Después de aquella noche en la cual penetre a mi madre sin su consentimiento, comencé a experimentar un poco de arrepentimiento, y si noté cambios en mi madre, tan es así que, por las noches escuchaba como le ponía seguro a su puerta. Mi madre se llama Raquel, creo que no se los había mencionado. En ese momento de mi vida es cuando me doy cuenta que las cosas pasan por que deben de pasar. Y es que como les había dicho, mi hermana menor resulto ser un desastre con su vida.
A pesar de todo en mi casa las cosas podía decirse que seguían normales entre mi mamá y yo, no habían pasado mas de tres semanas cuando de repente me empecé a percatar de que algo estaba sucediendo, veía a mi madre muy molesta y a la vez preocupada, veía también que se encerraba a hablar con mi hermana menor, por momentos se desaparecían, así estuvieron al rededor de una semana, hasta que, mi mamá me dijo lo que estaba ocurriendo, resulta que mi hermana de 16 años estaba (o mas bien había estado) embarazada. Mi madre la había llevado a que la desinflaran.
Ya que con mi padre el divorcio, y mas que nada su vida de casados había resultado muy explosiva a tal punto de que mi padre peleara por la custodia tanto mía como la de mis hermanas, que si se enteraba de lo que había sucedido, se podía armar de nuevo un pleito entre los dos.
Pasaron algunos meses de tal acontecimiento, tanto así que la tensión que llegué a sentir después de lo que había hecho desapareció e incluso llegue a notar ciertos cambios en mi madre. Como por ejemplo dejé de escuchar que le pusiera seguro a su puerta, pero también a la par de eso, ella se empezó a arreglar desde muy temprano, me hacía de desayunar y platicaba mucho de nuevo conmigo. Solo que yo no quería mal interpretar las cosas que me limitaba a llevar una relación normal. Hasta que un día.
Me encontraba preparándome para irme al escuela, ya me encontraba en el segundo semestre de la carrera, y a veces tenía que irme todo el día, así que procuraba desayunar bien. Esa mañana desde que me voy levantando y ver a mi madre como estaba vestida, llevaba puesto un vestido floreado, la falda le llegaba por arriba de las rodillas, se veía hermosa, bajar de las escaleras y ver su silueta a la luz del Sol que entraba por la ventana de la cocina, es una imagen que jamás se me olvidara, su sonrisa al ver que bajaba y me sentaba en la mesa para desayunar, es y seguirá siendo uno de los momentos mas preciados de mi vida.
En cuanto me senté, ella se sentó conmigo a la mesa, empezó a platicarme acerca del trago amargo que le había hecho pasar mi hermana, y como todo eso le seguía incluso preocupando, me preguntaba también si conocía a algún novio que mi hermana tuviera. Hasta que de algún modo, comenzó a hablar de mi padre, y es que se había enterado de que ya tenía otra relación con alguien menor que él, y fue entonces que ella me miró, y con una sonrisa en su labios y lagrimas en sus ojos, me dijo:
R - Hijo, crees que...
En ese momento, sin terminar la pregunta tomó mi plato y se dirigió al fregadero, creo que lo que me quiso preguntar es si para mí, ella era bonita. Me levanté y me paré detrás de ella, la abrace por la cintura y le dije al oído, es usted muy bonita, le comencé a besar el cuello y ella me tomo con fuerzas las manos, a diferencia de aquella noche en que se negó a besarme, volteo esta vez la cara hacía mi y por fin pude darle un beso en la boca, no sé como describir ese beso, ya había besado anteriormente, pero ese beso estaba lleno de mucho amor y a la vez lujuria, algo totalmente indescriptible, es que lo recuerdo y me regresa esa sensación de ternura y excitación que sentí esa vez.
Mi madre se dio vuelta y seguimos besándonos, realmente no sé cuanto tiempo estuvimos así, cuando de repente se escuchó el timbre, nos soltamos, ella se dirigió a la puerta y yo a mi cuarto a preparar mis cosas para irme. Ya se me había hecho tarde y de verdad tenía que irme, cuando escuché a mi madre detrás mío:
R - Ya te tienes que ir?
Y - Si, ya se me hizo tarde.
Tomé mi mochila y me fui al escuela.
A pesar de todo en mi casa las cosas podía decirse que seguían normales entre mi mamá y yo, no habían pasado mas de tres semanas cuando de repente me empecé a percatar de que algo estaba sucediendo, veía a mi madre muy molesta y a la vez preocupada, veía también que se encerraba a hablar con mi hermana menor, por momentos se desaparecían, así estuvieron al rededor de una semana, hasta que, mi mamá me dijo lo que estaba ocurriendo, resulta que mi hermana de 16 años estaba (o mas bien había estado) embarazada. Mi madre la había llevado a que la desinflaran.
Ya que con mi padre el divorcio, y mas que nada su vida de casados había resultado muy explosiva a tal punto de que mi padre peleara por la custodia tanto mía como la de mis hermanas, que si se enteraba de lo que había sucedido, se podía armar de nuevo un pleito entre los dos.
Pasaron algunos meses de tal acontecimiento, tanto así que la tensión que llegué a sentir después de lo que había hecho desapareció e incluso llegue a notar ciertos cambios en mi madre. Como por ejemplo dejé de escuchar que le pusiera seguro a su puerta, pero también a la par de eso, ella se empezó a arreglar desde muy temprano, me hacía de desayunar y platicaba mucho de nuevo conmigo. Solo que yo no quería mal interpretar las cosas que me limitaba a llevar una relación normal. Hasta que un día.
Me encontraba preparándome para irme al escuela, ya me encontraba en el segundo semestre de la carrera, y a veces tenía que irme todo el día, así que procuraba desayunar bien. Esa mañana desde que me voy levantando y ver a mi madre como estaba vestida, llevaba puesto un vestido floreado, la falda le llegaba por arriba de las rodillas, se veía hermosa, bajar de las escaleras y ver su silueta a la luz del Sol que entraba por la ventana de la cocina, es una imagen que jamás se me olvidara, su sonrisa al ver que bajaba y me sentaba en la mesa para desayunar, es y seguirá siendo uno de los momentos mas preciados de mi vida.
En cuanto me senté, ella se sentó conmigo a la mesa, empezó a platicarme acerca del trago amargo que le había hecho pasar mi hermana, y como todo eso le seguía incluso preocupando, me preguntaba también si conocía a algún novio que mi hermana tuviera. Hasta que de algún modo, comenzó a hablar de mi padre, y es que se había enterado de que ya tenía otra relación con alguien menor que él, y fue entonces que ella me miró, y con una sonrisa en su labios y lagrimas en sus ojos, me dijo:
R - Hijo, crees que...
En ese momento, sin terminar la pregunta tomó mi plato y se dirigió al fregadero, creo que lo que me quiso preguntar es si para mí, ella era bonita. Me levanté y me paré detrás de ella, la abrace por la cintura y le dije al oído, es usted muy bonita, le comencé a besar el cuello y ella me tomo con fuerzas las manos, a diferencia de aquella noche en que se negó a besarme, volteo esta vez la cara hacía mi y por fin pude darle un beso en la boca, no sé como describir ese beso, ya había besado anteriormente, pero ese beso estaba lleno de mucho amor y a la vez lujuria, algo totalmente indescriptible, es que lo recuerdo y me regresa esa sensación de ternura y excitación que sentí esa vez.
Mi madre se dio vuelta y seguimos besándonos, realmente no sé cuanto tiempo estuvimos así, cuando de repente se escuchó el timbre, nos soltamos, ella se dirigió a la puerta y yo a mi cuarto a preparar mis cosas para irme. Ya se me había hecho tarde y de verdad tenía que irme, cuando escuché a mi madre detrás mío:
R - Ya te tienes que ir?
Y - Si, ya se me hizo tarde.
Tomé mi mochila y me fui al escuela.
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