Después de la tormenta de la noche anterior, llegó la calma. Me desperté algo tarde ya que era sábado por la mañana, pero tenía que salir alrededor del medio día para reunirme con algunos compañeros del escuela para estudiar, a pesar de que lo que mas querría hacer es pasar todo el día con mi madre.
Me dispuse a bajar, y mi sorpresa fue que no se encontraba mi mamá en casa, fui a su cuarto y solo pude ver su bata de dormir, misma que había usado la noche anterior para meterse a mi cuarto. Su cuarto, a diferencia del mío, siempre está levantado y cuando veo una cama bien tendida, me dan ganas de acurrucarme en ella, eso fue lo que hice, la almohada tenía su olor, que me hacía recordar lo que hicimos en la noche y era inevitable tener una erección.
Estaba entre dormido y soñando despierto cuando de pronto escuché la puerta de entrada, rápido me levanté y baje, a estas alturas no está de mas decir la sensación que tengo cuando bajo y veo a mi madre en la cocina, nos quedamos inmóviles viéndonos mutuamente.
R - Fui a comprar para que desayunemos.
Y - Que bien ma, se ve rico.
Me acerque a ella y le di un pequeño beso en la boca, mi madre cerró los ojos, me sonrió y se dio vuelta para servir lo que había comprado y ponerlo en la mesa. Ella empezó ha hablar acerca de la calle o mi hermana no logro recordar que tanto decía, ella se apuraba a servir el desayuno, cuando de pronto se le cayó un cubierto, rápido me dispuse a tratar de levantarlo al igual que ella, nos quedamos viendo y solo logre decirle, mamá te amo. Nos dimos un beso, la tomé de la mano y la llevé al sofá de la sala, ahí la senté y me arrodille frente a ella, metí mis manos dentro de su falda y de un estirón le quite su ropa interior.
R - Que vas a hacer hijo?
Y - Ya lo verá.
R - No, que me vas a hacer? No hijo no.
No sé por que me decía que no quería si estaba bien mojada. Sin hacerle caso a sus (al día de hoy sin entender) ruegos acerque mi lengua a su vagina, empece por darle pequeñas lamidas, para después hundir por completo mi lengua en su exquisita vagina, su olor, su textura, su sabor, sumado a los ruegos que poco a poco se volvieron en gemidos de placer, hacían que mas me calentara.
Mi madre gemía de placer, hasta que ella misma apretó mi cabeza con sus piernas, estando ya extasiada de placer, me jalaba el cabello con sus manos, yo seguía disfrutando de su vagina, hasta que saque mi pene y empecé a masturbarme, mi madre había tenido su primer orgasmo producido por mi lengua, me levante, me desvestí de la cintura para abajo, me senté a su lado, mi madre me besó, estuvimos así un buen rato, hasta que ella misma quitó mi mano de mi pene, y fue ella la que ahora me empezó a masturbar, sin dejarnos de besar, yo a lado de ella, y con nuestras lenguas entrelazadas, como pudo me dijo: "hijo, te quiero adentro". Yo le dije: "ma, me la puede chupar, por favor muero de ganas", ella si lo intento, pero a pesar de haber estado casada por casi 20 años, era inexperta. Solo me dio algunas lamidas con su lengua, para después montarse y hacer que la penetrara. Así estuvimos hasta que ya no pude y descargue de nuevo dentro de ella, mi madre me besaba, se alzo de tal manera que mi pene quedara fuera de ella y se dio tres dedazos hasta que también terminó, ahogando su grito de orgasmo dentro de mi boca.
Se levantó, me sonrió, estaba chapeada (así decimos cuando alguien de tes blanca tiene el rostro rojo por calor y cansancio), se volvió a poner su ropa interior y acomodarse el vestido, todo esto lo hacía mirándome y sonriendo. Yo seguía fascinado por todo lo que estaba viendo.
Desayunamos y me fui a estudiar con mis compañeros, en el trayecto no dejaba de pensar en mi madre y mas en su bello rostro.
Me dispuse a bajar, y mi sorpresa fue que no se encontraba mi mamá en casa, fui a su cuarto y solo pude ver su bata de dormir, misma que había usado la noche anterior para meterse a mi cuarto. Su cuarto, a diferencia del mío, siempre está levantado y cuando veo una cama bien tendida, me dan ganas de acurrucarme en ella, eso fue lo que hice, la almohada tenía su olor, que me hacía recordar lo que hicimos en la noche y era inevitable tener una erección.
Estaba entre dormido y soñando despierto cuando de pronto escuché la puerta de entrada, rápido me levanté y baje, a estas alturas no está de mas decir la sensación que tengo cuando bajo y veo a mi madre en la cocina, nos quedamos inmóviles viéndonos mutuamente.
R - Fui a comprar para que desayunemos.
Y - Que bien ma, se ve rico.
Me acerque a ella y le di un pequeño beso en la boca, mi madre cerró los ojos, me sonrió y se dio vuelta para servir lo que había comprado y ponerlo en la mesa. Ella empezó ha hablar acerca de la calle o mi hermana no logro recordar que tanto decía, ella se apuraba a servir el desayuno, cuando de pronto se le cayó un cubierto, rápido me dispuse a tratar de levantarlo al igual que ella, nos quedamos viendo y solo logre decirle, mamá te amo. Nos dimos un beso, la tomé de la mano y la llevé al sofá de la sala, ahí la senté y me arrodille frente a ella, metí mis manos dentro de su falda y de un estirón le quite su ropa interior.
R - Que vas a hacer hijo?
Y - Ya lo verá.
R - No, que me vas a hacer? No hijo no.
No sé por que me decía que no quería si estaba bien mojada. Sin hacerle caso a sus (al día de hoy sin entender) ruegos acerque mi lengua a su vagina, empece por darle pequeñas lamidas, para después hundir por completo mi lengua en su exquisita vagina, su olor, su textura, su sabor, sumado a los ruegos que poco a poco se volvieron en gemidos de placer, hacían que mas me calentara.
Mi madre gemía de placer, hasta que ella misma apretó mi cabeza con sus piernas, estando ya extasiada de placer, me jalaba el cabello con sus manos, yo seguía disfrutando de su vagina, hasta que saque mi pene y empecé a masturbarme, mi madre había tenido su primer orgasmo producido por mi lengua, me levante, me desvestí de la cintura para abajo, me senté a su lado, mi madre me besó, estuvimos así un buen rato, hasta que ella misma quitó mi mano de mi pene, y fue ella la que ahora me empezó a masturbar, sin dejarnos de besar, yo a lado de ella, y con nuestras lenguas entrelazadas, como pudo me dijo: "hijo, te quiero adentro". Yo le dije: "ma, me la puede chupar, por favor muero de ganas", ella si lo intento, pero a pesar de haber estado casada por casi 20 años, era inexperta. Solo me dio algunas lamidas con su lengua, para después montarse y hacer que la penetrara. Así estuvimos hasta que ya no pude y descargue de nuevo dentro de ella, mi madre me besaba, se alzo de tal manera que mi pene quedara fuera de ella y se dio tres dedazos hasta que también terminó, ahogando su grito de orgasmo dentro de mi boca.
Se levantó, me sonrió, estaba chapeada (así decimos cuando alguien de tes blanca tiene el rostro rojo por calor y cansancio), se volvió a poner su ropa interior y acomodarse el vestido, todo esto lo hacía mirándome y sonriendo. Yo seguía fascinado por todo lo que estaba viendo.
Desayunamos y me fui a estudiar con mis compañeros, en el trayecto no dejaba de pensar en mi madre y mas en su bello rostro.
1 comentarios - La Mañana Siguiente (Der morgen danach)