Gracias por el apoyo a la primer parte.
Yo juego para vos le dijo el Diego a la Tota, así como yo escribo para ustedes.
Siguiendo con la historia, me gustaría aclarar algo que olvide al principio... Ninguno de los nombres son reales. O son nombres parecidos o uso la primer letra del nombre real para poder inventarles otro nombre.
Continuando:
Camila me miraba con una cara de perversa increíble, sabiendo que nos íbamos a mandar una cagada importante, una cosa es meterle los cuernos a tu marido, pero si lo haces con un amigo y en tu propia casa le da un plus.
Me importaba mi amistad con Matías? La verdad que no, más allá de Nico y Camila, nos unían pocas cosas. A él le interesa el básquet, a mi el fútbol, el es muy de los números, yo más de la literatura, el vive en el gimnasio, yo no levanto 10kg si no me pagan etc. Pero nos estaba por unir algo más, me estaba por comer ese culito que el tanto ama.
No pasaron ni 5 segundo desde que Camila pelo la cola hasta que me tenía atrás suyo apretandole los cachetes. Tenía la colita un poco fría al tacto, algo de lo que me iba a encargar bien de corregir.
Apenas se da vuelta, me come la boca como una desesperada, como si hacía rato que buscará eso. Si hubieron señales no las ví o no las quise ver la verdad.
Le subí el corpiño deportivo hasta dejar esas tetas hermosas al aire, no eran muy grandes pero no importaba, eran perfectas así, firmes, la medida justa para metermela entera en la boca y chuparlas toda.
Camila- vamos para la pieza, tenemos un rato todavía
Se levanta la calza y se saca el corpiño quedando con el torso al aire libre.
No podía creer lo que estaba pasando, por fin me iba a comer semejante hembra y lo peor es que estaba volviendo algo en mi que creía olvidado, una sensación tan exitante como ruin, el increíble sentimiento de saber que me estaba por comer a la mujer de otro.
Dicho así, admito que quizás una cagada a palos me merezco, como para aprender, pero es más fuerte y era la misma sensación que sentí con Sol, mi primera experiencia sexual con una casada. Pero esa es otra historia.
Llegamos a la pieza y lo primero que hace es mirarme bien fijo, casi como enojada y desafiante.
Camila- quiero que me trates como una puta barata papi
Yo- vení putita y sácame la verga así te la comes como te gusta
Como toda una buena sumisa, sonríe y se agacha de inmediato a desabrocharme el cinto, destrabar el botón del jean y bajar el cierre de la bragueta y eso es todo, la imagen que me había imaginado muchas veces por fin se hizo realidad, aunque la verdad sin ninguna intención de mi parte. Estaba esa cabellera rubia arrodillada a mis pies y mi pija bien parada apuntandole a la cara. No pienso decir que soy el negro de WhatsApp de la cintura para abajo, pero tampoco entro en la categoría de la media. Tampoco puedo dar un aproximado en cm porque con el correr de los años me di cuenta que el tamaño de mi erección depende mucho de cuan exitado este, aveces estoy a media máquina y llega a unos 14cm, otras veces estuve muy cansado y arañaba los 10cm (pocas veces gracias a dios) pero hay veces en la que realmente estoy caliente y paso los 19cm, casi 20 o 21cm y dura como un cortafierro...todo a ojo eh, no es que ando con una regla cada vez que se me para la chota.
Camila me la empezó a chupar de una manera increíble, aunque me rozaba un poco la cabeza con los dientes, el placer que sentía era infinitamente mayor a ese pequeña sensación de molestia.
Después de un rato la agarro de la colita de pelo que se hizo antes de comenzar a merendar pija y la lleve a la cama mientras se reía como una nena cuando se manda una travesura.
No quería esperar más para cojerla, pero había una deuda que tenía conmigo mismo e iba a saldar.
Le bajó la calza y ahí la tenía, en 4 y la cola bien parada como una perrita, en la misma cama donde noche a noche duerme con su marido. Le corri la tanga para deslumbrarme al ver esa conchita brillosa por el flujo, bien depiladita y carnosa, pero eso no me importaba aún. Yo también quería merendar y fui directo a ese culito hermoso, hasta perfumado parecía, le hundí la lengua tan de una que hasta se sorprendió, creo que no esperaba que atacará primero ahí.
Aunque estaba con los ojos cerrados disfrutando de semejante manjar, podía sentir como se retorcía de placer entre gemidos divertidos y lujuriosos.
Le estaba gustando que le coma el culito y aunque mi placer era total quería lograr que ella lo pasará de la mejor manera, no solo por consideración sino que uno cuando va a un restaurante y come bien, vuelve.
Y ahí lo noté, cuando levanté la vista por un segundo para tomar aire y poder seguir comiendo ese culito hermoso que dios le dió.
Mientras disfrutaba, mientras gemia, mientras un tipo le estaba dando lengua, labio y boca por el culo, miraba la foto de la mesita de luz sonriendo. Y ahí lo entendí, le gustaba ser usada como a una puta mientras miraba la cara de su cornudo marido, que estaba ahí, fotográficamente estático en una calle con nieve abrazando a una Camila más joven, pero intuyo, igual de puta y perversa.
Entendí de inmediato que tenía que hacer para hacerla explotar. Dejé de lado mi deseo por un rato, apunte mi verga directo a esa conchita y la ensarte de una, sin previo aviso ni nada. Me la empecé a coger con una furia que pocas veces ví en mi, mientras le hablaba
Yo- te gusta puta de mierda? Hace cuánto querías que te coja?
Camila- ay si papi, me encanta así me encanta.
La muevo un poco para el costado para que quede de frente a la foto de la mesita de luz y comencé de nuevo.
Yo-miralo puta, mírale la cara al cornudo mientras te reviento la concha a pijazos
Camila- siiii hijo de puta, garchame toda frente al cuerno. Estaba celoso de vos, sabías?
Toda esa charla me ponía a mil, parecia que me inyectaron un RedBull directo a la verga
Yo- si bebé? De que tenía celos el cuerno? De que te tenga así?
Camila- si papi, tenía miedo de que me des lechita en la panadería
Yo- pobre Mati, no sabe que te estoy dando pija en su casa, en su cama.
Y ahí fue cuando ella explotó, sentí la presión en mi pija mientras ella acababa, pareció a una fuente, nunca en mi vida me habia visto a una mina acabar de esa forma. Íbamos a tener problemas por mojar todas las sábanas y el colchón, pero eso me importaba poco en ese momento.
Mientras ella disfrutaba de los últimos momentos de su orgasmo, me rescoste al lado descansando. No había acabado aún pero me daba por satisfecho, sabía que esto se volvería a repetir.
Me levanté algo torpe hasta agarra mi pantalón, primero me fijé la hora, ya eran las 19 y pico... Volví a la cama con el paquete de cigarrillos en la mano y antes de que pueda prenderme uno me paro.
Camila- acá no se fuma, no le gusta a Matías
Yo- bueno, supongo que le gusta menos que le cojan a la mujer
Camila- ni idea, pero el olor a humo no se va con nada y voy a tener quilombo
Me dijo mientras se ponía de costado para abrazarme, poniendo su cabeza en mi pecho, su pierna derecha sobre mi cadera, dejando ese culo hermoso a la altura de mi mano para que siga acariciándolo
Yo- vos vas a tener quilombo? Se llega a enterar y voy a tener que comer por un tubo.
Camila- jaja no se va a enterar, nunca se entera.
Yo- apa, nunca se entera? Hace cuánto te cojes a otros?
Camila- siempre que estoy en Argentina le termino metiendo los cuernos, aveces más aveces menos. Pero siempre
Yo- y allá en España no?
Camila- No, seré puta pero tonta no. Los gallegos son muy lengua larga, cuentan todo y más si es para humillar a un Sudaca, como nos dicen.
Yo- que raro, hoy cuando te estaba comiendo el culito no parecía molestarte una lengua larga jaja
Le dije mientras aprovechaba su posición y le tocaba el agujerito con los dedos, tanteando si le molestaba o si era de entregar la cola
Camila- jaja sos un tarado, pero si, no me molesta tu lengua larga.
Yo- quiero saber, me tenés ganas hace mucho?
Camila- si te digo la verdad, te vas a enojar?
Yo- depende como me la digas... Antes no eras Camilo no? Jaja
Se rió del chiste mientras se ponía de rodillas en la cama y miraba mi pija que de a poco volvía a su tamaño. Ahí nomás me empezó a hacer una paja bien suavecita
Camila- y si uso esto de micrófono para decirte? Jaja te molestaría?
Yo- si me usas la verga de micrófono me podés decir lo que quieras que voy a estar contento
Camila- bueno- decía mientras se metía mi pija en la boca y me daba una muy rica chupada- la verdad es que no sos muy mi tipo
Yo- si? Que raro, porque te tengo acá chupándome la pija
Camila respondía entre chupada y chupada
Camila- la verdad eras un compañero, te veía así. Hasta que Matías me empezó a hacer escénitas de celos y me gustaba jaja. Aparte con vos nunca pasó nada, eso me daba entre bronca y ganas.
Yo- yo nunca hago nada dónde laburo. Pero ahora no trabajo con vos jaja
Camila- y no, así que tenemos que aprovechar jaja
Camila empezó a chupar con muchas más ganas, me babeaba la verga y se la tragaba toda hasta ahogarse sola. Era una maravilla, mucho mejor que el primer Pete que me hizo. No aguante mucho más hasta llegar al clímax y llenarle la boca de leche. Supuse que se avivó que estaba por acabar porque me sonrió con una carita de puta tremenda y empezó a darle con más ganas.
Una vez que acabe, nos recompusimos, ya eran las 8 y 10, teníamos que apurarnos.
Entre los dos dimos vuelta el colchón, ella no puso a lavar las sábanas porque iba a parecer sospechoso. Las escondió abajo de todo del canasto de la ropa y puso unas nuevas. Limpio un poco la pieza, tiro perfume para quitar el olor a sexo y me dió plata de un cajón.
Camila- toma, anda a comprar la carne antes de que todo cierre.
Yo- deja bola, yo tengo plata
Camila- mmm no, prefiero que pague el, no mi macho.
Eso último que dijo me volvió a prender como cuando apenas le ví el culo esa tarde. Pero no había tiempo de hacer nada.
Yo- no se va a dar cuenta que le falta plata?
Camila- no, porque el piensa que esa plata es para el gimnasio. Que yo pago cuando voy y digamos que tengo un trato con el dueño jaja
Yo- no podés ser tan yegua jaja
Camila- que se joda, dale anda a comprar.
Y así fue. Salí derecho a la carnicería y compré un buen pedazo de vacío, unos choris y provoleta. Pase por el chino a comprar escabio y ahí lo vi. Matías estaba afuera del chino, en la parte donde dejan la verdulería comprando un par de cosas. Apenas me ve en la cola viene a saludarme y ayudarme con las bolsas.
Matias- hoy si vamos a comer rico no?
Yo- jaja esperemos. Igual, ya estuve comiendo hoy más temprano. Igual tengo una lija
Lo admito, no estuve bien. Pero un hijo de puta se había adueñado de mi ser y si ya estaba en el baila, vamos a bailar.
Mati- aguanta que llevo un vino así tomo yo también
Un dato: Matías no consume muchos productos con TACC, en realidad no consume muchos productos que hagan mal. Casi no toma, pero si tiene que tomar prefiere el vino a la cerveza.
Cuando vuelve, agarra los dos pack de cerveza que llevaba y paga todo el, asumiendo que yo ya había echo un gran gasto con la carne.
Apenas llegamos Camila ya tenía otra ropa, la muy yegua si sabía cómo mantener las apariencias. Me saluda, como si recién nos viéramos y después le da un muy profundo beso a Matías, con la misma boca y lengua que anteriormente me estaba succionando la leche.
Ese iba a ser el inicio de una noche más que interesante, tan interesante como caliente y peligrosa.
Muchas gracias por leer esta segunda parte. Vuelvo a aclarar que las fotos son a modo de ilustración, una chica parecida en cuerpo a Camila aunque como ya dije con menos tetas.
Espero pronto traer la tercer y última parte de esta historia y poder seguir con otras. Nuevamente muchas gracias a todos por tomarse el laburo de leer y llegar hasta acá.
Yo juego para vos le dijo el Diego a la Tota, así como yo escribo para ustedes.
Siguiendo con la historia, me gustaría aclarar algo que olvide al principio... Ninguno de los nombres son reales. O son nombres parecidos o uso la primer letra del nombre real para poder inventarles otro nombre.
Continuando:
Camila me miraba con una cara de perversa increíble, sabiendo que nos íbamos a mandar una cagada importante, una cosa es meterle los cuernos a tu marido, pero si lo haces con un amigo y en tu propia casa le da un plus.
Me importaba mi amistad con Matías? La verdad que no, más allá de Nico y Camila, nos unían pocas cosas. A él le interesa el básquet, a mi el fútbol, el es muy de los números, yo más de la literatura, el vive en el gimnasio, yo no levanto 10kg si no me pagan etc. Pero nos estaba por unir algo más, me estaba por comer ese culito que el tanto ama.
No pasaron ni 5 segundo desde que Camila pelo la cola hasta que me tenía atrás suyo apretandole los cachetes. Tenía la colita un poco fría al tacto, algo de lo que me iba a encargar bien de corregir.
Apenas se da vuelta, me come la boca como una desesperada, como si hacía rato que buscará eso. Si hubieron señales no las ví o no las quise ver la verdad.
Le subí el corpiño deportivo hasta dejar esas tetas hermosas al aire, no eran muy grandes pero no importaba, eran perfectas así, firmes, la medida justa para metermela entera en la boca y chuparlas toda.
Camila- vamos para la pieza, tenemos un rato todavía
Se levanta la calza y se saca el corpiño quedando con el torso al aire libre.
No podía creer lo que estaba pasando, por fin me iba a comer semejante hembra y lo peor es que estaba volviendo algo en mi que creía olvidado, una sensación tan exitante como ruin, el increíble sentimiento de saber que me estaba por comer a la mujer de otro.
Dicho así, admito que quizás una cagada a palos me merezco, como para aprender, pero es más fuerte y era la misma sensación que sentí con Sol, mi primera experiencia sexual con una casada. Pero esa es otra historia.
Llegamos a la pieza y lo primero que hace es mirarme bien fijo, casi como enojada y desafiante.
Camila- quiero que me trates como una puta barata papi
Yo- vení putita y sácame la verga así te la comes como te gusta
Como toda una buena sumisa, sonríe y se agacha de inmediato a desabrocharme el cinto, destrabar el botón del jean y bajar el cierre de la bragueta y eso es todo, la imagen que me había imaginado muchas veces por fin se hizo realidad, aunque la verdad sin ninguna intención de mi parte. Estaba esa cabellera rubia arrodillada a mis pies y mi pija bien parada apuntandole a la cara. No pienso decir que soy el negro de WhatsApp de la cintura para abajo, pero tampoco entro en la categoría de la media. Tampoco puedo dar un aproximado en cm porque con el correr de los años me di cuenta que el tamaño de mi erección depende mucho de cuan exitado este, aveces estoy a media máquina y llega a unos 14cm, otras veces estuve muy cansado y arañaba los 10cm (pocas veces gracias a dios) pero hay veces en la que realmente estoy caliente y paso los 19cm, casi 20 o 21cm y dura como un cortafierro...todo a ojo eh, no es que ando con una regla cada vez que se me para la chota.
Camila me la empezó a chupar de una manera increíble, aunque me rozaba un poco la cabeza con los dientes, el placer que sentía era infinitamente mayor a ese pequeña sensación de molestia.
Después de un rato la agarro de la colita de pelo que se hizo antes de comenzar a merendar pija y la lleve a la cama mientras se reía como una nena cuando se manda una travesura.
No quería esperar más para cojerla, pero había una deuda que tenía conmigo mismo e iba a saldar.
Le bajó la calza y ahí la tenía, en 4 y la cola bien parada como una perrita, en la misma cama donde noche a noche duerme con su marido. Le corri la tanga para deslumbrarme al ver esa conchita brillosa por el flujo, bien depiladita y carnosa, pero eso no me importaba aún. Yo también quería merendar y fui directo a ese culito hermoso, hasta perfumado parecía, le hundí la lengua tan de una que hasta se sorprendió, creo que no esperaba que atacará primero ahí.
Aunque estaba con los ojos cerrados disfrutando de semejante manjar, podía sentir como se retorcía de placer entre gemidos divertidos y lujuriosos.
Le estaba gustando que le coma el culito y aunque mi placer era total quería lograr que ella lo pasará de la mejor manera, no solo por consideración sino que uno cuando va a un restaurante y come bien, vuelve.
Y ahí lo noté, cuando levanté la vista por un segundo para tomar aire y poder seguir comiendo ese culito hermoso que dios le dió.
Mientras disfrutaba, mientras gemia, mientras un tipo le estaba dando lengua, labio y boca por el culo, miraba la foto de la mesita de luz sonriendo. Y ahí lo entendí, le gustaba ser usada como a una puta mientras miraba la cara de su cornudo marido, que estaba ahí, fotográficamente estático en una calle con nieve abrazando a una Camila más joven, pero intuyo, igual de puta y perversa.
Entendí de inmediato que tenía que hacer para hacerla explotar. Dejé de lado mi deseo por un rato, apunte mi verga directo a esa conchita y la ensarte de una, sin previo aviso ni nada. Me la empecé a coger con una furia que pocas veces ví en mi, mientras le hablaba
Yo- te gusta puta de mierda? Hace cuánto querías que te coja?
Camila- ay si papi, me encanta así me encanta.
La muevo un poco para el costado para que quede de frente a la foto de la mesita de luz y comencé de nuevo.
Yo-miralo puta, mírale la cara al cornudo mientras te reviento la concha a pijazos
Camila- siiii hijo de puta, garchame toda frente al cuerno. Estaba celoso de vos, sabías?
Toda esa charla me ponía a mil, parecia que me inyectaron un RedBull directo a la verga
Yo- si bebé? De que tenía celos el cuerno? De que te tenga así?
Camila- si papi, tenía miedo de que me des lechita en la panadería
Yo- pobre Mati, no sabe que te estoy dando pija en su casa, en su cama.
Y ahí fue cuando ella explotó, sentí la presión en mi pija mientras ella acababa, pareció a una fuente, nunca en mi vida me habia visto a una mina acabar de esa forma. Íbamos a tener problemas por mojar todas las sábanas y el colchón, pero eso me importaba poco en ese momento.
Mientras ella disfrutaba de los últimos momentos de su orgasmo, me rescoste al lado descansando. No había acabado aún pero me daba por satisfecho, sabía que esto se volvería a repetir.
Me levanté algo torpe hasta agarra mi pantalón, primero me fijé la hora, ya eran las 19 y pico... Volví a la cama con el paquete de cigarrillos en la mano y antes de que pueda prenderme uno me paro.
Camila- acá no se fuma, no le gusta a Matías
Yo- bueno, supongo que le gusta menos que le cojan a la mujer
Camila- ni idea, pero el olor a humo no se va con nada y voy a tener quilombo
Me dijo mientras se ponía de costado para abrazarme, poniendo su cabeza en mi pecho, su pierna derecha sobre mi cadera, dejando ese culo hermoso a la altura de mi mano para que siga acariciándolo
Yo- vos vas a tener quilombo? Se llega a enterar y voy a tener que comer por un tubo.
Camila- jaja no se va a enterar, nunca se entera.
Yo- apa, nunca se entera? Hace cuánto te cojes a otros?
Camila- siempre que estoy en Argentina le termino metiendo los cuernos, aveces más aveces menos. Pero siempre
Yo- y allá en España no?
Camila- No, seré puta pero tonta no. Los gallegos son muy lengua larga, cuentan todo y más si es para humillar a un Sudaca, como nos dicen.
Yo- que raro, hoy cuando te estaba comiendo el culito no parecía molestarte una lengua larga jaja
Le dije mientras aprovechaba su posición y le tocaba el agujerito con los dedos, tanteando si le molestaba o si era de entregar la cola
Camila- jaja sos un tarado, pero si, no me molesta tu lengua larga.
Yo- quiero saber, me tenés ganas hace mucho?
Camila- si te digo la verdad, te vas a enojar?
Yo- depende como me la digas... Antes no eras Camilo no? Jaja
Se rió del chiste mientras se ponía de rodillas en la cama y miraba mi pija que de a poco volvía a su tamaño. Ahí nomás me empezó a hacer una paja bien suavecita
Camila- y si uso esto de micrófono para decirte? Jaja te molestaría?
Yo- si me usas la verga de micrófono me podés decir lo que quieras que voy a estar contento
Camila- bueno- decía mientras se metía mi pija en la boca y me daba una muy rica chupada- la verdad es que no sos muy mi tipo
Yo- si? Que raro, porque te tengo acá chupándome la pija
Camila respondía entre chupada y chupada
Camila- la verdad eras un compañero, te veía así. Hasta que Matías me empezó a hacer escénitas de celos y me gustaba jaja. Aparte con vos nunca pasó nada, eso me daba entre bronca y ganas.
Yo- yo nunca hago nada dónde laburo. Pero ahora no trabajo con vos jaja
Camila- y no, así que tenemos que aprovechar jaja
Camila empezó a chupar con muchas más ganas, me babeaba la verga y se la tragaba toda hasta ahogarse sola. Era una maravilla, mucho mejor que el primer Pete que me hizo. No aguante mucho más hasta llegar al clímax y llenarle la boca de leche. Supuse que se avivó que estaba por acabar porque me sonrió con una carita de puta tremenda y empezó a darle con más ganas.
Una vez que acabe, nos recompusimos, ya eran las 8 y 10, teníamos que apurarnos.
Entre los dos dimos vuelta el colchón, ella no puso a lavar las sábanas porque iba a parecer sospechoso. Las escondió abajo de todo del canasto de la ropa y puso unas nuevas. Limpio un poco la pieza, tiro perfume para quitar el olor a sexo y me dió plata de un cajón.
Camila- toma, anda a comprar la carne antes de que todo cierre.
Yo- deja bola, yo tengo plata
Camila- mmm no, prefiero que pague el, no mi macho.
Eso último que dijo me volvió a prender como cuando apenas le ví el culo esa tarde. Pero no había tiempo de hacer nada.
Yo- no se va a dar cuenta que le falta plata?
Camila- no, porque el piensa que esa plata es para el gimnasio. Que yo pago cuando voy y digamos que tengo un trato con el dueño jaja
Yo- no podés ser tan yegua jaja
Camila- que se joda, dale anda a comprar.
Y así fue. Salí derecho a la carnicería y compré un buen pedazo de vacío, unos choris y provoleta. Pase por el chino a comprar escabio y ahí lo vi. Matías estaba afuera del chino, en la parte donde dejan la verdulería comprando un par de cosas. Apenas me ve en la cola viene a saludarme y ayudarme con las bolsas.
Matias- hoy si vamos a comer rico no?
Yo- jaja esperemos. Igual, ya estuve comiendo hoy más temprano. Igual tengo una lija
Lo admito, no estuve bien. Pero un hijo de puta se había adueñado de mi ser y si ya estaba en el baila, vamos a bailar.
Mati- aguanta que llevo un vino así tomo yo también
Un dato: Matías no consume muchos productos con TACC, en realidad no consume muchos productos que hagan mal. Casi no toma, pero si tiene que tomar prefiere el vino a la cerveza.
Cuando vuelve, agarra los dos pack de cerveza que llevaba y paga todo el, asumiendo que yo ya había echo un gran gasto con la carne.
Apenas llegamos Camila ya tenía otra ropa, la muy yegua si sabía cómo mantener las apariencias. Me saluda, como si recién nos viéramos y después le da un muy profundo beso a Matías, con la misma boca y lengua que anteriormente me estaba succionando la leche.
Ese iba a ser el inicio de una noche más que interesante, tan interesante como caliente y peligrosa.
Muchas gracias por leer esta segunda parte. Vuelvo a aclarar que las fotos son a modo de ilustración, una chica parecida en cuerpo a Camila aunque como ya dije con menos tetas.
Espero pronto traer la tercer y última parte de esta historia y poder seguir con otras. Nuevamente muchas gracias a todos por tomarse el laburo de leer y llegar hasta acá.
6 comentarios - A Camila le gusta ser infiel (parte dos)