En una tarde de primavera yo iba a la oficina de mi esposo Cristian en el centro de la ciudad, cuando me presento a su jefe Alberto, (quien es muy joven alrededor de 22 años, de buen cuerpo, y los jeans le quedan muy bien de atras) quien al conocernos nos invito un cafe. Nos dirigimos a un lugar donde platicamos largo rato, en donde quedamos cerca sentados largo rato sin pensarlo comence a rozar mi rodilla en la de Alberto este no puso ninguna resistencia, ya que al presentarnos demostro agrado o excitacion (no se).
Yo aquel dia vestia un vestido blanco con escote moderado que dejaba mucho a la imaginacion, este vestido resaltaba toda mi figura que no estaba mal para ser la madre de dos pequeños, Cristian y yo teniamos una vida sexual muy activa y en donde perduraba la imaginacion, terminamos de tomar el cafe y nos despedimos. Alberto al besar mi mejilla, me senti estremecer todo el cuerpo, cuando senti el olor tan varonil que emanaba y a su vez que poso su mano en mi cintura.
Comence a visitar a Cristian mas seguido en su oficina de publicidad, con el fin de ver a Alberto, en una de estas visitas, yo vestia un vestido corto cafe con escote en el que dejaba ver un poco mi busto, llevaba puestas medias color natural y unos zapatos con tacos, cuando esperaba el ascensor, al abrirse las puertas salio Alberto quien vestia un pantalon de color azul y camisa blanca se veia muy atractivo, nos saludamos y me comento que no habia nadie en la oficina ya que Cristian habia tenido que viajar fuera de la capital por un contrato, pero el galantemente se ofrecio a atenderme y ofrecerme algo de beber puesto que hacia demasiada calor, provocada por el verano.
Entramos los dos al ascensor produciendose un choque al cerrarse las puertas, lo que nos encendio la pasion que nos sentiamos, nos comenzamos a besar apasionadamente, ya que subiamos solos, se detuvo el ascensor el cuarto piso y se bario la puerta en donde subio el conserje, llegamos a al piso siguiente y nos fuimos a la oficina, Alberto abrio la puerta, me hizo pasar, me ofrecio asiento, cuando me sente cruce las piernas, dejando ver gran parte de estas, Alberto preparaba un trago, al voltearse no se resistio al verme en la posicion que me encontraba y se arrodillo ante mi y comenzo a besarme en la boca, cuello, no me resisti y comence a bajarle la cabeza hasta que llego a mi entrepierna las cuales abri.
Yo no llevaba ropa interior, Alberto comenzo a lamer mi sexo, lo lamio, succiono hasta lograr hacerme gemir, mientras tanto le rozaba su pecho... oh, oh, que delicia, como me lames, vamos sigue sigue lo haces genial, uh, uh, me siguio lamiendo hasta lograrme un orgasmo y me vine en su boca, si, si, decia, luego me puse de pie, lo empuje y quedo sentado, me fui a su pantalon y lo desabroche, comence a hurgar y tome su verga, la cual estaba dura y era bastante gruesa para su edad, emanaba un fuerte olor, lo que desperto mi pasion y comence a besarla, me la introduje en mi boca toda, la cual al besar engroso mas y se puso como lumbre de caliente y muy dura, me dijo detente o me haras venir, me levanto me subio al escritorio, yo abri mis piernas y me introdujo toda su verga en mi vagina, ay, que rico gemi... lo que lo excito mas aun, empezando a darme embestidas, tras embestidas, como me rozaba oh... oh..., vamos sigue asi... asi, sus movimiento eran mas rapidos de arriba abajo, sin parar a la vez que me acariciabas mis tetas, yo lo apretaba de las nalgas hacia mi para que no saliera, vamos sigue asi... llevame al cielo... oh... dame duro, la quiero toda, vamos metemela.
Estaba muy caliente, comenzamos a gemir freneticamente, me saco la verga y me coloco boca abajo mirando el escritorio y de una sola estocada me introdujo su verga en mi vagina, que estaba en toda su dimension, estaba dilatadisima, muy gruesa, caliente y muy dura... (ademas era de un buen tamaño, no menos de 18 centimetros, por un 5 centimetros de diametro, con una cabeza del tamaño de un huevo) vamos dame le pedia, vamos dame, dame, oh, asi, asi... empuja... empuja le suplicaba, mientras yo nadaba en un mar de placer, Alberto retiro la verga, me dio unos golpes en mis nalgas y la introdujo nuevamente de una estocada y muy rapidamente lo que me llevo al orgasmo y el se derramo dentro de mi esa lecha caliente, espesa y abundante, ay que rico fue, me incorpore al igual que el nos abrazamos y besamos apasionadamente por largo rato. Desde aquel encuentro, a pesar de lo rico que fue no volvi a la oficina de mi esposo.
Yo aquel dia vestia un vestido blanco con escote moderado que dejaba mucho a la imaginacion, este vestido resaltaba toda mi figura que no estaba mal para ser la madre de dos pequeños, Cristian y yo teniamos una vida sexual muy activa y en donde perduraba la imaginacion, terminamos de tomar el cafe y nos despedimos. Alberto al besar mi mejilla, me senti estremecer todo el cuerpo, cuando senti el olor tan varonil que emanaba y a su vez que poso su mano en mi cintura.
Comence a visitar a Cristian mas seguido en su oficina de publicidad, con el fin de ver a Alberto, en una de estas visitas, yo vestia un vestido corto cafe con escote en el que dejaba ver un poco mi busto, llevaba puestas medias color natural y unos zapatos con tacos, cuando esperaba el ascensor, al abrirse las puertas salio Alberto quien vestia un pantalon de color azul y camisa blanca se veia muy atractivo, nos saludamos y me comento que no habia nadie en la oficina ya que Cristian habia tenido que viajar fuera de la capital por un contrato, pero el galantemente se ofrecio a atenderme y ofrecerme algo de beber puesto que hacia demasiada calor, provocada por el verano.
Entramos los dos al ascensor produciendose un choque al cerrarse las puertas, lo que nos encendio la pasion que nos sentiamos, nos comenzamos a besar apasionadamente, ya que subiamos solos, se detuvo el ascensor el cuarto piso y se bario la puerta en donde subio el conserje, llegamos a al piso siguiente y nos fuimos a la oficina, Alberto abrio la puerta, me hizo pasar, me ofrecio asiento, cuando me sente cruce las piernas, dejando ver gran parte de estas, Alberto preparaba un trago, al voltearse no se resistio al verme en la posicion que me encontraba y se arrodillo ante mi y comenzo a besarme en la boca, cuello, no me resisti y comence a bajarle la cabeza hasta que llego a mi entrepierna las cuales abri.
Yo no llevaba ropa interior, Alberto comenzo a lamer mi sexo, lo lamio, succiono hasta lograr hacerme gemir, mientras tanto le rozaba su pecho... oh, oh, que delicia, como me lames, vamos sigue sigue lo haces genial, uh, uh, me siguio lamiendo hasta lograrme un orgasmo y me vine en su boca, si, si, decia, luego me puse de pie, lo empuje y quedo sentado, me fui a su pantalon y lo desabroche, comence a hurgar y tome su verga, la cual estaba dura y era bastante gruesa para su edad, emanaba un fuerte olor, lo que desperto mi pasion y comence a besarla, me la introduje en mi boca toda, la cual al besar engroso mas y se puso como lumbre de caliente y muy dura, me dijo detente o me haras venir, me levanto me subio al escritorio, yo abri mis piernas y me introdujo toda su verga en mi vagina, ay, que rico gemi... lo que lo excito mas aun, empezando a darme embestidas, tras embestidas, como me rozaba oh... oh..., vamos sigue asi... asi, sus movimiento eran mas rapidos de arriba abajo, sin parar a la vez que me acariciabas mis tetas, yo lo apretaba de las nalgas hacia mi para que no saliera, vamos sigue asi... llevame al cielo... oh... dame duro, la quiero toda, vamos metemela.
Estaba muy caliente, comenzamos a gemir freneticamente, me saco la verga y me coloco boca abajo mirando el escritorio y de una sola estocada me introdujo su verga en mi vagina, que estaba en toda su dimension, estaba dilatadisima, muy gruesa, caliente y muy dura... (ademas era de un buen tamaño, no menos de 18 centimetros, por un 5 centimetros de diametro, con una cabeza del tamaño de un huevo) vamos dame le pedia, vamos dame, dame, oh, asi, asi... empuja... empuja le suplicaba, mientras yo nadaba en un mar de placer, Alberto retiro la verga, me dio unos golpes en mis nalgas y la introdujo nuevamente de una estocada y muy rapidamente lo que me llevo al orgasmo y el se derramo dentro de mi esa lecha caliente, espesa y abundante, ay que rico fue, me incorpore al igual que el nos abrazamos y besamos apasionadamente por largo rato. Desde aquel encuentro, a pesar de lo rico que fue no volvi a la oficina de mi esposo.
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