
- Si, ya mismo.
Juro que mi mente imaginaba quemi hermana caminaría hasta el living para luego arrodillarse allí, pero no. Searrodilló ahí mismo en el baño y salió caminando a cuatro patas y giró lacabeza para mirarme. Mis ojos estaban en su culo, en esa manchita en su glúteo,en sus rodillas moviéndose una y otra vez, en sus zapatos de tacón rosa.
No sé de donde saqué semejanteidea, pero tomé el cepillo de dientes y seguí a mi hermana detrás y me senté enel sillón del living
- Ahora quiero que des una vuelta a la mesa ratona
- Bueno, dijo
Comenzó a hacerlo con unalentitud tan excitante como desesperante. Se movía como una gacela en celo. Enun momento, noté que movía su culo más de lo normal.
- Ahora vení y apoyá la cara en la mesa y mostramebien tu orto
- Mmmmm, siiiii
Lo dijo en un susurró que hizoque mi pija se pusiera más dura aún. Miré con detenimiento, escrutando con lamirada la concha de mi hermana. La vi brillosa y eso me hizo pensar en queestaba excitada. ¿Realmente lo estaría? Sin poder evitarlo le pasé la manopalpándole la concha y sí, estaba muy mojada. Sabía que no debía hacerlo porqueeso sería sucumbir ante mi deseo por ella, pero no pude evitarlo.
Me arrodillé detrás de ella y mebajé los pantalones y calzoncillos y mi pija salió disparada como un resorte.Estaba muy dura, venosa e hinchada. No recordaba haberla visto así antes. Mihermana me estaba provocando esto.
Mi hermana, apoyando ahora todosu tronco superior en la mesa ratona, abría las piernas y se exponía ante mícomo la auténtica zorra que era, la Natalia de la intimidad. La de las fotos.No la hija soñada, la inocente cristiana, la estudiante perfecta.
La que estaba delante de mí erauna puta que se merecía lo peor por tratar mal al su hermano. Sin dudarlo,cuando me fui a agarrar la pija con una mano, caí en que tenía el cepillo dedientes y lo que hice nunca iba a olvidarlo
Agarré el cepillo de dientesempuñando las cerdas y quedando el mango curvo como una daga en mi mano y se lopasé por la mojada concha de mi hermana
- Aghhhhh – dijo ella
- Estás mojada… - le dije
- Mmmmm ¿sí? – preguntaba con un tono de putahermoso
- Muy mojada
- …
Se escuchaban solo lasrespiraciones profundas de mi hermana y la mía.
Muy despacio le fui metiendo todoel mango del cepillo de dientes en la concha y cuando hizo tope con mi mano,sentí su humedad, que pare ese entonces era extrema. Lo saqué por completo y seescuchó a ella gemir
- Aughhhhh
- ¿Te gusta? – le pregunté
No lo iba a reconocer, pero suhumedad y sus gemidos, la delataban
Volví a meterlo y lo saqué estavez con un hilo de flujo. Era evidente que mi hermana estaba muy caliente. Loque hice a continuación lo hice como un autómata, porque si lo hubiese meditadosolo un momento, no me habría animado.
Así húmedo como estaba se loapoyé en el centro del rosado ano y al mismo tiempo puse mi pija en la entradade su húmeda concha. Metí dos centímetros del cepillo para ver su reacción y seescuchó
- Aghhhhhh
Metí la cabeza de mi pija en suconcha y de nuevo mi hermana no se pudo contener
- Mmmmm, siiiii – escuché que susurraba mi hermana
¿Había dicho “si”? ¿A mi pija? ¿Amí cogiéndola? Tanto me sacudió eso que temí acabar en ese instante y me salíde ella.
Comencé a meterle y sacarle elcepillo de dientes del culo y ella pareció dejar de gemir. Fue entonces cuandovolví con mi pija dentro de su concha
- Aughhhhh siiiiiiiii
- ¿Queres mi pija adentro?
No se animaba a decirlo, pero elcharco que era su concha no la dejaba mentir. Volví a sacarla y dijo en unsusurro
- No la saques, por favor
Como mi intención era hacerlasufrir la dejé afuera un rato más apoyando la cabeza de mi pija en la entradade su concha.
- Si la queres adentro, vas a tener que metértelavos misma
- Mmmmm – susurró ella
Lo que sucedió a continuación, medejó perplejo. Mi propia hermana, la que me humillaba y tantas veces decía queyo le daba asco, retrocedió con su cuerpo clavándose toda mi pija y quedándosequieta para sentirla en su interior
Sentí que unos dedos rozaban mipene. Era ella que estaba comenzando a frotarse con su mano y eso me hizoentender que iba a ser muy difícil para mí este momento: quería humillarla,pero el deseo que se apoderaba de nosotros era más fuerte y no íbamos a poderdetenernos
- ¿Queres que te coja? – le pregunté
- Mmmmm
- Lo vas a tener que decir si queres que lo haga
- Mmmmm
No se animaba a decirlo, así quecomo pude (juro que me costó mucho, no quería) le saqué la pija y se la apoyéde nuevo en la entrada de su concha mientras le giraba el cepillo de dientes enel interior de su apretado ano
- Aggghhhh, gimió
En ese momento, no habló bajito,no susurró, ni siquiera le tembló la voz al decirlo. Con un tono más parecidoal grito y demostrando total elocuencia giró su cabeza y mirándome a los ojosme dijo muy claramente
- Cogeme, por favor
Y tiró su cuerpo para atrás y seclavó toda mi pija. Se quedó unos segundos sintiéndola y comenzó a moverse paraatrás y para adelante y frotando su clítoris.
No debía permitirle el placer, losabía, pero era tal el placer que provocaba en mí que no podía evitarlo.
- Aghhhhh – convulsionaba Natalia en un orgasmo
Cuando la escuché me fuiirremediablemente y empecé a acabar dentro de ella
- Aghhhhh aghhhh agghhhhh – grité acabándoledentro de la concha
- AAAAAAAAAAAAHHHHH Aghhhh Aghhhh aaaaaaahhh -mucho más fuerte gritó ella
Le estaba llenando la concha deleche a mi hermana y era también una forma de humillación.
- Te estoy llenando de leche – le dije
- Aghhhhhh aghhhhh siiiiiii – gritaba ella ahora
Natalia parecía una desconocida.Gemía y expresaba sus deseos conmigo. Ahí en cuatro patas y desnuda sobre laalfombra, con su cara apoyada a centímetros de los adornos de mi madre. Si lavieran mis padres ahora, pensaba yo y eso me llenaba de morbo
Seguía gimiendo y tratando derecomponerse y fue entonces cuando le di la orden
- Ahora quiero que camines de vuelta en cuatropatas por todo el salón
Me miró con cara de desconciertocomo preguntándose si no me alcanzaba, pero yo debía volver a tomar el controlde la situación
- Hacelo si no queres que esas fotos las veantodos
- Bueno – dijo ella resignada
Ella hizo el ademán de sacarse elcepillo de dientes del culo y la detuve
- No, dejátelo metido, te ves muy linda así
El cepillo era blanco y rosa ysobresalían unos centímetros y de plástico con las cerdas blancas que habíanestado hace minutos en la boca de mi hermana. Eso me disparó algo que era unalocura.
Natalia empezó a caminar y pudecontemplarla como a un cuadro de Rembrandt durante mucho tiempo. A elladesnuda, a su concha, a su culo invadido por el cepillo, a sus tacones rosa.Todo era hermoso y disfrutable
Un sacudón se me produjo en lapija cuando vi que un chorro blanco salía de su concha. La pija se me empezó aparar de vuelta y me arrodillé en el piso esperando a que llegara con su boca
- Limpiámela – le ordené
- Bueno, amo – dijo con una sonrisa
Ella estaba jugando alamo/esclava. Yo no quería que disfrutara y quizás fue por eso que hice algo tanextremo.
Cuando empezó a pasar la lenguapor mi pija, creí volverme loco. Casi que la amé en ese momento por ser tansumisa conmigo. Estiré mi brazo y tomando el cepillo de dientes por las cerdaslo saqué de su culo. No sé cuánto tiempo había estado metido en su ano.
- Ahora vení, le dije y le tomé la caraacercándola a la mía
- Sí, me dijo y se puso a centímetros de mi bocacon la suya
- Abrí la boca y cerrá los ojos, le dije
Me hizo caso, no podía ser deotra manera. Yo me puse de pie y supe que ella esperaba mi pija en su bocanuevamente y lo que hice fue pasarle el mango del cepillo por la lengua. Lo quehabía estado en su ano ahora estaba en su boca.
La nena de mamá y papá estabaahora chupando algo que había estado en su culo. Lo que me sorprendió fue queabrió los ojos y me miró seria, pero sin gesto de desagrado y comenzó a chuparlocomo si fuese una pija. Con la devoción que decía sentir en la iglesia frenteal mundo que la miraba con otros ojos.
Quedaban varios días en los queestaríamos solos los dos en la casa y no creía que pudiera imaginar humillaciónmayor a la que someter a mi hermana que lo que acababa de hacer, pero se meocurrirían cosas peores. O mejores, según como se mire…
(continuará…)
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5 comentarios - Doble vida (6)
ya estaba pensado eso, vamos a ver